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LA ESCUELA DE LAS ADVERSIDADES 15-06-2013

Introducción:

 En la vida de todo creyente verdadero existe el deseo de mejorar. Sin embargo, nos resulta difícil aceptar
o entender que el camino a la perfección este lleno de obstáculos, de dificultades, de conflictos. ¿Por qué
Dios no nos libra de las adversidades?
 Con el propósito de utilizar los problemas como ocasiones de aprendizaje, hablaremos del TEMA el papel
de las adversidades en la vida.
 Leamos la palabra en Romanos 5:1-5.
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por
quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la
esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones,
sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la
esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el
Espíritu Santo que nos fue dado”.
Ciertamente, el apóstol Pablo obtuvo la licenciatura en cómo enfrentarse a situaciones difíciles y nos
puede instruir sobre la actitud que debemos asumir frente a ellas. Según Pablo nos dice, no sólo se
pueden superar sino que nos pueden servir.

1. LA ADVERSIDAD SIRVE PARA FORTALECER LA FE (v.2)


Al estudiar a la Biblia encontramos un gran número de personas fieles y justas en medio del dolor,
amenazas y peligros. Examinemos cómo responden a las tribulaciones y que efecto tiene sobre su fe:

a. La vida de Pablo está llena de adversidades (2da. Corintios 12:7-10)


“Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un
aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca
sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho:
Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me
gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por
amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en
angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”.
b. Esteban se enfrentó a los, hasta sufrir el martirio (Hechos 7:59)
“Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu”.
c. Job, hombre justo, alabó Dios al quedarse en la ruina (Job 1:8)
“Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra,
varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?”
d. Daniel continuó adorando a Dios, arriesgando su vida (Daniel 6:10 y 16)
“Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de
su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias
delante de su Dios, como lo solía hacer antes. Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le
echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente
sirves, él te libre”.
En lugar de debilitarse y colapsar bajo el impacto de los problemas, el Señor nos dice hoy que
nuestra fe, la fe del creyente verdadero da lugar a una esperanza cada vez mayor, pues nosotros no
somos de los que retroceden, nosotros vamos adelante firmes y parados sobre la roca fuerte que es
Cristo Jesús, Señor nuestro.

2. LA ADVERSIDAD SIRVE PARA MOLDEAR EL CARACTER (v.3 y 4)


I. Bajo la perspectiva de Dios, las adversidades son útiles para formar un carácter a prueba de fuego.
Adopte el punto de vista de Dios y
a. Considérelas como las pesas en el gimnasio: entre más pesadas, más fuerza de carácter podrá
desarrollar (1era. Corintios 3:12-13)
“Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno,
hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego
será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.
b. Gloríese en las dificultades creyendo que algún bien vendrá de ello, y será sólo la experiencia
ganada. (Romanos 8.28)
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que
conforme a su propósito son llamados”.
c. De gracias por todo (1era. Tesalonicenses 5:17-18)
“Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en
Cristo Jesús”.
II. Las adversidades le ayudan en el desarrollo de una personalidad invencible, con una esperanza
fundada en el conocimiento del amor de Dios y la capacidad de mantener la integridad, venga lo que
venga, pase lo que pase. Como sucedió con Job, con Daniel, con Pablo, con Esteban y con nuestro
Señor Jesús, así también sucederá contigo pues quien te llamó te respalda, te sustenta y te llevará de
gloria en gloria y de poder en poder. Lo creemos para la gloria de Dios Padre.

3. LA ADVERSIDAD ES LO QUE USTED HACE DE ELLA.


I. Todo creyente sufrirá pruebas de vez en cuando. Con demasiada frecuencia observamos que se mal
interpretan como ausencia o silencio de Dios y nos deprimimos y desanimamos. Entonces las
adversidades se convierten en piedras de tropiezo y nos hacen incluso perder la ayuda que el Señor
nos brinda al orientar y guiarnos (Santiago 1:5-8)
“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente
y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es
semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No
piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es
inconstante en todos sus caminos”.
Quiere decirnos que no nos dejemos influenciar por las cosas que nos suceden o que nos dicen los
hombres y unos días si estoy con Dios, pero otros no porque necesito primero hacer esto o lo otro y
cuando resuelva mi situación y si me queda tiempo busco de la presencia del Altísimo. Es pues, una
invitación a que nos mantengamos firmes, parados en la brecha y que confiemos en el que prometió
pues Él es fiel para cumplir, siempre fiel y su misericordia por toda la eternidad.
II. Si estamos en Cristo, la adversidad es un paso hacia una personalidad más integra y de mayor
utilidad para el Señor. Las adversidades están para construir carácter y formar a Cristo en nosotros
como lo dice Santiago (1:2-4)
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la
prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis
perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”.

Conclusión: ¿Es usted un cristiano que considera hasta las pruebas más dificíles como ocasión de dar
gracias al Señor? Entonces sonríe, porque ha aprendido a ganar aún cuando parecía que iba a perder. En la
adversidad se demuestran la profundidad de su fe y el nivel de crecimiento espiritual que ha logrado. ¡El
testimonio de ser creyente fiel en toda circunstancia habla en voz alta de su relación con Dios y de la
esperanza que vive en usted!

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