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E PLATÓN,
O
C O L O Q U I O S
S O B R E LA JUSTICIA.
T R A D U C I D O S EN CASTELLANO,
É ILUSTRADOS CON VARIAS NOTAS
POR
D. J. T. Y G
TOMO PRIMERO.
M A D R I D :
PLATÓN,
O
C O L O Q U I O S
SOBRE LA JUSTICIA.
T R A.DtfCTDOS ]"tftsf.O,
. É ILUSTRADOS' CON yAKjAS [NQJ^S,' ^ %
POR 1
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D. J. T> T G, -í.Ci'
M A D R I D :
VIDA DE SÓCRATES.
¿4
LVII
VIDA DE PLATÓN, j
LA REPÚBLICA D E PLATÓN,
o
C O L O Q U I O S
SOBRE L A J U S T I C I A (i).
COLOCUTORES.
Sócrates.
Céphalo.
Polemarco , hijo de Céphalo.
Glaucon. ^ hijos de A r i s t ó n , y h e r -
Adimanto.J manos de Platón,
Clitophón.
Thrasimaco, sofista.
COLOQUIO PRIMERO.
M
habla Pindaro ( ? o ) . Porque r í a s de s a b e r , S ó -
crates , que Pindaro dice sabiamente ,'que á los
que llevaron vida pura y santa, les acompaña una
dulce esperanza que ensancha el corazón , y nutre
la vejez, y gobierna como quiere el ánimo flu~
tuante de los mortales.. Cosa m u y bien dicha , y
admirable hasta lo sumo. Ademas de esto , y o
pienso que la posesión de las riquezas es digna de
tenerse en m u c h o , no para todo hombre, sino s o -
lamente para el sabio ( a i ) . Porque para no enga-
ñar á nadie, ni aun involuntariamente, ó no m e n -
tir, para salir de este mundo sin temor de no ha-
ber cumplido ciertos sacrificios debidos á D i o s , ni
satisfecho deudas á los h o m b r e s , contribuye e n
gran parte el ser un hombre rico. T i e n e n a u n
las riquezas otros muchos provechos ; pero todo
bien p r e m e d i t a d o , establecería y o , Sócrates, que
e n un hombre de juicio una mediana fortuna es
la mejor para esto. SÓc. N o he oido cosa mejor
que la que vos , Céphalo , acabáis de decir.
Mas definiríamos bien la justicia, h a c i é n d o -
la consistir simplemente en decir la v e r d a d , y e n
restituir á cada tifió lo que de él se ha recibido?
ó el hacer esto seria mas bien á veces justo , á
veces injusto ? Por e x e m p l o , si alguno recibiese
las armas de u n a m i g o estando cuerdo , y se-las
volviese á pedir e n l o q u e c i d o , todo el m u n d o d i -
ría que no se le debían v o l v e r , ni que seria h o m -
bre j u s t o el que l o h i c i e s e , ni al que está e n tal
estado no disfrazase en nada la verdad. Céph. D e -
cís m u y bien. Sóc. L u e g o no- es definición de la
(9)
justicia , decir ¡a verdad, y volver á cada qual
lo que es suyo. E n esto precisamente c o n s i s t e , S ó -
crates , replicó P o l e m a r c o , si hemos de creer i
Simonides. Céph. Continuad vosotros la c o n v e r -
sación (22) j porque á m í m e precisa y a acudir
al sacrificio. Sóc. Polemarco pues será el que os
suceda ? S í , replicó Céphalo sonriéndose, y al
mismo tiempo se partió á sacrificar. D e c i d m e
vos pues , ó Polemarco , puesto que tomáis el
lugar de vuestro padre , qué es lo que aprobáis
de Jo que dixo Simonides acerca de la justicia?
Polem. Q u e es propio de ella volver á cada u n o
lo que se le d e b e , y en esto hallo que tiene r a -
zón. Sóc. N o es fácil contradecir á Simonides (2 3 ) ,
varón sabio y divino. Pero tal v e z entenderéis
v o s , ó Polemarco , lo que quiso decir c o n esto;
pues por lo qué á m í toca y o lo ignoro. Porque
es evidente que él n o e n t i e n d e , según antes d e -
ciamos , que se deba volver qualquier depósito
que s e a , al que le repite vuelto loco. Pero entre
tanto este depósito es una deuda ; n o es así?
Polem. Ciertamente. Sóc. C o n todo , de n i n g ú n
m o d o debe restituirse quando alguno la repite
enloquecido. Polem. V e r d a d es. Sóc. Otra cosa
pues parece quiso decir S i m o n i d e s , quando d i x o ,
que era justo volver á cada uno lo que le era d e -
bido. Polem. Á fé mía que sí j porque era de
parecer que los amigos debian hacer bien á sus
amigos , y ningún mal. Sóc. Y a entiendo que no>
v u e l v e lo que es debido el que restituye el d i n e -
ro que recibió en d e p ó s i t o , si la entrega y el r e -
..fio)
cibo fuesen perjudiciales, y ambos fuesen a m i -
gos , el que recibe y el que restituye. N o es este
el sentido de las palabras de Simonides? Polem. Sí.
Sóc. Pero se debe restituir á los enemigos lo que
s e les debe? Polem. Sin duda , s í , lo que se les
debe. Mas pienso que al enemigo le es debido por
su enemigo lo que conviene que se le d e b a , esto
es a l g ú n mal. Sóc. L u e g o Simonides al p a r e -
cer (24), se explicó c o m o poeta¿ y de un m o d o
enigmático sobre la justicia ; pues que creía , se-
g ú n manifiesta , que la justicia consistía en r e s -
tituir á cada uno lo que le es c o n v e n i e n t e , bien
que se valió de la expresión de debido. Polem. P e -
ro qué pensáis vos? Sóc. Por D i o s os ruego que
m e d i g á i s , qué os parece nos habría respondido
él si a l g u n o le hubiese preguntado , Simonides,
qué facultad es aquella y á quiénes dá lo debido
y conveniente , de m o d o que merezca llamarse
medicina ? Polem. Claro está que la que prescri-
be á los cuerpos los medicamentos , la comida y
la bebida. Sóc. M a s quál debería llamarse arte
de cocina , porque diese á ciertas cosas lo que les
era debido y conveniente ? Polem. L o que dá á
cada 'guisado .su. sazonamíento. Sóc. M u y bien.
Q u á l pues seria aquel a r t e , que es lo que dá,
y á q u i é n e s , de m o d o que se llamase justicia?
Polem. Si hemos de ir c o n s i g u i e n t e s , ó Sócrates,
á lo que dexamos dicho antes , la que hace b i e -
nes á los amigos, y,daños á los enemigos. Sóc. L u e -
g o Simonides llama justicia , hacer bien á los
a m i g o s , y m a l á los enemigos? Polem. A lo m é -
n o s , así m e parece. Sóc. Pero quién puede e n
caso de estar enfermos , hacer mas bien á los
amigos y mas daño á los enemigos , e n orden á
la enfermedad , ó á la salud ? Polem. E l médico.
Sóc. Y quién á los navegantes > en orden á los
riesgos del mar? Polem. E l piloto. Sóc. Y el j u s -
to , en qué o c a s i ó n , ó e n qué cosa puede hacer
bien á los amigos y daño á los enemigos? Polem. A
m i parecer , en la guerra defendiendo á u n o s , y
atacando á otros. Sóc. M u y bien. Pero para los
que están sanos , m i amado Polemarco , es i n ú -
til el médico. Polem. Esto es verdad. Sóc. Y el
piloto para los que no navegan. Polem. T a m b i é n
es cierto. Sóc. L u e g o por la misma razón es i n ú -
til el justo para los que n o están e n guerra.
Polem. N o apruebo esto. Sóc. L u e g o sirve también
la justicia e n tiempo de paz ? Polem. E s ú t i l í s i -
m a . Sóc. Pero la agricultura sirve también en.
este tiempo ; n o es así? Polem. Ciertamente.
Sóc. Acaso para la recolección de frutos? Polem. E n
efecto. Sóc. Y el arte de zapatería (25) sirve
también? Polem. T a m b i é n . Sóc. V o s m e diréis,
sin d u d a , que para tener calzados. Polem. E s
así. Sóc. D e c i d m e a u n , para qué seria útil la j u s -
ticia e n tiempo de paz ? Polem. Para el c o m e r -
cio , Sócrates. Sóc. Qué entendéis vos por c o m e r -
cio, los tratos mutuos que los hombres tienen e n -
tre sí? ó por ventura otra cosa distinta? Polem-. N o :
eso mismo entiendo. Sóc. Para aprender pues 3
jugar á las tablas (2 ó ) , será mejor y mas útil t r a -
tar al hombre justo , ó al jugador de profesión?
(i2) ;
Polem. A l jugador de profesión. Sóc. Y para la
construcción de una casa valdrá mas consultar
al j u s t o , que al arquitecto ? Polem. D e ninguna
manera. Sóc. E n qué caso pues m e dirigirla y o
al j u s t o con preferencia al músico : así c o m o
para instruirme en la ciencia de los tonos m e di-
rigiría á'éste antes que á aquel? Polem. Para te-
ner el dinero en compañía , según á mí m e p a -
rece. Sóc. Con t a l , Polemarco , que no sea p r e -
ciso usar del dinero ; porque si quisiera comprar
ó vender u n caballo , mas bien haría compañía
c o n un picador. N o es así? Polem. Yo pienso l o
m i s m o . Sóc. Y c o n el piloto ó fabricante , si se
fratase de un navio.- Polem. A s í m e parece.
