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“La Ingratitud”

Juan 1: 10-11
“En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo
vino, y los suyos no le recibieron”

¿Por qué no le conoció?


Romanos 1: 20-21
“Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles
desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo
que no tienen excusa.
Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino
que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido”

Dios no nos ha dejado sin ninguna revelación de su existencia, desde la creación del mundo,
ÉL nos ha dejado rasgos de sí mismo, “Su eterno poder y Deidad”, el carácter de Dios. La
creación exige un Creador. El diseño exige un Diseñador. Al contemplar el sol, la luna y las
estrellas, cualquiera puede saber que hay un Dios.
Habiendo conocido a Dios: por Sus obras, no le glorificaron por lo que es ni le dieron las
gracias por lo que ha hecho.

Y una de las consecuencias de no ser agradecidos, es convertir nuestros corazones en un


lugar tenebroso y malvado, nido de demonios y de espíritus de toda clase.

Es real que hoy, lamentablemente, la ingratitud es más común de lo que nosotros


pensamos.

Ingrato significa: Ser Desagradecido, que olvida o desconoce los beneficios recibidos.

No hay nada peor que ser desagradecido en el Reino de Dios. 

“El ser ingrato te hace olvidar de donde te saco Dios, y de las cosas que ha
hecho en nuestras vidas, si uno observa, a través de la biblia vemos como Dios
siempre le hablo al pueblo de Israel, haciéndole recordar de donde los había
sacado”
Deuteronomio 4: 9, 5: 15 a, 6: 10-12, 8: 1-2

Deuteronomio 8: 11-20 (todo)

Y que somos nosotros, así como el pueblo de Israel: Deuteronomio 9: 6, 7: 6-7


1º Corintios 1: 27-29

“Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del
mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado
escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su
presencia”

Cuando no agradecemos a Dios por todos sus beneficios, sin merecerlo, nos estamos
jactando (En nuestra mente y corazón) en su presencia.

Jactarse: Es alabarse excesiva y presuntuosamente.

2º Timoteo 3: 1-2

“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque
habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos,
desobedientes a los padres, ingratos…….”

“El ingrato nunca estará feliz de obedecer, porque solo quiere recibir (egoísmo), el ser
agradecido es (dar)…”

El apóstol Pablo, le señaló a Timoteo, que en los postreros tiempo, habrán hombres con
estas características, estarán gobernadas por un espíritu de “ingratitud”

1 Tesalonicenses 5:18

“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios”

La gratitud no puede ir de la mano con la queja.

Cuando nuestra mente está llena de pensamientos negativos, de celos, amargura, envidias,
etc.; surge la queja y se cierra la puerta para la gratitud.

Es el deseo de Dios que seamos agradecidos. Hay muchas personas que no expresan
gratitud. Si alguien hace algo por ellos, no lo agradecen, creen que se merecen no sólo eso,
sino más y es una forma de expresar su orgullo.

La orden de Pablo es simple y directa, y es el de - Dar gracias en todo -, no permite a los


creyentes ninguna excusa para albergar la ingratitud. En todo implica una obligación
ilimitada. Se refiere a todo lo que ocurre en la vida del cristiano. Con la excepción obvia del
pecado personal, debemos expresar agradecimiento por todo. No importa qué luchas o
pruebas, Dios nos manda a encontrar razones para agradecerle siempre,
(Hechos 5:41; Santiago 1:2-3). Esa es Su voluntad.
Y si no lo entendemos, Dios nos deja en su palabra 3 razones innegables del porque
tenemos que ser agradecidos, y quitar de nosotros todo concepto erróneo, todo argumento
humano, carnal y diabólico, y cualquier tipo de desagradecimiento, y así cumplir con la
palabra de Dios que tanto decimos que amamos y que confesamos con nuestras bocas de
que somos seguidores de ella y que Jesús es nuestro Señor.

1. Dios lo ordena

El agradecimiento debería surgir como respuesta natural de los creyentes por todo lo que
Dios ha hecho por ellos, pero debido a la dureza de nuestro corazón, Dios nos insta a dar de
gracias con mandatos (Filipenses 4:6; Colosenses 2:7, Salmos 103: 1-5).

Por lo tanto, todas las formas de ingratitud son pecaminosas. Pablo ordenó a los
Colosenses, (Colosenses 3:15)

“Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un


solo cuerpo; y sed agradecidos.".

La frase “sed agradecidos” es, aquí, una traducción de eujaristoi ginomai, en la


que ginomai es un verbo que se traduce como “llegar a ser”.

