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Tarea IX

Estimado Participante:
Después de leer reflexivamente el libro básico y los materiales colgados
en la plataforma sobre la Psicología Social y Comunitaria, por lo que se le
sugiere las siguientes actividades:

Investigar  el origen y Concepto Básico de la Conducta de Cooperación, 


Concepto Básico e historia de la Conducta Pro social  y  Concepto de la
Conducta de Ayuda Grupo.

Origen y Concepto Básico de la Conducta de Cooperación.


Comportamiento cooperativo se entiende el conjunto de conductas que se
expresan en una situación determinada cuando los implicados en ella trabajan
para conseguir de forma prioritaria los objetivos grupales compartidos,
actuando este punto como requisito para alcanzar el objetivo individual. Por el
contrario, en la situación competitiva cada individuo se orienta a conseguir sus
propias metas e impide que los demás tengan la posibilidad de alcanzarlas.
La conducta de cooperación suele conceptualizarse como aquella que es
llevada a cabo de manera común por un grupo de personas o entidades
mayores, con la finalidad de alcanzar un objetivo compartido. La conducta
opuesta es la competición, que se refiere a aquellas situaciones en las que las
personas actúan de forma separada y procurando favorecer al máximo sus
intereses individuales. No obstante, también se dan situaciones en las que un
determinado grupo de personas se organiza para cooperar entre ellos, con la
finalidad de competir contra otros grupos.
El tema de la cooperación y la competición ha sido muy investigado desde
diversos ámbitos de la psicología. De hecho, hasta hace relativamente poco
tiempo, la mayoría de perspectivas científicas defendían la idea de que las
personas son seres egoístas por naturaleza y que por tanto tienden a buscar
las situaciones de competitividad. En consonancia con dicha perspectiva se
situó el relevante estudio llevado a cabo por Miller y Ratner.
En este estudio, los investigadores pidieron a los participantes que predijeran
las decisiones que tomarían diversas personas, obteniendo como hallazgo
principal que la gente tiende frecuentemente a sobreestimar la influencia de los
intereses personales en las actitudes y las conductas de los demás, es decir,
las personas tienden a pensar que los demás son egoístas mientras no les
demuestren lo contrario.

Concepto Básico e historia de la Conducta Pro social.


El término conducta prosocial se introdujo en los años setenta, después del
suceso trágico del homicidio de la americana Kitty Genovese, en Nueva York,
ante treinta y ocho de sus vecinos, quienes no actuaron en defensa de la joven.
El surgimiento del constructo teórico de conductas prosociales ha tenido una
historia larga y con constantes puntos de debate, para lo cual se ha sugerido
como un constructo multidimensional cuyo número de componentes continúa
en duda.

Las primeras investigaciones sobre prosocialidad se centraron en actos


espontáneos de ayuda en situaciones de emergencia o voluntariado
(donadores de sangre, de tiempo o dinero, etc.). Una opinión muy extendida es
que el egoísmo es la base de cualquier interacción, que nuestra meta es
maximizar las recompensas y minimizar los costes: lo que los economistas
llaman análisis de costesbeneficios; los filósofos, utilitarismo; y los psicólogos,
intercambio social.

La conducta prosocial es un concepto en absoluto reciente en el ámbito


de la psicopedagogía. Sin embargo, el mayor auge de las investigaciones
respecto de este campo de conocimiento se corresponde con la etapa final del
siglo pasado. A partir de ese punto se ha estudiado más extensamente de qué
manera este fenómeno influye en el bienestar emocional del individuo
(obteniéndose una correlación intensamente positiva entre ambos) y qué
metodología debe seguirse para implementar programas que potencien este
tipo de funcionamiento beneficioso en la población infantil.
Así, parece ser que durante el desarrollo socioemocional del ser humano es
cuando más incidencia puede producir el fomento de la conducta prosocial, es
decir, la interiorización de un conjunto de valores como el diálogo, la tolerancia,
la igualdad o la solidaridad que se reflejan conductualmente a partir de actos
como la ayuda al otro, el respeto y la aceptación del otro, la cooperación, el
consuelo o la generosidad al compartir algún objeto determinado.