Sóc. Q u a n d o pues el j u s t o m e seria mas útil
q u e los demás , si quisiese emplear e n c o m p a ñ í a
la plata , ó el oro ? Polem. Q u a n d o se tratase,
Sócrates, de ponerle en,depósito y tenerle s e g u -
ro. Sóc. Es d e c i r , quando n o quisiera hacer uso
n i n g u n o del dinero, sino dexarle ocioso. Polem. E s
asi á la letra. Sóc. Según eso , la justicia m e será
útil entonces quando el dinero de nada m e s i r -
va ? Polem. H a y grande apariencia. Sóc. Y la j u s -
ticia m e servirá también quando convenga g u a r -
dar una p o d a d e r a ; pero si quiero servirme de
e l l a , el arte de viñador seria mas del caso?
Polem. D e s d e l u e g o . Sóc. V o s diréis lo m i s m o ,
que si quiero guardar u n broquel y una lyra , me
seria útil la justicia ; pero si quiero servirme de
e l l o s , tendría que recurrir á las artes de la esgri-
m a y de la música. Polem. Seria preciso. Sóc. Y eii
g e n e r a l , respecto de qualquier cosa que ésta sea,
quando tenga que servirme de eíia , ia justicia
será inútil; y útiíquandjo no me sirva. Polem.Muy
bien puede ser esto. Sóc. L u e g o la justicia , a m a -
do mió , n o es de mucha importancia , si ella no
nos es ú t i l , sino para las cosas inútiles. P o n e d
a u n cuidado en lo que voy á deciros. Aquel que
es mas diestro en dar g o l p e s , sea e n la guerra,
sea en el pugilato , ú otra especie de lucha , n o
es también el mas diestro en guardarse de los que
se le dan 1 Polem. E s m u y cierto. Sóc. Y el q u e
es mas hábil en guardarse de una enfermedad y
prevenirla , no es al mismo tiempo el mas capaz
de darla á otro? Polem. Yo lo creo. Sóc. S e g ú n
e s t o , aquel es buen General de un e x é r c i t o , que
sabe hurtar los designios y los consejos y d e -
más proyectos del e n e m i g o . Polem. Sin duda.
Sóc. Por consiguiente el que es propio para
guardar una cosa , es también á propósito para
hurtarla. Polem. Así parece. Sóc. Si pues el justo
es propio para guardar (27) el dinero , éi será á
propósito también para hurtarle. Polem. A lo me-
nos esta es conseqüencia de lo que acabamos de
decir. Sóc. Con que el justo es cierto ladrón t e -
mible , según parece se ha demostrado ; y acaso
acaso bebiste esta doctrina en H o m e r o (2,8) , el
qual celebra m u c h o á Autolico , abuelo materno
de U l i s e s , y dice que se aventajó á lodos las hom-
bres en el arte de, robar y engañar con jura"'
tnentos. Por .consiguiente , según vos , H o m e r o
y Simoúides , la justicia parece n o es otra
(i4)
cosa que el arte de robar en provecho de los a m i -
g o s y daño de los enemigos. N o es así c o m o v o s
l o entendéis ? Polem. E n verdad que n o , ni a u n
supe lo que me decia.
C o n t o d o , m e parece siempre que la j u s t i -
cia consiste en obligar (29) á los a m i g o s y hacer
daño á los enemigos. Sóc. Pero qué entendéis v o s
por amigos? Acaso aquellos que nos parecen h o m -
bres de bien y ú t i l e s , ó los que lo s o n , aunque
n o los tengamos por tales? Y lo m i s m o de l o s
enemigos. Polem. Paréceme natural amar á los
que u n o tiene por buenos , y aborrecer á los m a -
los. Sóc. Mas por d e s g r a c i a , n o es m u y c o m ú n
e n los hombres engañarse e n este p u n t o , hasta
j u z g a r que muchos son hombres de bien , n o l o
s i e n d o , y otros muchos al contrario? Polem. C o n -
v e n g o e n ello. Sóc. C o n que á quienes esto suce-
de , tienen por enemigos á los hombres de bien,
y por amigos á los malos. Polem. E s m u y cierto.
Sóc. A s í , respecto de estos , la justicia consiste
e n hacer bien á los malos y daño á los buenos.-
Polem. A s í m e parece. Sóc. Pero los buenos i o n
justos é incapaces de hacer mal á nadie. Polem. Es»
t o es verdad. Sóc. L u e g o es justo , s e g ú n lo q u e
vos d e c í s , hacer mal á los que n o nos hacen nin-
g u n o . Polem.' D e ninguna manera , S ó c r a t e s : es
una iniquidad pensar de este modo. Sóc. L u e g o
será preciso que d i g a m o s , q u e . e s justo ofender
'á los malos y hacer bien á los buenos. Polem. E s -
t o es mas conforme á ' r a z ó n que lo que- a c a b á -
bamos de'decir. Sóc. Acontecerá p u e s , ó P e l e -
05)
m a r c o , que respecto de todos los que se engañan
e n los juicios de los hombres , será justo dañar á
sus amigos , porque estos serán los malos ; y ha-
cer bien á sus enemigos , porque estos serán los
buenos : y por este medio vendremos á decir t o d o
l o contrario de lo que diximos que decía S i m o -
nides. Polem. L a conseqüencia está bien sacada.
M a s - m u d e m o s alguna cosa , porque sospecho n o
es exacta la definición que hemos dado del a m i -
g o y del e n e m i g o . Sóc. C ó m o decíamos nosotros,
Polemarco? Polem. Nosotros d e c í a m o s , que nues-
tro a m i g o era aquel que nos parecia hombre d e
bien. Sóc. Y ahora qué mudanza haremos ? Po-
lem. Yo diria que el que nos parece hombre d e
bien y lo es en efecto , es nuestro a m i g o ; p e r o
el que lo parece sin serlo , no es a m i g o sino e n
la apariencia. Y lo m i s m o debe decirse del e n e -
m i g o . Sóc. Por esta cuenta parece que el verda-
dero a m i g o sea el hombre de bien , y el malo el
e n e m i g o verdadero. Polem. Ciertamente. Sóc. Q u e -
réis pues que m u d e m o s también algo á lo q u e
decíamos antes tocante á la j u s t i c i a : que e l l a
consistía en hacer bien al a m i g o y daño al e n e -
m i g o j y que añadamos que es justo obligar al
a m i g o quando es bueno , y ofender al e n e m i g o
quando es m a l o ? Polem. S í , y o hallo esto m u y
bien dicho. Sóc. Pero acaso es propio del v a r ó n
justo ofender á ninguno de los hombres ? Po-
lem. Sin duda debe hacerlo á los que son malos
y enemigos suyos. Sóc. L o s caballos maltratados
s e hacen mejores ó peores ? Polem. Se hacen p e o -
res. Sóc. E n q u é ? en orden á la bondad de los
p e r r o s , ó á la de los caballos ? Polem. A-Ja de los
caballos. Sóc. L u e g o también los perros maltrata-
dos se empeorarán respecto de su especie, y n o res-
pecto de la de los caballos? Polem.Necesariamen-
te. Sóc. N o diremos pues también , ó a m i g o m i ó ,
que los hombres á quienes se hace mal llegan
á ser peores en orden á la virtud propia del h o m -
bre ? Polem. E s m u y cierto. Sóc. Pues la justicia
n o es la virtud propia del hombre? Polem. T a m -
bién esto es cierto. Sóc. L u e g o es preciso , m i
amado a m i g o , que los hombres á quienes se hace
mal', v e n g a n á ser mas injustos (30). Polem. A s í
parece. Sóc. L o s músicos e n virtud de su arte pue-
den hacer á los hombres ignorantes en la m ú -
sica? Polem. Esto es imposible. Sóc. Pero los p i -
cadores por su arte de gineta los harán sin maña
para montar u n caballo ? Polem. E n verdad que
n o . Sóc. Mas por acaso los justos e n virtud d e
su justicia volverán injustos á los hombres ? ó e n
general los buenos c o n su virtud harán á los
otros malos? Polem. Esto no puede ser. Sóc. P o r -
que el refrescar n o creo que sea efecto propio
d e l o c a l i e n t e , sino de su contrario. Polem. E s
así. Sóc. N i el humedecer de l o s e c o , sino d e
su contrario. Polem. Así parece. Sóc. L u e g o ni
el hacer daño es efecto propio del bueno , s i n o
de su contrario. Polem. Sin duda. Sóc. M a s el
hombre justo es bueno? Polem. Seguramente,
Sóc. L u e g o no es acción propia del j u s t o , a m a -
d o P o l e m a r c o , el ofender ni al a m i g o , ni á
; (i7)
otro alguno ; sino de su contrario , esto es , del
injusto. Polem. Paréceme , Sócrates , que vos t e -
néis mucha razón. Sóc. Si pues alguno dixese q u e
la justicia consiste en dar á cada u n o lo que le
es d e b i d o , y entiende por esto que el hombre
•justo n o debe á sus enemigos sino m a l , c o m o
bien á sus a m i g o s , n o seria sabio hablando d e
este m o d o ; porque no diria verdad y porque
acabamos de ver que jamás es justo dañar á na-<
die (31). Polem,.Estamos de acuerdo. Sóc. L u e -
g o ' n o s opondremos á una tú y y o , si alguno se
-atreviese á proferir que semejante m á x i m a es d e
S i m o n i d e s , ó de Bias (32)^, ó de Pitaco (33), ó
de algún otro de los hombres sabios y bienaventu-
rados. Polem. Pronto estoy á sostener con vos la
disputa. Sóc. Pero, sabéis vos de quién m e parece
esta m á x i m a , que es justo hacer bien á los amigos
y daño á los enemigos2. Polem. D e quién? Sóc. Y o
.creería que ella era de Periandro (34), ó de Per-
diccas (35), ó de Xerxes (3ó), ó de Ismenias (37)
el tébano , ó de algún otro hombre rico que h i -
ciese vanidad de ser m u y poderoso. Polem. D e -
cís mucha verdad,
Sóc. Enhorabuena. Pero pues que la justicia,
ni lo justo consiste en esto , desearia y o que a l -
guno me dixese en qué consiste. D u r a n t e n u e s -
tra disputa intentó interrumpirnos muchas veces
Thrasimaco (38); pero los que estaban á su lado
se lo impidieron, c o n el deseo que tenían de o í r -
nos. Mas luego que cesamos de h a b l a r , y de p r o -
ferir y o l o que llevo dicho , n o p u d o contenerse
(i8)
mas , y revolviéndose de repente, v i n o sobre n o *
sotros c o m o una fiera , en ademan de d e v o r a r -
nos. Polemarco y y o penetrados del t e m o r , n o s
quedamos atónitos. Pero él gritando e n m e d i o
de Jos concurrentes , dirigiéndome la palabra,
d i x o : Sócrates , qué vagatelas os ocupan hace
rato ? Y qué necios estáis ambos á d o s , c e d i é n -
doos c o m o de acuerdo la victoria el u n o al otro?
