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Resumen general

Los animales comen otros organismos para obtener el combustible para la


respiración celular, para incorporar elementos estructurales de materia orgánica y
nutrientes tales como aminoácidos esenciales, vitaminas y minerales. La
digestión es la hidrólisis enzimática de macromoléculas complejas para liberar
monómeros que pueden absorberse a través de membranas celulares.
Las cavidades gastrovasculares que se encuentran en los cnidarios y gusanos
chatos son sacos digestivos en los cuales se hace algo de digestión extracelular,
pero la mayor parte se hace intracelularmente luego de la fagocitosis por parte de
las células que tapizan la cavidad. Los animales más complejos tienen canales
alimenticios en los cuales el alimento se mueve en una sola dirección, y hay
regiones especializadas para la fragmentación mecánica,, almacenamiento,
digestión, absorción de nutrientes y eliminación de los desechos.
Digestión comparativa
Los animales tienen que digerir la comida, ya que las proteínas, grasas y
carbohidratos que la constituyen son demasiado grandes para pasar a través de las
membranas celulares y porque estas moléculas tienen que ser reorganizadas. La
digestión es el proceso por el cual las partículas alimentarias son divididas en
monómeros.
Nutrición
El alimento sirve para proveer:
Energía: Los monómeros de los carbohidratos, lípidos y, en menor proporción,
las proteínas, pueden ser usados como combustible para la respiración celular. El
contenido energético de la comida se mide en kilocalorías. La grasa suministra

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alrededor del doble de Kcal/g que las proteínas y carbohidratos.
Material inicial: La mayor parte de las moléculas orgánicas que fabrican los animales se
obtienen a partir de los esqueletos carbonados re arreglados y combinados con el
nitrógeno orgánico que se incorpora en la dieta. En los vertebrados esto ocurre en el
hígado principalmente.
Nutrientes esenciales: Son las moléculas que el animal necesita, pero que no puede
fabricar por sí mismo. Ocho de los veinte aminoácidos que se necesitan para hacer
proteínas son esenciales en la dieta humana. Si faltan, se desarrolla una deficiencia
proteica. La carne, los huevos y el queso contienen proteínas completas, que proveen de
todos los aminoácidos esenciales en proporciones que satisfacen el requerimiento
humano. La mayoría de las proteínas vegetales son incompletas, y dado que el cuerpo no
puede almacenar aminoácidos, puede producirse una deficiencia proteica en una dieta
estrictamente vegetariana. Una combinación adecuada de vegetales consumidos en la
misma comida puede solucionar este problema.
Los animales pueden fabricar la mayor parte de los ácidos grasos, excepto el ácido
linoleico. La deficiencia en ácidos grasos en la dieta es rara.
Las vitaminas son moléculas orgánicas esenciales que se necesitan en pequeñas
cantidades en la dieta. La mayor parte son coenzimas o partes de ellas.

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Hidrólisis enzimática
Las macromoléculas se rompen por hidrólisis, la adición enzimática de agua entre los monómeros
que están formando parte de un polímero. El hidrógeno se añade de un lado del enlace, y el grupo
oxidrilo al otro . La hidrólisis ocurre en un compartimiento especial, para proteger a los tejidos
propios del animal de las enzimas.
Digestión intracelular de vacuolas digestivas: Las moléculas alimenticias grandes pueden ser
incorporadas por las células por endocitosis y digeridas en vacuolas digestivas. Este tipo de
digestión es típica de protozoos y esponjas. La mayor parte de los animales, sin embargo, realiza
una digestión extracelular al menos parcial.
Digestión en cavidades gastrovasculares: Algunos animales muy simples tienen cavidades de un
solo orificio que funcionan tanto para la digestión como para el transporte de las sustancias
alimenticias por todo el cuerpo. En la Hydra, un pequeño cnidario, y en los platelmintos (gusanos
chatos) las enzimas digestivas son secretadas a la cavidad para iniciar la digestión. Células de la
epidermis gástrica las incorporan para seguir el proceso dentro de vacuolas. Los residuos no
digeridos son eliminados por la boca.
Digestión en canales alimentarios: La mayor parte de los animales tienen canales alimenticios
en los cuales el alimento se mueve en una sola dirección, comenzando por la boca y la faringe.
Luego pasa por el esófago que da lugar a un estómago o buche que se especializan en almacenar y
moler el alimento. En el largo intestino los alimentos son hidrolizados por enzimas y los
nutrientes son absorbidos por las células del epitelio. Los alimentos no digeridos se eliminan por
el ano.

