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ENFOQUE MIOFUNCIONAL

Irene Queiroz

Proceso que tiene como objetivo la adecuación o facilitación de las funciones

orales en pacientes de todas las edades y en las más diversas disfunciones

orofaciales. Sin duda, la base principal de la terapia en motricidad orofacial,

es un diagnóstico preciso en el cual no solo se constata la alteración, sino que

principalmente se establecen las causas o factores determinantes de la

alteración que se está observando.

1 Es fundamental que el desarrollo de toda secuencia terapéutica sea

realizado por el paciente y no por el terapeuta.


En la Evaluación Miofuncional los datos recogidos, deben proveer

indicios suficientes para el dianóstico, pronóstico y plan terapéutico.


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LA EVALUACIÓN "PUNTO DE PARTIDA"
Compuesta por dos fases que deben efectuarse en forma

conjunta. Según Marsechan (1993) los niños mayores de

cuatro años, que no sean portadores de trastornos

neurológicos, la entrevista y el exámen deben efectuarse en el

primer encuentro y con sus padres presentes.


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LA ENTREVISTA: Se trabaja con cambios de patrones, de hábitos ya

instalados, y necesariamente con la colaboración del paciente.


Se indagan aspectos respiratorios, bucales y alimenticios.
Aspectos respiratorios: presencia de patologías (sinusitis, rinitis,

asma, bronquitis) en presencia de alguna es importante certificar

si el paciente hace o ya se le hizo algún tratamiento.


Hábitos bucales: se verifica la presencia o no, y la duración de

algún hábito perjudicial para el sistema estomatognático. De

acuerdo con Marchesan (1993) importa más lo que mantiene el

cuadro del paciente, que los factores que los desencadenaron.


Aspectos alimenticios: dan información sobre el almacenamiento

natural, la alimentación actual, las preferencias alimenticias y la

masticación. Preguntas sobre amamantamiento, la duración y el

desarrollo de las consistencias alimenticias, ayuda a comprender

parte de las alteraciones miofuncionales presentes.

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EL EXAMEN: Compuesto por cuatro partes

Apectos morfológicos y postura: se evalua la forma

anatómica de la cara y los órganos fonoarticulatorios en

reposo del paciente. Se observa cada estructura (labios,

lengua, mejillas, amigdalas, dientes), y el tipo de oclusión dental.


Tonicidad de la musculatura: se debe tener presente que el

tono puede estar alterado para hipertonia (masa muscular

rígida), hipotonia (masa muscular flácida), cuando hay uso

inadecuado de la estructura y cuando la forma, la función o la

postura de la musculatura están alteradas (Marchesan, 1993).


Movilidad: Según Marchesan, la evaluación del tono y la

movilidad en relación con la morfología permiten una visión de

lo que se puede esperar de las funciones.

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FUNCIONES
Respiración: se debe preveer el tipo de tratamiento adecuado a

las necesidades del paciente y atención fonoaudiológica para

rehabilitación de la respiración del paciente.


Masticación: es necesario un alimento que favorzca la

visualización de esta función y que no cause atipias por error.

Importante relacionar los datos obtenidos antes con las funciones

que las estructuras realizan en ese momento.


Deglución: Identificar la causa de la alteración, y verificar si la

forma de deglutir es un "problema" que debe "corregirse".


Habla: Se observa si hay omisión, sustitución, exceso de salivación

o cualquier tipo de dificultad articulatoria.


Conclusión

Al examinar los componentes del sistema estomatognático, el fonoaudiólogo debe ser capaz de

establecer un diagnóstico, un plan terapéutico personificado y objetivo, acorde a las

necesidades de cada usuario.

Referencia: Queiroz, I. (2002). Fundamentos de Fonoaudiología. Aspectos clínicos de la

motricidad oral. Ed. médica panamericana. Recuperado de https://docer.com.ar/doc/x05e8ce

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