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La década perdida de América Latina es un término empleado para describir las crisis
económicas sufridas en América Latina durante la década de 1980. En general las crisis
se componían de deudas externas impagables, grandes, fiscales y volatilidades
inflacionarias y de tipo de cambio, que en la mayoría de los países de la región era fijo,
la mayoría de las naciones debieron abandonar sus modelos económicos
de industrialización por sustitución de importaciones y adoptaron una estrategia de
crecimiento orientada hacia las exportaciones, estrategia fomentada por el Fondo
Monetario Internacional, aunque hubo excepciones como Chile o Costa Rica que
brevemente adoptaron estrategias reformistas.
La tasa de crecimiento real del PIB (Producto Interno Bruto) para la región fue de sólo
2,3% entre 1980 y 1985. Entre 1982 y 1985, América Latina pagó 108 mil millones de
dólares en obligaciones vencidas.
La persistente inflación llevó a la introducción del inti como moneda nacional en 1985
en reemplazo del sol antiguo. Aquel año asumió (por primera vez) Alan García como
Presidente, con un programa económico heterodoxo que buscaba un mayor gasto fiscal
y la limitación de los pagos de la deuda externa. Sin embargo, su gobierno fue marcado
por la hiperinflación y el aumento de la pobreza, la cual pasó del 41% al 55% entre
1985, con ello nace la siguiente controversia , ¿consideras que esa denominación es
apropiada para referirse a la década de 1980 en el Perú?, En mi opinión si considero que
la década de los 80 para el país fue de perdida. A continuación, propondré dos párrafos
de desarrollo en los cuales sustentaré mi postura.
El Perú en el ámbito político, como mencionar de los gobiernos que hubo en esa década,
como cuando el gobierno de Belaunde nombró ministros a grandes representantes de los
intereses de la banca y empresas extranjeras; siendo los casos más resaltantes los de
Pedro Pablo Kuczynski y Carlos Rodríguez Pastor. El gobierno de Belaunde tuvo que
afrontar grandes problemas debido a dos situaciones: la primera con respecto a la caída
del precio de nuestros productos en el mercado extranjero obteniendo menos ingresos y,
la segunda, con respecto al déficit surgido en la balanza comercial debido a la
liberalización de las importaciones y al incremento de pagos de la deuda externa
contraída en la primera mitad de los años sesenta generado por el gobierno de Velasco.
A esto se suma los problemas del fenómeno del niño (1982 – 1983) que destruyó buena
parte de la zona costera aumentando gastos imprevistos para el estado. En 1983 el
Estado decidió dejar de pagar la deuda externa, situándonos en una posición crítica
económica a nivel internacional, ya que el FMI declaró nuestros bonos como “Valor
deteriorado”, ya que éramos un país con alto riesgo de no pagar los préstamos.
Todo lo mencionado anteriormente ocasionó que en el año 1984 la inflación
incrementara en más del 100% anual, duplicándose los precios de los productos año tras
año, desvalorizándose el sol de oro. Con toda esta situación, el Perú se sumió en una
profunda crisis económica.
En segundo lugar, otra situación que se vivió en el Perú en la década de los 80, fue el
“fenómeno del niño”, que conllevo a problemas sociales y económicos, exactamente
entre el año 1982 y 1983 este fenómeno natural fue de mayor intensidad en nuestro país.
En consecuencia, esto afecto diversos sectores económicos, entre ellos el mas golpeado
la agricultura. Ante estos acontecimientos, la comisión de económica para América
latina y el Caribe (CEPAL) dio a relucir los datos del impacto económico que sufrió
nuestro país, indicando que en ese periodo el Perú tuvo una pérdida de US$ 2,227
millones entre daños directos e indirectos, provocando grandes pérdidas económicas,
como también cuantiosos daños en la infraestructura de riego, agua potable y
alcantarillado. Asimismo, el desempleo se incrementó en la zona urbana como en la
rural, causando impactos negativos en los ingresos de los pobladores.