Señala un proceso presente que tiene su concreción completa en el futuro, de modo que,
esta parte del versículo puede ser traducida como “y llegad a ser agradecidos”. Está
hablando aquí de algo que puede ser alcanzado, de una esencia o naturaleza que puede
desarrollarse en nuestro interior hasta alcanzar la madurez y la perfección.

Sencillamente significa que la acción en este caso, - el agradecimiento – fluya en forma


espontánea de su voluntad, de su propia disposición, sin necesidad de una presión exterior
que lo obligue a hacerlo. “Y lleguen a ser agradecidos de ustedes mismos”. El
agradecimiento debe llegar a ser algo que nazca espontáneamente del corazón como
reacción, como reflejo “innato”.

Cuando Pablo describe la vida llena del Espíritu del creyente, él dice:

(Efesios 5:18-20)

“Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y
alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre,
en el nombre de nuestro Señor Jesucristo"

"Dar gracias no es una cuestión de sentirse agradecido, es un tema de


obediencia"

Como nos enseña el rey David en el Samos 103: 1-5


“Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.
Él es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;
El que rescata del hoyo tu vida,
El que te corona de favores y misericordias;
El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila”

2. La gratitud reconoce la soberanía de Dios

 El único, mayor acto de adoración que usted puede dar a Dios es el agradecimiento.
Es el resumen de la adoración, porque a través de la gratitud afirmamos a Dios como la
fuente máxima de juicio y bendición y reconocemos nuestra humilde aceptación de ambos.

Con un corazón agradecido, usted puede decir en medio de cualquier situación, "Alabado
sea Dios”. Ese tipo de actitud ve más allá de la circunstancias, ve el plan de Dios. Ve a la
soberanía de Dios, más allá del dolor.

Recuerde que, (Romanos 8:28)

" Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que
conforme a su propósito son llamados”

Dice en 2º Corintios 4: 15 Pablo le dice a la iglesia de Corintio:

“Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia
por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios.”

Pablo declara el motivo de todo su servicio sacrificial a Corintio:

Gratitud que abundara para la gloria de Dios.


Piense en todo el dolor que Pablo sufrió en su ministerio a la iglesia de Corintio: no lo
comprendieron, lo ridiculizaron, lo calumniaron y también lo atacaron por su servicio al
Señor. Sin embargo, pasó desinteresadamente su vida de manera que la gracia de Dios
alcanzara a más pecadores; y la alabanza de los redimidos ascendiera al trono de Dios.

Una actitud de agradecimiento nos permite bendecir y amar a nuestros enemigos y con
quienes nos hacen mal, diciendo como José, (Génesis 50:20)

“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien.".

Quienes son agradecidos ven la mano providencial de Dios en todas partes y dicen:
"Dios, te agradezco por los tiempos de paz, así como también por los tiempos difíciles, un
matrimonio difícil, un esposo/a difícil, un patrón difícil, una grave enfermedad, etc
porque sé que usarás esas cosas para mi bien y para Tu gloria.”

El cristiano agradecido recuerda que el dolor perfecciona, confirma, fortalece y establece.


(1 Pedro 5:10).

“Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que
hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y
establezca.”

Perfeccione: (dar un mayor grado de perfección, mejorar una cosa, pulir), a un cristiano.
Afirme: (Poner firme una cosa, dar firmeza, reforzarla o sujetarla bien).
Fortalezca: (Hacer fuerte o más fuerte a una persona, Fortificar, dar vigor, adquirir fuerza
moral y física)
Establezca: (hacer estable, fijar algo o alguien en un lugar (como a nosotros en Dios),
asentarse).

No será que muchas veces no estamos firmes en la fe, no nos sentimos fortalecidos, no
sentimos que vamos progresando en nuestra vida cristiana y que estamos varados en el
mismo lugar? ¿No será por esto que algunos de nosotros, no podemos crecer
espiritualmente, crecer en el conocimiento de la persona de Jesús, conocer su voluntad?
Por falta de agradecimiento

Si miramos este pasaje de la Biblia, y la escudriñamos, como lo debiéramos hacer con toda
la palabra del Señor, así como lo hacían los hermanos de Berea:

Hechos 17: 10-11


“Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos,
habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos.
Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con
toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así”

Podemos ver que en el proceso de padecimiento, con acción de gracias, vamos a poder ir
alcanzando la madurez espiritual que Dios espera de nosotros, como dice:

Efesios 4: 13
“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un
varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”

Éste es el tipo de gratitud que Dios quiere. Y no como a nosotros nos parece que lo
tenemos que hacer.

3. Dios juzga la ingratitud


La ingratitud: Es la esencia de un corazón no regenerado; es uno de los pecados más
intolerables en la Escritura.

El apóstol Pablo identificó los incrédulos como ingratos:

(Romanos 1:21).

“Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino
que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido."

Porque el hombre, en su orgullo, no puede honrar y glorificar a Dios como Creador; y


también se niega a darle las gracias por Su piadosa provisión.

Aunque Dios es la fuente de todas las cosas buenas que los hombres poseen:
- La vida, el respirar, la lluvia, el brillo del sol y otras bendiciones naturales que sale sobre
los justos e injustos por igual, como dice: (Mateo 5:45) “…que hace salir su sol sobre malos
y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos”

El hombre natural se rehúsa a agradecerle a Él.

¿Por qué?, Porque en su mente pecaminosa, sabe que el agradecerle a Dios es reconocer
que tiene la obligación a adorarle.

Uno de los motivos por el cuál el pueblo de Israel no pudo entrar a la tierra prometida, y
tuvo que caer en el desierto, fue por su “Ingratitud” que dio el fruto a un “Motín”.
Números 14: 1-10

Motín: El motín es una revuelta o rebelión multitudinaria contra el orden establecido.


Tal sublevación implica la desobediencia a la cadena de mando, constituyendo
un delito tipificado como amotinamiento. Posteriormente el motín puede evolucionar hacia
objetivos más ambiciosos o incluso marcadamente políticos. Es un Levantamiento violento
contra la autoridad constituida.

Acá podemos ver, que una de las raíces de la rebelión, es la ingratitud.

Que es rebeldía
Faltar a la obediencia debida.
La rebeldía es faltar a la obediencia que debemos a alguien. Es decir, es nuestro deber el
obedecer a Dios mediante el conocimiento de su palabra, donde están expresados sus:
“Mandamientos, preceptos, estatutos”, dándonos a conocer su carácter, propósitos y
voluntad para nuestras vidas, como hijos de Dios representantes del cuerpo de Cristo aquí
en la tierra, los cuales fuimos rescatados de la vana y mala manera de vivir que teníamos,
cuyo fin era la muerte y una eternidad lejos de la gloria de Dios, pero que ahora por el amor
de Dios y por el sacrificio perfecto de su amado Hijo, que hizo por nosotros, fuimos
perdonados y restablecidos al reino de Dios por lo cual ahora tenemos la responsabilidad
de vivir de acuerdo a su palabra y si no queremos obedecerle nos estamos rebelando
contra ÉL.

Salirse del camino marcado por Dios


En otras palabras, es salirse del camino o del propó sito que Dios tiene marcada para nosotros. Dios tiene
un plan perfecto, pero, a nuestro parecer nosotros tenemos un plan mejor.

Es causada por la falta de fe


Cuando uno se rebela es porque no confía en quien tiene que obedecer. No cree en el sistema que le
gobierna, no cree en su superior. En la vida del cristiano cuando nos rebelamos contra Dios es porque no
creemos ni confiamos en É l.

La rebeldía nos llevará a levantarnos otro guía distinto a Dios


Designemos un capitán

Los israelitas querían levantarse otro líder. Porque tenemos que entender que siempre necesitaremos
seguir a alguien. Es por ello que Pablo nos recuerda que o somos esclavos de la justicia o somos esclavos
del pecado, no hay término medio.

Romanos 6: 15-16

"¿Qué, pues? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera! ¿No
sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerlo, sois esclavos de aquel a quien
obedecéis, sea del pecado para muerte o sea de la obediencia para justicia?

Ponemos a otro en lugar de Dios: idolatría


Cuando seguimos y obedecemos a otro que no es Dios estamos cayendo en idolatría, porque estamos
dando la obediencia que debemos a Dios a otro que no la merece.

El ú nico camino al que nos lleva la rebeldía es de vuelta a la “esclavitud”


Volvamos a Egipto

Si nos salimos del propó sito de Dios para nuestras vidas volveremos al pecado. No hay otro lugar que
podamos encontrar. No pensemos que nosotros podremos encontrar una salida mejor a nuestro desierto,
no pensemos que nosotros tendremos un mejor lugar que el que Dios nos ha prometido. Al desobedecerle
a É l, volvemos a ser esclavos del pecado, al mismo estado o peor del cual nos libertó Cristo.

En resumen, Dios quiere que seamos agradecidos en todo porque “la gratitud es la máxima
expresión de un corazón regenerado, y es una de las virtudes que nos capacitará para
llegar a nuestra tierra prometida”

La ingratitud puede infectar y destruir una iglesia, un matrimonio, una familia y un hogar.
Debemos cultivar el tener un corazón agradecido.

Demos gracias por todo y en todas las circunstancias a Dios, Esa es la voluntad de Dios.
Si usted no está obedeciendo esa orden, no está siguiendo la voluntad de Dios.

