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Nombre del/la estudiante: Maria Jesús Saavedra

Curso: Introducción a la literatura

Nombre profesora: Megumi Andrade Kobayashi

Nombre ayudante: Amapola Manríquez

Recursos referenciales en Shiki Nagaoka: una nariz de ficción.

Shiki Nagaoka: una nariz de ficción (2001) es el resultado de un trabajo de recopilación e


investigación sobre el escritor ficticio Nagaoka Shiki, caracterizado por su descomunal
nariz y sus obras sobre esta misma, elaborada por Mario Bellatin. La ‘obra biográfica’ está
conformada principalmente por dos recursos: lenguaje escrito y fotografías; se usan
recursos referenciales para la construcción de la figura del escritor. El uso de iconografías
y discurso escrito se interrelacionan creando una apariencia de credibilidad, que se ve
afectada por el desarrollo de la obra y la aparición de situaciones ridículas, haciendo
notoria una cualidad de parodia.

El principal objetivo del presente trabajo es cuestionar el uso de recursos


referenciales en la elaboración de una obra bioficcional. Se abordará el uso de la
fotografía, y su aparente veracidad como estrategia de construcción de una realidad
inventada; realidad que está representada por un Japón nunca mencionado en la obra,
ambigüedad que complejiza la percepción de realidad o ficción. Se indagará en la
representación de la cultura japonesa y la transformación de referentes reales para
configurar una realidad autárquica. Se abordaran diversos análisis, ensayos y libros sobre
la relación realidad/ficción en torno a Shiki Nagaoka … y el trabajo de Bellatin para
presentar un mundo ficticio sostenido por una precaria ingenuidad.

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En el libro La verdad de las mentiras de Mario Vargas Llosas, expresa que la ficción
en la literatura nace por una inconformidad e insatisfacción a la vida concebida. La ficción
es el rechazo a esa resignación. El discurso escrito convive entre invenciones,
tergiversaciones y exageraciones agregadas de forma sutil o grotesca a las obras literarias,
donde los autores de las obras pueden expresar sus fantasías y obsesiones. La ficción en la
literatura se vuelve una alegoría, representación de la realidad de un autor (5). Según
Vargas Llosa, la verdad dentro de una novela depende de su capacidad de persuadir al
lector de una irrealidad basada en la experiencia humana (7). En las novelas y relatos
cortos de Bellatin, un tema recurrente son las deformidades físicas; como declaró en una
entrevista para El País, suele retratar su propia experiencia corporal a propósito de la
mutación de su mano derecha (s/p). Esto se puede observar en la nariz de tamaño
desmesurado del protagonista de Shiki Nagaoka…

La relación entre la verdad y mentira depende de la capacidad de


persuasión del novelista, y de la credulidad del lector; una mala novela parecerá falsa y
una buena novela parecerá real (8). Como dice Vargas Llosa: “Por eso la literatura es el
reino de la ambigüedad. Sus verdades son siempre subjetivas [o] verdades a medias […]”
(8). Bellatin ha trabajado con performance en la vida real como forma de persuasión y
creación de una realidad precaria, donde hace participe de la obra al público y futuros
lectores. João Paulo Cuenca en su ensayo A semente da incerteza relata la presentación de
Shiki por parte de Bellatin en una conferencia con el tema: ‘Mi escritor favorito’; discurrió
sobre la fascinación de Shiki por la fotografía en el lenguaje escrito, su fijación sobre
cuentos de narices, entre otros. Bellatin consideraba que: “lo que hago fuera de mi
escritura es verdaderamente parte de mi escritura”(13), por lo que se valdría suponer que
el público en la conferencia fue parte del proceso inicial de elaboración de Shiki Nagaoka:
Una nariz de ficción. El escritor convirtió a los espectadores de la conferencia parte de su
obra que publicaría tres años más tarde producto del interés del público por el ‘nuevo’
autor desconocido del que se podría estudiar su uso innovador de la fotografía dentro de
la novela. Sobre esto Cuenca menciona: “Hizo converger el sustrato de lo real con su
proyecto de ficción” (12).

