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CENTRO DE ESTUDIOS E

INVESTIGACIÓN DE LAS BELLAS ARTES

Título:

Activación del idioma Yokot’an e implementación en


la Escuela Primaria “Virginia Perez Gil” en
Villahermosa,Centro”.

Tema:

Conservación del Idioma Yokot’an en Nivel Básico


Educación primaria

Materia:

Metodología de la Promotoría Cultural a Proyectos


Culturales.

Alumnos:

Pedro Pablo Lopez Arellano.

Maria del Carmen Jesús Sierra.


Docente:

Juan Pablo Luna Sepúlveda

4to semestre grupo “A”

Licenciatura en promotor cultural en Educación


Artística.
Causas y síntomas.
Como bien sabemos la lengua materna es el primer idioma que por
defecto aprendemos. Es la lengua que nos enseñan nuestros padres, la
que desde pequeños escuchamos en nuestro entorno familiar. Ésta
define nuestra identidad y procedencia geográfica y es también motivo
de orgullo.

Pero ¿ Y si nuestra lengua materna es indígena? La probabilidad de ser


discriminado es bastante alta. En efecto, todos los pueblos indígenas de
América Latina han experimentado históricamente una enorme presión
social y política, de la sociedad o del Estado, que ha desincentivado el
uso de las lenguas nativas. La desvalorización de las lenguas nativas, y
en muchos casos la vergüenza de hablarlas, ha ocasionado que las
familias indígenas privilegien el uso del idioma dominante como
mecanismo de adaptación al contexto social también dominante.

Hablar un idioma indígena en México es símbolo de orgullo y resistencia


para las comunidades. En México, los idiomas indígenas no se están
muriendo, el Estado y la sociedad las han desaparecido por un
malentendido racista una forma despectiva que se basa en la ignorancia
de la lingüística y en los prejuicios raciales y de clase. Como bien es el
caso del idioma Yokot’tan que con el paso del tiempo comenzó a
perderse, por la discriminación y a raíz de eso en algunos lugares
prohibieron la lengua, corriendo el riesgo que futuras generaciones
olviden su lengua materna indígena y desaparezca por completo.

La pérdida de un idioma puede ser tan grave como la extinción de una


planta o de un animal. Una vez que un idioma ya no existe, los
conocimientos que contiene también se pierden para la sociedad.
Planteamiento del tema
Nuestra cuestión es la siguiente. Muchísimos mexicanos todavía llaman
“dialectos” a los idiomas indígenas. Es una forma despectiva que se
basa en la ignorancia de la lingüística y en los prejuicios raciales y de
clase. En primer lugar, el verdadero significado de “dialecto” es una
variante regional o local dentro de un idioma; así, por ejemplo, el idioma
español tiene sus dialectos argentino, puertorriqueño o mexicano, y el
español mexicano a su vez tiene dialectos norteños, sureños o

chilangos. En segundo lugar, se tiene la impresión, completamente

errónea, de que los idiomas indígenas no merecen siquiera la categoría

de idioma, de que son “atrasados” o “primitivos”. En realidad, no hay

ningún idioma “menor” o “mayor”. Todos los idiomas poseen una gran

complejidad y tienen recursos expresivos amplísimos, que no se

corresponden necesariamente con las condiciones materiales de los

pueblos que los hablan. Y cómo se planea solucionar esto,

implementando su importancia por medio de asignaturas desde el

nivel primaria en educación, por lo que al ver un nuevo idioma desde

temprana edad cómo lo es el Yoko’tán es más fácil educar y conservar

el idioma en las siguientes generaciones.


Marco histórico

El problema es el resultado de 500 años de discriminación y


explotación, promovidos por el eurocentrismo, que considera los
idiomas europeos como la cumbre del pensamiento. Dejando de lado a
los nativos en nuestro estado.