P u e s si queréis con sinceridad saber qué cosa sea
la justicia , n o os limitéis vos á' solo preguntar
y haceros c o m o una especie de gloria de refutar
Jas respuestas de ltís demás , sabiendo que es m u -
c h o m a s fácil el preguntar que el responder. R e s -
pondedme pues ^os , y decidme : qué cosa es la
justicia ? Y n o m e vengáis ahora c o n d e c i r , que
es aquello que cotiviene , aquello que es útil, aque-
llo que es provechoso , aquello que es lucroso, ni
aquello que es conducente; sino respondedme c l a -
ra y t e r m i n a n t e m e n t e , porque n o soy hombre
q u e pase por buenas respuestas tamañas n e c e d a -
des. A l oir esto m e atemorizé y le miraba c o n
e s p a n t o , y á n o haberle y o mirado primero- q u e
él á m í , creo que hubiese enmudecido del todoj
.pero tuve la fortuna que quando empezaba á
e n a r d e c e r s e , eché primero los ojos sobre él y
quedé en estado de poderle responder, y aun le
dixe temblando todo : no os encolericéis, T h r a -
s i m a c o , contra nosotros. Porque si e n nuestra
disputa nos hemos engañado y o y Polemarco,
estad persuadido, que ha sido esto contra toda
nuestra intención. Pues si buscásemos oro, n o pen=
(19)
seis que por gusto nos cederíamos la victoria
•uno á otro j y nos imposibilitaríamos con esto
d e su descubrimiento. N o creáis p u e s , a m i g o ,
que e n la averiguación de la verdad , cosa m i l
veces mas preciosa que el oro , seamos nosotros
tan insensatos, que trabajemos para engañarnos
m u t u a m e n t e , . e n lugar de aplicarnos con aninco *
descubrir su naturaleza. Pero ya lo veo , esta
averiguación es superior á nuestras fuerzas. Por
t a n t o , á vosotros los sabios os corresponde m a s
bien compadecerse que indignarse de nuestra de-
bilidad. A l oír esto , soltó Thrasimaco la c a r c a -
jeada con una risa * sardónica ( 3 9 ) é insultante,
y dixo : v e d a q u í , ó D i o s , la ironía ordinaria
de Sócrates. Y a sabia y o m u y bien , y habia pre-
venido á e s t o s , que vos no querríais responder^
sino que recurriríais á vuestras acostumbradas
ficciones , y tentaríais todos los medios antes que
responder. Sóc. Astuto sois por c i e r t o , T r a s i m a -
c o . M u y bien c o n o c i s t e i s , que si preguntáis á
a l g u n o quantas son doce , añadiendo á p r e v e n -
ción , n o m e digáis , a m i g o , que doce son dos
veces seis , ni tres veces quatro, ni seis veces dos,
ni-quatro veces tres, porque n o rae contentaré c o a
ninguna de semejantes vulgaridades; bien c o n o -
cido era , decia y o , que nadie podría responder
á una qüestion propuesta de este m o d o . Pero si
él os dixese á su vez : buen Thrasimaco , c ó m o
entendéis la prohibición que m e habéis hecho de
n o daros por respuesta ninguna de las que acabáis
d e decir? queréis por v e n t u r a , hombre insigne,
s2
(20)
que si la verdadera respuesta se /encuentra entre
éstas , diga y o otra cosa agena de la v e r d a d ? . ó
de qué m o d o lo entendéis? Qué tendríais vos
que responderle? Thrasim.-.$ea. enhorabuena; mas
qué, tiene que; ver-uno con otro?. Sóc. N a d a se
o p o n e á esta semejanza; Pero aun quando la cosa
fuese: diferente , si el que pregunta j u z g a que es
semejante , creéis-vos que él dexaria de r e s p o n -
der según su pensamiento , ahora se: lo p r o h i b a -
m o s nosotros , ahora n o ? Thrasim. JEs esto l o que
vos pretendéis hacer? V a i s á darme por respues.4-
ta una de las que desde luego os he prohibido:?
•Sóc. N o m e admiraría que examinándolo bien
t o d o , tomase este, partido. Thrasim. A h o r a
b i e n , si os hago ver que hay otra xesp.uesta t o -
cante :.á la justicia , mejor que todas las ante
dichas , á qué pena os condenáis ?. Soc- A qué
otra y que. la que ¡merece el ignorante : r e d u -
cida á aprender de aquel que sabe m a s , y y o
m e sujeto voluntariamente á esta pena. TTira-
sim. Chistoso sois por cierto. Mas sobre la per-
nade--aprender., me daríais aun dinero.. Sóc. Sí,
guando lo tuviese. Glauc. Pues a q u i l é . hay.. S i
ésta .sola es -la-causa , hablad. Thrasímaco.^ que
todos nosotros -pagaremos- por Sócrates. Tnro+
•úm. C o n o z c o vuestra;,intención. Vosotros que*
reis que Sócrates .guardando su costumbre , ea
lugar de.re.spon.dei:, me. p r e g u n t e , y me pille en
contradicción. Sóc. Pero buen hombre., quién
queréis .que os ¡responda? primeramente ..no s a -
biéndolo., ni •4presttmi©nd.ol«; 5abejtv^4ema.s.ha»
biéndosele prohibido por un hombre que ío sabe
todo , dar ninguna de las respuestas que podían
ecurrirlé. Á vos mas bien os toca decir ío que es
iaJusticia , pues que os lisongeais saberlo. N o os
hagáis pues--dé r o g a r , y hacedme la gracia de
responder, y no escaseéis á Gtaueon y á todos los.
:
m u c h a s m e n o s . E n los negocios p ú b l i c o s , q u a n -
do las urgencias del Estado e x i g e n a l g u n a c o n -
tribución, el justo c o n bienes iguales contribuirá
m a s , el injusto menos ; pero si ha de recibir", e l
j u s t o n a d a , el injusto se lleva todos l o s p r o v e -
chos. Suceda pues que u n o y otro regenten al—
'gun e m p l e o p ú b l i c o , aquel por lo m i s m o que e s
justo , e n lugar de enriquecerse á costa del E s -
t a d o , dexará aún perder las cosas de su c a s a s
C 2
(36)
íece que un piloto recobre la salud exerclendo SU.
a r t e , porque le es saludable ir por el mar ? Thra-
sim. Ciertamente que n o . Soc. T a m p o c o pienso
q u e d i r é i s , que el arte del mercenario y el del
médico es uno m i s m o , porque el mercenario se
halla bueno exerciendo su oficio. Thrasim. En
efecto que no. Soc. N i que la profesión del m é -
dico sea la misma que la del mercenario , por-»
que el médico exija alguna recompensa por la
curación de los enfermos? Thrasim. T a m p o c o .