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El sistema digestivo de los mamíferos
El sistema digestivo de los mamíferos tiene una pared compuesta de cuatro capas: una membrana
mucosa interna, una capa de tejido conectivo adherida, una capa de músculo liso y una vaina de
tejido conectivo adherida a la membrana de la cavidad del cuerpo. Ondas rítmicas de perístasis
empujan la comida a través del tracto. Los esfínteres son válvulas con forma de aro que regulan el
pasaje entre los segmentos especializados.
Los órganos accesorios del aparto digestivo son las glándulas salivares, el páncreas y el hígado
con su vesícula biliar. Estos entregan enzimas digestivas al canal alimentario a través de
conductos.
Cavidad oral: En la boca comienza la digestión física y química. Los dientes fragmentan la
comida para exponer más superficie a la acción de las enzimas. La presencia de alimento en la
boca estimula la secreción de saliva, que tiene varios componentes: (1) La mucina, que es una
glicoproteína que protege la superficie de la boca de la abrasión y lubrica el pasaje de los
alimentos. (2) Sustancias buffer que neutralizan la acidez. (3) Agentes antibacterianos, (4)
Amilasa salivar, una enzima que hidroliza el almidón para dar lugar a polisacáridos mas pequeños
y evita la acumulación de almidón entre los dientes. La lengua sirve para el gusto, para manipular
la comida y para empujar los bolos alimenticios hacia la faringe.
Faringe: Es la intersección que lleva hacia el esófago y la tráquea. Durante el proceso de
ingestión la tráquea queda bloqueada por una membrana cartilaginosa: la epiglotis.
Esófago: El alimento se mueve hacia abajo a través de este tubo estrecho y flexible, por
contracciones peristálticas en forma de onda de los músculos lisos de las paredes.

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Estómago: Este órgano tiene paredes elásticas capaces de expandirse para
contener alrededor de dos litros de alimento y fluidos. El epitelio que recubre la
cavidad (lumen) secreta el jugo gástrico, un fluido digestivo que contiene
pepsina, una enzima que hidroliza uniones peptídicas específicas en las proteínas,
y una elevada concentración de ácido clorhídrico. El ácido ayuda a fragmentar
los tejidos, mata las bacterias y desnaturaliza las proteínas, que quedan más
expuestas al ataque de la pepsina.

La pepsina es secretada en una forma inactiva llamada pepsinógeno. Se activa en


contacto con el ácido clorhídrico y con la presencia de más pepsina, en un
ejemplo de feedback positivo. Esta secreción de enzimas en formas inactivas es
común, y en general se llaman zimógenos. El epitelio estomacal está protegido
por una capa mucosa que la protege de la digestión. Las úlceras se producen
cuando la cubierta se erosiona más rápidamente de lo que puede ser reparada por
mitosis.

La comida, a través de la vista, el olfato o el gusto puede generar un mensaje


nervioso desde el cerebro al estómago que estimula la secreción de jugo gástrico.
La comida estimula la secreción de la hormona gastrina, generada en la pared
estomacal para aumentar aún mas la secreción de jugo gástrico. Si el pH del
estómago se vuelve muy bajo, la secreción disminuye, en un ejemplo de feedback
negativo.
Los músculos lisos del estómago mezclan los contenidos cada 20 segundos. El

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quimo es el fluido producido por el estómago y sus secreciones y el alimento. El estómago
está generalmente cerrado en ambos extremos por dos esfínteres: el esfínter cardíaco, que
cierra la entrada al esófago, y el esfínter pilórico, que regula el pasaje hacia el intestino.

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Intestino delgado:
La mayor parte de la hidrólisis enzimática de las macromoléculas y la absorción
hacia la sangre ocurre en el intestino delgado, que es la parte más larga del
intestino. Varios órganos contribuyen a la digestión en esta etapa al producir,
almacenar y secretar jugos. El páncreas produce enzimas hidrolíticas y una
solución rica en bicarbonato que neutraliza la acidez del quimo. El hígado
produce bilis, que se almacena en la vesícula biliar. Este líquido ayuda en la
digestión y absorción de las grasas y también contiene pigmentos que son
subproductos de la degradación de células sanguíneas en el hígado.

