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Universidad Alberto Hurtado

Facultad de Filosofía Y Humanidades


Departamento De Historia
Licenciatura en Historia

Una Nueva perspectiva en el tratamiento de las enfermedades mentales:


“ficha clínica y terapias biológicas en el hospital psiquiátrico de Santiago (1936 – 1951)”

Alumna: Camilla Molettieri M.


Profesor Tutor: Joaquín Fernández.
Santiago, Chile, Diciembre 2011

1
Índice Temático 2

Introducción 3

Cuerpo Y Locura: La enfermedad mental y sus enfoques de tratamiento psiquiátrico 9

De casa de Orates a Instituto Psiquiátrico: La forja científica al interior de la institución y una

escuela que emerge 20

Médicos, Procedimientos Técnicos y reflexiones: El relato médico entorno a las Terapias

Biológicas 32

El paciente como una voz que nace: Historias de la vida al interior del Instituto Psiquiátrico

59

Consideraciones Finales 83

Glosario 87

Bibliografía 90

2
Introducción:

“La enfermedad es mas antigua que el hombre, por la simple razón de que no es un acontecimiento ligado con la
especie humana, sino con la vida: la enfermedad es una forma de vida”1

La historia ha sido escrita desde diversas motivaciones, la mayoría, producto de los

grandes cuestionamientos e inquietudes del ser humano. Es por ello que las preguntas por la vida,

la muerte, o la enfermedad, conformen una realidad sustentable para estructurar el relato del

conocimiento y la práctica médica: la historia de la medicina.

Es desde esta realidad que se hace entendible que el hombre se pregunte por el cuerpo, el

dolor, y los padecimientos, volviéndose transversal a toda forma de vida el significar la Salud y

la enfermedad como un binomio en donde el paciente sea considerado como un objeto de análisis

central, volviéndose importante constatarlo a través del registro que ofrecen las vivencias que se

encuentran en las historias clínicas.

Los primeros aportes de la Historia de la psiquiatría provienen de la historiografía

tradicional. Desde aquí se escribe con el fin de mostrar los grandes logros, de circunscribir un

proceso de medicalización en el cual se atiende a la aplicación de métodos científicos y

racionales, todos ellos con el fin de derribar la época oscura y supersticiosa en la que giraba la

locura.

1
José Babini. Historia de la medicina, Editorial Gedisa, 2000, 19.

3
Así, bajo la escuela orgánica se intenta provocar un quiebre, el cual irá en dirección a la

legitimación científica de la medicina mental y de su conjunto de profesionales. Autores como

Roy Porter intentaron remarcar de forma estricta aquello que comenzaba a ser juzgado como lo

diferente, planteando que “Todas las sociedades juzgan locos a algunos de sus individuos dejando

de lado cualquier significación clínica estricta, esto forma parte de marcar lo diferente, lo

desviado y lo potencialmente peligroso”2.

Por su parte, el revisionismo histórico no estuvo exento de análisis a la hora de hacer una

contribución a la historia de la psiquiatría. Desde los años sesenta la preocupación es desplazada

al terreno de un análisis más externo, no tan médico, sino más bien orientado a las ciencias

sociales y a los códigos culturales. De este modo se logra trasladar la historia de la psiquiatría

desde el mito hacia la esfera de una “construcción social” en la cual, la enfermedad mental es

mirada desde una óptica ampliada: la de las instituciones psiquiátricas y las respuestas sociales a

la locura.

“Hubiesen podido mostrar sobre que fondo de sensibilidad social ha podido formarse la conciencia medica de la
locura, y hasta que punto le sigue estando atada, puesto a que esta sensibilidad es la que sirve de elemento regulador
cuando se trata de decidir entre un internamiento o una liberación”3.

Atendemos a un momento en que los diferentes juicios no son suficientes, ya que en este

momento la sentencia dictamina si los enfermos mentales pueden deambular entre la estricta

diferencia de permanecer libres y enajenados, o internos con una posibilidad abierta a la sanación.

Desde el escenario del quiebre con una corriente psiquiátrica anterior, es que la escuela

alemana psiquiátrica toma parte importante en el quehacer médico chileno, desplegando su teoría

a través de múltiples ensayos, los cuales configuran un estado de la cuestión de la psiquiatría

chilena, que a portas de 1936 posibilita la materialización de la aplicación de las terapias

biológicas en nuestro país.


2
Roy Porter. Breve historia de la locura, primera edición en castellano, 67.
3
Michel Foucault.Historia de la locura en la época clásica”, Fondo de cultura económica, 1967,75.

4
Es por éstos motivos, que en la presente investigación nuestro objetivo sea el registrar y

problematizar la existencia y aplicación de las terapias biológicas como método de tratamiento

por excelencia en los pacientes del instituto psiquiátrico de Santiago entre los años 1936 y

1951.De éste modo se hace posible observar la práctica médica psiquiátrica atendiendo a los

problemas mentales de la época, cuya respuesta parece enmarcarse exclusivamente en los rangos

que la terapéutica biológica ofrece.

Dicho registro y problematización llama la atención como centro de éste estudio al

percatarnos de la continua problemática de la psiquiatría a través de la historia, la cual se inscribe

dentro de una necesidad de legitimarse como ciencia médica.

Si bien la medicina inscribe a la psiquiatría dentro de sus especialidades, esta ha tenido

serias dificultades para ceñirse a los rangos científicos, quizá por parecer algo mas reflexiva,

rasgo que será mas tarde un instrumento útil para poder sincronizar los discursos médicos y

científicos con las diversas realidades históricas presentes, sin peligro a que dicha extrapolación

parezca anacrónica, sino mas bien un proceso paulatino.

“Hay que agregar el hecho de librar a las enfermedades mentales de los tabúes que la envolvían, y terminar con el
ostracismo que las habría convertido en la cenicienta de la medicina”4.

Pero es desde el siglo XX que la medicina es impulsada por un desarrollo científico y

técnico, con una meta mas resolutiva a través de lo empírico, lo que mas tarde se encarnará en un

paradigma biologicista y orgánico, raigambre desde la que se gesta y justifica la implementación

de las terapias biológicas.

De este modo se explicita un quiebre y ruptura con el modo de ejercer la práctica

psiquiátrica hasta entonces , quedando de manifiesto la necesidad de la psiquiatría como escuela

4
Babini, op. cit., 20.

5
de replantearse en cuanto a sus procedimientos, necesidades, y alternativas que ofrecía para dar

asistencia a la enfermedad mental.

“La historia de la medicina ha de reflejar las cambiantes concepciones que en cada tiempo y lugar ha abrigado el
hombre respecto de ella, así como los variados comportamientos de las parejas sociedad-enfermo, sociedad-
enfermedad, medico-enfermo, etc.”5.

Es por ello que observaremos el modo de implementación de las terapias biológicas en

Chile, fruto de la adhesión del cuerpo médico a la tendencia organicista en materias psiquiátricas,

tendencia que explica un quiebre con el modo de entender y proceder con la enfermedad mental

hasta antes de 1936, y que plantea nuevos paradigmas, los que serán encarnados en la práctica

psiquiátrica nacional.

De este modo, otra de las preguntas girará en torno a la relevancia de las terapias

biológicas sobre los pacientes, éstos últimos como un receptáculo de ensayo y experimentación

con el fin de derribar los mitos psiquiátricos y su concepción rudimentaria y secundaria que la

envolvía como una disciplina a la sombra del asilo.

Desde ésta noción se hace pertinente destacar el ensayo y la experimentación como

patrones bajo los cuales se justificó la permanente aplicación de las terapias biológicas sobre los

pacientes, entendiendo estos conceptos como características relacionadas directamente con una

era de técnica y tecnologización en psiquiatría, producto de la forma de proceder e implementar

las terapias biológicas.

Desprendiéndose desde el ejercicio de la prueba y la experimentación de la práctica

médica, se vuelve pertinente el llamado a una reflexión del espacio psiquiátrico que ad portas de

1936, fecha desde la cual se inicia esta investigación, nos remite a dicho lugar como una especie

de sitio de ensayo. Dentro de este espacio ese que se comenzarán a experimentar una serie de

técnicas, las cuales serán descritas bajo los nombres de electrochoque, coma insulínico, choque

5
Babini, op. cit., 22.

6
cardiozólico, etc., todas ellas terapias publicadas bajo el orden de artículos científicos en las

revistas chilenas de psiquiatría y disciplinas conexas, neuropsiquiatría, medica de chile, y mas

aún, observadas en la práctica, mediante las fichas clínicas que esta investigación incluye.

Ya la mera reclusión será una meta insuficiente para la psiquiatría a comienzos del xx:

bajo una nueva tendencia, la orgánica, se apelará a brindar tratamiento bajo supuestos científicos,

lo cual llevará a una puesta en marcha de la nueva terapéutica de una manera apresurada y poco

reflexiva, profundizando en la aplicación del tratamiento bajo estrictos y rígidos protocolos

médicos.

Así, logramos que la historia de la psiquiatría sea mirada desde un todo unido, en donde

diagnósticos, terapias, criterios médicos, cultura y sociedad están llamados a converger en un

mismo momento histórico y contexto sociocultural, para ser representados de la mejor manera

posible.

La voz que delineará el relato de la presente investigación será esbozada por parte del

cuerpo médico y de los pacientes en partes equitativas. De este modo, la intención es evidenciar

este proceso de quiebre y reorientación de la psiquiatría, producto de una tendencia médica de

raigambre más biológica y orgánica, con especial énfasis en definir el grado de importancia

otorgado al paciente psiquiátrico dentro del periodo de implementación de las terapias biológicas,

destacando el impacto producido por las terapias en ellos, en sus enfermedades y realidades

socioculturales correspondientes.

La metodología utilizada para la concreción de la presente investigación es de carácter

cualitativa. Dentro de éste aspecto, las fuentes tomadas para el desarrollo de éste trabajo otorgan

un alto contenido de discusión científica y médica, la cual es aportada en su mayoría por

publicaciones de revistas médicas como la Revista médica de Chile, Neuropsiquiatría,

psiquiatría y disciplinas conexas, entre los años 1936 y 1951, las que arrojan el mas alto

7
contenido de información para describir el recorrido de las terapias en nuestro país y son de fácil

acceso.´

Dentro de éste mismo aspecto, la ficha clínica psiquiátrica es nuestro material de primer

orden, debido a que con ella se nos hace posible observar la práctica en contraste con el

discurso medico erigido desde las publicaciones científicas referidas anteriormente. Por su

condición de documento médico estrictamente formal, su acceso fue dificultoso, pero una vez

obtenido el material, su contenido resultó satisfactoriamente nutritivo.

Del mismo modo, utilizamos bibliografía pertinente para abordar nuestra pregunta de

investigación desde la historia de la medicina y la escuela orgánica psiquiátrica, con el fin de

profundizar el contexto en el cual dicha implementación se encuentra inmersa y así poder lograr

posesionarnos en las preguntas por la Salud, la enfermedad y mas aún, la enfermedad mental y

sus perspectivas de estudio.

Volviendo a la importancia de las fuentes, éstas nos remiten a un estado de la psiquiatría

que para 1936 abre sus perspectivas a la irrupción y consolidación de una nueva escuela

psiquiátrica, la cual será la encargada de replantear, y al final del periodo, posesionar un nuevo

enfoque de estudio para la enfermedad mental.

Del mismo modo , nuestras preguntas planteadas quedan abiertas a una posterior

evaluación en relación al impacto de las terapias biológicas , la labor del cuerpo médico , y la

real importancia del paciente como centro de análisis, que si bien son las materias de las cuales

nos hacemos cargo a lo largo de la investigación , consideramos de largo alcance para ser

retomadas como inquietudes producidas en torno a ésta nueva perspectiva de análisis de la

enfermedad mental , la cual es propuesta dentro de la presente investigación que se ofrece a

continuación.

8
1.- Cuerpo Y Locura: La enfermedad mental y sus enfoques de tratamiento psiquiátrico:

“Si hubieran podido mostrar sobre que fondo de sensibilidad social ha podido formarse la conciencia medica de la
locura, y hasta que punto le sigue estando atada, puesto a que es esta sensibilidad la que sirve de elemento regulador
cuando se trata de decidir entre un internamiento o una liberación”6

Sobre los Tratamientos:

El manicomio como institución que se hará cargo de contener y asistir a los enfermos

mentales, ha sido considerado para la historia de la psiquiatría como un sitio de encierro sobre el

cual se ha hecho muy difícil a lo largo de la historia, poder plantear criterios contundentes en

relación al tratamiento de los enfermos psiquiátricos. Si bien la institución psiquiátrica como tal

no es nuestro centro de análisis, sino mas bien los tratamientos, se vuelve lógico el remontarnos

al primer lugar en donde se gestan las decisiones, labores, y tratamientos, los que muchas veces

serán decisivos procedimientos sobre los pacientes, y en donde a través de la práctica se hace

posible observar el recorrido de la terapéutica en el recinto psiquiátrico.

La historia de los tratamientos psiquiátricos es un proceso que se inscribe desde un inicio

sin grandes ambiciones, es decir, el manicomio y sus posibilidades de brindar tratamiento, se

inscribieron bajo los patrones del amparar y asistir a los enfermos, criterios muy ajenos a

nociones posteriores y notoriamente mas determinantes como las de de sanar y revertir una

6
Foucault, op, cit., 127.

9
patología psiquiátrica. Sin embargo los hospitales, como una etapa posterior y renovada en

comparación con el asilo, fueron volcando sus preguntas en torno a las realidades médicas mas

urgentes, como el visible aumento de enfermos psiquiátricos internados en la institución, lo cual

gatilló una reflexión en torno a la rehabilitación de los pacientes y a la manutención de ellos

dentro de las paredes del asilo.

Ya no bastaría con el encierro y con el razonamiento platónico de “Si un hombre está

loco no puede permitirse que ande libre por la ciudad, sino que su familia debe recluirlo en tanto

sea posible”7. Sino que todo lo contrario. Se apelaría al recinto psiquiátrico como un espacio con

metas mejor dispuestas, en donde el tratamiento de los pacientes se uniría al gran objetivo de la

recuperación, traducido en el egreso hospitalario como una materia que permanecerá inscrita de

manera constante en el desarrollo de los tratamientos con el fin de que éstos logren una mayor

eficacia.

Podemos señalar de este modo, un acto revisionista por parte de la práctica psiquiátrica

para fines del siglo XIX, dentro de la cual se realiza una autocrítica en relación a la efectividad

del asilo como una institución verdaderamente terapéutica como bien lo señala el historiador de

la psiquiatría Rafael Huertas.

“Esta degradación sistemática y progresiva de los asilos ha sido del colocar al loco en el mas rígido de los
biologismos y asumirse sin dificultad su “incurabilidad”, los establecimientos a ellos destinados se convirtieron en
un depósito de individuos irrecuperables abandonados desde el punto de vista médico y administrativo, y
condenados en la mayoría de los casos al encierro permanente”8.

De este modo, y ante dicha realidad, el llamado era a generar un cambio de paradigma, en

donde se posesionara al enfermo y las perspectivas en torno a su tratamiento como una materia

de primer orden, antes de caer en discusiones en relación a su condición asilar.

7
Foucault, op, cit., 94.
8
Rafael Huertas. Del manicomio a la salud mental: Para una historia de la psiquiatría pública, fondo de
Investigaciones sanitarias de Seguridad social, Madrid, 2002, 91.

10
Un primer momento: el asilo

Los modos de acción del asilo se replantearon para poder desplazarse al terreno de la

institucionalidad de los recintos psiquiátricos, ya que ésta exigía diferentes y renovadas

perspectivas para dar tratamiento a los pacientes. De este modo, se comenzaría a hablar del

hospital o Institución Psiquiátrica como un sitio que poseía una notoria distancia de lo que el

asilo significó y contribuyó en primera instancia para los enfermos mentales.

Para inicios del Siglo XX el enfermo mental no sería único y exclusivo objeto del asilo,

sino que debería responder las preguntas a su enfermedad bajo patrones que la institución

psiquiátrica tendría que brindarle. Se acababan las horas de encierro y prácticas sin fundamento

en donde el manicomio solo hizo uso de sus instrumentos para desbordar las paredes del recinto

con pacientes sin perspectivas de mejora.

“El manicomio privado sirvió para “comerciar con la locura”, pero también funcionó como un promotor obligado del
desarrollo de la psiquiatría como ciencia y arte. El asilo no se instituyó para practicar la psiquiatría; mas bien la
psiquiatría fue la práctica que se desarrolló para manejar a los internos”9.

Era el momento para que la práctica psiquiátrica se consolidara y dictaminara un nuevo

ordenamiento a la forma de entender y tratar a los enfermos mentales internados en la institución.

Es por ello que el llamado para inicios del siglo XX fue el de ofrecer tratamiento para los

pacientes, y mas aún, visibilizar las herramientas, procedimientos, y fundamentos para que estos

tratamientos tuvieran un impacto eficaz en los enfermos mentales, abriendo de esta manera las

posibilidades del recinto.

Esto se concretaría sobre la base de superar y redefinir el hospital psiquiátrico bajo la

óptica de ampliar los servicios médicos y administrativos, con el fin de gestar un cambio de

9
Porter, op, cit., 103.

11
rumbo en torno a las metas y objetivos planteados para la institución, o mas bien, plantearlos de

manera clara, para que éste comenzara a funcionar bajo el alero de la ciencia.

“El auténtico cambio conceptual en el tratamiento de la locura no viene dado tanto por la desaparición – el
bienintencionado intento de desaparición - del manicomio como por la incorporación de nociones y modos de hacer
de la salud publica a la psiquiatría”10.
Desde esta perspectiva el enfermo sería tratado desde un enfoque más social, como

miembro activo de la sociedad, con el fin de recuperarlo como tal y de ese modo lograr eliminar

las probabilidades de continuar significándolo de manera centrada exclusivamente en su

enfermedad mental. De este modo la institución debía hacer todo lo que estaba de su parte para

ofrecer al enfermo el máximo de bienestar e intentar concentrar ésta mejora a la luz de los

tratamientos.

La autoridad de la enfermedad:

El constante problema de la realidad psiquiátrica retratada por la historia de la psiquiatría,

ha sido atribuirle más importancia a la institución que a los tratamientos para curar las

enfermedades mentales, lo que Alan Corbin ha señalado como “La extensión del espacio dado a

la psiquiatría”11. Esta extensión de las facultades al terreno psiquiátrico a través de la institución

propiamente tal, ha sido mediada por las atribuciones que a lo largo de la historia le hemos

otorgado a la voz médica como actores hegemónicos del espacio psiquiátrico, a diferencia del

trato que le hemos brindado al paciente, receptáculo de prejuicios morales y clínicos, objeto de

ensayos y experimentos, continuamente subordinado.

Esto puede deberse al grado de importancia que otorgamos al dolor, al padecimiento de

un mal, a la posesión de la enfermedad. La voz médica es la encargada de retratar los

10
Huertas. Del manicomio a la salud mental: Para una historia de la psiquiatría pública, Fondo de Investigaciones
sanitarias de Seguridad social, Madrid, 2002, 125.
11
Alan Corbin. Historia del cuerpo 2: De la revolución francesa a la gran guerra, Edición Taurus Historia, Madrid,
2005, 235.

12
procedimientos, de evocar el daño y la presunta mejora, por ello tan protagónica y que se nos

vuelva tan necesaria, ya que caemos constantemente ante el imperio de la enfermedad, y es a

través de quienes pueden hacerse cargo de ella que buscamos las respuestas de manera constante.

“Se comprende que la lucha contra el dolor no se haya podido desarrollar fácilmente a ritmo rápido. En el siglo XX
sigue impregnando las mentes la teoría aristotélica de que el placer y el sufrimiento tiene un mismo fin: nuestra
conservación”12.

Y es ese el dolor lo que se busca subsanar, y por éste motivo la enfermedad comienza a

configurar la necesidad de recurrir a los facultados de poder revertir dicha situación, el cuerpo

médico.

Es por ello que el paciente continúe de manera silenciosa. Si es el cuerpo médico el

encargado de llevar a cabo el relato de la salud y la enfermedad, el paciente y su historia

continúa de manera sigilosa, sin gestar incidencia.

Desde una historia de la Psiquiatría:

A lo largo de la historia de la psiquiatría, ha constituido un terreno escabroso el librar a

los pacientes psiquiátricos de las taras y tabúes que su enfermedad implica. Continuarán

definiéndose como lo “diferente, desviado y potencialmente peligroso”, merodeando dentro del

terreno de su estigmatización, haciéndose cada vez mas difícil dar un salto significativo en

materias clínicas psiquiátricas para poder gestar el escenario propicio en donde se discutan por

razones mas fundamentadas los motivos de los internamientos y los encierros, las continuas

reclusiones, y los tratamientos que se les ha brindado al interior de éste.

Es por ello que a inicios de 1936 se apeló a un cambio de paradigma: a dejar atrás aquella

realidad psiquiátrica que resultaba incuestionable, aquella de “sujeciones físicas, sangrías, purgas

y vómitos”, en donde no habían reflexiones en torno al modo de proceder con los enfermos, y

12
Corbin, op, cit., 252.

13
estos continuaban constituyendo un receptáculo de violencia moral y física sobre sus cuerpos ya

enfermos. Es por ello que dichos postulados quedaron en suspensión, para ser retomados tan solo

a modo de evocación histórica pertinente a los tratamientos psiquiátricos.

