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Reconocemos el proceso como un organismo vivo, el cual merece unos

cuidados en sí mismo. En este sentido, el proceso de creación de esta cartilla en torno al


tema de los cuidados ha sido un espacio donde cultivar las relaciones de cuidado.
Dentro de los elementos a destacar encontramos: a) Alimentar la sinergia, esa primera
semilla donde ponemos la intención de hacer este material conjuntamente, basadas
en la metáfora de la flor de los cuidados con cuatro pétalos tejidos entre sí
b) Construir confianza en la fase de creación de esta escritura, dándonos espacios
donde debatir las lecturas, reflexionar conjuntamente y emocionarnos con los hallazgos
encontrados c) Conversar sobre los sentires, pues al elegir escribir sobre el tema de los
cuidados se nos han movido las fibras al interior, nos hemos sentido interpeladas en
nuestra vida personal, en nuestras relaciones y en los procesos sociales que tejemos en
nuestra cotidianidad d) Tejer la comunicación y la confianza entre las organizaciones,
acordando responsabilidades, tiempos y escuchando los ritmos vitales de todas
e) Reconocer los avances, los retos y también poner las incomodidades de forma honesta
entre todas f) Y finalmente, recordarnos, a pesar de lo largo que pueda ser el proceso,
el valor de la juntanza y la intención primera de construir un material donde
INTRODUCCIÓN
recoger prácticas y reflexiones en torno a los cuidados, para compartir con otras.
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Coordinación
Otra Escuela y Broederlijk Delen
Proceso investigativo
Diana Martínez - Otra Escuela
Luisa Ocaña Muñoz - Otra Escuela
Karen López - Investigadora Independiente
Textos
Diana Martínez - Otra Escuela
Luisa Ocaña Muñoz - Otra Escuela
Karen López - Investigadora Independiente
Moritz Tenthoff - Broederlijk Delen
Cuidado de Sí Revisión de textos
Santiago González - Otra Escuela
¿Cómo lo entendemos? Lieven Pype - Broederlijk Delen
Afinar la escucha Lyda Molina - Otra Escuela

Acompañar-me Diseño y diagramación


LaPajarapinta Estudio
Comunicar www.lapajarapinta.co
Fotografía
Cuidado de la Otra Juan José López Negrete
¿Cómo lo entendemos? Otra Escuela es una ONG Colombiana que propende
Ser relacional por la construcción de culturas de paz desde el
estudio y la práctica de la educación para la paz
Nacer en el cuidado desde metodologías creativas, con sede en Colombia
y España.
Hacia el construir en relación www.otraescuela.org

Broederlijk Delen es una organización belga de


Cuidado Colectivo solidaridad internacional que trabaja por la justicia
¿Cómo lo entendemos? social y la construcción de paz en territorios rurales en
América Latina y África.
Consecuencias del no cuidado y barreras www.broederlijkdelen.be
...
Qué implica pensar el cuidado colectivo
Un agradecimiento especial a quienes participaron en el
encuentro formativo y de intercambio de experiencias en
Cuidado del Territorio técnicas para el acompañamiento psicosocial a comunidades
afectadas por el extractivismo, para Bolivia y Perú realizado
¿Cómo lo entendemos? en Cusco del 21 al 26 de abril de 2018; al PDTG por las
memorias de este encuentro que fueron un insumo para
El territorio este escrito; a Copsico por co-facilitar este encuentro; a
Q´anil por nuestro intercambio de metodologías creativas
Disputas territoriales y prácticas de cuidado (Guatemala, 2015). Gracias a los
Defender y cuidar el territorio grupos de personas con quienes hemos intercambiado
saberes en torno a los cuidados: Laboratorio cuerpos en
movimiento (Bogotá, 2017); Encuentro de intercambio de
experiencias con mujeres lideresas del Valle del Cauca y el
Quiénes nos inspiran: bibliografía Norte del Cauca (Cauca, 2018); Laboratorio de cuidado propio
y relacional (España, 2019) también a quienes han dejado
INTRODUCCIÓN su semilla sembrada para esta escritura.
3 otraescuela@gmail.com / moritz.tenthoff@broederlijkdelen.be
CUIDADO DEl
territorio
CUIDAR PARA TRANSFORMAR
4
CC UU II DD AA R P A R A T R A N S F O R M AA RR
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¿Cómo lo entendemos?
El territorio como espacio en donde se crea
y se recrea la vida y las relaciones entre los
seres vivos, como espacio-tiempo en el que se
encuentra pasado - presente - futuro también
necesita de sus cuidados. Es nuestra hábitat,
nuestro espacio de vida y, teniendo en cuenta
que somos reflejo de nuestro entorno y el
entorno es reflejo de nosotras, cuidar el territorio
además de cuidarle es también cuidarnos a/
entre nosotras mismas. Un cuidado no desde
una perspectiva antropocéntrica sino donde
las relaciones entre seres vivos e incluso entre
todos los componentes del territorio (flora,
fauna, montañas, agua, bosques, otras) están en
el centro.

