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COVID-19 en Guatemala: Una explicación a la baja ejecución

La pandemia del COVID-19 ha superado ya los cien días en Guatemala. Acumulamos ya más de 20
mil casos y la pandemia sigue en crecimiento. Durante estos 100 días se han vuelto a poner en la
mesa de debate varias carencias dentro del Estado guatemalteco. Estas van desde la deficiencia
del sistema de salud hasta la baja ejecución presupuestaria. Esto nos lleva a hacernos una
importante pregunta: a pesar de tener miles de millones disponibles dentro del presupuesto de
emergencia para el COVID, ¿por qué la administración pública ha sido incapaz de ejecutar los
fondos asignados?

En las siguientes líneas compartiré mis reflexiones y una posible explicación a la baja ejecución. 

La primera variable a tener en cuenta es el hecho de que hay una nueva administración. El
Gobierno actual es “nuevo”; llevaba pocos meses en el poder en el momento en que la pandemia
hizo su ingreso en el país. Como es conocido: nuevo Gobierno, nuevos cargos.   La gran mayoría de
directivos y altos funcionarios son desplazados y sus lugares son ocupados por personas de
confianza de las autoridades recién designadas en cada cartera. Esto hace que los nuevos
funcionarios no conozcan del todo los engorrosos y confusos  procesos internos dentro del mismo
ministerio o dependencia, y, por supuesto, no digamos los que involucran trámites
interinstitucionales. 

La segunda variable es, como ya mencionamos, la que conlleva los engorrosos y confusos trámites
burocráticos que las leyes, reglamentos y demás exigen a la administración pública para poder
ejecutar sus fondos asignados. Esto dificulta que los nuevos directivos a cargo de compras y
procesos administrativo-financieros tengan el suficiente conocimiento del sector público para
realizar sus funciones de la mejor manera. La carencia de este conocimiento genera un claro
atraso y una posición desfavorable cuando se quieren ejecutar los presupuestos asignados.

No obstante, es cierto que en muchas ocasiones se culpa a los requisitos formales sin tomar en
cuenta otras aristas del funcionamiento interno de la administración pública. Como en toda
institución, también existen procesos o instituciones informales, como procesos internos no
tipificados, que pueden causar retrasos en los procesos a los nuevos funcionarios. Aprender y
conocer las dinámicas internas lleva tiempo. Esto también va acompañado de apoyos, en el mejor
de los casos, u oposiciones por parte de los funcionarios fijos que causan retrasos en la ejecución y
toma de decisiones. 

Un contraargumento a la explicación brindada puede ser que el Gobierno de Guatemala se


encuentra en Estado de Calamidad Pública. Esta forma legal otorga a la admiración la capacidad de
hacer compras y contrataciones de maneras mucho más “fáciles”. Sin embargo, a pesar de que
llevamos 100 días así, esto no ha favorecido la ejecución del presupuesto. Esto nos enseña que la
variable sobre la importancia del conocimiento administrativo del Estado es clave para poder
ejecutar y administrar correctamente los presupuestos tanto en situación de emergencia como en
situación de normalidad. 

Resulta claro que las compras y contrataciones del Estado han sido frenadas por la falta de
comprensión de los esquemas de funcionamiento interno del Estado. Sumado a eso, el factor de
“nuevo” directivo dentro del Gobierno combinado con los procesos internos y externos (formales 
o informales) dentro de las diferentes dependencias del ejecutivo ha dificultado una ejecución
presupuestaria rápida. Lo anterior nos lleva a decir que la importancia del servicio civil profesional
es clave para poder ejecutar las políticas públicas dentro de una cartera, ya que nos ahorraría la
curva de aprendizaje de los nuevos directivos.   

Presidente Giammattei analiza situación de presupuesto general con autoridades de


Ministerio de Finanzas

El presidente Alejandro Giammattei, en reunión con autoridades del Ministerio de Finanzas


Públicas (Minfin), analizó hoy el avance de la ejecución presupuestaria y el proceso de estudio del
Presupuesto Abierto 2022, que definirá la estructura básica del proyecto de ingresos y egresos del
próximo año.

El mandatario se reunió con el titular del Minfin, Álvaro González Ricci, y con los viceministros de
la institución, al continuar las giras semanales de evaluación de los programas del Gobierno con las
autoridades de cada uno de los ministerios que integran el Organismo Ejecutivo.

Luego de la sesión de trabajo, el ministro González Ricci dijo en declaraciones de prensa que se
conversó con el presidente Giammattei en una prolongada reunión en la que se destacó el
desempeño positivo en recaudación y fiscalización “que son aspectos que se verán reflejados (en
las finanzas públicas) el próximo año”.

