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Índice
Historia
Antecedentes
Caballos y camellos
Contactos chinos y centroasiáticos
India, China, Indochina: rutas marítimas
Camino Real Persa
Época helenística
Zhang Qian: la apertura de la Ruta de la Seda
Exploración china del Asia central
Imperio romano
La influencia sogdiana
La desconexión del feudalismo europeo
Época mongola
El bloqueo europeo
Nuevas rutas marítimas europeas y americanas
Época actual
Recorrido
Una enorme red de cultura
Decadencia
Viajeros célebres
Véase también
Referencias
Notas
Bibliografía relacionada
Enlaces externos
Historia
Antecedentes
El experto en prehistoria André Leroi-Gourhan considera esta ruta como un espacio de intercambios activo
desde el Paleolítico, heredera de la Ruta de jade, que ya existía varios miles de años antes, aunque recién
aparece mencionada en las crónicas chinas hacia el siglo II a. C.4 La Ruta de la Seda se originaría a partir
del interés del emperador chino Wu (gob. 141-87 a. C.) de la dinastía Han, por establecer contacto con
otras civilizaciones, ubicadas al oeste, más allá de las tribus bárbaras.5
La existencia de China, ligada estrechamente a la producción de seda, era vagamente conocida por los
antiguos griegos desde el siglo IV a. C., cuando comenzaron a referirse a «Serica» ( /ˈsɛrɪkə/, en griego
antiguo, Σηρικά),6 palabra griega, transliterada probablemente en forma directa del término chino 繅絲
(sāo sī, enrollar seda), o de su pronunciación manchuriana (sirghe) o mongola (sirkek), para referirse al país
de la seda, o al pueblo de la seda (Seres).7 8 Aún en el siglo II, griegos y romanos aún confundían Sinae y
Sérice.9 De la terminología griega derivaría la palabra en latín sericum para denominar a la seda, de la que
derivarán luego las denominaciones en los idiomas europeos, mientras que en chino se denomina 絲(sī ), y
en hindi रेशम (resham).
Caballos y camellos
El comercio entre China y los pueblos occidentales del Asia, requería atravesar enormes desiertos y
territorios escasos de agua. Por entonces, las estepas del Asia Central estaban pobladas de grandes manadas
de caballos, asnos y camellos salvajes, que migraban entre oasis y oasis, dejando a su paso trazados los
caminos que mostraban los lugares donde había agua, y que los seres humanos utilizaban como guía desde
los tiempos paleolíticos. La domesticación de caballos y camellos, así como un periodo de clima húmedo,
hace unos 3.000 años, permitió abrir las primeras rutas parciales que servirían de base a la Ruta de la Seda.
Por esa razón en China se la conoce como la «Ruta de los Caballos».10
Tras los contactos de la China metropolitana con los nómadas de los territorios fronterizos occidentales en
el siglo VIII a. C., el oro se introdujo desde el Asia central, y los talladores de jade de Hotan Kashteshi
comenzaron a hacer diseños imitando el estilo de los pueblos de las estepas, adoptando el arte animal escita
(representaciones de animales en combate). Este estilo se refleja particularmente en las placas rectangulares
de oro y de bronce para los cinturones, con versiones en jade y esteatita.
La expansión de las culturas escitas —que se extendieron desde la llanura húngara y los montes Cárpatos
hasta el corredor chino de Gansu y que conectaban Irán y el Oriente Medio con el norte de la India y el
Punyab— jugó sin duda un papel importante en el desarrollo de la Ruta de la seda. Los escitas
acompañaron al asirio Asarhaddón cuando invadió Egipto, y sus distintivas puntas de flecha triangulares se
han encontrado en sitios tan al sur como Asuán. Estos pueblos nómadas dependían de las poblaciones
asentadas vecinas para una serie de importantes tecnologías, y además de asaltar algunos asentamientos
vulnerables para abastecerse, también alentaron el desarrollo de un comercio de larga distancia que contaba
con una fuente de ingresos por el pago de unas tarifas previamente concertadas. Los mercaderes escitas
sogdianos desempeñaron un importante papel en períodos posteriores en el desarrollo de la Ruta de la Seda.
