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TRIBUNAL : 11º JUZGADO CIVIL DE SANTIAGO

CARATULA : SISTEMAS TERMICOS GEOCLIMA LIMITADA/LG ELECTRONICS INC. CHILE LIMITADA


ROL : C- 20.842-2015
CUADERNO : PRINCIPAL

INTERPONE RECURSO DE APELACION.-

S. J. L. 11° Juzgado Civil de Santiago

Andrés Cristoffanini Olmedo, por la


demandante SISTEMAS TERMICOS GEOCLIMA LIMITADA en autos sobre
demanda en juicio ejecutivo, caratulados “SISTEMAS TERMICOS GEOCLIMA
LIMITADA CON LG ELECTRONICS INC. CHILE LIMITADA” ROL C -

20.842-2015, CUADERNO PRINCIPAL, a SS respetuosamente digo:

Dentro de plazo legal para ello, y en


conformidad a lo dispuesto en los artículos 158 y 186 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil, en representación de la ejecutante Sistemas Térmicos Geoclima
Limitada, interpongo recurso de apelación respecto de la sentencia interlocutoria
dictada el 28 de enero de 2019 en este cuaderno, que falló de plano el incidente de
abandono del procedimiento deducido por la demandada LG Electronics Inc. Chile
Limitada, acogiéndolo.
Lo anterior, a objeto que la Ilustrísima Corte de
Apelaciones de Santiago enmiende con arreglo a Derecho la resolución impugnada,
revocándola, y en su lugar, rechazando el incidente de abandono del procedimiento
deducido, por los fundamentos de hecho y de Derecho que se exponen en esta
presentación.
Como se fundamentará detalladamente a
continuación, la resolución que aquí se impugna ha desatendido el mérito del proceso,
en cuanto no ha considerado las gestiones desarrolladas, por ambas partes, en segunda
instancia, y las cuales forman parte del presente juicio ejecutivo y, como tales,
constituyen gestiones útiles para dar curso progresivo a los autos para efectos de lo
dispuesto en el artículo 152 del Código de Procedimiento Civil. Ello, toda vez que
instan a la prosecución y resolución de sendos recursos de apelación directamente
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relacionados con incidencias pendientes y determinantes en cuanto a la sustanciación


del proceso en primera instancia. Apelaciones en las cuales la I. Corte ha dictado las
correspondientes resoluciones de “autos en relación” con fecha 21 de agosto de 2018,
encontrándose en estado de ser puestas en tabla para su vista y fallo.

Criterio el relacionado que ha sido confirmado


reiteradamente por la Excelentísima Corte Suprema en diversos fallos, como se
analizará al exponer los fundamentos de Derecho del presente recurso.

De esta manera, es indudable que la resolución


en cuestión causa agravio a mi parte, toda vez que le impide ejercer sus legítimos
derechos en juicio para promover su acción ejecutiva y con ello obtener el pago de lo
adeudado, toda vez que conlleva poner término al juicio ejecutivo o hace imposible su
prosecución.

I) EN CUANTO A LOS HECHOS:

I.1) Como se ha anticipado, es del caso que en


el presente juicio ejecutivo se han deducido, tanto por esta parte ejecutante como
también por la propia ejecutada, sendos recursos de apelación hoy pendientes para su
inclusión en tabla para vista y fallo de la I. Corte de Apelaciones de Santiago, a saber,
RIC 9.772-2018, deducido por esta parte ejecutante Sistemas Térmicos Geoclima
Limitada; y RIC 9.773-2018, deducido por la propia ejecutada LG Electronics Inc.
Chile Limitada.
Recursos en los cuales ambas partes han
comparecido y solicitado, respectivamente, alegatos conforme lo previsto en el artículo
199 del CPC, para que sean fallados previa vista de la causa, habiendo sido declarados
admisibles por la I. Corte, ordenando traer los autos en relación, y encontrándose así en
plena tramitación para su puesta en tabla, vista y fallo.

Cabe consignar las siguientes gestiones y


resoluciones, constantes en este expediente y en los respectivos expedientes de alzada:
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A) Recurso de Apelación RIC 9.772-2018:

i) Por resolución de fecha 13 de julio de 2018,


el tribunal a quo hizo lugar al recurso de apelación deducido por esta parte
demandante, Sistemas Térmicos Geoclima Limitada, en contra de la interlocutoria
dictada en expediente, Cuaderno de Incidente General, con fecha 25 de junio de 2018,
resolución que rechazó el incidente de nulidad deducido por esta parte;

ii) La remisión del expediente a la I. Corte de


Apelaciones se efectuó por el tribunal con fecha 07 de agosto de 2018, ingresándose en
dicha Corte el 09 de agosto de 2018, bajo el ingreso RIC 977-2018;

iii) Con fecha 10 de agosto de 2018 la apelada


LG Electronics Inc. Chile Limitada compareció y se hizo parte en el recurso;

iv) Con fecha 14 de agosto esta parte, en su


calidad de apelante, compareció a seguir el recurso y hacerse parte, solicitando se oigan
alegatos conforme lo dispuesto en el artículo 199 del CPC;