Ésta desvaloración del enfermo psiquiátrico no posee un inicio y un fin notoriamente

definido en la historia médica psiquiátrica. Resultaría sencillo culpar a la práctica médica en sus

inicios, pero tampoco podemos enceguecernos ante una realidad que para 1936, fecha en la cual

se inicia la presente investigación, todavía poseía debilidades en relación a la estimación y

valoración del enfermo psiquiátrico.

De todos modos fue el momento en que la psiquiatría tomó los postulados de la escuela

orgánica13 , el momento dentro del cual el cuerpo comienza a ser valorado con aún más fuerza

dentro de múltiples y exclusivas condiciones biológicas.

“La nueva ciencia reconfiguraba el cuerpo humano en términos mecánicos, que ponía en relieve el papel de los
sólidos y se representaba la maquina del cuerpo como sistema hidráulico de tuberías o como un circuito de cableado
neurológico que conectaba los miembros al cerebro y conducía eléctricamente las sensaciones y el movimiento”14.

De este modo se hacía difícil escapar a una encapsulación del paciente psiquiátrico como

objeto de ensayo y experimentación bajo condiciones tan técnicas como las señaladas.

De la Beneficencia a la ciencia: Un nuevo garante en Salud

La enfermedad mental y el paciente psiquiátrico necesitaban desplazar sus preguntas

hacia la consolidación de sus tratamientos, y para ello definir claramente quiénes serían los

encargados de velar por ellos y cómo. De este modo se inscribía una clara misión al cuerpo

médico, la de intentar desarrollar enfoques mejorados y técnicas novedosas para brindar

tratamiento a los enfermos mentales.

13
Ir a Glosario.
14
Porter, op, cit., 124.

14
Así, la institución psiquiátrica sería el garante de nuevas perspectivas en materias de

salud, elementos entonces que se volvían sustentables sobre cánones que la ciencia amparaba.

Los tratamientos comenzarán a tomar forma y valor dentro de los esquemas terapéuticos de los

pacientes, proceso que no queda ajeno de límites, complicaciones y discusiones.

“Sería necesario esperar la influencia de los tratamientos psiquiátricos, éstos últimos menos agradables para los
pacientes (medicamentos, electrochoque, etc.) para que la perspectiva médica se orientara en otras direcciones en
relación a los “degenerados”15.

Con una noción en vías de mejorar y hacer más eficaz la permanencia de los pacientes al

interior de la institución, se puede señalar e inscribir un proceso de reformulación de los

tratamientos como lo mencionado anteriormente. Dicho proceso no se entiende sin un cambio de

paradigma en relación al modo de proceder y administrar las materias médicas y administrativas

al interior de la institución, lo que supone una ruptura con el modelo en salud anterior: de asilo a

hospital, lo que conlleva a una institucionalización de la práctica psiquiátrica por medio de los

tratamientos, éstos, ahora bajo patrones técnicos y científicos.

La beneficencia ya había mostrado sus límites para dar marcha a la dirección de los

recintos asistenciales. “Todo seguía igual en las salas de enfermos de los hospitales de la

república. Regentadas por el gran filántropo – hombre de negocios, dueño de la hacienda, espíritu

altruista – quien administraba las herencias y las rentas” 16 .Por lo tanto ahora sería el Estado el

encargado de encabezar una nueva propuesta de modelo en salud, encarnado en la

institucionalidad de los recintos.

Chile a portas de 1936:

15
Corbin, op, cit., 276.
16
María Angélica Illanes. En el nombre del pueblo, del estado y de la ciencia: Historia social de la salud publica en
Chile 1880-1973, Santiago, 1993, 124.

15
Como lo señala el historiador Diego Armus, en Chile fue la presidencia de Ibáñez la

encargada de establecer los fundamentos de un Chile moderno a través de la institucionalización

de medidas orientadas a garantizar el acceso a la atención médica de los sectores populares, las

cuales gozaron de una sólida reglamentación durante ésta presidencia.

Así se logran implantar de manera sólida las bases del modelo en salud para el siglo XX,

cuyo sello será el de institucionalizarse bajo los enfoques de lo científico y la técnica. “Una

asistencialidad para pobres, aunados el protagonismo, la figuración y los propios conceptos de la

caridad y de la ciencia, bajo el nombre del Estado”.17 Bajo un canon algo más establecido en

materias de salud, el esfuerzo se inscribe en definir a través de un proceso paulatino la función de

la institución psiquiátrica frente al enfermo, impulsando una institucionalidad en aras de una

administración más cercana a los criterios de la ciencia.

Estas reformas incorporaron también la creación del Ministerio de Higiene, Asistencia y

Previsión Social. Con estos hechos, son los médicos ahora colegiados, los encargados de asumir

un liderazgo supremo en la concreción de un sistema de servicios de salud mas organizado, con

mayor cobertura y bajo la intención de que ésta sea curativa y rehabilitadora 18 , concluyendo

dicho proceso en la creación del Servicio Nacional de Salud el año 1952.

El Paciente como un nuevo actor:

Con el Estado como garante y protector del modelo en salud a la cabeza, se produce la

aparición de los enfermos como un nuevo actor del que hacerse cargo. Pero ésta labor ya no

tendría única relación con su internamiento psiquiátrico, sino que en dirección a los modos de

tratamiento, a sus realidades sociales y mentales para observar de este modo, como la psiquiatría

17
Illanes, op, cit., 129.
18
Diego Armus. Avatares de la Medicalización en América Latina 1870 – 1970, Editorial Lugar, 116.

16
bajo sus criterios mas científicos, logra cumplir sus promesas de brindar tratamientos mas

efectivos.

Del mismo modo como los tratamientos comienzan a concretarse y conformarse de

manera mas técnica y especializada , se produce la reflexión entorno a la importancia de quiénes

serán los receptores de dichos esquemas terapéuticos , develándose la visibilidad del paciente

como un agente un poco mas activo dentro del tratamiento .En este sentido, lo que se busca es

otorgarle un significado a su realidad social , moral y sobre todo mental a cuestas, trascendiendo

su mera condición de paciente como un presunto objeto de instrumentalización. “Del otro lado

del internado no solo se encuentra pobreza y locura, sino también rostros bastante mas variados, y

siluetas cuya estatura común no siempre es fácil de reconocer”19. No es que el enfermo mental no

hubiese existido, todo lo contrario, es ahora la importancia que toman los tratamientos, la excusa

perfecta para que los receptores de las terapias se vuelvan visibles ante la práctica médica.

Al interior de las puertas del internado se abogará por sondear y encontrar el terreno

óptimo para desarrollar la práctica psiquiátrica. Lo interesante es que la medicina intentará

desafiarse a sí misma buscando y sorteando nuevas perspectivas para el tratamiento de la

enfermedad mental en dirección a los pacientes.

Los enfermos y sus realidades físicas, mentales y sociales serán parte de las nuevas

preguntas de las cuales la medicina probará hacerse cargo. La práctica médica y la nueva

propuesta en torno a los tratamientos necesitarán apoyarse en un enfoque social que la labor

psiquiátrica posee pero que hasta ahora se encontraba oculta.

“Es claro que el internado, en sus formas primitivas, ha funcionado como un mecanismo social, y que ese
mecanismo ha trabajado sobre una superficie muy grande, puesto que se ha extendido desde las regulaciones
mercantiles elementales a el gran sueño burgués de una ciudad donde reinara la síntesis autoritaria de la naturaleza y
la virtud”20.

19
Foucault, op, cit., 126.
20
Ibid.

17
Si en la época clásica el internado se inscribía bajo la idea de eliminar a estos locos, es

ahora el momento de evaluar como poder brindarles tratamiento, todo ello congregado bajo una

nueva promesa de la psiquiatría, la de la mejora y el egreso hospitalario, la cual iría dirigida en la

búsqueda y concreción de mejores modos de proceder terapéuticamente para con los enfermos.

Del mismo modo como buscamos construir el relato de la puesta en marcha y concreción

de los tratamientos sobre los enfermos, resulta interesante establecer la relación entre médicos y

pacientes, narrar la práctica médica, pero al mismo tiempo parte de las vivencias registradas en

las historias clínicas de los pacientes. Desentrañar la realidad de aquellos que concurrían a los

hospitales, en este caso la institución psiquiátrica, debido a que son ellos y sus cuerpos los

receptores de estos tratamientos.

“Por la naturaleza de sus fuentes, sus voces no aparecen sino mediadas por la visión de los profesionales de la salud
que los asisten o que los describen. Pese a esta clásica limitación, común a muchos estudios históricos, existe el
genuino interés de no escribir solo desde los médicos y su que hacer, sino ampliar el registro a los efectos de sus
acciones y sus políticas”21.

Dicha reflexión será nuestro objetivo a lo largo de los siguientes capítulos. Intentar

delinear, definir y traducir, pese a las mediaciones históricas y médicas, las impresiones y

percepciones de los pacientes a través de ciertas vivencias escritas en sus respectivas historias

clínicas, con la intención de equiparar y contrastar con el material médico, las diversas

reflexiones entorno al proceso de implementación y consolidación de las terapias biológicas en

nuestro país.

Para entender dicho proceso en torno a la discusión de los tratamientos biológicos, nos

apoyaremos en la noción de ciencia como criterio para explicar como se gesta un quiebre con el

modo de proceder dentro de la práctica médica, la cual hasta antes de 1936 era manejada bajo la

idea de amparar y asilar, mientras que con la irrupción de un nuevo modelo en salud y la

21
María Soledad Zárate. Por la Salud Del cuerpo: Historia y politicas sanitarias en Chile, Ediciones Universidad
Alberto Hurtado, Santiago, 16.

18
aparición del Estado como garante de el, se produce el cambio de rumbo hacia la tecnificación

de los contenidos psiquiátricos.

Es por ello que la técnica se configurará como herramienta clave para entender dichos

procedimientos, ya que será el modo de proceder y la discusión en torno a los modos de emplear

los tratamientos, la justificación para el uso de éstos.

Otro de los garantes del proceso de tecnificación lo constituirá la conformación de

protocolos médicos22 en torno a las terapias. Serán rígidos esquemas terapéuticos los encargados

de avalar la puesta en marcha apresurada y sistemática de las terapias biológicas, anulando

cualquier espacio de reflexión y convivencia con otro tipo de terapéuticas.

Ahora bien, las terapias biológicas23 entendidas como una serie de terapéuticas empleadas

para dar tratamiento a la enfermedad mental bajo los enfoques de lo orgánico y lo biológico,

ruptura con el precedente anterior, son entendidas bajo la implantación de una nueva tendencia

en psiquiatría. Dicha tendencia reposará bajo el amparo de la Escuela organicista alemana para

explicar su proceder.

Del mismo modo hablamos de tendencia, como el producto de una nueva corriente la cual

es adoptada por el cuerpo médico Chileno y se convierte en hegemónica sobre las anteriores hasta

el grado de anular otros esfuerzos terapéuticos existentes.

Este es el estado de la psiquiatría para la década del treinta, fecha desde la cual se inicia

nuestra investigación, momento que intentará registrar y problematizar la existencia y

permanencia de las terapias biológicas sobre los pacientes internados en el instituto psiquiátrico,

a través de los conceptos anteriormente planteados, en un Chile que inaugura una nueva forma de

proceder con la práctica psiquiátrica a portas de 1936.

22
Ir a Glosario.
23
Ir a Glosario.

19
2.- De casa de Orates a Instituto Psiquiátrico: La forja científica al interior de la institución

y una escuela que emerge:

Cambio, Transición, y medicina al interior del Instituto Psiquiátrico:

En Chile, la historia de los recintos psiquiátricos comienza en la ciudad de Santiago el 8

de agosto de 1852 bajo el nombre de “casa de Orates de Nuestra Señora de los Ángeles.

Si bien se iniciaba la posibilidad de albergar a los enfermos, los tratamientos con los

cuales se intentaba contener a éstos carecían de un fundamento científico, ya que la idea

imperante la constituía tan solo la de recluir y encerrar, para que de este modo los enfermos

pudieran estar mas aislados de la sociedad, y así ésta no estuviera en peligro de enfermarse. “Allí

se les tranquilizaba con sangrías, palos y duchas frías; se les colocaba también el cepo, y si todo

esto no lograba amansarlos, eran encerrados y atados a una cadena”24.

Los tratamientos eran escasos, pero en algo contribuían en un afán de auxiliar el

desarrollo de las patologías 25 : quizá detener el avance progresivo la enfermedad, o el simple

deseo de contenerla de alguna manera, incluso en 1885 ya se hacía visible el uso de la

electricidad 26 como una de las alternativas de tratamiento a una basta gama de patologías.

“Importa hacer notar que la electricidad estática nos ha parecido apta para prestar grandes servicios, fuera de la
histeria, en una multitud de afecciones, las mas diversas, y en algunas que no podría ser reemplazada por otro
agente”27.

La pregunta giraría en torno a dos ejes, en una primera instancia ésta se vuelca en cuanto

al recinto psiquiátrico como sitio que busca implementarse de una mejor manera para albergar

24
Pablo Camus Gayan. Filantropía, medicina y locura; la casa de orates de Santiago. 1852-1931, Santiago, agosto
2002, 38.
25
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26
Electricidad estática, no electrochoque propiamente tal.
27
Camus, op, cit., 38.

20
con mayores expectativas a los enfermos, y segundo y más complejo, en relación a los tipos de

tratamientos brindados a los pacientes, pregunta que tomará forma una vez que la medicina

irrumpa de manera mas clara al interior del recinto, proceso unido al retiro de una junta benéfica

en la dirección de éste, y a la irrupción del cuerpo médico regido cada vez mas a la luz de la

ciencia.

Para inicios del siglo veinte la ciencia al interior del hospital psiquiátrico aún era precaria.

En Chile, tener un enfermo mental, todavía constituía un foco de vergüenza y una excusa

perfecta para ocultar. Se poseían pocas nociones en psiquiatría, como gran retraso médico y

científico, y éste terreno se convertía además en un espacio misterioso que infundía temor en la

población, concibiéndose como necesario el aislarlos y apartarlos de la sociedad.

Si bien la casa de Orates cumplió un rol importante en la reclusión de los enfermos

mentales, el curso del siglo veinte iba exigiendo nuevos cambios a la hora de efectuar un

tratamiento. Pronto llegaría el punto en que el mero aislamiento de los enfermos ya no sería

suficiente, y se abogaría por métodos mas científicos y demostrables para su recuperación. “El

objetivo del recinto, mas que lograr una asistencia adecuada para la curación del mal, fue, como

antes, el de excluir estos individuos, dada la molestia y el peligro que representaban para la

sociedad”28.De este modo se inscribía una labor algo retrasada del recinto, la cual se orientaba

al encierro y retención de los enfermos, dotándola de una visión carcelaria, concordante con el

tipo de tratamientos erigidos desde la escuela francesa, la imperante escuela psiquiátrica anterior.

Suficiente o no, la Casa de Orates prestaba una asistencia precisa; la de encerrar y recluir,

dos funciones que incluso fueron bastante cuestionadas debido al estado miserable y a las

bajísimas condiciones de las que yacía el recinto.

28
Camus Gayan, op, cit., 40.

21
Estas características comienzan a ser el reflejo de un modelo en crisis: la beneficencia ya

no daba abasto, dejando al desnudo la imposibilidad de sostener el recinto mediante obras de

caridad y bajo la óptica de órdenes religiosas que poco y nada sabían de administrar un centro

hospitalario. Es por ello que se inician las primeras contrataciones médicas al interior de la

institución bajo la idea de dar un vuelco al panorama existente, y con ello poder absorber las

demandas cargadas de necesidades más prácticas y urgentes. El llamado era entonces a la forja

de la ciencia con extrema urgencia, a una administración más técnica y entendida en materias

médicas, herramientas que un cuerpo médico con visiones científicas podría brindar.

La figura del médico era todavía una voz sin tanta incidencia ante la supremacía de la

junta de beneficencia conformada en su mayoría, por filántropos, entre ellos oligarcas y hombres

de negocios, por esos años directores del recinto. Pero dicha realidad también nos mostraba la

otra cara; la de un Chile que se quedaba atrás en avances médicos y científicos.

La presencia de médicos era un grito que cada vez hacía más eco, y la Junta Directiva al

mando del hospital comenzó a agitarse. La compra de un terreno para la construcción del nuevo

edificio veía su concreción en un futuro próximo, al igual que la inserción de un cuerpo médico

que dotara de una visión más científica el recinto hospitalario.

Es por ello que Ramón Elguero es recordado como el primer profesor de enfermedades

mentales al interior de la institución psiquiátrica, ya que logró impregnar la práctica médica y

psiquiátrica de una visión integral y complementaria en relación a los esquemas de tratamientos

para los enfermos mentales.

Del mismo modo lo hizo Francisco Beca, compañero de Arturo Vivado, cuyas labores

trascendieron las paredes del recinto para desplazar la labor psiquiátrica a la Universidad Católica

de Chile con el fin de inaugurar dicha cátedra.

22
Podríamos nombrar a un sin número de médicos que difundieron su labor científica al

interior de la Institución bajo este nuevo enfoque que se construía ante la posibilidad de poder

brindar tratamientos cada vez mas específicos y eficaces al paciente psiquiátrico. Ignacio Matte ,

los hermanos Horwitz y tantos otros médicos que forjaron y ejercieron su práctica desde

concepciones muy rudimentarias del ámbito médico , hasta situar a la psiquiatría bajo

paradigmas biologicistas29 como los postulados por Arturo Vivado y sus seguidores desde 1936

en adelante, inscribiendo así un proceso culmine que daría paso al ensayo y experimento de las

terapias biológicas con una premisa medica y orgánica guiada por el afán de hacer mas

científico el tratamiento psiquiátrico.

De este modo se da inicio a una suerte de genealogía médica, en que diversos doctores se

irán insertando en el terreno de la medicina psiquiátrica, brindando asistencia y más aún

tratamiento. Así, el instituto psiquiátrico se convertirá en una escuela en la que grupos y equipos

médicos de diversas corrientes pondrán su sello bajo la idea de un mejor tratamiento para los

enfermos residentes.

Con estos hechos puede decirse que la Casa de Orates era un terreno que debía continuar

un camino evolutivo y que requería una constante puesta al día, ya que si bien había aspectos que

mejoraban por un lado, los insumos e implementación del recinto fueron una historia de continua

carestía.

Si bien los ingresos y prestaciones habían aumentado, el número de enfermos volvía a

dejar las cifras en cero. La falta de presupuesto suponía una involución al modelo anterior,

29
Ir a Glosario.

23
volviéndole dicho establecimiento en un depósito de enfermos, más que en un recinto con una

promesa de mejora para sus pacientes.30

Era poco con lo que se podía avanzar: si bien se contaba con un cuerpo médico emergente,

la falta de recursos materiales aún truncaba el proyecto.

Pero las dificultades venían más de fondo: la implementación y las problemáticas

derivadas de temas estrictamente económicos y administrativos parecían un tema superficial ante

la realidad de un Chile con concepciones aun muy rudimentarias en relación a los enfermos

mentales. Esto a diferencia del concierto mundial, lo cual impedía que el proyecto avanzara.

“El fondo del asunto era que la sociedad no consideraba aún a los locos como enfermos a los cuales había que darles
una asistencia adecuada para su curación, sino mas bien veía en ellos seres endemoniados, o también, individuos
peligrosos de los cuales había que protegerse”31.

La discusión en torno al tratamiento de los pacientes psiquiátricos se inscribe dentro de

los márgenes sociales y culturales, de cómo se percibe y hace frente a la enfermedad mental, la

cual ahora tendrá que iniciar su lucha por ser concebida como una enfermedad como cualquier

otra.

La devastadora situación en que se encontraba la asistencia psiquiátrica pedía una

reforma. Para 1912 la recepción de enfermos tuvo que ser suspendida debido al colapso de la

Casa de Orates. “Por no haber local disponible donde alojarlos, pues la casa estaba

completamente llena de enfermos y gran parte de ellos tenían que dormir en el suelo”32.

Así, la Casa de Orates se volvió un terreno poco amistoso para ejercer la práctica médica.

Se necesitaba un cuerpo profesional a cargo con nuevas ideas, y una óptica médica en relación al

tratamiento de la enfermedad mental. De este modo, se lograría dar cuenta de las carencias y

necesidades para una mejora no sólo del establecimiento, sino que también de los pacientes.

30
Eduardo Medina, “De manicomio nacional a hospital Psiquiátrico”, Chilena de Neuropsiquiatria, (Santiago), 38,
2000, 3.
31
Camus Gayan, op, cit., 49.
32
Camus, op, cit., 51.

24
“Se imponía la necesidad de construir otro recinto. Se estaba malgastando el presupuesto en el ensanche de la casa de Orates en
circunstancias que la ciencia no recomendaba, bajo ningún punto de vista, la acumulación de tantos dementes en un mismo
espacio físico”33.

En este momento es que los escasos, pero existentes médicos de la casa de Orates alzan su

voz delineando los márgenes ideales con los cuales ellos pretendían actuar en materias de salud,

nociones correspondientes a un modelo eminentemente europeo.

Ahora se estaba frente a un modelo claro para articular la asistencia psiquiátrica.

Corresponde a un concepto erigido desde la concepción médica, la que trataba armar un

panorama a semejanza de los supuestos europeos de avanzada.

“El tipo de hospital recomendado por los médicos alienistas de la época era el Open Door 34 ya que es unánime en la
junta el propósito de propender al Open Door lo que se realizaría cuando se consulten los fondos necesarios”35.