Siendo el primer territorio el cuerpo de cada una


de nosotras, reconocemos que los territorios son
espacios de disputa, en donde hay poderes eco-
nómicos, políticos y religiosos, entre otros, que
quieren imponer sus modelos. Cuidar el territorio
entonces está estrechamente ligado a construir
autonomía frente a estos proyectos de imposición.
Entendemos la autonomía comunitaria como la
capacidad de las comunidades de construir de

CUIDADO DEL TERRITORIO


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forma independiente sus planes y proyectos de vida, sin
que éstos sean condicionados por los proyectos de muerte
y acumulación que se quieren imponer. Preguntas que
surgen en este pétalo: ¿Qué entendemos por territorio?
¿Cuáles son esas amenazas sobre el territorio? ¿Cómo
podemos defender el territorio y construir autonomía
comunitaria? ¿Teniendo la posibilidad de darle forma
al territorio hacia dónde dirigimos nuestra energía para
que sea un territorio de cuidado? Antes de profundizar
sobre estas y otras preguntas traemos a Lorena Cabnal
de nuevo, quien recoge con fuerza la relación que existe
entre el territorio y nuestros cuerpos y nos hace recordar
que “la liberación de los cuerpos pasa por la liberación
de la tierra”.
(Pérez González, 2016)

El territorio
¿Qué entendemos cuando hablamos del territorio?
¿Qué relación encontramos entre cuerpo y territorio?
¿Qué relaciones confluyen en los territorios?

“...no queremos tierra, queremos territorio”


(Porto Gonçalves, 2016)

Queremos proponer una mirada al territorio situada en


la conceptualización y las prácticas propias de las luchas

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de movimientos sociales y pueblos de Abya
Yala11. Afirmar que el territorio no se reduce
a la tierra nos invita a ampliar la mirada del
territorio como una noción compleja, que si
bien incluye un espacio físico concreto
–la tierra– se compone de otros elementos
que también resultan fundamentales para la
vivencia, supervivencia, la autonomía y el
Buen Vivir de las comunidades y el entorno.
El territorio es la tierra y además una condición
de posibilidad donde se crea y recrea la vida.
(Escobar, 2013)

Recogemos aquí una perspectiva del territorio


que nos permita cuestionar y transformar un
entendimiento del mismo desde una mirada
colonialista en donde la relación con la
naturaleza está subyugada al modelo capitalista
de despojo, explotación y acumulación; a
través de la cual se erigen relaciones de poder
y subordinación basadas en la raza, la clase,
1. Abya Yala es el nombre que en el sexo, entre otras; y se impone como “única,
el pueblo Kuna significa “tierra en ple- válida y universal” el conocimiento hegemónico
na madurez” y se usa para referirse al
norte y el sur del continente. El térmi- occidental, sobre otros tipos de conocimientos,
no ha sido asumido principalmente saberes y formas de ver el mundo.
por el movimiento indígena, como una
postura ideológica para des-nombrar Para ello mencionaremos algunos elementos
el continente americano, pues “Améri-
ca” o “Latinoamérica” es la forma co- que resultan claves al momento de pensarnos,
lonial con la que ha hecho referencia
al territorio. habitar y ser en el territorio desde una mirada de
(Ocaña, 2016) los cuidados.

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El cuerpo territorio
El cuerpo se convierte en la primera frontera,
el lugar desde donde —primero de forma
individual y después colectiva— se defiende lo
más sagrado, la vida propia y la comunitaria, los
saberes, la identidad, la memoria.
(Pérez González, 2016)

El cuerpo como territorio para ser, habitar,


defender y cuidar, es el primer espacio de
contacto sensible con otras y con nuestros
entornos, desde el cuerpo nos movemos, nos
emocionamos, nos relacionamos. A su vez
“desde la perspectiva de los pueblos originarios
es cada vez más importante reconocer el territorio
como “cuerpo” (...) es decir, el territorio en
cuanto sujeto que cuenta con una corporalidad,
habitada por emociones, afectos y sentires”.
(Mansilla e Imilan, 2019)

Estos cuerpos- territorios y los territorios


-cuerpos, han sido marcados por múltiples
opresiones (racistas, coloniales, patriarcales,
capitalistas..) basadas en lógicas de poder que
han convertido nuestras corporalidades en botín
de guerra, en objeto del mercado y de la iglesia.
El mercurio de la mina, la llegada de fuerzas de

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ocupación extranjera al continente, el racismo,
la militarización, el empobrecimiento y la
criminalización recaen sobre nuestros cuerpos y
nuestros territorios y se traducen en tensiones,
dolores, heridas y cicatrices.