¿Y por qué yokot’an y no chontal, como se le conoció durante muchos


años entre los hablantes del español? La palabra chontal viene del
náhuatl chontalli, que significa extranjero, así llamaban los mexicas a
muchos de los pueblos del sureste de México y así los siguieron
llamando los españoles y luego los mexicanos. De ahí el nombre de la
región de La Chontalpa, célebre en Mesoamérica por la calidad de su
cacao.  Pero este pueblo se nombraba a sí mismo como yoko yinikob
(hombres verdaderos) y yoko ixikob (mujeres verdaderas), y a su
idioma le llamaron yoko t’aan (la lengua verdadera). Por eso, desde
hace varios años, yokot’an es el nombre usado por sus hablantes. 

El territorio que hoy es Tabasco, en la llanura costera del Golfo de


México, la parte baja de las cuencas Grijalva y Usumacinta, fue en la
época prehispánica un corredor que comunicaba las partes norte y sur
de Mesoamérica, un ramal de autopistas acuáticas por donde
circularon, además de los yokot’anes, itzás, xicalangas, toltecas,
quichés, kakchiqueles, nahuas-mexicas y náhuats. 

A la llegada de los españoles los principales pueblos eran yokot’anes,


zoques y nahuas. Los yokot’anes eran hábiles navegantes, que
recorrían los caminos de agua que unían el altiplano central de
México con la zona del Soconusco en Chiapas, la península de
Yucatán y Guatemala.  De los 160 mil indígenas que probablemente
habitaban esta zona a la llegada de los españoles, se pasó a sólo 8,766
en 1579. Un 90% de disminución en medio siglo. Las causas fueron,
entre otras, las enfermedades infecciosas que trajeron los invasores,
además de los desplazamientos forzados y la esclavitud. 

La independencia de México no trajo mucho alivio a los pueblos


indígenas, porque el nuevo estado mexicano tenía como proyecto de
nación la uniformidad, la idea de que el ciudadano mexicano debía
tener una sola identidad, lo cual resultó en la negación de los idiomas
y las identidades nativas. 

A partir de 1940, cuando el país quiere ir hacia la modernidad


occidental, los maestros que el sistema educativo enviaba a las zonas
indígenas prohibían a los alumnos hablar su propio idioma. Entre
1940 y 1980 el idioma yokot’an (como muchos otros) desaparece de
los censos de población. El boom petrolero en Tabasco, a partir de los
años 70, fue otro golpe para los yok’otanes, porque trajo consigo la
contaminación y pérdida de sus tierras y aguas, además de la
descomposición social que propicia el dinero de la industria petrolera.
Actualmente en Tabasco, según el censo de 2010, quedan unos 37 mil
hablantes del yokot’an. En total, junto con el chol, el tzetal y el tzotzil,
hay unos 60 mil hablantes de idiomas indígenas, un 3% de la
población total. 

El yokot’an todavía se habla en los municipios de Centla, Centro,


Nacajuca, Macuspana y Jalpa de Méndez, y los investigadores
reconocen tres variantes del idioma: la que denominan de San Carlos,
la de Tamulté de las Sabanas y la de Nacajuca. Y sin embargo, pese a
ser hoy una minoría, el yokot’an ha dejado una huella imborrable en el
español que se habla en Tabasco, como afirmaba la estudiosa Rosario
Gutiérrez Eskildsen. El no pronunciar la “s” al final de las palabras en
plural; el uso de vocablos compuestos, como “robavaca”; la j aspirada
que sustituye a la s intermedia; son características esenciales del hablar
tabasqueño, y son influencias directas del yokot’an. 

En 1990 el país ratificó el Convenio 169 de la Organización


Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales; y en
1992 se reformó el artículo 4º constitucional y se reconoció la
existencia pluriétnica y multicultural de la Nación mexicana.