Las rutas comerciales que fueron conectando Asia occidental y oriental, fueron creciendo y
consolidándose, en la medida que se consolidaban los imperios, se utilizaban más y variados recursos
naturales y se desarrollaba la navegación en los océanos Índico y Pacífico. Entre los años 1000 y 500 AC,
los reinos chinos de Wu y Yue construyeron grandes flotas que incorporaron al comercio amplias zonas del
sur de China y la India, así como la península Indochina.9
Hacia el siglo VI a.C., cuando formó el Imperio Persa, el comercio chino-indio estaba ampliamente
consolidado. Para entonces, las
«caravanas de Tianzhu», nombre con que se conocía el Asia meridional,
llegaban hasta el puerto de Lanzhou, en el río Amarillo, transportando productos de vidrio, que Egipto -
desde el límite oriental del Mediterráneo africano- y la Mesopotamia, fabricaban desde hacía siglos. Los
chinos enviaban jengibre, espejos de bronce y seda, que poco a poco se convertiría en la mercancía
descollante.9
Época helenística
Esas misiones con los reinos del valle de Fergana no podían garantizar la seguridad ni afianzar el comercio,
por lo que China preparó una invasión a gran escala, aunque solo en la segunda embestida en el año
102 a. C. logró conquistar todas las tierras entre sus propias fronteras y los reinos de Fergana. Después de
la derrota de los xiongnu, los ejércitos chinos se establecieron en Asia central y los chinos consiguieron no
solo asegurarse la importación de los famosos caballos de las estepas, sino establecer sus propios productos
en los mercados de esos reinos.16 Cuando Wu envió una delegación al rey Mitrídates II en el 110 a. C.,
eso dio inicio a un comercio que acabaría siendo la parte central de la importante vía de comercio
internacional que llegará a ser la Ruta de la Seda. Cincuenta años más tarde, cuando Marco Licinio Craso
cruzó el Éufrates para conquistar Partia en el año 53 a. C., se asombró al ver un brillante, suave y
maravilloso nuevo tejido. Unas décadas más tarde, las más acaudaladas familias de Roma estaban
maravilladas de vestirse con el más preciado tejido: la seda. El historiador romano Floro también describe la
visita de numerosos enviados, incluyendo a los Seres, al primer emperador romano César Augusto, que
reinó entre el 27 a. C. y el 14 d. C.:
Incluso el resto de las naciones del mundo que no estaban sujetas a la dominación imperial
fueron sensibles a su grandeza, y miraban con reverencia al pueblo romano, el gran
conquistador de las naciones. Así, incluso los escitas y los sármatas enviaron emisarios para
buscar la amistad de Roma. No, los Seres vinieron del mismo modo, y los indios que
habitaban bajo el sol vertical, trayendo regalos de piedras preciosas y de perlas y elefantes,
pero pensando en todo momento a menos que la inmensidad del viaje que habían emprendido,
y que dijeron que habían tardado cuatro años. En verdad que los necesitaron, pero al mirar su
tez se veía que eran gentes de otro mundo que el nuestro.
Even the rest of the nations of the world which were not subject to the imperial sway were
sensible of its grandeur, and looked with reverence to the Roman people, the great conqueror
of nations. Thus even Scythians and Sarmatians sent envoys to seek the friendship of Rome.
Nay, the Seres came likewise, and the Indians who dwelt beneath the vertical sun, bringing
presents of precious stones and pearls and elephants, but thinking all of less moment than the
vastness of the journey which they had undertaken, and which they said had occupied four
years. In truth it needed but to look at their complexion to see that they were people of
another world than ours.
Henry Yule, Cathay and the way thither
Algunos eruditos sostienen que el emperador chino Wu se interesó primero en el desarrollo de las
relaciones comerciales con las sofisticadas civilizaciones urbanas de Fergana, Bactria y del Imperio parto:
«El Hijo del Cielo al oír todo esto razonó así: Fergana (Dayuan) y las posesiones de Bactria (Ta-Hsia) y el
Imperio parto (Anxi) son países grandes, llenos de raras cosas, con una población que vive en moradas fijas
y entregada a ocupaciones casi idénticas a las de los chinos, pero con ejércitos débiles, y que dan gran valor
a los ricos productos de China» (Hou Hanshu, Libro de Han Posterior). Otros17 creen en cambio que el
emperador Wu estaba interesado principalmente en la lucha contra los xiongnu y que el comercio principal
comenzó sólo después de que los chinos hubiesen pacificado el corredor de Hexi.
