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Los testamentos otorgados antes de 2015, se rigen por el Código Civil, en su artículo 9.8:
La sucesión por causa de muerte se regirá por la ley nacional del causante en el momento del
fallecimiento cualesquiera que sean los bienes y el lugar donde se encuentren. Sin embargo las
disposiciones hechas en testamento y los pactos sucesorios ordenados conforme a la ley
nacional del testador en el momento de su otorgamiento conservarán su validez, aunque sea
otra la ley que rija la sucesión, si bien las legítimas se ajustarán, en todo caso, a esta última.
Los derechos que por ministerio de la ley se atribuyan al cónyuge supérstite se regirán por la
misma ley que regule los efectos del matrimonio, a salvo siempre las legítimas de los
descendientes.
Una disposición testamentaria será válida en cuanto a la forma si esta responde a alguna de
las siguientes leyes internas: la ley del lugar en que el testador hizo la disposición; la ley de la
nacionalidad poseída por el testador, sea en el momento en que dispuso, sea en el momento
de su fallecimiento; la ley del lugar en el cual el testador tenía su domicilio, sea en el momento
en que dispuso, sea en el momento de su fallecimiento; la ley del lugar en el cual el testador
tenía su residencia habitual, sea en el momento en que dispuso, sea en el momento de su
fallecimiento; y respecto a los inmuebles, la ley del lugar en que estén situados.
Cuando hay sucesión intestada, la ley temporal del causante es completamente decisiva. Si
se consideran normas sustantivas, se aplicarán las leyes sucesorias, pero si se consideran
procesales, se excluye del ámbito de la ley aplicable a la sucesión. En el Derecho español no
existe solución legal o jurisprudencial al respecto, pero parece más adecuado entender que se
aplica el Código Civil (art. 33) como integrante de la ley sucesoria.
La capacidad para suceder de las personas físicas se encuentra regulada por su ley nacional.
En España se aplica el Código Civil para la situación de doble nacionalidad, apatridia y estatuto
jurídico de refugiados. Para las capacidades específicas o relativas, cabe una aplicación
copulativa o al tiempo de la ley sucesoria y la ley personal. Por razones de defensa nacional y
protección de la economía, para que los extranjeros mortis accedan a bienes en territorio
español han de cumplir unos requisitos y/o obtención de autorizaciones administrativas
exigidas.
Las fases del iter sucesorio son garantizadas por cada sistema jurídico. En España, la
sucesión tiene carácter universalista y la ley sucesoria tiene una vocación general para regir
todo el proceso en su conjunto. La partición del caudal relicto, aunque esté incluida en la ley
sucesoria, puede verse afectada por disposiciones de la lex fori. La aceptación o repudiación
de la herencia están sujetos a la ley sucesoria, afectando también a su forma.
22. Sucesiones internacionales
En el ámbito europeo se ha dictado el Reglamento 650/2012 del Parlamento Europeo y del
Consejo (R 650/2012), relativo a la competencia, la ley aplicable, el reconocimiento y la
ejecución de resoluciones, y a la aceptación y ejecución de documentos públicos en materia de
sucesiones mortis causa y a la creación de un certificado sucesorio europeo. El R 650/2012
abarca la competencia judicial internacional, la ley aplicable y el reconocimiento y ejecución de
decisiones. La normativa se aplicará a la sucesión de las personas que fallezcan a partir del 17
de agosto de 2015, si bien, cuando el causante hubiera elegido, antes de esa fecha, la ley
aplicable a la sucesión, esa elección será válida si las condiciones previstas en el Capítulo III
se hubieran cumplido.
Ámbito de aplicación material. El R 650/2012 será aplicable en general a las sucesiones mortis
causa (art. 1).
La normativa de fuente interna -art. 9.8 CC- seguirá vigente, incluso después de la fecha de
aplicación del instrumento europeo, dado que resolverá los supuestos de conflictos internos a
menos que las autoridades españolas decidan la aplicación del texto a los conflictos
interregionales.
El foro de la residencia habitual del causante en el momento del fallecimiento se acoge como
criterio principal de conexión para resolver sobre la totalidad de la sucesión (art. 4), salvo que el
causante hubiera elegido su ley nacional para regir la sucesión; por lo tanto se acoge el criterio
del forum legis que consiste en hacer que dependa la competencia judicial internacional del OJ
por el que se regule la situación en cuestión.
La cláusula de elección de foro, para tener validez, tiene que concluirse conforme a una serie
de condiciones, a fin de que todas las partes interesadas participen en el acuerdo. Su
otorgamiento de forma escrita, fechada y firmada por los interesados, son las condiciones de
forma a las que queda sometida. Se considerará hecha por escrito toda comunicación
efectuada por medios electrónicos.