Marco teórico
El yokot’an, por ejemplo, es uno de los casi 30 idiomas de la familia
lingüística maya, es parte del subgrupo de las lenguas cholanas, al cual
también pertenecen el idioma chol y el idioma chortí hablado en
Guatemala. Es decir, el yokotán viene de la familia de idiomas que
hablaron quienes inventaron un calendario mucho más preciso y
complejo que el que tenían los europeos, y quienes construyeron
edificios monumentales que aún hoy, después de tantos siglos, siguen
asombrando a visitantes del mundo entero. Evidentemente no hay
nada de “atrasado” o “primitivo” en el yokot’an. La Ley General de
Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, que en su artículo 6
dice (resumido): El Estado adoptará las medidas necesarias para
asegurar que los medios de comunicación masiva difundan la realidad
y la diversidad lingüística y cultural de la Nación Mexicana. Además,
destinará un porcentaje del tiempo que dispone en los medios de
comunicación masiva concesionados para la emisión de programas en
las diversas lenguas nacionales habladas en sus áreas de cobertura, y
de programas culturales en los que se promueva la literatura,
tradiciones orales y el uso de las lenguas indígenas nacionales de las
diversas regiones del país.

El artículo 7 dice (resumido): “Las lenguas indígenas serán válidas, al


igual que el español, para cualquier asunto o trámite de carácter
público, así como para acceder plenamente a la gestión, servicios e
información pública. La Federación y las entidades federativas tendrán
disponibles y difundirán a través de textos, medios audiovisuales e
informáticos: leyes, reglamentos, así como los contenidos de los
programas, obras, servicios dirigidos a las comunidades indígenas, en
la lengua de sus correspondientes beneficiarios”.

Y el artículo 8 señala que: “Ninguna persona podrá ser sujeto a


cualquier tipo de discriminación a causa o en virtud de la lengua que
hable”.

La protección legal de los hablantes de idiomas indígenas tiene una


razón fundamental: cada idioma implica una visión única sobre el
mundo, una forma diferente de contarlo, una parte significativa de la
experiencia humana sobre la Tierra. 

Marco contextual

Donde: Centro, Tabasco. Escuela Primaria

Contexto en el que se sitúa: En pleno 2022 con los


índices bajos de lenguas indígenas según la INEGI

Justificación
Un principio clave de estas asignaturas es el desarrollo de un
bilingüismo equilibrado, el cual representa mayores ventajas cognitivas,
sociales, comunicativas y de capital cultural para el estudiante, al
permitirle interactuar en dos o más lenguas, así como conocer otras
formas de explicar y aprehender el mundo. Con el bilingüismo se
desarrolla una conciencia lingüística más elaborada, ya que se tiene la
posibilidad de comparar y reflexionar acerca de las formas, significados
y usos de la comunicación y la cultura y, con ello, comprender más
fácilmente las diferencias; pero sobre todo permite profundizar el análisis
relativo a los usos, funciones y formas de la propia lengua. Asimismo, el
aprendizaje bilingüe ayuda a desarrollar habilidades y competencias
útiles para promover la resiliencia, la innovación y la sostenibilidad.

La Dirección General de Educación Indígena (DGEI), de conformidad


con el marco normativo nacional y los acuerdos internacionales
correspondientes, podría elaborar materiales educativos y didácticos
para fomentar el estudio y reflexión de las lenguas maternas indígenas,
considerando diversas recomendaciones al respecto. Por ejemplo, el
planteamiento contenido en el Informe de seguimiento de la educación
en el mundo (UNESCO, 2016):

Desde esta perspectiva, la preservación, conservación, uso y


aprendizaje de las lenguas originarias tiene como propósito mantener y
fortalecer la diversidad cultural y lingüística de México.

Con este proyecto se logrará que los niños puedan adquirir unas bases
sólidas en materia de lectura, escritura y aritmética, las escuelas deben
impartir enseñanza en una lengua que los niños entiendan. Los
sistemas de educación bilingües (o multilingües) basados en la lengua
materna, en los cuales se enseña la lengua materna del niño
conjuntamente con la introducción de un segundo idioma, pueden
mejorar los resultados en el segundo idioma, así como en otras
asignaturas.

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