Soc. Nosotros pues , no hemos confesado que
cada arte tenia su utilidad propia ? Thrasim. Sea
e n buen hora. Soc. L u e g o si hay un provecho
c o m ú n á todos los artesanos, es evidente que no
p u e d e venirles sino de un arte que todos a ñ a -
d e n á aquel que ellos exercen. Thrasim. Así p a -
rece. Soc. D e c í a m o s t a m b i é n , que el salario que
reciben e n c o m ú n los artesanos les proviene e a
calidad de mercenarios. Thrasim. Pase en buen
hora. Soc. L u e g o n o de su arte le viene á cada
qual este provecho , esto es , el recibo del s a l a -
r i o ; s i n o , hablando con rigor , debe decirse que
el objeto de la medicina es restituir la s a l u d ; el
del arte mercenaria , el salario ; el de la arqui->
tectura , edificar una casa ; y que si resulta un
6alario al médico y al a r q u i t e c t o , es que e n -
trambos á dos son mercenarios , y lo m i s m o de
las otras artes. Cada una de ellas produce su
efecto propio , siempre c o n ventaja del sugeto
al qual esta destinada. Pero qué provecho s a c a -
ría e n efecto de su arte un a r t e s a n o , si le exer«
(350
cíese gratuitamente ? Thrasim. N i n g u n o . Soc. E n -
tonces pues su arte dexaria de serle útil ? Thra-
sim. Así lo pienso. Soc. L u e g o es e v i d e n t e , v u e l -
v o á decir , ó Thrasimaco , que ningún arfe,
n i n g ú n e m p l e o procura su propio interés , sino,
c o m o hemos ya dicho , el interés de su subdito;
e s decir , que procura y ordena lo provechoso
al mas débil y no al mas fuerte. A causa de esto
decia y o poco há , a m i g o Thrasimaco , que n a -
die se entrometía á gobernar y enderezar m a -
les ágenos de gracia , sino que exigia alguna
recompensa ; porque el que quisiese exercer su
arte c o m o debe , nada sacaría de bueno para sí,
según los preceptos del a r t e , sino meramente
para el subdito. Para obligar pues á los hombres
á que tomasen los e m p l e o s , parece que fué p r e -
ciso proponerles alguna recompensa , c o m o d i -
n e r o , h o n o r e s , ó algún castigo si rehusaban a c e p -
tarlos.
Glauc. C ó m o entendéis vos esto , Sócrates?
Porque y o bien conozco las dos primeras e s p e -
cies de r e c o m p e n s a ; pero n o alcanzo qué cosa
sea este castigo q u e vos proponéis c o m o una ter-
cera especie de recompensa. Soc. L u e g o n o c o -
nocéis vos la recompensa de los sabios , m o v i d o s
de la qual se determinan á tomar parte en l o s
negocios ? ó acaso ignoráis que el ser ambicioso
é interesado es cosa v e n g o n z o s a , y tenida por
tal ? Glauc. Y o lo sé m u y bien. Soc. Por esto pues
n o quieren los hombres de bien entrar e n los
empleos públicos m o v i d o s de las riquezas y del
'C3
(38)
h o n o r , porque temerían ser mirados c o m o m e r -
cenarios , si abiertamente exigian a l g ú n salario
por el m a n d o ; ó c o m o l a d r o n e s , si convertían
c o n disimulo en provecho suyo las rentas p ú b l i -
cas ; ó como ambiciosos , si tenían e n vista los
honores. L u e g o es menester que sean compelí-,
d o s á tomar parte e n el gobierno por algún m o -
t i v o poderoso , qual seria el temor de algún cas-
t i g o . D e donde acaso vendría el mirarse c o m o
c o s a torpe encargarse de la administración p ú -
blica de su g r a d o , sin ser compelido por f u e r -
z a . E l mayor castigo pues para el hombre (52)
de b i e n , quando rehusa gobernar á los demás,
es sufrir el m a n d o de u n o peor que él , y este
t e m o r es el que m e parece obliga á los sabios á
encargarse del gobierno , si alguna v e z lo hacen,
y entonces aceptan los e m p l e o s , n o por interés
n i por r e c r e o , sino por la necesidad y p o r . l a
falta de sugetos tanto ó mas dignos que ellos de
gobernar. D e manera que si se encontrase u n
E s t a d o compuesto únicamente de hombres de
b i e n , se disputaría la condición del particular
c o m o se intrigan en el dia los empleos , y se r e -
conocería claramente e n semejante República,
que el verdadero Magistrado no tiene en vista
s u propio interés , sino ei del subdito. Y así cada
ciudadano persuadido de esta verdad estimaría
e n mas ser feliz por los cuidados de o t r o , que
trabajar e n provecho de los demás. D e ningun
m o d o pues concedo y o á Thrasimaco , f]ue la
justicia sea el interés del mas fuerte 4 bien que
en otra ocasión examinaremos aun este punto-.
D e mayor conseqüencia me parece aún lo que
ahora añade Thrasimaco , diciendo , que la vida
del malo es mas feliz que la del hombre justo.
Sois por ventura , ó Gl.aucon , del mismo sentir?
y entre estos dos partidos , quál escogeríais poc
mas cierto? Glauc. L a vida del hombre justo, poc
ser la mas provechosa.
Soc. Habéis oido vos la enumeración que a c a -
ba de hacer Thrasimaco de los bienes afectos á la
condición del malo ? Glauc. Olla ; pero yo no
creo nada.- Soc. Queréis vos que busquemos a l -
gún medio, si por dicha podemos encontrarle, de
convencerle que él se engaña ? Glauc. Por qué n o
he de quererlo? Soc, Si nosotros oponemos al lar-
go discurso que acaba de hacer, otro discurso tan
largo en favor del hombre j u s t o , y él en seguida
otro , y otro nosotros, nos será preciso numerar
y pesar las ventajas de una y otra parte ; y ade»
mas necesitaremos jueces que p.ro.auucie,n la sen-
tencia : en lugar que .conviniendo amistosamente
¿e lo que nos parecerá verdadero ó falso , como
poco há hacíamos, nosotros seremos á un tiempo
los jueces y abogados. Glauc. Esto es muy .cierto.
Soc. Quál de estos dos métodos os agrada mas?/
Glauc. E l segundo. Soc. E a p u e s , Turasímaco,
respondednos á lo primero: pretendéis que la i n -
justicia consumada es mas ventajosa que la j u s -
ticia perfecta ? Thrasim. S í , y he dado las razo>-
nes. Soc. Permitidme aún que os pregunte , qué
pensáis de estas dos cosas , no dais á la una. el
<H -
(4o)
nombre de virtud , y á la otra el nombre de vi-*
ció* Thrasim. Por qué no? Soc. Y probablemen-
te vos daréis el nombre de virtud á la justicia, y
el de vicio á Ja injusticia? Thrasim. Buena traza
tiene , precioso ; puesto que pretendo yo que la
injusticia es ú t i l , y la justicia no lo es. Soc. Pues
qué es lo que vos decís ? Thrasim. Todo lo con-
trario. Soc. Qué? la justicia es un vicio? Thra-
sim. N o por cierto ; pero es u n a solemne fatui-
dad. Soc. Luego llamáis malignidad (53) á la
injusticia? Thrasim. N o , sino sagacidad. Soc. Aca-
s o pues,. ó Thrasimaco , para vos los injustos
son hombres prudentes y buenosl Thrasim. Sí,
aquellos que son injustos en supremo grado; que
son bastante poderosos para sujetar ciudades y
reynos. Vos creeríais tal vez que y o quería -ha-
blar de los corta bolsas. N o es que este oficio no
tenga también sus utilidades, mientras se exer-
cíta impunemente j pero estas ventajas nada son
comparadas con las que acabo de referir. Soc. Co-
nozco muy bien lo que vos queréis decir * pero
lo que me sorprende es , que coloquéis la injus-
ticia al lado de la virtud y de la sabiduría , y
la justicia en la parte contraria. Thrasim. Esto
es no obstante lo que yo pretendo.
Soc. Esto es ya m u y d u r o , amigo , y no se
qué medio tomar para refutaros. Si vos dixesets
siquiera , como algunos otros , que la injusticia
aunque ú t i l , es una cosa en sí vengonzosa y
m a l a , se os podría responder lo que se respon-
de vulgarmente (54}. Pero pues que vos os ade,-
(40
Iantais hasta llamarla virtud y sabiduría, claro
está que no balanzeareis en atribuirle la h e r m o -
sura , la fuerza , y todos los demás títulos que
comunmente se dan á la justicia. Thrasim. V a -
ticináis con mucho acierto. Soc. Con todo yo no
me he de acobardar en este examen , mientras
comprenda que vos habláis seriamente ; porque
me parece , Thrasimaco , que al presente no os
burláis, sino que referís por verdaderas las c o -
sas que os parecen tales. Thrasim. Qué os i m -
porta que yo piense, ó n o , como hablo , mien-
tras no refutéis mis razones? Soc. Por cierto nada;
pero dignaos responderme aún á esto : el h o m -
bre justo querría tener en alguna cosa la ventaja
sobre otro justo? Thrasim. Verdaderamente que
no ; porque de otro modo ni seria tan c o m p l a -
cedor , ni tan simple, como le supongo. Soc. Qué!
ni aún en lo que mira á una acción (54) justa?
Thrasim. N i aún en esto. Soc. Pero á lo menos
querría aventajarse al injusto, y creeria poderlo
hacer justamente ? Thrasim. Creeria poderío ha-
cer , y aún lo querría ; pero serian inútiles sus
esfuerzos. Soc: N o es esto lo que yo quiero s a -
b e r , una sola cosa os p r e g u n t o : si el justo no
tendria ni pretensión , ni voluntad de aventajar-
se á otro justo , sino meramente al injusto?
