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la fe y la incredulidad 130124

 Introducción: La fe es un aspecto esencial








en la vida del cristiano, pues es por fe que somos
salvos por la gracia de Dios y por la cual viviremos
a partir de ese momento.
Nuestra fe se fortalece al creer y obedecer lo
que el Señor nos muestra en su Palabra; pero
si permitimos que los sentimientos y
circunstancias se antepongan a nuestra
confianza en el Señor y en sus promesas, nuestra
fe comienza a flaquear, fluctuar, titubear.
Muchas veces decimos tener fe, pero la
incredulidad nos inunda, vencer la
incredulidad es un proceso que debemos hacer
todos los días, si aumentamos nuestra fe la
incredulidad irá desapareciendo, pero de lo
contrario, terminaremos sin fe, necesitamos
crecer y madurar en Cristo para que nuestra
confianza en Él (fe) aumente cada día. En cierta
ocasión, sus discípulos le pidieron que les
aumentara su fe. Esta es una petición que todos
debemos hacer, pues todo creyente necesita tener
más fe para poder enfrentar los obstáculos y
andar en obediencia a Dios.

Texto Central:
 Santiago 1:6-7 6 RV60 6 Pero pida con fe, no
dudando nada; porque el que duda es
semejante a la onda del mar, que es
arrastrada por el viento y echada de una parte
a otra. 7 No piense, pues, quien tal haga, que
recibirá cosa alguna del Señor.
 Marcos 9:24b NTV —¡Sí, creo, pero ayúdame a
superar mi incredulidad!

Un ejemplo del pasado de una fe que titubeó:


Aunque Dios había demostrado en repetidas
ocasiones su fidelidad a los israelitas al liberarlos
milagrosamente de la esclavitud de Egipto, al
dividir las aguas del mar Rojo para que escaparan
y al guiarlos por el desierto, la fe de ellos
flaqueó al llegar a las fronteras de la tierra
prometida.
Los espías que Moisés envió a Canaán dijeron que
la tierra era buena. Sin embargo, 10 de ellos
desanimaron al pueblo al afirmar que no eran lo
suficientemente fuertes para vencer a los
gigantes que ahí vivían. Aunque dos de los espías,
Caleb y Josué, exhortaron a los israelitas a
confiar en la promesa que el Señor les había
dado, la congregación optó por no escucharlos.
Decidieron pasar la noche lamentándose y
queriendo regresar a Egipto.
✍ El padre del joven endemoniado en marcos
9:24 declara “Sí, creo, pero ayúdame a superar
mi incredulidad” (NTV) que notable contraste
en una misma expresión, a veces somos como ese
padre de familia, teniendo a Jesús en frente de
nuestra situación, sabiendo que Él tiene el poder
para todo, nada hay imposible para Él, pero aún
así incluso frente a todo lo que vemos y sentimos
de parte de Dios, dudamos, la incredulidad nos
toma y no podremos vencerlo por nuestros
propios medios, debemos pedir a Dios que nos
aumente la fe, que nos ayude con nuestra
incredulidad, vemos esto en los registros bíblicos,
los discípulos también pidieron “auméntanos la
fe”, tomando esto en cuenta, no somos dueño de
nuestra fe, es un don de Dios el cual debemos
ejercitar y mejorar todos los días, debemos
pedirlo a Él, debemos pedir que nos saque la
incredulidad.
✅ Dicha de otra forma y de manera
resumida la fe es creer en todo lo que significa
Jesús desde el punto de vista bíblico, y confiar
enteramente en Dios entregándonos
totalmente en sus manos.

Tema 1: «El problema de una fe que


flaquea/titubea»
 Santiago 1.6, 7 “Pero pida con fe, no





dudando nada; porque el que duda es
semejante a la onda del mar, que es
arrastrada por el viento y echada de una parte
a otra. No piense, pues, quien tal haga, que
recibirá cosa alguna del Señor”.
La fe es un regalo de Dios basado en el sólido
fundamento de una relación personal con Él a
través de su Hijo Jesucristo. Sin embargo, para
que dicha relación se fortalezca y afirme,
debemos cultivarla enfocándonos en el Señor, sus
provisiones y sus promesas. De lo contrario,
seremos sacudidos por nuestros sentimientos y
circunstancias o por las opiniones de los demás.
Es vital vencer la incredulidad con la fe, y para
alcanzar eso debemos conocer a aquel quien
decimos tener confianza, no podría confiar en un
desconocido, sino en aquel a quien conozco, y
para conocerlo, se ha revelado en las Escrituras,
debemos sumergirnos en ella.