Si le cuesta ser agradecido, le costará seguir y conocer la voluntad de Dios. El ser


agradecido abre las puertas para conocer la voluntad de Dios así también, el ser
desagradecido se cierran las puertas para conocer a Dios y a su voluntad.

La Biblia nos habla de una ocasión cuando Jesús sanó a 10 hombres leprosos.

Lucas 17:11-19

“Jesús limpia a Diez Leprosos”

17:11 El pecado de ingratitud es otro peligro en la vida del discípulo. Esto queda Ilustrado
en la historia de los diez leprosos. Leemos que el Señor Jesús estaba dirigiéndose a
Jerusalén por los límites entre Samaria y Galilea.

17:12–14 Al entrar en una aldea le vieron diez hombres leprosos. Debido a su condición
enferma, no se acercaron a Él, pero clamaron a distancia, rogándole que los sanase. Él
recompensó la fe de ellos diciéndoles que fuesen y se mostrasen a los sacerdotes. Esto
significaba que cuando llegasen al sacerdote, estarían ya sanos de la lepra.

El sacerdote no tenía poder para sanarlos, pero estaba designado para pronunciarlos
limpios. Obedientes a la palabra del Señor, los leprosos emprendieron el camino hacia la
morada sacerdotal, y mientras iban, fueron milagrosamente limpiados de su enfermedad.

17:15–18 Todos ellos tenían fe para ser sanados, pero sólo uno de los diez se volvió para
dar gracias al Señor. Y éste, cosa interesante, era samaritano, una de las menospreciadas
naciones vecinas de los judíos, y con quienes ellos no tenían tratos.

Él se postró rostro en tierra —la verdadera postura de adoración— a los pies de Jesús —el
verdadero lugar de adoración—. Jesús le preguntó si no eran diez los que habían sido
limpiados, y que sólo uno, «este extranjero», había vuelto a dar las gracias. ¿Dónde estaban
los otros nueve? Ninguno de ellos volvió a dar gloria a Dios.

17:19 Volviéndose al samaritano, el Señor Jesús le dijo: Levántate y prosigue tu camino; tu


fe te ha salvado y sólo el hereda las verdaderas riquezas de Cristo.

Tu fe te ha salvado sugiere, que mientras que los nueve fueron sanados de la lepra,

“¡El décimo fue sanado y además fue perdonado del pecado!”

¿Usted la cumple? ¿Jóven la estás cumpliendo? ¿Esposa? ¿Esposo?


¿Qué es Acción de Gracias?

Salmos 100:4.
“Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle,
bendecid su nombre”

 La palabra de Dios nos enseña que debemos dar gracias siempre, en todo y por todo, y que
nuestras peticiones deben ir acompañadas de acción de gracias. Hay quienes tratan de
tener acceso a Dios usando vías diferentes, pero eso es imposible. La gratitud a Dios es la
puerta para entrar en la presencia de Dios.

Cuando no hay un corazón agradecido, las personas se cierran las puertas para recibir
bendición y apoyo y pierden oportunidades tremendas de gozo y satisfacción.

Una actitud de agradecimiento

Honra a Dios. Él lo pide. Dad gracias en todo. Él dice Yo honro a los que me honran.

Comienza desde hoy a practicar un actitud de agradecimiento primero a Dios y luego a la


gente (Padres, maestros, pastores, hijos, familiares, y a todas aquellas personas que
hacen algo por ti y descubrirás que una nueva luz iluminará tu sendero.

Razones en la Biblia para la Acción de Gracias a Dios

1. La Acción de Gracias es una expresión de deuda con Dios: por su perdón, por sus
misericordias y por sus dones recibidos. La raíz principal de esta expresión esta en
el Hebreo, YADAH, se traduce =Dar Gracias= que significa =Alabanza=

2. La Acción de Gracias es la debida manifestación de gratitud a Dios, por todos sus favores
y bendiciones que recibimos en este mundo y por los beneficios que está previsto para cada
uno de nosotros recibir la herencia en el cielo por toda la eternidad.

3. La Acción de Gracias es un valor y aprecio del ser humano, por todas las bondades
de Dios, a pesar de cuan indignos somos, ante nuestro creador. El valor más apreciado
para Dios es recibir nuestra propia vida como ofrendar agradable, rendida y consagrada
a Dios. Es la mejor Acción de Gracias, el mejor culto debido a Dios.

4. La Acción de Gracias es una fiesta ordenada por Dios.

 Lev. 22:29-31

“Y cuando ofreciereis sacrificio de acción de gracias a Jehová, lo sacrificaréis de manera


que sea aceptable”

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