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Universidad Interamericana de Panamá

Facultad de Educación

Especialización En Docencia Superior

Desempeño Docente

Trabajo Final

Estudiante

Yackeline Gálvez Ramos

2-732-1732

Profesora

Gelcys Moscoso

Abril 2021
REFLEXIÓN SOBRE VISIÓN DE LA UNIVERSIDAD DEL FUTURO

“La educación no es la preparación para la vida. La educación es la vida misma” John Dewey
Hoy tenemos la necesidad de replantearnos la Educación Superior, ya que los cambios o
dinamismo que muestra la ciencia y la sociedad del conocimiento suponen constantes
revoluciones de la visión del mundo y el aumento del poder adquisitivo del hombre en nuestro
entorno.
Debemos dejar atrás la Universidad Tradicional (obviamente no olvidemos sus cimientos) y
proponer la investigación enfatizando el conocimiento científico basado en los paradigmas que
rigen hoy: método analítico, método crítico, método pragmático; que ofrece una herramienta
para la docencia, la investigación y la difusión de la cultura centrada en el individuo que se
hace a sí mismo y que insiste en el proceso de auto-creación de su conocimiento.
No se trata de más sino de mejor, ya que la educación por sí misma no cambia a la sociedad,
pero ningún cambio social se puede lograr sino va de la mano con la educación.
Los cambios que vemos ejercen influencia en la forma que los estudiantes aprenden y de cierta
manera en la que los docentes enseñan. Los docentes estamos obligados a cambiar nuestro
rol, porque los estudiantes no nos ven por los contenidos que dominamos, sino por lo que
hacen con ellos en las aulas de clase; no solo trasferimos conocimientos, orquestamos
ambientes de aprendizaje, creamos los cimientos para construir su propia metodología de
enseñanza-aprendizaje.
El Sistema Educativo Superior muestra la capacidad para adaptarse a los cambios
ocasionados en la historia de la humanidad y se han ido adecuando a las necesidades sociales,
al mercado de trabajo. Es por ello que se ha convertido en el centro de una relación creativa
entre la ciencia y sociedad, que la justificamos por los cambios permanentes y fundamentales
que las tecnologías emergentes están generando.
Sin duda alguna la universidad se encuentra en el centro de este cambio, mostrando su
estructura actual y apuntando hacia algunos cambios que consideramos indispensables desde
la explicación del conocimiento humano como acción creativa.
La participación creativa de la universidad puede dirigirse en dos direcciones:
 Educación crítica.
 Educación autopoiética.
Estos dos rasgos están estrechamente ligados a las funciones tradicionales de la universidad
(docencia, investigación, difusión de la cultura) y proceden de una nueva explicación del
conocimiento que ofrece mayores posibilidades de convivencia y progreso en nuestras
sociedades.
Por ejemplo, en la educación crítica, al ver a la universidad como simple conformadora de
profesionales la pone al margen de la historia porque como institución queda excluida de la
participación creativa en el quehacer social. Debe cobrar protagonismo, es decir, la universidad
debe asumir su responsabilidad para hacerse a sí misma como una institución central en la
actual construcción del futuro. Al transitar por la senda del conocimiento científico y asumiendo
su dimensión histórica, deberá ser crítica tanto de la validez de paradigmas vigentes como de
su aplicación para solucionar problemas individuales y sociales. Esto supone abandonar el
valor de un conocimiento esencialista que otorga una falsa seguridad cuando se piensa que,
al conocer la esencia de una cosa o fenómeno, se cuenta con el conocimiento verdadero de
todas las cosas o fenómenos que existen conforme a esa esencia; supone también abandonar
la certeza absoluta del conocimiento científico (Sancén F. y Gramigna A., 2013).
Debemos insistir que en la actualidad el conocimiento es reconocido como tal en la medida de
su práctica, primero porque su aplicación estimula la crítica para llevarlo a la práctica y luego
para analizar los resultados con miras a mejorarlo.
En cuanto a la formación autopoiética, es la formación de estudiantes lo que justifica la
existencia de la universidad, para ello la sociedad la crea y la sostiene. Además del estudiante
universitario intervienen profesores, administrativos. Todos ellos, junto con los empleadores,
familiares y población en general, reciben directa o indirectamente los resultados de la
divulgación artística, cultural, científica y tecnológica que resulta de la acción de la universidad.
Con base en una epistemología constructivista y las aportaciones de las neurociencias, la
universidad deberá considerar la función docente como una tarea que, centrada en el individuo,
favorezca la auto-creación del mismo mediante la construcción de su propio conocimiento. En
el terreno del aprendizaje esto se traduce en la construcción de conocimientos por parte de
cada individuo y en su autopoiesis o auto-construcción. Esto quiere decir que a medida en que
el individuo construye su propio conocimiento, llega a ser un cognoscente; su existencia
cambia enriqueciéndose con una nueva visión del mundo. Esa construcción del conocimiento
pasa por el método científico, reforzando el análisis crítico de todo saber al interior de la
universidad.
Según Touraine, Martín Hopenhayn y Ernesto Ottone (2002:123-124) “es la capacidad crítica,
autocrítica, de relación con los demás y de integración de mundos heterogéneos lo que equipa
al individuo para habilitar al futuro”. Constituye el horizonte del proceso de enseñanza-
aprendizaje en la universidad; pero para lograr esta visión de futuro es indispensable una visión
crítica acerca del mundo.
El sociólogo Víctor Pérez-Díaz defiende la necesidad de un cambio organizativo y cultural del
entorno social en que se mueven las universidades, como un requisito previo para su