 El apóstol Santiago nos declara que la fe es
esencial para que el propósito del Señor se
cumpla en nuestras vidas. Nos dice que las
pruebas pueden llegar a ser oportunidades para
crecer en entereza, y en última instancia,
madurez. Si carecemos de sabiduría para lidiar
con los problemas de la vida, podemos pedirle a
Dios, quien la provee en abundancia. Sin
embargo, Santiago da una fuerte advertencia en
contra de la fe fluctuante: “porque el que duda es
semejante a la onda del mar, que es arrastrada por
el viento y echada de una parte a otra. No piense,
pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del
Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante
en todos sus caminos”





 ¿Qué es una fe fluctuante? Se refiere a la
acción de cambiar una y otra vez nuestra opinión
acerca de la fidelidad de Dios. Santiago nos
declara que, aquellos que dudan, son como las
olas del mar. Cambian de posición entre la
confianza y la duda, así como las olas son movidas
de un lugar a otro. La mayoría de las personas
tienen una fe fluctuante. En ocasiones somos
cegados por las circunstancias. Aún en medio de
tiempos de paz, puede que un día le pidamos a
Dios que nos ayude ante una situación específica,
pero al otro día nos cueste trabajo confiar en Él.

Tema 2: «Causas de la fe titubeante»


 Cuando nuestra confianza en Dios está en
conflicto con el razonamiento humano. Vivir
por fe requiere que dependamos del Señor y no de
nuestras facultades, pues aquello que parece
lógico para nosotros puede ir en contra del
propósito y la voluntad de Dios.
 Cuando permitimos que nuestros
sentimientos dobleguen nuestra fe. El
fundamento de nuestra fe es la Palabra de
Dios, la cual nunca cambia. Al contrario, los
sentimientos varían con las circunstancias y
pueden descarriarnos. Sin importar lo que
sintamos en el momento, podemos confiar en lo
que el Señor nos ha dicho.
 Cuando no vemos a Dios actuar en nuestras
circunstancias. Tendemos a percibir la manera
en la que el Señor obra en medio de situaciones
favorables, pero cuando llegan las dificultades,
problemas y sufrimientos, nos preguntamos si Él
está con nosotros. Sin embargo, ha prometido
que no nos dejará ni nos desamparará
(Deuteronomio 31:6 ¡Así que sé fuerte y
valiente! No tengas miedo ni sientas pánico
frente a ellos, porque el Señor tu Dios, él
mismo irá delante de ti. No te fallará ni te
abandonará».). Cuando no comprendemos lo
que nuestro Padre celestial hace, debemos
recordar que vivimos por fe y no por vista. Él
siempre usa todo lo que sucede para nuestro bien
y según su divino propósito. Cuando
mantenemos nuestra mirada en la Palabra de
Dios y recordamos su fidelidad en los momentos
más difíciles, comenzamos a ver la situación que
enfrentamos desde su perspectiva y, por tanto,
nuestra fe se fortalece.
 Cuando escuchamos malos consejos. Las
personas se apresuran a compartir su opinión
sobre lo que debemos hacer, pero sus consejos no
siempre están de acuerdo con la voluntad de Dios.
Todo consejo que recibimos debe proceder de
personas consagradas cuyo consejo sea acorde
con las Sagradas Escrituras.
 Cuando nos enfocamos en las circunstancias
y no en Dios. Esto representa una tentación
porque vivimos en medio de situaciones que
desafían nuestra fe. Sin embargo, en vez de solo
mirarlas desde nuestra perspectiva, debemos
verlas a la luz de nuestro soberano y
misericordioso Dios. Las situaciones difíciles
son parte de su voluntad para nuestra vida y
es por medio de ellas que Él fortalece nuestra
fe. Aunque nos sintamos decepcionados cuando
no ocurre lo que esperamos, la realidad es que
esas dificultades son evidencias del amor,
cuidado y protección del Señor.
 Cuando no conocemos los caminos de Dios.
Solo en la Biblia aprendemos acerca de los
caminos del Señor. Así que si ignoramos las
Sagradas Escrituras se nos dificultará confiar en
Él, pues no comprenderemos por qué nos niega
nuestros caprichos, o como Él obra en medio de
dificultades y pruebas.
 Cuando nos sentimos culpables por pecados
pasados. Quizás nuestra fe flaquea porque nos
resulta difícil creer que Dios pueda perdonarnos
o pueda bendecirnos porque no somos fieles a Él,
porque vivimos en pecado continuo. Puede que
aún estemos sufriendo las consecuencias de
pecados del pasado o no hayamos comprendido
que el pago que Cristo ofreció en la cruz por
nuestros pecados es más que suficiente.
 Cuando escuchamos las mentiras de
Satanás. El diablo es un mentiroso y un acusador
que siempre trata de llenar nuestra mente de
dudas acerca del carácter y la fidelidad de Dios
para perdonar nuestros pecados.

 Se reduce a confiar en Dios en todo momento.


Tema 3: «¿Cómo podemos fortalecer nuestra fe?»

