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Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, sala IIC. Nac. Civ. y Com.
Fed.,sala 2ª
Fecha: 11/08/2010
Partes: Nolazco, Fernando M. y otro v. Líneas Delta Argentino S.R.L y otros
Cita Online: 70067456

Sumarios:
1 . El dueño de la embarcación que navegaba de contramano y sin luces que colisionó con otra de menor porte
debe indemnizar los daños derivados del accidente.
2 . Es procedente la indemnización del daño moral sufrido por los pasajeros de una embarcación que fue
colisionada por otra de mayor porte, a consecuencia de lo cual la primera se hundió y aquéllos debieron
arrojarse al agua, habida cuenta de que el evento, por sus características, generó secuelas en la integridad
psíquica de quienes lo padecieron.
Texto Completo:
2ª INSTANCIA.- Buenos Aires, agosto 11 de 2010.
El Tribunal estableció la siguiente cuestión a resolver:
¿Se ajusta a derecho la sentencia apelada?
A la cuestión planteada, el Dr. Gusman dijo:
I.- Obra a fs. 588/592 la decisión de la anterior instancia en la que se resuelve hacer lugar en parte a la
acción indemnizatoria planteada por Fernando Martín Nolazco -por sí y en representación de su hija menor F.-
contra Lineas Delta Argentino S.R.L, a quien condenó a pagar la suma de $ 20.645 -al Sr. Nolazco- y $ 8.000 -a
F.-; haciendo extensivo su veredicto a la compañía aseguradora Liderar. Impuso las costas a la vencida.
Para resolver como lo hizo, el "a quo" tuvo en cuenta, en resumen, que conforme surge de las actuaciones
sumariales, la embarcación de la demandada había violado tres reglas establecidas en el Convenio sobre el
Reglamento Internacional para Prevenir los Abordajes (Ley N. 21546 Ver Texto ).
II.- Dicha decisión fue cuestionada por la citada en garantía (fs. 602, que también impugna los honorarios
regulados por altos), por la parte actora (ver fs. 605, que a su vez considera reducida la regulación de
honorarios), por la Defensora de Menores en representación de la hija del actor (fs. 609) y por distintos
profesionales que intervinieron en autos (fs. 600 y 607).
Cuando expresa agravios la parte actora, en prieta síntesis, aduce (ver fs. 618/624 vta.): a) El monto
reconocido en concepto de daño emergente por pérdida de valor de venta es insuficiente, a raíz de la
desvalorización monetaria como consecuencia de la inflación; adjunta valuaciones de embarcaciones que a su
criterio demuestran la procedencia de lo peticionado; b) También considera exiguos los montos otorgados por el
rubro daño moral. Luego de considerar que en la reparación del ítem, no puede estar ausente el reproche
subjetivo hacia el agente causal del daño, sostiene, respecto de Fernando Nolazco, que las conclusiones de la
pericia psicológica son determinantes de la gravedad del padecimiento moral; y respecto de F. hay que
adicionarle la lesión estética que la acompañará toda la vida. La Defensa Pública Oficial ante la Cámara adhiere
a esa presentación (ver fs. 626). La citada en garantía no hizo uso del derecho de réplica.
En cuanto a la compañía aseguradora, al expresar agravios, en sustancia expone: a) Pese a lo que menciona
la sentencia, en el sumario administrativo llevado a cabo por Prefectura Naval Argentina -en adelante P.N.A. o
Prefectura- se dictaminó que quien violó las reglas de abordaje fue el actor y no el demandado; b) Hay
contradicciones entre el informe de ingeniería mecánica producido en autos y dicho sumario instruido por
P.N.A. en punto al lugar en el que se produjo el accidente y en cuanto a que la lancha de la demandada
navegaba a contramano. A criterio de esta apelante, coincidente con el que -según dice- refleja las actuaciones
administrativas, el siniestro aconteció en la desembocadura del Río Carapachay con el Río Luján; c) La cifra
establecida como indemnización del daño emergente, que el "a quo" justipreciara en un 87,5%, calculándola
sobre el monto de la embarcación, resulta abultada; d) También se agravia de la suma reconocida a los actores
en carácter de daño moral, considerando improcedente la reparación del rubro dado que la menor no ha
presentado secuelas psicofísicas relacionadas con el accidente y el Sr. Nolazco sólo ha acreditado un daño
material; e) Se agravia por la aplicación de la tasa activa, que considera excesiva en el contexto económico
reinante. La parte actora hizo uso del derecho de contestar agravios a fs. 633/637, escrito al que adhirió la
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Defensa Pública Oficial a fs. 639.