v) Por resolución de fecha 21 de agosto de 2018


la I. Corte declaró admisible el recurso disponiendo se traigan los autos en relación,
para su agregación en tabla, vista y fallo, y quedando consecuentemente el impulso
procesal para su curso progresivo entregado a la acción privativa del Tribunal de
Alzada;
B) Recurso de Apelación RIC 9.773-2018:

i) Por resolución de fecha 17 de mayo de 2018,


dictada en el cuaderno principal, el tribunal a quo concede el recurso de apelación
subsidiaria interpuesto por la ejecutada LG Elecronics Inc. Chile Limitada, en contra
de la resolución de 07 de mayo que acogió parcialmente su reposición, pero
rechazando omitiendo recibir a prueba su excepción de litis pendencia;

ii) La remisión de los antecedentes respectivos


a la I. Corte de Apelaciones se efectuó por el tribunal con fecha 07 de agosto de 2018,
ingresándose en dicha Corte el 09 de agosto de 2018 con el RIC 9.773-2018;
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iii) Con fecha 10 de agosto de 2018 comparece


y se hace parte en el recurso la ejecutada y apelante LG Electronics INC. Chile
Limitada, y solicita expresamente se oigan alegatos conforme lo dispuesto en el
artículo 199 del CPC;
iv) Por resolución de fecha 21 de agosto de
2018, la I. Corte declaró admisible el recurso dictando el correspondiente decreto de
autos en relación, quedando la causa en estado de ponerse en tabla para su vista y fallo,
encontrándose pendiente a la fecha;
v) Por resolución de fecha 30 de agosto de
2018, La I. Corte dispone la acumulación de los dos recursos de apelación
precedentemente singularizados, acumulándose la apelación de la ejecutada RIC 9.773-
2018 a la de la de esta parte ejecutante, RIC 9.772-2018, para su vista y fallo en forma
conjunta.
De esta manera, ambos recursos de apelación se
encuentran en plena tramitación, habiendo ambas partes recurrentes, respectivamente,
efectuado todas las gestiones necesarias y útiles conducentes a su vista y resolución.

I.2) En virtud del principio general de doble


instancia, plenamente aplicable en la especie, asiste a las partes el derecho de solicitar
al superior jerárquico que revise lo resuelto por el tribunal a quo y que estima le causa
agravio, y lo enmiende conforme a Derecho.

Es por tanto el recurso de apelación, parte


integral e inescindible del proceso toda vez que, a través del mismo, el apelante
impetra amparo ante el superior jerárquico respecto de un acto procesal del tribunal a
quo que estima no se conforma a Derecho y lesiona sus derechos. Es una gestión
procesal que busca se enderece la tramitación del procedimiento; una gestión útil del
proceso en su conjunto, toda vez que está destinada a resolver un incidente que forma
parte del juicio y cuya resolución, precisamente, ha de incidir en su tramitación.

Y, en la especie, ello resulta meridianamente


claro, atendido que las respectivas resoluciones recurridas, por ambas partes, revisten
esencial trascendencia en la tramitación que deba darse a los autos en primera
instancia. En efecto, como consta de los antecedentes del proceso, autos, ambas
apelaciones dicen relación con la impugnación de la interlocutora dictada conforme
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ordena el artículo 466 del CPC en su inciso tercero, resolución que es esencial en el
juicio ejecutivo y determina precisamente, la tramitación que se le dará al mismo:

a) Esta parte dedujo recurso de nulidad contra


la resolución de 17 de mayo de 2018, que acogió parcialmente la reposición de la
ejecutada respecto de la interlocutoria dictada inicialmente 07 de mayo de 2018 en
virtud del artículo señalado y que desestimaba recibir la causa a prueba por tratarse de
cuestiones de Derecho. Así, la referida resolución de 17 de mayo recibe la causa a
prueba fijando los puntos sobre los cuales habría de recaer.

Ante el rechazo de su incidente de nulidad, esta


parte deduce apelación contra la interlocutoria de 17 de mayo de 2018, la cual
corresponde precisamente al RIC 9.772, ya singularizado, y sosteniendo básicamente
que la resolución apelada:
i) Ha vulnerado el principio del desasimiento
del tribunal al modificar, en virtud del acogimiento de un recurso de reposición, una
sentencia interlocutoria no susceptible de dicho recurso; y

ii) Ha vulnerado la institución de cosa juzgada,


al admitir prueba un hecho que el propio tribunal a quo conoció, recibió a prueba y
resolvió específicamente, al dar mérito ejecutivo a la factura que funda el presente
juicio ejecutivo en la gestión preparatoria, resolución además confirmada en alzada por
la I. Corte, encontrándose firme o ejecutoriada.

En consecuencia, es evidente que el referido


recurso impugna, en manera esencial y determinante, la tramitación que el tribunal a
quo ha ordenado dar al juicio, estimando que dicha tramitación no se conforma a
Derecho y lesiona gravemente sus derechos.