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La aseveración y seriedad de Bellatin; el hecho de que se publicitara Shiki Nagaoka
… como una biografía de no ficción; y que nadie más que Bellatin tuviera información de
Shiki, hizo que se rodeara la obra de confusión y ambigüedad y no tenga más
fundamentos que la propia obra (11). Vargas Llosa relata que para que una ficción sea
verdadera debe pasar por la transformación del lenguaje escrito, de una experiencia a
palabras (6). Asimismo Cuenca expone que el anexo de fotografías en Shiki Nagaoka …
“[…] obliga a reconvertir la representación verbal en visual”(11), otorgando una incierta
veracidad a una historia confusa, y en momentos, con situaciones imposibles que
despierta la idea de estarse mofando de la aparente credulidad del lector.

Otro recurso que utiliza Bellatin para construir la figura del escritor Shiki y
confundir la percepción de realidad y ficción de los lectores es la información agregada en
los paratextos, que complementan el contenido principal de un texto. La contraportada
nos presenta una ‘biografía’ de un escritor oriental, sin dejar apertura a otra
interpretación. Por otra parte, se notifica que las ilustraciones y las fotografías en el
anexo son el trabajo de una recuperación iconográfica de Ximena Berecochea, dando un
aspecto de formalidad, pero al revisar la recopilación de la familia Nagaoka y Kasuga
podemos encontrar absurdas fotografías como la imagen de un simple cuerpo de agua,
donde el pie de página afirma era el canal que transitaba fuera del monasterio en el que
Shiki se aisló; obviando el hecho de que podría ser cualquier cuerpo de agua, de cualquier
tipo, en cualquier parte del mundo, se hace notoria la connotación de mofa al querer
hacer relevante una fotografía de un trozo de agua en una representación bibliográfica;
otro choque entre la realidad y ficción. Siguiendo con lo anterior, existe un apartado con
obras escritas por Shiki y otras fuentes bibliográficas sobre el mismo, que Cuenca describe
como: “todas ellas, hasta que se demuestre lo contrario, ficticias” (11).

En relación con los paratextos, Arianna Giusti Hanza en su tesis Entre el corsé y el
exprimidor de nariz: un análisis de los instrumentos de la representación en dos foto-
novelas de Mario Bellatin, señala que los paratextos son usados dentro del libro como una
“parodia de los discursos y convenciones referenciales” (Magdalena Perkowska). Se
considera a los paratextos como un referente objetivo de la imagen de Nagaoka Shiki,

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pero con el discurrir de la obra el lector no podrá evitar platearse preguntas sobre la
veracidad de la ‘biografía’ y es ahí cuando caen en “la mayor y más profundas de las
incertidumbres” (10), al apartar al lector de una lectura ‘convencional’. Giusti también
menciona, sobre la fotografía, que Bellatin usa el mito de la transparencia neutral
fotográfica, donde la capacidad de replicar instantánea de la fotografía se considera como
inmanipulable por un 3ero, y por ende, verosímil.

El título de todo libro suele ser un indicador del contenido. Shiki Nagaoka: una
nariz de ficción deja implícito la connotación ficticia de la obra, un género literario
comúnmente verídico. De igual modo, la imagen de portada presenta un hombre con
rasgos asiáticos, pudiendo interpretarlo como Nagaoka Shiki, pero la imagen cuenta con
un desgaste y manipulación donde ya no se alcanza a distinguir la reconocida nariz del
escritor. Ambos hechos generan una tensión entre la realidad y ficción, entre medios que
suelen aportar formalidad.

En una entrevista concedida a Emily Hind (2004) y Fermín Rodríguez (2006),


Bellatin declara que lo que pretende lograr con la ficticia biografía es engañar al lecto;
hacerles creer que están leyendo una biografía de un escritor aparentemente japones por
medio de una representación oriental fragmentada, y luego resaltar elementos dentro de
la obra para lograr que el lector caiga en cuenta que en realidad nunca se mencionó a
Japón. David Saldaña Moncada en su ensayo El lejano referente: ficciones de Japón en
Shiki Nagaoka: una nariz de ficción explica que la ficcionalidad se apoya por una lógica
básica y que la falta de identificación directa aporta ficcionalidad. Para que funcione una
relación realidad/ficción debe existir una cohesión de hechos, y dentro de Shiki
Nagaoka ... se distingue un contexto histórico pero desfasado con los hechos japoneses,
como menciona Saldaña: “la descripción/construcción de un personaje ficcional es
equivalente a la de su contexto y este [Shiki Nagaoka …] no ostenta el mismo estatuto que
el discurso histórico [Periodo Meiji]. Kazuya Sakai en su libro Japón: hacia una nueva
literatura elabora una investigación sobre la literatura japonesa desde el periodo Meiji
(1868-1912), donde ubica una corriente artística como ‘mundo literario’; en Shiki
Nagaoka se conservan las características de la época, pero cambia el nombre del periodo