III.- Un orden lógico adecuado es iniciar el análisis del asunto con relación a la mecánica del episodio.
Adelanto que el agravio de la citada en garantía se desentiende de un modo absoluto de la prueba agregada a la
causa -tanto la producida en autos como la que consta en las actuaciones administrativas-; que llega a
conclusiones opuestas a las mencionadas en su expresión de agravios.
En efecto, yerra la asegurada al manifestar contradicciones entre las conclusiones del sumario administrativo
llevado a cabo por P.N.A. y la pericia mecánica practicada en esta causa; todos se encuentran contestes en
cuanto al lugar preciso en el que se produjo el abordaje. La experticia practicada a fs. 453/458 señala que el
choque fue sobre el Río Luján, margen derecha, en las inmediaciones de la confluencia de los ríos Luján y
Reconquista (fs. 457 vta. de autos y los croquis de fs. 448/449). Para la P.N.A., en el punto 4.8. del informe
producido el 11/08/2004 del expediente que corre sin acumular y que tengo a la vista, "... Las averías realizadas
por el impacto a la L/M "Guadalest", según fs. 27 y fotografía fs. 41, demuestran que la embarcación no pudo
navegar más de 30 mts. aproximadamente luego del acaecimiento, que es la distancia que recorrió antes de
hundirse en el Río Reconquista. Esto confirma que la colisión no se realizó cerca de la confluencia de los Ríos
Lujan y Carapachay que dista de 265 mts, sino la de Lujan con el Reconquista, pues la citada lancha se hubiese
hundido en aquella zona" (el subrayado no pertenece al original). Dicha conclusión es además concordante con
la que arriba la instrucción del sumario administrativo (agregado a fs. 390 de autos), en cuanto a que la colisión
se produjo en las inmediaciones de la confluencia de los ríos Luján y Reconquista. A mayor abundamiento, el
informe pericial producido en autos es ilustrativo para descartar la tesis de la accionada relativa al lugar en que
se produjo el accidente: "... no resulta posible que el impacto entre ambas embarcaciones se hubiera producido
en la desembocadura del Río Carapachay y Río Luján, toda vez que: del análisis de los daños sufridos por la
embarcación del actor, surge que la misma no se encontraba en condiciones de navegar, por lo que su "vuelta de
campana" y posterior hundimiento se produjo en breve lapso. Esto indica que el siniestro, no pudo haberse
producido en la margen izquierda del Río Luján (desembocadura del río Carapachay y río Luján) (sic, fs. 487
vta.). Esas explicaciones no son rebatidas por la citada en garantía, que en el alegato se limita a marcar
supuestas contradicciones entre lo dictaminado por la experta en autos y las conclusiones arribadas por la
Prefectura, que como he señalado no sólo no son incongruentes sino que son coincidentes.
Del mismo modo las pericias de autos y de la P.N.A. son contestes en que la demandada navegaba de
contramano (fs. 488 vta. de autos e informe ASTN, B3 N.22 de P.N.A., que tengo a la vista, del 11-8-2004 y
sumario administrativo que en copia obra a fs. 390 del expte. judicial). En sede administrativa además se
consideró que la lancha Río Luján navegaba con las luces apagadas (ver informe precitado, conclusión a la que
arriba con sustento en las declaraciones testimoniales en sede administrativa y fs. 390 de autos, copia del
sumario administrativo).