Es pues de toda lógica y consecuencia que


esta parte ejecutante no inste por dar curso progresivo a una tramitación en
primera instancia que precisamente estima no conforme a Derecho, que la lesiona
en sus derechos, y por aquello la impugna por la vía idónea. No es posible en
consecuencia exigirle que dé impulso a una tramitación que impugna, pues ello
equivaldría a exigirle que contravenga, precisa y directamente, los fundamentos
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de su recurso de apelación. Su impulso procesal debe necesariamente entonces,


estar enfocado a las gestiones útiles para dar curso progresivo a los autos en
alzada, para la vista y acogimiento de su apelación, como precisamente lo ha
hecho.
Es evidente entonces que no existe ni desidia ni
indiferencia de esta parte en llevar adelante el proceso, sino lo contrario; por supuesto
desea que su acción prospere y así obtenga el pago de lo que se le adeuda, y para ello,
debe instar por que la tramitación sea enderezada en alzada, lo cual considera necesario
para la protección y aseguramiento del resultado de su acción;

b) Por otra parte, es de considerar que la


propia ejecutada e incidentista, igualmente ha impugnado la tramitación que el
tribunal a quo ha ordenado dar al proceso, estimando lesionado su interés al negarle
la recepción a prueba de una de sus excepciones opuestas, deduciendo apelación contra
la resolución respectiva. Apelación que fue acogida a tramitación, y la cual ha
gestionado para darle curso progresivo, en orden a que sea vista y resuelta en alzada.

Es obvio entonces que el encaminamiento de su


accionar procesal, al impugnar vía apelación la tramitación en primera instancia en lo
que estima le afecta, y comparecer a seguir el recurso y solicitar se oigan alegatos para
su vista y fallo, no puede sino ser considerado también como una gestión útil de su
parte y directamente encaminada a dar curso progresivo al proceso, de aquellas a
que se refiere el artículo 152 del CPC.

Así, es del caso que no sólo esta parte


ejecutante, sino que también la propia ejecutada e incidentista, ha dado impulso al
proceso en su tramitación en alzada. E indudablemente entonces, la resolución de la I.
Corte de 21 de agosto de 2018 que declaró admisible su apelación ordenando traer los
autos en relación - para que se oigan alegatos pues así lo solicitó - ha recaído en una
gestión útil para dar curso progresivo al procedimiento, al tenor del referido artículo
152.
Ya entonces, de sólo contar el plazo de seis
meses a partir de dicha resolución dictada en alzada, se comprueba que no habían
transcurrido seis meses al momento de solicitarse el abandono por la incidentista,
el 22 de enero de 2019. Y a se agrega el que, dictado el decreto de autos en relación en
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ambas apelaciones el 21 de agosto de 2018, el impulso para su curso progresivo radica


en la I. Corte y no en las recurrentes.
No puede desconocerse que los recursos de
apelación son parte del proceso pues están ínsitos en el mismo; en cuanto trámite del
proceso, que consagra el derecho de las partes en virtud del principio de la doble
instancia, a pedir la revisión y enmienda de la tramitación en primer grado, tramitación
en la cual habrá de basarse la sentencia que resuelva el juicio ejecutivo.

I.3) De los hechos precedentemente


relacionados, todos constantes en los antecedentes del juicio, tanto de primera como de
segunda instancia, se concluye:
a) Que han existido en el proceso gestiones
útiles, realizadas por ambas partes, para dar curso progresivo a los autos, y
resoluciones recaídas en las mismas; trámites en alzada que ciertamente son parte del
proceso, por lo cual no se dan en la especie los presupuestos que contempla el artículo
152 del Código de Procedimiento Civil para que opere el abandono del procedimiento;

b) Que, además de lo anterior, desde las últimas


resoluciones dictadas respecto de aquellas gestiones útiles - a saber, los decretos de
autos en relación de 21 de agosto de 2018 - el impulso procesal para dar curso
progresivo a las apelaciones respectivas no depende del impulso de las partes, sino de
su puesta en tabla para su vista y fallo, trámites cuyo impulso es privativo del Tribunal
de Alzada.
Por tanto, no se aviene a la realidad del proceso
el fundamento de la resolución que aquí se impugna, en cuanto a que no se habrían
efectuado gestiones útiles en el proceso desde la fecha de la resolución de 13 de julio
de 2018 y que acogió la apelación de esta parte ejecutante, y el 22 de enero de 2019,
fecha en que se alega el abandono por la ejecutada.

