Está en la página 1de 13

¡Vas a ser increíble!

Mariana se despierta a las 6 de la mañana - una hora antes de que suene su alarma - con una
sensación de angustia en el cuerpo. Al principio, atontada todavía por el sueño, no sabe por
qué tiene esa sensación. De repente, le viene a la cabeza: hoy en el trabajo tiene su
evaluación semestral con su jefe, Miguel. La cabeza de Mariana cae de nuevo sobre la
almohada. Odio esto. Ella se imagina a Miguel diciéndole lo inútil que es y decepcionado por
no cumplir con los objetivos. Tal vez hasta me despidan. Se queda en la cama durante una
hora más, se levanta, se toma un café rápido (está demasiado nerviosa para desayunar) y
sale corriendo por la puerta.

En el bus, Mariana intenta no pensar en el formulario de evaluación que lleva en su bolso.


Miguel y otros superiores lo habían rellenado y se lo habían dado para que lo revisara antes
de su reunión (un procedimiento estándar en su lugar de trabajo). Cuando leyó por primera
vez el documento, se quedó paralizada. Nunca en su vida había recibido una crítica tan
negativa. No todos los comentarios eran negativos, pero los positivos le resultaron un gesto
superficial o una palmadita en la espalda para hacer la crítica más agradable:

Mariana ha demostrado un gran entusiasmo y potencial durante sus primeros seis meses en
esta compañía. Sin embargo, su productividad a menudo deja algo que desear. Se
beneficiaría de una supervisión más directa, lo que también disminuiría el número de errores
que comete en su trabajo. Dicho esto, está aprendiendo mucho y es receptiva a la orientación
y el apoyo. Trabaja muy bien en equipo y estamos seguros de que alcanzará todo su potencial
con el tiempo.
El feedback continúa en este sentido un par de párrafos más, con algunos comentarios y
sugerencias específicas hechas por diferentes jefes. La verdad es que Mariana encuentra los
comentarios humillantes. En su cabeza, viene a decir más o menos que: "Mariana no sirve
para este trabajo, pero es una buena persona y tal vez podamos enseñarle algo". No es
exactamente lo que quieres oír de tu primer trabajo "real" fuera de la universidad.

Cuando llega al trabajo, va a la cafetera y se toma otro café. Jaime, un chico gracioso con el
que se lleva bien, está por la cocina y empiezan a hablar. En poco tiempo, los dos están
riéndose y bromeando. Mariana se siente bien en esa conversación distendida porque le
ayuda a olvidar su ansiedad. Después de diez o quince minutos de hablar, se dirige a su
escritorio.

La oficina es un espacio de trabajo abierto en el que podés sentarte donde querás. Se dirige
hacia su lugar favorito, pero inmediatamente cambia el rumbo cuando ve a Ana sentada en
un escritorio cercano. No es que le caiga mal, ya que Ana es muy buena gente, pero es una
mujer de cuarenta y tantos, muy hablantina que trabaja a tiempo parcial y habla mucho de
sus dos hijos. Normalmente no le molesta, pero hoy necesita evitar distraerse. A Mariana le
cae bien Ana, pero también siente un poco de lástima por ella. Su vida parece muy monótona
incluso, a veces, deprimente. La sigue en Instagram y se ha dado cuenta de que todas sus
publicaciones son de manualidades o yendo al parque con sus hijos. Que está muy bien, y
es algo muy loable y bonito, pero se pregunta si Ana alguna vez quiere algo más que eso.

Mariana no se imagina satisfecha dividiendo su vida entre cuidar a sus niños y trabajar de
administrativa (sobre todo a la edad de Ana). Prefiere mil veces más tener una carrera
profesional en la que llegue a lo más alto y se dedique a tareas mucho más complejas y
enriquecedoras. ¿Y si tal vez algún día termine como ella? Le preocupa pensar eso.
Mariana tiene 24 años, y la vida, por ahora, le ha ido muy bien. Fue a un buen colegio, siempre
fue de buenas notas y de vida social intensa. Le pareció siempre fácil hacer las cosas bien,
tenía un talento natural para todo lo que intentaba, y si no era la mejor de su clase, al menos
estaba en el top 10 de los mejores. Todos sus profesores la consideraban “talentosa” y
“brillante”. Tenía una habilidad asombrosa para el diseño y todo lo creativo, y siempre quiso
ser diseñadora gráfica. Cuando era adolescente, se dedicaba a hacer garabatos en cualquier
papel que se encontraba y la gente siempre se quedaba admirada y le decía lo buena artista
que era. “Diseño gráfico es tu carrera indudablemente, te viene como anillo al dedo” le decía
su mejor amiga, “No imagino un trabajo mejor para vos. ¡Vas a ser increíble!”.