IV.- En concreto la compañía aseguradora no puede desconocer las conclusiones del mismo sumario
administrativo en el que pretende sustentar su defensa, que imputó al patrón y timonel de la embarcación "Río
Luján" la infracción de las siguientes reglas del Convenio sobre el Reglamento Internacional para Prevenir los
Abordajes (Ley N. 21546 Ver Texto ): la N. 5 ("No realizar en todo momento una vigilancia eficaz, lo que llevó a
la colisión motivo de autos"), la N. 8 ("No realizó una maniobra con debida antelación para evitar el abordaje")
y la N. 9 ("No navegó por el canal sobre su costado de estribor (límite exterior del mismo)". Dichas
afirmaciones fueron volcadas en el informe técnico pericial al que ya hice referencia (ASTN.B3, N. 22/04, que
tengo frente a mi) y que fue incorporado a la causa judicial penal 147/03 labrada en la jurisdicción de Tigre.
Intrigado por la argumentación de esta apelante, que dice que en el sumario administrativo se determinó la
responsabilidad del actor en el hecho, indagué con cierta exhaustividad en dichas actuaciones agregadas a autos.
En rigor, lo único que pude encontrar es que tanto el actor como al patrón de la embarcación asegurada por la
Compañía Liderar fueron llamados (el primero a fs. 344/346 y el segundo a fs. 322/324 vta.), en una etapa
inicial de la investigación, a prestar declaración indagatoria en sede administrativa. En el posterior decurso del
expediente, la imputación se dirigió exclusivamente contra el Patrón Motorista Profesional Lozano
-correspondiente a la embarcación de la demandada-; mientras que el actor fue nuevamente citado pero en
carácter de testigo (ver fs. 428).
Aclaro, con relación a los testimonios de los pasajeros de la lancha "Río Delta" que han depuesto tanto en
sede administrativa como en autos, que en uso de las facultades que me reconocen los arts. 386 Ver Texto y 456
Ver Texto del CPCCN, no les asigno valor probatorio a los fines perseguidos (por ejemplo el obrante a fs.
538/539 de autos). Tengo en cuenta para ello que Prefectura consideró que difícilmente pudieron haber
determinado, desde el interior de la lancha en que viajaban, si las luces de navegación se encontraban
encendidas o, dado el horario nocturno del siniestro, el lugar de la colisión (ver Informe Técnico ASTN.B3 N.
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22/04). Por lo demás, en autos uno de los testigos que ofreció la demandada no confirma que la lancha llevaba
las luces exteriores encendidas (declaración del Sr. Chialvo, fs. 539 "... no las vi pero se que esas embarcaciones
llevan ese tipo de luces ...", sic, repregunta décima). En cambio, los testigos de la embarcación que fue
embestida declaran que "Río Luján" navegaba en forma antirreglamentaria y sin luces (ver, por ejemplo,
declaración en autos de Carolina Schmitz, fs. 236/237).
V.- Habiendo quedado claramente establecida la responsabilidad que le cabe a Líneas Delta Argentina por el
evento del 20/09/2003, es momento de abordar los capítulos indemnizatorios.
En lo que atañe al daño emergente, la pretensión del actor que procura actualizar los montos determinados
por pérdida de valor de venta de la nave, acompañando algunos presupuestos, es improcedente por diversos
motivos: a) No fue ex-puesta ante la anterior instancia, omisión que impide su reconocimiento por la Alzada
(arg. arts. 271 Ver Texto y 277 Ver Texto del CPCCN); b) Por otra parte el monto determinado por la perita a fs.
457 vta. no mereció comentarios por parte de la actora. Incluso al alegar, en época en que ya se percibía
envilecimiento monetario, el Sr. NOLAZCO dijo que en el informe pericial "... se detallan con claridad los
daños, montos de la embarcación al momento del hecho y porcentaje de desvalorización ... Todas ellas
cuestiones de fundamental importancia a la instancia de fijar la cuantía indemnizatoria" (sic ver fs. 566 vta.,
escrito presentado el 20-09-2007, época en la que ya se advierte una tendencia alcista en los índices de precios).