Es por ello que asumimos el cuerpo- territorio y


el territorio-cuerpo como un espacio de lucha
para la recuperación y el cuidado de la vida,
de las relaciones y el entorno, un espacio para
recuperar la autonomía, “reivindicar la alegría
y, sin perder la indignación y en medio del
complejo mundo, celebrar la vida, la resistencia
y las sabidurías plurales, así como el hecho de
estar vivas y acuerpadas” .
(Cabnal, 2018)

Práctica creativa
Mapeo de cuerpo-territorio
Nos dividimos en subgrupos, según el número
total de personas se conforman varios subgrupos
de mujeres y aparte de hombres. Por grupo
dibujamos la silueta de un cuerpo y en él ubicamos
las violencias que vivimos las personas que
integramos el grupo. La categoría a proponer
depende de lo que se quiera profundizar, por
ejemplo, violencias ejercidas en un contexto
patriarcal o extractivista, y se analiza tanto a nivel
personal, familiar y organizacional.

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Luego cada grupo socializa lo trabajado y el resto
del grupo comentamos lo que sentimos cuando
escuchamos estas violencias. Volvemos a los
grupos para identificar las herramientas o fuerzas
que tenemos para enfrentar estas violencias.
Y finalmente, socializamos las herramientas y
hacemos una plenaria con las reflexiones que nos
deja el ejercicio.
Se puede terminar con un ejercicio corporal para
soltar tensiones que hayan quedado en el cuerpo
por hablar de estos temas y los dolores con los que
nos conectaron.

Práctica creativa
Soltar tensiones
De pie movemos el cuerpo expresando con
movimientos las acciones de resistencia que
estamos haciendo frente a estas violencias. Todo
lo que genera hablar de esas violencias que se
agarran en el cuerpo.
Nos ponemos cómodas para movernos por el
espacio, cada quien a su propio ritmo, caminando
con pasos cada vez más fuertes.
Poco a poco paramos y nos agarramos a la
tierra, nos enraizamos, abrimos piernas a
altura de cadera, espalda recta y rodillas semi
dobladas. Cerramos los ojos, respiramos, sentimos

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nuestro cuerpo, conecta con cada una y lentamente
abre los ojos y comienza a caminar conectado consigo en
nuestros espacios.
Escuchamos nuestro corazón, nuestros órganos, agilizamos
el paso, sacudimos el cuerpo, movemos cada brazo, cada
pierna, cada parte del cuerpo. Empieza la música, sacudir,
mover cada parte del cuerpo, sacar toda la emoción,
explorar el cuerpo, expresar con movimientos libres,
abrir el corazón, sacar, sacudir lo que no quiere salir,
cada vez con movimientos más grandes, más fuertes,
cuidando a las otras en el espacio, sacando todo lo que
no necesito.
De manera personal, vamos a sentir de dónde nace nuestra
fuerza en esta resistencia en la que estamos por la defensa
del territorio y este ejercicio de recuperar nuestro cuerpo de
todas estas violencias que vivimos. Que el movimiento surja
de esa parte del cuerpo y lo dejamos moverse hasta que se
agote poco a poco y lleguemos a la quietud. Se detiene la
música – respiramos.

El territorio como tejido


relacional
Los territorios son ese espacio-tiempo donde confluyen y
se tejen las relaciones sociales, afectivas, simbólicas, con
la tierra, con el entorno, con las otras, con la comunidad.
Las relaciones definen el territorio y son definidas por

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éste, si el territorio se ve amenazado, es decir,
las relaciones con la tierra, entre la comunidad
se re-estructuran, si no tenemos territorio, dichas
relaciones se alteran, se debilitan, pudiendo
suponer la extinción. Entendemos los territorios,
así como los cuidados, desde lo relacional, como
la confluencia de prácticas, actores, espacios
simbólicos y materiales que coexisten entre sí,
y son cambiantes, dinámicos y no estáticos.
Para el Proceso de Comunidades Negras de
Colombia (PCN) los territorios “constituyen
una red compleja de relaciones en las cuales se
desarrolla una propuesta político-organizativa
que busca contribuir a la conservación de la
vida, la consolidación de la democracia a partir
del derecho a la diferencia y la construcción
alternativa de sociedad”
(PCN, 2007)

Práctica creativa
Territorios sonoros
Nos agrupamos por territorios. Cada grupo traemos
objetos que representan nuestro territorio y a las
organizaciones de las que hacemos parte. Esta es
la puerta de entrada para ir estableciendo algunos
aspectos comunes al trabajo que realizamos,
puntos de encuentro entre nuestros territorios