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a ´Meini’ y la corriente literaria se renombra como ‘mundo flotante’, descontextualizando
al lector y manteniendo una línea difusa (57). Bellatin distorsiona los referentes o desvía la
atención del lector, desde sus conocimientos previos de Japón hacia los que él -Bellatin-
está intentando hacer pasar por real.

Por otra parte, Dunia Gras en su investigación académica Shiki Nagaoka: la


fotografía como una estrategia bioficcional del fake afirma que Bellatin utiliza la veracidad
de fotografía como una estrategia para fundamentar su obra, interrelacionando la
narrativa escrita y la imagen visual (177/179). El recurso fotográfico un archivo real
llevado al plano ficcional, cuyo efecto es provocar una verosimilitud frágil, elaborado
mediante lo escrito (Saldaña 53). En el apartado fotográfico que Bellatin adjudica como
soporte se distinguen imágenes de retratos familiares y personas relacionadas con Shiki,
lugares frecuentados por el escritor, las pertenencias y objetos relacionados con Shiki, y
por último sus escritos de o sobre Shiki. La mayoría de las fotografías cuentan con una
connotación arbitraria, ambigua, paródica y desterritorializante; donde no se logran
distinguir rostros; presentan manipulaciones; y situaciones y objetos ridículos, como el
exprimidor de nariz o sus cubiertos.

Los pies de fotos o leyendas adjudican información para aclarar o distorsionar el


elemento visual. Según Gras, el refuerzo de los pies de fotos, en relación a las imágenes, y
el aparente conocimiento de Bellatin, crean una coherencia y efecto exotizante que deja
en evidencia la credulidad del lector al creer lo que sea que este presentado con seriedad
y formalidad; puede relacionarse con lo mencionado por Vargas Llosa sobre el poder de la
persuasión del buen escritor y la credulidad del lector (8). Al gestionar un trabajo de
traducción, Gras descubre que los indicadores de la ficcionalidad de la obra de Bellatin
siempre estuvieron presentes, solo que disfrazados, como se explica en la siguiente cita:

“[..] la imagen de los ‘monogarutsis’ (Shiki Nagaoka: una nariz de ficción;