Thrasim. Es así verdad. Soc. Y qué diriamos del
injusto? querría por dicha aventajarse al justo,
aún en orden á las acciones justas ? Thrasim. Sin
duda que s í ; pues q u e el quiere aventajarse á
todo el mundo. Soc. Querría pues también tener
(42)
ventaja sobre el.injusto , aún en las acciones In-
justas , y se esforzará á tomar la superioridad
sobre todos? Thrasim. Así es. Soc. E n conclusión
pues decimos : que el justo no quiere aventajar-
se sobre su semejante , sino sobre su contrario;
en lugar que el injusto quiere aventajarse sobre
«no y sobre otro. Thrasim. Muy bien lo has d i -
cho. Soc. Pero el injusto es sabio y bueno , y el
justo ni es uno ni otro, Thrasim. También está
bien dicho. Soc. Luego el injusto se asemeja á
los buenos y á los sabios, y el justo no se les
parece en nada. Thrasim. Sin d u d a , aquel que
es t a l , se parece á los que son lo que él e s , y
aquel que no es t a l , no se les parece. Soc. M u y
bien : tal es pues cada uno de ellos, qual de
aquellos á quienes se asemeja. Thrasim. Pero qué
tenemos con eso ? Soc. Sea así, Thrasimaco : mas
decís vos de un hombre que es músico , y de
otro decís que no lo es? Thrasim. Sí. Soc. Quál
de los dos es sabio , y quál no lo es? Thrasim. El
músico es sabio (5 5), el otro no lo es. Soc. Pues
lo que es sabio es bueno , y lo otro es malo por
la razón contraria. Thmsim. Ciertamente. Soc. N o
es esto lo mismo respecto del médico ? Thra--
sim. Sí. Soc. Creeríais vo>, buen hombre , que el
músico que templa su lyra , quisiese apretar o
aflojar las cuerdas de su instrumento, rnas de lo
que debe hacer un músico ? Thrasim. Me parece
que no. Soc. Pero mas de lo que haría un Igno-
rante en la música ? Thrasim. Es como preciso.
Soc. Y qué diríais del médico? querría en órdea
á la coínida y bebida aventajarse sobre otro m é -
dico , ó sobre el arte mismo que profesa? Thra-
sim. De ninguna manera. Soc. Y sobre aquel que
no es médico ? Thrasim. S'm duda. Soc. Ved pues
si respecto de qualquier ciencia que sea , os p a -
rece que el instruido quiera tener la ventaja en
lo que dice y en lo que h a c e , sobre otro ver-
sado en la misma ciencia, ó si él no aspirará á
mas que á parecerse á su semejante en iguales
circunstancias? Thrasim. Acaso es preciso que
sea así. Soc. Mas el ignorante al contrario, no
quiere aventajarse tanto sobre el instruido, como
sobre el ignorante ? Thrasim. Esto puede ser.
Soc. Pero el instruido es sabio ? Thrasim. Con-
cedo. Soc. El sabio es bueno? Thrasim. Tam-
bién. Soc. Luego el sabio y bueno no quiere
aventajarse sobre su semejante , sino sobre su
desemejante y contrario. Thrasim. Apariencia
hay que así sea. Soc. E n lugar que el malo é
ignorante quiere sobrepujar al uno y al otro.
Thrasim. Así parece. Soc. N o habéis confesa-
do vos , ó Thrasimaco , que el injusto q u i e -
re aventajarse sobre su semejante , y sobre su
contrario ? Thrasim. Confesadolo he. Soc. Y
que el justo no quiere.sacar ventaja sobre su
semejante, sino sobre su contrario? Thrasim. E n
efecto. Soc. Pareceme pues que el justo se a s e -
meja al bueno y al s a b i o , y el injusto al
malo é ignorante. Thrasim. Su peligro corre.
Soc. Pero nosotros hemos convenido, que -ellos
(44)
eran uno y otro tales corno aquellos á quienes
se asemejaban. Thrasim. E n verdad convenimos.
Soc. Es pues evidente que el justo es bueno y
sabio , y el injusto malo é ignorante. T h r a s i m a -
co convino en todo esto , pero no con tanta f a -
cilidad como yo ahora lo cuento , sino arrastra-
do y á duras penas , sudando á mares , por es-
tar en lo caloroso del estío. Entonces vi por p r i -
mera vez , antes jamás , avergonzado á T h r a s i -
maco. Después que hubimos convenido en que
la justicia era sabiduría y virtud , y la injusti-
cia vicio é ignorancia ; miremos , Je dixe yo,
este punto como cosa decidida. Nosotros hemos
dicho ademas que la injusticia tenia la fuerza
por herencia. N o os acordáis de esto Thrasima-
co? Thrasim. Sí me acuerdo ; pero yo no estoy
satisfecho de lo que vos acabáis de decir, y t e n -
go que responderos ; aunque sé muy bien que
si solo abro la b o c a , diréis que hago una a r e n -
ga. Dexadme pues la libertad de hablar quanto
q u i e r a , ó si queréis p r e g u n t a r , hacedlo; que yo
diré amen á todo , y concederé y negaré con mo-
vimientos de cabeza , como hacen los niños con
las viejas' que les relatan cuentos. Soc. L o que
encarecidamente os ruego e s , que nada.digáis
contra vuestra opinión y modo de pensar. Thra*
sim. Pues que no me dexais decir lo que- me p a -
rezca , yo hablaré á gusto de vuestro paladar:
deseáis aún por dicha otra cosa? Soc. Por cier-
to , n a d a , con tal que cumpláis esto , que sí lo
(45)
haréis. Voy pues á preguntaros. Thrasim. Pr®-.
guntad.
Soc. Pregunto pues ahora lo que poco an-
tes ( p a r a llevar seguido el discurso); en qué
estado se halla la justicia comparada con la i n -
justicia ? vos habéis dicho , me parece que era
7
COLOQUIO SEGUNDO.
G
(98)
hermosa que la suya? Adim. Esto es imposible.
Soc. Luego es también imposible que Dios q u i e -
ra mudarse; sino que siendo, como parece, h e r -
moso y bueno de su naturaleza hasta n o mas,
conserva siempre la forma que le es propia (36).
Adim. Paréceme que la cosa no puede ser de
otro modo.. Soc. Que á ningún poeta p u e s , v a -
ron ilustre, se le acuerde el decirnos, que los
dioses , á manera de peregrinos , andan de ciudad
en ciudad, disfrazados de formas extrañas: ni
encajarnos mentiras con motivo de las mefamór-
foses de Proteo (37): y de Thetis {38}:. ni que en
la t r a g e d i a , ó en qualquier otro poema se nos
represente á J u n o baxo la figura de una sacer-
dotisa , recibiendo regalos por los hijos del rio
Inaco de Argos (39),, á quienes habia dado* vida:
ni que se nos cuenten otras muchas semejantes
falsedades. Ni. que las madres , llenas de estas
ficciones poéticas, amedrenten á sus hijos , h a -
ciéndoles creer intempestivamente tan vanas- fá-
bulas , como que ciertos dioses andan por la no-
che á todas p a r t e s , disfrazados en varios trages
de viandantes y pasageros ; porque esto es blas-
femar contra los dioses , y hacer á un tiempo á
los hijos cobardes y tímidos. Adim. Que se guar-
den muy bien de hacer ninguna cosa de éstas.
Soc. Pero acaso los dioses no pudiendo m u -
dar de figura , pueden á lo menos alucinar nues-
tros sentidos por prestigios y encantamentos , de
modo que nos parezca que los vemos baxo de
varias formas ? Adim. Esto pudiera ser. Soc. Pues
(99) , 3
G 2
(ioo)
llega á ser útil? N o tiene su utilidad , quando
uno se sirve de ella , por exemplo , para e n g a -
ñar á un enemigo, ó aún á los tenidos por a m i -
g o s , á quienes el furor ó la demencia les provo-
ca á cometer alguna acción de suyo m a l a , sien-
doventónces la mentira un remedio que se apli-..
c a p a r a d i s t r a e r l e d e su designio? Y aún en la
- mitología de que hablamos arriba , la ignoran-
cia -en que estamos sobre la historia antigua , no
nos autoriza para recurrir á. la mentira que h a -
cemos nosotros útil dándole los colores que mas.
se acercan á la verdad ? Adim. Esto es muy cier-
to.::Soc. Mas por quál de estas razones seria la
mentira útil á Dios? Acaso por ignorar lo que.
pasó en tiempos-, antiguos, se vería precisado á •
disfrazar la mentira., baxo las .apariencias d é l a
verdad? Adim¿ Ridicula sería el- decirlo. Soc. Dios
nó es pues U H poeta mentidor. Adim< Creo que,
tío. Soc. Pero mentiría acaso por. temor de sus
enemigos? Adim!. No por cierto. Soc. O á causa
de sus. amigos furiosos é insensatos? Adim. N i n -
g-uno dé los furiosos é insensatos es amado de
los dioses. Soc. Ninguna razón, hay pues que obli-
gue-á Dios á mentir. Adim. En efecto no la hay.