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CUIDADO DEL TERRITORIO
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y particularidades del territorio del cual hacemos parte y
defendemos. Una vez hallados algunos aspectos comunes
y generales buscamos materiales reciclables para explorar
los sonidos que producen. La propuesta es explorar a través
de sonidos cómo podríamos dar cuenta al resto de grupos
los aspectos importantes de nuestro territorio. Una vez
encontramos algunos sonidos que lo representa, pasamos
a componer de forma colectiva una narrativa sonora, una
secuencia ordenada e intencionada que facilite la transmisión
de los sonidos territoriales. Una vez compuesta la secuencia
sonora territorial, la presentamos al resto de grupos mientras
que quienes escuchan, permanecen con los ojos cerrados
con el fin de potenciar el sentido de la escucha y permitir
que vengan imágenes suscitadas por el sonido. Finalizamos
con una socialización de lo experimentado y compartimos
la intención de la creación sonora mientras observamos
los objetos de las organizaciones y el material que sirvió
de instrumentos musicales. Podemos reflexionar en torno
a estas preguntas: ¿Cómo son las relaciones entre nuestros
territorios? ¿Qué tenemos en común y qué particularidades
nos diferencian? ¿Cómo se expresa el territorio en nuestro
accionar como organizaciones? ¿Qué tenemos en común las
organizaciones reunidas? ¿Qué nos diferencia?

Dimensión simbólica
del territorio
Los territorios son espacios-tiempos en donde se relaciona
una comunidad con el mundo natural e inmaterial. Para
muchas comunidades, las montañas, los volcanes, los

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ríos, los lagos, entre otros, son entidades vivas desde
las cuales nos interrelacionamos para entender que el
territorio es la tierra y todos los seres que la conforman
(humanos y no-humanos). Esta visión sobre el territorio
nos aporta una mirada de reciprocidad con el entorno, y
no solo de aprovechamiento y explotación, en donde lo
no-humano es un sujeto más en la relación social de la
comunidad. En este sentido el cerro, no es sólo aquella
“formación rocosa inerte y nada más” sino un ser que
hace parte de la identidad, la ancestralidad y las prácticas
de la comunidad, por ello el cerro, constituye y da forma
al territorio como la misma comunidad. “El cerro es un
ser sensible y por esto no se lo puede destruir”.
(Escobar, 2013)

Esta dimensión del territorio es un obstáculo para los


que solo ven el territorio como una posibilidad de
enriquecimiento y acumulación, pues supone extender el
concepto de comunidad, para incluir todas esas relaciones
que se construyen dentro del territorio entre humanos
y no-humanos, y con esto, reconocer otras formas de
producción de conocimiento y saber sobre el territorio
que van más allá de la razón moderna y colonial.

Práctica creativa
Altar de nuestro territorio
Busco una tela de colores que me guste, que represente algo
para mi. Puede ser una bufanda, con la que me protejo del

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frío, un mantel en donde dispongo el alimento. Lo ideal es que
la tela que escoja tenga un significado para mi. Esta tela será
la base en donde construiremos, junto al grupo de personas
con las que deseemos hacer el ejercicio, un altar del territorio
en el que vivimos. Sumamos a la tela, dos recipientes en donde
podamos disponer agua, tierra, cada uno en un recipiente
distinto, y una vela que representará el fuego. El aire estará
presente en la respiración y en la palabra que se transporta
por medio de éste y nos permite vivir. Elegimos un objeto
pequeño que pueda tomar en las manos y que tenga una
carga simbólica frente al compartir. Ese objeto será el “objeto
de la palabra” y servirá para que durante el compartir, quien
lo tenga en sus manos hable y luego vaya circulando. No hay
un límite de personas para este ejercicio. Una vez dispuesta
la tela con los objetos y presentado el objeto de la palabra,
explicamos en el grupo que la intención del ejercicio es poder
hacer un altar del territorio en el que vivimos. Para ello,
cada una buscamos un elemento que represente aspectos
importantes de nuestro territorio. Consensuamos con el grupo
con cuánto tiempo disponemos para ello; también existe la
posibilidad de pedirnos previamente llevar el objeto. Puede
ser cualquier tipo de objeto, natural (hojas, frutos, rocas…) o
no (objetos artísticos o artesanales, mercancías, llaves…), lo
importante es que al escoger ese objeto, cada quien sienta que
representa parte del territorio. Una vez recogidos los objetos,
sentadas en círculo, abrimos el espacio para la creación del
altar. Agradecemos a los elementos de la naturaleza que nos
permiten vivir y que siempre nos han acompañado como
especie humana. Luego, compartimos, una por una, el objeto/
elemento que eligimos. Cada quien a su turno, haciendo

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uso del objeto de la palabra y disponiendo, al finalizar cada
intervención, el objeto en un lugar significativo del altar. El
ejercicio continúa hasta que todas las personas hayamos
compartido. Para cerrar el ejercicio, vemos y sentimos el altar,
y nos preguntamos: ¿Qué nos genera? ¿De qué nos damos
cuenta? ¿Hubo objetos que fueron recurrentes o representan
cosas similares? ¿Qué objetos podríamos sumar? ¿Qué es el
territorio para nosotras?

