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1.1 INTRODUCCIÓN:
Es lugar común entre los muchos y variados teóricos de los derechos humanos
pronunciarse sobre la dificultad que conlleva el intento de definir tal concepto,
siempre se apela a derechos, pero el alcance y sentido de estos se entiende de
manera particular. Esta situación, no obstante, nos podría llevar a pensar que a
más tipos de corrientes conceptuales y teóricas sobre los derechos, más
justicia y bienestar, pero la realidad no puede estar más alejada de esto,
máxime cuando la bandera de los derechos humanos es enarbolada por
distintas personas, grupos e instituciones en procura, en algunas ocasiones, de
intereses particulares. La ambigüedad siempre está al acecho, se acude a la
teoría del derecho subjetivo, al derecho natural, a los derechos básicos o a los
fundamentales, sin que se logre llegar a un consenso. Es ya tradicional en
ciertos autores de la teoría social acudir a la historia como metodología
apropiada para acercarse al objeto de estudio; así en este trabajo se procederá
de igual forma al considerarse que es un camino propicio para abordar
adecuadamente el estudio de los derechos humanos.
De igual manera han sido concebidos los derechos humanos como todos
aquellos atributos y facultades que le permiten a la persona reclamar cuanto
necesita para vivir de manera digna, y cumplir los fines propios de la vida en
comunidad, o como un conjunto de principios de aceptación universal,
reconocidos constitucionalmente y garantizados jurídicamente, orientados a
asegurar al ser humano su dignidad como persona en su dimensión individual y
social, material y espiritual. Estos atributos son integrales, ya que no se puede
respetar unos e irrespetar otros, no son transferibles; no admiten negociación
alguna ni renuncia; son derechos adquiridos para toda la vida del ser humano y
generan una serie de deberes que implican determinadas conductas hacia los
demás. Conviene dejar claro que las declaraciones de derechos fundamentales
son relativamente nuevas, varían en distintos momentos y lugares y están
basadas en las demandas humanas de libertad, dignidad y reconocimiento.
Pareciera que entre conflicto y derechos humanos hay una lógica relación pues
en la eterna lucha por el logro de recursos vitales, la imposición sobre el otro o
la mera voluntad de poder, los derechos fundamentales del hombre se ven
transgredidos y dan lugar al surgimiento de movimientos sociales y
contestatarios que de distinta manera reivindican sus derechos al
reconocimiento de la dignidad, la libertad e igualdad y las condiciones
materiales básicas de existencia, convirtiéndose en ocasiones éstos, en nuevos
factores de poder generadores de conflicto y nuevas violaciones de derechos
humanos.
1
Diccionario Hispánico Universal: Léxico A-Z. 16 Ed. México: W.M. Jackson. 1971. p. 1217.
Siendo evidente que son derechos inherentes al ser humano desde que éste se
constituye como tal, en la antigüedad y luego en la edad media se hacía
mención de ellos en las teorías generales del derecho natural (clásico y
teológico); ya Santo Tomás de Aquino, para referirse sobre importancia de la
vida humana y la ilicitud del suicidio, escribía tres razones en su Suma
teológica: “primera, porque todo ser se ama naturalmente a sí mismo, y a esto
se debe el que todo ser se conserve naturalmente en la existencia de modo
que el que alguien se dé muerte va contra la inclinación natural. Segunda,
porque cada parte, en cuanto tal, pertenece al todo; y un hombre cualquiera es
parte de la comunidad (...). Tercera, porque la vida es un don divino dado al
hombre y sujeto a su divina potestad, que da la muerte y la vida. Y, por tanto, el
que se priva a sí mismo de la vida peca contra Dios”2.
2
Tomás de Aquino, Santo. Suma teológica. Citado por: RUIZ MIGUEL, Alfonso. Una filosofía
del derecho en modelos históricos. Madrid: Trotta, 2002. p. 127.
*A diferencia de la concepción griega y romana en la cual derecho y moral tenían el mismo
significado e implicaciones, en la modernidad una cosa preceptúa la moral y otra cosa
preceptúa el derecho, los criterios que se exponen en muchas teorías privilegian la eficacia
frente al poder que el cumplimiento de preceptos morales ideales.
de la persona, a temperar el ejercicio del poder político y a conseguir la plena
realización del bien común. Todos ellos tienen un rasgo de supremacía
irresistible que permite llamarlos absolutos, en cuanto constituyen poderes de
acción cuyo respeto se impone universalmente”3.
