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2. Accidente: un término problemático.

Del concepto de
accidente a los choques o siniestros viales

Introducción

El concepto de accidente

Referencias
LECCIÓN 1 de 3

Introducción

¿Accidente, choque, o siniestro?

El domingo 3 de febrero de 2019, en la localidad de Canning, Provincia de Buenos Aires, una joven que conducía en
horas de la noche una camioneta VW Amarok se cruzó de carril u embistió a tres vigiladores privados que circulaban
en moto. A raíz del hecho, uno de los vigiladores falleció y los otros sufrieron lesiones de distinta consideración. La
principal hipótesis que manejan los investigadores es que la joven se quedó dormida. Sin embargo, se intenta
determinar si la conductora se encontraba alcoholizada al momento del accidente (“Una joven atropelló a tres
vigiladores privados frente a un country y mató a uno de ellos”, 2019).

Puedes leer la noticia completa en el siguiente enlace:

NOTA

Desafortunadamente, hechos como el que se acaba de exponer son frecuentes en nuestro país. Sin embargo, como
hemos visto en la lectura anterior, las fatalidades de tránsito no son un fenómeno específico de nuestro país, sino una
epidemia global que afecta, en distinta medida, a las diferentes regiones del mundo. Cuando suceden estos casos, es
común escuchar, indistintamente, palabras como accidente, choque o siniestro. Sin embargo, aunque el resultado
puede ser el mismo (por ejemplo, muerte o lesionados), el hecho que condujo a ese desenlace puede ser distinto.

En esta lectura se analizan las connotaciones que posee el término accidente y sus limitaciones para describir los
hechos que acontecen en el campo de la seguridad vial. Se exponen, asimismo, algunos términos que, desde
diferentes ámbitos, se han propuesto en su reemplazo, destacándose una proliferación de términos que refleja la
naturaleza compleja de los hechos que afectan la seguridad en el tránsito. Como veremos en los próximos módulos,
no se trata de una mera cuestión terminológica; la calificación de un hecho como accidente, choque o siniestro vial
puede derivar en distintas consecuencias (por ejemplo, civiles, penales) para los involucrados.
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El concepto de accidente

La palabra accidente se encuentra ampliamente difundida en el lenguaje corriente. De igual modo, resulta habitual
escuchar o leer en los medios de comunicación expresiones como accidente de tránsito o muerte accidental.

También en la literatura científica el uso del término accidente se encuentra generalizado entre los investigadores. No
obstante, desde hace algunas décadas expertos de diversas disciplinas han cuestionado su utilización debido a las
connotaciones que acarrea el término (Bonilla-Escobar y Gutiérrez, 2014).

De acuerdo con su definición, un accidente es un suceso fortuito e imprevisible que


altera la marcha normal de las cosas y produce como resultado algún daño (material
o humano), y carece de una explicación racional (Evans, 1993).

Se trata de hechos difíciles de prevenir, ya que no tienen su origen en una causa


identificable o comprobable, sino que son producto del azar. No obstante, existe acuerdo
en considerar que muchos eventos catalogados como accidente, así como sus
consecuencias, son sucesos predecibles y prevenibles (Davis y Pless, 2001).

Por tal motivo, diferentes especialistas han abogado en favor de discontinuar su uso y reemplazarlo por un término
más apropiado, con la expectativa de mejorar el entendimiento de los factores que originan estos sucesos y generar
conciencia en la población para que deje de pensar en términos de hechos impredecibles que escapan al control
humano y comience a pensar en hechos prevenibles, sin lo cual sería imposible la puesta en marcha de estrategias de
prevención.
Uno de los términos propuestos en su reemplazo es el de lesiones, que ha tenido una amplia aceptación en el ámbito
de la epidemiología, la salud pública y la medicina (Baker, O'Neill, Ginsburg y Li, 1991; Waller, 1985). Según Baker
et al. (1991), las lesiones constituyen daños físicos que se producen por la exposición del cuerpo a energía (mecánica,
térmica, eléctrica, química o radioactiva) en cantidades que superan la capacidad de tolerancia física o como
consecuencia de una insuficiencia o falta de un elemento vital.