I.4) De otra parte es necesario anotar - como lo


ha resuelto reiteradamente la E. Corte Suprema - que el hecho de haberse concedido las
apelaciones en el sólo efecto devolutivo, pudiendo en consecuencia proseguir la
tramitación del proceso en primera instancia, no es óbice para determinar que las
gestiones que se siguen en el mismo proceso y ante el tribunal de alzada, revisten el
carácter de gestiones útiles al tenor del artículo 152 del Código de Procedimiento Civil,
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toda vez que dicha disposición, no hace distinción respecto de la instancia del
procedimiento en que se efectúan tales gestiones. Cuestión que abordaremos en detalle
al referirnos al Derecho.
I.5) Por una cuestión meramente formal,
estimamos útil aclarar dos puntos formales, respecto del escrito del incidentista y de la
resolución aquí recurrida.
a) Afirma la incidentista en su presentación,
que la consignación para las compulsas por esta parte, respecto de su apelación en el
cuaderno de incidente general habría sido extemporánea, efectuada al sexto día y no al
quinto. Es evidente que su error radica en no advertir que el lunes 16 de julio de 2018,
ha sido feriado en Chile. En efecto, la resolución que ordenó la consignación es de
fecha viernes 13 de julio y la consignación se efectuó, como consta en autos, el día
viernes 20 de julio de 2018;
b) En cuanto a la resolución recurrida, en su
considerando 1º, primera foja expresa que “…En consecuencia, entre el día 9 de
octubre de 2014 y el 03 de diciembre de 2018, han transcurrido más que los seis
meses necesarios para que el procedimiento se entienda irremediablemente
abandonado”. Fechas que no se avienen con los antecedentes de autos, habiéndose
incoado esta causa el año 2015, y que lo que reclama el incidentista es el plazo
transcurrido entre el 13 de julio de 2018 y el 22 de enero de 2019, por lo que
concluimos que es un mero error de transcripción. Error que se salva, sin embargo, en
el considerando 3ª de dicha resolución.

II. EN CUANTO AL DERECHO:

II.1) La doctrina y jurisprudencia están


contestes en que el abandono del procedimiento constituye una sanción procesal al
litigante desidioso, aquel que no tiene interés por obtener la resolución de la
controversia que ha promovido, y que, en forma negligente o culposa, no ha realizado
gestión útil alguna para dar curso progresivo al proceso, estando en posición de
hacerlo.
Así, para atender al cumplimiento de los
requisitos de procedencia de dicha institución, conforme lo dispone el artículo 152 del
Código de Procedimiento Civil, es imperativo que las partes hayan cesado en la
prosecución del procedimiento por 6 meses contados desde la última resolución
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recaída en alguna gestión útil para darle curso progresivo.

Es indudable que el proceso, el juicio, se


conforma por el conjunto de todos los actos procesales que se relacionan e inciden en
el mismo y por consecuencia, por la tramitación y fallo de todos aquellos recursos que
deben ser resueltos como parte del mismo, en sus diversos cuadernos e instancias.

De suma importancia en este aspecto, resulta


considerar que la dictación de la Ley Nº 18.705 de 1988, concretamente en su artículo
1º Nº 17, que modificó el artículo 152 del Código de Procedimiento Civil, tuvo por
preciso objetivo reemplazar la frase “abandono de la instancia” por “abandono del
procedimiento”; es decir, dejando en claro que el abandono del procedimiento
debe producirse respecto de todas las instancias que lo componen.

En la especie, y como se ha analizado antes al


referirnos a los hechos, existen en este procedimiento gestiones desplegadas en
segunda instancia, no sólo por esta parte, sino también por la ejecutada e incidentista, y
resoluciones recaídas en las mismas. Gestiones útiles, toda vez que su preciso objetivo
es dar curso progresivo a los autos, en la medida que instan por la vista y fallo de sus
respectivos recursos de apelación.
Recursos que no impugnan aspectos accesorios
o meramente secundarios de la tramitación del procedimiento en primera instancia,
sino aspectos esenciales y determinantes para dicha tramitación. No puede sino
concluirse entonces que lo obrado en ellos por ambas partes reviste la calidad de
“gestiones útiles” para los efectos del artículo 152 del CPC; que las últimas
resoluciones recaídas en tales gestiones corresponden a los decretos de autos en
relación dictados con fecha 21 de agosto de 2018, y que el impulso procesal de tales
recursos desde aquella fecha no está en manos de los recurrentes, sino privativamente
de la I. Corte.
Sostener lo contrario importaría prescindir del
rol revisor del Tribunal de Alzada, que como parte integrante del procedimiento le
entrega la ley, precisamente, para revisar y enmendar conforme a Derecho lo resuelto
por el tribunal de primera instancia, resuelvo que está obviamente por tanto
condicionado a la decisión del superior jerárquico.
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II.2) En directa relación con lo antes expuesto,


en la especie, es necesario hacer notar que esta parte ejecutante, lejos de mantenerse
ajena al juicio, de no manifestar interés, o de actuar poco diligentemente para que éste
se resuelva, ha efectuado las gestiones que tienen por directo objetivo la protección y el
éxito de su acción, lo que, huelga decirlo, no puede sino ser la finalidad de todo
demandante y a lo cual debe aplicar su máximo esfuerzo.

Así, esta parte, lejos de ser negligente o


desidiosa, ha estado atenta a la tramitación del proceso y ha recurrido, oportunamente y
por el medio recursivo idóneo que la ampara la ley, con el objeto de que el proceso siga
su tramitación, pero ello, una vez enderezada dicha tramitación conforme a
Derecho por el Tribunal de Alzada. Negligencia hubiese sido entonces, precisamente
lo contrario, es decir, no haber instado oportunamente y por el recurso que le franquea
la ley, por la corrección del procedimiento para la protección de sus derechos que
estima lesionados, con el fin de cautelar y asegurar el resultado de su acción.