transformación estratégica.
“Cuando se consideran los problemas de las universidades españolas en el largo plazo, se
llega a la conclusión de que ni el dinero, ni la prédica moral, ni la acción política pueden
resolverlos, aunque sí puedan aliviarlos momentáneamente, o enmascararlos. Haría falta
cambiar profundamente su marco institucional y su modo de coordinación y de gobierno, y la
cultura de sus componentes, profesores y estudiantes en primer término, familias, empresas,
partidos, medios de comunicación y tantos otros, en segundo. Cambiar las instituciones sin
cambiar la cultura de las gentes que las hacen funcionar es asunto arduo, si no imposible; y
tampoco es fácil cambiar la cultura de los españoles sobre temas educativos. Lo cierto es que
a la sociedad le cuesta mucho salir de su estado de autocomplacencia gozosa y borrosa en
esta materia”.
Definitivamente esto exige objetivos y estrategias con una amplia difusión de planes y
resultados. Es el primer paso de una cadena que debe conducir a recapacitar acerca de
opciones estratégicas sobre qué puede hacerse, tomar decisiones y llevar estas acciones a la
realidad. En la universidad de hoy, diseñar posibles futuros y discutir sobre objetivos de futuro
es una tarea que conlleva problemas, ya que cuando hay que adoptar decisiones en un
contexto pleno de restricciones y con opiniones (y presiones) diversas dentro de una estructura
poco jerarquizada.
Por medio del conocimiento podemos romper estereotipos ya que representa una necesidad
urgente hoy. Debemos comprometerme a promover en la sociedad una identidad propia, como
personas, con capacidad de aprender, de ser responsables y de emprender; y esto
implica establecer metas planteando nuevas y propias estrategias.
Sacarle el mayor provecho a la capacidad de seguir aprendiendo en mi labor como docente,
es un elemento crucial para dar respuesta a los desafíos actuales del sistema educativo.
Los nuevos enfoques han reducido las visiones arcaicas y conviven con las visiones actuales
de enfoques cualitativos y cuantitativos. Dentro de mi poca experiencia como docente
considero que nos encontramos con problemática de índole formativo y con las necesidades
educativas que afectan el desarrollo de la capacidad científica y tecnológica del sistema.
Como parte del sistema educativo y actores principales de la calidad en la educación,
la globalización implica la posibilidad de aprovechar oportunidades importantes, pero también
desafíos y problemas serios con relación al futuro, debo cuestionarme el ideal de lo público y
del bien común.
Si queremos llegar al nivel educativo de Chile y Finlandia debemos enfocarnos en la
trasparencia y el servicio, que es un elemento primordial en las trasformaciones u orientaciones
que deben tener las entidades responsables de la educación o del sistema en conjunto.
Debemos aprovechar las fortalezas como la diversidad que tiene nuestro currículo, pero a la
vez replantearnos cambios y mayor compromiso de la sociedad. Las investigaciones lo dicen
tenemos un sistema muy rígido y poco flexibles, y para terminar de colocar la cereza al pastel
poca dedicación a las competencias digitales y habilidades blandas.
El aprendizaje invisible que existe en Finlandia que está enfocado en saber cómo, dónde y
cuándo adoptar las tecnologías de la información y comunicación que tienen un papel único y
principal en el proceso de aprendizaje ya que producen mejoras transversales que sirven de
soporte a otras partes del sistema educativo del país. Estoy comprometida a elevar en mi
contexto de aula la aplicación de las TIC con aplicaciones como las pizarras digitales,
dispositivos individuales para los estudiantes ya que es vital para recopilar información y para
aprender; además de una formación continua que me ayudan a estar a la vanguardia de las
competencias necesarias para desarrollar la innovación.
Soy consciente que las tecnologías avanzan de forma desmedida y vivimos en una sociedad
cambiante, lo cual me lleva a un proceso de adaptación y cambios para no quedarme atrás, e
impulsar la educación como herramientas que permite avanzar y fomentar la autonomía
y a proponernos nuevos objetivos académicos y personales.
No está de más mencionar que nuestro compromiso como docente de hoy es aportar al
desarrollo de nuestro país por medio de la educación. Debemos dejar atrás el poco me importa
y comprometernos como docentes responsables y facilitadores del aprendizaje; erradicar la
falta de formación, la discriminación social y cultural elevando nuestro sentido de pertenencia,
de condición humana y así mejorar el sistema obsoleto que tenemos.
Todo esto lo podemos realizar estando actualizados, seguir a la vanguardia, ser parte de la
solución y no del problema y porque no motivarnos día a día.
Debo comprometerme como parte de la sociedad a insistir, persistir y nunca desistir en la
mejora a la educación, siendo consciente de que soy parte de ella hoy y para el futuro.
Pero no puedo olvidar de algo muy importante como es la comprensión en todos los niveles
educativos y en todas las edades.
A nivel personal fue un gran reto este trimestre, al principio lleno de dudas y temores. Sin
embargo, a medida que fue pasando y con los conocimientos aprendidos pude en su totalidad
comprender el objetivo de la materia.
La enseñanza debería ser cambiante o al menos tener una reflexión al final del proceso que
ayude a evaluarnos (docentes y estudiantes) y así mejorar la calidad de aprendizaje. En
general, no solo debemos asociar la evaluación a exámenes y a notas, sino también a verificar
lo aprendido. Las metodologías y las técnicas podemos variarlas a las nuevas perspectivas y
así ir introduciendo la nueva concepción de “evaluación sostenible”, que es el requisito para el
aprendizaje a lo largo de la vida.

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