Imperio romano
Véase también: Relaciones entre el Imperio romano y China
La influencia sogdiana
Véase también: Europeos en la China medieval (en inglés)
Bajo su fuerte dinámica de integración, por un lado, y de los impactos de cambio que transmitía, por otro,
las sociedades tribales que previamente vivían en aislamiento a lo largo de la Ruta de la Seda o de pastores
que procedían de un desarrollo cultural bárbaro, se sintieron atraídos por las riquezas y las oportunidades de
las civilizaciones conectadas por la ruta, entrando en las rutas como merodeadores o mercenarios. Muchas
tribus bárbaras se convirtieron en cualificados guerreros capaces de conquistar ciudades ricas y tierras
fértiles, y forjar fuertes imperios militares.
A.V. Dybo señaló que «según los historiadores, el principal motor de
la Gran Ruta de la Seda no solo eran los sogdianos, sino los portadores
de una cultura mezcla sogdiana-túrquica que a menudo provenían de
familias mixtas».24
En Asia central, el islam se expandió a partir del siglo VII, haciendo un alto en su progresión hacia el
occidente chino tras la batalla de Talas en el año 751. Los túrquicos islámicos siguieron la expansión a
partir del siglo X, lo que terminó por perturbar el comercio en esa parte del mundo, y acarreando la casi
desaparición del budismo en la región. Durante gran parte de la Edad Media, el Califato islámico (centrado
en el Cercano Oriente) tuvo a menudo el monopolio sobre gran parte del comercio realizado a través del
Viejo Mundo. (Véase: Época musulmana de los descubrimiento (en inglés).)
En esta época aparece la primera referencia escrita sobre la seda que se conoce en la Península ibérica
realizada por Isidoro de Sevilla (556-636), durante la Hispania visigoda, aunque por entonces su presencia
allí era excepcional.26 27
Es a partir del Califato de Córdoba (929-1031) que se puede hablar de la
consolidación de manufacturas autóctonas de seda en la península ibérica.27
La desconexión del feudalismo europeo
La caída del Imperio romano de Occidente en el siglo V, seguida del establecimiento en Europa de un
régimen feudal, centrado en el autoabastecimiento y la cristianización de las tribus «bárbaras» bajo la égida
de la Iglesia Católica Apostólica Romana, desconectó al mundo europeo de las rutas comerciales asiáticas.
Pese al dominio de Europa por los bárbaros, el Imperio romano de Oriente (Imperio Bizantino) lograría
mantener en la península itálica, el puerto de Venecia, fundado en los años previos a la caída de Roma, que
sobreviviría como puerto de pescadores hasta mediados del siglo VIII, cuando pasó a ser un puerto de
comercio de esclavos europeos que eran vendidos a los árabes del norte de África.28 29 30
Poco a poco
Venecia se convertiría en la terminal europea de la Ruta de la Seda.
Época mongola
Véanse también: Imperio mongol y Pax Mongolica.
El siglo XIII vio también los intentos de una alianza franco-mongola, con intercambio de embajadores y
(fallidos) intentos de colaboración militar en Tierra Santa durante las últimas cruzadas, aunque al final los
mongoles en el Ilkhanato, después de haber destruido las dinastías de los abásidas y los ayubíes, con el
tiempo se convirtieron ellos mismos al islam, y firmaron en 1323 el Tratado de Alepo con el superviviente
poder musulmán, el sultanato mameluco de Egipto.
Algunos estudios de investigación indican que la peste Negra, que devastó Europa a finales de la década de
1340, podría haber alcanzado Europa desde el Asia central (o China) a lo largo de las rutas comerciales del
Imperio mongol.32
El bloqueo europeo
La fragmentación del Imperio mongol aflojó la unidad política, cultural y económica de la Ruta de la Seda.
Los señores turcos marchando ocuparon tierras alrededor de la parte occidental de la Ruta de la Seda, que
pertenecían al decadente Imperio bizantino. Después del Imperio mongol, los grandes poderes políticos a lo
largo de la Ruta de la Seda quedaron económica y culturalmente separados. Acompañando a la
cristalización de varios estados regionales sucedió una disminución del poder nómada, en parte debido a la
devastación de la peste Negra y en parte debido a la invasión de civilizaciones sedentarias equipadas con
pólvora.
Europa quedó desconectada de la Ruta de la Seda alrededor de 1453, con la supremacía otomana de
Constantinopla. El islam y el cristianismo estaban en guerra desde hacía siglos. Un siglo más tarde, Venecia
hizo un pacto con los otomanos que la habilitó a reingresar al circuito comercial asiático, recobrando por un
tiempo parte de su peso económico en la intermediación.
