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VII SEMESTRE
INTRODUCCION
1. Noción
Los bienes son el objeto de los derechos reales. Los bienes son distintos unos
de otros y su diferente naturaleza determina que estos se encuentren sujetos
en ciertas ocasiones a un régimen legal distinto. Así, por ejemplo, la
transferencia de un bien inmueble está afecta al impuesto de alcabala (3%),
mientras que la de un mueble no. Por esto es necesario estudiar la noción y las
clasificaciones de los bienes. Por lo demás, el Código Civil dedica una sección
a los bienes, antes de regular cada uno de los derechos reales.
Los bienes corporales son los perceptibles por los sentidos. Por ejemplo, son
corporales los bienes que se ven, como un edificio o un avión. Pero también es
corporal la energía eléctrica, que no se ve pero se siente.
Los bienes incorporales no son percibidos por los sentidos, como la cuota parte
en un condominio, sobre la cual recae la titularidad del copropietario.
Los bienes no fungibles son los que no se pueden reemplazar por otros. Son
bienes únicos y, por tanto, tienen particularidades propias y exclusivas. No son
sustituibles. Es el caso, por ejemplo, de un cuadro valioso pintado por un
determinado artista.
El Código Civil de 1936 se refirió a los bienes y no a las cosas y los clasificó
también en muebles e inmuebles. El artículo 812° enumeró los bienes
inmuebles y el artículo 819° los muebles, como lo hacen los artículos 885° y
886° del Código Civil de 1984.
Las aeronaves y los ferrocarriles siguieron la misma suerte que las naves. Sin
embargo, otros bienes muebles necesarios para la producción, como el arado
del agricultor o la maquinaria del industrial o del minero, se mantuvieron en el
Código Civil de 1936 como muebles. Para permitir que continuaran en posesión
del deudor se crearon las prendas sin desplazamiento. En estos casos prendas
agrícola, industrial y minera el legislador prefirió cambiar la naturaleza de la
prenda eliminó la entrega, elemento esencial de la garantía, que la de los
bienes. Aquí empieza a observarse la incoherencia del legislador. En vez de
decir que todos estos bienes son inmuebles, para que la garantía sea la
hipoteca, o que siendo muebles la prenda es sin desplazamiento, se dio una
solución distinta.
De otro lado, la clasificación del código de 1936 comprende derechos, como los
patrimoniales de autor o las concesiones para explotar servicios públicos, tanto
en la relación de bienes muebles como en la de inmuebles. Sucede que los
derechos no son bienes móviles o fijos, ni tienen color o son apreciables por los
sentidos. Son bienes incorporales, creaciones intelectuales, por lo que la
distinción entre muebles e inmuebles no tiene fundamento alguno respecto de
ellos. Una segunda incoherencia.
LOS FRUTOS: son bienes que se originan de otros bienes. Tienen dos
características: son renovables y su aparición no altera ni disminuye la
sustancia del bien del cual se originan. Esto último es lo que lo diferencia al
fruto del producto. El fruto es necesariamente un bien distinto de aquel del cual
se origina. Luego de generado el fruto, el bien original se mantiene intacto.
Los frutos pueden ser naturales, industriales y civiles. Los primeros son los que
provienen del bien sin intervención humana. Es el caso de los frutos silvestres,
que aparecen sin que el hombre los cultive, y también es el caso de las crías
de ganado en las que el hombre no tiene participación alguna. Los segundos,
también conocidos como mixtos, son los originados por la intervención
humana. Son típicamente los frutos agrícolas, en los que concurren el bien, que
es el predio, y la actividad del hombre que siembra la tierra, la riega y luego
cosecha. Es igualmente el caso de las crías de ganado cuando media la
inseminación artificial. Finalmente, los frutos civiles son lo que provienen de
una relación jurídica, es decir, de un contrato. Ejemplos son la renta en un
contrato de arrendamiento y los intereses de un préstamo dinerario.
