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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION


UNIVERSIDAD YACAMBU

ENSAYO:
EL CURRICULO DEL SIGLO XXI, PARADIGMA ACTUAL Y APTITUDES
NECESARIAS EN EL NUEVO MODELO PEDAGOGICO

ESTUDIANTE:
Carilyn Duran
EXPEDIENTE:
HPS12100322

Barquisimeto, 07 de noviembre 2015


En este breve ensayo reflexionaremos acerca del currículo educativo y de los factores que
están implicados directamente en el proceso de aprendizaje en nuestro mundo actual: cuáles
son los conocimientos indispensables, las capacidades esenciales y los valores más
importantes que las instituciones deben privilegiar, cuál debe ser el modelo de liderazgo
bajo el cual se deben formar a los docentes así como la necesidad de priorizar los
conocimientos necesarios para asegurar que las nuevas generaciones estén efectivamente
preparadas a vivir en la sociedad que se aspira construir.

Vivimos en un contexto saturado de informaciones y a la vez asistimos a un proceso de


explosión de conocimientos sin precedentes asociado a su banalización en términos de
acceso gracias a las tecnologías de la información y la comunicación. Es un hecho
ineludible que la sociedad actual enfrenta cambios profundos en casi todos los aspectos de
la vida. Las transformaciones que está viviendo el mundo en materia económica, educativa,
social, política y cultural, aunado a los grandes avances de la ciencia, la tecnología y la
información en estos tiempos ha producido un nuevo contexto socio histórico donde el
capital humano cada día debe asumir con mayor ímpetu los cambios y retos que le impone
el poder de la información y el conocimiento. Muchos de los desafíos contemporáneos y de
los que habrá que enfrentar en el futuro van más allá de las fronteras nacionales, lo cual
alimenta el debate creciente donde se confrontan visiones educativas contrapuestas sobre el
tipo de equilibrio que hay que encontrar entre identidades, saberes y valores locales y
universales.

Es por ello que a mi parecer es de carácter urgente que la sociedad venezolana


implemente un nuevo liderazgo, nuevos estilos de dirigir el esfuerzo de los docentes a fin
de lograr mayor efectividad en las personas, grupos y organizaciones. Bajo esta perspectiva
el proceso educativo exige entre otras acciones que la conducción del mismo sea liderado
por personal idóneo, capaz, responsable y ante todo eficiente y honesto.
El docente debe ejercer a plenitud su rol de líder, es decir, debe ser capaz de cuestionar
ordenes existentes de modo de cambiar y transformar las formas habituales de la
escolarización a la cual estamos tan mal acostumbrados teniendo en cuenta que la idea del
liderazgo del siglo XXI esta justamente ligada a la búsqueda de la innovación y el cambio a
través del cuestionamiento constante de las prácticas cotidianas.
En otras palabras, lo que se plantea en el nuevo diseño curricular es rescatar ideas valiosas
del pasado para enriquecer y complementar los nuevos paradigmas, en procura de redefinir
el liderazgo en el hecho educativo como eje formador del hombre nuevo. De allí la
importancia de redescubrir sus valores y captar el significado profundo de su misión y
compromiso como potenciador del conocimiento, ya que ésta es la razón de ser de su labor
pedagógica.

La reflexión anterior, pone de relieve las características esenciales que distinguen al


maestro-líder, quien no ha de limitarse a ser un simple profesional de la educación, un
académico encasillado y enclaustrado en la cúspide del saber o mucho menos un
profesional de título incapaz de reflexionar y adquirir criterios individuales , ajeno a los
acontecimientos culturales, políticos, sociales y económicos de su contexto, sino un
formador auténtico, un trabajador de la cultura, pero por sobre todas las cosas un defensor
de la vida, es decir que debe privilegiarla por sobre aquellos intereses que atentan sobre
ella, dándole sentido a su quehacer mediante la protección no sólo de saberes sino de
valores esencialmente humanos.

