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Roldan de la Fuente Abril

Economía de México

La economía a inicios del México independiente

A la caída de México-Tenochtitlan y la consumación de la Conquista, continuó un periodo


prolongado y complejo, un proceso de asimilación entre dos culturas opuestas marcado por
la dominación de una sobre la otra (la española sobre la indígena).

Esta etapa se caracterizó por el intento de la Corona española por ejercer un control directo
y efectivo sobre la organización, explotación y administración de los territorios y riquezas
existentes en el naciente virreinato de Nueva España.1 De igual importancia fue el proceso
de evangelización que dio a la Iglesia católica y sus diversas órdenes monásticas un gran
poder en la estructura política, económica y social.

Consumada la Independencia, y una vez disipada la amenaza de una nueva invasión española
de reconquista, México se convirtió en un Estado libre y soberano, y con ello comenzó un
gran cambio a nivel económico, político, de estructuras sociales y de creencias.

Fueron alrededor de 11 años de incertidumbre en los que muchos actores lucharon por
intereses propios o comunes, que dieron como resultado la independencia de México,
iniciando así otra era. Las consecuencias fueron años de inestabilidad.

Aunque el movimiento independentista resultó triunfador y con ello acercaron a los


mexicanos a la tan preciada libertad, la realidad es que la recién formada “nación” quedó
sumida en una crisis que afectó a todos los ámbitos necesarios para propiciar y mantener su
desarrollo; De este modo, el territorio, la economía, el ámbito político y social de México
sufrieron profundas crisis que tardaron décadas en ser subsanadas.

Los cambios del modelo mesoamericano al nuevo modelo español

La Conquista de México implicó, en lo económico, una gran transformación del anterior


sistema mesoamericano, para adecuar el proceso productivo de Nueva España a los patrones
europeos2, no sólo en las técnicas de explotación y comercialización, sino también respecto
a los productos mismos, pues la presencia de los españoles en el territorio hizo necesaria la

1
Delgado de Cantú, Gloria M. Historia de México. Legado histórico y pasado reciente, México, 2015. pp.44
2
Delgado de Cantú, Gloria M. Historia de México. Legado histórico y pasado reciente, México, 2015. pp.34
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introducción de nuevos cultivos y especies de ganado a fin de satisfacer sus necesidades


básicas alimenticias.

Al mismo tiempo en Europa, el sistema económico en auge, conocido como “mercantilismo”


(política económica encaminada a conservar y aumentar las reservas de metales preciosos)
procuró y superó sus importaciones tras la explotación de la abundancia que habían
encontrado en América y la abundante disponibilidad de mano de obra, en consecuencia, sus
exportaciones crecieron entrando así al comercio internacional.

La ciudad de México era la principal metrópoli económica y cultural del país, y funcionaba
como almacén de todas las mercancías importadas, así como de buena parte de los artículos
de mayor demanda, producidos en las distintas provincias del Virreinato; También se había
convertido en un puente comercial entre Asia y Europa, y la privilegiada ubicación territorial,
permitió que por su territorio circulara gran parte de las mercancías comerciadas entre dichos
continentes, impulsando el florecimiento de los puertos de Acapulco y Veracruz.3

A fines del siglo XVIII y principios del XIX, España atravesaba por una situación de crisis
política, tanto de orden interno como en el ámbito internacional, siendo este origen del
proceso militar y político que condujo a la Nueva España a independizarse del dominio
colonial español. Para convertirse en una nación soberana, el México independiente atravesó
diversos acontecimientos de orden interno e internacional que afectaron a la metrópoli.

Las consecuencias económicas del México Independiente

Durante la primera mitad del siglo XIX, una de las consecuencias de la independencia fue la
economía, que quedó devastada tras la lucha que se derivó tras la revolución de Hidalgo,
rompiendo los lazos entre sectores rentables de la economía colonial y el crecimiento
económico.4

La producción minera no se derrumbó, favoreciendo la apertura de nuevos canales y puertos


de cabotaje, al mismo tiempo, los impulsos a la agricultura comercial resultaron lentos pero
persistentes, construyendo una pequeña urbanización en el centro-norte del país frente al
estancamiento de las grandes ciudades del centro.

