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Universidad Nacional Experimental de Los Llanos

Occidentales “Ezequiel Zamora”


Oficina de Planificación y Evaluación
Institucional Comisión Central de
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Comisión Curricular de la Carrera de Derecho

ENSAYO
MÓDULO II
JURISDICCIÓN CONTENCIOSO ADMINISTRATIVA Y
GENERALIDADES DEL PROCESO CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVO
TEMA 8
DE LOS SUJETOS DEL PROCESO CONTENCIOSOS
ADMINISTRATIVO

PROFESOR BACHILLER
ABGO. ANGEL GARCIA RAMON VIDAL CASTILLO GRAFE
V.- .12532016
III AÑO DE DERECHO
SECCIÓN: FS02
INTRODUCCIÓN

La contención o controversia con la Administración se origina por un acto


administrativo cuestionado como ilegal o respecto a un derecho subjetivo lesionado, o a la
reparación de un daño, producida entre dos partes (el Administrado y la Administración) y
decidido por un órgano del Estado independiente o neutro, dotado de poderes para
determinar las consecuencias de la ilegalidad o la lesión y restablecer el orden jurídico. De
allí que no se trata de un mero recurso para revisar un acto administrativo, sino de un
verdadero proceso contradictorio que resuelve controversias, en el presente ensayo que
corresponde al módulo I, sobre el sistema contenciosos administrativo realizare mis aportes
el octavo tema de los sujetos del proceso contenciosos administrativo
SUJETOS DEL PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
Se caracteriza por la presencia de un sujeto activo (el ciudadano), un sujeto pasivo
(la administración) o viceversa, y la resolución de un conflicto por un órgano que debe ser
independiente y neutral, con potestades para restablecer el orden jurídico.

De allí es lógico, conveniente y práctico, decir que los sujetos del proceso contencioso
administrativo son Legitimación activa: El accionante. Capacidad procesal. Legitimación.
La legitimación pasiva. Entes y órganos controlados. Los particulares. Los Terceros.

La legitimación activa es un concepto procesal que responde a la necesaria relación


que debe existir entre una persona que reclama, e intenta con ello activar la
jurisdicción, y una situación determinada que supuestamente le afecta.

El tema de legitimación activa Ahora bien, uno de los aspectos procesales más importante
en la distinción de los procedimientos de impugnación de los actos administrativos de
efectos generales y los juicios de nulidad de los actos administrativos de efectos
particulares, es el de la legitimación activa para recurrir, con la exigencia, en el último caso,
de un interés personal, legítimo y directo.
a’. La exigencia de un interés personal, legítimo y directo En efecto, de acuerdo a lo
previsto en el artículo 121 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia:
“La nulidad de actos administrativos de efectos particulares podrá ser solicitada sólo por
quienes tengan interés personal, legítimo y directo en impugnar el acto de que se trate”.
En esta forma, la legitimación activa para intentar la acción o recurso de nulidad de los
actos administrativos de efectos particulares corresponde, al menos, al titular de un interés
legítimo en que el acto sea anulado. Por supuesto, el titular de otra situación jurídica
subjetiva más protegida por el ordenamiento jurídico, como es el derecho subjetivo,
también tiene legitimación activa para impugnar el acto administrativo de efectos
particulares que lo lesione.
Este recurso, por supuesto, procede no sólo contra los actos administrativos de efectos
particulares expresos, sino también contra los actos tácitos denegatorios producto del
denominado silencio administrativo negativo previsto en la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos.
La legitimación pasiva corresponde a quien teniendo capacidad de ejercicio o
procesal, por su propio derecho actúa en el juicio como demandado, o quien también,
teniendo esa capacidad procesal, jurídicamente la representa. Revela una idoneidad
del sujeto para actos en general.

En cuanto a la legitimación pasiva, ante todo, puede corresponder a la Administración


Pública interesada desde el momento en que conoce de la interposición del recurso,
mediante el requerimiento judicial del expediente administrativo (Art. 123. LOCSJ), y
además al igual que lo indicado anteriormente, de acuerdo al artículo 137 de la Ley
Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, en los juicios contencioso administrativo contra
los actos administrativos de efectos particulares, pueden hacerse parte todas las personas
que reúnan las mismas condiciones exigidas para el accionante o recurrente, es decir, todos
los titulares de un interés personal, legítimo y directo en defender el acto impugnado
(Arts. 121 y 137, LOCSJ).
En efecto, de acuerdo con el artículo 137 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de
Justicia “sólo podrán hacerse parte en los procedimientos a que se refieren las Secciones
Segunda y Tercera de este Capítulo, las personas que reúnan las mismas condiciones
exigidas para el accionante o recurrente”.
Por tanto, para hacerse parte como coadyuvante de la Administración defensora del acto, es
necesario ostentar un interés, personal y directo sea en la anulación del acto sea en su
mantenimiento.

La participación popular en el proceso administrativo. Otros sujetos. si se optaba


por establecer una lista expresa, partir de la enumeración de entidades que conforman el
sector público, contenida tanto en la Ley Orgánica de la Administración Pública todos los
demás órganos que ejercen el Poder Público en cualquiera de sus ramas estarían sometidos
al control judicial contencioso-administrativo al ejercer actividad administrativa. Y para
cerrar el precepto, incluir una referencia a que incluso los particulares, «realizando
excepcionalmente actividad administrativa sobre la base de expresa asignación legal de
potestades», quedaban sometidos a ese control jurisdiccional.
Adicionalmente, un apartado necesario pudiera haber sido el agregar que, para el
caso de la determinación de la responsabilidad patrimonial del Estado, la competencia de
los tribunales contencioso-administrativos no se limitaría a aquella derivada de la
realización de actividad administrativa, sino que se generaría con ocasión de «toda» la
actividad de los órganos que ejercen el Poder Público imputable al funcionamiento del
Estado –y no únicamente de la Administración Pública–. Con ello, la Ley no se limitaría a
la redacción de los artículos 140 y 259 constitucionales (y 13 de la vigente Ley Orgánica de
la Administración Pública), sino que también incluiría expresamente la responsabilidad del
Estado-juez y del Estado-legislador. Añadiendo, quizá, que para el caso de la
responsabilidad patrimonial, la misma incluía a las entidades estatales con forma de
Derecho Privado
.
No obstante, el proyectista de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa desperdició los aportes legislativos previos, así como los doctrinarios e
incluso jurisprudenciales. El resultado, una enumeración, en primer lugar, incoherente con
las leyes que regulan la organización administrativa, por no decir respecto a la
jurisprudencia y a la doctrina. Y en segundo término, lo que quizá es aún más inexcusable,
desconocedora de los lineamientos básicos en cuanto a la enumeración y clasificación de
las personas jurídicas en nuestro Derecho Administrativo, y en general, en el ordenamiento
jurídico venezolano.

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