De este modo la acción médica comienza a ser cada vez más explícita. Si estos actores se

encontraban relegados a los esquemas benéficos, es ahora cuando se produce el quiebre en que

los profesionales de la salud inician su senda a la legitimación de la práctica psiquiátrica.

Así, se comprende el devenir de un actuar médico que no está lejos de una lectura política,

ya que serán los médicos los encargados de introducir, ensayar e institucionalizar los enfoques y

tratamientos en relación a los enfermos. De esta manera se esclarecen escuelas médicas,

prácticas con sus respectivos enfoques científicos, y discusiones teóricas referentes a las

tendencias médicas como lo será en el caso particular de las terapias biológicas, las cuales

fueron introducidas bajo la dirección institucional de Arturo Vivado, el responsable de su

ejecución en la institución psiquiátrica nacional.

Es de forma mas concreta que en la década del treinta se forjan algunas claridades en el

terreno médico, es decir, con el advenimiento de la ciencia en el tratamiento psiquiátrico, y más

33
Íbid.
34
Sector, Infraestructura psiquiátrica orientada al trabajo en talleres, labores, etc. Revista Alcmeon. Año 10, Vol. 7,
Número 4, Marzo 1999.
35
Camus Gayan, op, cit., 132.

25
aún, con la implementación de nuevas técnicas se logrará hablar de “protocolos médicos”, fruto

del efectivo reconocimiento, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad mental.

Ahora el enfermo mental no es tan solo un enfermo “sufriente”: su enfermedad es y

puede constituir un dolor tan fuerte como el producido por una patología cualquiera. Es por ello

que se comienzan a generar ideas de prevención y asistencia más reglamentarias frente al

trastorno mental.

De este modo, se nos presenta una primera idea de conciencia en relación al enfermo

psiquiátrico y su tratamiento, en donde se reconoce y diagnostica bajo conceptos más científicos,

pieza clave para proceder con el ensayo y la práctica de las terapias biológicas, la cual es abalada

detrás de los márgenes de la escuela organicista.

El Organicismo como una nueva Escuela que emerge:

El Organicismo36, la escuela psiquiátrica que se instaló para ejercer la práctica médica

bajo los conceptos de lo biológico alrededor de 1936 en Chile, funda su nacimiento en la

Alemania de fines del siglo XIX.

Por este periodo, Alemania tiende a un desarrollo de los recintos hospitalarios destinados

a materia psiquiátrica, proceso en el cual se suscribe una pequeña, pero más tarde notoria ruptura

con la escuela romántica, eminentemente francesa, y preponderante en el tratamiento de la

enfermedad mental. Es ahora el momento en que el recinto hospitalario tendió a

institucionalizarse para ofrecer al paciente psiquiátrico todo el bienestar posible bajo patrones

mas cercanos a lo científico.

El organicismo proponía nuevos fundamentos los cuales no quedaban exentos de la

formulación de una contraposición con la vertiente francesa. En este sentido, los románticos eran

36
Ir a Glosario.

26
enfáticos en el origen de la enfermedad mental por motivos psíquicos, acentuando su doctrina en

las sensaciones tales como el miedo, la angustia, etc., todos ellos de una raigambre más moralista,

lo cual resultaba completamente diferente de las premisas somatistas, los cuales resultaban

poseer una consistencia mas orgánica y física para dar sentido a sus fundamentos.

De este modo, “Se trabó una lucha entre los psiquistas y los somatistas, que se

interesaban, particularmente, en las modificaciones corporales observables en los enfermos

mentales, sin dejar de ser por ello menos especulativos que sus adversarios”37.

Pero el romanticismo se estaba volviendo impotente ante una escuela de carácter mucho

más universitaria como la organicista, la cual empujó las ideas anteriormente concebidas a un

olvido relativo, ya que la reincorporación de dichos postulados será mas tarde pieza fundamental

en la teoría de Freud y de su obra a través del psicoanálisis.

El enfrentar la enfermedad mental se comenzaba a configura bajo investigaciones

fundadas en materias orgánicas y cerebrales, en donde los estudios se volvían cada vez más

clínicos, momento preciso para la aparición de Emil Kraepelin, quién alrededor de 1903 comenzó

a dotar a la escuela alemana de una notoria orientación clínica, la cual se ofreció a la escena

médica internacional como una alternativa viable para gestar un nuevo enfoque de la enfermedad

mental.

Las terapias biológicas si bien significaron una nueva propuesta para el tratamiento de la

enfermedad mental, nunca intentaron desplazar ni menos omitir la idea de complementariedad

con otros tipos de terapias preexistentes, las cuales, dotaban de un procedimiento en dimensiones

mucho más psicológicas y sociales, áreas descuidadas por los patrones biológicos, y

profundamente arraigadas a la escuela psiquiátrica francesa, anteriormente preponderante.

37
Jacques Postel, Claude Quétel. Historia de la psiquiatría, México, 1987, 189.

27
De este modo las terapias biológicas se introducen bajo una definición acotada, que

suponía un quiebre con el modo de procedimiento de las enfermedades mentales instaurado

anteriormente. “Denominando como tratamientos biológicos a todas las medidas terapéuticas

donde se hacen operar agentes físicos, químicos y/o bioquímicos sobre los pacientes, y que

producen cambios en la conducta alterada de éstos”38.

La historia e inmediata puesta en marcha de las terapias biológicas se inicia en 1917 con

el descubrimiento de la malarioterapia 39 por Wagner Von Jauregg, quien “a través de la

inoculación del germen patógeno del paludismo, el plasmodium falciparum, tomando de la

sangre de un enfermo de malaria, le pareció ser el método menos peligroso”40.

De ésta manera se inauguraba la primera terapia biológica, la cual lograba dotar de un

tratamiento específico para las parálisis generales y que en su efecto, tuvo aplicación en Chile

tan solo un par de años mas tarde.

La insulinoterapia41 o cura de Sakel , se origina en 1933 comenzando a constituir otro de

los métodos utilizados por excelencia, cuyo procedimiento se orientaba a la consecución de un

coma hipoglicémico42 a través de la aplicación de altas dosis de insulina con el fin de ofrecer una

posible mejora para los enfermos de esquizofrenia , además de conformar una novedosa

propuesta al interior de las instituciones, ya que la ejecución de dicho método requería una

importante formación de personal especializado , conformando “Uno de los mejores ejemplos de

la transformación que un tratamiento somático puede efectuar en la actitud psicológica de los

terapeutas”43.

38
Alberto Monchablón Espinoza, “Breve reseña histórica de los tratamientos biológicos”, Alcmeon 16, 2.
39
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40
Postel, Quétel, op, cit., 530.
41
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42
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43
Postel, Quétel, op, cit., 531.

28
El cardiazol44, inventado en 1935, fue otro de los agentes utilizados para llevar a cabo

dichos tratamientos, especialmente con el objeto dar cura a la epilepsia. Pero el choque

cardiozólico no tuvo mayor trascendencia hasta la inminente llegada del electrochoque, ya que

“El electrochoque actúa bajo el mismo mecanismo patógeno, sustituyendo al cardiazol

ventajosamente”45.

De este modo el electrochoque 46 comienza a consolidarse como el método que se

visualizaba como el más exitoso, el cual desde sus primeras aplicaciones en 1938, pudo

desplazar otros métodos anteriormente testeados dentro de la gama de las terapias biológicas,

superando incluso las fuertes críticas que se le efectúan en relación a sus riesgos. Si bien el

tratamiento con electricidad se remonta a una fecha anterior, es éste el momento en que

comienza a ser aplicado como una terapia por excelencia para el tratamiento de la enfermedad

mental.

Finalmente los neurolépticos 47 , tranquilizantes y antidepresivos se transformaron en

1952 en la última propuesta biológica que provocó un alto impacto, ya que desde mediados del

siglo XX, se hacía posible entonces poder brindar un tratamiento específico para ciertos

diagnósticos a través de una acción bioquímica sobre el sistema nervioso.

Se atiende a una época en que la enfermedad mental es justificada y avalada bajo cánones

de investigación exclusivamente biológicos, dando paso a fundamentos como el de la herencia

en la enfermedad mental, entre otros.

44
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45
Postel, Quétel, op, cit., 532.
46
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47
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29
Este era el escenario en Chile para dar paso a la implementación de las nuevas terapias

biológicas, que fundadas en la escuela alemana, ofrecían un nuevo fundamento para la mejora de

los enfermos psiquiátricos en Chile.

Ahora la medicina moderna ya había definido la enfermedad mental en meros aspectos

biológicos. Quizá se vivía un momento en que los enfermos se encontraban descuidados en

aspectos morales y sociales, atendiendo exclusivamente a su raigambre orgánica, a aquello que

solo y únicamente sucedía al interior de sus cuerpos. La locura tomaba cuerpo de manera literal,

ya que los nuevos postulados científicos y orgánicos abogaban por una concepción de la

enfermedad mental en donde la distancia entre lo físico y psicológico era casi inexistente.

En nuestro país, la historia toma forma en 1937 cuando Arturo Vivado asume la cátedra

de neurología48. A través de las gestiones de dicho doctor es que se procede a la compra de las

primeras maquinas de corriente eléctrica para dar tratamiento a los enfermos del hospital

psiquiátrico de Santiago, ratificando uno más de los usos que la electricidad podía brindar a la

medicina tradicional.

Instalado en la escena psiquiátrica nacional, Arturo Vivado lleva adelante de manera

convincente sus postulados fundados desde la escuela orgánica, correspondiéndole en su cargo de

jefe médico del manicomio, ensayar los nuevos tratamientos en Chile.

De este modo se deja entrever cómo es que a un cuerpo médico al mando de una

institución se le hace posible llevar a cabo un proyecto con el fin de institucionalizarlo y

legitimarlo, pese a los signos contrarios que presente, los que en este caso no alcanzaron

notoriedad.

48
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30
Es lo que sucede con la constante aplicación de la terapia de choque cardiozólico en el

recinto psiquiátrico, la cual da muestra de un gran efecto secundario que a ojos de los

especialistas no conformó un motivo de peso para retirarlo de la práctica.

“El doctor Bustos llama a sus colegas a no dejarse intimidar por los accidentes y complicaciones que sobrevienen a
veces durante el shock, ya que si bien no dejan de ser impresionantes por lo inesperado o por su aparente gravedad,
cuando uno se acostumbra a ellos deja de alarmarse de forma excesiva y les da su verdadero valor”49.

Lo mismo sucede con el electrochoque. Dicha terapia es aún mas potente en cuanto a su

proceso de implementación, ya que es a través de dicha terapéutica que se pone en relieve la

ineficacia de métodos anteriores, como el cardiazol, enmarcándose la era de la electricidad como

un hito triunfalista dentro de la práctica psiquiátrica, dejando a la luz una posible búsqueda y

significancia de dicho equipo médico con esta terapia en particular. “Matte vislumbraba con el

electrochoque el inicio del fin del camino: una psiquiatría organizada, eficiente, y moderna”50.

Así es cómo se hace viable que el cuerpo médico a cargo del instituto pueda ejercer su

elección y respaldar una teoría: es el ensayo, el experimento, el que hará posible avalar y sostener

un postulado, con el fin de que éste resulte suficiente para implantarse y convertirse en

hegemónico. Y parece que en la escena nacional esto es logrado, ya que Chile muestra que para

1953 aún se continúa aplicando la terapia de electrochoque, cuando en 1947 ésta ya ha

comenzado su paulatino retiro de la escena mundial. “1951: Se adhiere al diagnóstico de una

esquizofrenia crónica, sigue igual, se le administra electrochoque diario”51.

Bajo los fundamentos ya planteados, el panorama nacional forja su empuje hacia el

ensayo y posterior práctica de los mencionados tratamientos, cuyos propulsores serán los

encargados de mostrar la nueva forma en que es comprendida la enfermedad mental.

49
César Leyton y Claudia Araya, “Atrapados sin salida: terapias de shock y la consolidación de la psiquiatría en
Chile”, Nuevo Mundo, (Santiago), 12.
50
Leyton, Araya, op, cit., 15.
51
Ficha Clínica Sonia Leclesma Lewis. 25 Mayo 1942. Ficha consultada de Archivo Instituto Psiquiátrico.

31
Dicha descripción, técnica y muestra del ensayo de la terapéutica será objeto del próximo

capitulo.

3.- Médicos, Procedimientos Técnicos y reflexiones: El relato médico en torno a las

Terapias Biológicas:

La Historia de las terapias biológicas en Chile marca una etapa de quiebre y reorientación

en materias psiquiátricas en nuestro país. El relato médico, y la experimentación de una escuela

psiquiátrica que busca volverse cada vez más médica, es legitimada sobre los cánones de lo

orgánico y lo biológico, supuestos que la escuela organicista alemana ofreció a la disciplina para

inicios del siglo veinte en nuestro país, y que al mismo tiempo, obligaba a una ruptura con los

supuestos de la escuela francesa romántica, sitio desde el que se erigía la psiquiatría hasta

entonces.

Los médicos serán parte clave de la articulación de éste relato, volviéndose de gran

importancia retratar a través de las fuentes el modo de proceder, diagnosticar, tratar y

relacionarse con el enfermo y con la práctica psiquiátrica.

La introducción y puesta en marcha de las terapias biológicas en nuestro país cuenta con

un gran número de publicaciones médicas que lo respaldan y que serán de utilidad en la

concreción del presente capítulo. Es por ello que la voz médica, ésta voz ostensiblemente mas

32
facultada debido a la importancia y autoridad congregada en la figura del “médico” tome tanta

fuerza.

Tendencias a nivel mundial en materias psiquiátricas:

El organicismo alemán dentro de sus características más significativas supone el poner

en relieve el terreno clínico e investigativo de la psiquiatría, lo cual no constituye una gran

novedad o quiebre con la tendencia anterior. De todos modos, con el declinar de la escuela

francesa y el surgir de la corriente alemana, en nuestro país se inicia una vasta labor investigativa

orientada por los importantes estudios dictados a nivel mundial dentro de un contexto de “estar

al día” en relación al concierto internacional en materias de investigación, sumado además a las

claras tendencias que la pauta mundial marcaba.

“El doctor Beca intenta mostrar el valor de las conclusiones de los genetistas alemanes en el sentido que la mayoría
de las enfermedades mentales se transmiten por herencia y en forma específica, producto de los modernos estudios
de genética en psiquiatría alemana, especialmente por la escuela de Rudin y Manchen”52.

Es por ello que para 1938 uno de los grandes temas a tratar por nuestro cuerpo médico

nacional sea el ahondar en la prevalencia de las enfermedades mentales transmitidas

hereditariamente, ya que es éste, el tipo de discusiones que se están ejecutando a nivel mundial.

Por lo tanto, se extrae una necesidad de contraponer lo foráneo con la realidad nacional,

traduciéndose esto en estadísticas de enfermedad mental para el promedio de la población dentro

del contexto chileno, con el fin de constituir y reubicar un tema de debate internacional al

nuestro, para que éste sea extrapolable al país y comprobar una vez mas el peso de las

tendencias en materias de salud.

El recorrido de las terapias biológicas va ligado estrechamente a las tendencias a nivel

mundial en materias psiquiátricas. Es por ello que el cuerpo médico adhiere en forma conjunta y
52
Francisco Beca, “La herencia de las enfermedades mentales”, Psiquiatría y disciplinas conexas, (Santiago), 8,
enero1938, 51.

33
paulatina a las pautas y criterios que en el terreno científico se iban imponiendo, de otro modo

no se explicaría la excesiva rapidez de la introducción, consolidación y permanencia de las

terapias biológicas en nuestro país.

Pero esto no solo ocurrió con las terapias biológicas, sino que en nuestro país ya era una

pauta de comportamiento médico, el hecho de estar atento a lo que el debate mundial ofrecía, con

especial interés de ir haciéndose partícipe de el, validando de este modo el criterio de tendencia.

Es por ello que hablamos de tendencia en el ámbito científico, lo que en Chile ya se

entendía al tratar en 1936 la enfermedad mental con métodos tales como la

laborterapia53.Entendida como la actividad y ocupación utilizada como tratamiento para curar la

enfermedad mental, se volvió la terapéutica prevalerte de las instituciones psiquiátricas a nivel

mundial antes de la llegada de las terapias biológicas, por ello evocamos su aplicación. Sin

embargo, esta manera de proceder convivió con las terapias biológicas de manera integral a lo

largo de su implementación. “El valor de la terapéutica del trabajo ha sido reconocido desde

Pinel; pero en la actualidad la mayor parte de los países lo utilizan con frecuencia”54.

La instrumentalización de dicha terapia a nivel mundial se plantea como un criterio

esencial y suficiente para continuar aplicándolo, debido a que era la pauta de tratamiento en el

concierto internacional, y por lo tanto su ejecución se justificaba para ser llevada a cabo en las

paredes de nuestros recintos.

Del mismo modo sucedió con la puesta en práctica de las terapias biológicas, las cuales

proponen un ordenamiento cronológico en la implementación de cada método. Sucedió primero

con la insulinoterapia, la que es presentada en un primer momento como la técnica por

excelencia debido a los grandes éxitos conseguidos en el discurso médico mundial.

53
Ir a Glosario.
54
Baltasar Caravedo, “Concepto moderno de Laborterapia”, Psiquiatría y disciplinas conexas, (Santiago).5,
diciembre 1936, 69.

34
“La insulinoterapia es actualmente uno de los medios terapéuticos más en boga en su aplicación a la demencia
precoz55. Introducida por el psiquiatra vienés Manfred Sakel, hace tres o cuatro años, las estadísticas de este y de los
investigadores que lo han seguido, han enriquecido la literatura psiquiátrica con éxitos maravillosos”. 56

Así, los objetivos de prueba y experimentación de éste procedimiento en otros escenarios

mundiales, forjan el criterio de uso y práctica para dictar la tendencia, no importando si esta se

encuentra sólidamente corroborada, es decir, ajena a complicaciones y debates.

Es de este modo como la tendencia marcada por las terapias biológicas gesta su asidero

en nuestro país. De todos modos llama la atención la rapidez de cómo cada terapia es

consolidada como una técnica triunfalista , ya que es abalada por un consenso disciplinar que

aún no mostraba cifras en relación a su funcionamiento ( las cuales figurarán mas tarde), a

diferencia de las escuelas europeas, las cuales eran enfáticas en exponer resultados.

En nuestro país, el cuerpo médico parecía conformarse con articular su discurso en

supuestos teóricos, pero los cuales no lograban evidenciar su éxito en resultados concretos, es

decir, mejoras o remisiones de enfermos psiquiátricos producto del tratamiento con esta técnica.

Muestra de ello son las numerosas publicaciones de carácter académico en torno al éxito

del shock hipoglicémico o insulinoterapia. “El shock Hipoglicémico es indiscutiblemente la

técnica que mayor interés ha despertado: prueba de ello son los innumerables trabajos que sobre

este método se han publicado en todas partes del mundo57. Mas tarde, observaremos como la

insulinoterapia cae en desuso, y será la técnica biológica venidera la que mayor interés

despertará para dar tratamiento a la enfermedad mental, nuevamente marcando la tendencia y

anulando la utilidad del shock hipoglicémico, el cual en su minuto tuvo un pronóstico triunfalista.

55
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56
René Bustos, “La insulinoterapia en la demencia precoz”, Psiquiatría y disciplinas conexas, (Santiago), 7, julio
1937, 134.
57
Arturo Vivado, “El tratamiento de la esquizofrenia por el método de Sakel”, Psiquiatría y disciplinas conexas, 10,
julio 1938, 1.

35
Y así sucedió. La insulinoterapia después de ser ensayada y positivamente evaluada, es

desplazada por otra técnica biológica de mayor impacto, la cual será la encargada de llevar a cabo

las promesas de mejora psiquiátrica. Primero fue la insulinoterapia, luego el choque cardiozólico,

pero mas tarde será el electrochoque bajo un enfoque mucho mas consolidado, el que logrará el

desplazamiento de las técnicas anteriores. “Las importantes ventajas que ofrece el método de

Cerletti (electrochoque) han hecho que algunos hayan decidido reemplazar el cardiazol por el

electrochoque, usando este ultimo en lugar de aquel”58.

Si bien las técnicas pudieron integrarse, lo que mas tarde se verá en la conformación de

protocolos, es claro que la introducción de una nueva terapéutica lograba hacer caer en descrédito

a la anterior, y a medida que una nueva propuesta se insertaba en la escena médica, ésta se

ensayaba y experimentaba a cabalidad avalando el empirismo y la noción científica con la que se

procedía.

Finalmente a modo de tendencia, será la lobotomía59 o leucotomía, la encargada de poner

en jaque el uso y experiencia del electrochoque en nuestro país, intentando instalarse de manera

prometedora. Si bien las cirugías cerebrales no lograron insertarse de manera sólida dentro del

espectro de las terapias biológicas, fue su descubrimiento e investigación a modo de tendencia a

nivel mundial, lo que hizo tambalear las técnicas precedentes, nuevamente supeditado a las

tendencias mundiales. “Se trataba así de una iniciativa que se realiza por primera vez en nuestro

país en forma dirigida y ordenada para comprobar con nuestra propia experiencia los datos

recogidos en el extranjero y relatado por algunos neuro cirujanos”60.

