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EXODO 4:20-31.

De Madián a Egipto
SE DESPIDE DE JETRO
Después de la experiencia con la zarza ardiente, Moisés hizo de inmediato planes para irse a Egipto.
(Éxodo 4:18)  Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora,  y volveré a mis
hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz. 

Moisés había pasado la mitad de su vida en Madián, como parte de la familia de Jetro. Seguramente
fue difícil despedirse de ellos, pero también tenía la expectativa de encontrarse con su propia familia
en Egipto. (Éxodo 4:20)

Ante la idea de regresar a Egipto, seguramente Moisés se preocupó pensando que su vida corría
peligro, ya que él huyó de allá porque el faraón quería su muerte. Pero el Señor lo tranquilizó:(Éxodo
4:19)
En el camino hacia Egipto, Dios continuó hablándole a Moisés sobre lo que estaba por enfrentar:
(Éxodo 4:21)
Lo más lógico hubiera sido que Dios ablandara el corazón del rey de Egipto para que los dejara ir.   No
obstante, vemos todo lo opuesto: Dios lo iba a endurecer. Como veremos en el proceso de las plagas,
en todo esto hay un plan divino.

Pero, ¿Qué quiere decir “endurecer su corazón”? En hebreo literalmente dice: “hacer su corazón
fuerte”. Lo que esto significa es que Dios no “cambia” el corazón del faraón (como si estuviera
manipulándolo); más bien, el Señor “fortalece” lo que ya está en el corazón del rey. En el corazón del
faraón ya existía un rechazo hacia los israelitas, y todo lo que Dios hace es reafirmar ese sentimiento.

A continuación, Dios le advierte a Moisés cuál será la consecuencia final de la dureza del corazón del
faraón:
(Éxodo 4:22-23) Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito. Ya te he dicho
que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; he aquí yo voy a matar a tu
hijo, tu primogénito. 

La culminación de esta profecía la veremos en los acontecimientos de la última plaga, en los capítulos
12 & 13.

AMENAZA EN EL CAMINO
En el camino a Egipto sucedió algo muy extraño a Moisés:
(Éxodo 4:24)  Y aconteció en el camino, que en una posada Jehová le salió al encuentro, y quiso
matarlo. 

¿Cómo es posible que Dios llame a Moisés a una misión, y en el camino lo busque para matarlo? A
simple vista, no parece tener sentido. De cualquier manera, lo importante es que en ese momento
Séfora, esposa de Moisés, entendió el mensaje y actuó:
(Éxodo 4:25-26) Entonces Séfora tomó un pedernal afilado y cortó el prepucio de su hijo, y lo echó a
sus pies, diciendo: A la verdad tú me eres un esposo de sangre.  Así le dejó luego ir. Y ella dijo: Esposo
de sangre, a causa de la circuncisión. 
Aquí Séfora revela la razón por la que Moisés iba a morir: el hijo de Moisés no estaba circuncidado.
Según la tradición judía, el hijo primogénito de Moisés sí había sido circuncidado, pero que Séfora se
había opuesto a que lo hiciera con el segundo.  Por eso, ella supo que hacer en ese momento.

¿Por qué era tan importante el tema de la circuncisión?  Por una simple razón: Moisés iba a participar
como líder de la liberación del Pueblo de Israel, en mérito del Pacto que Dios hizo con los patriarcas. Y
la señal de ese pacto era la circuncisión (Gen. 17:7-14). 

ENCUENTRO CON AARON


Dios no sólo llamó a Moisés para esta misión, sino también a su hermano Aarón.
(Éxodo 4:27)  Y Jehová dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el
monte de Dios, y le besó. 

Moisés y Aarón se encontraron en el Monte Horeb, el mismo lugar donde Moisés tuvo la experiencia
de la zarza.
(Éxodo 4:28) Entonces contó Moisés a Aarón todas las palabras de Jehová que le enviaba, y todas las
señales que le había dado. 

El encuentro entre hermanos fue muy emotivo, tal como el Señor anunció (Exo. 4:14). Podemos
imaginar la emoción de Aarón al saber que su hermano menor era el hombre elegido para liberar al
pueblo de Israel de la esclavitud…y ahora lo acompañaría por invitación de Dios. Aarón
complementaba muy bien a Moisés; lo que a uno le faltaba, el otro lo tenía.
(Éxodo 4:15-17)  Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré con tu boca y con la
suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer. Y él hablará por ti al pueblo; él te será a ti en lugar de boca,
y tú serás para él en lugar de Dios. Y tomarás en tu mano esta vara, con la cual harás las señales. 

Moisés será el líder y quien recibe la revelación, y Aarón será el vocero. Y su primera encomiendo era
reunirse con los líderes de los israelitas.
(Éxodo 4:29-30) Y fueron Moisés y Aarón, y reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel. Y
habló Aarón acerca de todas las cosas que Jehová había dicho a Moisés, e hizo las señales delante de
los ojos del pueblo. 

¿Cuál fue la reacción del pueblo ante la promesa de liberación, y las señales que le acompañaban?
(Éxodo 4:31) Y el pueblo creyó;  y oyendo que Jehová había visitado a los hijos de Israel, y que había
visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.

Después de cuatrocientos años de esclavitud en Egipto, había llegado el momento de la liberación. Era
un momento muy emocionante para el pueblo de Israel.

SEÑALES Y MILAGROS
A lo largo de la Biblia vemos que Dios usa señales y prodigios con un propósito: para que el pueblo crea
en Él. Por eso Dios le dio señales a Moisés, tal como la vara que se convierte en serpiente.
(Éxodo 4:5)  Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham,
Dios de Isaac y Dios de Jacob. 

Jesús también hizo muchos milagros y señales para que creyeran en El.
(Juan 2:23)  Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las
señales que hacía.
(Juan 20:30-31)  Hizo además Jesús muchas señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están
escritas en este libro.  Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y
para que creyendo, tengáis vida en su nombre.

La palabra hebrea para “Señal” es: Ot, que también significa: enseña, evidencia, o  bandera. Las
señales o milagros son la evidencia del poder de Dios; son como una bandera que se levanta en alto
para que todos puedan verla, y así todos puedan reconocer a quien pertenece.

Las señales que Moisés hará en Egipto servirán de testimonio, tanto para israelitas como para egipcios,
para que todos crean que el Dios de Israel es real y que Él es Dios Todopoderoso.

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