II.3) Es pertinente y necesario anotar que, el


hecho de que las apelaciones deducidas y en actual tramitación hayan sido concedidas
en el sólo efecto devolutivo, no resta el carácter de gestiones útiles para la prosecución
del juicio, que revisten los trámites de ambas partes y sus respectivas resoluciones, en
alzada, para efectos de lo dispuesto en el artículo 152 del CPC.

Como lo ha resuelto reiteradamente nuestro


máximo tribunal, ello sólo importa la posibilidad de que existan gestiones paralelas en
ambas instancias, estando por cierto siempre condicionado la resuelto por el tribunal a
quo a lo que resuelva en definitiva el tribunal de alzada, y lo cual, además, se aviene
con el principio de economía procesal, en la medida que se evita una tramitación que
ha de resultar inútil, acogida que sea la apelación.

En efecto, lo que exige perentoria y


determinantemente el artículo 152 en comento, es que exijan gestiones útiles para
dar curso progresivo a los autos, sin distinguir en absoluto en qué cuaderno o en
qué instancia del procedimiento.
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II.4) Sin perjuicio de todo lo precedentemente


relacionado, no podemos dejar de hacernos cargo de aquello que arguye la incidentista,
respecto a la posibilidad que el código del ramo franquea al ejecutante y apelante, para
solicitar orden de no innovar.
Al respecto, no puede perderse de vista la
cuestión central que debe analizarse en relación al abandono del procedimiento
impetrado en este juicio, con estricto apego al tenor del artículo 152 del CPC:
Determinar si se ha verificado alguna gestión útil en el procedimiento en los términos
que señala, por cualquiera de las partes, con prescindencia de toda otra
consideración; existiendo “alguna” gestión útil, por cualquiera de las partes, el
abandono no puede prosperar y debe ser rechazado Y como se ha fundamentado
pormenorizadamente en esta presentación, ha habido en este juicio aquéllas gestiones
útiles, y no sólo de esta parte, sino también de la propia ejecutada, cuestión bastante
para que deba rechazarse el abandono intentado por la ejecutada.

Sin perjuicio de lo antes señalado, no está de


más recordar que la posibilidad del ejecutante apelante de pedir orden de no innovar no
constituye una obligación sino un derecho, que siendo tal, puede entonces ejercer o no
y cuando lo estime conveniente según las circunstancias, y para el cual tampoco se le
exige una oportunidad o plazo determinado. Y muy importante, es un “derecho a
solicitar”, toda vez que su procedencia y concesión es facultad privativa de la I.
Corte, pudiendo concederla o no, lo que ciertamente dependerá de la gravedad
del fundamento por el cual se solicita. Así, es preclaro que de no fundarse en
antecedentes graves y concretos que justifiquen su concesión, muy probablemente será
desestimada.
En la especie, cabe considerar que, habiendo
ambas partes impugnado derechamente la tramitación de primera instancia y en puntos
esenciales de la misma, por vía de apelación - obviamente por estimar perjudica sus
derechos en el juicio y que debe ser entonces enmendada en alzada - no habrán de dar
curso a dicha tramitación, sino una vez enderezada ésta por la I. Corte. Lo contrario,
importaría contradecir su recurso y atentar en consecuencia contra su propio interés,
que reclama lesionado. Ciertamente que, en el evento de que la ejecutada - en una
abierta contradicción a sus alegaciones - efectuare alguna gestión para dar impulso a la
tramitación en primera instancia - lo que por lógica no ha ocurrido - ha estado y está a
salvo para esta parte el solicitar orden de no innovar, pero entonces con un
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antecedente grave y concreto que dé mérito y fundamento a tal petición, de


manera que sea efectivamente considerada procedente y acogida.

II.5) Hemos explicado y fundamentado el


porqué no puede atribuírsele desidia o negligencia a esta parte, al no instar por le
tramitación de este juicio en primera instancia, si precisamente ha impugnado
oportunamente dicha tramitación y para salvaguardar sus derechos y el resultado de su
acción. No puede entonces, sancionársele con el abandono del procedimiento, si ha
gestionado en el proceso, oportunamente y mediante el recurso que le concede la ley,
para la protección e instando por el éxito de su acción. Y en tal sentido, es útil traer a
consideración lo razonado al respecto, por la E. Corte Suprema en fallo de casación:

“…Octavo: Que previo a otra consideración es


necesario hacer constar que, en cuanto a su fundamento, el abandono del
procedimiento es una sanción procesal cuyos efectos perjudiciales recaen sobre el
demandante que ha ejercido la acción que precisamente determina la sustanciación
del juicio. En este sentido y, en cuanto sanción, las normas que regulan este incidente
especial han de ser interpretadas y aplicadas restrictivamente, lo que, entre otros
aspectos significa que no es permitido al intérprete adicionar otros presupuestos de
procedencia de la sanción distintas de él o los expresamente indicados, en la ley.