Territorios en disputa
“Los procesos de desterritorialización y reterritorialización
que expone la fase actual de la modernidad- capitalista-
colonial-patriarcal, promueven un nuevo des-orden
mundial que transgrede la forma en que tradicionalmente
se producen y habitan los territorios. Este caos sistémico,
incuba ambientes y territorios en crisis, donde las disputas
por el territorio y la naturaleza se encuentran en el centro de
los discursos y las prácticas de los movimientos sociales”.
(De Sousa Santos, 2010)

Entendiendo que para poder def ender y cuidar nuestro


territorio debemos saber cuáles son las amenazas
existentes, surge la pregunta de ¿Cómo podemos
identif icar las amenazas existentes en nuestros territorios?
¿Cuáles son las estrategias que se utilizan para entrar a
nuestros territorios y qué impactos tienen esas estrategias
en nosotras?

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En los espacios que no fueron históricamente deses-
tructurados por el extractivismo mercantil y capitalista,
la ocupación, uso y conservación de gran parte de los
territorios ancestrales concordaban con el necesario
equilibrio para la reproducción de la vida humana y no
humana en el Gran Bosque.
(Declaración FOSPA, Perú 2018)

Hablamos del territorio como un escenario social


donde confluyen relaciones y manifestaciones políticas,
económicas y sociales, propuestas de vida y autonomías
comunitarias, de diversas comunidades y culturas.
Así, cualquier territorio es un territorio de la diferencia
en tanto implica una formación ecológica, cultural y
socialmente única de lugar y de región (Escobar, 2010).
En estos escenarios diversos son inevitables las dife-
rencias, los antagonismos y conflictos.

Si bien compartimos anteriormente la perspectiva


positiva del conflicto, como una oportunidad para
analizar estructuras injustas y/o aquellas personas que
las mantienen y analizarlas y transformarlas hacia
modelos mejores, traemos acá un elemento más, las
relaciones de poder implícitas en los conflictos. Estas
relaciones de poder en conflictos territoriales sólo pueden
ser leídas en el marco de esa modernidad-capitalista-
colonial-patriarcal que determina una relación con el
territorio y las comunidades desde lógicas de explotación,
violencia y opresión.

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CUIDADO DEL TERRITORIO
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En el contexto de los conflictos territoriales en nuestra
comunidad podemos identificar a los actores existentes,
sus objetivos y las estrategias que utilizan para
alcanzarlos. Aún cuando existen diferencias geográficas
y, las afectaciones hacia el territorio, las comunidades y
las formas de resistir y defender puedan tender distintos
alcances, a lo largo de AbyaYala compartimos conflictos
y violencias producidas por y para la acumulación, el
extractivismo y la explotación. Esto se ve reflejado en el
control y la transformación del territorio en sus múltiples
dimensiones y lo vivimos por ejemplo, con la crisis
de la agricultura y la soberanía alimentaria, el impacto
en el medio ambiente, la violencia física y simbólica
que produce muerte, desplazamientos y migraciones
forzadas en nuestras comunidades, la vigilancia
constante de nuestros movimientos y la criminalización
a la protesta social y a las alternativas en oposición al
modelo hegemónico. Ilegalizar nuestro accionar y
ajustar los marcos jurídicos para que nuestras acciones
sean designadas como “terroristas” permite deslegitimar
nuestras propuestas de construcción de otro mundo. No
solo se criminaliza nuestra forma de protesta, sino que
incluso muchas veces se criminalizan nuestras propuestas
para un mundo mejor.

“Los medios utilizados para la expansión ilícita de


las operaciones extractivas van desde la intimidación
hasta las amenazas y los asesinatos, pasando por la
cooptación de líderes locales y el reemplazo de gente

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local por trabajadores de otras regiones. Los efectos
son devastadores para las comunidades y ecosistemas
locales” (Escobar, 2013). Es importante reconocer que
las estrategias utilizadas para alcanzar estos objetivos
siempre son múltiples y que involucran una serie de
actores que trabajan de forma conjunta para ingresar
en nuestros territorios. Siempre hay un factor sorpresa
el cual se aprovecha para poder entrar a nuestros
territorios y los actores que buscan entrar prefieren
mantener en lo posible el anonimato para que posibles
violaciones de derechos humanos sean más difíciles
de denunciar.

Práctica creativa
Instalación creativa
Conformamos subgrupos para hacer todo el ejercicio desde
la reflexión hasta la construcción de las instalaciones.
Primero, una persona por grupo registra las reflexiones y
conclusiones que van apareciendo en torno a las siguientes
preguntas: ¿Cómo entendemos las violencias en nuestro
territorio? Y ¿qué tipos de violencias identificamos?
¿Cuáles son las necesidades que identificamos y estrategias
que ya estamos desarrollando para suplirlas? Tener en
cuenta el cuidado territorial, colectivo, relacional y el
cuidado de sí. ¿Cuáles son las propuestas y prácticas de
resistencia? (Tener en cuenta la naturaleza, las plantas,

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ríos, árboles, cerros, las prácticas comunitarias y prácticas
organizativas). Una vez terminada la reflexión, quien ha
tomado nota de las principales conclusiones de los temas
reflexionados nos las comparte al grupo. Segundo, creamos
con lanas y material reciclable que encontremos en el lugar
de la práctica, una instalación que nos permita comunicar
lo reflexionado. Nos damos un tiempo para ello. Una vez
está terminada la creación de las instalaciones circulamos
por los distintos grupos para verlas. Al pasar por cada
instalación preguntamos a quienes observan: ¿Qué vemos?
¿Cómo nos sentimos al verla? y preguntamos a quienes la
crearon: ¿cómo les fue en el proceso de reflexión y creación
colectiva y qué cosas les llamaron la atención?