El bloqueo del acceso europeo a la Ruta de la Seda, fue uno de los principales factores que estimularon la
búsqueda de nuevas rutas hasta el próspero Imperio chino por parte de potencias europeas, sobre todo por
vía marítima. Se esperaban grandes beneficios de la relación comercial directa con Asia. Este fue el
principal factor que impulsó las exploraciones portuguesas del océano Índico, incluyendo el mar de China,
dando lugar a la llegada del primer barco mercante europeo a las costas de China en 1513, bajo el mando
de Jorge Álvares y Rafael Perestrello, seguido por la misión diplomática y comercial de 1517 encomendada
a Fernão Pires de Andrade y Tomé Pires por Manuel I de Portugal, la cual inauguró formalmente las
relaciones entre el Imperio portugués y la dinastía Ming durante el reinado del emperador Zhengde. La
entrega de Macao (Macao) a Portugal en 1557 por el emperador de China (como recompensa por los
servicios prestados contra los piratas que infestaban el mar de China Meridional) dio lugar al primer puesto
comercial y marítimo europeo permanente entre Europa y China. Otras potencias europeas seguirían su
ejemplo en los próximos siglos provocando la eventual desaparición de la Ruta de la Seda terrestre.
El viaje de descubrimiento de Cristóbal Colón de 1492 tenía como objeto buscar una ruta comercial
alternativa a China, desde España, a través del Atlántico.33 Hasta unos años después del descubrimiento
de América, se pensó que la expedición de Colón había llegado al continente asiático. No fue hasta el
descubrimiento del océano Pacífico por el español Vasco Núñez de Balboa (tras cruzar el istmo de Panamá)
en 1513, que cartógrafos y navegantes supieron que América era un "Nuevo Mundo", situado entre Europa
y Asia. La búsqueda de una ruta marítima a China se retomó unos años más tarde, con la expedición de
Magallanes y Elcano de 1519 a 1522, la primera en cruzar el Pacífico y la primera en dar la vuelta al
mundo. Con el descubrimiento del 'tornaviaje', o ruta de regreso de Filipinas a México a través del Pacífico,
a cargo de Andrés de Urdaneta en 1565, se estableció la ruta del Galeón de Manila, la primera en cruzar
regularmente el Pacífico en ambas direcciones, concretamente entre la Capitanía General de Filipinas y la
Nueva España. Esta ruta a su vez enlazaba por tierra (a través de México) con la ruta de las Flotas de Indias
que unían América y España a través del Atlántico, creándose así una gran ruta combinada de alcance
mundial, entre Asia y España, que duró desde 1565 hasta principios del siglo XIX. Esta gran ruta española
es también uno de los primeros ejemplos de mundialización o globalización.
Leibniz, haciéndose eco de la percepción que prevalecía en Europa hasta la Revolución Industrial, escribió
en el siglo XVII que: «Todo lo exquisito y admirable viene de las Indias Orientales... Gentes instruidas
remarcan que en el mundo entero no hay comercio comparable al de China».35
En el siglo XVIII, Adam Smith declaró que China había sido uno de los países más prósperos del mundo,
pero que había permanecido estancada durante mucho tiempo y que sus salarios siempre fueron bajos y las
clases bajas eran particularmente pobres:a
China ha sido durante mucho tiempo uno de los países más ricos, es decir, uno de los más
fértiles, mejor cultivados, con más industria y de los más poblados del mundo. Parece, sin
embargo, que ha permanecido estancado durante mucho tiempo. Marco Polo, que lo visitó
hace más de quinientos años, describe su agricultura, su industria y su población casi en los
mismos términos que los viajeros de hoy en día. Tal vez adquirió, incluso mucho tiempo
antes, todo el conjunto de riquezas que la naturaleza de sus leyes e instituciones permite
conseguir.