Noveno: Que el derecho a la acción está


amparado constitucionalmente desde que se provee, para la protección de los
derechos e intereses legítimos, la tutela referida al ejercicio de la acción en el marco
de un debido proceso. Pero más allá de eso, la tutela judicial efectiva de los derechos
de las personas trasciende el mero ejercicio de la acción y el inicio del procedimiento
destinado a que aquélla sea sustanciada; la efectividad en la protección cubre también
el espectro de que sea totalmente tramitado el proceso, se obtenga una sentencia
definitiva que decida el conflicto, y que la misma se pueda cumplir. Bajo esta mirada
del derecho a la acción y a la sustanciación integral del proceso para obtener la
decisión judicial definitiva y ejecutarla, vuelve a cobrar relevancia la excepcionalidad
de las sanciones procesales que impiden la prosecución del juicio, y el imperativo de
interpretar restrictivamente las normas que las consagran. Es en relación a los
límites en el ejercicio de la acción que el profesor Alejandro Romero Seguel en su
libro “Curso de Derecho Procesal Civil”, tomo I, pág. 69, ha expresado que: “Se
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podría decir que en relación al ejercicio de este derecho existe como pauta rectora el
principio ‘pro actione’, en virtud del cual los órganos judiciales deben interpretar los
diferentes requisitos y presupuestos procesales de un modo más favorable con el
derecho constitucional a obtener la protección judicial de los derechos, debiendo
rechazarse in limine litis las tesis rígidas o formalistas que puedan privar a las
personas de obtener una tutela judicial efectiva de sus derechos e intereses
legítimos” (E. Corte Suprema, Recurso de Casación en el Fondo Rol Ingreso E. Corte
Nº IC 27.827-2016) (El destacado es nuestro)

Así, y siguiendo el razonamiento de la E. Corte,


no existe razón en la especie para discriminar y restar eficacia los actos y resoluciones
que dan curso progresivo al juicio en su segunda instancia, para los efectos de dar
correcta aplicación al artículo 152 del CPC. Por el contrario, debe considerarse la pauta
rectora del principio procesal “pro actione” y dar entonces valor al real impulso que la
actora ha dado a su acción, y con diligencia y cuidado, al impugnar oportunamente
aquella tramitación que estima lesiona sus derechos, por la vía procesal
correspondiente.
Más aún, esta parte se ha encontrado en una
suerte de “imposibilidad” de impulsar aquella tramitación que ha impugnado dentro del
procedimiento, y mal puede exigírsele entonces, que atente directa y derechamente
contra sus derechos que impetra sean amparados en alzada, impulsando tal tramitación.

II.6) De no poca importancia para fundamento


de este recurso, resulta el citar lo razonado y resuelto reiteradamente por la
Excelentísima Corte Suprema, en diversos fallos sobre la materia, y que avalan los
fundamentos aquí expuestos.
Determina el máximo tribunal, que el proceso
se compone de todos sus cuadernos y de todas sus instancias, y que, de consecuencia,
los trámites que tienen por objeto dar curso progresivo a los autos en segunda instancia
para el fallo de recursos de apelación, son gestiones útiles para efectos de lo dispuesto
en el artículo 152 del CPC; y que no es óbice para ello, el que la apelación se hubiere
concedido en el sólo efecto devolutivo. A continuación, la cita de aquellos fallos, que
se explican por sí mismos:
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A) Recurso de Casación Forma y Fondo,


Rol Ingreso E. Corte Suprema Nº 7.578-2011:

“…..DECIMO: Que conforme a lo reflexionado, la declaración de abandono del


procedimiento “lo que sanciona es la inactividad de las partes en todo el juicio, y
éste último está compuesto por todas las acciones y excepciones que han hecho
valer y que se tramitan en sus diversos cuadernos. Así, la inactividad está
relacionada con la totalidad del litigio y no sólo referida a uno de sus cuadernos”.
(Sentencia Corte Suprema, 21 de septiembre de 1994, RDJ, Tomo XCI, septiembre-
diciembre de 1994, sección 1ª, pág. 83);
UNDECIMO: Que, en consecuencia, como se ha dicho, no teniendo obligación el
apelante de llevar adelante la tramitación del cuaderno original, en la situación
descrita en el razonamiento octavo, no puede declararse en su perjuicio el abandono
del procedimiento, más aún, si para ello se desconoce lo obrado ante el tribunal de
alzada por ambas partes y por el propio órgano jurisdiccional, toda vez que dichas
presentaciones, actuaciones y resoluciones forman parte del mismo proceso.