Soc. Luego los.dioses y genios.por naturaleza
son enemigos de ¡toda mentira. Adim. Entera-
mente. Soc. Luego Dios es por esencia recto y
veraz en palabras y en acciones; y no muda su
forma natural , ni engaña á los o t r o s , ni con
fantasmas , ni con diseursos , ni enviándoles s e -
ñales , ora sea por la n o c h e , ora por el dia.
Adim. Parécéme que vos tenéis'mucha razón en
lo que habláis. Soc. Aprobareis pues nuestra segun-
da l e y , que prohibe qne se hable , ó que se e s -
criba de los dioses de modo que nos los hagan
mirar como hechizeros que toman diferentes
formas , y que andan tras de engañarnos con sus
discursos , ó con sus acciones ? Adim. Yo la
apruebo. Soc.. Por tanto aunque haya muchas
otras cosas que alabar en Homero , nosotros no
aprobaremos de modo alguno aquel pasa¿e don-
de dice que Júpiter enviu un sueño á A g a m e -
nón ( a ) ; ni el lugar de Eschylo donde hace con-
tar á Thetis lo que Apolo cantó en sus bodas
asistiendo al festín, á saber : que seria madre
afortunada y amada de los dioses, y que mis
hijos exentos de enfermedades llegarían á una fe-
liz vejez. Cuyas predicciones me colmaban de ale-
gría , no creyendo que la mentira pudiese salir de
esta boca divina de donde salen tantos oráculos.
Entre tanto este Dios , que había cantado mis
glorias, este Dios, que testigo de mi himeneo, me
había anunciado una suerte tan digna de envidia,
este mismo Dios fué el homicida de mi hijo. Quan-
do alguno profiriese cosas tales , nos indignare-
mos contra é l , y no le daremos lugar en nues-
tra (41) república: ni permitiremos de modo a l -
guno semejantes discursos en boca de los maes-
tros encargados de la juventud , si hemos de t e -
ner como deseamos defensores piadosos y p a r e -
<«) x. Ilia. v. \ Q $ .
(i09)
marinero que disimula al piloto el estado del
navio y delequipage suyo , ó de sus c o m p a ñ e -
ros. Adim.És mucha verdad. Soc. De consiguien-
te si el magistrado pilla en mentira á qualquier
ciudadano que sea de- condición privada , ahora
"sea adivino, ora médico, ora carpintero , le c a s -
tigará severamente , como introductor en el e s -
tado , así como en un navio , de un mal capá a
de arruinarle y destruirle. Adi.m. Sin duda q u e
este.mal-arruinaría el estado, si las acciones c o r -
respondiesen á las palabras.
Soc. Y qué ? no debemos también criar á
nuestros jóvenes guerreros jen la escuela de la
templanza? Adim. N o puejje?menos. Soc. L o s
principales efectos de la templanza no son p o r
dicha el hacernos sumisos á los que gobiernan,
y señores de nosotros mismos en orden á todo lo
que concierne, al comer y beber , y á los p l a c e -
res de los sentidos? Adim. Así me parece. Soc. S e -;
(o) 4. Ilia. y. a i 8 .
(i44)
íar guerreros , que antes de sus heridas eran so-
:
COLOQUIO QÜARTO.
NOTAS
Á LA REPÚBLICA D E PLATÓN.
COLOQUIO PRIMERO.
O2
(212)
(%) A orar. C i n c o puntos insisúa Platón en la in-
troducción de este d i á l o g o , q u e son c o m o otras tantas
piedras fundamentales sobre q u e se sustenta una repú-
blica i á saber , las s o l e m n i d a d e s s a g r a d a s , la amistad,
l a prudencia y consejo d e ios a n c i a n o s , el afecto mode-
r a d o de las r i q u e z a s y la u t i l i d a d de ellas para sostener
los derechos de la v e r d a d , c o m p a ñ e r a inseparable de la
j u s t i c i a . E n este primer p u n t o , con la o r a c i ó n y la a d o -
ración , sacrificios y v o t o s de los asistentes á las s o l e m -
nidades sagradas , se i n d i c a n la piedad y religión, dos
firmes fundamentos d e l estado y d e la j u s t i c i a y demás
virtudes, necesarias ala sociedad; añadiéndose á estos
c o m o tercero la esperanza d e los premios y temor de las
penas , que acaso es el mas poderoso de los tres para
aontener la m u l t i t u d .
(4) D'tota. Créese comunmente que se trata a q u í de
M i n e r v a , l l a m a d a en A t e n a s por antonomasia l a diosa:
p e r o m a s bien se puede creer con Orígenes que habla
aquí Platón de D i a n a , en c u y o honor S Í celebraba la
fiesta que dio m o t i v o á Sócrates^ á una m u l t i t u d de
atenienses para baxar al P i r e o . A causa de esto en l a
pompa , ó procesión se h a c e m e n c i ó n de los traces que
estaban á sueldo de los atenienses para custodiar el
puerto , y que honraban á Diana con el nombre de
Bendis ; d e d o n d e esta fiesta es l l a m a d a por Thrasimaco
a l fin de e s t e c o l o q u i o , Bendideia. Muy p a r e c i d a era á
l a de los B a c a n a l e s , y según Proclo, se celebraba el
diez y n u e v e del mes Targeiion , que corresponde á p a r -
t e de nuestros meses M a y o y Junio. Su institución de-
c l a r a b a , q u e se a p l i c a r í a por los dioses^presidentes d e la
fiesta , l a 'aversión exterior q u e m a n i f e s t a b a n los g r i e g o s
á todo d e s c e n d i e n t e de raza de bárbaros. S i n duda l a i n -
t r o d u x e r o n a l l í los traces conforme al uso y costumbre
d e su país , y a d o p t á r o n l a en t i e m p o de P l a t ó n los ate-
nienses por e x t r e m o zelosos de todo lo e x t r a n g e r o , has-
t a d e los d i o s e s d e los bárbaros ; de m o d o que por te-
m o r q u e a l g u n o d e ellos se q u e x a s e de q u e le desprecia-
ban , l e v a n t a r o n t a m b i é n ara al D i o s d e s c o n o c i d o .
(5) Procesión. E n griego pompe. Ceremonia pagana
(2T3)
e n l a qual se llevaban procesionalmente las estatuas dé
los dioses , y cerno estas ceremonias se h i c i e s e n c o n m a g -
nificencia y grande aparato , se usó posteriormente de
d i c h a p a l a b r a en e s t e ú l t i m o sentido. Grou.
(6) Nietas E s t e es el famoso N i c i a s q u e pereció en
el sitio d e S i r a c u s a , durante la guerra del Peloponeso.«
Grou. ,
(i) Hachas ó caballo. Certamen equestre lampadario
que se celebraba en A t e n a s en las fiestas de Minerva,
d« P r o m e t h e o y de V u l c a n o . P a u s a n i a s en su attico re-
fiere que en la a c a d e m i a h a b i a un altar d e d i c a d o á P r o -
m e t h e o , desde el q u a l a c i a la c i u d a d corrían los com-
petidores llevando en su mano una hacha encendida.
Aquel que la c o n s e r v a b a así h a s t a l l e g a r al te'rmino d e
su c a r r e r a , g a n a b a la v i c t o r i a : pero si se apagaba en
m a n o s del q u e corrí-a p r i m e r o , p e r d í a y a toda esperan-
z a de vencer. U n segundo o c u p a b a su lugar y l u e g o un
tercero , y si por d e s g r a c i a se a p a g a b a e l h a c h a en m a n o
d e todos los concurrentes á n a d i e se adjudicaba el pre-
mio. A e s t e c e r t a m e n h a c e alusión L u c r e c i o , q u a n d o ea
e l libro 3. d i c e , h a b l a n d o d e las g e n e r a c i o n e s que s e s u -
c e d e n unas á otras : 1
et quasi cursores mtai lampxda tra-
dnnt , y c o m o corredores se entregan unos á otros la a n »
torcho: d e la v i d a . P a r é c e m e con S i m p l i c i o q u e los ate-
nienses en obsequio de la diosa D i a n a resolvieron, o f r e -
cer al p ú b l i c o este e s p e c t á c u l o en su solemnidad. Juan
Meursio era d e sentir que el certamen de que habla
Flatón ;
en este l u g a r , fué el que dio principio á las
Panatsneat m e n o r e s , que se c e l e b r a b a n todos los a ñ o s ,
á diferencia de las m a y o r e s que eran cada cinco. Pu-
dieron muy bien celebrarse en seguida de la fiesta
Bendidiiz el 20 del m e s t a r g e l i o n , c o m o insinúa Proclo
en el comentario primero al Timeo de P l a t ó n ; pero
del t e x t o de este filósofo no p u e d e inferir Meursio lo
que p r e t e n d e , siendo c i e r t o que el certamen lampada-
rio, y la fiesta cbarisia ó pannychido , se refieren allí
c o m o .partes .continuadas de las fiestas Bendideiás.