China has long been one of the richest, that is, one of the most fertile, best cultivated, most
industrious, and most populous countries in the world. It seems, however, to have been long
stationary. Marco Polo, who visited it more than five hundred years ago, describes its
cultivation, industry, and populousness, almost in the same terms as travellers in the present
time describe them. It had perhaps, even long before his time, acquired that full complement
of riches which the nature of its laws and institutions permits it to acquire.36
Época actual
El Puente Terrestre Euroasiático se refiere a veces como la «Nueva Ruta de la Seda». El último eslabón de
una vía férrea a lo largo de la Ruta de la Seda se terminó en 1990, cuando las redes ferroviarias china y
kazaja se conectaron en el paso de Alataw (Alashan Kou o puerta de Zungaria). En la actualidad (2013), la
línea es utilizada por servicios directos de pasajeros desde Urumqi, en Sinkiang (China), hasta Almaty y
Astaná, en Kazajistán.37
Desde julio de 2011 la ciudad china de Chongqing está oficialmente conectada con la alemana de
Duisburgo por un servicio ferroviario de mercancías a través de Eurasia38 En comparación con las rutas
marinas comerciales tradicionales desde Guangzhou y Shanghái, el tiempo de viaje con Europa por
conexión ferroviaria lleva poco más de 13 días por tren de carga frente a los 36 días por barco de
contenedores.
Recorrido
Xi'an es —del lado chino— el extremo oriental de la Ruta de la Seda. El recorrido se ha considerado
oficialmente "abierto" por el general chino Zhang Qian en el siglo II a. C. Los emperadores Han asediados
por los bárbaros nómadas (los xiongnu) decidieron abrir al comercio y al mundo exterior la seda, entonces
monopolio del Estado: realmente necesitaban aliados y caballos. En el apogeo de la dinastía Tang (618-
907), la ciudad capital de Chang'an (Xi'an) albergaba dos millones de personas, diez veces más que las
grandes ciudades de Constantinopla o Córdoba, y mil veces más que Aquisgrán en los tiempos de
Carlomagno.39
Los convoyes de caravanas partían de las ciudades de Xi'an, Lanzhou o Xining y emprendían camino hacia
el corredor de Gansu. A continuación, contorneaban el desierto de Taklamakán, uno de los más áridos del
mundo, ya fuese por el norte o por el sur. Estos dos itinerarios posibles tenían cada uno diferentes variantes
y estaban salpicados por villas y ciudades y caravasares, cuyo número e importancia variaron con el
tiempo. Todas las pistas progresaban a lo largo de una cadena de oasis-fortalezas situados en la periferia del
desierto y al pie de las altas montañas de los Tian Shan y Kunlun:
bien por la ruta del norte: los sitios de Turpan, Urumqi, Karachahr, Koutcha, Aksu, Kashgar;
bien por la ruta del sur: los sitios de Dunhuang, Miran, Cherchen, Niya, Khotan, Yarkand.
A partir de Kashgar y Yarkand, las pistas se reunían para ir hacia Persia y la India a través de las altas
montañas del Asia central (Pamires, Hindú Kush y Karakorum), para seguir después por la Sogdiana
(Samarcanda, Bujará, Merv), Bactria (Balkh) y Cachemira (Srinagar). En realidad, muy pocas personas
tuvieron la oportunidad de recorrer toda la ruta, entre otros Marco Polo, su padre y su tío.
El eje Roma-Chang'an marcaba el principio y el final de una gran cadena de intercambios, cuyos eslabones
enlazaban a territorios que hoy corresponden a Turquía con Siria, a Irak con Persia, al Cáucaso con las
fronteras de la India y China; y cuyos centros comerciales, en los que se realizaban las últimas y las
primeras transacciones, dependiendo si se avanzaba hacia Changan o hacia el Caspio, eran las ciudades
próximas al valle de Fergana (Bujará, Khiva y Samarcanda) o las situadas en el inhóspito desierto de
Taklamakán, cuyos oasis eran bien conocidos por los conductores de las caravanas; especialmente los de
las ciudades de Tashkurgán, Kashgar, Yarkand y Jotán en las que, por imperativos del clima, estaban
obligadas a detenerse durante un período de tiempo siempre incierto hasta alcanzar el límite oeste de la
verdadera China de entonces: la Puerta de Loulan.
La Ruta de la Seda también fue una vía por la que el budismo se extendió por toda Asia. Misioneros
budistas de la India llevaron las enseñanzas de Buda desde la India a Taxila, de Taxila al Tíbet, del Tíbet a
Dunhuang, donde penetró en China. Los conocimientos más avanzados de la época, propios de las
Universidades Budistas de Nalanda, Vikramasila, Odantapuri, Vilabhi y Ratnagiri, entre otras, circularon
asimismo de un país a otro junto con los peregrinos, monjes, maestros y discípulos que viajaban en busca
de conocimientos o a llevar sabiduría a los monasterios del Tíbet, de Dunghuang o al complejo de
monasterios en las Grutas de Mogao, en China. Igualmente, monjes de todos los países iban de peregrinaje
a la India en misiones para encontrar manuscritos y textos budistas originales para traducirlos a las lenguas
vernáculas de sus propias regiones y traer conocimientos nuevos en los campos de la filosofía budista, la
medicina o la astronomía.