58
Alfredo Rojas, “El electrochoque en un servicio de agudos del maniciomio nacional”, Psiquiatría y disciplinas
conexas, (Santiago), 1, 1944, 34.
59
Ir a Glosario.
60
Alfonso Asenjo, “La lobotomía prefrontal como tratamiento de algunas psicosis”.Chilena de Neuropsiquiatría,
(Santiago), 1, mayo 1947, 88.

36
De este modo no hay duda en torno a los criterios con los cuales fueron introducidas las

terapias biológicas. En primer lugar la tendencia como materia por excelencia, la cual reposaba

en las pautas dictaminadas a nivel mundial, y en una segunda instancia y no menos importante,

la presencia de comportamientos concretos tales como exposición de resultados de pruebas y

ensayos, que aunque escasos, dieron óptimos y visibles frutos en el cuerpo médico nacional,

configurando de este modo puntos claves para ir insertando este nuevo enfoque para dar

tratamiento a la enfermedad mental. Sin embargo, el éxito o fracaso y la institucionalización de

dichas terapéuticas, serán el objeto de análisis producto del ensayo, el experimento, y de la labor

de sus gestores y propulsores en nuestro país.

Gestores y motivadores de las Terapias Biológicas en nuestro país:

Si bien la invención de las terapias biológicas se remite a la Alemania del siglo XIX en

manos del clínico Emil Kraepelin, y de cada uno de los investigadores y propulsores de las

modernas terapéuticas a nivel mundial, tales como Manfred Sakel y los doctores Cerletti y Bini

entre otros, en nuestro país dicha implementación también adhiere con nombres propios.

Es por ello importante recalcar la trascendencia de quién mas tarde sea recordado como el

gestor e institucionalizador de ésta terapéutica, Arturo Vivado Orsini, quien en 1939 ya

gestionaba instancias de especialización médica para la psiquiatría, motivando tenazmente la

asociación de ésta escuela con la Neurológica , lo que mas tarde y producto de un proceso de

investigación clínica, se materializará en una sociedad neuropsiquiátrica orientada a la discusión

de temáticas competentes a estas dos escuelas ya hermanadas.

“Ya en 1939 el profesor Arturo Vivado presentó a las segundas jornadas neuropsiquiátricas panamericanas de Lima,
nuestros resultados todavía recientes de la terapéutica de sakel en la esquizofrenia, posteriormente en las jornadas
neuropsiquiátricas nacionales de 1943”61.

61
Arturo Vivado, “Estado Actual del tratamiento de la esquizofrenia”, Revista Chilena de neuropsiquiatría,
(Santiago), 1, agosto 1950, 38.

37
La realidad de la gestión de Arturo Vivado tenía para 1939 frutos notorios. La

introducción de las terapias ya no eran un hito significativo, sino que su adopción, discusión, y

desplazamiento hacia el terreno de la neurología, habían logrando que dos especialidades

médicas dialogaran dentro del marco de la asociación disciplinar, dando como resultado una serie

de publicaciones claramente dirigidas a éstas materias.

De este modo es notorio el observar que la visión, producto de una clara adhesión a la

escuela francesa en primera instancia, pero luego más solidamente arraigada a la alemana por

parte de Arturo Vivado, son piezas claves para que éste doctor sea recordado como el agente

catalizador e introductor oficial de las terapias biológicas en nuestro país, además de conformar

una importante figura para dos ramas medicas en un mismo instante.

Cualquier mentor o gestor como es el caso de Arturo Vivado necesitaba de un cuerpo

médico a cargo para llevar adelante sus proyectos. Es así como queda de manifiesto en un

conjunto de publicaciones de la revista de Psiquiatría y disciplinas conexas, revista fundada por

Vivado en 1936, en donde doctores como Bustos, Morales y Carlos Núñez Saavedra entre otros,

emprenden una gran labor investigativa traducida en una serie de publicaciones orientadas a

dirigir, validar y exponer las diversas técnicas correspondientes al espectro de las terapias

biológicas.

Del mismo modo procedió el Doctor Isaac Horvitz, que si bien fue uno de los pocos

reticentes a esta nueva puesta en marcha de la terapéutica, terminó por adherir a ésta tendencia

sin quedar exento de un constante tono de discusiones y debates que en nada dañaron el proceder

de Vivado.

Todos estos médicos contribuyeron al proceso de instauración y consolidación de las

terapias. Sin embargo ninguno con tanta notoriedad como Ignacio Matte blanco fiel amigo y

seguidor de Vivado , mano derecha en la mayoría de sus publicaciones y constante promotor de

38
las terapéuticas hasta después de la muerte de Vivado. Pese que con el declinar de la escuela

orgánica a fines de los sesentas Ignacio Matte cambió el rumbo de sus publicaciones, será

recordado como un eterno colaborador de la labor de dicho médico.

Así es como la implementación de las terapias biológicas son entendidas dentro del

marco de un terreno propicio para su implementación , es decir, de la disposición de un numero

de médicos prestos a colaborar como discípulos en la concreción de un nuevo enfoque para dar

tratamiento a la enfermedad mental, pero no bajo criterios azarosos.

En el caso particular de Ignacio matte Blanco, había un claro seguimiento al padre de la

anatomopatología62 , Augusto Orrego Luco, propulsor de la neuropsiquiatría en Chile y al mismo

tiempo figura muy importante en el modelo que Arturo Vivado intentaba implementar.

Sin embargo, la labor orientada hacia la investigación se expandió y estuvo guiada por

muchos mas médicos que se fueron incorporando a dicha tarea. Es por ello que al morir Arturo

Vivado, agente principal de la institucionalización de las terapias biológicas, sea recordado por

sobre todo como un gran investigador, rasgo importante dentro de los parámetros que la escuela

orgánica dictaminaba. Dicho esmero rindió el fruto de consolidar en nuestro país una clínica

psiquiátrica universitaria orientada hacia un afán estrictamente académico, investigativo y de

debate científico, labor que no quedaría a medias que ya contaba con seguidores para continuar

procediendo con la ejecución de las terapias biológicas.

Opiniones, debate, y discusión en torno a las Terapias:

Pero poseer una clara tendencia en materias médicas y un grupo de colaboradores no es

únicamente suficiente para implementar una tendencia que cambia un rumbo en materias médicas.

62
Ir a Glosario.

39
Las terapias biológicas, en sus inicios, tuvieron que convivir con lo que hasta para 1936

era la terapia por excelencia dentro de las paredes de la institución psiquiátrica, la conocida

laborterapia que si bien su aplicación estaba orientada lejos de los terrenos científicos, rendía

frutos bastantes prácticos, y lograba mantener a los enfermos tranquilos y serenos.

“La actividad ( ocupación, deporte, entretenimiento), empleada como remedio en los hospitales mentales , es una
función médica y por lo mismo debe ser prescrita por el psiquiatra y de acuerdo con la experiencia no existe otro
remedio que brinde el mismo saldo, que ofrezca un valor equivalente o que represente mejor contribución al
restablecimiento de los enfermos de la mente”63.
Sin embargo, el impacto producido por la implementación de las terapias biológicas logró

desplazar sin grandes inconvenientes a la Laborterapia. De todos modos ésta técnica no estaba

sentenciada a desaparecer, sino que por el contrario, a ser incluida de manera integral dentro del

conjunto de los esquemas terapéuticos.

De este modo se inicia el ensayo apresurado para poner en práctica la moderna terapéutica,

proceso que debió desarrollarse de manera intensa, ya que la laborterapia no era la única terapia

con la que habría que convivir y debatirse, sino que todo lo contrario, cada implementación de

una nueva terapia significaba un combate para dilucidar cual es la que se adjudicaría como la

hegemónica.

Así sucedió con la Insulinoterapia, la cual en 1937 es preescrita en una sección del

manicomio nacional para ser puesta en práctica avalándose como una novedad y una prometedora

oferta para dar tratamiento a la mayoría de las enfermedades mentales.

Pese a haber un consenso disciplinar en donde un gran número de médicos convencidos

dan fe y respaldo a éste nuevo enfoque, dicha implementación no está exenta de pequeños

debates. Así lo deja en claro El doctor Horvitz, quien después de presenciar los primeros ensayos

con insulinoterapia, señala “Que hay que proceder con cuidado en la selección de los casos, ya

que son aquellos en que la afección está en sus comienzos, donde la terapéutica es más

63
Caravedo, op, cit., 65.

40
efectiva” 64 . De este modo hay un leve llamado a proceder con cautela, a un momento de

reflexión para que el cuerpo médico debata lo que hasta entonces significaba un completo

consenso disciplinar, ya que pese a estar frente a una técnica que se auguraba como prometedora,

no habría que dejarse enceguecer por sus iniciales resultados, y si es que estos acarreaban

efectos secundarios y problemas en los pacientes.

Pero la preexistente presencia de la laborterapia no fue el único aspecto del cual la

introducción de las terapias biológicas tuvo que hacerse cargo. Para 1939 de a poco se insertaba

el psicoanálisis, y la propuesta de Freud tomaba relevancia en el discurso mundial, claramente sin

lograr combatir con ésta propuesta tan predominante de las terapias biológicas, pero sin embargo

se ofrecía como una perspectiva futura interesante que por sobre todo se delineaba dentro de

los márgenes de una escuela completamente opuesta a la orgánica.

“El psicoanálisis modifica completamente la comprensión de la neurosis, y al extenderse al sujeto normal, ha


reformado la psicología, reconociendo en las profundidades de la personalidad el origen del desorden neurótico”65.

A fines de la década del cincuenta, y una vez que el psicoanálisis tomara fuerza, caerían

por tierra las teorías organicistas, las cuales orientaban el origen de la enfermedad mental en

lesiones orgánicas y estados cerebrales.

Sin Embargo para inicios de los años cuarenta las terapias biológicas están ausentes de

grandes debates y la atmósfera disciplinar es de un notorio consenso.

Una vez probada la Insulinoterapia y el choque Cardiozólico, el electrochoque comienza

a ser ensayado y experimentado para constituirse como una de las técnicas triunfalistas dentro

del esquema de las terapias biológicas, y de éste modo iniciar un leve pero existente debate en

torno a su implementación.

64
Arturo Vivado, “Primeros Ensayos ensayos en insulinoterapia”, Psiquiatría y Disciplinas conexas, (Santiago), 7,
julio 1937, 167.
65
Arturo Vivado, “Sigmund Freud”, Psiquiatría y disciplinas conexas, (Santiago), 4, diciembre, 1939, 295.

41
Pero la prueba y el camino a la consolidación no están ajenos a algunos problemas

prácticos. Es así como en 1943 aún no es posible extraer conclusiones certeras en relación a la

efectividad del electrochoque, ya que si bien cada técnica necesitaba ser probada en un grupo de

enfermos mentales de la institución, muchas veces el número de los pacientes dispuestos para

dichos experimentos no era suficiente para dar muestra de resultados considerables.

“Después de una casuística de 14 observaciones concluyen que el electrochoque constituye un método sencillo y
práctico de tratamiento de las psicosis, con la ventaja sobre otros, de ofrecer poco o ningún peligro de suprimir el
aura y acompañarse de amnesia, aunque el ataque producido sea frustro. El escaso número de casos impide
conclusiones estadísticas de los resultados terapéuticos”66.

Si bien el problema se construye en base a los resultados obtenidos producto del ensayo

y la experimentación, éste se remite al mismo tiempo a una pequeña subordinación de la

tendencia médica, a veces necesaria para avalar el conjunto de estas nuevas propuestas

establecidas.

Las opiniones continúan. Porque un rasgo importante a recalcar es que dentro de los

márgenes de aplicación de las terapias biológicas es muy difícil hablar de debates o grandes

discusiones. Si bien el electrochoque habría tenido algún pequeño obstáculo en su senda a la

legitimación y por ello un bajo número de discusiones ligadas a los efectos secundarios de ella,

un año mas tarde ya era estimada como la técnica por excelencia, consiguiendo derribar de este

modo a todas las terapéuticas biológicas anteriores.

La discusión ahora se inscribe en como mejorar el procedimiento, y en el mejor de los

casos, ver el modo de recomendarlo de modo integral y complementario con otras técnicas. Pero

sin embargo parece entenderse que mas que avalar o intentar rescatar otros tipos y modos

terapéuticos, lo que se busca es perfeccionar a través de la práctica y la experimentación, un

66
Pichón Riviére, “Nueva terapéutica convulsivante por el electrochoque”, Psiquiatría y Disciplinas conexas,
(Santiago), 1, marzo 1943, 84.

42
método en específico, el electrochoque, el cual por algún motivo necesitaba ser enfatizado y

consolidado como el de mas éxito.

Pero la discusión del cuerpo médico asume otros puntos de vista. Para inicios de 1950 la

esquizofrenia era considerada como una de las enfermedades mas calamitosas y que mayor

atención necesitaba para su tratamiento67.

Estamos nuevamente ante la presencia de un consenso disciplinar, en donde se inscribe

claramente la única opción para dar tratamiento a ésta enfermedad: la terapéutica biológica por

excelencia.

“Primero la insulinoterapia, luego las inyecciones de cardiazol y mas tarde el electrochoque , han motivado este
cambio revolucionario en la situación anterior, en forma de que ya ningún tratado ni manual se ocupa, como no sea
en rapidísima evocación histórica, de los métodos anteriores de tratamiento para dar cura a esta enfermedad”68.

De este modo, y abalado por un consenso ya prescrito, el tratamiento de la esquizofrenia

se encontraba diseñado a cabalidad dentro del esquema de la terapéutica biológica: la

insulinoterapia, el choque cardiozólico, pero por sobre todo el electrochoque, eran las piedras

angulares para hacer frente a dicha enfermedad69, y por sobre todo, ya se inscribían como uno de

los primeros esquemas terapéuticos producto de un estricto protocolo médico. Mas adelante

veremos cómo es que se logran conformar esquemas terapéuticos precisos en relación al

tratamiento de enfermedades particulares, todo dentro del marco de una supuesta misión inscrita

dentro del cuerpo médico en torno a algunas patologías que revestían mayor interés.

El discurso al final del periodo se regocija, en gran parte, en el acoger las nuevas

tendencias y propuestas para dar soluciones a al enfermedad mental. Si bien nuestra investigación

se inscribe hasta 1951, fecha dentro de la cual se produce el retiro de la presencia de las escuela

orgánica en nuestro país, para 1959 y fruto de un vasto recorrido por las diferentes tipos de

67
Hechos y cifras sobre la Salud Mental, Boletín del servicio Nacional de Salud, Año V, Junio 1959, 308.
68
Vivado, op, cit., 39.
69
Luis Acevedo, “Sobre el tratamiento de la esquizofrenia”, Chilena de Neuropsiquiatría, (Santiago), 3, agosto 1950,
67.

43
terapias, se produce una suerte de consenso disciplinar al interior del cuerpo médico de nuestro

país. “Se sostiene que las enfermedades mentales ya no son incurables”70.Y esto gracias a las

diferentes alternativas ofrecidas por las terapias biológicas, pero ahora cargado de una invitación

en miras de recoger lo que el psicoanálisis y otras propuestas emergentes puedan ofrecer, tales

como la emergente narcoterapia71.

Misión del cuerpo médico:

Dentro del recorrido de las terapias biológicas en Chile es posible descifrar el hecho de

que el cuerpo médico poseía una idea, una noción, o mejor llamémoslo misión, la cual pudo ser

ética o científica para poner en marcha la aplicación de éstas terapéuticas.

El cuerpo médico enfatiza su labor de hacerse cargo, y del mismo modo, de evaluar y

gestar un diagnostico en torno a las condiciones de vida de los pacientes.

Se aprecia un fuerte sentido ético por parte de los médicos el cual, se inscribe dentro de

los cánones del poder brindar una mejor calidad de vida, y dentro de ello, profundizar en las

expectativas de mejora de los pacientes. Es por ello que la laborterapia constituyó un método

viable, ya que rompía con las taras, tabúes y mitos del encierro y del encarcelamiento

psiquiátrico, para dar paso a un medio que “contribuía de manera decisiva al progreso de la

asistencia de los enfermos mentales y de la organización de los hospitales psiquiátricos”72.

Ahora los doctores a cargo del recinto se desplazan hacia un terreno en donde la misión

ética se liga estrechamente a las nociones de forjar ciencia, y de este modo abrir las puertas a la

70
Las enfermedades mentales y su curación, Boletín del servicio Nacional de Salud, Número 3, Julio 1959, 315.
71
Ir a Glosario.
72
Caravedo, op, cit., 69.

44
irrupción de otras técnicas y materias investigativas, para que así se logre elevar el rango de la

psiquiatría y su tratamiento a niveles más óptimos.

La laborterapia en este sentido cobra gran fuerza en relación a la labor ética del cuerpo

médico, ya que se conforma como el punta pie inicial para que el enfermo sea considerado como

un agente activo dentro del tratamiento y del que hacer médico. “De este modo el uso de sedantes,

hipnóticos, aún de los baños prolongados y de la clinoterapia pueden ser reducidos a sus limites

precisos. La relación de los enfermos con su ambiente adquirirá una forma mas humana, mas

libre, mas amistosa y de mayor confianza”73. La laborterapia como herramienta nos ayudará a

significar la terapia como un medio que explica la importancia de la enfermedad, su estado, y

evolución, ya que dicha técnica reviste de especial modo el trato con el paciente , el cual se

construye sobre una base de colaboración, en donde al enfermo se le hace partícipe de su

recuperación , y al mismo tiempo al médico tratante se le permite reforzar sus criterios de

aplicación auxiliado por la cercanía lograda con el paciente que este método prescribe.

Ahora el enfermo mental no será considerado como un objeto de presunta

instrumentalización. Pese a que las terapias biológicas buscaban un sitio de ensayo y por ello, un

número sustantivo de pacientes para ser probadas y experimentadas, ésta óptica ahora se dirige

hacia el terreno de la experimentación en pos de efectivizar el tratamiento orientado única y

exclusivamente a la mejora del paciente.

Si bien la experimentación pareciera visualizarse en un terreno muy lejano a la empatía

médico – paciente, por poseer aspectos mucho mas científicos y empíricos, es una herramienta

que se dirige a enfatizar al paciente como objeto de análisis, ya que es por él, y por la mejora en

la calidad de su tratamiento, el único objetivo para justificar las pruebas y ensayos.

73
Ibíd.

45
Labor Investigativa:

Es importante resaltar una fuerte labor investigativa, resultado de una gran conciencia de

lo que en el concierto mundial se está trabajando. Es así que en 1938 se toman importantes

decisiones académicas en relación a enfrentar la herencia de las enfermedades mentales, tema

que dispuesto en jornadas internacionales cala hondo en el cuerpo médico nacional. Ahora el

fuerte compromiso con la ciencia los arroja a indagar en aquellas materias mas oscuras y

dificultosas para una rama médica en pleno crecimiento.

“En la esquizofrenia se ha calculado en un 16, 4% la probabilidad de enfermar para los hijos, mientras para el
promedio de la población dicha cifra es solo de un 0,85%. La disminución de porcentaje a medida que se aleja el
grado de parentesco, como la gran diferencia resultando, según sea uno o ambos padres enfermos, permite pensar
que se trata de herencia recesiva simple”74.

La misión se encuentra aún mas solidamente inscrita. La herencia de las enfermedades

mentales se dispuso como un tema que convocó grandes investigaciones y desafíos éticos, y la

esquizofrenia como una de las enfermedades más calamitosas del ambiente psiquiátrico llamó

igualmente la atención a los investigadores ¿Cómo quedar ajenos a una realidad que acechaba las

paredes del Instituto Psiquiátrico?, ¿Cómo no dar respuestas a una necesidad nacional que

apelaba a soluciones y a una misión activa por parte del cuerpo médico?

Los doctores asumen las tareas y se lanzan al ámbito de las respuestas. La esquizofrenia

era una realidad nacional que atestaba las camas de la institución y que por lo mismo llamaba a

la investigación.

Es por ello que se lleve a cabo una investigación mucho más acuciosa y particularizada:

encontrar el remedio o presunta solución para la esquizofrenia. Es de este modo que para 1938,

el método de Sakel o Insulinoterapia es ofertado como una presunta solución a través de la

investigación de dicha terapéutica. Así, una vez mas, son las terapias biológicas quienes

74
Francisco Beca, “La herencia de las enfermedades mentales”, Psiquiatría y Disciplinas conexas, (Santiago), 8,
enero1938, 52.

46
auxiliarán las grandes problemáticas psiquiátricas, tornándose como un fenómeno transversal a

las inquietudes del ambiente médico nacional.

Ahora podemos hablar de un cuerpo médico sólidamente comprometido con la realidad

psiquiátrica, lo que es claramente evidenciado a través de sus estímulos por hacerse cargo de una

enfermedad en particular.

Resulta interesante, ya que el fenómeno de la esquizofrenia parece superar en impacto al

de la aplicación de las terapias biológicas, y logra de este modo conseguir que dicha terapéutica

sea un agente auxiliar, una herramienta útil para una enfermedad tan significativa como la ya

mencionada. Al fin observamos la técnica impartida por las terapias biológicas dando respuestas

a la enfermedad, es decir, el paciente en el centro de todo, y no la terapéutica como protagonista

del debate.

La misión de forjar criterios científicos y especializados era una realidad. Observamos a

un cuerpo médico dedicado a materias de investigación, que intenta dar respuestas a una realidad

planteada nacionalmente, y de responder de manera más que suficiente a los acontecimientos

médicos mundiales, pero ahora no solo dirigidos por la tendencia, sino que motivados ante una

realidad psiquiátrica nacional que crecía en número de enfermos. Habría que estar entonces en

todos los frentes, investigar e ir en búsqueda de todas aquellas materias que tuvieran algo que

decir y aportar.