Frente a lo apuntado precedentemente, es útil reiterar que la referida institución


jurídica es considerada una verdadera sanción a la inacción de los justiciables,
siempre que se encuentren en el deber de instar el proceso.
Sobre el particular resulta pertinente recordar que este Tribunal de Casación ha
sostenido que la institución del abandono del procedimiento “está establecida para
sancionar la negligencia de las partes en procurar la continuidad del proceso e instar
por el término del juicio, atendido que es fundamental para el legislador que prime
la certeza jurídica que las partes requieren y, asimismo, para que se consoliden los
derechos de aquéllas, de modo que impere el estado de derecho que toda sociedad
organizada requiere" (Fallos del Mes Nº 484, página 57).
El abandono que sanciona el artículo 152 del Código del ramo es el que se hace del
procedimiento, por lo que a tal dejación -cuando es alegada- sólo pueden oponerse
actos jurídicos procesales, entendiéndose por tales, en concepto de Chiovenda, “los
actos que tienen importancia jurídica respecto de la relación procesal, esto es, los
actos que tienen por consecuencia inmediata la constitución, la conservación, el
desenvolvimiento, la modificación o la definición de una relación procesal”. (Derecho
Procesal Civil, tomo III, pág. 132);

DUODECIMO: Que acorde a lo razonado precedentemente, no encontrándose el


ejecutante en la obligación de instar por la prosecución del procedimiento del
cuaderno ejecutivo y no habiendo transcurrido tampoco el plazo de seis meses de
inactividad de las partes, puesto que la tramitación seguida ante el tribunal de
alzada posee mérito para interrumpir el aludido término legal, resulta
evidente que los jueces del fondo, al decretar el abandono del procedimiento en una
situación no autorizada por la ley, han incurrido en un error de derecho y vulnerado
el artículo 152 del Código de Procedimiento Civil, trasgresión que ha influido
sustancialmente en lo dispositivo del fallo impugnado, por lo que deberá acogerse el
recurso de nulidad sustancial interpuesto por la parte agraviada” (El destacado en
considerandos undécimo y duodécimo es nuestro);
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B) Recurso de Casación en el Fondo, Rol


Ingreso E. Corte Suprema 8.731-2015:

“….SEXTO: Que, conforme a lo razonado, el abandono del procedimiento importa


analizar la actividad procesal desplegada por las partes en todo el proceso que,
como se dijo, puede desarrollarse en más de una instancia y en diversos
cuadernos. Por tanto, resulta improcedente limitar el examen de los presupuestos
del artículo 152 del Código de Enjuiciamiento Civil sólo a lo actuado en el cuaderno
principal y en primera instancia -como lo hicieron los jueces del grado-, pues
durante el lapso en que se consideró abandonado el procedimiento se llevó a cabo la
vista de la apelación deducida por la parte demandada en contra de la resolución
que concedió la medida precautoria, ocasión en la que ambas partes alegaron ante
la Corte de Apelaciones, para finalmente dictarse en el mismo día por el tribunal de
alzada, el 20 de marzo de 2014, la resolución que confirmó el otorgamiento de la
medida de prohibición de celebrar actos y contratos sobre un inmueble
determinado.

De este modo, las actuaciones realizadas por las partes en la segunda instancia en
el cuaderno de medida precautoria por cierto tienen el carácter de útiles, tanto
porque estaban encaminadas a la resolución de la apelación aludida como porque
el hecho de que el demandante inste por la confirmación de la medida precautoria
resulta demostrativo de su intención de continuar con la tramitación del juicio
contando con una medida que asegure el resultado de la acción, de modo tal que
estas actuaciones debían ser consideradas para resolver si el actor había incurrido
en la inactividad procesal que le imputaban los incidentistas.

En consecuencia, durante el plazo alegado para el abandono el actor realizó


actuaciones tendientes a dar curso progresivo al proceso considerado como un
todo, las que necesariamente tornan improcedente reprocharle inactividad
procesal en el periodo en cuestión.

SÉPTIMO: Que, por otra parte, tampoco resulta correcto -como lo hacen los jueces
del fondo- recurrir al efecto devolutivo de la apelación, contemplado en el artículo
197 del Código de Procedimiento Civil, para justificar una supuesta obligación del
demandante de actuar en la primera instancia mientras se encontraba pendiente
la apelación, por cuanto sin perjuicio de que el efecto devolutivo mantiene la
competencia del juez de primer grado, el abandono del procedimiento se extiende
a ambas instancias del proceso, siendo indiferente para los efectos de esta
institución que la apelación se conceda de acuerdo al artículo 197, pues ello sólo
conlleva la posibilidad de que existan actuaciones en ambos estadios en forma
simultánea.

Por lo demás, esta posibilidad concedida por la ley para que las partes puedan seguir
actuando ante el tribunal inferior cuando una apelación se concede únicamente en
lo devolutivo, es facultativa y condicional. Facultativa, porque queda entregada a la
voluntad de las partes instar por la prosecución del juicio puesto que los tribunales
sólo actúan a requerimiento de parte interesada; y condicional, porque todo lo
obrado ante el juez de primer grado queda entregado a lo que, en definitiva,
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resuelva el superior. En la especie, la revocación de la medida precautoria concedida


sin duda podría haber afectado el interés del demandante de proseguir la
tramitación del juicio, por lo que todo lo actuado en dicho cuaderno tiene una
evidente influencia en el devenir del proceso.