Sobre el proyecto de presupuesto general de la nación para el próximo año dijo que el proceso de
Presupuesto Abierto 2022 avanza y que, de acuerdo con el calendario de trabajo, la próxima
semana los ministros harán sus exposiciones “para luego ir cerrando a finales de agosto con la
parte macro fiscal en la que participarán, junto con el Minfin, el Banco de Guatemala y la
Superintendencia de Administración Tributaria.

Adelantó que se integra un proyecto de presupuesto por alrededor de cien mil millones de
quetzales. “Pero aquí el dato importante – precisó- es que el presupuesto operativo de este año es
de 94 mil millones de quetzales, aproximadamente, y los seis mil millones de quetzales en que
estaría creciendo el presupuesto 2022 se origina a través de la recaudación que vamos a tener”.
“Diría que tal vez es la primera vez en la historia que tendríamos un presupuesto más alto” pero
no como consecuencia de endeudamiento “sino más alto debido a que estamos recaudando más”,
resaltó el ministro de Finanzas Públicas.

Afirmo que el buen resultado en materia de recaudación “claramente refleja la confianza que está
teniendo el sector privado en el Gobierno, en el sentido de que están invirtiendo no solo
empresas locales sino que también hay una buena cantidad de inversión extranjera, que
sobrepasa los 700 millones de dólares” en lo que va del año.

El ministro de Finanzas informó que en la reunión con el presidente Giammattei se le dedicó


“bastante tiempo al tema del Registro General de Adquisiciones del Estado”, donde están
incluidos todos los proveedores del Estado, ya que se evaluaron las modificaciones que se harán a
este sistema con el objetivo de mejorar la fiscalización y la recaudación.
Sobre la ejecución presupuestaria del presente año, consideró que “vamos relativamente bien”,
pues algunos despachos tienen un avance de 49.7 por ciento, “pero hay ministerios como Salud,
Gobernación, Educación que casi llegan al 60 por ciento”.

González Ricci estimó relevante la evaluación directa del desempeño de los ministerios que hace el
presidente Giammattei. “Es importante llegar a este nivel de detalle” del trabajo en las distintas
dependencias, pues “en las reuniones de Gabinete es complicado, en cambio en estos espacios,
como el del Minfin, se puede aprovechar bastante bien” para los balances de gestión.

SE APRUEBA LA AMPLIACIÓN PRESUPUESTARIA PARA CONTENER LOS EFECTOS DE LA


PANDEMIA
Viernes, 23 de julio de 2021

Para asignar fondos para el funcionamiento de los diferentes ministerios e instituciones estatales,
para atender la emergencia sanitaria durante la pandemia de la Covid-19, los diputados de la IX
Legislatura aprobaron el Decreto 20-2020, que dio lugar a una ampliación del Presupuesto General
de Ingresos y Egresos del Estado, para el Ejercicio Fiscal 2020.
 
 
 Los parlamentarios consideraron que, derivado de las medidas de contención contra la
emergencia sanitaria, emitidas en el Decreto 12-2020, Ley de Emergencia para Proteger a los
guatemaltecos de los efectos causados por la pandemia del coronavirus Covid-19, se debía incluir
una ampliación al Presupuesto General del Estado.
Esta ampliación comprendida en el Decreto 20-2020, fue aprobada por el Pleno del Congreso de la
República el 5 de abril del 2020 y entró en vigencia el 17 del mismo mes.
 
DECRETO 15-2020 GARANTIZÓ LOS SERVICIOS BÁSICOS DURANTE EL ESTADO DE CALAMIDAD
 
La legislación, en su artículo 1, aprueba la ampliación del Presupuesto 2020, por el monto de Q5
mil 138 millones 900 mil. La ampliación de los recursos para las diferentes entidades estatales
quedó estipulado en el artículo 2, en los que se destacó la asignación de hasta Q500 millones para
la dignificación y nóminas de los maestros contratados por el Ministerio de Educación (Mineduc),
así como Q150 millones para el aumento salarial de los trabajadores del Ministerio de
Gobernación.

Ante la emergencia sanitaria por la Covid-19, el Decreto 202-2020, aprobó fondos por Q396
millones para que el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), de los cuales se
destinó Q370 millones para la compra de ventiladores, pruebas, equipo y trajes de protección para
atender a los pacientes con el coronavirus, así como Q26 millones para el pago de bonos de riesgo
al personal de salud que atiende la crisis sanitaria.
De esta ampliación presupuestaria, también se destacó la asignación de Q100 millones para la
construcción de viviendas dignas para las familias, así como Q70 millones para el remozamiento de
centros educativos.
En el caso del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), se aprobó una
ampliación de Q724 millones, para remozamientos de centros de salud, escuelas, el Programa de
Piso Digno, cocinas dignas y para el mantenimiento de la infraestructura vial en el país.
 