“Son frutos los provechos renovables que produce un bien, sin que se altere ni
disminuya su sustancia”.
Doctrina nacional entiende por frutos los que produce un bien sin que haya
alteración ni disminución alguna de su sustancia, lo que lo distingue de los
productos, pues estos constituyen, a su vez, lo que se separa de algún bien y
con ello disminuye o se altera su sustancia. (Arias Schreiber Pezet, 2011, p.
75)
Siguiendo a Salvat, tanto, “los frutos como los productos son producciones de
las cosas, pero existen entre unos y otros, dos diferencias principales:
Para una doctrina nacional, los “provechos renovables” son los rendimientos
económicos susceptibles de ser periódicamente producidos por los bienes, sin
que ello importe la alteración o disminución de su sustancia. Valencia añade
que es suficiente que se trate de simples rendimientos económicos de la cosa,
obtenidos dentro de una explotación regular, opinión que también es
compartida por Enneccerus. (Vásquez Ríos, 2005, p. 130)
3.- Conclusiones
Entendemos por frutos a aquello que produce el bien de manera periódica,
que tiene la característica de renovable (ya que no altera ni disminuye la
sustancia del bien que lo produce), y que además le reporta al titular del bien
utilidades o provechos económicos al ser explotados.
CLASES DE FRUTOS
1.- Clases de frutos, 1.1.- Frutos naturales, 1.2.- Frutos industriales, 1.3.-
Frutos civiles, 2.- Conclusiones.
“Son frutos los provechos renovables que produce un bien, sin que se altere ni
disminuya su sustancia”.
Frutos son los que produce un bien sin que haya alteración ni disminución
alguna de su sustancia, lo que lo distingue de los productos, pues estos
constituyen, a su vez, lo que se separa de algún bien y con ello disminuye o se
altera su sustancia.
Los frutos naturales antes de su separación forman parte del bien, esto es son
partes accesorias del bien. Por consiguiente, todo negocio jurídico que recaiga
sobre la cosa, comprende sus frutos aún no separados. Por ejemplo, la venta
de una vaca o de una yegua comprende la de la cría que lleve en el vientre.
(Vásquez Ríos, 2005, p. 132)
De acuerdo con una doctrina española los frutos naturales son los productos
orgánicos de la cosa (cosecha, productos de los animales, minerales, madera,
etc.), ya sean producidos espontáneamente por esta o gracias a la actividad
humana; en este último caso el CC habla de “frutos industriales”. (Díez Soto,
2017, p. 39)
Los frutos industriales, por su parte, son los que por el contrario se obtienen por
el concurso de la industria o sea del trabajo del hombre aplicado a la
producción en general. (Arias Schreiber Pezet, 2011, p. 76)
Finalmente, los frutos civiles son los producidos por el bien por determinación
de la ley. Se trata por lo tanto de frutos ficticios, siendo ejemplo de ellos los
sueldos, salarios y honorarios, las pensiones de jubilación, cesantía y
montepío, las rentas vitalicias y otras similares. (Arias Schreiber Pezet, 2011, p.
76)
Jorge Eugenio Castañeda termina diciendo que los frutos civiles son los
rendimientos obtenidos por el uso de la cosa fructífera por otro que no es el
dueño. Así, los intereses, las rentas, los alquileres, las mercedes conductivas.
Dichos frutos son “Non Natura, sed jure praecipiuntur” (no por la naturaleza
sino por el derecho que reciben). Concomitantemente a ello, los frutos civiles
se llaman pendientes, mientras se deben y percibidos desde que se reciben.
(Vásquez Ríos, 2005, p. 134)
Para una doctrina portuguesa, los frutos civiles son las prestaciones periódicas
producidas por el bien resultante de una relación jurídica que lo afecta (por
ejemplo, alquileres, intereses). (Soares, Crispim, Fernandes y Alves, 2017, p.