Defensa y cuidado del territorio


¿Cómo cuidamos el territorio?
¿Qué caminos conocemos o podemos empezar a activar
para cuidar y proteger el territorio?

Resistencia es seguir sembrando, sobretodo cuando lo


cosechado “no tiene precio” fortaleciendo en cada ciclo
agrícola su profunda relación con la tierra, el vínculo
sagrado que tienen con ella, por ser su sustento material,
simbólico y espiritual.
(Cariño 2020)

CUIDADO DEL TERRITORIO


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Resistencias
Desde esos diferentes territorios, cambiantes, múltiples,
en transformación constante, nacen nuestras propuestas
para transformar el mundo, propuestas para frenar los
proyectos de muerte y acumulación. Es desde nuestro
territorio que construimos nuestros planes de vida digna,
de rebeldía y de autonomía comunitaria. Es en el territorio
donde nace la resistencia, la re-existencia, la resiliencia.
Resistir desde y por el territorio también ha significado
rescatar y hacer prevalecer esos conocimientos y saberes
que se producen con/en el territorio desde la perspectiva
comunitaria como propuestas de territorios alternativos al
orden capitalista-moderno-colonial.
(Mansilla Quiñones y otros, 2019)

Lorena Cabnal nos recuerda “Vete al bosque, vete al


campo, mete el cuerpo en los ríos, vuelve a sentir la energía
de la tierra calentada por el sol, ve a llorarles tus tristezas
a los árboles, contempla las fases lunares. Agradece la
existencia que tienes en este aquí y en este ahora, y va
para adelante la lucha contra el patriarcado, contra el
colonialismo, contra el racismo y ese sistema neoliberal”.
(Cabnal, 2018)

Para pensarnos el cuidado desde y del territorio podemos


empezar a pensar en cuidar y recuperar nuestra historia
de resistencia, construir autonomía en el presente y
tener una proyección hacia el futuro.

CUIDADO DEL TERRITORIO


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En el Foro Social PanAmazónico (FOSPA) realizado en
Perú en 2018 se encontraron procesos organizativos y
comunidades de toda la cuenca amazónica para mirar
cómo defender y cuidar el territorio andino-amazónico.
Recogen con fuerza en sus conclusiones las apuestas del
cuidado del territorio que queremos proponer acá también:

Los principios comunes… de la economía del cuidado y


otras propuestas alternativas bajo el enfoque del Buen Vivir
y Vida Plena son: soberanía, solidaridad, cooperación,
reciprocidad, complementariedad y en algunas propuestas
la proximidad y de puesta en común de los bienes de la
humanidad. Estos principios son la base para organizar
la producción y reproducción para que todas las formas
de vida se pueden reproducir y perdurar en condiciones
de justicia y equidad. No son principios utópicos o
idealizados, “en distintos grados, acompañan y explican
prácticas y relaciones del presente, lo que había de su
viabilidad como fundamentos de transición.
(Declaración FOSPA, 2018)

Memoria
Recordar viene de re-cordis, volver a pasar por el corazón.
El territorio y las relaciones dentro de ella se construyen a
partir de una memoria colectiva. Esa memoria en muchas
ocasiones se nos ha querido arrebatar, imponiéndonos otros
relatos, con otras protagonistas, invisibilizando a las víctimas
y glorificando a los victimarios. La memoria es parte de un
territorio y en sí también se le puede entender como un

CUIDADO DEL TERRITORIO


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CUIDADO DEL TERRITORIO
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territorio que está en disputa. Re-construir esta memoria
permite reconocer las luchas que se dieron y la posibilidad
de transformar el presente. Permite construir también una
propuesta hacía el futuro que entreteja la vida de nuestros
antepasados con la de quienes todavía tienen que llegar.
“Somos mujeres negras norte caucanas, descendientes de
africanos y africanas que fueron esclavizadas, conocedoras
del valor ancestral que tienen nuestros territorios, sabemos
que a muchos de ellos les tocó pagar con su vida nuestra
libertad, sabemos de la sangre que derramaron nuestros
ancestros y ancestras para conseguir estas tierras, sabemos
que trabajaron años y años en condición de esclavitud
para dejárnosla, nos enseñaron que la tierra no se vende,
entendían que debíamos garantizar a los renacientes la
permanencia en el territorio.”
(PCN, 2014)