Por lo tanto la pretensión de actualizar que ahora se aduce parece contradictoria con lo expuesto en la anterior
instancia; c) La solicitud de la demandante también encuentra escollo en el art. 10 Ver Texto de la Ley N. 23928,
cláusula que se encuentra en vigor, y la constitucionalidad de esta norma no fue puesta en tela de juicio en la
etapa procesal oportuna; d) Si bien no se desconoce que este Tribunal no se encuentra inhibido de proceder a un
control de constitucionalidad de oficio, para llevar a cabo esa delicada tarea el planteo del actor debería estar
acompañado de respaldo probatorio -producido en autos de conformidad con las disposiciones procesales y no
con los agregados a fs. 616/617- respecto de la insuficiencia de la suma establecida por la perita. Además, de
otro modo, su contraparte quedaría en estado de indefensión; e) La demandante siquiera intenta formar
convicción acerca de que el monto al que arriba la auxiliar, adicionando la tasa de interés reconocida en la
sentencia apelada, resulta exiguo.
A su vez la demandada, en lo que denomina su segundo agravio (fs. 628 vta.), se queja porque resulta
abultada la cifra admitida en concepto de daño emergente. No fundamenta su protesta; siendo que la sentencia
ya manifestó que esa parte no había cuestionado en debida forma el informe pericial en punto al valor de la
embarcación, limitándose a señalar que era superior a los que se encuentran vigentes en plaza, sin otra
argumentación. Es evidente entonces que procede declarar desierto el recurso de la citada en garantía en lo que
atañe al "quantum" de la indemnización por daño emergente (arts. 265 Ver Texto y 266 Ver Texto del CPCCN).
VI.- También ambas partes contendientes cuestionan la suma reconocida en reparación del agravio por daño
moral; una por elevada y la otra por insuficiente.
Más allá de las discusiones acerca de la naturaleza resarcitoria, punitiva o mixta del daño moral (al margen
de que en lo personal abone la primera de las posturas enunciadas, coincidente con el criterio mantenido por
esta Sala en "Ledesma", del 01/04/77), lo importante es que el perjuicio en el espíritu sea resarcido de manera
adecuada. Asimismo, debe tenerse presente que el rubro atiende a los sufrimientos psíquicos y afectivos de los
actores; y que no es necesario que guarde relación con el daño material, dado que se trata de lesiones de
naturaleza muy distinta que descansan sobre presupuestos diferentes (ver, esta Sala "A.H. Ver Texto ", del
08/06/2010; 04/10/01, "Sciarini v. Edesur Ver Texto ").
Parto de la base de que el episodio que debieron padecer los actores (colisión con una embarcación de
mayor porte, posterior hundimiento y pasajeros debiendo arrojarse al agua), según el curso natural y ordinario
de las cosas (arg. art. 901 Ver Texto del CCiv.), normalmente apareja secuelas en la integridad psíquica de
quienes lo padecen.
Respecto del co-actor Nolazco el informe pericial psicológico dictamina que se encontró expuesto a un
acontecimiento traumático, caracterizado por amenazas para su integridad física o la de sus acompañantes
-agrego, entre los que se encontraban su hija y otros familiares- y que "... ha respondido con temor y horror
intenso"(ver fs. 227). Continúa la perita: "En el análisis de las Técnicas y la Entrevista Diagnóstica se detectaron
los indicios mencionados que, en su conjunto se valoran como Trastornos por Estrés Postraumático ... persisten
al momento de valoración clínica los siguientes indicadores como secuelas del mencionado Trastorno: evitación
de situaciones asociadas al trauma, dificultad para evocar el tema por perturbación emocional, incapacidad de
recordar un aspecto importante del accidente-trauma, esfuerzos para evitar pensamientos que tengan que ver con
el trauma, restricción de vida afectiva y social, el no haberse restablecido laboralmente, hipervigilancia frente a

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situaciones de pérdida" (ver. 227 vta.). Asimismo la auxiliar recomienda para el Sr. Nolazco tratamiento
psicológico a razón de una vez por semana durante el período de un año, en el marco de una psicoterapia
cognitiva para llegar a resolver el síndrome de stress postraumático, dado el severo cuadro que lo aqueja, que le
ocasiona entre un 25% y un 35% de incapacidad (ver fs. 438).