Después de terminar la carrera y unas prácticas por encima de la media, aplicó para un
puesto en una empresa reconocida de marketing y la aceptaron. Todo iba según lo planeado.
Preguntó a la empresa si podía empezar un mes más tarde de lo que le ofrecían ya que ya
tenía los vuelos reservados para un viaje por todo el mundo. Siempre había querido hacer un
viaje de estos antes de asentarse en un trabajo a tiempo completo, y la empresa no puso
ningún pero.

Esto fue algo que gustó a Mariana ya que era importante para ella trabajar en una empresa
que fuera flexible. Otra cosa que la convenció fue el plan de carrera que el puesto le ofrecía.
A pesar de que al principio su posición sería de entrada, le dijeron en la entrevista que el
puesto tenía mucho potencial de crecimiento y que podía ser ascendida bastante rápido si
hacía bien su trabajo. Mariana estaba entusiasmada de empezar un trabajo en un área que le
encantaba.
Al principio todo iba muy bien. Estaba aprendiendo mucho y se llevaba bien con todos sus
compañeros, aunque su jefe, Miguel, era una excepción. No era especialmente amable y a
veces podía llegar a ser muy frío y terco, lo que a Mariana le parecía intimidante e incluso
hacía que ella reclame. Pensaba que era bastante independiente en sus indicaciones: le
enviaba por email las instrucciones de cualquier tarea en vez de ir y explicárselas cara a cara,
y eso que se sentaban a la par. Además, muchas veces las instrucciones no eran nada claras,
pero Mariana sentía que no podía ir a su mesa y pedirle aclaraciones al respecto. Así que
habitualmente, salía del paso ella misma y esperaba haberlo hecho bien.

Cuando las semanas fueron pasando y el encanto inicial fue desapareciendo, Mariana
empezó a sentirse insatisfecha y se aburría cada vez más. Ella se imaginaba que iba a poder
usar todas sus habilidades en diseño gráfico, pero lejos de eso, Miguel le tenía haciendo
trabajos básicos que cualquiera podría hacer. La semana pasada le pidió que redactara el
acta de una reunión del staff, y esta semana le pidió que ordene varias hojas de cálculo y
que unifique una presentación de PowerPoint para un cliente usando una plantilla
preexistente. Ella sabe que no le pueden dar responsabilidades muy grandes en sus primeros
6 meses, pero esto le parece casi un insulto. ¡No estudió diseño gráfico para hacer esto! El
otro día le pidieron trabajar en un proyecto con uno de los Seniors, Jorge. Él es bastante
mayor que ella: tiene un montón de experiencia y conocimiento, pero es un dinosaurio.
Muchas veces Mariana siente que lo haría mucho mejor si le dejara decidir más detalles o
hacer las cosas a su manera. Lo que es peor es que Jorge es uno de los que le da feedback
en su evaluación y ¡ha puesto que ha cometido varios errores en varias de las tareas que le
ha pasado! El único motivo por el que cometió dichos errores es porque estaba limitada en
la manera de hacer esas tareas, y no tenía libertad para hacerlas a su manera. Siente que
sus habilidades y conocimiento están siendo poco valorados.

Debido a que se siente aburrida e insatisfecha, Mariana empieza a tener cada vez más
dificultades para concentrarse en su trabajo. Pierde el tiempo navegando en páginas de
noticias y en redes sociales. Revisa su teléfono cada cinco minutos y entabla conversaciones
rutinarias con sus compañeros en la cocina.
Nadie le dice nada al respecto, y ella siente que está haciendo su trabajo dentro de un período
de tiempo razonable, por lo que no le preocupa demasiado. ¡Y entonces llega el feedback!
Esta es una de las razones por las que se sorprende tanto cuando lee los comentarios y
especialmente con el comentario sobre su productividad. ¡No pensaba que lo estaba
haciendo tan mal!