Paralelamente a los monjes budistas, también recorrieron esta ruta hacia el siglo V los monjes y misioneros
cristianos nestorianos, quienes fundaron varias misiones en el trayecto logrando un especial éxito entre los
mongoles Khitan, e incluso una misión en la capital occidental de la China, la ya citada Xi'an (estela de
Singanfu), y los misioneros maniqueos que convirtieron a los turcos uigures de Turfán.
Más tarde, con el apogeo del Islam bajo la Dinastía Omeya (661-750), que quería controlar las más
importantes líneas comerciales a China, tomó la mitad occidental de la Ruta de la Seda, y esta se vio
interrumpida, ahogando el comercio de otras naciones con precios elevados y altas tasas. Este fue el
principio del fin.
El aspecto más importante del entramado comercial de esta ruta es el papel de intermediarios que ejercían
los comerciantes islámicos. Éstos, conscientes de los beneficios económicos que dejaba este trasiego
comercial, no permitieron la entrada de comerciantes europeos o asiáticos en la ruta, convirtiéndose en los
elementos que hacían funcionar el sistema. Las caravanas procedentes de Siria y Mesopotamia cruzaban
todo el continente asiático para adquirir -a bajo precio- los productos que después venderían -a precios
desorbitados- a los comerciantes o intermediarios europeos. Para ello, las caravanas hacían uso de una red
de albergues urbanos llamados caravasares para pernoctar, protegerse y proveerse.
Para el mundo islámico, la Ruta supuso una excelente fuente de ingresos que se convirtió en la base de su
economía. Para Europa, una sangría económica irrenunciable (los productos eran insustituibles). Como
respuesta a este hecho, Europa se lanzó a buscar nuevas rutas marítimas, originando la era de los
descubrimientos.
Decadencia
Una nueva situación política en China (protagonizada por las
dinastías Tang, Song y Yuan desde el siglo VII hasta mediados
del siglo XIV) y una nueva realidad económica y cultural en
Occidente hicieron posible el restablecimiento de nuevas
relaciones entre las civilizaciones existentes que, junto a las
mercancías, empezaron a intercambiarse también las ideas, los
conocimientos artísticos, los idiomas y las religiones. Desde
entonces, las Rutas de la Seda dejaron de ser caminos
exclusivos de los comerciantes y de los militares, y empezaron El viaje de Zhang Qian hacia Asia central.
a ser transitados cada vez con más frecuencia por intelectuales
y por monjes de las principales religiones del mundo, que
supieron también, como si fueran ávidos comerciantes del espíritu, intercambiarse entre ellos las enseñanzas
de Buda, Confucio, Jesucristo y Mahoma.
Las civilizaciones y pueblos aumentaban así los intercambios económicos y culturales. La intensidad del
comercio aumentaba incesantemente desde el siglo viii, pero también crecían en igual o mayor proporción
los asaltos, los saqueos, las confiscaciones y los asesinatos masivos.
Hacia el siglo XV, con el auge de la navegación y las nuevas rutas marítimas comerciales, así como el
apogeo de los Imperios árabe, mongol y turco (selyúcidas y otomanos, ambos por igual en períodos
distintos de tiempo) fue languideciendo lentamente la importancia de la Ruta de la Seda como principal
arteria comercial aforeuroasiática, y algunas de las más florecientes e imponentes ciudades a lo largo de su
recorrido fueron perdiendo importancia e influencia.