(8) La fiesta. Llamada en griego •Gdvwyis, por-
que la celebraban, pasando toda la noche en vela,
03
(214)
divirtiéndose con bayles y danzas e n 'obsequio de las
Gracias, a. c u y a c a u s a fué l l a m a d a también esta fiesta
cbariiia Al vencedor , que era ei q u e mas sufrimiento,
tenia para resistir el sueño y c a n s a n c i o , se le asignaba
por premio tina, torta. L a pieza intitulada pervigiiium
vmeru , ó vigilia de\las fiestas d e Venus , debió c o m -
ponerse en ocasión muy semajante á ésta : no pudién-
dose dudar q u e los latinos hubiesen tomado el modelo
de los griegos.
(9) Lisias. C é l e b r e orador griego , nacido en Sira-
cusa año 4 $ 9 antes d e J e s u C h r i s t o y llevado á Atenas
por Céphalo su padre , d o n d e l e educó con particular
esmere. Con sus arengas se adquirió una reputación
extraordinaria , y con sus lecciones y / escritos formó
muchos discípulos en la eloquencia. Á Ja exposición
clara y suelta d e l a s u n t o , juntaba una elocución pura
y e s c o g i d a , una noble sencillez , un hermoso natural y
una e x a c t a ' p i n t u r a da las costumbres , y de los c a r a c t e r e s .
P u e d e formarse a l g ú n c o n c e p t o , por el discurso que se h a l l a
en la primera parte del P h e d r o de P l a t ó n . E s c a n d o el S e -
n a d o de A t e n a s para s e n t e n c i a r á S ó c r a t e s , le l l e v ó L i s i a s
una defensa m u y t ' a b a j a d a y p a t é t i c a , a d a p t a d a á su d e s -
g r a c i a d a situación. L e y ó l a S ó c r a t e s con g u s t o y le dixo:
3>Como si m e hubieseis t r a i d o unos zapatos á la sieyo-
sjnana ( q u e e n t o n c e s eran de m o d a ) no m e serviría yo
« d e ellos , por no. convenir á un filósofo 5 así vuestra
« d e f e n s a m e p a r e c e e l o q u e n t e y conforme á las reglas de
j i l a r e t ó r i c a , pero no m u y conveniente á la grandeza y
«firmeza de alma dignas de un s a b i o . » Murió en edad
muy a b a n z a d a el año 3 7 4 antes de Jesu Christo.
Euziíiemo era u n . s o f i s t a , de quien se burla Platón
en el diálogo*que l l e v a su nombre.
(10) De Calcedonia. Serrano traduce cartaginés , a u n -
que sin f u n d a m e n t o , porque las ediciones de Enrique
Estefano. y la d e D o s - p u e n t e s escriben '%O.KY.H¿'ÓVIOV , bien
que la verdadera ortografía sea Xcia^hcÍVi'W •, c o m o se
e n c u e n t r a en el M . S. de la Real Biblioteca estante
N. c o d . 3 6 . fol. 1. b. y lo atestigua E s p a h e m con las
m e d a l l a s , M e m n o n c i t a d o por P h o c i o y la colección de
(sis)
cánones d e l a I g l e s i a universal. D e esta escritura se i n -
fiere c l a r a m e n t e q u e h a b l a d e un h o m b r e natural d e C a l -
cedonia d e A s i a sobre el Bósphoro , y de consiguiente
q u e está e q u i v o c a d a l a versión d e Serrano , q u e solo t e n -
dría l u g a r l e y é n d o s e Kap^»J\íviw. E r a un sofista atre-
v i d o , insolente y d e s v e r g o n z a d o , c a r á c t e r p r o p i o de l o s
d e su profesión , q u e á toda c o s t a y sin buenas razones
q u e r i a sostener el p a r t i d o d e l a injusticia , esparciendo
m a s d e q u a t r o c i e n t o s años antes d e J e s u - C h r i s t o l a s p e r -
v e r s a s s e m i l l a s d e los monstruosos s i s t e m a s de M a c h i a -
velo y Tomas Hobes.
(n) Sacrificio doméstico. E n tiempo de Platón e s t a -
ba y a i n t r o d u c i d o entre los griegos e l tener la gente
principal y a c o m o d a d a altares d o m é s t i c o s , d o n d e ofre-
c í a n sus sacrificios. Xenophonte lib. i . M e m o , dice d e
S ó c r a t e s : « Q u e se l e v e i a m u c h a s v e c e s sacrificando en
« c a s a ; pero m a c h a s mas sobre l a s aras públicas de la
« c i u d a d . » E s t e l u g a r d e P l a t ó n confirma l o m i s m o en l a
persona d e l anciano C é p h a l o , á q u i e n e n c o n t r ó Sócrates
en t r a g e d e sacrificado! , y desó la conversación por
a c u d i r a! sacrificio q u e ofrecía en su casa. E s t a costum-
bre q u e en l o s de abanzada edad , ó imposibilitados de
acudir á los,templos p ú b l i c o s seria t o l e r a b l e , la r e p r e -
hende Platón en el lib. í o . d e las leyes di.iendo ; « Q u e
«rjngun particular tenga e n su c a s a capilla ó altar : y
« q u a n d o quiera ofrecer sacrificios , v a y a á los tempjos
«públicos , y ponga sus v i c t i m a s y ofrendas en mnnos
«de los sacerdotes , á q u i e n e s está confiada la santidad
« d e l o s aleares , y h a g a su o r a c i ó n , á la qual podrán
«juntarse l o s asistentes ; porque el consagrar altares no
«pertenece á todo el m u n d o , sino q u e e s ' o b r a d e una
«inteligencia m u y ilustrada."
(ia) Amigas. L a a m i s t a d e s o t r o d e l o s fundamentos
d e una r e p ú b l i c a insinuados por P l a t ó n , siendo el v í n -
c u l o q u e m a s une y e s t r e c h a entre sí á sus miembros p o r
3a b e n e v o l e n c i a y deleite que engendra el trato recípro-
c o d e los a m i g o s . P o r d e s g r a c i a d e las s o c i e d a d e s es t a n
j a r a esta v i r t u d , q u e siendo n o p e q u e ñ o e l n ú m e r o de
personas q u e c a d a u n o d e sus i n d i v i d u o s s e v é n e c e s i t a d o
04
(Ql6)
á t r a t a r , apenas s e encuentra un v e r d a d e r o a m i g o . P a r a
discernirle d e l q u e n o l o e s , c o n v e n d r á tener presenta
l a s q u i n c e maneras de amor con q u e se aman l o s h o m b r e s ,
á saber : « A m o r cumplido , amor d e Jinage , amor da
« d e u d o , a m o - verdadero , amor d e i g u a l d a d , amor da
« p r o v e c h o , amor d e menester , amor d e barata , a m o r
« d e v e n t a j a , amor d e l t i e m p o , amor d e palabra , amor
« d e c o r t e , amor d e f i c c i ó n , amor d e d a ñ o , amor d e e n -
«gaño.» según enseña Don Juan Manuel, nieto d e l
Santo R e y D o n Fernando en el libro d e los Consejos
que dio á su h i j o , i n t i t u l a d o Enfenido , donde a l c o n -
cluir hablando d e los a m i g o s verdaderos dice: «aves
«vos podría d e c i r q u e falle d e tales a m i g o s m a s d e u n o ,
«et non l o quiero nombrar por non m e perder con los
«otros.»
(13) ¿4>,ctanot. L a prudencia y consejo d e los a n c i a -
nos e s e l tercer cimiento sobre que e s p e c i a l m e n t e e s -
triban l o s ' e s t a d o s ; habiéndose visto algunos reparados
por los viejos , y arruinados m u c h o s por los jóvenes.
De aquí la máxima de Eschines , «que entonces se s a l -
ivará con e s p e c i a l i d a d l a r e p ú b l i c a , quando al conse-
j o d e los ancianos se j u n t e l a fuerza d e los j ó v e n e s .
(14) Umbral de la vejez. r¡ífowí cvfcs, como si.
dixesemos el último término d e . la vida humana, del
qual á l a m u e r t e solo q u e d a u n paso que andar. F r a s e
m u y usada en H o m e r o y H e s i o d o , y atribuida por J u l i o
Polux á Hyperides , como esta otra su equivalente:
Ew¡ ¡Pwry.cLiífiíou,en el ocaso de la vida. Tómalo aquí
Platón como por p r o v e r b i o , y atendiendo solo á los
usos y respetos del m u n d o , tendriase á gran impru-
dencia y por m u y m a l c u m p l i d o hablarle á un v i e j o de
s u e d a d , y decirla e n s u c a r a q u e n o estaba laxos d e
l a m u e r t e ; pero es u n filósofo e n c u y o nombre se tiene
este l e n g u a g e c o n u n viejo sabio , y así no e s inopor-
tuno.
(ig) Me sucede. Cicerón traduce casi entero todo
esta discurso de C é p h a l o , en su t r a t a d o d e l a vejez,
p o n i é n d o l e en boca d e l v i e j o C a t ó n . Giou.
(16) Miaría edad. L a semejanza es m a d r e d e l a b e -
(21?)
