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Escuela de posgrado de

México
DIPLOMADO EN TERAPIA DEL LENGUAJE.

TERAPIA PARA TRASTORNOS DEL HABLA

MODULO 2
TEMA: INSTRUMENTOS Y TÉCNICAS DE EVALUACIÓN

Alumna: Thania Alejandría Aranda Silva


Principales hitos del lenguaje.
EDAD LENGUAJE RECEPTIVO LENGUAJE EXPRESIVO
(habilidad de entender) (capacidad de producir una
comunicación simbólica)

0-1 mes Se calma cuando escucha la Llora.


voz de mamá.

2-4 meses Muestra interés en los Sonríe, ríe a carcajadas,


rostros reproduce sonidos usando
Reconoce sonidos ritmos.
6 meses Responde al nombre. Balbucea, vocaliza. Produce
sonidos para llamar la
atención.
9 meses Entiende rutinas verbales Señala, extiende los brazos.
sencillas (“hola” / “adiós”) Dice ma- ma-ma.

12 meses Sigue un comando verbal. Dice tres palabras con


Comprende “no” “ven” significado “mamá” “papá”
“dame” “agua”
15 meses Señala partes de su cuerpo. Aprende más palabras y
también usa la misma para
decir muchas cosas.

18- 24 meses Reconoce partes de su Empieza a usar frases de dos


cuerpo. Cumple ordenes palabras como “dame agua”
verbales simples como Conoce su nombre.
“levanta los brazos”

24-36 meses Cumple ordenes verbales Formula frases de tres


complejas como, “levanta las palabras y pregunta ¿qué?
manos y cierra los ojos”
Comprende conceptos como
grande y pequeño.

36-48 meses Comprende las acciones. Nombra colores. Va


Reconoce colores. aprendiendo canciones.
Pregunta ¿Por qué?
48- 60 meses Comprende todo lo que se Habla con oraciones
dice. completas dice cuentos y
expresa emociones.
6 años Cumple ordenes de todo tipo Lenguaje completo.
de complejidad.
Tartamudez: es la deficiencia o problema de la fluidez de la
palabra más frecuente. Hay que diferenciarla de tics motores

como el síndrome de Tourette o de un TEL.

Problemas articulatorios: pueden no tener una causa clara,

aunque pueden estar presentes en otros miembros de la

familia.

El niño que habla mal Disartria: trastorno neuromuscular que afecta a la


(trastornos del habla) articulación de la palabra. Se da en la parálisis
cerebral.

Dislalia: en general, es transitoria y consiste en la


dificultad para pronunciar diferentes sonidos, por
ejemplo las consonantes.