Corrobora lo dictaminado por el informe psicológico el testigo Casares, quien declara que luego del
accidente el actor no quiso saber más nada con la lancha y con la casa que alquilaba en el Tigre porque "... había
quedado traumado por el accidente y sus consecuencias, a raíz de esto había decidido por ello no volver más al
Río y eso lo llevó a deshacerse tanto de la embarcación como de la casa que tenía alquilada" (fs. 238/238 vta.).
Frente a ese cuadro, luce insuficiente la reparación reconocida por el "a quo", sin perjuicio de la dificultad
propia de traducir en dinero el dolor padecido. Por lo tanto, propongo al Acuerdo elevar el resarcimiento a la
cantidad de $ 8.000.
En cuanto a la suma que la sentencia apelada determina en orden al daño moral padecido por la menor,
también es exigua.
Más allá de que el daño estético no sea considerado como un rubro autónomo del agravio moral, lo cierto es
que el detrimento sufrido no puede quedar sin reparación. Como secuela del accidente, F. guarda una cicatriz
lineal, con las características de las producidas por herida contusa cortante, médicamente consolidada, de
aproximadamente 30 milímetros de longitud por 3 milímetros de ancho, visible, hipocoloreada, deprimida,
oblicua al eje mayor nasal, en tercio superior de cara lateral derecha de nariz, con hipoestesia en zona de nariz
(ver dictamen médico a fs. 260). La perita en la entrevista percibe que por momentos intenta ocultar su nariz
con su mano. Concluye la experta que dicha cicatriz altera la armonía de su rostro asignándole una incapacidad
del 4%, sin posibilidad de recuperación mayor a la obtenida (ver fs. 261). Dicho informe no mereció objeciones
de la demandada, que se refiere al mismo en su alegato (ver fs. 563).
En atención a lo descripto, lo adecuado es incrementar la indemnización en virtud del daño moral padecido
por F. Nolazco a la suma de $ 10.500.
Por las razones que acabo de esgrimir, va de suyo que no prosperará el agravio de la demandada sobre los
montos indemnizatorios, que por cierto resulta genérico y no se condice con las constancias probatorias
producidas en la causa que acabo de reseñar.
VII.- Con relación a la tasa de interés dispuesta por el "a quo", el colega no se ha apartado de la empleada
por las tres salas de este Tribunal (ver esta Sala, 08/08/1995, "Grossi v. Caja Nacional de Ahorro y Seguro Ver
Texto ") y que también se utiliza, a partir del reciente plenario "Samudio Ver Texto " (del 20/04/2009), en el fuero
civil. Agrego que es la que más se corresponde con el contexto de la economía argentina; y que la queja de la
demandada tiene parecidas deficiencias a la de su contraparte sobre el punto, pues tampoco demuestra que su
aplicación lleve a otorgar indemnizaciones excesivas.
VIII.- En mérito a lo expuesto, voto por confirmar, en lo sustancial, lo resuelto en la anterior instancia,
excepto en lo que hace a la reparación del agravio moral, proponiendo elevar a $ 8.000 el monto a reconocer a
Nolazco y a $ 10.500 el resarcimiento de su hija F.. Con costas, en atención al principio del vencimiento (art. 68
Ver Texto del CPCCN).

En cuanto a la apelación de los honorarios regulados, se difiere su análisis -así como la fijación de los
estipendios por las labores ante la Alzada-, para la oportunidad en que se cuente con una liquidación aprobada
de conformidad con las bases de esta sentencia y con participación de las partes interesadas.
Los Dres. Guarinoni y Kiernan, por razones análogas a las aducidas por el Dr. Gusman, adhieren a las
conclusiones de su voto.
Y vistos por lo que resulta del Acuerdo que antecede:
Téngase por resolución lo decidido en el Considerando VIII, confirmándose la sentencia en cuanto a lo
principal que decide y modificándola en cuanto a los montos reconocidos en carácter de daño moral. Con
costas.
Lo atinente a las regulaciones de honorarios se difiere para la etapa en que se cuente con una liquidación
aprobada de conformidad con las bases de esta sentencia.
Regístrese, notifíquese y devuélvase.- Alfredo S. Gusman.- Ricardo V. Guarinoni.- Santiago B. Kiernan.

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