La Cooperación Internacional para el Desarrollo (CID) se ha convertido en un
instrumento válido para la solución de problemáticas mundiales. A través de esta cooperación, se pretende contribuir a un contexto internacional más estable, pacífico y seguro para todos los habitantes del planeta (Gómez-Sanahuja, 1999, p. 1). Esta concepción, que parece ser la solución, pero presenta dificultades camufladas en buenas intenciones de tipo: político, comercial, paz, seguridad entre otras. De este modo, en el presente ensayo se busca argumentar que la CID ha servido como vía de desarrollo con alcance mundial por parte de los países más poderosos, o por el contrario a llevado a un retraso a países menos desarrollados y como resultado no ha cumplido su objetivo principal, la cual consiste en la superación de la pobreza en el mundo o reducirla a niveles tolerables.
La cooperación se define como un sistema de interacciones entre distintos actores y
organizaciones cuyo objetivo es lograr unos niveles de conformidad recíproca mediante un proceso de negociación denominado “coordinación de políticas” (Keohane, 1988, p. 51). Estas interacciones y la ayuda mutua que propone la cooperación internacional, van en pro de la reducción a la desigualdad social, económica y cultural, y mejorar la calidad de vida de los habitantes en el mundo, priorizando aquellos que se encuentran en los sectores más vulnerables. Es decir, la cooperación implica que con los aportes de ambas partes los beneficios recogidos van en doble sentido.
Es así como la cooperación se da cuando diversos actores estatales
(centralizada) o no estatales (descentralizada) ajustan sus acciones a las situaciones actuales o anticipadas de otros actores mediante una serie de relaciones. “Claramente, la cooperación se vislumbra como una forma de interacción estatal más compleja que la concertación, pero menos intrincada que la integración” (Ripoll, 1998, p. 31). Para que la cooperación se lleve a cabo esta requiere de un ambiente especial en el país que la recibe, resultado de un dialogo basado en una relación equilibrada pero condicionada por parte del donante con el fin de resguardar sus intereses. Hay es donde surge la reflexión, si esta cooperación en realidad está cumpliendo con el objetivo o por el contrario está llevando al país que recibe dicha cooperación a un retraso en su desarrollo, puesto que las grandes decisiones que este tome siempre van estar sujetas o condicionadas por actores que realizan la cooperación. Para ello, es conveniente tener alternativas por parte de los tomadores de la ayuda para disminuir el impacto o la condición dada por el donante.
Por lo tanto, se podría pensar que la cooperación internacional a pesar de su
buena intención ha estado marcada por la desigualdad y el individualismo, a pesar de la creciente interdependencia mundial, pues los intereses opuestos y la competencia por el poder son una constante en las relaciones dentro del sistema internacional. Por lo tanto, en los países subdesarrollados hace falta de más cooperación y recursos extras que provengan de los países desarrollado con miras a mejorar sus realidades. En todo caso, los países donantes deben ser más consientes y ceder en sus pretensiones y dejar de exigir, demandar o imponer condiciones a la hora de realizar una cooperación absolutamente favorable para sí, en deterioro del otro, por el contrario, a mejorar las realidades de vida de una parte de la población del mundo en desarrollo, pero no a costa de beneficios propios.
Por eso, en la cooperación internacional se involucran actores
transnacionales, ya sean Gobiernos u organismos internacionales, para solucionar problemáticas nacionales e internacionales que aquejan a alguna nación. Cabe mencionar algunos actores: La AOD (Ayuda oficial al desarrollo) busca desarrollar las condiciones de vida de los países receptores, CAD (Comité de ayuda al desarrollo) donde se agrupan los países donantes, OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) tiene como objetivo diseñar políticas que fomenten la prosperidad, la igualdad, las oportunidades y el bienestar para todos.