En el trabajo de los cuidados y de sanación del territorio,


el trabajo de memoria, re-significación, y la realización
de actos simbólicos son fundamentales. La autonomía de
la que hemos hablado en varios momentos en este pétalo
y la construcción de poder desde abajo empieza a partir
de cómo nos contamos la historia y cómo re-significamos
el presente. Podemos pensar por ejemplo en ejercicios de
contarnos la historia alrededor de la fogata, escuchar a
las mayoras y escribir nuestra propia memoria. También
pasa por ejercicios de transformación del territorio para
darle un significado distinto. Esto significa dedicarnos a
producir nuestro propio alimento sano, construir espacios

CUIDADO DEL TERRITORIO


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de encuentro en el territorio con la comunidad, tener
momentos de trabajo colectivo y hacer señalización del
territorio con letreros, graffitis o instalaciones creativas
que nos permiten tomarnos las paredes y las vías con
mensajes que reflejan nuestra visión del territorio.

Práctica creativa
Recorrer mi territorio
Cuidar y ser cuidada por el territorio empieza con ir al
territorio, conectar con el territorio y recorrerlo. Qué tal
si caminas por el territorio incluyendo algunos de los
elementos de otros pétalos, por ejemplo, respirando,
abriendo tus sentidos, observando qué sensaciones o
emociones te produce, fijándote cómo ha sido tu relación
con él. Al finalizar el recorrido escribe o dibuja ¿qué sentiste?
¿qué olores, texturas, colores aparecieron? ¿qué recuerdos
se activaron en tu memoria?

Construcción de autonomías
comunitarias
¿Cómo podemos construir esa autonomía comunitaria
en el territorio a partir del cuidado?
La autonomía territorial equivale a lo opuesto de la
ubicuidad militar, y ésta llevaría paso a paso hacia el
abismo de una tiranía centralizada.
(Fals Borda, 2005)

CUIDADO DEL TERRITORIO


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Esta reflexión de Orlando Fals Borda nos permite empezar
la reflexión sobre las autonomías desde la diversidad
descentralizada. Estos diferentes territorios autónomos
para la vida articulados entre sí son en muchos aspectos la
contracara de un solo modelo hegemónico centralizado
que se impone con la fuerza, generando dependencia
económica e ideológica frente a los Estados, a la
cooperación internacional, a las empresas.
(Curiel 2015)

La autonomía como una forma de defender y cuidar el


territorio desde una mirada propia, la encontramos en
los territorios indígenas, afrodescendientes, campesinos,
en los barrios de las grandes ciudades, y en muchos
movimientos sociales. Autonomía para poder ser,
sentipensar, decidir y actuar sobre la vida, las relaciones,
el entorno, la tierra... Hacer de la autonomía un proceso
de descolonización, de resistencia y re-existencia que
contribuye a hacer una grieta a la organización del Estado
colonial, al capitalismo y al patriarcado.
(López Flores; García Guerreiro, 2018)

Soberanía, autodeterminación, libre determinación y


autonomía. Conceptos que se utilizan desde diferentes
miradas y que abarcan experiencias tan diversas como los
caracoles zapatistas en México, los territorios indígenas
en Colombia y la resistencia de El Alto en Bolivia, entre
otras. Son experiencias que tienen en común que en un
territorio específico una población busca afirmarse como

CUIDADO DEL TERRITORIO


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sujeto político que tiene la capacidad de transformar.
Transformar el territorio, transformarse como comunidad,
transformar las relaciones de poder.

Las autonomías locales y regionales [son el correlato


y el requisito necesario] para que esas alternativas
transformadoras que están surgiendo pueden tener una
posibilidad de prosperar, de crecer, de florecer, sin que sean
reabsorbidos en un nuevo siglo de rearticulación neoliberal.
(Pacto Ecosocial del Sur, 2020)

A cuidar el territorio
Nutramos esta tierra ¡Tantas ganas de florecer!

“La vida se origina en un entorno que lo hace posible,


entonces si existimos como seres humanos es porque lo
hacemos en un medio que nos hace posibles, que surge
con nosotros y que está cambiando en la medida que
cambiamos”.
(Maturana, 2015)

Cada una de nosotras, antes que nada en esta tierra, habitó


el cuerpo de nuestras madres y ahí en esa tierra fértil
se nos brindó lo necesario para el alimento, el cobijo,
el cuidado. El cuerpo de nuestra madre fue el primer
territorio de vida. Así mismo nuestra otra madre, la Tierra,
no deja de brotar de sus entrañas el alimento necesario:

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el aire y su caricia, el agua purificadora, la semilla que
brota… La vida se da en un entorno que la hace posible y
ese es nuestro territorio, un territorio que nos provee del
sostén necesario para que la buena vida ¡sea! Defendemos
y cuidamos el territorio con el que somos.