La reunión de revisión tiene lugar después del almuerzo. No todo es malo, Miguel es bastante
cercano y amable, pero, aun así, su feedback es difícil de digerir. Miguel le dice que está
haciendo un buen trabajo, pero que necesita ser más rápida y precisa. “Es muy importante
que este trabajo sea preciso y profesional. Una falta de ortografía en una presentación de
PowerPoint puede parecer una cosa pequeña, pero para un cliente, indica que no nos
estamos tomando nuestro trabajo en serio". Mariana se siente con mucha vergüenza, pero
Miguel tiene razón; ella necesita centrarse, esforzarse más, y hacerlo mejor. Al volver a su
escritorio, le invade un sentimiento de desesperación.

¿Qué ha pasado con sus sueños de una carrera exitosa y estelar? ¡Si ni siquiera puede hacer
bien las cosas más sencillas! ¿Cómo la van a ascender a este paso? Se imagina estancada
en este papel durante los próximos diez años y siente un nudo en el estómago. Y no deja de
escuchar la voz de su amiga en su cabeza, "¡Vas a ser increíble!" y se siente decepcionada.
Empieza a aparecer dudas sobre si cometió un gran error al convertirse en diseñadora
gráfica. Quizás ella simplemente no está hecha para este tipo de trabajo.

Mariana mira hacia arriba y ve a Rocío, del equipo de reclutamiento, cerca de su escritorio.
Ella es unos años mayor y son buenas amigas. Tiene un talento especial para captar rumores
y detectar chismes en la empresa. Sabe cuáles compañeros están en una relación, a quién
van a despedir y quién se emborrachó el fin de semana. Rocío se sienta junto a Mariana:

“Escuché algo sobre tu feedback. ¡Qué duro! ¿Has podido hablar con Miguel?” Mariana
piensa: ¿Cómo sabe ella sobre mi feedback? Yo no se lo he dicho. ¿Miguel o Jorge han ido
contando a los demás sobre mi trabajo? ¿Ahora todos piensan que soy una inútil? “Sí, ya
hablé con Miguel. Me dijo algunas cosas buenas, pero sinceramente creo que en su interior
me odia. No lo sé, simplemente no lo entiendo. Nunca sé lo que piensa. Me hace sentir tan
insegura".
"No te preocupés. Hace sentir a todos así. La verdad es que estoy agradecida de que no sea
mi jefe. En serio, no me extraña que tenga problemas en su matrimonio. Ese tipo no sabe
cómo comunicarse a ningún nivel”.

“¿De verdad? Wow, no lo sabía. Realmente no sabe comunicarse. Pero ¿qué puedo hacer
al respecto? ¿Cómo voy a construir una carrera profesional si mi jefe es un inepto? "

"No te preocupés. Seguí haciendo lo tuyo. Sé vos misma. ¡Sos el tipo de persona que necesita
esta empresa! Y Miguel no será tu jefe para siempre. Llegará un momento en el que podrás
desarrollar tu potencial y mostrarle al mundo tu talento. Tomemos café esta tarde para poder
seguir hablando. Bueno, solo si no estás demasiado ocupada hablando con Jaime ".

Rocío le guiña un ojo antes de volver a su escritorio y Mariana siente una mezcla de
emociones: se siente aliviada de que alguien la defienda en el trabajo y que la entienda, pero
también inquieta por algunas de las cosas que Rocío ha dicho. ¿Y si no es solo que Miguel
es un mal jefe? ¿Qué pasa si me quedo en esta empresa durante años y años solo para
descubrir que este no es mi lugar? ¿Y a qué se refería con ese comentario sobre Jaime?
¿Todos piensan que estamos teniendo algo?