Si bien en cierto se ha progresado en varios aspectos como: sociales,
educación y la esperanza de vida, la CID no ha sido suficiente. Pues esto de debe a varios factores tanto internos o externos de ambas partes (donador y receptor), tal vez un de esos factores mas marcado para que el objetivo del CID no se de a cabalidad es la falta de desarrollo de capacidades de los Gobiernos que reciben la ayuda, que deben sin lugar a dudas valerse por sí mismos. Es decir, no hay una clara articulación entre las iniciativas, las estructuras y las estrategias planificadas que beneficien los procesos de desarrollo. También se hace necesario e imperante por parte de los donadores que estos brinden capacitación y herramientas acerca de cómo desarrollar las capacidades, para hacer de estas más eficientes.
Por otra parte, la globalización ha sido un factor, que ha generado más
desigualdad, puesto que ha sido un polarizador social y económico interno y externo de una nación. Y para disminuir o mejorar esos escenarios se hace necesario la intervención de la cooperación internacional para proponer acciones dirigidas a equilibrar las desigualdades. En nuestros tiempos, no es aceptable que muchas sociedades apenas sobrevivan. Por eso la cooperación es la vía más competente para lograr disminuir las desigualdades, por medio de la integración de actores estatales y no estatales, creando políticas encauzadas a plantear estrategias y posteriormente implementarlas dependiendo del objetivo del donante y de las circunstancias del receptor.
En esa misma dirección, la CID es efectiva para minimizar los efectos de la
pobreza y la desigualdad, entre otras; pero también cumple la función de facilitador en busca de disminuir las condiciones de pauperismo mundial, empleando todas las herramientas y estrategias que tenga a su alcance. La CID es un proceso cooperativo donde todos los Estados involucrados buscan formas de desarrollarla, y “en el cual los programas y las políticas unilaterales se sustituyan por programas conjuntos” (Toro, 1997, p. 74), por lo que se hace necesaria una sincera voluntad política por parte de los países desarrollados, para que la cooperación sea eficaz e impacte positivamente para sacar a esa nación del subdesarrollo. Esta cooperación incluye: preferencias comerciales, cooperación económica, ayuda financiera, asistencia técnica, cooperación científica y tecnológica, la ayuda alimentaria, la ayuda de emergencia y la ayuda humanitaria (Gómez-Sanahuja, 1999c, p. 31). A modo de síntesis la CID es una estrategia que, bien estructurada y con verdadera voluntad política de los países donadores, puede cambiar positivamente y mejorar las condiciones de vida de los países menos favorecidos. De ese modo, la CID no debe responder a intereses particulares de los cooperantes o donadores, por el contrario, encausar el trabajo en el desarrollo económico y social a nivel global, con el fin de mejorar las condiciones de vida no solo de una nación o comunidad sino del mundo en desarrollo, con propósitos realistas y alcanzables. Para conseguir y llegar a esas metas con buenos resultados, las relaciones entre los involucrados deben ser duraderas y del mismo modo plantear estrategias a corto, mediano y largo plazo. De este modo, la CID puede llegar a ser un arma de doble filo por un lado puede coadyuvar a una nación a salir del subdesarrollo al desarrollo, pero por otro lado según sus intenciones por el contrario la puede llevar la retroceso o estanco; todo esto de acuerdo a sus propósitos individuales.
Referencias
Gómez-Galán, M. y Sanahuja, J. A. (1999). El sistema internacional de cooperación y
ayuda al desarrollo. Una aproximación a sus actores e instrumentos. Madrid: Cideal.
Keohane. R. O. (1988). Después de la Hegemonía: cooperación y discordia en la política
económica mundial. Buenos Aires: Grupo Editor Latinoamericano
Ripoll, E. (1998). La Integración regional: Un Reto para la transformación y construcción
de Escenarios futuros. Bogotá: Universidad Santo Tomás de Aquino
Toro, C. (1997). Narcotráfico: lo que la interdependencia no nos explicó. La política
Exterior de México: enfoques para su análisis. México: El Colegio de México, Instituto Matías Romero de Estudios Diplomáticos.
Las transformaciones de la administración pública y del derecho administrativo. Tomo III: Las dimensiones del control sobre la actividad administrativa