No podemos permitir que la amargura, la ira y la


duda nos dominen.
Aun en medio de la adversidad, Job se propuso
confiar en Dios, y declaró: “He aquí, aunque él
me matare, en él esperaré” (Job 13:15).
Necesitamos tener este tipo de determinación.
Nuestra manera de pensar cambiará si dedicamos
tiempo para leer y reflexionar en la Palabra de
Dios. Seremos menos vulnerables a caer en la
duda, pues nuestra mente estará llena de
verdades bíblicas. En tiempos de dificultad
podemos declarar que nuestra confianza está en
el Dios viviente, quien conoce nuestras
necesidades (Filipenses 4:19).
 Desde el momento en que nos convertimos al
Señor, ingresamos a una escuela de fe en la que
nuestro Padre celestial desea enseñarnos a
confiar más en Él. Por lo tanto, para que nuestra
relación con Dios crezca es necesario que
confiemos en que Él —el soberano Señor del
universo— cumplirá cada promesa que nos ha
hecho.
 Sin embargo, algunas veces los creyentes
perdemos lo mejor de Dios por no confiar en sus
promesas. Nos vemos atrapados en nuestras
circunstancias y preguntándonos el porqué de
nuestros problemas. Sin embargo, cuando nos
damos cuenta que las altas y bajas son una parte
natural de nuestro crecimiento como cristianos,
continuamos creciendo y progresando en la fe.
 Hebreos 13:5-6 RV60 5 Sean vuestras costumbres
sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora;
porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;
6 de manera que podemos decir confiadamente:
El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me
pueda hacer el hombre.
 El Padre de la FE: Abraham es conocido por
este título por su extraordinaria confianza en
Dios. A pesar de que creció en una tierra pagana,
obedeció cuando el Señor le llamó (Josué 24:2-3).
Dios le dijo: “vete de tu tierra y de tu
parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra
que te mostraré. Y haré de ti una nación
grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu
nombre y serás bendición” (Génesis 12:1-2). Se
trataba de un mandato muy difícil, Abraham iba
a dejar a su familia y todo lo que había conocido
para ir a un lugar que nunca había visto.
 A pesar de que la fe de Abraham fue probada,
sabemos que permaneció consagrado a Dios
aun cuando todo parecía contrario al pacto
que había entre ellos. Fue así como Dios lo
bendijo sin medida, cumpliendo cada promesa
que le había hecho.
 Sí, Abraham falló algunas veces y tuvo dudas al
igual que nosotros, pues no era perfecto. Lo que
lo convierte en un excelente ejemplo de lo que
significa vivir con fe. Todos tropezaremos en
nuestro andar de fe, pero si nos levantamos y
renovamos nuestra confianza en el Señor,
veremos las promesas de Dios cumplidas en
nosotros tal y como lo hizo este patriarca.
Gracias a Dios, la vida de Abraham también nos
enseña lo que es necesario para caminar por fe.
Abraham tuvo que: Aprender a escuchar a
Dios, 2. Aprender a obedecer a Dios, 3.
Aprender a depender de Dios, 4. Aprender a
esperar en Dios y 5. Aprender a reconocer,
arrepentirse y beneficiarse de los fracasos de
la fe.
A menudo cometemos errores y dejamos de
someternos a Dios por completo. Nos
adelantamos a sus planes con soluciones
erróneas para los problemas que confrontamos o
para hacer realidad los deseos de nuestro corazón
a nuestra manera. Aunque todo esto acarree
consecuencias adversas, jamás debemos pensar
que el Padre nos dará la espalda o
abandonará.
No obstante, sí insistirá en probar nuestra fe
hasta que estemos en capacidad de confiar en
Él para todo lo que anhelamos en la vida. Por
consiguiente, en lugar de lamentarnos por
nuestros fracasos, debemos reconocerlos,
arrepentirnos de nuestra incredulidad y hacer
todo lo que podamos para evitarlos en el futuro.
 ¿Qué significa creer en Jesucristo? Creer en




Cristo es tener la convicción de que Él es
quien la Biblia dice que es. Que cumplirá sus
promesas. Que hará lo que ha prometido. Y tener
una relación personal y eterna con el Hijo de
Dios.

 CONCLUSIÓN:






Como consecuencia de nuestro conocimiento
limitado del Señor y de su Palabra, todos
comenzamos nuestra nueva vida en Cristo con
poca fe. En ocasiones, durante nuestra vida
cristiana, tendremos una fe débil, pero al crecer en
espíritu, esto cambiará, y nuestra confianza en el
Señor se fortalecerá.
Para que nuestra fe se fortalezca, debemos recordar
lo que el Señor ha hecho en nuestra vida cuando
hemos confiado en Él. Al recordar sus
demonstraciones de fidelidad en el pasado, nuestra
fe crece en el presente. También debemos
reflexionar en las enseñanzas de la Biblia, para
conocer su voluntad. Y observar con atención cómo
responde a nuestras oraciones e interviene en las
pruebas de nuestra vida. Por último, debemos
agradecerle cada día por su fidelidad.

Debemos leer y meditar en La Palabra de Dios: "A


medida que nuestro conocimiento de Dios
crezca, también lo hará nuestra confianza en
Él", no podemos crecer en Fe solamente, sino que
la confianza en Dios crece a medida que le
conocemos, y la incredulidad se irá apartando de
nuestras vidas, fijemos nuestra mirada en Dios
confiemos en Él, dependamos de Él,
entreguémonos a Él, deseo que tu fe sea
aumentada en el nombre de Jesucristo y que tu
incredulidad sea apartada de tu vida con la ayuda
de Dios.

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