Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
A finales de 1818 Ana Catalina revela que Dios le concede a través de la oración el alivio
de sus estigmas; y las heridas de sus manos y sus pies se cierran, pero los demás se
mantienen, y el Viernes Santo todos se vuelven a abrir.
En 1819 Emmerick vuelve a ser investigada. Fue trasladada a la fuerza a un cuarto grande
en otra casa y se mantiene bajo vigilancia estricta durante el día y la noche en un lapso de
tres semanas, lejos de todos sus amigos excepto su confesor. 3
Isabel Flores de Oliva se convirtió en santa Rosa de Lima el 12 de abril de 1671, más de
50 años después de su muerte a los 31 años de edad, y desde entonces cada 30 de agosto
los fieles acuden a su santuario en el Centro Histórico para pedir que les cumpla un
deseo.
La santa nació en Lima en 1586 y sus padres fueron Gaspar Flores, un arcabucero de la
guardia virreinal, natural de Puerto Rico, y la limeña María de Oliva y Herrera.
El apelativo de Rosa se lo ganó de bebé, cuando su madre vio sus mejillas, estando en la
cuna, del mismo color de las rosas.
Fue una laica consagrada a Dios y al prójimo, dado que vivió dedicada a servir a los
necesitados y ofreció sus propios sacrificios personales en una pequeña celda construida
en su hogar.
Santa Rosa "es un ejemplo de mujer que se sacrifica por su sociedad, porque se ocupaba
de los pobres, de enseñarles a las niñas los rudimentos de la fe".
Santo Toribio de Mogrovejo
Nació en 1538 en España, donde estudió leyes antes de ser ordenado diácono, sacerdote
y consagrado obispo en una misma ceremonia en la catedral de Sevilla, para ser enviado
a Lima como arzobispo por el rey Felipe II.
"Era un hombre muy culto, un hombre recio y duro, temido por los curas párrocos",
contó el también catedrático a raíz de la labor de inquisidor que antecedió a Toribio de
Mogrovejo.
Una vez en Perú, santo Toribio estuvo a cargo de organizar la Iglesia católica en el
entonces virreinato con la aplicación del concilio de Trento, sobre la renovación del
catolicismo, y organizó el Tercer Concilio Limense, que produjo los catecismos en los
idiomas nativos de quechua y aimara en 1582.
Toribio de Mogrovejo viajó por toda su diócesis supervisando que se cumplan las
normas y se respete su jurisdicción. Murió en Zaña, en el norte de Perú, en 1606.
San Martín de Porres
A su vez, san Martín de Porres, nacido en Lima en 1579, demostró que la santidad es lo
más importante en la sociedad y que puede ser para todos, pues él era un mulato
despreciado, como todos los de su clase social, recordó el experto.
"A pesar de ser mulato (de padre español y madre negra panameña), como tenía fama de
santo él aconsejaba al virrey, y era respetadísimo y queridísimo", afirmó Sánchez-
Concha.
A pesar de que su nombre de pila era Martín de Porras, por ser hijo del español Juan de
Porras, el papa Juan XXIII lo canonizó como San Martín de Porres en 1962, quizás para
evitar las connotaciones indebidas de su apellido.
Se sabe que el Papa Francisco tiene una especial devoción por el Santo de la Escoba,
como se conoce a San Martín, y que tiene una imagen del santo mulato, fallecido en
1639 y canonizado en 1962.
San Juan Macías
Fue un fraile dominico, amigo personal de San Martín, nacido en Extremadura, España,
en 1585, que llegó a Lima para cuidar ganado a la ribera del río Rímac.
"Era un santo retraído, que ayudaba mucho a los pobres", pero también fue un asceta,
"que se golpeaba el pecho con una piedra hasta escupir sangre".
Sánchez-Concha explicó que esta práctica de mortificaciones físicas era regulada en esa
época con maestros espirituales que las supervisaban.
San Francisco Solano
De igual manera, asceta y además misionero fue san Francisco Solano, dedicado a
predicar en el Centro de Lima con una calavera en la mano y una cruz para que la gente
se enmendase del pecado, según dijo el experto.