Pero la labor científica además de propiciar la aplicabilidad de las terapias biológicas

estaba sentenciada a hacerse cargo de aquellas patologías que recurrían en el medio psiquiátrico

de nuestro país. Es por ello que volvemos al caso de la esquizofrenia, enfermedad que realizó un

recorrido transversal al de las terapias biológicas, y es por esta razón que cada una de las técnicas

del esquema biológico haya sido tenazmente probada para dar cura a dicha patología.

47
Hubo una búsqueda incesante del mejor tratamiento para la esquizofrenia, logrando aunar

y concretar protocolos específicos para su tratamiento. La investigación y la prueba era

permanente, así lo observamos. “Se sostiene que los éxitos que proporciona los métodos de

Cerletti (electrochoque) se consolida cuando se combina con la terapia insulínica, recomendando

en consecuencia como tratamiento de elección para la esquizofrenia el método combinado de

insulinoterapia y electrochoque”75. De este modo se inició una continua misión que intentaba

encontrar la cura a ésta enfermedad “calamitosa”, dejando al descubierto una labor y fuerte

compromiso de un cuerpo médico ahora mucho mas presente gracias al poder contar y nutrirse

de un contingente de terapias que se ofrecían como las óptimas para derribar dicha patología.

Pero la esquizofrenia no fue el punto culmine de la inquietante labor investigativa de

nuestro cuerpo médico, todo lo contrario, las perspectivas se abren para nutrirse y trabajar en

torno a nuevos temas en materias psiquiátricas, lo que nos lleva a corroborar la existencia de lo

que ya hemos mencionado como una misión ética y científica, la cual desde 1936 se comienza a

escribir bajo la óptica de la investigación, materia que forja su permanencia a lo largo del

periodo.

Importancia y visión del ensayo y la experimentación:

Es entonces en pos de efectivizar los tratamientos a través de un número de observaciones

suficientes para su concreción, que se vuelve necesario proceder con la prueba y el ensayo de las

terapéuticas de manera clara y protocolarmente asignada, para de algún modo validar la

experimentación. Así lo observamos en el momento en que las terapias biológicas son probadas

a través de un número de pacientes del instituto psiquiátrico.

75
Alfredo Rojas, “El electrochoque en un servicio de agudos del manicomio nacional”, Psiquiatría y Disciplinas
conexas, (Santiago), 1, 1944, 35.

48
“Después de una casuística de 14 observaciones concluyen que el electrochoque constituye un método sencillo y
práctico de tratamiento de las psicosis, con la ventaja sobre otros, de ofrecer poco o ningún peligro de suprimir el
aura y acompañarse de amnesia, aunque el ataque producido sea frustro”76.

Así, no cabrá duda del modo con el cual se intentan legitimar dichas técnicas, ya que es

evidente la existencia de la conformación de un protocolo de acción en relación con los pacientes,

el cual es avalado a través del ensayo, logrando validar una vez mas un nuevo enfoque dentro

del cuerpo médico. La ética de una escuela que busca hacerse cada vez más médica, científica y

entonces empírica.

Para fines de la década del cuarenta, las terapias biológicas buscaban incesantemente su

punto culmine de validación de la mano de la experimentación. Es por ello que la investigación

de nuevas terapéuticas, y la puesta en práctica de las mismas, arrojaron a nuestro cuerpo médico

a indagar en las cirugías cerebrales, lobotomía o leucotomía.

La localización de las lesiones cerebrales marcó un nuevo despertar en materias de

investigación. Ahora la cirugía se acercaba al alero de las intervenciones más específicas,

ofreciendo nuevamente una oportunidad a los enfermos mentales de revertir su condición

psiquiátrica.

Pero la pregunta ahora girará entorno a ¿Cómo llegaron a validar las aplicaciones de las

terapias biológicas dentro de los esquemas terapéuticos de los enfermos mentales? La respuesta

a ello es el paso decisivo y condición a priori del ensayo y experimentación como eje transversal

en la puesta en marcha de la aplicación de las terapias biológicas dentro de su recorrido. “En

nuestros servicios psiquiátricos se reúne la mayor parte de los enfermos del país que se

hospitalizan, y es en ellos donde se aplica la nueva terapéutica de manera mas sistemática”77.Así

nuevamente, el ensayo y experimentación, mas una puesta en marcha apresurada, conforman la

triada para ir consolidando los procedimientos biológicos. Así sucedió al momento de introducir
76
Riviére, op, cit., 84.
77
Vivado, op, cit., 35.

49
la Insulinoterapia. Si bien dicha técnica se encuentra para 1937 validada y legitimada, su camino

a la aplicación estuvo marcado por el ensayo y la muestra. La Insulinoterapia pese a poseer

efectos secundarios que no dejan de alarmar. “Luego de su aplicación no es raro que sobrevenga

un típico ataque epiléptico, fuertes convulsiones, gran cianosis, mordedura de lengua, etc.”78.

Para dicha fecha ya mostraba sus resultados. “En un total de 23 enfermas se obtuvo un 34% de

remisiones completas”79 . Sin embargo nuestras preguntas se enfocan mas allá de la efectividad

de la técnica, es decir, ¿validaron un tratamiento por sus visibles resultados, sin embargo pasaron

por alto el modo como fue probado?

Y es que la Insulinoterapia en su etapa de prueba, e incluso, después de su consolidación,

logró desplazar su preocupación mas allá de los resultados obtenidos por sus aplicaciones hacia

al perfeccionamiento de su técnica, es decir, se hacían cargo de los resultados obtenidos por la

experimentación, pero muchas veces éste se anulaba ante la importancia del perfeccionamiento

técnico del método.

“En cuanto a la técnica se inyectaban diariamente entre 6 y siete y media de la mañana inyecciones hipodérmicas80
de dosis crecientes de insulina una vez al día y hasta la producción del coma. La dosis inicial fue de 10 unidades. La
dosis con que se consiguió el coma fue variable entre 60 a 100 unidades”81.

Del mismo modo se procedió al momento de evidenciar los resultados de la introducción

del electrochoque. El esquema se repite: Si bien el electrochoque comenzaba a dar luz acerca de

sus primeros resultados, la senda a la legitimación dejaba entrever las grandes complicaciones y

efectos secundarios de la técnica empleada, la cual, se sostenía de manera repetitiva.

“Terminadas las convulsiones clónicas sigue una apnea que a veces se prolonga en forma que llega a producir una
gran ansiedad en el espectador, y cuyo fin se anuncia por una larga espiración estertorosa después de lo cual entra el

78
René Bustos, “La insulinoterapia en la demencia precoz”, Psiquiatría y disciplinas conexas, (Santiago), 7, Julio
1937, 136.
79
Bustos, op, cit., 138.
80
Ir a Glosario.
81
Bustos, op, cit., 142.

50
paciente en un estado confusional de una duración variable de algunos minutos y en el cual se observa una
predominante excitación motora”82.
Sin embargo nada lograba gestar una crítica de peso en relación a los efectos colaterales :

las complicaciones y efectos secundarios producto de la aplicación sistemática del electrochoque

eran notorias, pero al parecer caían al piso al contraponerlas con los grandes resultados (100

pacientes) y remisiones de algunos pacientes que respondían positivamente a la técnica 83.

Con el electrochoque pareciera revestirse la mayor controversia. Pese a poseer los efectos

adversos mas graves, evidenciar remisiones, y convertir el perfeccionamiento de su técnica en su

ensayo sistemático , para 1950 pareciera validar su continuo experimento al acuñarse como la

técnica por excelencia para dar tratamiento y cura a la esquizofrenia , por esos años , uno de los

problemas mas graves de la sanidad pública84.

De algún modo se hace posible justificar sus constantes aplicaciones al observar. “El

electrochoque como técnica, ha logrado desplazar a las anteriores prácticamente en forma

absoluta, inclusive la terapéutica de Von Meduna, al menos entre nosotros en los últimos años”85.

Pero el ensayo y la experimentación fueron aún más allá. Si bien ya se presumía una

posible cura para la esquizofrenia a través del electrochoque, y mas adelante se le atribuiría un

mayor triunfo gracias a la combinación de éste con el coma insulínico, los ensayos alcanzaron

niveles mucho mas altos.

Es de este modo que se proceda con las pruebas de lobotomía, las que si bien para fines

de la década del cuarenta no mostraban resultados formales, la técnica comenzaba a constituirse

como una nueva tendencia en materias organicistas y por ende justificaba su experimentación.

“Se trata así de una iniciativa que se realiza por primera vez en nuestro país en forma dirigida y

82
Arturo Vivado, Carlos Núñez, “Técnicas e indicaciones del electrochoque”, Psiquiatría y disciplinas conexas,
(Santiago), 1, 1944, 8.
83
Alfredo Rojas, “El electrochoque en un servicio de agudos del manicomio nacional”, Psiquiatría y disciplinas
conexas, (Santiago), 1, 1944, 35.
84
Vivado, op, cit., 39.
85
Vivado, op, cit., 41.

51
ordenada para comprobar con nuestra propia experiencia los datos recogidos en el extranjero y

relatados por algunos neurocirujanos”86.

De este modo cualquier motivo se vuelve suficiente para dar rienda suelta a la

experimentación, ya que de ahora en adelante serán el ensayo y la prueba, dos materias que

avalarán cualquier método, perspectiva o tendencia que se quiera implementar.

Legitimación de La Psiquiatría a través de la neurología:

El transcurso de las terapias biológicas logra explicarse y hacerse más entendible citando

continuamente su lugar de origen, es decir, el tipo de escuela psiquiátrica desde la que nace y

pertenece. El organicismo y su proceder desde 1936 en nuestro país hacen un llamado a la

ligazón de dos ramas médicas, la neurología y la psiquiatría, para de este modo conformar una

nueva concepción de la enfermedad mental la que es fijada sobre patrones neuronales, orgánicos,

y relativo a diversos estados cerebrales.

Así se nos hace posible observar como ambas ramas médicas forjan grandes consensos

disciplinares gracias a una basta labor investigativa. Así sucedió al momento de hacerse cargo de

la esquizofrenia, enfermedad que llamó la atención de psiquiatras y neurocirujanos con un

sólido afán de dar solución a dicha problemática nacional mental.

“Al determinar la sociedad Chilena de neurología, psiquiatría y neurocirugía la inclusión en el temario oficial de las
jornadas de 1948, de este tema relativo al tratamiento de la esquizofrenia, no ha hecho otra cosa que interpretar la
preocupación que por este conjunto sindromático tienen los especialistas hace varios lustros”87.

Así, la psiquiatría hermanada, pero más aun respaldada por una especialidad médica con

años de trayectoria, comienza a cosechar los frutos de sus grandes preocupaciones. “Se Sostiene

86
Alfonso Asenjo, “La Lobotomía prefrontal como tratamiento para algunas psicosis”, Chilena de Neuropsiquiatría,
(Santiago), 1, mayo 1947, 87.
87
Vivado, op, cit., 38.

52
que la moderna terapéutica ha provocado una verdadera revolución y ha hecho avanzar el

concepto de la psiquiatría en el plano superior de las mas importantes ramas de la medicina”88.

Ahora las enfermedades nerviosas y mentales serían entendidas desde un conjunto y sin

disociaciones, sobre todo ante la realidad de un 1940 inquietado por un alto numero de

enfermedades psiquiátricas, llamando incluso la atención de las autoridades y de la asistencia

social.

El panorama era desolador. La realidad psiquiátrica hacía frente a una serie de patologías

mentales tales como la esquizofrenia, las cuales abundaban en el recinto, y al mismo tiempo

exigía que las terapias puestas en marcha se atribuyeran una gran misión a cuestas. De todos

modos, ningún avance habría sido posible sin esta nueva concepción otorgada por la psiquiatría

y la neurología: Ahora asociadas disciplinarmente, dieron curso a que los especialistas trabajaran

arduamente para dar soluciones, y de paso legitimar sus escuelas a través de los parámetros

otorgados por el organicismo y su terapéutica por excelencia.

En este momento los profesionales de la salud se esforzaron por entender la enfermedad

mental de forma de integrar a la psiquiatría con la neurología. Las consultas, dudas,

investigaciones y puestas en marchas dentro de este terreno, ya no serían entendidas de manera

individual, sino que a través de una unión disciplinar que gestaba sus prestaciones para

consolidarse como una misma escuela.

Importancia de la Técnica que reviste al procedimiento Psiquiátrico:

En este momento se vuelve importante continuar la senda a la legitimación de las técnicas

de prueba. Dicho proceso se lleva a cabo a través de un alto número de ensayos y

experimentaciones en pos de articular y difundir el mejor modo de proceder.

88
Vivado, op, cit., 39.

53
Dentro de éste aspecto podemos señalar que además de los resultados obtenidos de forma

clara y explícita gracias a los ensayos, se observa una convivencia con la tendencia para así

validar las constantes aplicaciones. De este modo el discurso y escaso debate se enfocan en los

procedimientos, marcando ellos la continuidad o ruptura, volviéndose esencial el modo de

proceder y el perfeccionamiento con que éste se consiga, además de elaborar un debate en

relación a los tipos de procedimientos más de fondo, relativo a los resultados y experiencias.

De todos modos esto no parece ser un hecho inaugural en relación a las terapias

biológicas, ya que para 1936 y en presencia de la laborterapia como técnica de mayor uso, ya es

posible vislumbrar una marcada tendencia en otorgar gran importancia a los modos de ejercer los

procedimientos.

Pero con la introducción de las terapias biológicas este rasgo parece enfatizarse,

observando en pleno momento de prueba y ensayo, un fuerte y consolidado discurso en relación a

la importancia de las técnicas que revisten al procedimiento, siendo importante inclusive, la

existencia de mas de un tipo de técnica dependiendo del médico tratante.

“Las características del método de Sakel es la producción del schock hipoglicémico por medio de la insulina en
fuertes dosis. Sobre esta base las técnicas varían. Cada investigador tiene la suya, y dentro de esta prueba pueden
hacerse numerosas variaciones”89.

Así atendemos a un momento bastante prolongado, en donde los matices centrales del

discurso médico reposarán en la aprobación o desaprobación de las técnicas de cada método,

recalcando que éste no deja de atender a los resultados exactos arrojados por los ensayos y

experimentos.

Si las terapias biológicas supusieron un cierto número de problemas para su aplicación,

éstas no se visualizan por medio de la fuente médica. Es el momento en que todo se vuelve

técnico y el debate inexistente. Inclusive no se observan atisbos por intentar definir una era

89
Bustos, op, cit., 134.

54
técnica mas certera, con el fin de apropiarse de un discurso emanado por los mismos propulsores,

todo lo contrario, el contraste es el de descripciones algo confusas sobre tecnicismos validos y

entendibles solo para los médicos a cargo del ensayo.

De todos modos, éste parece ser un problema relacionado con el tipo de fuente al cual

estamos consultando. Las revistas médicas y científicas son dueñas de un lenguaje el cual se

dirige a un cuerpo médico especializado, por lo tanto, si esperamos percibir grandes debates

doctrinarios, ello entraría en el terreno de interpretaciones especializadas del texto.

Tal vez antes de la implementación de las terapias biológicas, el discurso, debate y

consenso médico giraba dentro de temáticas más morales y doctrinarias en torno al tratamiento

psiquiátrico, a diferencia de la tendencia orgánica en donde el escaso debate se ciñe a aspectos

mucho más técnicos derivados de las implementaciones de las técnicas generalmente. Pero si

adherimos a lo señalado por las publicaciones médicas revisadas para la concreción del presente

capitulo, podemos afirmar con certeza el estar ante una revolución en los procesos terapéuticos,

el cual supone una ruptura con los enfoques anteriores y que ahora se concretiza en el énfasis de

la técnica y los procedimientos para validar de éste modo una nueva era de la tecnificación y

técnologización.

Es un momento en que la psiquiatría ha dejado de ser “la cenicienta”90 de la medicina, y

se ha apropiado de un parangón más científico que se sustenta en criterios mucho más técnicos,

característicos de la escuela médica por la cual se rige.

Problemas Producto de la Aplicación de las Terapias:

90
Babini, op, cit., 20.

55
Si bien observamos en párrafos anteriores la facilidad con la cual la técnica validaba las

aplicaciones de los procedimientos, es importante desentrañar si es que hubo algún tipo de

problemáticas en el proceso de introducción.

Éstas problemáticas no constituyen aspectos de mayor envergadura, todo lo contrario, en

su mayoría corresponden a efectos adversos y reacciones típicas producto de las aplicaciones. De

todos modos, se hace importante señalarlas, ya que el uso prolongado y a veces sistemático

logró elevar el número de efectos adversos en algunos casos.

De esta manera no es difícil encontrar en las publicaciones de las revistas médicas algunas

problemáticas por parte del cuerpo médico con los pacientes, producto de las aplicaciones de las

terapias biológicas.

En su mayoría, son consecuencias de las aplicaciones sistemáticas, provocándose notorios

efectos secundarios.

“Las manifestaciones hipoglicémicas empezaron a observarse sobre 20 unidades y fueron: gran aumento de las
secreciones, somnolencia en algunos casos, angustia en otros, hambre. Con el aumento de las dosis estas
manifestaciones se fueron acentuando y vinieron a agregarse otros síntomas como llantos, gritos, agitación, estados
convulsivos, mioclonias91, mordedura de lengua, movimientos caprichosos que recuerdan la histeria, etc.”92.

Como se puede observar, las problemáticas se alejan de un debate o del terreno de las

grandes discusiones ya que éstas parecen configurarse dentro del terreno lógico de lo que una

aplicación podía conllevar.

De todos modos se extrañan instancias, tales como juntas y congresos médicos, que

congreguen a los profesionales en pos de observar y hacer referencia a éstos tipos de efectos

adversos.

Las problemáticas continúan pero dentro del mismo ámbito. Si bien para 1944 el

electrochoque ya era una técnica consolidada, no estaba ajena de presentar algunos detalles en

91
Ir a Glosario.
92
Vivado, op, cit., 164.

56
reparo a la aplicación de su técnica, en donde los doctores indican. “Recibida la descarga por el

enfermo, siendo la dosis suficiente y estando bien aplicados, sufre la inmediata pérdida de la

conciencia seguida de un ataque epiléptico con sus fases características”93.

Ante estas problemáticas de carácter técnico aún no se gestaba una instancia de

conversación y observación en relación a los fenómenos experimentados por los pacientes. Si es

que se estaba probando y experimentando, los efectos adversos debieron de haber constituido un

momento de reflexión para definir de forma más argumentada su éxito o fracaso.

Pero en 1947 vemos una pequeña fisura, que abre a la reflexión: el aumento del uso

progresivo y sistemático de las dosis de insulina en los pacientes, lleva al cuerpo médico a

definir un problema, las ictericias 94 , consecuencia directa de la consecución de choques

hipoglicémicos en los pacientes, permitiéndoles reflexionar entorno a los rígidos protocolos

establecidos de aplicación.

“Este año hemos tenido la ocasión de observar 26 casos de ictericias hepatocelulares95 , habiendo terminado dos de
ellas en atrofia amarilla aguda del hígado. Coincide este brusco aumento con la aplicación intensiva y sistemática del
tratamiento por coma insulinico”96.

Las ictericias fueron una problemática que elevó el número de consultas, permitiéndonos

reflexionar entonces en torno a la existencia de un visible problema producto de la aplicación de

los comas insulínicos, los cuales coincidentemente iban en asenso.

Sin embargo éste tipo de problemáticas no configuraron un argumento suficiente como

para hacer un llamado a la reflexión del cuerpo médico: un llamado que no apelaba a más que

observar y evaluar el modo de cómo se estaba procediendo con ésta puesta en marcha.

93
Arturo Vivado, Carlos Núñez, “Técnicas e indicaciones del electrochoque”, Psiquiatría y disciplinas conexas,
(Santiago), 1, 1944, 8.
94
Ir a Glosario.
95
Ir a Glosario.
96
Florencio Marín, “Ictericias en relación con tratamientos por comas insulinicos”, Chilena de Neuropsiquiatría,
(Santiago), 1, mayo 1947, 144.

57
Diagnósticos y Protocolos Médicos:

Ahora la pregunta se establecerá en relación a quién se hace cargo de las aplicaciones,

del modo de proceder, y por sobre todo del rol que juegan los protocolos para dar tratamiento a

los pacientes.

Si bien los protocolos cumplieron una importante función para probar y ensayar de

manera sostenida las técnicas de prueba, fueron éstas mismas acciones las encargadas de

provocar en el cuerpo médico a cargo, una suerte de obsesión en la obtención de los resultados.

La conformación de los protocolos designaba de manera estricta el tipo y número de

aplicaciones del cual cada paciente sería objeto, derivando ello en una sobrevaloración de los

tratamientos, lo cual logró posesionarlos como un esquema difícil de derribar y disociar entre

ellos. Es el caso del electrochoque y una suerte de “electrotriunfalismo” construido a su

alrededor, el cual estuvo acompañado de sistemáticos comas insulínicos.

No se puede negar que el electrochoque constituyó un momento culmine en el proceso de

consolidación de las terapias biológicas. Si bien su valoración triunfal logró derribar las técnicas

anteriores y definir un antes y un después en las historia psiquiátrica, éste fue especialmente útil

también a la hora de evaluar y consignar protocolos estrictamente rígidos con el fin de encontrar

la cura para la esquizofrenia.