Mariana debería ponerse a trabajar en un Excel de Miguel, pero se siente desanimada y


cansada después de un día emocionalmente agotador. Comienzo ese trabajo en un segundo,
se dice a sí misma mientras inicia sesión en LinkedIn y comienza a navegar (frecuentemente
consulta LinkedIn cuando necesita un break en el trabajo y no quiere sentirse demasiado
improductiva. Cuando está en LinkedIn siente que al menos de alguna manera, eso está
relacionado con el trabajo...). Su amiga Sofía, que trabaja en un startup del sector creativo,
ha publicado una foto de ella con sus compañeros celebrando el segundo aniversario de la
empresa. Mariana siente una punzada de celos.
Debe ser increíble crear algo desde cero y verlo crecer. Sofía debe sentir realmente que su
trabajo importa. Realmente está haciendo algo que vale la pena. Y está rodeada de tantos
jóvenes, tantas responsabilidades y tanta aventura. Mientras tanto, yo estoy atrapada aquí
con el dinosaurio Jorge, que todavía usa Internet Explorer y escribe "yu tube" en Google
cuando quiere ver un video online. Quizás debería tomar un café con Sofía pronto…Sigue
navegando y ve una publicación sobre una vacante en otra empresa que parece interesante
y emocionante. Exactamente el tipo de desafío que quería. Se emociona y se pregunta si es
demasiado rápido para empezar a buscar otro trabajo.
Nota Técnica
Caso: Desarrollo personal en el trabajo

Muchos de nosotros lo pasamos mal cuando entramos por primera vez en el mundo
profesional. Podemos experimentar el agobio y la presión, y a la vez sentir que no estamos
teniendo un impacto en el mundo, o haciendo algo importante o valioso. Esto podría hacer
que nos sintamos solos e infelices. Es muy probable que tengamos una imagen en nuestra
cabeza de cómo debería ser nuestra carrera profesional y que nos frustremos cuando la
realidad es otra completamente distinta. Cuando nos sentimos infelices o estresados en el
trabajo, es fácil que nos acabemos juntando con otras personas que comparten nuestra
insatisfacción o que nos distraen con tonterías y cotilleos de la oficina o con las redes
sociales. A partir de ahí, podríamos entrar en un espiral descendente. ¿Es así como terminan
todas las carreras profesionales? ¿O hay formas de ajustarnos y adaptarnos para que
podamos tener carreras satisfactorias y productivas?

Crecer a través de lo que atraviesas

Con nuestro primer trabajo es cuando realmente empezamos a ser independientes. Esto es
genial, y muchas personas disfrutan de tener responsabilidades reales por primera vez. Por
el contrario, una mayor responsabilidad puede llevar a expectativas poco realistas: podríamos
sentir que tenemos que hacer todo bien y estar súper felices con nuestra elección de carrera,
¡lo que no siempre sucede! La necesidad de tener todo perfectamente organizado puede llevar
a una baja autoestima cuando las cosas no salen como queríamos. llegue una mejor
oportunidad? ¿O deberíamos tomar más iniciativa para buscar apoyo?
Estar apegado a las ideas y ambiciones que teníamos para nosotros mismos en el pasado
puede hacer que sea difícil aceptar dónde estamos actualmente. En otras ocasiones, es
posible que no tengamos todas las respuestas cuando se trata de hacer bien nuestro trabajo.
¿Deberíamos tomar eso como una señal para esperar a que

A menudo, les decimos a los demás que está "totalmente bien" pedir ayuda y que "no hay
nada malo" en admitir que se necesita apoyo. Sin embargo, cuando se trata de nuestro propio
crecimiento, podemos sentirnos reacios a extender la mano. Nos puede ser difícil admitir que
necesitamos orientación adicional. Sin embargo, al final del día, todos quieren crecer en su
campo tanto como sea posible. ¿Puedes crecer sin fallar? ¿Puedes pedir ayuda sin parecer
débil? En el caso, cuando Mariana recibe el feedback de su jefe, interioriza todo y se siente
desbordada. En lugar de acercarse a su jefe para pedirle más aclaraciones
o consejos para mejorar, empieza a dudar de sí misma y se pone a comentar con Rocío.