3
MADRID MALO-GARIZÁBAL, Mario. Estudios sobre derechos fundamentales. Bogotá: Tercer
Mundo, 1995. p. 16. (Serie Textos de divulgación; No. 11).
percibido como algo peligroso y amenazante que por garantizar unos derechos
restringe otros (piénsese en el Leviatán de Hobbes), para transformarse en la
instancia positiva encargada de satisfacer las demandas de salud, bienestar y
dignidad de todo ser humano. Ya en la declaración de los derechos humanos,
fruto de la revolución francesa, encontramos referencia a estos derechos
(derecho a la igualdad), pero adquieren verdadera preponderancia con la
“revolución rusa de octubre” y la declaración de los derechos humanos de la
O.N.U en 19484.
4
PAPACCHINI, Angelo. Filosofía y derechos humanos. 3ª ed. Cali: Universidad del Valle, 1997.
p. 47.
razón por la que se habla de derechos de la solidaridad, porque son oponibles
al Estado y exigibles de él, pero que no pueden ser realizados sino por la
acción solidaria de todos los actores del juego social5. Desde su surgimiento,
los derechos humanos han tenido como sus titulares a todos los individuos de
la especie humana, sin importar su raza, sexo, status social o nacionalidad.
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos,
significando esto que no pueden ser instrumentalizados ni humillados gracias a
su condición de sujetos morales autónomos.
5
RAMÍREZ BASTIDAS, YESID. El derecho ambiental en Colombia. 2ª ed. Bogotá: Ediciones
Jurídicas Gustavo Ibáñez, 1996. p. 48.
6
RORTY, Richard. Derechos humanos: Racionalidad y sentimentalidad. Citado por: SHUTE,
Stephen y HURLEY, Susan. De los derechos humanos. Madrid: Trotta, 1993. p. 117-136.
logró que con la revolución francesa estos derechos adquirieran una dimensión
universal por los efectos que aquel acontecimiento produjo en el mundo). En la
actualidad, algunos teóricos del multiculturalismo los restringen únicamente a
occidente.
Otro asunto de vital importancia en torno a los derechos humanos es que estos
no se quedan en meras aspiraciones morales o declaraciones de intenciones,
encontrando respaldo en sistemas normativos, por ejemplo: la Declaración de
los derechos humanos de las Naciones Unidas de 1948, el pacto de San José
de Costa Rica (Derechos económicos, sociales y culturales), la carta de la
tierra y las constituciones contemporáneas. En el ámbito nacional, la parte
dogmática o filosófica de nuestra Carta Política consagra los principios y
derechos fundamentales que sirven de modelo de actuación al legislador en el
proceso de creación de la ley y a los demás operadores del derecho que se
basan en ellos para realizar los juicios de constitucionalidad de las demás
normas integrantes del ordenamiento jurídico.
1.2.1 TRADICIÓN LIBERAL. Para los teóricos liberales como Jhon Locke,
Benjamin Constant, Alexis de Toqueville y Jhon Stuart Mill, el supremo valor
humano está constituido por la libertad individual que ningún poder puede
Los derechos propios de la tradición liberal son los que garantizan la iniciativa y
la independencia de los individuos frente a la sociedad y el Estado. El derecho
a la vida encabeza la lista, ya que sin éste los demás derechos y libertades no
son posibles, por tal razón ha recibido la denominación de derecho continente.
También se encuentra dentro de esta categoría de derechos el concerniente a
la integridad física y moral que condena cualquier tipo de violencia (tortura,
desaparición, reclusión arbitraria, tratos inhumanos) y se exige del Estado un
deber de garantizar a los ciudadanos seguridad para sus vidas y bienes. Del
mismo modo se consagra el derecho a la intimidad y su respeto: buen nombre,
reputación, dignidad, y el derecho a que la propiedad como desarrollo de la
libertad personal cuente con una protección por parte del Estado. Al mismo
tiempo se encuentran los derechos que se han desarrollado a partir de la
Ilustración, en la cual se exige por parte del sujeto el respeto de su libertad,
como son la libertad de conciencia religiosa, libertad de pensamiento y
expresión y el derecho a organizar la vida privada de cada uno. Se reitera que
el único obstáculo al goce de estos derechos esta representado
exclusivamente en la protección y garantías de los iguales derechos de los
demás.
9
CONSTANT, Benjamín. Principios de política. Citado por: PAPACCHINI, Ibid., p. 85.
liberales fueron limitados democráticamente por la exclusión del sufragio y la
ciudadanía de las mujeres y los no propietarios.
10
H. LANSKI. El liberalismo europeo. Citado por: PAPACCHINI, Ibid., p. 94.
una vida digna. Aquí el derecho a la vida es de gran importancia, aunque va
más allá de la integridad física; aquí se busca garantizar los medios materiales
de existencia que permitan el acceso a bienes primarios (alimentación, vestido,
vivienda), se presenta la necesidad de mejorar los métodos de producción por
parte del Estado y el llamado a los países más ricos a asumir una distribución
equitativa de los alimentos mundiales según las necesidades.