De este modo podemos decir que lo estricto de los protocolos, y la rigidez de sus

aplicaciones, se volvió un arma de doble filo: logró dar solución al problema mas grande en

materia psiquiátrica, la esquizofrenia, pero al mismo tiempo desplazó a la práctica médica a una

era de continua prueba, acompañada de una escasa reflexión y observación, haciéndose posible

el devaluar la relación médico paciente.

58
4.- El paciente como una voz que nace: Vivencias al interior del Instituto Psiquiátrico:

En el capítulo anterior ya fue demostrado el modo de actuar y proceder bajo la

orientación de las terapias biológicas por parte de los profesionales de la salud, el cual, influyó

fuertemente en la manera de ejercer los tratamientos y por ende, en las historias de vida de los

pacientes.

Por este motivo, nos centraremos en la importancia del paciente a través de su relato y su

testimonio, el cual es otorgado a través de la ficha clínica psiquiátrica como documento de

registro en el que ha sido resguardado todo el historial clínico de los enfermos, material relativo

a ingresos, internamiento, tratamientos, diagnósticos, altas, experiencias personales, etc.

De este modo se nos hace posible articular un relato desde la voz silenciosa, desde el sitio

de quienes han sido relegados a ser objeto de un proceso de experimentación para potenciar una

nueva era de tratamientos.

Intentaremos delinear la importancia de los relatos personales de cada paciente, y de este

modo recurrir a las vivencias mas decidoras dentro de sus historias de vida para contrastar,

corroborar y ejemplificar, la importancia de las terapias biológicas bajo el registro que el

paciente psiquiátrico puede otorgar a través de su ficha clínica.

Así acudiremos a vivencias personales de los pacientes, las cuales, nos arrojarán a

interiorizarnos dentro del margen de las cotidianidades acontecidas al interior de la institución,

despojándonos de este modo de la mera y pura constatación de dichas técnicas, permitiéndonos

59
abordar su ejercicio, y evaluar su impacto desde el sitio de los pacientes pero por sobre todo,

desde la condición de su enfermedad.

La historia clínica es un documento confidencial del paciente psiquiátrico en tratamiento,

la cual es construida a lo largo de un diálogo que es nuestra tarea interpretar. Dicho historial

médico posee una estructura fija la cual nos permite conocer con rasgos exactos el modo de

proceder de los profesionales de la salud, para evaluar un diagnostico y así un tratamiento. Del

mismo modo cabe advertir la naturaleza de ésta fuente, ya que se encuentra excesivamente

mediada por la figura del medico tratante, por lo tanto posee sus limitantes.

Es de este modo que iremos evaluando paso a paso , cada uno de los registros de los

pacientes a través de las categorías más relevantes dentro del marco de la ficha clínica

psiquiátrica, interviniendo, e intentando traducir y enfáticamente conectar con la importancia de

la irrupción de la terapéutica biológica al interior del recinto.

La Institución psiquiátrica, y la visión de los enfermos en torno al recinto:

Es importante desentrañar las visiones de los enfermos hacia el sitio donde serán

internados, y dentro de ello como primera cuestión, poner atención en los motivos y razones

por las que cada paciente llega a la institución.

Si bien no de todas las historias clínicas es posible extraer dicha información, la mayoría

de los pacientes provenían de una previa consulta en un centro asistencial o policlínico, el cual

deriva hacia la institución.

Nuestra primera paciente es Adela Buchert. Ingresada al Instituto Psiquiátrico el 10 de

diciembre de 1942.

“Si bien está perfectamente orientada en tiempo y espacio, al llegar a la institución se sentía desmemoriada. El
último tiempo su temperamento se tornó algo díscolo e irritable, trataba de mandar a todos en la casa y una tarde se

60
fue al biógrafo sola. Además, posee cambios bruscos de comportamiento, a veces se agita y amenaza, pero no llega
a concretar las enunciadas amenazas”97.

Bajo los mismos patrones se procede a Internar a Irma Urbina, Ingresada el 31 de Marzo

de 1948 por razones y motivos posibles a juzgar.

“Los trastornos conductuales presentados por esta menor se deben a su temperamento histérico por lo que debe ser
recluida en tiempo de 4 meses a fin de someterla a una disciplina estricta que le impida continuar con sus
actividades sexuales que le han ocasionado una hemorragia y al mismo tiempo pueden tratar esta afección con una
terapéutica intensa a base de penicilina por vía bucal y extractos ováricos”98.

Mas allá de juzgar las razones de internamiento de cada paciente, materia que no nos

compete, es importante mencionar la estructura con la que se procede a gestar un diagnóstico

sobre ellos. Irma Urbina es internada por poseer rasgos histéricos, pero por sobre todo por llevar

a cabo conductas señaladas como “sensuales”, al parecer, motivos suficientes para someterla a un

sistemático protocolo de electrochoque.

La pregunta queda inscrita dentro de los márgenes del tipo de condiciones suficientes y

los motivos gatillantes para realizar un internamiento, y del mismo modo, desentrañar si es que

estos justificaron las intensas aplicaciones de los protocolos médicos.

Dentro de las diferentes historias de vida analizadas para la concreción de la presente

investigación, es posible encontrarse con pasajes de testimonios de pacientes que acuden al

Instituto Psiquiátrico por motivos también personales. Es decir, estos se producen gracias al

estímulo de un familiar por ejemplo, rasgo importante en el proceso de internamiento y

desenvolvimiento del paciente, lo que muchas veces es acompañado por una leve conciencia de la

enfermedad lo cual podría ser útil en el proceso. “La causa de mis primeras consultas en esa

época se sintió como no sabía lo que hacía , tenia deseos de matarme, salía a la calle para estar

97
Ficha Clínica Adela Buchert. 10 de Diciembre 1942. Ficha Consultada en Museo Nacional de Medicina.
98
Ficha Clínica de Irma Urbina. 31 de Marzo 1948. Ficha Consultada en Instituto Psiquiátrico.

61
tranquila: este episodio se me habría desencadenado por un incidente con una vecina embriagada

que me desprestigio en el barrio”99.

Dentro de este aspecto, la conciencia de la enfermedad se vuelve crucial. El cuerpo

médico manifiesta, pero más aún queda en evidencia por parte de los consultantes, que un

paciente conciente de su enfermedad se muestra mucho más colaborador y menos reticente a

recibir y percibir los tratamientos. Es de este modo que Lidia, la paciente anteriormente citada,

podía llevar perfectamente contabilizados todos y cada uno de los episodios de internamiento con

el fin de registrar los tratamientos argüidos.

Dentro del mismo esquema, los pacientes desarrollan una vasta percepción o idea en torno

al recinto hospitalario, la cual es completamente consonante al grado de conciencia en relación a

su enfermedad. El instituto psiquiátrico puede transformarse en un sitio menos amigable, o un

nicho de sanación según el paciente, su grado de enfermedad, y el estado dentro de la que ésta

varíe.

Gladis Rivera es un fiel ejemplo de cómo la Institución Psiquiátrica pasa de ser un lugar

de connotación negativa, a un lugar un poco más agradable y apto para estar bajo un tratamiento

medico. “Cuando llegué aquí dormía día y noche, no hacía mas que comer, no me daba cuenta de

nada; ahora ya me siento un poco mejor, puedo reflexionar mas”100. Esta es la percepción inicial

de la paciente, pero bastarán un par de meses y una leve variación en sus actividades y

ocupaciones, para que manifieste. “Aquí me siento bien pero en mi casa me enfermo denuevo.

Estoy tan aburrida de mi padre, pasaba trabajando, siempre me vigilaba”101.

En muchos pacientes la institución psiquiátrica pasará a constituir un todo. La relevancia

de las familias, la presencia, y la compañía de un cercano que ayude y asista al enfermo en su

99
Ficha Clínica de Lidia Rodríguez. 23 de Abril 1963. Ficha Consultada en Museo Nacional de Medicina.
100
Ficha Clínica de Gladis Rivera. 24 Octubre 1945. Ficha Consultada en Museo Nacional de Medicina.
101
Ibid.

62
proceso, se vuelve vital como herramienta complementaria, y más aún, un referente a la hora de

“significar” la institución psiquiátrica.

Y es que la institución no se construyó bajo la idea de convertirse en un sitio de negación,

que expulsara y produjera tan solo malas percepciones en los pacientes. Se sabía que debía

amparar, resguardar, brindar ayuda, pero por sobre todo, un tratamiento y herramientas para que

dichas patologías fueran más sobrellevables.

Es por ello que la colaboración y la renovación al interior de las prácticas médicas irán

siempre acompañadas de algunos matices, los cuales auxiliaban y otorgaban una segunda lectura

a lo pragmático de los tratamientos. “En el servicio trabaja en labores de manualidad, por lo que

ha derivado a un mucho mejor estado, en general fuma bastante”102.

La misión de la institución ahora estará inscrita bajo las necesidades indirectas de los

pacientes, esas necesidades de índole más moral y doctrinaria, en donde lo esencial es ponerlos

en el centro de la atención. A ratos dejarán de ser presuntos objetos de instrumentalización, y se

convertirán en una voz emergente que deambulará desde el percibir a la institución como una

cárcel, hasta hacerla parte de un sitio de construcciones positivas, derribando los mitos y

percepciones de antaño que giraban a su alrededor. “Yo soy del campo y no del pueblo por eso

es que no se como se llama esto. ¿Será una cárcel? Porque aquí todos están serios y no comen”103.

De este modo el desenvolvimiento de los pacientes y la manera de comportarse al interior de la

institución sufrirá un cambio.

Muchas veces ayudados por una complementariedad de las técnicas, como es el caso de la

convivencia con la laborterapia, sumado a una buena disposición del servicio a cargo, es posible

observar. “Que los enfermos se desenvuelven de manera mucho mas tranquila, trabajadora y

102
Ficha Clínica de Irma Carreño. 1 de Julio 1923. Ficha Consultada en Instituto Psiquiátrico.
103
Ficha Clínica Zulema Cabrera Flores. 21 de Febrero 1952. Ficha Consultada en Instituto Psiquiátrico.

63
obediente. Tranquila, duerme bien, colabora espontáneamente en las labores domésticas del

departamento y no provoca problemas”104.

Pareciera inscribirse un momento de ruptura, en que el paciente comienza a ser un sujeto

mas activo dentro de su tratamiento y recuperación, en donde los motivos de internamiento, la

percepción del recinto y su desenvolvimiento al interior de él, comienzan a ser pieza importante

de un proceso que aunque marcado por una clara tendencia orgánica y biológica en el marco de

los experimentos, no está lejana a ser integral y profunda. Así se conforma una clara perspectiva

futura hacia el paciente como algo más que una herramienta médica, sino todo lo contrario,

exclusivamente orientado a su recuperación y re valorización como sujeto.

Pero claramente la colaboración o disidencia, el compromiso o la indiferencia, son

pronósticos que brotan de una relación que ahora será centro de atención: la relación médico

paciente.

Médicos y Psiquiatras: La percepción de los enfermos sobre los profesionales de la Salud:

Ahora no será suficiente el relato médico y la percepción profesional para articular un

retrato como en el capítulo anterior. En este momento se volverá importante el modo de percibir

y mirar los hechos por parte de los pacientes, los cuales pese a delinear una voz desde la

enfermedad, ésta no será menos validada e importante para articular un discurso.

La relación medico paciente toma parte fundamental de este relato, ya que será la forma

de actuar y enfrentarse entre ellos, la instancia primera para articular entrevistas, diagnósticos y

tratamientos hacia el paciente.

104
Ficha Clínica Adela Buchert. 10 de Diciembre 1942. Ficha Consultada en Museo Nacional de Medicina.

64
Son importantes los pasajes en donde se rescate la disposición del paciente al

enfrentamiento con el médico tratante en el examen inicial de diagnóstico. “Al examen responde

lúcida, bien orientada en todo sentido, locuaz y versátil”105 .

Es la manera de proceder con las preguntas y el tono con que éstas se manejen, un rasgo

importante para generar el grado de cooperación del paciente con el tratamiento, ya que en la

revisión del material queda en explícito que aquellos pacientes más reticentes y agresivos, se

hace más difícil el llevar a cabo el proceso.

Tomemos el ejemplo de la paciente Gladis Rivera. Con una actitud reticente y enemiga

hacia el médico tratante, niega el poseer cualquier tipo de enfermedad psiquiátrica. “Niega

pseudo percepciones. Actitud irónica en sus palabras y gestos. La enferma se niega a responder a

las pruebas de cálculo. Cree que un kilo de plomo pesa mas que un kilo de papa”106. Del mismo

modo, y como lo mencionado anteriormente, su actitud ante el examen y el proceso no varía.

Continúa bajo una apariencia y conducta de agresividad en general, en donde persiste. “Una

actitud en tono displicente y en forma fácil. Sabe que se trata de un examen médico. Le dice al

medico que no le gusta que le saquen palabras”107.

En su mayoría, los pacientes tienden a visualizar al médico como una autoridad a la cual

hay que temerle. Es por ello que en la muestra de muchos pasajes relatados, la tónica sea la

desconfianza y reticencia hacia la entrevista ejecutada por el médico tratante, no logrando

conseguir gran material y contenido sobre el estado de los pacientes debido al miedo, temor, y

vergüenza de hablar y relatar pasajes de su enfermedad.

La pregunta de difícil respuesta, es el plantearnos si es que esta actitud es explicada y

únicamente entendida en relación a la enfermedad, o si realmente hay un sesgo médico, una

105
Ficha Clínica Albina Valenzuela Garrido. 14 de Diciembre 1942. Ficha Consultada Instituto Psiquiátrico.
106
Ficha Clínica Gladis Rivera. 24 Octubre de 1945. Ficha Consultada Museo Nacional de Medicina.
107
Ibid.

65
actitud de superioridad y autoritarismo que derive en este alejamiento de las partes, para así no

poder lograr un examen integral. Si bien la figura médica reposa en un espacio de autoridad

debido a la contraparte mostrada por la vulnerabilidad de los pacientes, ésta parece enfatizarse en

algunos casos.

De todos modos el examen psiquiátrico está construido de manera de no sucumbir ante

estos avatares de la relación médico paciente. Aquí todo entra en juego, y cualquier gesto,

presencia y disposición, pasan a ser parte significante para conformar un diagnóstico. “Su actitud

y discurso están saturados de un tono de indiferencia. A momentos su cara toma un gesto de

tristeza con arrugas frontales y contracción de todo lo facial, pero al interrogarla niega tener

dicho estado de animo”108. Así el paciente es continuamente observado, y cada actitud y gesto es

tomado en cuenta para validar su permanencia al interior de la Institución.

Si bien la tónica es encontrarse con “enfermos que entregan contenidos bizarros con

vivencias delirantes, alucinaciones auditivas de tono autoreferente que se acompañan de una serie

de neologismos” , es posible hallar en algunos pacientes la inquietud de establecer una relación

medico paciente mejorada , de colaboración, pero por sobre todo de confianza al lograr inscribir

en la labor médica una suerte de misión : de ver en el médico una herramienta de ayuda para

salir de la enfermedad que se posee.

“Durante la entrevista hay frialdad afectiva pero sin embargo sonríe tratando de lograr contacto. En un momento el
paciente se emocionó hasta llorar. Su comportamiento es adecuado. Mantiene silencio mientras no le dirigen la
palabra, derivando en una actitud de respeto”109.

Sería imposible no imaginar la labor médica en éste periodo de irrupción de las terapias

biológicas, sin pensar en una labor o llamémosle misión inscrita, la cual se devela al

interiorizarnos con el paciente. Si bien hemos hablado de ensayo, experimentación y prueba,

108
Ficha Clínica Gladis Rivera. 24 Octubre de 1945. Ficha Consultada Museo Nacional de Medicina.
109
Ficha Clínica Lidia Rodríguez. 23 de abril de 1963. Ficha Consultada Museo Nacional de Medicina.

66
esto no le resta valor a un momento en donde el cuerpo médico intenta instalar al paciente en el

centro de todo estudio, para que este sea más acotado y se obtengan mejores resultados.

De este modo los pacientes conforman el centro de análisis: ya sea por constituir su

receptáculo viviente de experimentación, o bien para que éste nuevo actor sea parte activa de

ésta nueva era de tratamientos psiquiátricos, otorgándole importancia a su historia, sus relatos,

comportamientos, y gestando un llamamiento a la colaboración activa en pos de una renovada y

mejorada relación médico paciente.

De esta manera ya no será suficiente el simple hecho que un paciente se presente al

examen. “Limpio y bien vestido”110 . Si bien ello constituye una pista para grabar el grado de la

patología, ahora el centro se desplazará a lo que ellos quieran contar en relación a su estado

dentro del marco de la enfermedad, trascendiendo a lo que ellos quieren decir y retratar, para de

este modo, poseer un mayor numero de patrones que evidencien el desarrollo de la patología y su

presunta evolución. “Manifiesta que continuará trabajando dentro de la institución ya que es su

costumbre de vida”111.

Pero hay que detenerse a tener en cuenta que la enfermedad mental más allá de su

conciencia o no por parte de cada paciente, posee sus limitantes. Muchos testimonios otorgados

por los enfermos parecen insuficientes, y por la misma causa es posible dudar del grado de

veracidad los contenidos otorgados.

Es por éste motivo que los familiares tomen un grado de importancia vital dentro del

marco de la entrevista y de los antecedentes que se posean. Así, la misión o visión que se tenga

de la labor del cuerpo médico es más bien la otorgada por parte de la sociedad, de aquellas

110
Ficha Clínica Lidia Rodríguez. 23 de abril de 1963. Ficha Consultada Museo Nacional de Medicina.
111
Ibid.

67
familias que acuden confiadas al hospital psiquiátrico y entregan sus antecedentes y realidades

en manos de los profesionales de la salud.

“Traída por su madre quien informa que la paciente no quiere tomarse los medicamentos. Afirma que la enferma
posee agitación, que reta a todos, además posee ideas delirantes con respecto a que hay hombres que desean
acostarse con ella. Se siente observada con alucinaciones auditivas. La madre pide ayuda ya que es una paciente
pasiva inactiva verbal y motoramente”112.
De este modo observamos como hay un acto de confianza por parte de los familiares de

los pacientes en pedir ayuda. El médico es depositado en un sitio de autoridad que se lo otorga

el poder de brindar herramientas para sanar y revertir dicha situación. Es por ello que aquellos

pacientes que son rápidamente olvidados, o podemos decir abandonados al interior de la

institución por sus familiares, tengan una historia de permanencia pero sin grandes antecedentes,

los cuales, un cierto número mueren al interior del hospital sin variaciones en sus estados

mentales, y en algunos casos, sin registrar altas y egresos, sin significar esto una generalidad.

La visión de los médicos por parte de los pacientes es un sitio de construcción. Un

proceso de interacción en el que el modo de enfrentarse de ambas partes tiene la opción de ser

mejorada gracias a actitudes de confianza, lo cuales pasan por el modo en que el médico ejerza

su práctica ante el pacientes así como se pueden visualizar cambios en las actitudes de los

consultantes.

“Su aproximación en el examen es mayor que en la primera entrevista. La paciente parece mas auténtica y emana
una aparente alegría que se expresa en risas persistentes. Tiene mayor conciencia de su enfermedad, esta mas
orientada respecto de si misma…En resumen, se observa un cambio positivo en la evolución de la paciente”113.

De esta manera dependerá del modo de proceder del psiquiatra, el grado de confianza que

se obtendrá por parte del paciente. La labor médica constituirá un desafío y estará en continuo

perfeccionamiento hacia una aproximación cada vez mayor para con el enfermo psiquiátrico.

112
Ibid.
113
Ficha Clínica Lidia Rodríguez. 23 de Abril 1963. Ficha Consultada Museo Nacional de Medicina.

68
Es de este modo que los psiquiatras prueben nuevas herramientas para forjar un

acercamiento, tales como la escritura de cartas por parte de los pacientes con el fin de extraer

retratos mas exactos de la enfermedad.

Será la forma de relacionarse y de involucrar al enfermo y a su entorno en el tratamiento,

el punto clave para que ellos se hagan parte de las terapias que intentarán sanarlos. Del mismo

modo, la manera de percibir y enfrentar los esquemas terapéuticos correspondientes al de las

terapias biológicas, se configurarán como la actitud que servirá de parangón para medir el

compromiso o indiferencia con que los pacientes y sus familias asumen estos nuevos esquemas

terapéuticos ofertados por el cuerpo medico.

Percepción de los tratamientos y de la enfermedad por parte del Enfermo Psiquiátrico:

Al interior de éste ámbito la percepción del enfermo pasará a constituir un tema de interés:

el desarrollo de su enfermedad, el modo de responder a los tratamientos, y su comportamiento al

recibirlos, entre otros, constituirán una nueva herramienta para observar el impacto producido por

las terapias sobre ellos.

Si bien en su mayoría los pacientes no manifiestan de modo particular sus sensaciones

ante el impacto de las terapias biológicas, es fácil encontrar en la ficha clínica pasajes de relatos

y opiniones de los pacientes vertidas en relación al modo de percibir el tratamiento, los cuales

mostraremos a continuación.