“Por lo tanto, una mentalidad de crecimiento es una gran idea para generar valor. Pero
necesitamos más. Y ahí es donde voy a terminar mis comentarios, porque ahí es donde
estamos. Ese es el trabajo que tenemos ante nosotros. Necesitamos tomar nuestras mejores
ideas, nuestras intuiciones más fuertes, y debemos ponerlas a prueba. Necesitamos medir si
hemos tenido éxito y tenemos que estar dispuestos a fallar, a equivocarnos, a empezar de
nuevo con las lecciones aprendidas”.

Angela Lee Duckworth TED Talks Educación.

Es cierto que a nadie le gusta que le digan que está haciendo mal su trabajo, especialmente
en las primeras etapas de su carrera. Sin embargo, es precisamente en esta etapa cuando
necesitamos más orientación y cuando más nos beneficiamos de las críticas. Cuando
recibimos críticas, es importante tomarnos un tiempo para reflexionar: ¿Qué puedo aprender
de esto? ¿Hay algo aquí que me ayude a mejorar? ¿Las experiencias pasadas están
provocando algunas emociones negativas? difíciles (incluso aquellas con un jefe que no te
gusta) pueden ser un medio para fortalecer las relaciones
¿Cómo puedo demostrar que estoy agradecido por esta oportunidad de crecer? Estas
preguntas introspectivas pueden plantear algunos problemas profundamente arraigados y
llevarnos a diálogos incómodos, pero las conversaciones útiles. El hecho de que las
conversaciones difíciles sean duras no significa que sean malas.

"Para evitar las críticas, no digas nada, no hagas nada, no seas nada" Elbert Hubbard,
Pequeños viajes a las casas de los grandes

Cuando se trata de nuestra trayectoria profesional, debemos decidir qué prioridad le damos
al trabajo en nuestra vida. Es decir, escoger bien en qué queremos centrarnos y qué puesto
queremos darle al trabajo. Si bien es bueno crecer en tu carrera profesional, también es
igualmente importante no dejar que te consuma toda tu vida. La ambición es algo muy bueno
cuando se apunta en la dirección correcta.

“Es necesario de vez en cuando que un hombre ... se pregunte a sí mismo: '¿Quién soy,
¿dónde he estado y adónde voy?' Si uno no tiene cuidado, permite que las distracciones le
quiten el tiempo, la materia de la vida ". Carl Sandburg, Abraham Lincoln: Los años de la
pradera y los años de la guerra.

Amistades en el trabajo

Las amistades en el trabajo hacen que éste sea más ameno e incluso pueden llegar a mejorar
nuestra productividad. La desventaja, sin embargo, es que pueden obstaculizar la toma de
decisiones impopulares en el trabajo, pueden crearse grupitos cerrados, y generar un
ambiente de críticas y cotilleo. A la hora de comprobar si una amistad en el trabajo es valiosa,
la siguiente reflexión es bastante útil: ¿esta amistad me hace dudar de mí mismo?
¿Este amigo está compartiendo conmigo intimidades sobre otros? ¿Me siento empoderado
y motivado para hacer lo mejor cuando hablo con ellos? ¿Dudo en avanzar en mi trabajo
porque no quiero dejar atrás a mis amigos? Si bien los amigos del trabajo agregan una
dimensión valiosa a nuestras vidas, puede ser de ayuda observar más de cerca a las
personas de las que nos rodeamos, especialmente en caso de conflicto.
¿Qué hacemos cuando nuestro "amigo" en el lugar de trabajo intenta presionarnos para
obtener información personal o compartir intimidades de una manera aparentemente
inofensiva? Los cotilleos suelen generar desconfianza entre amigos. En el en el lugar de
trabajo, es útil crear un entorno propicio para el crecimiento personal y profesional. ¿Cómo
podemos crecer profesionalmente manteniendo una relación cercana y sin confrontaciones?
¿Ignoramos los problemas y esperamos que desaparezcan? ¿O les contamos a los demás
directamente nuestras preocupaciones?