3
Delgado de Cantú, Gloria M. Historia de México. Legado histórico y pasado reciente, México, 2015. pp.61
4
Contreras Valdez, Mario y Antonio Ibarra. “Oportunidades económicas y diversidad productiva en México, 1821-1871”. En: Carmagnani, Marcello (coordinador). México
Contemporáneo. Tomo I: La Economía, 1808-2014. Fondo de Cultura Económica / El Colegio de México. México, 2015, pp. 97
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La economía mexicana experimentó cambios graduales pero significativos, que se vieron en


la participación de nuevos agentes económicos al desarrollo de nuevas formas de asociación.
La actividad empresarial fue sensible al nuevo contexto, desarrollando una agencia
económica que promovió cambios favorables a los negocios privados, redujo el margen de
incertidumbre y aprovechó las oportunidades que resultaron del modelo del Estado liberal.
Aunque hubo tropiezos y empresas colapsadas, el aprendizaje llevó a un nuevo modelo de
gestión empresarial que apostó por la regeneración de las antiguas actividades económicas y
nuevos esquemas de organización en actividades tradicionales como la minería, la
agroindustria y el comercio5.

Durante estos años se redujo el número de familias que concentraban la riqueza, pero tuvieron
más información e influencia y se transformaron en agentes económicos exitosos. Tras la
nueva realidad política y economía internacional, configuró un nuevo escenario de
competencia bajo las reglas institucionales modificadas durante la primera década de la
nueva nación; otro factor que impulsó la reactivación económica fue la inversión extranjera
directa6, principalmente en el sector minero.

Por ejemplo, el flujo del capital británico inició sus operaciones en los distritos mineros de
los estados de Guanajuato, Zacatecas, Michoacán, Jalisco y el Estado de México.
Por otro lado, en los valles fértiles de Cuernavaca, Yautepec, y Cuautla florecieron las
plantaciones de caña y la rentabilidad favoreció a las inversiones.

Los beneficios de estas inversiones extranjeras se expresaron en la reactivación de la


economía de las haciendas y ranchos, que proveyeron directamente a las minas de insumos
necesarios y favorecieron también el empleo en los pueblos.

Estas transformaciones económicas locales expresadas en el fortalecimiento de la agricultura,


el comercio y la minería mostraron su recuperación hasta el decenio de 1830 mejorando, la
exportación y favoreciendo la liquidez internacional de las importaciones.

Mientras la inversión privada nacional y extranjera crecía, también se apreciaba la ausencia


de la inversión pública directa, debido al contexto de fragilidad de las finanzas estatales,
durante la primera República Federal, el sistema tributario no logro recuperar los niveles de
recaudación de los impuestos directos, carecía de una soberanía fiscal que lo limitaba al cobro
de impuestos, pues este sistema consistía en una aportación de los estados de acuerdo con su
riqueza poblacional y productiva. De la misma manera, ante la crisis de las finanzas públicas,

5
Contreras Valdez, Mario y Antonio Ibarra. “Oportunidades económicas y diversidad productiva en México, 1821-1871”. En: Carmagnani, Marcello (coordinador). México
Contemporáneo. Tomo I: La Economía, 1808-2014. Fondo de Cultura Económica / El Colegio de México. México, 2015, pp. 98
6
Contreras Valdez, Mario y Antonio Ibarra. “Oportunidades económicas y diversidad productiva en México, 1821-1871”. En: Carmagnani, Marcello (coordinador). México
Contemporáneo. Tomo I: La Economía, 1808-2014. Fondo de Cultura Económica / El Colegio de México. México, 2015, pp. 99
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el gobierno mexicano decretó la moratoria del pago de la deuda externa cancelando fuentes
de financiamiento externo, así como la ausencia de instituciones bancarias y la guerra contra
Estados Unidos, años que fueron de inestabilidad política para México.

Cambio de escenario: La guerra contra Estados Unidos

Esta corta pero devastadora guerra que dio fin tras la firma del tratado Guadalupe-Hidalgo
en febrero de 1848 a cambio de la mitad del territorio mexicano tuvo agudas complicaciones
políticas y económicas que provocaron intensos debates sobre el futuro inmediato de la
nación.