Trastornos de la entonación o el ritmo o


trastorno prosódico: son muy frecuentes en el
TEL y el autismo, en especial el trastorno de
Asperger.
RESUMEN
Trastornos del habla y de la voz capítulo 1, parte 3.
Evaluación
La evaluación es el método que nos permite llegar a identificar los objetivos
concretos y diseñar las estrategias más eficaces para lograrlo.
Repertorio fonético
La exploración del repertorio fonético es sencilla y es la primera evaluación
que el psicólogo o logopeda debe hacer. Se trata simplemente de comprobar
si el niño es capaz de pronunciar todos los fonemas de la lengua, tras una
observación de la boca, lengua y dientes, para descartar que las dificultades
proceden de leves alteraciones anatómicas. Para ello se le pide que repita las
vocales y las consonantes, estas últimas al inicio de sílabas abiertas. La razón
de emplear sílabas abiertas, y no sílabas complejas o palabras, es que la
pronunciación de estas dos últimas combinaciones exige una más compleja
organización fonológica a la que el niño podría aplicar algún proceso de
simplificación.
Organización y secuenciación fonológicas
La exploración de los segmentos más cortos (sílabas complejas directas e
inversas) se puede realizar de la misma manera que los fonemas, por medio
de la repetición de dichas sílabas. Para segmentos más largos que impliquen
dos sílabas, es necesario que el logopeda se confeccione una breve lista de
palabras en las que aparezcan los grupos consonánticos más frecuentes, los
formados por los sonidos /l/, /s/, /n/ y /Q/ seguidos de otras consonantes o
grupos de consonantes como /t/, /k/, /d/, /f/, /p/, /m/, /tr/, etc. Se pueden
obviar otros grupos consonánticos menos frecuentes (/pt/, /gn/, /dm/, etc.).
Probablemente todas las formas de THA, excepto el trastorno de articulación,
muestren déficits tras el examen de los procesos fonológicos de simplificación.
Las dificultades de discriminación y percepción de los fonemas no suelen ser,
de manera general, un objetivo central en la evaluación ni en la intervención
de los THA; no están en su origen. Sin embargo, cuando comprobamos que un
niño omite o sustituye un sonido sistemáticamente, debemos asegurarnos de
que es capaz de contrastarlos y de identificarlos.
Percepción y discriminación fonemáticas
Los test generales de discriminación no son necesarios, incluso nos pueden dar
informaciones que nos confundan. Por ejemplo, un niño puede fallar en ítems
del test, haciéndonos considerar que tiene dificultades en discriminar esos
sonidos, y llevándonos a gastar un tiempo en hacer ejercicios con esos sonidos,
cuando, sin embargo, es capaz de emplearlos de manera contrastada en su
habla. En este sentido debe tenerse en cuenta un principio básico que de
maneras distintas se ha comprobado en la investigación: hay que evitar las
actividades interpuestas en la intervención; es decir, si un niño no discrimina
bien la pareja /d/-/Q/, deberemos ejercitar esa discriminación, y no hacer
ejercicios de discriminación de ruidos (palmadas-risas, etc.) ni de otros
sonidos, ya que su influencia en la mejora del habla del niño con THA es nula
(Joffe y Pring, 2008). Y eso mismo se aplica a la evaluación: no es necesario ni
conveniente evaluar contrastes de sonidos que el niño utiliza en su habla, ni
otros sonidos y ruidos que no pertenecen al habla.

Inteligibilidad
Esta muestra de habla nos permitirá obtener un índice importante para medir
la inteligibilidad del habla del niño. Para este cálculo es necesario transcribir
fielmente el habla del niño; después se cuentan las consonantes
correctamente pronunciadas, considerándose errores las omisiones,
sustituciones y las metátesis. Este cálculo se puede hacer sobre 50 palabras o
sobre 15 minutos de transcripción. En cualquier caso, es conveniente que en
la muestra analizada haya palabras de clase abierta (nombres, adjetivos,
verbos, adverbios), pero también palabras de clase cerrada (preposiciones,
determinantes, conjunciones) para comprobar el efecto de la emisión de
frases sobre palabras no acentuadas.
Consistencia
Para el diagnóstico diferencial de los trastornos desviados es necesario utilizar
pruebas que explícitamente pongan de manifiesto si un niño hace siempre el
mismo error fonológico en una palabra concreta.
Es necesario valorar de forma muy rigurosa la pronunciación diferente; pero
no se considerarán variaciones computables los intentos ligeramente
diferentes en los sonidos vibrantes y fricativos, especialmente. En los
primeros, el niño puede hacer esfuerzos para articular /r/ que pueden producir
distorsiones; en los segundos, los esfuerzos del niño pueden modificar el
sonido, pero es necesario que siga siendo fricativo y que se mantenga el punto
de articulación, aunque sea aproximado.
Conciencia fonológica
La lectura y la escritura pueden ser en un magnífico sistema aumentativo del
habla. Un niño con fonología retrasada, por ejemplo, puede mejorar la
secuenciación de los sonidos en sus producciones verbales si, además de
percibirlas auditivamente, ve los sonidos dibujados en una cadena de letras.
Se suele considerar, no obstante, que las habilidades englobadas en la
expresión ‘conciencia fonológica’ estarían muy alejadas de las posibilidades de
los niños con THA, especialmente, en los niños con trastorno inconsistente y
dispraxia verbal, lo que supondría una dificultad para aproximarlos a la lectura
y, por tanto, para mejorar su habla con ayuda de esta habilidad.

Bibliografía
Coll-Florid, M. (2013). Trastornos del habla y de la voz. UOC.

Moreno-Flagge, N. (2013). Trastornos del lenguaje. Diagnóstico y tratamiento. Revista de


neurologia.

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