Encontrando tu camino en la vida

Cuando somos jóvenes y estudiamos, aspiramos a tener una buena carrera profesional.
Esperamos que, al especializarnos en un área en particular, consigamos un trabajo en ese
campo. Sin embargo, ¿nos hemos centrado en lo que realmente queremos en términos de
carrera profesional? ¿Es posible que alguien tenga una buena carrera profesional, aunque no
coincida con lo que estudió? ¿Es obligatorio para nosotros descubrir nuestra pasión y
seguirla? ¿Cómo determinamos nuestra pasión? ¿Y si esa pasión no te lleva a un trabajo?
Todas estas son preocupaciones muy razonables.

Si alguna vez has visto un discurso del ganador en una entrega de premios, probablemente
hayas escuchado las palabras: "Sigue tu pasión y nunca renuncies a tu sueño". En teoría,
ese es un consejo fantástico. Sin embargo, aunque la pasión es un excelente motivador,
también puede ser variable. Algunos tienen la suerte de que su pasión y su carrera
profesional coinciden, mientras que otros pueden tener una pasión que no se presta a una
carrera profesional concreta o que tarda un poco más en descubrirse. Esto puede hacernos
creer que la hierba del otro lado es más verde. Pero ¿y si en lugar de seguir nuestra pasión,
la llevamos con nosotros? En este caso, Mariana está calificada y motivada al principio, pero
luego descubre que el trabajo no es lo que tenía en mente. Más bien, requiere que ella se
adapte y tal vez incluso colabore con otras personas que tienen menos conocimientos
tecnológicos que ella. En lugar de dejar que esto encienda su ambición, comienza a girar y a
sentirse desesperada.
“Si un hombre es llamado a ser barrendero, debería barrer las calles incluso como Miguel
Ángel pintaba, o como Beethoven componía música o como Shakespeare escribía poesía.
Debería barrer las calles tan bien que todos los ejércitos del cielo y la tierra puedan detenerse
y decir: aquí vivió un gran barrendero que hizo bien su trabajo”.

Martin Luther King Jr., discurso en la escuela secundaria Barratt en Filadelfia

Si bien encontrar un buen trabajo es una parte esencial de nuestra vida, lo que hacemos con
el resto del tiempo es igualmente importante. Según el Dictionary of Obscure Sorrows, la
koinofobia es el miedo a ser ordinario o común. A veces olvidamos que las pequeñas
decisiones que tomamos en el camino son en realidad las que forman nuestra vida y le
agregan dimensión. Es muy común que a la gente le atemorice pensar en la idea de "crecer"
o "asentarse". Podríamos asumir que crecer significa perder nuestra creatividad o adoptar
una rutina mundana. La buena noticia es que una vida "adulta" nunca tiene por qué ser
aburrida o mundana. De hecho, una actitud a regañadientes para asumir responsabilidades
a menudo puede ser lo que nos deprime y ahoga nuestra creatividad. ¿Qué pasaría si
aprovechamos cada oportunidad que se nos brinda (incluso si se disfraza de crítica o mayor
responsabilidad) como una forma de hacer de estas oportunidades las mejores de nuestras
vidas?

La clave para lidiar con el miedo es enfrentarlo de cara y no evitarlo. La clave es saber
gestionar ese miedo para aprovechar tantas oportunidades como sea posible. Si bien estas
oportunidades pueden ser aparentemente normales, serán cualquier cosa, menos ordinarias
porque fueron tus oportunidades. Cuando nos detenemos a pensar en ello, ¿es justo
comparar tu vida con la de otra persona? No es necesario que dos caminos se parezcan. ¿Mi
vida debe tener ciertos elementos / personas para ser feliz? ¿Es el número de experiencias
que tengo una buena medida de la vida que vivo? Si bien puede ser enriquecedor inspirarse
en la vida de los demás, es importante centrarse en la forma en que uno vive su vida. Ojalá,
cuando algún día mires atrás, no te compares con la persona que tienes al lado y seas capaz
de reconocer que ha valido la pena vivir.
“Todo lo que sé es que he desperdiciado todos estos años buscando algo, una especie de trofeo que
obtendría solo si realmente hiciera lo suficiente para merecerlo. Pero ya no lo quiero, quiero ... algo
que simplemente estará ahí, siempre, como el cielo de mañana. Eso es lo que quiero ahora, y creo
que es lo que tú también deberías querer ". Kazuo Ishiguro “Cuando éramos huérfanos”

También podría gustarte