Al igual que la idea de los bienes religiosos o culturales, por la Ruta de la Seda se podía pasar la
enfermedad y la infección. Los viajeros ayudaron a agentes patógenos se propagaran en poblaciones que
no hayan heredado o adquirido inmunidad a ciertas enfermedades. Por lo que una epidemia podría tener
consecuencias dramáticas. El caso más famoso es el de un brote de peste en el siglo XIV, la plaga estalló en
China hacia el año 1330, esta usaba como vectores a los roedores y de los roedores a las pulgas y de las
mismas a los seres humanos, siendo altamente contagiosa y (ante los conocimientos médicos de esa época)
altamente letal. Durante mucho tiempo, la plaga apareció sólo en la provincia sureña china de Yunnan. A
principios del siglo XIV las tropas mongolas dispersaron las pulgas infectadas, a continuación la peste se
propagó rápidamente y los barcos comerciales (principalmente venecianos) complementarios a la Ruta de la
Seda que partían de Kaffe (asediada por los mongoles) en la península de Crimea transportaron en el año
1348 la peste a la Europa mediterránea y luego llegó al centro de Europa. Esta propagación rápida de la
peste negra fue ayudada en particular por el comercio de pieles, que portaban pulgas.
Viajeros célebres
Xuánzàng (602-664) fue un célebre monje budista chino que
viajó entre 629 y 645 a la India, visitando gran cantidad de
monasterios en su camino, con el fin de obtener conocer más
profundamente el budismo y obtener textos claves escritos en
sánscrito, aumentando así considerablemente la cantidad de
literatura budista disponible en China. Se le reconoce la
traducción de unos 1.330 fascículos de escrituras al chino. Sus
teorías acerca de la percepción, la conciencia, el karma, el
renacimiento, etc., arraigaron en las doctrinas budistas en
China.
Algunos misioneros europeos también viajaron hacia el Oriente en la época Marco Polo. En 1245,
Giovanni de Pian Carpine, acompañado por Esteban de Bohemia, viajaron hasta el Volga y llegaron a
entrevistarse con Genghis Khan. Cuando llegaron a Karakorum presentaron al nuevo Khan la carta que les
había dado el papa para que se convirtieran al cristianismo e hicieran frente común ante el islam. También,
en 1254, Rubruquis junto con Bartolomé de Cremona fueron al centro de Asia por orden del rey de
Francia, Luis IX, con la misión de convertir a los mongoles. Llegaron hasta Karakorum en 1254.
Durante el Renacimiento, otros europeos viajaron con posterioridad a Marco Polo al Imperio chino, a la
corte del Hijo del Cielo: Jorge Pires, Fernão Pires y los jesuitas. Jorge Pires llegó en 1513 a las islas Lintín
y Ferno Pires (mercader) hizo la primera factoría comercial europea en el estuario de Zhujiang. La
Compañía de Jesús, en cambio, fue para evangelizar; el primer enviado fue el célebre Mateo Ricci en 1583,
ganándose el favor del monarca y las clases privilegiadas.
Véase también
Economía feudal
Nueva Ruta de la Seda
Pensamiento económico medieval
Referencias
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Notas
1. "The accounts of all travellers, inconsistent in many other respects, agree in the low wages
of labour, and in the difficulty which a labourer finds in bringing up a family in China. If by
digging the ground a whole day he can get what will purchase a small quantity of rice in the
evening, he is contented. The condition of artificers is, if possible, still worse. Instead of
waiting indolently in their work-houses, for the calls of their customers, as in Europe, they are
continually running about the streets with the tools of their respective trades, offering their
service, and as it were begging employment. The poverty of the lower ranks of people in
China far surpasses that of the most beggarly nations in Europe. In the neighbourhood of
Canton many hundred, it is commonly said, many thousand families have no habitation on
the land, but live constantly in little fishing boats upon the rivers and canals. The subsistence
which they find there is so scanty that they are eager to fish up the nastiest garbage thrown
overboard from any European ship. Any carrion, the carcass of a dead dog or cat, for
example, though half putrid and stinking, is as welcome to them as the most wholesome food
to the people of other countries. Marriage is encouraged in China, not by the profitableness
of children, but by the liberty of destroying them. In all great towns several are every night
exposed in the street, or drowned like puppies in the water. The performance of this horrid
office is even said to be the avowed business by which some people earn their subsistence."
(Adam Smith, The Wealth of Nations, 1776).
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Enlaces externos
La Ruta de la seda, nexo de unión entre Asia y Europa (http://www.20minutos.es/noticia/108
3935/0/ruta-seda/asia/europa/) en "Viajes" 20minutos
Video. Serie: "Como la ruta de la seda hizo al mundo" Episodio 2: Luz desde la sombras. (ht
tps://www.dailymotion.com/video/x7z8yjc&ved=2ahUKEwjb_si61KH4AhUnuJUCHfx_CW8
QwqsBegQIBRAD&usg=AOvVaw2_1D263McLHqF8sqhHEga6)
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