11
Ibid., p. 109- 110.
en el curso del desarrollo hayan desaparecido las diferencias de clase y se
haya concentrado toda la producción en manos de los individuos asociados, el
poder público perderá su carácter político. El poder político, hablando
propiamente, es la violencia organizada de una clase para la opresión de otra.
Si en la lucha contra la burguesía el proletariado se constituye
indefectiblemente en clase; si mediante la revolución se convierte en clase
dominante y, en cuanto clase dominante, suprime por la fuerza las viejas
relaciones de poder, suprime, al mismo tiempo que estas relaciones de
producción, las condiciones para la existencia del antagonismo de clase y de
las clases en general, y, por tanto, su propia dominación de clase. En
sustitución de la antigua sociedad burguesa, con sus clases y antagonismos de
clase, surgirá una asociación en que el libre desenvolvimiento de cada uno
será la condición del libre desenvolvimiento de todos”.12 La relación conflicto-
derechos humanos no podría ser más evidente en esta tradición, obsérvese
incluso la particular terminología utilizada: lucha de clases, egoísmo,
antagonismo, clases sociales, materialismo dialéctico.
Marx defendía el ideal de una vida humana digna y plena en la cual la libertad
solidaria*, el respeto mutuo y la no-instrumentalización** son realidades
necesarias para lograr el ideal de dignidad. Sostiene que es necesario destruir
las relaciones que se basan en explotación e instrumentación de unos hombres
por parte de otros para entrar a redefinir algunos de los derechos proclamados
por las revoluciones burguesas pero siempre en sentido socialista: “La primera
tarea en una organización distinta de la sociedad debería consistir por lo tanto
en asegurar a todos el acceso a los medios para poder vivir, la asistencia
contra el hambre, la miseria y la desnutrición”14.
Las últimas tendencias de esta tradición a finales del siglo anterior proponían el
Estado Social de Derecho como el mecanismo adecuado para lograr que las
necesidades se conviertan en auténticos derechos que pueden ser reclamados
13
ARISTÓTELES. Ética Nicomaquea (1129b). Citado por: RUÍZ MIGUEL, Alfonso., Op. cit. p.
35.
* En donde se pasa de una libertad restringida a una forma más rica de humanidad o a una
forma de superación de la libertad burguesa.
** Desarrollo del imperativo categórico kantiano en su tercera fórmula que en términos menos
abstractos significa que el ser humano por su condición de ser digno no puede ser utilizado
como cosa o herramienta de nadie, pues es fin en sí mismo y no medio.
14
PAPACCHINI ,Op. Cit., p. 121-122.
por parte del individuo al Estado y que además se goce de la seguridad de la
integridad y el respeto por la vida privada. Esto se logra con el apoyo de los
ciudadanos al participar en el desarrollo de los planes sociales, es un no dejar
solo al Estado frente al tema de la solidaridad social. Es así entonces como en
esta tradición los teóricos de los países socialistas han venido defendiendo el
valor prioritario de los derechos humanos de segunda generación, es decir, los
derechos sociales, económicos y culturales, con especial énfasis en el derecho
al trabajo*, además, casi todos ellos han venido insistiendo en la necesidad de
relacionar la problemática de los derechos humanos con las posibilidades y el
poder real para llevarlos a la práctica, al igual que en la importancia que
revisten las condiciones materiales para que derechos y libertades no se
reduzcan a simples deseos o aspiraciones.
16
ETXEBERRIA, Xavier. El reto de los derechos humanos. Colección cuadernos F y S.
Santander: Sal Terrae, 1994. p. 13.
* Tal como lo sostiene Rousseau en su contrato social, en el que la libertad del ciudadano se
entiende como autonomía política y participación en las decisiones públicas, cuando se es
parte activa de la voluntad racional: legislador, soberano y ciudadano en compañía de los
demás.
17
ROUSSEAU, Juan Jacobo. El contrato social. Medellín: Edilux, 1989, p. 28
1. 3 CONTRASTE
19
GÓMEZ SIERRA, Francisco. Constitución Política de Colombia. Bogotá: Leyer, 2005, Artículo
94. p. 58.
20
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-406 de 1992. Magistrado ponente: Ciro Angarita
Barón. Bogota: [s.n], 1992,p.12, <disponible en:www.200.21.19.133> [fecha de consulta: Junio 14
de 2006].