Así definidas, las lesiones no son causadas por factores aleatorios, con lo cual se deja atrás la idea de sucesos
azarosos; sin embargo, su conceptualización solo tiene en cuenta las consecuencias del proceso sin considerar la
causa de la lesión (Ruiz Pérez, 2011), la cual puede ser de muy distinto tipo: violencia interpersonal, caída, atropello,
ahogo, incendio, etcétera. En consecuencia, se ha señalado que, si bien el concepto de lesión resuelve algunos
problemas, al mismo tiempo plantea otros, por lo que su uso no sería apropiado (Bijur, 1995).

Otros autores proponen el término de sucesos lesivos para referirse a las circunstancias relacionadas con la aparición
de una lesión, o bien el uso de términos específicos, como por ejemplo, caídas, atropellos, colisiones,
envenenamiento o herida de arma blanca (Ruiz Pérez, 2011).

En el ámbito de la seguridad vial, este problema parece haber sido resuelto mediante una serie de términos precisos,
entre los que se incluyen los siguientes: choques de tránsito, lesiones de tránsito, fatalidades de tránsito y choque
fatal (Organización Mundial de la Salud [OMS], 2010). Los choques de tránsito hacen referencia a colisiones que
involucran al menos un vehículo con ruedas que se producen en un camino público o privado al cual la población
general tiene derecho a acceder. De esta manera, se incluyen las colisiones entre cualquier tipo de vehículo con
ruedas (por ejemplo, automóviles y motocicletas), entre vehículos con ruedas y peatones, así como también entre
vehículos con ruedas y animales u objetos inmóviles y vehículos que circulan por rieles (por ejemplo, trenes). Este
concepto es lo suficientemente amplio en la medida en que no se limita a los choques entre vehículos propulsados a
motor, y al mismo tiempo supera los problemas conceptuales relacionados con el término accidente.

 Por esta razón, diversas organizaciones relacionadas con la seguridad vial, como la National
Highway Traffic Safety Administration (NHTSA), impulsaron el concepto de choque o
colisión de tránsito en sustitución del término accidente para describir los eventos que
suceden en las vías de circulación terrestre.

Por otra parte, las lesiones de tránsito representan los daños físicos que se producen en una persona como resultado
de un choque de tránsito. En general, estos daños se generan por la exposición a energía mecánica o cinética, aunque
en ocasiones puede involucrar otro tipo de energía, como la térmica, en el caso de que el vehículo se incendie. Las
fatalidades de tránsito o choque fatal comprenden las muertes inmediatas o en un plazo de 30 días –con exclusión de
los suicidios– como consecuencia de las lesiones producidas por un choque (OMS, 2010).

Finalmente, desde la criminología vial (González González y Carreras Espallardo, 2018) los especialistas consideran
que sería apropiado hablar de siniestro vial, en lugar de accidente de tránsito o circulación, toda vez que un suceso
cumpla con las siguientes condiciones:

1 Intervenga el factor humano (en caso contrario, se hablará de accidente).

2 Produzca daños, heridos o fallecidos.

3 Exista la intención de dañar, herir o matar (agresión vial).

En el ejemplo que comentábamos al comienzo de la lectura, suponiendo que la causa por la cual se produjo el hecho
fue que la joven se durmió, cabría suponer, entonces, que no se trató de un accidente.

Podría considerarse como un accidente si se tratara de un hecho fortuito e imprevisible (por ejemplo, una pinchadura
de cubierta que originó una pérdida de control sobre el vehículo, a consecuencia de lo cual se produjo un cruce de
carril).

Sin embargo, si la causa del hecho fue haberse dormido, se trata de una conducta que no es fortuita y que se podría
haber prevenido (por ejemplo, evitar conducir muy cansada o fatigada). Tampoco cabría considerar el hecho como
siniestro vial, pues, si bien interviene el factor humano y existen heridos y fallecidos, quizá no medió una
intencionalidad de provocar el acto (podemos suponer que la hipótesis de “quedarse dormida” contrasta con la idea
de intencionalidad).

En consecuencia, resultaría apropiado hablar de choque fatal, ya que el evento involucra distintos vehículos a motor
y, como resultado de este, se produce la muerte inmediata de los involucrados; en este caso, un motociclista.