 FONDOS DESTINADOS PARA FORTALECER ATENCIÓN PRIMARIA EN TEMAS DE SALUD
 
En el ámbito social, se autorizó Q360 millones para el subsidio de la energía eléctrica, lo que apoyó
a muchas familias afectadas económicamente por la pandemia.

Por su parte, el artículo 3, faculta al Organismo Ejecutivo, a que a través del Ministerio de Finanzas
(Minfin), apruebe mediante Acuerdo Gubernativo, la distribución analítica de la ampliación
presupuestaria.

Asimismo, el artículo 4 reformó el primer párrafo del artículo 100 del Decreto 25-2018, para la
modificación del presupuesto vigente, durante el ejercicio fiscal 2020. 
Esta ley, también en su artículo 5 faculta al Ejecutivo para que realice las negociaciones y suscriba
los convenios o contratos con el Programa de Reducción de Emisiones, a ser suscrito con el Banco
Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF).
Con la aprobación del Decreto 20-2020, el Congreso de la República facilitó recursos para que el
Organismo Ejecutivo realizará acciones oportunas para proteger a los guatemaltecos de los efectos
económicos y en salud ocasionadas por la crisis sanitaria de la Covid-19
DEUDA PUBLICA
La tendencia hacia una nueva ola de creciente endeudamiento público que se ha visto reflejada en
la mayoría de las economías latinoamericanas ha recalado con fuerza en Guatemala, en el último
año ha visto crecer su deuda externa e interna de manera desorbitante; en parte por las
consecuencias tanto sanitarias como económicas provocadas por la pandemia del COVID-19 y
también para cubrir gastos de funcionamiento y de cuenta corriente del nuevo gobierno de
Guatemala.

Las cuentas nacionales que por constitución son vigiladas y están regidas por normativa de política
pública monetaria, por el Banco de Guatemala, han dado cuenta del sensible incremento y cambio
en la perspectiva del endeudamiento, después de casi una década estabilidad macroeconómica
donde las variaciones en cuanto a deuda pública fueron poco perceptibles.  Pero entonces, ¿qué
ha cambiado para que se dé este giro?
El paso de la deuda pública a una creciente deuda con entidades multilaterales y a la banca
privada, así como la colocación de bonos de tesoro y otros instrumentos de financiación de largo
plazo con un relajamiento y aumento de la tolerancia y la aceptación en el mecanismo de
endeudamiento como solución a la falta de financiación por la vía de la recaudación tributaria,
puede estar dentro de las explicaciones plausibles a los cambios en la situación de endeudamiento
público en el país.
Con el presente trabajo, se explora también las distintas formas de análisis sobre el
endeudamiento público, los destinos y escenarios posibles desde una perspectiva crítica de la
sociedad civil en el afán de contribuir a proponer soluciones viables, sostenibles en el tiempo y
socialmente coherentes en esta supuesta economía de renta media de Guatemala.

Pandemia del COVID-19 y de deuda pública


El peligroso crecimiento que ha experimentado la deuda pública en el vecino país ofrece lecciones
importantes para Guatemala y para el mundo. Sobre todo, la importancia del papel que juega el
Legislativo en moderar las pretensiones de gasto del Ejecutivo. Como acertadamente se dice en la
columna en cuestión: el Legislativo no puede ser un ‘“simple tramitador de aprobaciones que
solicite el Ministro de Hacienda”’. Corresponde al  Congreso evaluar detenidamente los costos,
beneficios y riesgos potenciales del nuevo endeudamiento público; por más que un partido tenga
una mayoría abrumadora o exista una poderosa coalición en el Legislativo, nada justifica que se
tomen decisiones apresuradas y riesgosas en esta materia, tal como parece haber sucedido hace
una semana en la Asamblea Legislativa de El Salvador, como lo describe Membreño: en un mismo
día “‘se decidió durante la plenaria convocar a la comisión de Hacienda para discutir una serie de
préstamos, al cabo de unas horas se emitió el dictamen y luego fueron aprobadas siete
operaciones crediticias con casi la totalidad de los votos’”.
Sin pretender juzgar las bondades o efectos perjuidiciales que dichos préstamos podrían tener
para la economía salvadoreña, cuestión que corresponde solamente a sus propios ciudadanos,
resulta muy revelador este episodio en función de la situación que vive Guatemala. Si bien la
situación del endeudamiento público en nuestro país es muy distinta a la de El Salvador, en donde
la deuda pública ya casi alcanza el cien por ciento del PIB, nada justifica que Guatemala siga
endeudándose por el simple hecho que el nivel de endeudamiento es bajo o porque existen
instituciones financieras internacionales dispuestas a seguir prestando al país. Si bien en
Guatemala se han respetado un poco más las formas, al final de cuentas, como lo han demostrado
en el pasado reciente,  todos los entes obligados a evaluar la conveniencia del endeudamiento
también saben cómo “echar las pupusas al comal”; si los dictámenes de este tipo de entidades
obedecen únicamente a consideraciones políticas sale sobrando la supuesta solvencia técnica de
quien los elabora, así como el tiempo que se tomen en hacerlos. Aunque no se avizore ninguna
acción por parte del Congreso en materia de endeudamiento público en el futuro cercano,   es casi
seguro que mientras usted lee estas líneas, en alguna oficina pública alguien está buscando la
forma de cómo endeudar más el país. Sobre todo, ahora que se viven tiempos en los cuales
cualquier intervención gubernamental se justifica en nombre de combatir la pandemia y sus
efectos económicos.

