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Alumnas: Sol Irina Martinez, Da Silva Ruth Candela, Sofia Caligari Sosa, Aldana
Blanco.
Profesora: Mónica Gertrudis Witthaus
Materia: Propiedad Intelectual y Derecho de la Propiedad Industrial.
Comisión: 0327
Introducción
1
Diario “El Cronista”: Cannabis Medicinal: Anmat habilita la primera planta industrial de
producción y procesamiento farmacéutico. Disponible en:
https://www.cronista.com/economia-politica/cannabis-medicinal-anmat-habilita-la-primera-planta-indu
strial-de-produccion-y-procesamiento-farmaceutico/#:~:text=CANNABIS%20MEDICINAL%3A%20QU
%C3%89%20PRODUCEN,cr%C3%B3nicos%2C%20ansiedad%2C%20entre%20otros.
y sus derivados, cuando sea requerida por pacientes que presenten las patologías
contempladas en el programa y cuenten con la indicación médica pertinente.
Ahora bien, la ley anteriormente expuesta significó un paso fundamental para lograr el
acceso legal a las semillas de Cannabis Sativa L. El siguiente paso es la
reglamentación del circuito de comercialización para garantizar la trazabilidad de la
semilla, a la que tendrán acceso usuarios que se encuentren registrados en el
REPROCAN (Registro del Programa de Cannabis) y los proyectos de investigación con
aprobación del Ministerio de Salud.
Las inscripciones deben hacerse en el marco de la Resolución N° 140/2021 la cual
encomienda al INASE a identificar, caracterizar y registrar, en el caso de que esto
corresponda, el germoplasma nacional de Cannabis sativa L. Esta resolución es
reglamentada por la Resolución INASE N° 413/2021 que establece que el INASE será
la encargada de realizar el relevamiento y podrá identificar y registrar el germoplasma
nacional de cannabis. Cabe recodar que el INASE no inscribe semillas, sino
variedades.
El Registro Nacional de Comercio y Fiscalización de Semillas está destinado a toda
aquella persona física o jurídica que importe o exporte, produzca semilla fiscalizada,
procese, analice, identifica y/o venda semilla. En el caso del Cannabis sativa L. las
variedades inscriptas se podrán comercializar dentro del marco de la Ley N° 27.350
(proyectos aprobados por el Ministerio de Salud y usuarios del REPROCAN). Pero
detengamos aquí, si lo que se quiere es proteger una nueva variedad proveniente de la
planta de cannabis, la misma se debe inscribir en el Registro Nacional de Propiedad de
Cultivares, entidad que nos extenderá (si se cumplen todos los requisitos: ser diferente,
homogénea, estable, poseer novedad comercial, denominación y pago de aranceles)
un título de propiedad. El solicitante obtiene derechos de obtentor sobre la misma por el
plazo de 20 años. La inscripción de un cultivar en este registro, no lo habilita para su
comercialización.
La inscripción se divide en dos categorías específicas:
● H de productor bajo condiciones controladas: en el caso de los proyectos de
actividades de investigación con cannabis medicinal dentro del marco de la Ley
N° 27.350.
● A - Criadero: en el caso de productores u obtentores que realicen
investigaciones o fitomejoramiento con Cannabis sativa L. para posteriormente
producir semillas para la inscripción de variedades. Estos serán quienes podrán
vender semillas.
Entre otros de los requisitos necesarios para la inscripción como criador, lo es la
cantidad de parcelas. Para la inscripción del Cannabis son necesarias 2 parcelas de
200 plantas cada una en el caso de variedades propagadas por semillas, y 2 parcelas
de 4 plantas cada una para las que son propagadas de manera gamica. Además, se
exige la participación de un ingeniero agrónomo patrocinante matriculado.
Un párrafo aparte merece la cuestión del derecho del obtentor en Colombia. En dicho
país, el régimen de propiedad intelectual está conformado principalmente por las
normas que dicta la Comunidad Andina de Naciones, especialmente la Decisión Andina
345 de 1993 en derechos de obtentor sobre variedades vegetales. Esta última define
como variedad a un “…Conjunto de individuos botánicos cultivados que se distinguen
por determinados caracteres morfológicos, fisiológicos, citológicos, químicos, que se
pueden perpetuar por reproducción, multiplicación o propagación…”. A su vez, esta
decisión establece que “Los Países Miembros otorgarán certificados de obtentor a las
personas que hayan creado variedades vegetales, cuando éstas sean nuevas,
homogéneas, distinguibles y estables y se le hubiese asignado una denominación que
constituya su designación genérica.” Es decir, que en Colombia, solamente se puede
hacer uso de los derechos de obtentor vegetal para proteger las nuevas variedades
siempre y cuando cumplan con las condiciones de la Decisión 345 de 1993 de la CAN.
La entidad encargada de otorgar el certificado de obtentor en Colombia es el ICA.
Al haberse adoptado la Decisión 486 del 200 de la Comunidad Andina, que establece
que ni las plantas y ninguna de sus partes son objeto de patente, las semillas de
cannabis no pueden ser patentadas, pero si pueden obtener el Certificado de Obtentor
Vegetal lo que garantiza la protección a la industria y a la inversión frente a terceros,
para evitar actos de reproducción y multiplicación de las semillas que dan origen a la
industria.
Conclusiones
A través del análisis del marco regulatorio vigente en nuestro país sobre el manejo de
los productos del cannabis y sus derivados, debemos destacar que si lo que se quiere
es profundizar el avance en esta industria, el primer paso es legalizar su cultivo,
procesamiento, transporte, venta y utilización. Esto permitirá que tanto emprendedores
privados, empresas y organismos públicos, instituciones del sistema de salud y
universidades y centros de investigación tengan la posibilidad de explotar las
posibilidades tecnológicas, productivas y comerciales de la planta. Esta posibilidad
implica generar desarrollos innovadores, y a su vez, aprovechar oportunidades de
negocios en el mercado interno y también en los internacionales.
Bibliografía