En resumen, parece claro que hablar de accidente no resulta adecuado casi en


ningún ámbito, y mucho menos en el campo de la seguridad vial. En efecto, se
estima que el 90 % de los choques de tránsito se debe al factor humano
(Hoffman, 2005; Evans, 1996; OMS, 2004, 2010).

Dejar atrás el carácter accidental e inevitable de los choques de tránsito resulta necesario, en los especialistas, para
poder investigar activamente los factores que originan estos sucesos y diseñar planes de intervención específicos
orientados a la prevención, a nivel de la población general, para dar a entender que los choques son sucesos que se
pueden prevenir asociados con patrones de comportamiento específicos, para de este modo lograr una mayor
conciencia e implicación en el desarrollo de conductas orientadas hacia la seguridad en el tránsito.

En la siguiente lectura, podrás ampliar la información referida a las diferencias entre los términos que hemos
presentado aquí, particularmente la diferencia entre lesiones y accidentes, y sus implicancias en el ámbito de la salud:

Lectura obligatoria: Las lesiones no son accidentes: El impacto de la terminología


en salud pública
Las lesiones no son accidentes - El impacto de la terminología en
salud pública.pdf
213.7 KB

Fuente: Bonilla - Escobar, F. & Gutierrez, M. (2014). Las lesiones no son accidentes: El impacto de la terminología en salud

pública. Colombia Médica. 45 (3), 132-135

Caída de un árbol sobre el auto Accidente

Colisión entre un auto y una


Choque
moto en una esquina

Fallecimiento repentino de un
conductor al impactar el auto Fatalidad de tránsito
contra un poste

Perseguir a otro conductor y


chocarlo, de modo de Siniestro vial
ocasionar su muerte

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LECCIÓN 3 de 3

Referencias

Baker, S., O'Neill, B., Ginsburg, M., & Li, G. (1991). The injury fact book (2nd ed). Lexington, US: Lexington
Books.

Bijur, P. (1995). What's in a name? Comments on the use of the terms 'accident' and 'injury'. Injury Prevention, 1, 9-
11.

Bonilla-Escobar, F. y Gutiérrez, M. (2014). Las lesiones no son accidentes: El impacto de la terminología en salud
pública. Colombia Médica, 45, 132-135.

Davis, R., & Pless, B. (2001). BMJ bans accidents. Accidents are not unpredictable. British Medical Journal, 322,
1321–1322.

Evans, L. (1993). Medical accidents: no such thing? More precise terminology would help doctors to reduce harm.
British Medical Journal, 307, 1438-1439.

Evans, L. (1996). The dominant role of driver behavior in traffic safety. American Journal of Public Health, 86,
784-786.

González, J. y Carreras Espallardo, J. (2018). Criminología vial. Un nuevo enfoque multidisciplinar de la


seguridad vial. En J. Carreras Espallardo (Coord.), Aspectos criminológicos en materia de seguridad vial (pp. 19-49).
ES: Criminología y Justicia.

Hoffmann, M. (2005). Comportamento do condutor e fenômenos psicológicos. Psicologia: Pesquisa e Trânsito, 1,


17-24.
Organización Mundial de la Salud (OMS). (2004). World report on road traffic injury prevention. Recuperado de
https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/42871/9241562609.pdf?sequence=1

Organización Mundial de la Salud (OMS). (2010). Data systems: A road safety manual for decision-makers and
practitioners. Recuperado de https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/44256/9789241598965_eng.pdf?
sequence=1&isAllowed=y

Ruiz Pérez, M. (2011). ¿Se debe usar el término accidente en el ámbito de la investigación científica? Panace@, 12,
84-88.

Una joven atropelló a tres vigiladores privados frente a un country y mató a uno de ellos. (2019). Todo Noticias.
Recuperado de https://tn.com.ar/sociedad/una-joven-atropello-tres-vigiladores-privados-frente-un-country-y-mato-
uno-de-ellos_937771

Waller, J. (1985). Injury Control: A guide to the causes and prevention of trauma. Lexington, US: Lexington Books.

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