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Arder en deseos: la concepción de la fotografía

1. La identidad (11-29)

Este libro estudia la concepción de la fotografía en años recientes, obtiene su título de un


fragmento de una carta escrita en 1828 por el creador del daguerrotipo, Louis Daguerre, el
cual decía “Ardo en deseos de ver tus experimentos tomados de la naturaleza”. En el
primer capítulo del libro publicado en el 2004, el autor Geoffrey Batchen, profesor de la
Historia de la fotografía y arte contemporáneo, estudia la identidad de la fotografía en sí y
la aborda por medio de las ideas de críticos posmodernos y formalistas con diferentes
concepciones.

El autor señala el debate existente, que ha tomado fuerza en los últimos anos, sobre la
identidad de la fotografía. La importancia de esta en el mundo angloamericano, impulsada
por la venta y coleccionismo de fotografías históricas y contemporáneas, tuvo criticas
influyentes que contribuyeron al desarrollo de una llamada antropología cultural de la
fotografía. Esta crítica formaría parte de la crítica posmodernista, que abarca más
ampliamente los sistemas culturales y sociales modernos, la cual invita a hacer un análisis
estructural e histórico para entender la fotografía actual. En este punto, el autor hace una
introducción del contexto en el que se encontraban cuando le dieron importancia a la
búsqueda para entender la fotografía desde perspectivas históricas, e incorpora el termino
posmodernismo.

A pesar de que en la crítica posmodernista se encuentran ideas muy variadas, hay una
posición que ha tomado un gran protagonismo y se reproducido en los medios de la
fotografía, y es que la fotografía carece de identidad. El crítico inglés John Tagg explica
que la fotografía se debe denominar como un campo disperso y dinámico sin posición
singular, se necesita una historia conectada y unificada que le dé un significado. La
fotografía no puede expresarse por sí misma sin un contexto en un momento dado. Tagg,
influenciado por un marxismo estructuralista, señala la presencia del Estado en la difusión
de las fotografías como objetos materiales en determinadas prácticas sociales, y la propone
como un aparato de control ideológico. Así, para Tagg el significado de la fotografía está
determinado por su relación con otras prácticas sociales y su rol como representación visual
esta en trasladar una ideología de un lugar a otro. De esta manera, los ensayos de Tagg
consideran a la fotografía como un instrumento sistemático que facilita la imposición del
poder de parte del Estado sobre grupos marginados sin poder, generalmente.

Otros autores utilizan las ideas de Tagg, como Allan Sekula, que considera a la fotografía
como una identidad móvil y social que se mueve entre el objetivismo y el subjetivismo.
Influenciado también con el marxismo, la relaciona con el capitalismo y la entiende como
un vehículo de fuerzas externas más amplias que depende de las mismas, vinculada siempre
a un discurso. Por otra parte, el crítico británico Victor Burgin se plantea a la fotografía a
través del ámbito de producción cultural, dándole como principal característica la capacidad
de producir y difundir significado, significado que se desplaza y depende del contexto en el
que se encuentre la imagen. Así como el, otros críticos consideran a la fotografía un
componente representacional de una historia más amplia. Críticos posmodernistas que
concluían sus discursos con la idea de que el medio (fotografía) no puede tener una historia
propia una identidad fija.

En este punto, Batchen da espacio a la crítica de autores denominados del formalismo


moderno, los cuales, a diferencia de los posmodernistas, concebían la idea de la fotografía
en sí. El crítico Clement Greenberg fue uno de los defensores del formalismo, cuya idea
consideraba usurpadas por la fotografía las funciones tradicionales del arte, por lo que él
valoraba como determinante encontrar las facultades que le son propias al arte. Greenberg,
influenciado por el filósofo Kant, propone hacer esta tarea desde el punto propio y único de
cada arte. Desde otro enfoque, el crítico cinematográfico André Bazin la fotografía era la
única capacitada para lograr un verdadero realismo, donde la fotografía logra compartir un
objeto en común con el modelo retratado. Para Szarkowski, la posición formalista consiste
en encontrar las capacidades intrínsecas o preconcebidas de la fotografía. Estos críticos
compartían la idea de la fotografía en sí con diferentes apoyos e ideas base.
Finalmente, el autor Geoffrey Batchen concluye con la idea de que, aunque estas posiciones
parezcan completamente opuestas, ambas comparten la idea de que es posible encontrar la
identidad de la fotografía como consecuencia bien de la naturaleza o bien de la cultura.

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