El flujo de inversiones que inicialmente repusieron la pérdida de capital y que más tarde lo
ampliarían incrementando su participación en la economía mexicana se vio favorecido.
El desastre militar y la sucesiva perdida dejó heridas de larga cicatrización en la clase política
y en la sociedad7. En esos años inversionistas extranjeros operaban en territorio mexicano sin
complicaciones, así actuaron por ejemplo los alemanes que consolidaron sus intereses en
México mediante el control de 1/3 de todo el Comercio Exterior.

Durante y después de la guerra, grandes empresarios aprovecharon el momento para comprar


fincas, e invirtieron en textiles; Frente a esta nueva situación la clase política estaba obligada
a responder la pregunta de cómo reconstruir la economía pública y a la vez alentar al
empresariado que hiciese crecer la economía privada, los políticos liberales propusieron un
programa de recuperación de la economía que dejaba la libre iniciativa a la producción y
creaba mecanismos de financiamiento gubernamental.

La coyuntura con las aduanas controladas por los estadounidenses resultó difícil para el cobro
de impuestos al comercio internacional, por lo que los comerciantes optaron por la ilegalidad
para evadir derechos de importación y ante la escasez de recursos públicos tuvo que cambiar
la política, modificando su orientación al proteccionismo y contrabando de impuestos en la
industria textil8

La posición de los liberales era realista y políticamente pertinente, los desastres de la guerra
debían quedar atrás y apreciaron en la coyuntura la oportunidad de plantear nuevos proyectos
como crear un banco nacional con fondos eclesiásticos. La iniciativa no prosperó, pero ya

7
Contreras Valdez, Mario y Antonio Ibarra. “Oportunidades económicas y diversidad productiva en México, 1821-1871”. En: Carmagnani, Marcello (coordinador). México
Contemporáneo. Tomo I: La Economía, 1808-2014. Fondo de Cultura Económica / El Colegio de México. México, 2015, pp. 113
8
Contreras Valdez, Mario y Antonio Ibarra. “Oportunidades económicas y diversidad productiva en México, 1821-1871”. En: Carmagnani, Marcello (coordinador). México
Contemporáneo. Tomo I: La Economía, 1808-2014. Fondo de Cultura Económica / El Colegio de México. México, 2015, pp. 117
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acusada la intención de aprovechar la experiencia financiera y las fuentes de capital de la


iglesia para generar dinero público y regular la financiación privada.

Entre las regiones del país que se beneficiaron tras la firma del tratado fue Monterrey, con
pequeños pobladores dispersos y ahora integradas a una frontera a la que llegaron las rutas
comerciales del mercado lícito e ilícito, en este espacio al norte de México y al sur de Estados
Unidos se instalaron aduanas y se reactivaron los distritos mineros de Parral, Santa Bárbara
y San Francisco del oro.

El Estado, la economía liberal, la modernización y la exportación

Con la creación de la Secretaría del fomento en 1853 se procuró incidir en la orientación de


la economía a partir de una serie de diagnósticos sectoriales y regionales que daban cuenta
del potencial productivo del país, pero también de sus limitaciones.

Las autoridades también favorecieron campos específicos de la educación productiva con


mayores apoyos financieros; Tras la revolución de Ayutla de 1854 condujo al gobierno liberal
a llamar a un congreso constituyente para establecer un nuevo pacto institucional entre
actores políticos y agentes económicos en espera de un nuevo acuerdo constitutivo de la
nación, fueron promulgadas las leyes que reorientaron la sociedad y la economía mexicana,
entre ellas cabe destacar las de libertad de imprenta y supresión de los fueros, se procuraría
también la modernización de la agricultura y el comercio9.

9
Contreras Valdez, Mario y Antonio Ibarra. “Oportunidades económicas y diversidad productiva en México, 1821-1871”. En: Carmagnani, Marcello (coordinador). México
Contemporáneo. Tomo I: La Economía, 1808-2014. Fondo de Cultura Económica / El Colegio de México. México, 2015, pp. 119
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La aprobación y aplicación de las leyes de Reforma deberían de promoverse con el fin de


alcanzar un mayor progreso nacional de los proyectos económicos que se discutieron en la
Secretaría del fomento a la explotación de carbón y hierro en la costa del pacífico
particularmente los estados de Michoacán Guerrero y Colima.