50, abajo), en realidad, corresponde a una antología poética, Genei-bon

kinto-bon kokin wakashu no kenkyu, más conocida como Kokin Wakashu

5
o Kokinshu, realizada en el año 1120, para recopilar la poesía del período

Heian (794-1185). El comentario en el periódico Tomonomashimpo del

Tratado de la lengua vigilada (53) es, en cambio, un artículo de fondo

sobre la revolución tecnológica de la información en Japón. La carta de

repudio familiar aparecida en el diario local (57) se trata de un artículo de

economía sobre tres mil empleados que participan en la introducción de

un sistema de administración del conocimiento. En cuanto a los

fragmentos manuscritos rescatados de la hoguera (58, arriba), no son más que un

carta comercial por la transacción de un terreno que vale 1085 yenes. A su

vez, las páginas de la biografía escrita por la hermana del autor, Nagaoka

Shiki: el escritor pegado a una nariz, de evidentes ecos ronsardianos y

quevedescos, que se muestran (62), unas proceden, seguramente, de un

libro de historia japonesa, porque tratan del período Edo (ss. XVI-XVII),

durante el que hubo un mayor control del contacto con los extranjeros,

hasta el punto de prohibir el desembarco de naves y proceder a la expulsión

de comerciantes portugueses. En cuanto al documento de expulsión

del monasterio (64), se reproduce el informe de gestión de una fábrica y se

apuntan ideas convenientes para los empresarios, tales como la reducción

del salario de los trabajadores y de la superficie de la fábrica. Asimismo, los

aparentes textos de arrepentimiento de los artistas del Mundo Flotante (67,

arriba) son, en verdad, dos libros: una guía turística del Japón, a la derecha,

y una reproducción de Ukiyo-e, a la izquierda, más dos papeles arrugados

6
con los mismos poemas de la antología Heian, transcritos como ejercicios

de caligrafía, que, en otra imagen anterior (50, abajo), se atribuían a imágenes

de sus monogarutsis de juventud. Por otra parte, el mapa adjuntado

corresponde a Kyu-shu, al sur de Japón, en la provincia de Fukuoka (71). Y,

para finalizar, el libro que sostiene la supuesta nieta de Etsuko (72) no es el

Diario póstumo de su tío abuelo, sino un libro de historia sobre el Japón del

s. XIV, concretamente sobre el período Nambokucho (1336-1392), cuando

tuvo lugar una gran batalla entre el emperador Go-daigo (dinastía del sur)

y el de Komyo (dinastía del norte)” (194).

Mario Bellatin juega con una cultura fragmentada para la construcción de una obra
desligada a un espacio-tiempo referencial, que se resquebraja desde adentro por medio
de los indicios que deja para el lector. Crea una constante tensión dentro de Shiki Nagaoka
… que produce un cuestionamiento en el lector sobre la verosimilitud de lo que se cree
que es verídico; como menciona en la entrevista para Hind (2004; 197-204) y Rodríguez
(2006; 63-69): “Yo no pretendo que la gente crea que sí es verdad o sí es mentira. [..] me
interesa que crean que es Japón. […] y después se den cuenta que no es porque el mismo
texto tiene los elementos que decodifican esto […]”. Al final de la obra produce una
apertura en la forma de percibir e interpretarla, de inestabilidad e incertidumbre, que
alberga una nueva forma de representar el híbrido de la foto-novela.

Bibliografía

-Bellatin, Mario. Shiki Nagaoka: una nariz de ficción. Editorial Sudamericana, 2001.

-Vargas Llosa, Mario. La verdad de las mentiras. Alfaguara, 2002. Pp. 5- 10.

7
-Marcial, David. “Mario Bellatin: ‘Provengo de un experimento nazi’”. EL PAÍS, Ene,
2022, https://elpais.com/mexico/2022-01-01/mario-bellatin-provengo-de-un-
experimento-nazi.html. Acceso 18 jun. 2022.

-Cuenca, J. P. «A Semente Da Incerteza - Sobre ’Shiki Nagaoka: una Nariz De


Ficción’». ELyra. Revista Da Rede Internacional Lyracompoetics, n. 15, Outubro de 2020,
pp. 9-14, https://elyra.org/index.php/elyra/article/view/322. Acceso 10 jun. 2022.

-Giusti Hanza, Arianna. “La promesa y la caída: Shiki Nagaoka: una nariz de ficción”.
Entre el corsé y el exprimidor de nariz: un análisis de los instrumentos de la representación
en dos foto-novelas de Mario Bellatin. PUCP, 2015. Pp. 10-12.

-Perkowaska, Magdalena. Pliegues visuales: narrativa y fotografía en la novela


latinoamericana contemporánea. Iberoamericana, 2013.

-Saldaña Moncada, David. El lejano referente: ficciones de Japón en Shiki Nagaoka: una
nariz de ficción. La colmena, vol 110, abr. – Jun. 2021, pp. 51-66.

-Hind, Emily. “Entrevista con Mario Bellatin”. Confluencia, 2004, vol. 20, núm. 1,
pp. 197-204.

-Rodríguez, Fermín y Mario Bellatin. “Entrevista. Mario Bellatin”.


Hispanoamericana, 2006, núm. 103, pp. 63-69.

-Sakai, Kazuya. Japón: hacia una nueva literatura. El colegio de México, 1968.

-Gras, Dunia. "Shiki Nagaika: la fotografía como estrategia bioficcional del fake”.
Literatura y Lingüística, núm. 36, 2017, pp. 177-204. Redalyc,
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35254024011

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