21
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-02 de 1992. Magistrado ponente: Alejandro Martínez
Caballero. Bogota: [s.n], 1992,p.21, <disponible en:www.200.21.19.133> [fecha de consulta: Junio
14 de 2006].
enunciado en los instrumentos internacionales que desarrollan las proclamaciones
de la Declaración Universal de 1948; hallarse protegido por el constituyente a
través de una garantía cimera y especial, en cuya virtud las reformas
constitucionales que lo afectaren puedan someterse eventualmente, por iniciativa
popular, al referendo previsto en el artículo 377 de la Constitución; poseer un
núcleo esencial que ni siquiera sea legítimo alterar cuando el Estado ejerce su
derecho de excepción en caso de guerra exterior o de conmoción interior. En otras
palabras, encontrarse amparado por la prohibición constitucional de suspenderlo
mediante decretos legislativos dictados al amparo de los artículos 212 y 213 de la
Carta Política.
22
MADRID MALO-GARIZABAL, Op. cit,. p. 18.
irremediable. En ningún caso podrán transcurrir más de diez días entre la solicitud
de tutela y su resolución. La ley establecerá los casos en los que la acción de
tutela procede contra particulares
encargados de la prestación de un servicio público o cuya conducta afecte grave y
directamente el interés colectivo, o respecto de quienes el solicitante se halle en
estado de subordinación o indefensión.
23
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-571 de 1992. Magistrado ponente: Jaime Sanin
Greiffenstein. Bogota: [s.n], 1992,p.21, <disponible en:www.200.21.19.133> [fecha de consulta:
Junio 14 de 2006].
* En Colombia la organización de las fuentes del derecho que obliga (entiéndase Derecho Positivo)
fue nombrado por la Corte Constitucional como bloque de constitucionalidad a partir de la
constitución de 1991. Dicho bloque está conformado por el texto completo de la Constitución
Política y los actos reformatorios de ésta; las remisiones o reenvíos que se hacen desde el texto
constitucional como lo son el artículo 53 que remite a los convenios internacionales del trabajo
debidamente ratificados, condicionando así la legislación laboral ordinaria; el artículo 93 que
incorpora los tratados y convenios internacionales ratificados por Colombia relativos a los derechos
humanos sumándole a éstos además el carácter netamente constitucional de la materia que
abordan (dignidad humana), tanto así que tienen un trámite legislativo especial (artículo 164 C.N.)
y una prohibición de suspender cualquiera de ellos durante los estados de excepción (artículo 214
C.N.); el artículo 94 que establece la posibilidad de incluir en el bloque de constitucionalidad otros
derechos humanos incluidos en instrumentos internacionales no ratificados por Colombia; el
Finalmente y según lo dispuesto en el artículo 93 de nuestra Constitución Política,
los tratados y convenios internacionales ratificados por el congreso, que
reconocen los derechos humanos y que prohíben su limitación en los estados de
excepción, prevalecen en el orden interno. Los derechos y deberes consagrados
en la carta, se interpretarán de conformidad con los tratados internacionales sobre
derechos humanos ratificados por Colombia (bloque de constitucionalidad*). En
consecuencia el Acto Legislativo 02 de 2001 adicionó el presente artículo con el
siguiente texto: “El Estado colombiano puede reconocer la jurisdicción de la Corte
Penal internacional en los términos previstos en el Estatuto de Roma adoptado el
17 de Julio de 1998 por la Conferencia de Plenipotenciarios de las Naciones
Unidas y, consecuentemente, ratificar este tratado de conformidad con el
procedimiento establecido en esta Constitución. La admisión de un tratamiento
diferente en materias sustanciales por parte del Estatuto de Roma con respecto a
las garantías contenidas en la Constitución tendrá efectos exclusivamente dentro
del ámbito de la materia regulada en él”24.
artículo 101 que remite a los tratados internacionales sobre delimitación territorial y a los laudos
arbitrales en los que sea parte la Nación ; el artículo 151 que remite a las leyes orgánicas; el
artículo 152 que remite a las leyes estatutarias; el artículo 214 que impone las reglas del Derecho
Internacional Humanitario como límite material para la actuación del ejecutivo durante los estados
de excepción, así como patrón de interpretación de los decretos legislativos dictados en virtud de la
declaratoria de guerra exterior o conmoción interior y finalmente los artículos 376 y 378 que
amplían los parámetros de validez de los actos reformatorios de la Constitución a través de las
leyes de convocatoria. Además de estas normas expresamente consagradas se han utilizado como
instrumentos integrantes del bloque de constitucionalidad el título preliminar del Código Civil y las
normas rectoras de los códigos. Con esta teoría del bloque de constitucionalidad se demuestra la
superioridad del tema de los derechos humanos y la importancia de la Constitución como punto de
partida, situación muy diferente a la que las constituciones anteriores a la de 1991 consagraban en
sus preceptos (ya que el individuo como sujeto de derechos no era tenido prácticamente en
cuenta).
24
GOMEZ SIERRA., Op. Cit., p. 286.