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La digestión de los lípidos se lleva a cabo a nivel de intestino delgado gracias a la
presencia de las enzimas del páncreas. La bilis emulsifica las grasas generando
pequeñas gotas o micelas. La lipasa pancreática, es la más importante, desdobla
los triglicéridos en monogliceridos y ácidos grasos; también parece existir una
lipasa gástrica, capaz de digerir triglicéridos de cadena corta, pero su actividad es
muy reducida. Se produce la hidrólisis de los triglicéridos, con formación de
monoglicéridos y ácidos grasos. Los productos de la hidrólisis de los lípidos son
compuestos insolubles en el medio acuoso intestinal y se incorporan a micelas
que se ponen contacto con las microvellosidades y se absorben absorberse a
través de la membrana celular por difusión. Para penetrar en el interior de los
enterocitos, las moléculas lipídicas difunden primero a la zona de líquido que
rodea a éstos y luego penetran a través de la membrana epitelial. Las micelas
difunden entonces en sentido retrógrado y vuelven a absorber nuevos lípidos, que
son transportados hacia las células de las vellosidades. Una vez en el interior de
las células intestinales, los productos de la digestión de los lípidos se unen a una
proteína transportadora de bajo peso molecular, la cual los lleva hasta el retículo
endoplasmático liso. En éste tiene lugar la resíntesis de triglicéridos, la de
lecitinas y la de colesterol esterificado. Los diferentes lípidos se agrupan
posteriormente y se rodean de una cubierta de betalipoproteínas formadas en el
aparato de Golgi, dando lugar a la aparición de los quilomicrones.
Estos quilomicrones abandonan la célula, por exocitosis, a través de la membrana
lateral y se dirigen a los quilíferos (o lactóforos) centrales de las vellosidades y al
interior del sistema linfático. Los quilomicrones presentan un tamaño lo bastante

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grande (100 nm) como para dar a la linfa, e incluso al plasma circulante, un aspecto
lechoso después de una comida rica en lípidos. Una excepción al mecanismo descrito son
los ácidos grasos de cadena corta y media, que abandonan las células sin esterificación y
sin incorporarse a los quilomicrones, pasando por simple difusión a los capilares
sanguíneos.

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La bilis, los jugos digestivos del páncreas y las secreciones de las células de las paredes intestinales se mezclan con el
quimo en el duodeno, la primer sección del intestino delgado.
La digestión del almidón, que había comenzado con las amilasas salivares, continúa en el duodeno con las amilasas
pancreáticas, que hidrolizan el almidón a maltosa en el intestino delgado. Las células de las paredes intestinales producen
la enzima maltasa, que hidroliza la maltosa en dos moléculas de glucosa que son incorporadas.
La pepsina estomacal divide a las proteínas en fragmentos pequeños. La digestión se completa en el intestino delgado a
través de la tripsina y la quimiotripsina, enzimas específicas para uniones peptídicas adyacentes a algunos aminoácidos.
Las enzimas carboxipeptidasa y aminopeptidasa atacan también las uniones peptídicas. En las paredes intestinales se
producen las dipeptidasas, que terminan de separar moléculas formadas por dos aminoácidos. Estas enzimas son secretadas
en forma de zimógenos y activadas por la enteroquinasa, una enzima intestinal.
Las nucleasas son un grupo de enzimas que hidrolizan ADN y ARN, liberando los nucleótidos.
En la digestión de las grasas interviene la bilis, que las emulsifican (induce la formación de pequeñas gotitas de grasas y
evitan que se vuelvan a unir), exponiéndolas a la acción de las lipasas.
La mayor parte de la digestión se termina en el duodeno. El yeyuno y el íleo son regiones del intestino delgado
especializadas en absorción de nutrientes. La superficie de absorción del intestino es muy grande porque el epitelio tienen
pliegues llamados vellosidades, y las células epiteliales a su vez tienen pliegues en su membrana llamados micro
vellosidades. En la base de cada vellosidad hay una red de capilares y una vesícula linfática llamada lacteal. Los nutrientes
se absorben a través del epitelio de las vellosidades y después a través de las paredes de una sola célula de espesor de los
capilares y lacteales. El transporte puede ser pasivo (cuando el nutriente se desplaza por un gradiente de concentración) o
activo (cuando lo hace en contra)
Los aminoácidos y los azúcares entran en los capilares y son llevados hacia el intestino por la corriente sanguínea. El
glicerol y los ácidos grasos son absorbidos por las células epiteliales, y se recombinan en el interior de éstas, dando lípidos
que son cubiertos por proteínas en pequeños glóbulos llamados quilomicrones. Estos paquetes son transportados por
exocitosis hacia fuera de las células epiteliales y entran en el lacteal. Algunas moléculas de lípidos ligadas a proteínas
específicas son transportadas también como lipoproteínas. La sangre cargada de nutrientes proveniente del intestino
delgado es llevada por la vena porta hepática hacia el hígado. Este órgano convierte y almacena los nutrientes para regular
el contenido nutricional de la sangre.
Intestino grueso:
El intestino delgado lleva al intestino grueso o colon en una conexión con esfínter. En esta porción del intestino se anexa
un saco sin salida llamado apéndice. La función del colon es de terminar la reabsorción de agua que se había secretado
para diluir las enzimas digestivas. Hay una rica flora de bacterias como la Escherichia coli que viven en el intestino
grueso. Algunas de estas bacterias producen vitamina K. Las heces contienen restos de alimentos no digeridos como la
celulosa, pigmentos de la bilis, sales secretadas por el colon y mucha biomasa bacterial. Se almacenan en el recto. Una
comida tarda entre 18 y 36 horas en atravesar el sistema digestivo humano.

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