69)
2.- Conclusiones
LA POSESION
1. Introducción
LOS ATRIBUTOS DE LA PROPIEDAD
2.1. Usar
Entendemos por uso o ius utendi a la utilización del bien (en algunos casos
ajenos) de conformidad con su naturaleza o destino sin llegar a alterar su
sustancia y que además presupone la posesión. Así, en el caso de una casa o
departamento el uso consistirá en habitar el bien; en el caso de un automóvil,
bicicleta o scooter el uso consistirá en utilizarlos como medios de transporte.
En ambos casos los bienes no se extinguirán, sino que solo tendrán un
desgaste natural producto del tipo y el tiempo de uso que se les haya dado.
Pudiendo beneficiar tal derecho a quien goce del mismo o a un tercero.
El usurpador, pues, podría alquilar un espacio del bien a cambio de una renta
convenida o percibir los frutos del mismo.
2.4. Reivindicar
5. La posesión precaria
La figura del poseedor precario es una muy polémica, así para el profesor
Jorge Avendaño es equiparable a una posesión ilegítima, para el Dr. Arias
Schreiber es una posesión sin derecho o de mala fe y para nosotros es una
posesión ilegítima de mala fe.
6. El servidor de la posesión
7. La presunción de propiedad
8. LA DEFENSA POSESORIA
El artículo 921 del CC dice que todo poseedor puede utilizar las acciones
posesorias y los interdictos. Conforme a una tesis, las acciones posesorias
son el género y los interdictos son la especie, esto es un tipo especial de
acciones posesorias en las que no se discute el derecho a la posesión. Otra
concepción señala que si bien ambas acciones protegen la posesión, en las
acciones posesorias se discute siempre el derecho mientras que en
los interdictos no. En las primeras se ampara a quien tiene derecho a poseer,
es decir, al poseedor legítimo, y en las segundas se ampara al poseedor, así
no tenga derecho a poseer. (Avendaño Valdez y Avendaño Arana, 2017, p. 42)
Hay diversos casos de poseedores legítimos -con derecho a poseer- pero que
sin embargo no son propietarios. Por ejemplo, un usufructuario con título y con
derecho, a quien se ha desalojado o por la razón que fuere o no se lo permite
entrar a poseer el bien materia del usufructo. Este usufructuario, si ha sido
despojado, puede sin duda acudir a un interdicto, pero también puede
promover una acción posesoria en la cual discuta su derecho a poseer. Otro
ejemplo es el del arrendatario, también con título y derecho, a quien se priva o
cuestiona su posesión. Puede recurrir a la acción posesoria, que es el juicio
de derecho. (Ídem)
Como podemos apreciar, el trámite que siguen ambas figuras es el mismo sin
embargo, los interdictos admiten varias clases, doctrinalmente hablando, de las
cuales solo dos se encuentran plasmadas legislativamente.
Doctrina peruana advierte que todo acto de violencia practicado por mano
propia está prohibido pues para ello existen autoridades, que actuando a través
de la norma jurídica son las encargadas de resolver los conflictos y restituir las
cosas a su estado anterior. (Arias Schreiber Pezet 2011, p. 135)
En las primeras clases de derecho procesal se les enseña a los alumnos que la
“autotutela” está proscrita, es decir, la justicia por mano propia está vedada ya
que la coacción solo puede ser ejercida por el Estado y no por los particulares.
Sin embargo, bien sabemos que toda regla admite una excepción, así, tanto en
el derecho penal como en el derecho civil tenemos a la legítima defensa que
autoriza a los particulares a defender su vida (derecho penal, responsabilidad
civil) y posesión (derechos reales) recurriendo a la violencia física. En el primer
caso cuando la integridad de una persona se vea amenazada ante un peligro
inminente y en el segundo cuando existan actos perturbatorios o de despojo.
8.2.1. Requisitos de la defensa posesoria extrajudicial
La posesión (art. 896) es una expresión del derecho de propiedad, por ello su
definición nos reenvía a la noción de propiedad (art. 923).