El cuidado del territorio nos llama a pensar en cuidar


y recuperar nuestra historia, reconociendo la huella
trazada en medio de tanto camino andado; construir
autonomía en el presente para decidir, para expresarnos
desde el territorio sagrado; y tener una proyección hacia
el futuro, una mirada global y hermanada que reconozca
el cuidado necesario que requieren la madre Tierra y
todas las relaciones que dentro de ella se tejen.
Esta es una propuesta orientada a posibilitar contextos
para el construir, para el crear, y desde la necesidad
de que quienes co-habitan, conviven y construyen en
conjunto experimenten bienestar; en este sentido el
cuidado toma forma y se convierte en alternativa para
andar ese bienestar.

Práctica creativa
Los pasillos y proteger la hoja
Todo el grupo nos hacemos en círculo. Una persona se
coloca al centro del círculo y con sus brazos extendidos
indica que las dos personas que señala (una persona a la
izquierda y otra a la derecha de sus brazos) son ahora una

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pareja. Cuenta que el reto consiste en que las dos personas
que están a los dos lados extremos imaginen que entre las
dos hay un corredor o pasillo tan estrecho como el ancho de
sus hombros y tan alto como cada uno de las dos personas.
Se trata de que las dos se muevan de manera que en línea
recta y a través del pasillo, cambien de lugar. La persona
que se encuentra en el centro del círculo coloca una hoja en
blanco pegada al piso, sin decir nada de dicha hoja. Una vez
ha indicado todas las parejas y puesto la hoja en blanco en
el suelo, sale del círculo.
Todas quienes estamos en el círculo avanzamos en el reto, lo
cual suele generar un embudo, así que quien está en el centro
nos pide que hagamos lo mismo de manera más cooperativa,
y cambia la hoja que ha sido pisada por una nueva, sin decir
nada de la hoja. Luego de que todas las parejas cruzamos
de lado a lado, quien está en centro nos pide que hagamos
lo mismo pero en 1 minuto, y, cambia la hoja que ha sido
pisada por una nueva sin decir nada de la hoja.
Ahora, quien ha estado dando las indicaciones pide ayuda a
otra persona y le pide que se ubique en el centro, le comunica
en secreto que es una persona muda y que su misión será
proteger la hoja y evitar que alguien la pise o la arrugue y
sin hablar.
Nos piden de nuevo que pasemos de un lado un lado al otro
con las mismas indicaciones. Cuando hemos terminado de
pasar todas, la persona que se ha colocado en el centro a
proteger la hoja, nos cuenta: mi necesidad durante todo
el juego ha sido “cuidar la hoja”. Terminado el juego, nos

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preguntamos: ¿Cómo vimos a la persona que cuidaba la
hoja? ¿Cómo vimos a la hoja en el piso? ¿Había conflicto
entre nosotras y la persona que cuidaba la hoja? ¿Qué puede
significar la hoja en nuestra realidad? ¿Qué estrategias
usamos para cuidar la hoja? ¿Qué estrategias activamos
para cruzar los pasillos cuando en el centro hay una hoja
significativa para una persona y la persona misma? ¿Qué
intereses vemos entre la persona que cuida la hoja y el
círculo de personas?

¿Qué tomamos de cada pétalo?


Si somos parte del territorio, cuidar el territorio pasa por
los anteriores pétalos de los cuidados: el cuidado de sí,
el cuidado de la otra y el cuidado colectivo. Además,
conectar con el territorio también nos permite cuidar y
sanar en los otros espacios, cerrando con ‘el cuidado del
territorio’ un círculo que entreteje todas las formas del
cuidado. Volviendo la mirada a los otros pétalos queremos
resaltar los siguientes elementos:

Tomamos la relación cuerpo - territorio


(Escuchar y reconectar)

El cuerpo es el primer territorio que habito. La tierra,


el gran cuerpo que nos contiene. Y es ahí donde nuestras

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vidas son posibles. Así como en el pétalo del cuidado de
sí el cuerpo es un territorio de lucha por la autonomía, el
territorio que habitamos es también un gran cuerpo que
impulsa la lucha por la autonomía de poder decidir sobre
el territorio que habitamos, lo que hacemos y expresamos
en este territorio sagrado.

Escuchar el cuerpo del territorio y reconectar con él: tomar


la tierra entre tus manos, bañar los pies a la orilla del
río, caminar las calles que antes fueron trocha. Buscar la
conexión ancestral y conectar con ese territorio sagrado.

Retomamos el llamado desde ‘el cuidado necesario’


(Conciencia y memoria). Se entrelazan los vínculos, se
sitúan, se convierten en memoria, en historia. ¿Cuánta
conciencia desde entonces? Sabemos que el cuidado es
necesario, que girar la mirada hacia nuestro territorio es
reconocer las necesidades de cuidado que resultan luego
de tanta extracción, aprovechamiento, irrespeto...

El colectivo como un organismo vivo el cual requiere


cuidados, lugar de regeneración, de sanación, tejido para
las acciones transfor-madoras en el territorio.

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