Entre los propósitos de las autoridades mexicanas era el de ofrecer bienes y servicios
públicos, un servicio demandado era el de comunicaciones y transportes. En mayo de 1852
el telégrafo permitía la comunicación entre la ciudad de México y Xalapa, durante los
siguientes años el telégrafo se extendería por el Bajío y el oriente del país, lo que se buscaba
era una mejor comunicación en el territorio más densamente poblado y económicamente más
integrado, en la década de 1850 fue posible construir tramos ferroviarios cortos pero
importantes.

El mercado de tierras reaccionó positivamente a las nuevas medidas institucionales, que


incentivaban la inversión en la agricultura y la agroindustria, con nuevas tierras dedicadas a
la siembra de algodón, tabaco, caña de azúcar, café y henequén, productos demandados en el
mercado nacional e internacional, fue el comienzo de una nueva fase en la economía
mexicana volcada hacia el mercado exterior explotación de recursos maderables y la
expansión de la economía de plantación.

Al mediar el siglo XIX había nuevos mecanismos para impulsar la economía mexicana sobre
la base de tres factores: el liberalismo como pacto institucional, la empresa privada como
agente privilegiado del mercado, y la intervención acotada del Estado mexicano, siendo el
estado el encargado para generar infraestructura, ofrecer a los ciudadanos bienes y servicios
públicos, mejorar las comunicaciones nacionales y fomentar la producción. 10
Podemos destacar a Matías Romero, cuando asumió el cargo del secretario de hacienda
después de su experiencia laborando Washington, donde había sido testigo a lo largo de siete
años de las transformaciones económicas que habían operado en Estados Unidos.

Durante la República restaurada, las autoridades mexicanas intervinieron cada vez más en la
economía procurando que sus iniciativas económicas influyeran como en los años anteriores,
la mejoría de las ventas en los mercados internacionales, así como los intercambios
productivos lograron la expansión de los cultivos de demanda industrial en México y para su
exportación, que se posicionaron mejor en los mercados nacionales e internacionales porque
la demanda creció y sus precios mejoraron.

10
Contreras Valdez, Mario y Antonio Ibarra. “Oportunidades económicas y diversidad productiva en México, 1821-1871”. En: Carmagnani, Marcello (coordinador). México
Contemporáneo. Tomo I: La Economía, 1808-2014. Fondo de Cultura Económica / El Colegio de México. México, 2015, pp. 122
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Con la mecanización del proceso productivo fue posible abastecer el creciente mercado
internacional, como fue el caso del cultivo del henequén y el algodón. Fue hasta la década de
1860 durante la guerra decisión de sesión de Estados Unidos cuando la oferta del algodón
sureño se colapsó y la demanda dejó de satisfacerse, en consecuencia, el precio del algodón
repuntó, lo que reafirmó el interés de su siembra en distintas regiones de México.

Conclusiones

La economía mexicana después de la independencia tuvo una continuidad de actividades


tradicionales reconstruidas en su organización empresarial, estos cambios permitieron la
progresiva recuperación de la economía y posteriormente en infraestructura.

Durante la crisis de la primera República en el contexto de inestabilidad política y violencia


militar, los cambios institucionales no frenaron el auge del crecimiento de la industria tanto
nacional privada como extranjera; Los empresarios aprovecharon las oportunidades para el
compro de tierras, las familias adineradas combinando la experiencia de la mano de obra
experimentada en la ganadería, la mina, y la agroindustria lograron cimentar las actividades
económicas nacionales que posteriormente gracias a las diversas situaciones internacionales,
tuvieron la fortuna de convertiste en grandes exportadores.

Tras la intervención militar extranjera, las haciendas y casas de comercialización destacaron


su empeño en recuperar la economía que estaba crecimiento en los primeros años del México
independiente, no obstante, tras el poder económico en pocas manos, el gobierno impulso
nuevas iniciativas y fomentos que impulsaron económicamente otras regiones del país,
además de la modernización en telecomunicaciones como los ferrocarriles y el telégrafo.

Otro factor de gran importancia que ayudó al crecimiento y la recuperación de la economía


mexicana fue la inversión privada, que continuaría aumentando años más adelante con la
llegada del porfiriato.
Por otra parte, el estado continuaba con dificultades fiscales, la deuda extranjera, la falta de
recaudación de impuestos, que lo dificultaban crear bienes y servicios para toda la población,
situación que seguiría afectando al pueblo de México en las décadas consiguientes.

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