Aunque no existe una definición universal del concepto de conducta prosocial,


hay un elevado consenso en definirlo como un repertorio de comportamientos
de carácter social y positivo. 
Debido a las diferencias de criterio sobre si incluir el factor motivacional en la
definición, los autores consideran que existen dos tipos de conductas sociales
positivas: las conductas que reportan un beneficio para ambas partes
implicadas y las conductas que solo benefician a una de las partes.
Una propuesta de definición que integra tanto la vertiente comportamental
como la motivacional, afirma que toda conducta social positiva se efectúa para
beneficiar a otro en presencia (o no) de motivación altruista, como por
ejemplo dar, ayudar, cooperar, compartir, consolar, etc. Por su parte, Strayer
propone una clasificación de cuatro tipos de actividades para clarificar el
fenómeno de la conducta prosocial:

1. Actividades de dar, compartir, intercambiar o cambiar objetos con otros


individuos.
2. Actividades cooperativas.
3. Tareas y juegos de ayuda.
4. Actividades empáticas hacia el otro.

Atendiendo a esta propuesta, en la conducta prosocial el beneficio recae en la


otra persona, mientras que en la conducta cooperativa ambas partes se
coordinan para obtener un beneficio mutuo. Ahora bien, determinar cuánto
gana cada una de las partes es en sí un reto para la psicología y las ciencias
del comportamiento en general. A fin de cuentas, la voluntad de ayudar a
alguien y la satisfacción de haberlo hecho son en sí factores que nos hablan de
una recompensa para el individuo altruista.

Concepto de la Conducta de Ayuda Grupo.


En 1971, el psicólogo Philip Zimbardo quiso demostrar cómo el entorno puede
cambiar a las personas. Para ello puso en marcha un estudio al que denominó
el experimento de la cárcel de Stanford. La duración inicialmente prevista era
de dos semanas. Pero la situación se desbordó de tal manera que hubo que
cancelarla a los seis días de su comienzo.

El ensayo pretendía recrear la situación en un contexto muy específico y se


eligió una cárcel. Para llevarlo a cabo se buscó la participación voluntaria de
ciudadanos anónimos. Su trabajo consistiría en desempeñar el rol ficticio de
guarda o prisionero que aleatoriamente se les asignara. Para incitar a la des
individualización y despersonalización, Zimbardo, ayudado de consultores,
simuló un entorno lo más real posible. A pesar de que todos los voluntarios,
tanto guardas como prisioneros, estaban interpretando roles, los sujetos no
fueron capaces de separar la ficción teatralizada de su propia realidad. En
calidad de superintendente, Zimbardo explicó a los voluntarios que
desempeñaban el rol de guardas que su trabajo consistiría en mantener el
orden de “su” cárcel sin recurrir a violencia física. Los abusos de estos fueron
incrementándose de forma exponencial. Aunque todos eran conscientes de que
quienes representaban el papel de presos eran voluntarios como ellos, no
dudaron en recurrir a la violencia física a la hora de mantener el orden. Para
ellos la violencia quedaba justificada, como ya describimos en otro artículo
sobre la maldad grupal: era una herramienta para ejecutar su trabajo, hacerse
respetar o deshacer cualquier atisbo de unión entre los presos.

Conducta de ayuda: es
cualquier acción que beneficio
o mejora el bienestar de una o
varias
personas en particular. Por
ejemplo: ayudar a levantarse a alguien
que se ha caído.
Conducta de ayuda: es
cualquier acción que beneficio
o mejora el bienestar de una o
varias
personas en particular. Por
ejemplo: ayudar a levantarse a alguien
que se ha caído.
Conducta de ayuda: es
cualquier acción que beneficio
o mejora el bienestar de una o
varias
personas en particular. Por
ejemplo: ayudar a levantarse a alguien
que se ha caído.
Conducta de ayuda: Es más específica. Acción que beneficia o mejora el
bienestar de una o varias personas en particular: Ayudar a alguien que se ha
caído.

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