Sin embargo, muchos estudios y trabajos de grado se han hecho al respecto en las
instituciones de nuestro país, pero tenemos nuestra cultura en contra. Me he cansado de
escuchar a docentes de hablar de liderazgo al mismo tiempo que no saben manipular un
video beam, que son incapaces de dar contenidos complejos relacionándolos con nuestra
realidad, haciendo del conocimiento una piedra que forzadamente tenemos que digerir, sin
llegar nunca a utilizarlo en la vida real. Creo que esto es lo que está pasando en el campo
de la educación. Las imágenes se nos aparecen claras porque expresan una típica mirada
desde el pasado. Pero esta mirada no responde a las necesidades actuales -y menos a las
futuras- de la educación. Por ende Se requiere un nuevo paradigma educativo que pueda
acompañar los nuevos paradigmas que surgen en las demás áreas de la sociedad. Otro
paradigma que, superando las restricciones del actual, sea capaz tanto de saldar las deudas
del pasado cuanto de dar respuestas más adecuadas a las necesidades del futuro

El paradigma de educación que hemos heredado, define el ‘aprendizaje’ como resultado


de un proceso de estímulo-respuesta, en el que tiene un papel preponderante el esfuerzo
individual, el estímulo de los textos y la acción de transmisión del docente sobre el alumno.
Es decir, la relación docente-alumno debe ser directa, personal, y permanente (Paradigma
conductista).

Un sistema educativo orientado hacia las necesidades del siglo XXI debe entender el
aprendizaje como el resultado de la construcción activa del sujeto sobre el objeto de
aprendizaje. Supone un aprendiz activo, que desarrolla hipótesis propias acerca de cómo
funciona el mundo, que deben ser puestas a prueba permanentemente.

En cuanto al contenido que debe ser impartido por los docentes, anteriormente me réferi
a este como una piedra que digerimos sin saber manipular, sin poder transformar y adaptar
a nuestro medio. Un sistema educativo orientado hacia las necesidades del siglo XXI debe
incorporar una definición de contenido de la enseñanza “mucho más amplia de lo que es
habitual en las discusiones pedagógicas. Las instituciones deben enseñar, por supuesto,
todos los elementos conceptuales que el avance de la ciencia y las necesidades de resolver
problemas determine pero, y con igual nivel de compromiso, es tarea del sistema educativo
enseñar los procedimientos mentales que permitan actualizar los conceptos y aplicarlos a la
realidad, y las actitudes y valores que entran en juego cuando dicha aplicación tiene lugar.

Otro punto fundamental en cuanto al paradigma pasado fue el principio de “Educación


para todos” que se desarrolló con singular importancia en la historia latinoamericana. Sin
embargo, en mi opinión a pesar de que esto favoreció a las clases sociales marginadas,
implico a su vez la pérdida de calidad educativa necesaria para formar ciudadanos íntegros.
Más educación para todos, CON CALIDAD, dice el nuevo paradigma de la educación para
el Siglo XXI, lo que implica cubrir ciertos parámetros básicos como: Altas competencias en
lectura y escritura, altas competencias en cálculo matemático y resolución de problema,
altas competencias en expresión escrita, capacidad para analizar el entorno social y
comportarse éticamente, capacidad para la recepción crítica de los medios de comunicación
social, capacidad para ubicar, acceder y usar mejor la información acumulada, etc.

Ahora bien, al estudiar dichas propuestas del nuevo paradigma, no es difícil darnos cuenta
de que contamos con una escasa calidad educativa en nuestro país. Personalmente me he
encontrado con compañeros de estudio que son incapaces de realizar una crítica o
reflexionar acerca de un tema tan ineludible como lo es nuestra situación política actual, en
las instituciones de educación superior se encuentran regularmente personas con problemas
de ortografía, con escaza educación ética y moral, incapaces de despejarse un día de sus
teléfonos celulares en busca de información inútil que como una droga va consumiendo el
tiempo y la energía de estas personas. Por otra parte, los docentes son incapaces de manejar
esta situación, porque no están formados para ejercer un liderazgo apropiado que se adapte
a nuestra realidad.

No basta con exponer este tema sino reflexionamos al respecto, la educación la formamos
estudiantes y docentes, y debemos ser conscientes de ello de una vez por todas. Como
estudiantes no debemos conformarnos con los contenidos que nos imparten forzosamente,
debemos interactuar y participar en el proceso. Por otra parte el docente debe motivarnos a
participar, a esforzarnos, a creer en lo que estamos haciendo.

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