  El impacto de la pandemia del COVID-19 en Centroamérica ha generado un bajo


desempeño económico, aumentando de esta forma, los niveles de deuda externa, generando una
gran brecha fiscal inhábil de crear e implementar nuevos proyectos de inversión en un escenario
futuro, el cual es uno de los mayores retos a los que enfrentan los gobiernos de la región en
conjunto con el aumento de la depreciación cambiaria, formando un desplazamiento del gasto en
inversión pública, además, de que la actual deuda pública de la región es de un 15.6% del
producto interno bruto (PIB), en donde el cociente de deuda a PIB podría aumentar en promedio,
al menos, entre 4.7% y 7.6% para finales de año, que puede conllevar a mermar la capacidad de
pago de los países centroamericanos por el endeudamiento de los gobiernos.

     La pandemia ha aumentado aún más la pobreza, el desempleo y las grandes brechas de
desigualdad. En donde entre una de las consecuencias a largo plazo se encuentra la desaceleración
económica que afecta tanto a los ingresos como el desempleo, particularmente de la población
que ya se encuentra en extrema pobreza y situación de vulnerabilidad, con lo cual se espera que la
región también se vea afectada con una desaceleración económica negativa de un -1,8%.

    Además, según datos del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), el
crecimiento económico de Centroamérica pasaría de un 3.9% proyectado en octubre de 2019 a
una recesión económica de -3.7% para finales de este año. Cabe resaltar que, actualmente en la
región, Guatemala según datos del informe sectorial de la Calificadora de Riesgo SC Riesgo y del
BCIE, de Q70 mil millones de endeudamiento externo en el 2019 pasó a un monto de Q174, 850.2
millones con el impacto de la pandemia actual, además de que el Congreso aprobó dos préstamos
al Ejecutivo. El primero de US$200 millones con el financiamiento del Banco Mundial (BM), el cual
se encontraba inicialmente programado para políticas de gestión de desastres naturales.

     El segundo préstamo por US$250 millones dirigido a aumentar el presupuesto del país con el
apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), además, de que también se aprobó una
ampliación presupuestaria por US$1,5 mil millones, conocida como Ley de Rescate Económico,
financiada con la colación de bonos, todos estos recursos, destinados al apoyo de la economía
familiar por el impacto del coronavirus.

     Por otra parte, El Salvador de US$9.215,35 millones en el 2019 pasó a un endeudamiento
externo de US$10,420.68 millones en lo que va del año, Honduras pasó de US$9,515.6 millones del
2019 a acumular US$10,795.9 millones, país en el que su gobierno aprobó un préstamo de
US$26.0 millones dirigido a aumentar el presupuesto del sector salud, además, de que la SEFIN
gestionó fondos externos por US$130.0 millones dirigidos para disminuir los efectos de la
pandemia. En cuanto al endeudamiento de Nicaragua pasó de US$5,949.6 millones en el 2019 a
US$11,661 millones, Belice pasó de US$1.178 millones en el 2019 reduciéndose un poco a
US$1,100 millones, mientras que Costa Rica pasó de US$36,993.80 millones en el 2019 a un
endeudamiento de US$39,365.27 millones, país en el cual el FMI aprobó un crédito de desembolso
rápido por US$508.0 millones, dirigido al Gobierno Central, e inclusive, US$1,500 millones
destinados a créditos para capital de trabajo o reapertura de negocios.