OCTAVO: Que, en conclusión, el fallo recurrido efectivamente ha incurrido en el


yerro normativo denunciado por el impugnante, el que ha influido sustancialmente
en lo dispositivo del fallo desde que llevó a los sentenciadores del fondo a acoger el
incidente de abandono del procedimiento en circunstancias que procedía rechazarlo
y continuar con la tramitación de la causa, razón por la cual el recurso en estudio
debe ser acogido” (El destacado es nuestro)

C) Recurso de Casación en el Fondo, Rol


Ingreso Exma. Corte Suprema Nº 28.438-2014:

“…OCTAVO: Que conforme a lo razonado, el abandono del procedimiento importa


analizar la actividad procesal desplegada por las partes en todo el proceso, que
como se dijo puede desarrollarse en más de una instancia y, por tanto, resulta
improcedente limitar el examen de los presupuestos del artículo 152 del Código de
Enjuiciamiento Civil, sólo a lo actuado en primera instancia -como lo hicieron los
jueces del grado-, pues se encontraban pendientes los recursos deducidos por el
propio demandado durante el lapso en que se consideró abandonado el
procedimiento.

NOVENO: Que, por otra parte, tampoco resulta correcto -como lo hacen los jueces
del fondo- recurrir al efecto devolutivo de la apelación, para justificar una
supuesta obligación del demandante de actuar en la primera instancia, mientras
se encontraba pendiente la apelación, por cuanto sin perjuicio de que el efecto
devolutivo mantiene la competencia del juez de primer grado, el abandono del
procedimiento se extiende a ambas instancias del proceso, siendo indiferente para
los efectos de esta institución que la apelación se conceda en el solo efecto
devolutivo, pues ello sólo conlleva la posibilidad de que existan actuaciones en
ambas instancias en forma simultánea.

Por lo demás, la posibilidad concedida por la ley para que las partes puedan seguir
actuando ante el tribunal inferior cuando una apelación se concede únicamente en
lo devolutivo, presenta dos características: es facultativa y es condicional.
Facultativa, en el sentido que queda entregado a la voluntad de la parte apelada
instar o no por la prosecución del juicio, puesto que los tribunales sólo actúan a
requerimiento de parte interesada; y condicional, en el sentido que todo lo obrado
ante el juez inferior queda entregado a lo que, en definitiva, resuelva el superior. Si
la resolución es confirmada, lo obrado con posterioridad adquirirá el carácter de
definitivo y, a la inversa, si dicha resolución es revocada, lo obrado con posterioridad
quedará sin efecto, ni valor alguno. Por consiguiente, la parte apelada instará para
que se continúe el juicio adelante, únicamente cuando tenga la certeza de que su
derecho, en función a la resolución apelada en lo devolutivo, es claro y no exista
posibilidad de revocatoria, pues lo contrario le demandaría incurrir en esfuerzos y
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gastos inútiles. (Casarino Viterbo, Mario, Manual de Derecho Procesal, 5ª Edición


Actualizada, Tomo IV, pág. 252).

La exigencia a la parte apelada de tener que instar en primer grado por la


ejecución de una decisión, eminentemente condicionada al veredicto del superior
jerárquico, contraviene de modo indiscutible el principio de economía procesal
que, en términos simples, puede contextualizarse como la orientación del
legislador en cuya virtud se pretende obtener el máximo resultado, con el menor
desgaste posible de la actividad jurisdiccional” (El destacado es nuestro)

II.7) En suma SS, de todo lo precedentemente


relacionado, es fuerza concluir que la resolución que aquí se impugna, ha omitido el
considerar todos los trámites y resoluciones pendientes ante la I. Corte de Apelaciones
al momento de resolver el abandono impetrado por la ejecutada, y que forman parte de
este procedimiento. Lo que importa contravenir lo dispuesto en el artículo 152 del
Código de Procedimiento Civil para que pueda prosperar el abandono del
procedimiento, con evidente perjuicio para esta parte, al poner término al juicio o hacer
imposible su prosecución.
Así, no se aviene a la realidad del proceso el
fundamento de la resolución que aquí se impugna, en cuanto a que no se habrían
efectuado gestiones útiles en el proceso desde la resolución de 13 de julio de 2018 y
que acogió la apelación de esta parte ejecutante, y el 22 de enero de 2019, fecha en que
se alega el abandono por la ejecutada.

POR TANTO;

A SS RESPETUOSAMENTE PIDO: Tener por interpuesto, en tiempo y forma el


presente recurso de apelación para ante la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago
en conformidad a lo dispuesto en el artículo 186 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil, en contra de la sentencia interlocutoria dictada en este cuaderno
principal con fecha 28 de enero de 2018 y que acogió de plano el abandono del
procedimiento deducido por la ejecutada LG Electronics Inc. Chile Limitada; acogerlo
a tramitación, y disponer en su oportunidad la remisión de los antecedentes a la I. Corte
de Apelaciones de Santiago para su conocimiento y fallo.

Lo anterior, a objeto de que dicha I. Corte, con


el mérito del proceso, los fundamentos de hecho y de derecho expuestos en el cuerpo
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de este escrito, lo dispuesto en el artículo 186 y siguientes, y en el artículo 152 y


siguientes, todos del Código de Procedimiento Civil, y demás disposiciones aplicables,
enmiende con arreglo a derecho la resolución aquí recurrida, rechazando en definitiva
el incidente de abandono del procedimiento intentado por la ejecutada, LG Electronics
Inc. Chile Limitada.-

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