Por lo general las respuestas se definen dentro del marco de lo pasivo, es decir, nos

encontramos con pacientes que reciben el tratamiento sin grandes cuestionamientos, con una

presunta indiferencia debido al estado actual de su enfermedad mental, lo cual muchas veces

escapa a constituir un simple rasgo dentro del formato de escritura de la ficha clínica.“Termina el

69
tratamiento con insulina. Continúa su mejoría. Sociable, trabajadora, duerme y se alimenta

bien”114.

Generalmente en los relatos es la indiferencia y la entrega sin grandes cuestionamientos,

dos rasgos comunes y de patrón repetitivo. Si el paciente no cuestiona y no ejerce resistencia al

tratamiento, los protocolos continúan sus aplicaciones sistemáticas sin mayor problema.

De este modo se da paso a una aplicación intensiva y sistemática de los protocolos

médicos conformados, lo cual, deriva en un proceso apresurado en donde no hay momentos para

la reflexión médica entorno al tipo y eficacia de tratamientos que se está prescribiendo, y mucho

menos para que el paciente, nuestro objeto de estudio, reaccione frente a lo ejecutado.“Fuerte

excitación psicomotora. Canta, baila, pelea con los otros enfermos. Ha habido la necesidad de

someterla a dos electrochoques ayer y hoy….Lleva 7 electrochoques y sigue indiferente”115.

Claramente la senda a la legitimación de las terapias biológicas tuvo un paso evidente por

los pacientes internados en el Hospital Psiquiátrico a través del ensayo y la experimentación.

Había que probar y ensayar. Se necesitaba a un número suficiente de enfermos a los cuales

intentar curar a través de estos nuevos esquemas terapéuticos. El tema es que no siempre los

resultados eran los esperados, y más aún, el accionar del cuerpo médico no conseguía

replantearse sus prácticas en orientación a los resultados evidenciados por los pacientes.

Es de este modo que al diagnosticar, rápida y automáticamente se procediera a la

prescripción de una rutina de terapias biológicas. “Diagnóstico de demencia precoz, se le

suministra insulinoterapia” 116 . Esto no suponía grandes planteamientos, pues la tendencia ya

estaba marcada. Luego será la conformación de los esquemas terapéuticos el punto clave para

114
Ficha Clínica de Albina Valenzuela Garrido. 14 de Diciembre 1942. Ficha Consultada en Instituto Psiquiátrico.
115
Ficha Clínica de Albina Valenzuela Garrido. 14 de Diciembre 1942. Ficha Consultada en Instituto Psiquiátrico.
116
Ficha Clínica Amanda Muñoz Rodríguez. 10 de Noviembre 1942. Ficha Consultada en Instituto Psiquiátrico.

70
tratar a los enfermos y no replantearse en un largo plazo otro tipo de terapias, integrales y

complementarias.

De manera distinta sucedía con aquellos pacientes a los cuales se les otorgaba el alta. Se

iban medicados y con una rutina farmacológica específica, la cual extrañamente resultaba de

mucha ayuda para reintegrarse en mejores condiciones a la institución. “Hace un tiempo la

paciente no da problemas en la vida familiar cuando esta bien. Toma responsablemente sus

medicamentos, con excepción de los momentos en que se pone porfiada. Se reincorpora”117.

De algún modo, manera que supone una lectura acuciosa del material clínico, es posible

observar en ocasiones, una pequeña intención por parte del enfermo en su recuperación. Quizá

pasaba por detalles tan específicos e invisibles como la ingesta adecuada de los medicamentos,

motivo suficiente para ver e inscribir en ellos una cuota de compromiso en su rehabilitación.

Desde éste punto de vista, el enfermo se convierte, o es convertido en un agente activo

dentro de lo que sucede con respecto a su enfermedad.

Ahora se abre la posibilidad a que el tratamiento erigido sobre el paciente pueda

producirle confianza, desidia, o tal vez indiferencia en modo en como proceden con el y con su

tratamiento, y del mismo modo, la técnica empleada con la que se lleve a cabo el

procedimiento también constituirá un aspecto que llame la atención dentro del proceso de

tratamiento propiamente tal.

“Lleva 8 electrochoques. Tranquila, orientada, come y duerme bien. Manifiesta cosquillas después de las descargas,
por ello explicita deseos de volver a casa, quiere ver a sus amigos, pasear, ir a fiestas. Le preocupa haber estado en el
manicomio ya que la gente la va a catalogar como loca”118.

Queda así en claro la existencia de manifestaciones en torno a la terapéutica, pero que sin

embargo no pasan del terreno de las inquietudes de un par de pacientes. Posterior a este relato la

paciente es sometida a un esquema aún más intensivo de electrochoque por dos meses más.
117
Ficha Clínica Gladis Rivera. 24 Octubre de 1945. Ficha Consultada Museo Nacional de Medicina.
118
Ficha Clínica Irma Urbina. 31 de Marzo 1948. Ficha Consultada em Instituto Psiquiátrico.

71
Dentro del terreno de la percepción de los enfermos, es sorprendente observar como

pacientes después de haber sido prescritos por cuatro años o más con insulinoterapia y

electrochoque, vuelven a la típica y ordinaria ingesta de fármacos. ¿Hay una posible

contradicción, o se trata de un arrepentimiento a destiempo de los protocolos erigidos? Un

ejemplo de ello es la paciente Lidia Rodríguez de la cual poseemos una basta historia médica en

la que pese a ser tratada por 5 años con solo insulina y electrochoque , en su etapa final es

prescrita con fármacos. “Son los últimos días que se ha negado a tomar sus remedios”119.

En una lectura general podemos aseverar que la disposición del enfermo para recibir y

percibir sus tratamientos bordea la indiferencia, la desidia, y por sobre todo la apatía. No

intentamos establecer juicios en torno a la aplicación, pero sin embargo constatamos y

corroboramos una época de prueba y ensayo en la cual se debía poseer un receptáculo definido:

el paciente internado en el hospital.

Si bien hay pequeñas instancias de compromiso y atención a los tratamientos erigidos por

parte de los médicos, los pacientes no van más allá de un leve y poco notorio grado de lucidez en

la percepción de éstos. Pudieron haber sido sus familias quienes examinaran y cuestionaran los

esquemas terapéuticos prescritos , o que por lo menos les llamara la atención el grado de

intensidad en la suministración de ellos, pero no fue así. Al parecer, y del mismo modo como el

cuerpo médico, los familiares parecieron entregarse a las nuevas tendencias, encandilados por el

triunfalismo que profesaban.

Sin ejercer juicios de ningún orden, resulta extraño dejar que un hijo sea sometido a

electrochoques diarios observando lo que significaba para el paciente en cuando a sus

condiciones y efectos adversos después de las descargas, o que en 1928 se realizara la primera

119
Ficha Clínica Lidia Rodríguez. 23 de Abril 1963. Ficha Consultada Museo Nacional de Medicina.

72
malarioterapia en nuestro país sin enfrentar una pequeña discusión del cuerpo médico de la que

se tenga registro.

Los procesos se llevaron a cabo de forma instintiva lo que no quita que ello halla estado

abalado y testeado por la ciencia. Pero defendemos la idea de que hubo una falta de serenidad y

reflexión entorno al proceso, sobre todo al constatarlo y darnos cuenta de una serie de

complicaciones desde el sitio de la enfermedad, del paciente.

Voces y relatos individuales de los pacientes en relación a su enfermedad:

Ahora veremos el desarrollo de la enfermedad en la voz de los enfermos. Serán leves

relatos y pasajes testimoniales de los pacientes, los que delinearán el desenvolvimiento de las

terapias biológicas como modo de tratamiento para enfrentar sus patologías mentales.

Tomaremos especial interés en aquellos fragmentos en donde ellos relaten las causas de

su enfermedad, el modo en como ellos perciben su sintomatología, y por sobre todo, el

desenvolvimiento del paciente al interior de la institución psiquiátrica: algunos ahogados por la

soledad, otros por la enfermedad, o simplemente indiferentes a lo que las paredes del hospital les

permitía.

Porque el objetivo de ahondar en las historias clínicas presentadas a continuación, radica

en descubrir sin grandes fundamentos científicos y psiquiátricos, que es lo que ocurría en los

pacientes. La mayoría de estos, dista mucho de poseer una estructura o un canon de organización

dentro de la estructura de la historia clínica, ya que corresponde solamente a un dialogo en donde

el medico tratante enfrenta al paciente para que éste relate lo que quiera o pueda en relación a su

estado mental.

Así se organiza el relato de Lidia Rodríguez, la cual pese a presentarse con una postura

reticente ante su médico tratante, bosqueja la siguiente descripción. “Dice que una noche vio a su

padre levantarse de su cama y mordía en el cuello a su hermano que duerme con el. Su madre se

73
percata de su angustia y trata de calmarla” 120 . Lidia Rodríguez relata sus primeros estados

sicóticos claramente sin saber que corresponden a ello. No es de su interés demostrar al médico

el fundamento de su enfermedad mental o sus primeras alucinaciones, sin embargo otorgan un

material importantísimo dentro de la historia clínica para forjar un diagnóstico.

De la misma manera, la paciente continúa entregando información después de reconocer

su estado y conciencia de la enfermedad.

“En la tarde cuando el sol se ponía veía en la montaña focos que brillaban hasta que el sol bajaba, eso era algo
modesto que llegaba hasta la casa de la cumbre. Veía personas en el techo, personajes como retratos. Siento algo
extraño en los sentidos, como si estuviera pensando, como si con una tenaza estuviera apretando”121.

Esta información ahora se vuelve trascendental, ya que es ésta valoración, la del paciente

sobre su enfermedad, la que nos lleva a observar otros modos y aristas para entender la

patología mental desde sus bases más profundas: la de las inseguridades, sus imaginaciones y

pensamientos más extraños.

Sin embargo dichos relatos poseen una doble valoración: Como lectores nos otorga la

posibilidad de ver la enfermedad bajo los supuestos del mismo paciente, para entenderla y

traducirla, pero al mismo tiempo continúa brindando y fortaleciendo el historial clínico con el

cual el médico dirige y evalúa.

De otro modo no valdría la pena dar tanta importancia a estos pasajes. Para aquellos años

fueron un antecedente, un material de primer orden otorgado por el paciente en el completo

desarrollo de su enfermedad, y que resulta de ayuda para desenvolver la práctica médica, y más

aún, una justificación formal para dar tratamientos y diagnósticos a los pacientes internos.

“Ha manifestado que se deslizan hombres por las paredes. Manifiesta que su familia la

vende y le traen hombres que con dinero vienen. Dice que la llamaban en la noche y que alguien

120
Ficha Clínica Lidia Rodríguez. 23 de Abril 1963. Ficha Consultada Museo Nacional de Medicina.
121
Ficha Clínica Lidia Rodríguez. 23 de Abril 1963. Ficha Consultada Museo Nacional de Medicina.

74
se acostaba sobre su cama”122. Si bien no queda muy claro el modo en que éste pasaje podría ser

útil para la concreción de un diagnóstico, otorga información en relación a la vida de la enferma

en torno a su familia.

Dentro de los testimonios presentados, se repite la importancia que reviste el entorno

familiar en los pacientes, es decir, muchos de los enfermos internos en la institución los

incluyen, los reclaman, o simplemente los demandan. Así como en el caso de Roberto King,

quién desesperado y algo abandonado escribe en una carta que nunca fue enviada.

“Querida mama acen 8 meses que yo estoy en el patio 6 del manicomio nacional 6 meses que no se de mi madre y mi
salud se encuentra bien con muchos deseos de retirarme de este ambiente tan desgraciado y lo mas insalubre que
puede existir mis deseos son irme para el sur necesito un terno negro un par de zapatos café y ropa interior por el
momento me despido que se encuentren bien de salud se despide tu hijo Roberto King”123.

Abandonado o no, el paciente dentro de su enfermedad si abrigaba una clara intención:

volver a su natal Puerto Montt junto con su madre, la cual no se aparecía hace bastante tiempo

por el hospital psiquiátrico.

Otro dentro de los testimonios interesantes de los pacientes es el de Sergio Marín.

Interesante, ya que dicho paciente deambula en presuntos y continuos diagnósticos

“esquizofrénicos” pero con un “rasgo homosexual” en variación. Por ello es importante poner

atención a su relato en donde el paciente intenta explicar las presuntas causas de su enfermedad

actual.

“Se queja de un casco de acero que le oprime el cerebro. Oía la voz de una arrendataria que me decía “Sergio se
masturba” Y efectivamente se masturbaba con frecuencia. Parecía oír la voz de unos homosexuales quienes
intentaban pervertirme. Los homosexuales me echaban narcóticos en la comida. Nunca me han gustado las mujeres,
en una ocasión una se me ofreció y yo la rechacé. Cuando mi madre me ha dejado dinero para que busque mujeres se
la he devuelto diciéndole que la situación de nosotros no nos permite gastar dinero”124.

Dichos pasajes presentados son muestra cabal de cómo la enfermedad habla a través de

esta voz emergente, la del paciente. Si bien para nosotros es un material disponible para traducir,

122
Ibid.
123
Ficha Clínica Roberto King. 1 de Agosto 1940. Ficha Consultada en Museo Nacional de Medicina.
124
Ficha Clínica Sergio Marín. 4 de Mayo 1946. Ficha Consultada en Museo Nacional de Medicina.

75
contextualizar y aproximarnos a las diferentes historias de vidas presentadas, para el 1936

constituían un referente y un argumento médico para proceder con la labor del medico tratante.

La entrevista en su estructura, pero por sobre todo el modo en que el paciente puede

incidir en ella, son piezas fundamentales para articular éste relato que ha intentado ser expuesto

desde la comprensión misma de la enfermedad. De este modo, los testimonios individuales y

reales de los enfermos asumen importancia al entregar una información nutritiva en relación a las

causas y desarrollo de la enfermedad de cada paciente.

De este modo lo que sostenemos en la revisión de las vivencias de cada paciente, y es

articulado a lo largo de éste capitulo, asume un significado de constatación acerca de lo que

intuíamos en el capitulo anterior, pero en este caso particular, bajo la óptica que las vivencias

inmersas dentro del historial clínico de cada paciente puede ofrecer.

Trascendencia Sociocultural: Recinto Hospitalario, familias, y su incidencia en la enfermedad;

El entorno del paciente psiquiátrico:

En este periodo la enfermedad mental poseía distintas explicaciones. Sí bien podrían

haber sido patologías adquiridas y desarrolladas de un modo independiente, la herencia y la

importancia entonces de los antecedentes hereditarios de las familias de los enfermos eran una

materia de primer orden. Se iniciaron investigaciones dirigidas a encontrar algún sustrato en la

herencia para explicar la enfermedad, como lo mencionado en el capitulo anterior, con un claro

afán en dilucidar, descubrir y desmantelar cualquier tendencia hacia dicha materia.

Es por ello que la estructura de la entrevista clínica indague en aquellos antedentes, y

resulte interesante exponerlos a continuación.

76
Es fácil encontrarse con. “Una tía estuvo y falleció loca, padre alcohólico, una hermana la

menor, tuvo antecedentes similares” 125 . O “Cuando la niña nació el padre sufría de sífilis y

gonorrea, la alimentación de la madre durante el embarazo fue deficiente. Durante el parto debió

usarse anestesia. Hasta los dos meses de edad fue alimentada con leche condensada. El padre

además falleció de una tuberculosis pulmonar”126.

Si bien aquí se confunden antecedentes hereditarios con algunos antecedentes personales

generales, la herencia, el hecho de existir alguna presencia de enfermedad mental en otros

miembros de la familia establecía automáticamente un patrón de cuidado sobre el enfermo a

tratar. Del mismo modo sucedió con la presencia de hijos de padres Alcohólicos.

El alcoholismo, otro de los problemas de la sanidad pública, también poseía incidencia en

la generación de enfermedades mentales, lo que nuevamente nos remite a los antecedentes

hereditarios para gestar un diagnóstico. “El padre murió de neumonía, bebedor. La madre vive, es

sana”127.

De todos modos hay un sin numero de antecedentes generales y personales del paciente

que valieron la pena estimar para los médicos de la época. Existencia de enfermedades como

pulmonía, tuberculosis, sífilis, gonorrea, el desarrollo psicomotor del paciente, el

desenvolvimiento social de éste y un sin numero de detalles que a la hora de integrarlos resultan

decidores para evaluar al enfermo.

Sin embargo la preexistencia de enfermedades mentales en la familia de los pacientes era

un hito crucial, ya que la herencia comenzaba a inscribirse como una tendencia que empezaba a

dar respuestas al ámbito médico y científico.

125
Ficha Clínica Albina Valenzuela Garrido. 14 de Diciembre 1942. Ficha Consultada en Instituto Psiquiátrico.
126
Ficha Clínica Gladis Rivera. 24 Octubre de 1945. Ficha Consultada Museo Nacional de Medicina.
127
Ficha Clínica María Inés Espinoza 10 de Diciembre 1928. Ficha Consultada en Instituto Psiquiátrico.

77
“La visitadora social informa que dentro de los antecedentes hereditarios de la paciente se rescata la existencia de un
padre extravagante, mujeriego. Le apartó de su mujer cuando el enfermo tenía tan solo 3 años. La madre ha sufrido
de trastornos que un médico consideró como neurosis. Tanto ésta como sus familiares se han caracterizado por ser
inestables, por tendencia a cambiar de clima, de cómo que todos los parientes vivos se encuentran fuera de Chile”128.

La familia, sus antedentes, la inmersión o exclusión de éstos en el proceso del enfermo

mental interno, son características a analizar. No es posible olvidar que el enfermo mental pese a

su condición, que continúa inscribiéndose dentro de su sociedad, ya que ha sido ésta quien lo ha

adjudicado como un desviado y enfermo, por ello interno.

Los pacientes poseen una realidad sociocultural, la que le ha entregado su entorno, sus

familias, o tal vez la que ellos mismos alcanzaron a construir antes de caer enfermos.

De este modo se volvió importante recalcar el grado de compromiso e incidencia del

ámbito sociocultural y familiar de los pacientes dentro del marco de su enfermedad, ya que los

pacientes se desenvuelven y construyen entorno a otros durante toda su vida, y ha sido el

transitar por ella lo que ha dejado las marcas, algunas veces explicativas y decidoras en relación a

la enfermedad.

Las familias debieron tomar palco en el transcurso de la enfermedad de los pacientes, ya

que hemos comprobado el grado de incidencia que tienen ellos en los antecedentes de cada

enfermo. Del mismo modo el grado de acompañamiento, interacción y existencia de vida

familiar se vuelven componentes importantes en los relatos de los pacientes.

Sin embargo gracias a la revisión del material clínico de los pacientes, hemos constatado

que la importancia de la familia dentro del marco de la enfermedad de los pacientes es del todo

pasiva, y que cobra importancia tan solo al momento de entregar información pertinente al

paciente en tratamiento.

Muchas veces nos encontramos con casos en que los pacientes niegan cualquier nexo con

su núcleo familiar, es decir, configuran en ellos un elemento negativo, incluso perturbador en el


128
Ficha Clínica Sergio Marín. 4 de Mayo 1946. Ficha Consultada en Museo Nacional de Medicina.

78
desarrollo de su enfermedad. “Aquí me siento bien pero en mi casa me enfermo denuevo. Estoy

tan aburrida de mi padre, pasaba trabajando, siempre me vigilaba”129.

De todos modos, esta paciente paralelo a sentir negaciones hacia su familia, es importante

mencionar que su núcleo no la ha dejado olvidada en la institución, y que dicho comportamiento,

no constituye una generalidad. Por ello atendemos a la particularidad del caso. “La enferma

cuando estuvo en alta vivía en casa de su hermano. Ayuda en quehaceres domésticos a pedido de

la familia y por propia iniciativa”130.

El componente familiar es un antecedente al que las historias clínicas le otorgan gran

importancia. La forma de hacer frente a la enfermedad, pero más aún las implicancias que cada

historia de familia pueda tener en ella, son motivos suficientes para dedicarle parte de éste

capítulo.

Del mismo modo, podemos observar como algunas familias sucumben ante la presencia

de la enfermedad. Familias que dependían económicamente de éstos pacientes, ahora enfermos,

deben auto solventarse luego de internar a sus hijos, esposas o maridos.

“Se puede decir que hace unos dos años la paciente constituía el sostén de su familia, que la forma su madre anciana
y otra hermana soltera. Su padre se ha visto imposibilitado de trabajar por tener un reumatismo deformante. La
enferma para poder ganar un mejor salario traía gran cantidad de trabajo extra a su casa, no dándose descanso ni aún
los días domingos”131.

Así observamos como la realidad sociocultural de cada paciente es y conforma un dato

anexo para analizar el conjunto de la enfermedad, de su condición. “El paciente nació en

Santiago de una pareja cuyo nivel sociocultural es bajo, su padre trabaja en la actualidad como

obrero panificador. Viven en una casa prefabricada de 8 piezas”132.

129
Ficha Clínica Gladis Rivera. 24 de Octubre 1945. Ficha Consultada en Museo Nacional de Medicina.
130
Ficha Clínica Gladis Rivera. 24 de Octubre 1945. Ficha Consultada en Museo Nacional de Medicina.
131
Ficha Clínica Laura Romero Sepúlveda. 8 de Mayo 1945. Ficha Consultada en Museo Nacional de Medicina.
132
Ficha Clínica Lidia Rodríguez. 23 de Abril 1963. Ficha Consultada Museo Nacional de Medicina.

79
Dentro de éste ámbito, es posible observar una suerte de misión, lo que mas tarde es

posible visualizar como una suerte de políticas de salud pública alrededor de la institución

psiquiátrica, hacia la población enferma.