     De igual forma, tanto Costa Rica como El Salvador han sobrepasado el 70% de su relación de
deuda pública al PIB, en donde el 70% de los fondos del préstamo de los US$2,000 millones son
destinados para atender la emergencia sanitaria y el 30% a municipalidades para el combate a la
pandemia. Por lo anterior, es posible decir que la deuda de Costa Rica y El Salvador se encuentran
muy por encima de los restantes países de la región, según datos obtenidos de los Flujos
Mundiales de Financiamiento para el Desarrollo del Banco Mundial (BM).

     Panamá también se encuentra entre uno de los países a quienes se les otorgaron prestamos
para enfrentar la crisis de la pandemia, en donde US$2,500 millones fueron obtenidos mediante
colocación de bonos de deuda, el cual se vence en el año 2056 con una tasa de interés del 4.5%,
otro préstamo de US$41.0 millones otorgado por el BM y uno de US$1,000 millones más, quién
aumentó su deuda en un 24%. Además, de que, según datos obtenidos de Forbes Centroamérica,
Panamá mantiene 16 bonos soberanos en el mercado internacional, 15 de estos en dólares y un
bono Samurai en yenes, que suman una deuda de US$18,859 millones, esto son US$4,104
millones más en un año, de los cuales US$2,472 millones (60%) fueron post covid-19, quien fue el
primer país en hacer un préstamo para la crisis sanitaria.
     La región centroamericana es una de las más endeudadas en la arena global, por lo cual, los
gobiernos, organismos internacionales de desarrollo, y las agencias de calificación de riesgo,
deberán ser flexibles al momento de evaluar los análisis de estabilidad macroeconómica y los
requerimientos de apoyo futuros hacía la región. Inclusive, los gobiernos también deberán ser
conscientes del pago de la deuda externa a los bancos y Estados prestamistas, para no continuar
endeudando aún más a la región, para poder invertir en proyectos que beneficien a la población a
largo plazo, sin embargo, los gobiernos no son del todo transparentes, por lo que también es
necesario que se fiscalicen los préstamos y estos se distribuyan de una forma eficiente hacía las
primordiales necesidades de cada uno de los países.
     Paralelamente, el costo de no utilizar adecuadamente el endeudamiento será demasiado alto,
no solo para las actuales generaciones sino también para las futuras. Además, de que la región
también se verá afectada negativamente por un descenso inicial más pronunciado y una
recuperación más prolongada e incompleta. Por lo cual, el Sistema de Integración
Centroamericano (SICA) creó e implementó un Plan de Contingencia Regional por más de
US$1,900 millones, el cual se encuentra integrado por cinco ejes: 1) Salud y Gestión de Riesgo, 2)
Comercio y Finanzas, 3) Seguridad, Justicia y Migración, 4) Comunicación Estratégica y 5) Gestión
de Cooperación Internacional.

    Asimismo, como parte del plan, se llevó a cabo el Estudio de Impacto Económico ante la
pandemia del COVID-19, sin embargo, es necesario que las estrategias para hacerle frente a la
pandemia sean a largo plazo, por el impacto de esta pandemia tanto en ámbitos económicos,
como sociales, políticos, de salud, culturales, etc. Entonces, cabe preguntarse ¿Cuál ha sido la
respuesta de los Estados ante el endeudamiento externo y costos que representa la pandemia?

      Los Estados de la región han creado e implementado distintas medidas y políticas para hacerle
frente a la pandemia, como bonos de ingreso básico y alimentos de emergencia a toda la
población en situación de pobreza y pobreza extrema como el Fondo de Emergencia financiado
por el BCIE por US$8 millones, la ampliación de plazos y periodos de pagos en los créditos
otorgados a las pequeñas y medianas empresas (MiPymes).

     Es importante, por ende, avanzar hacia la elaboración, debate e implementación de estrategias
no solo a corto plazo, sino también a largo plazo, en donde la sociedad civil debe participar
adecuadamente en el proceso del desarrollo de estas estrategias, como en el fortalecimiento del
compromiso de la descentralización de la administración pública, los servicios públicos y otras
estructuras internas.
https://cadep.ufm.edu/2020/07/covid-19-en-guatemala-un-explicacion-a-la-baja-ejecucion/

https://prensa.gob.gt/comunicado/presidente-giammattei-analiza-situacion-de-presupuesto-
general-con-autoridades-de

https://www.congreso.gob.gt/noticias_congreso/6773/2021/4

https://www.latindadd.org/2021/06/18/guatemala-analisis-de-la-deuda-publica/
https://cien.org.gt/index.php/pandemia-del-covid-19-y-de-deuda-publica/

http://www.fundaesq.org/endeudamiento-externo-el-costo-de-la-pandemia-del-covid-19-en-la-
integracion-centroamericana/

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