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ROSA DE LIMA, LA PRIMERA SANTA DEL NUEVO MUNDO

Este 30 de agosto celebramos una vez más a nuestra querida Rosa de Lima Patrona del Perú, América
y Filipinas. Próximos ya al Bicentenario de nuestra Independencia es oportuno recordar a las mujeres
que han marcado historia en nuestro país, y Rosa de Lima es una de ellas. Su fiesta congrega
multitudes tanto en Quives, donde vivió algunos años y recibió la Confirmación de manos del
Arzobispo Santo Toribio de Mogrovejo, como en el Santuario de Lima, su antigua vivienda, en torno al
pozo que acoge incesantemente deseos y súplicas de cientos de fieles cada año. Aclamada también
en innumerables pueblos del Perú y del mundo Rosa de Lima es la peruana más conocida, reconocida
y venerada dentro y fuera de nuestras fronteras.
Es la primera santa que antes de ser canonizada en 167l, sería proclamada patrona del Perú (1669),
del Nuevo Mundo y de Filipinas (1670).
Tuvo un rápido ascenso a los altares: su proceso de
canonización fue inmediato y en menos de 50 años fue
declarada santa para la Iglesia Universal.
En 1617 celebró en la iglesia de Santo Domingo de Lima su
místico desposorio con Cristo, el fray Alonso Velásquez
puso el anillo en uno de los dedos de la santa en señal de
unión perpetua.
- Fray Antonio Rodríguez escribió que, si el sumo pontífice
se hallara en la muerte de esta sierva de Dios y viera el
innumerable concurso de gente que iba a ver el cuerpo y
venerarle por santa, sin más averiguación la canonizara.
A pocos días de su muerte se reunieron numerosos
testimonios sobre su vida y virtudes. En 1634 se presentó a
Roma la causa de beatificación. La beatificación se realizó
en el Convento Dominico de Santa Sabina en Roma, en
1668. Fue canonizada por Clemente X el 12 de abril de
1671, proclamándola por "Principal Patrona del Nuevo Mundo". En Lima, Roma, España y todos los
países de América y Europa, se celebraron fiestas suntuosas en honor de la primera santa natural de
América.
Los pontífices en sus respectivas bulas la proclamaron santa con el nombre de "Rosa de Santa María",
y que posteriormente hubo de convertirse en Rosa de Lima, nombre toponímico común a muchos
santos en el orbe cristiano. La tradición cuenta que el papa Clemente X, luego de oír los argumentos
sobre su canonización dijo: "¡Hum! ¡Patrona y Santa! ¿Y Rosa? que llueva flores sobre mi escritorio si
es verdad"19, y la respuesta al instante fue una fragante lluvia de rosas sobre la mesa del papa quien
en ese momento procedió a la canonización.

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