Nuestra misión no es establecer la pobreza o falta de recursos como una justificación ante

el sostenimiento de un enfermo mental en la familia, sin embargo en la mayoría de las historias

clínicas revisadas, queda de manifiesto que éste patrón juega un rol muy importante ante la

decisión de internar o no a un enfermo mental, y que en ese mismo acto, se otorga mayor o menor

importancia a un sitio que será el encargado de albergar y amparar necesidades que se hacían

urgentes.

De este modo nos percatamos como las historias de vida marcan, y por ello nos hemos

concentrado en descifrar el grado de compromiso de cada hito en la vida de los pacientes para

darle una consonancia o explicación a la propia enfermedad.

Sin embargo hay episodios que dicen mucho mas en la vida de los pacientes: aquellos

pasajes en donde cada enfermo relata momentos que pudieron haber sido gatillantes de su

enfermedad, instancias familiares y personales que a su “juicio” consideran importantes para

articular una respuesta a lo que acontece. “La paciente ingresa a los 3 años de edad a la escuela

pero no logró aprender a contar, pese a que se empeñó en conseguirlo. Aprendió a leer pero le

costó mucho aprender a tejer y le es muy difícil darle forma a los objetos que teje”133. Esta

paciente es un claro ejemplo de cómo una situación puede marcar por años. Es una de las

primeras experiencias que relata en la entrevista al responder la pregunta en torno a ¿cuales son

las situaciones que mas te han marcado y que recuerdes en tu vida?, a lo que ella agrega, “que

133
Ficha Clínica Lidia Rodríguez. 23 de Abril 1963. Ficha Consultada Museo Nacional de Medicina.

80
su fracaso escolar es fruto de la negligencia de sus profesores. Por ello permaneció unos años

ayudando a su madre en labores de la casa y se le olvidaba lo que estudiaba”134.

Cada paciente con una historia y un antecedente a cuestas, todos diferentes y distintos

entre sí, pero que apuntan a dar sentido y explicación al mismo hecho en particular: las posibles

razones y respuestas a la enfermedad mental, lo que claramente atiende a la mediación del

medico tratante.

Perspectiva de los tratamientos, resultado de ellos sobre los enfermos:

De modo como cada paciente se conforma como una historia de vida en particular,

individual, y con características propias, el modo de responder y percibir las terapias con las

cuales fueron tratados en su permanencia al interior de la Institución, también pasa por la

experiencia individual.

Si bien la historia de las terapias biológicas confirma y posiciona a un conjunto de

terapias como las superiores y triunfalistas, en las historias personales es posible observar y hacer

comparaciones en cuanto al modo de acción de las técnicas.

No todas alcanzaron efectos positivos, no se consiguieron solo remisiones de

enfermedades, etc. La contraparte al discurso medico.

Nos situamos ante estrictos protocolos, en donde sobre diagnósticos de Demencia por

ejemplo, es observable la cantidad de comas insulínicos sin grandes variaciones. “Continuos

comas sin mejora”135.

134
Ibid.
135
Ficha Clínica Amanda Muñoz. 10 de Noviembre 1942. Ficha Consultada en Instituto Psiquiátrico.

81
No es que pretendamos ver tan solo remisiones a las enfermedades, producto de la

aplicación de las terapias biológicas, pero si llama la atención lo rígido de los protocolos, e

insistimos en ellos, ya que hay una ausencia, reiterada de replanteamientos, incluso ante

resultados adversos conseguidos con la técnica. “Ha hecho 24 comas y se le ha producido

problemas digestivos frecuentes durante la hipoglicemia”136.

Ante la suministración de las terapias biológicas de manera sistemática, pero más aún

ante las sobreaplicaciones de insulina es fácil encontrarse con diagnósticos que explicitan una

invariabilidad del estado de las enfermedades, incluso bajo la aplicación de éstos sistemáticos

tratamientos.

Nuestra reflexión se dirige a preguntarnos acerca del modo en que éstos tratamientos

fueron prescritos sobre los enfermos, con que fines, pero por sobre todo, si es que fueron

suministrados con especificad y atención para cada enfermedad en particular y cada uno de los

pacientes poseyera su propia proyección de mejora.

Pero con el electrochoque parece suceder algo distinto. Si bien el recorrido de su técnica

revistió algunas pequeñas discusiones doctrinarias, sus resultados suelen inscribirse dentro del

“electro triunfalismo” y todo lo que los destellos de electricidad causaban e implicaban.

Esto quiere explicar, que dentro de los casos analizados es visible la eficacia de esta

técnica por sobre las anteriores. “Se ha sometido a un protocolo de electrochoque diario y se ha

observado un cambio positivo en la evolución de la paciente” 137 . “Completó 10 electros.

Tranquila, bien orientada en todo sentido, ha ido desapareciendo su angustia, tristeza y algunas

perturbaciones. Las reglas se han vuelto a presentar de forma regular”138.

136
Ficha Clínica Lidia Rodríguez. 23 de Abril 1963. Ficha Consultada Museo Nacional de Medicina.
137
Ficha Clínica Lidia Rodríguez. 23 de Abril 1963. Ficha Consultada Museo Nacional de Medicina.
138
Ficha Clínica Ofelia Muñoz Rojas. 27 de Octubre 1942. Ficha Consultada en Instituto Psiquiátrico.

82
Eficacia, ineficacia, remisiones y evoluciones, son algunos de los cánones con los que

evalúan la respuesta de los pacientes hacia los tratamientos. Si bien el discurso médico

presentado en el capítulo anterior resguardaba de una manera muy académica el éxito de las

terapias biológicas, al observar la historia de los pacientes, esto parece tocar otros aspectos.

Las terapias biológicas cierran su paso por la historia de la psiquiatría en Chile con

evidencias triunfales, probadas y testeadas, lo cual no quita la posibilidad de poder evidenciar la

otra cara, el sitio que la práctica médica no está dispuesta a mostrar por algún motivo: los

fracasos, las dificultades y los problemas que surgieron desde el sitio de la enfermedad y de los

pacientes para poder implementar y consolidar éste nuevo enfoque sobre la enfermedad mental

en Chile.

Consideraciones Finales:

La presente investigación propone una nueva forma de abordar la historia de la

psiquiatría y con más precisión de la enfermedad mental, a través del estudio del paciente como

objeto primero, con el fin de registrar y problematizar la existencia y aplicación de las terapias

biológicas en nuestro país.

Logramos desplazar la historia psiquiátrica desde el mito hacia la institucionalidad, que si

bien no es el foco de estudio, es el sitio donde éste se desenvuelve, lo cual conllevó a una

valoración desde el espacio de las construcciones sociales gracias a la imposición de un

paradigma biológico y orgánico dentro de la escuela psiquiátrica, para de este modo dirigir el

discurso médico en el concierto mundial.

Se asistió a la década del treinta a un momento de cambio conceptual en relación al sitio

de los enfermos mentales.Del asilo, con una asistensialidad precaria destinada solamente a

contener, hacia la institucionalidad misma del psiquiátrico, del hospital, lugar en donde se

brindarán los tratamientos dispuestos correctamente para en el mejor de los casos, lograr dar cura

83
a la enfermedad mental gracias a la irrupción de la ciencia como nuevo enfoque administrativo,

dejando atrás la beneficencia como modelo regulador de dichos espacios.

Dichos postulados surgieron fruto de un cambio de reglamentación en materias

asistenciales, las cuales nacen de una inquietud estatal de poder brindar un sostén al sistema

médico nacional bajo los parámetros de lo científico y lo técnico, patrones que explicaron la

implementación y aplicación de las terapias biológicas en el concierto psiquiátrico nacional.

Así, es que surgió como nuevo protagonista el paciente psiquiátrico.Se visibiliza como el

consultante, la persona que asiste a los centros, en este caso la institución psiquiátrica, tomando

forma y valor dentro de un panorama que abrió espacio a la práctica, al ensayo y a la

experimento en favor de éste nuevo actor que exige un tratamiento para curar su enfermedad, y

que por sobre todo, adquirió relevancia social y cultural dentro de un esquema médico que se

tornaba cada vez mas rígido y técnico.

Es por ello que el relato se haya construido por una parte, desde la inquietud del receptor

de las terapias, desde sus vivencias y recorrido, siendo las terapias biológicas un medio y una

herramienta para caracterizar este periodo médico psiquiátrico nacional.

Este nuevo enfoque, el postulado por la escuela orgánica, es el que nos ayudó a definir

los criterios bajo los cuales fueron tratados los pacientes, y nos lleva a concluir al mismo tiempo,

la existencia de una ruptura con la escuela francesa no significando un divorcio permanente, pero

que sin embargo se enfrentaba a una escuela alemana que postulaba una serie de tratamientos

biológicos los cuales ya han sido descritos, y que se arraigaban a fundamentos completamente

diferentes.

El tratamiento biológico logro visibilizar aún más al paciente debido a la gran impronta

biológica que se le estaba suministrando. De este modo permite consignar rígidos esquemas

terapéuticos, traducido en numerosos protocolos médicos, continuas pruebas y ensayos, y una

84
serie de experimentos con el fin de ir introduciendo terapia por terapia al interior de la institución,

lo cual era validado por un número importante de médicos, y por la dirección de la institución a

cargo de Arturo Vivado Orsini.

Es importante señalar que dicho cuerpo médico a cargo, influenciado por la escuela

alemana en materias psiquiátricas, es llamado a participar, motivar y regirse por la tendencia

mundial , lo que se tradujo en una práctica incesante de la investigación , y por sobre todo , por

una sobre valoración de lo que en el concierto mundial se establecía, logrando dichas materias,

ser práctica en la escena nacional, lo que explica al mismo tiempo la rápida introducción y

“consolidación “ de las diversas terapéuticas en nuestro país.

Es por ello, que la hablar de la puesta en marcha de las terapias biológicas, podamos

señalar con claridad, un escaso o inexistente debate en torno a su aplicación, y hablar de un

notorio consenso disciplinar a medida que cada una de las terapéuticas era introducida.

Sin embargo, estamos en un momento en que el cuerpo médico, gracias a un cambio de

esquemas en la concepción de la administración y tratamiento del enfermo mental, fue llamado

a investigar incesantemente en aquellas materias que perjudicaban a la población. Es por ésta

razón que se abren grandes respuestas a enfermedades como la “esquizofrenia”, y de éste modo

las terapias biológicas lograron socorrer y dar cura a la enfermedad mas calamitosa del ambiente

psiquiátrico nacional, lográndose configurar así una suerte de “misión ética” en el cuerpo médico,

lo que pareció inscribir un compromiso mas profundo con las patologías mentales.

Si bien asistimos a un momento en que todo parecía técnico, el ensayo y la

experimentación tuvieron una finalidad útil y visible: dar muestras claras del número de enfermos,

su prevalecía, respuestas a los tratamientos y efectividad de ellos.

La técnica se volvió un objetivo específico para dar muestra de cifras acerca de la

enfermedad mental, lo que nos haría reflexionar acerca de una presunta instrumentalización del

85
paciente. Pero este es un momento de gran importancia en la presente investigación : Es gracias a

la claridad y a los estrictos criterios de prueba , que la enfermedad mental logra ser un poco mas

explicada y entendida, abriendo espacio a la posibilidad que le permite ser abordada de una

mejor manera , acarreando esto incluso , una mas sólida disposición en la relación médico

paciente , traducida en una misión ética y científica por parte del cuerpo médico.

Porque el paciente como objeto de nuestro análisis, y gracias a la viabilidad que la ficha

clínica otorga en cuanto a información, nos permitió extraer a través de sus relatos, su

percepción del recinto psiquiátrico, la cual en su mayoría se enmarcaba dentro de lo hostil. Sin

embargo, la mediación de los presiónales de la salud, pudo ser una herramienta para que éste se

transformara en un sitio de sanación para aquellos mas confiados.

La autoridad, el respeto, y muchas veces el miedo, fueron la tónica con que los pacientes

se relacionaban con el entorno médico, de todos modos, atribuimos estos rasgos al sitio y

condición de enfermedad de los registrados en las fichas.

Si bien no nos podemos permitir una evaluación del efecto de las terapias , sobre todo por

no ser el centro de nuestro estudio , fue posible observar mejoras y remisiones de algunos

enfermos gracias a la aplicación de las terapias biológicas , específicamente , gracias al

electrochoque y su esquema de combinación con el coma insulínico bajo el diagnostico de

esquizofrenia.

De todos modos uno de los resultados más definidos de la presente investigación, es la

importancia del entorno sociocultural de los pacientes: sus familias y condiciones sociales, los

cuales vieron en la institución psiquiátrica un espacio de mejora para los trastornos mentales,

llegando a elevar notoriamente el número de internos desde la década del treinta.

86
Sin ser un depósito de enfermos, la institución psiquiátrica logró albergar y dar

tratamiento a un alto número de enfermos mentales, lo cual mas tarde y gracias al aumento de

disposición de infraestructura de la institución, se convirtió en un espacio de políticas publicas.

El paciente psiquiátrico y su desenvolvimiento logran dar sentido a este estudio que

inscrito desde 1936, trazó su recorrido bajo un nuevo enfoque para dar tratamiento a la

enfermedad mental, el brindado por las terapias biológicas, que sin intentar evaluar su impacto,

efectos y logros, dotó a la escena psiquiátrica nacional de nuevas preguntas e inquietudes, pero

por sobre todo, de un impulso renovador en la consecución de nuevas formas para dar tratamiento

a la enfermedad mental.
139
Glosario:

1. Orgánico: Dicho de un síntoma o de un trastorno, que indica una alteración patológica de los

órganos que va acompañada de lesiones visibles y relativamente duraderas.

2. Terapias Biológicas: En la presente investigación entendemos Terapias Biológicas como

“aquellas medidas terapéuticas donde se hacen operar agentes físicos, químicos y/o

bioquímicos sobre los pacientes, y que producen cambios en la conducta alterada de éstos”, a

diferencia de la definición actual que centra el concepto en “diferentes categorías de nuevos

agentes dirigidos a bloquear moléculas inflamatorias e inmunológicas fisiopatológicamente

importantes en la enfermedad”.

3. Protocolo medico: Plan de acción sistemático y estandarizado, que se aplica a un grupo de

pacientes con un fin médico determinado (diagnóstico, terapéutico, etc.).

4. Organicismo: Doctrina médica que atribuye todas las enfermedades a lesión material de un

órgano.

139
Diccionario médico, Editorial Masson, Cuarta edición, Barcelona, España, 2007.

87
5. Biologicismo: En la presente investigación Este concepto se entiende como sinónimo de

Organicismo.

6. Malarioterapia: Procedimiento Consistente en la inoculación de una cierta cantidad de sangre

de un enfermo de malaria a otro paciente, con el fin de producir un estado febril para dar

tratamiento a la Parálisis General Progresiva.

7. Insulinoterapia: Técnica consistente en la aplicación constante y sistemática de dosis de

insulina en los pacientes, con el fin de provocar comas hipoglicémicos en los enfermos de

esquizofrenia.

8. Coma hipoglicémico: Pérdida transitoria de conciencia como producto de la disminución

aguda de los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre.

9. Cardiazol, choque cardiozólico: Terapia de choque elaborada por Laslo von Meduna. La

terapia consistía en la inyección de un derivado del alcanfor, registrado como cardiazol en

Europa y metrazol en Estados Unidos, con el fin de provocar convulsiones. Estas aparecían

una hora después de la inyección. Se partía de supuesto antagonismo entre la epilepsia y la

esquizofrenia.

10. Electrochoque: Crisis convulsiva provocada por el paso de una corriente alterna entre dos

electrodos colocados a una parte y otra del cráneo. Se utiliza para el tratamiento de algunas

afecciones mentales como la esquizofrenia, estados depresivos, melancólicos y confusionales.

11. Neurolépticos: Familia de medicamentos utilizados para el tratamiento de las psicosis. Los

neurolépticos ejercen modificaciones fundamentalmente en el cerebro y pueden servir en

casos de esquizofrenia para, por ejemplo, hacer desaparecer las alucinaciones.

12. Neurología: Es la especialidad médica que trata los trastornos del sistema nervioso.

Específicamente se ocupa de la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de todas

las enfermedades que involucran al sistema nervioso central, el sistema nervioso periférico y

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el sistema nervioso autónomo, incluyendo sus envolturas (meninges), vasos sanguíneos y

tejidos como los músculos.

13. Neuropsiquiatría: Es la especialidad médica que integra los dominios de la neurología y la

psiquiatría, ocupándose de aquellos desórdenes mentales atribuibles a alteraciones del sistema

nervioso.

14. Laborterapia: Tratamiento de las enfermedades mentales o psíquicas mediante el trabajo.

15. Demencia Precoz: Síndrome consistente en el deterioro intelectual, cognitivo y de la memoria

en una etapa temprana de la vida.

16. Lobotomía. Este procedimiento se refiere comúnmente a toda clase de cirugías en los lóbulos

frontales del cerebro que conlleven la disfuncionalidad de los mismos, sin embargo, debe

llamarse propiamente lobotomía a la destrucción de las vías nerviosas sin extirpación y

lobectomía cuando sí haya extirpación.

17. Anatomopatología: Rama de la medicina que estudia las alteraciones de los tejidos

provocadas por las enfermedades.

18. Narcoterapia: Psicoterapia que se conduce con el paciente en un estado de estupor o semi-

inconsciente inducido por drogas, como los barbitúricos.

19. Inyección Hipodérmica: Método de administración de medicamento consistente en la punción

del tejido celular subcutáneo, sin ingresar al torrente sanguíneo.

20. Mioclonias Se refiere a sacudidas repentinas e involuntarias de un músculo o grupo de

músculos.

21. Ictericia: La ictericia es la coloración amarillenta de la piel y mucosas debida a un aumento

de la bilirrubina que se acumula en los tejidos. Puede ser de origen colestásico (cuando el

órgano afectado es la vesícula biliar), o Hepatocelular (cuando el órgano afectado es el

hígado).

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Bibliografía:

Libros:

1.-Babini, José. Historia de la medicina, Primera Edición, Editorial Gedisa, Barcelona, 2000.

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3.-Corbin, Alan. Historia del cuerpo: Cap 2: De la revolución francesa a la guerra mundial,

Editorial Taurus, Madrid, 2005.

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Buenos Aires, 2005.

5.-Foucault, Michel. Historia de la locura en la época clásica, Primera Edición, Fondo de cultura

económica, Buenos Aires, 1967.

6.-Huertas, Rafael. Del manicomio a la salud mental: para una historia de la psiquiatría pública,

Primera Edición, Fondo de investigaciones sanitarias de la seguridad social, Madrid, 2002.

7.-Huertas, Rafael. Organizar y persuadir: estrategias profesionales y retóricas de legitimación

de la medicina mental Española (1875-1936), Editorial Frenia, Madrid 2002.

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9.-Jacques Postel, claude Quétel. Historia de la psiquiatría, Fondo de cultura económica, México

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Tesis:

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Tesis para optar al grado de licenciatura en historia. Facultad de historia, geografía y ciencias

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Artículos:

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Revista Frenia, Vol. 1, IV, 2004.

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4.- Monchablón Espinoza, Alberto, “Breve reseña histórica de los tratamientos biológicos”, En

Revista Alcmeon 16.

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- “Primeros ensayos e insulinoterapia”, Julio 1937.

- “La herencia en las enfermedades mentales”, Enero 1938.

- “El tratamiento de la esquizofrenia por el método de Sakel”, Julio 1938.

- “Freud”, Diciembre 1939.

- “Psicosis de Guerra”, Diciembre 1940.

- “Nueva terapéutica convulsivante por electrochoque”, Marzo, 1943.

- “Técnicas e indicaciones del electrochoque”, 1944.

- “Electrochoque”, 1944.

- “El electrochoque en un servicio de agudos del manicomio nacional”, 1944.

2.- “Revista de Neuropsiquiatría”, Prensas de la Universidad de Chile, (1947-1951).

- “Ictericias en relación con tratamientos por comas insulinicos”, Mayo 1947.

- “impresiones sobre la evolución de la psiquiatría en Norteamérica”, Diciembre 1954.

- “Jornadas neuropsiquiátricas nacionales”, Mayo 1947.

- “La lobotomía prefrontal como tratamiento de algunas psicosis”, Mayo 1947.

- “Psicosis psíquica menstrual”, Marzo 1948.

- “Variaciones estacionales de coma insulinico”, Mayo 1947.

- “Nota editorial profesor Arturo Vivado”, Agosto 1948.

- “Estado actual del tratamiento de la esquizofrenia”, Agosto 1950.

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- “Sobre el tratamiento de la esquizofrenia”, Agosto 1950.

3.- “Revista médica de Chile”, (1936-1951).

- "Tratamiento de la esquizofrenia por shock insulínico”, Enero de 1937.

- " El psicoanálisis presente y perspectivas”, Enero 1943.

- "La electricidad estática Y Sus aplicaciones en medicina", Enero 1895.

4.- “Memorias de la casa de Orates de Santiago 1925”.Presentada por el director Don Francisco

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- Albina Valenzuela Garrido. Ingresada 14, Diciembre 1942.

- Sonia Leclesma Lewis. Ingresada 25 Mayo, 1942.

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- Miguel Letelier. Ingresado 24 Enero, 1950.

- Zulema Cabrera Torres. Ingresada 21 Febrero, 1952.

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