«evólencia y f o m e n t a d o r a del trato f a m i l i a r , por l o q u á l
s e observa que l o s niños n a t u r a l m e n t e g u s t a n d e juntarse
con los n i ñ o s les mozos con. los mozos , los ancianos
c o n l o s ancianos , l o s d o c t o s c o n los d o c t o s , los malos
con los malos , los ricos c o n los ricos , y en, g e n e r a l
el semejante se complace con su semejante. A esto s e
refieren muchos proverbios griegos, como el de que
hace mención Platón en este lugar , «VÍ£ jí>íj£SÍ rifare»,
»el igual gusta del igual. O"pioit>y c/xoia, /Voy 'isa tpí^or,
» l o semejante a m a su semejante : c a d a q u a l c o n su c a d a
»qual : cada oveja con su pareja. KoXouV «•¿TÍ x.o\ei¿v,
» e l grajo al grajo , la c i g ü e ñ a á la c i g ü e ñ a , l a hormiga
« á la h o r m i g a , t o d a s las a v e s c o n sus p a r e s , » como se
d i c e en castellano.
I?
'(226) :
V 2
(228)
deroso, y mejor, mas .excelente. El sofista para sa-
lir \del apuro la emplea ahora en este ú l t i m o sentido
después d e haberla t o m a d o en el p r i m e r o . Me ha sido
imposible encontrar en nuestro castellano una voz que
expresase este equívoco como en el g r i e g o , fuera de la
d e poderoso que se toma á veces por el mas exce-
lente.
(44) Sycofanta. Denuesto p r o v e r b i a l contra los ca-
lumniadores y suscitadores d e q u e r e l l a s por l i g e r o s mo-
tivos. Dicen unos que tomó su origen, de que entre
los atticos eran m u y e s t i m a d o s los higos , q u e en g r i e -
se l l a m a n ¿TIMOI , jy.coi, y q u e se i m p u s i e r o n p e n a s , s i e n -
d o , según F e s t o P o m p e y o la de muerte contra los que
los hurtaban. Á los descubridores de estos ó delato-
res , empezáronles á llamar por oprobio sycofantas.
Plutarco en su comentario sobre la curiosidad, dá á
e n t e n d e r q u e t u v o p r i n c i p i o , d e q u e en A t e n a s se prohi-
b i ó la e x t r a c c i ó n d e h i g o s , y q u e h a b i e n d o ciertos hom-
bres descubierto algunos que los extraían furtivamente
los delataron al gobierno j y de aquí la burla popu-
lar d e l l a m a r l e s s y c o f a n t a s , c o m o si d i x e r a m o s , d e s c u -
bridores de l o s h i g o s . Y bien fuese uno ú o t r o el origen,
l l a m a r o n t a m b i é n á . e s t o s d e l a t o r e s con otros v a r i o s nom-
bres , como «denunciahigos, papahígos, guardahigos,
« c u e n t a h i g o s , a m a h i g o s , higosos , niñigosos.
P 3
(230)
m a s p r á c t i c o s , q u e o l v i d a d o s unos de su p r e t e n d i d a filo-
sofía , 5/ otros de la r e l i g i ó n q u e profesaron por seguir
tan detestable máxima , hayan acarreado tantos males
á los h o m b r e s , y sido causa d e d a ñ o s tan g r a v e s en las
sociedades.
í¿o) Profesión del postor. A s í lo dice Jesu-Christo
eu e l c a p . I Ó . d e S a n J u a n v . 11. q u e e l buen pastor d á
la v i d a por sus o v e j a s : pero los m a l o s , c u y a s condicio-
nes se expresan en el c a p í t u l o 34. de E z e q u i é l con de^
c i r , q u e no se o c u p a n de otra cosa q u e de c o m e r s e la
l e c h e de sus g a n a d o s , cubrirse con sus l a n a s , y matar
l a s reses m a s gordas, y en una palabra de apacentarse
á sí mismos ; no son tenidos por pastores , sino por
mercenarios , que solamente tienen en vista su propia
utilidad , lo que se opone' al cargo de verdadero y le-
gítimo pastor.
(gi) • Gustosos de mandar. Es muy de temer q u e los
que se e n c a r g a n d e los e m p l e o s no solo con g u s t o , sino
que los apetecen con ansia y se los procuran á toda
costa y por t o d o s m e d i o s , no desempeñen c o m o es de-
b i d o su obligación, ni se hagan acreedores á los hon-
rosos títulos con que son condecorados ; y de consi-
guiente que los oficios se hallen mal servidos y peor
gobernados los pueblos puestos á su cuidado. Por esta
razón d i s p u s o el S e ñ o r q u e p a r a e l g o b i e r n o d e su I g l e -
sia , desechados los entremetidos , fuesen elegidos los
buscados y llamados c o m o A a r o n : acreditando la ex-
periencia los buenos e f e c t o s de esta sabia d i s p o s i c i ó n en
lo eclesiástico y civil, siempre que se observó con
puntualidad , y al contrario l o s trabajos y desastres q u e
c a r g a r o n sobre los pueblos , quando fué descuidada.
• (gs) Hombre de bien. Es c i e r t o que para el hom-
bre d e luces , honrado é i n s t r u i d o no p u e d e haber ma-
yor ni más cruda pena que l a de verse gobernado por
un necio é injusto , q u e sin preveer inconvenientes y
stropellando por qualesquiera medios se arroja, á co-
meter toda especie de violencias.
(g3) Malignidad. KaSKo^s/a , m a l i g n i d a d d e carác-
ter , opuesta á l a iui^utt, bondad da c a r á c t e r , y al
(23O ..
junas veces como aquí á la simplicidad é idiotismo..
Grou.
(54) Lo que comunmente. P o r e x e m p l o , si d i x e s e m o s
en castellano : el que con tales condiciones quiera la
injusticia : allá se lo h a y a , con su pan se lo coma y
buen p r o v e c h o l e h a g a .
(gg) Acción justa. D e b e tomarse aquí el hombre
justo en aquel estado de justicia perfecta al qual no
q.iede nada q u e añadir ; sin esto el a r g u m e n t o de S ó c r a t e s
n o tendría fuerza ninguna. Y lo que dice un poco mas
a b a x o del médico y del músico , debe entenderse i g u a l -
mente del médico y del músico perfectos. Grou.
(c¡6) Sabio. O i n s t r u i d o en su a r t e , $f¿vi[/.ov. Valgome
del término sabio aunque i m p r o p i o en este p a s a g e , para
q u e mejor se e n t i e n d a la s e g u i d a d e l discurso. Grou.
(g^) Efectos naturales. Díxose en l a nota primera
q u e la j u s t i c i a consistía en la armonía y c o n c i e r t o u n i v e r -
sal de las acciones del hombre. Andan estas ar:egla-
das mientras que en sus pasiones y afectos conserva
nuestra a l m a aquel d e b i d o orden q u e corresponde á cada
u n o , sin a p e t e c e r ni d e x a r de desear c o s a alguna contra
e l d i c t a m e n de la r e c t a razón. E n d e s c u i d á n d o s e en e s t o ,
inmediatamente ¿acá la cabeza y descolla , ó se a b a t e
m a s de lo que debiera a q u e l a f e c t o ó pasión en orden á
los demás, y de aquí el desorden y desconcierto ea
las a c c i o n e s , y como un a l b o r o t o y trastorno en l o inte-
rior del alma. De m a n e r a q u e serán m a y o r e s ó meno-
res estos m a l o s e f e c t o s á proporción del m a y o r ó m e n o r
número de afectos q u e salen fuera de su justa medida,
y si llegasen á desconcertarse todos se causaría una
confusión y sedición universal e n el hombre, como lo
puede experimentar q u a l q u i e r a por p o c o q u e se observe
á sí m i s m o . Esta misma oposición q u e se nota en los
a f e c t o s d e un h o m b r e quando van discordes , se observa
de un h o m b r e a o t r o , -siendo e l l a la causa de la aver-
sión y odio que el injusto manifiesta siempre al hom-
bre de bien.
(¿8) Diana. Véase la nota quarta.
P 4
(232)
COLOQUIO SEGUNDO.
Q
(242)
y l e h i z o presentar en el g r a n b a n q u e t e que l e s dio. To-
dos Jos dioses miraron con horror tan e x e c r a b l e manjar,
sola C é r e s á q u i e n d e v o r a b a el h a m b r e , fué la ú n i c a q u e
se comió una e s p a l d a sin a d v e r t i r l o . J ú p i t e r recogió al
i n s t a n t e los separados miembros, del pequeño Pelope , y
habiéndoles reanimado, le substituyo una espalda de
marfil q u e tenia v i r t u d para curar los m a l e s d e los que
Ja t o c a b a n .
(33) Le recibieron. T r e s especies de males distin-
g u e n ios filósofos , metafisicos , físicos , y morales. Los
m a l e * metafisicos y físicos vienen de mano de D i o s , qua
l o s dispensa á las c r i a t u r a s , según mas c o n v i e n e al bien
esencia! de e l l a s mismas y al sistema g e n e r a l del uni-
v e r s o . L o s morales deben atribuirse s o l o a l libre alvo-
drio. del hombre como á única causa.
(34) Dioses. P l a t ó n tan p r o n t o d i c e D i o s , c o m o d i o -
ses. S e sabe que reconocía un s u p r e m o hacedor de to-
d a s l a s Cosas , pero no excluía! p o r e s t o las: otras divi-
n i d a d e s subalternas y d e p e n d i e n t e s de a q u e l D i o s supre-
mo y ú n i c o en su c l a s e . A u n q u e en e s t e punto, n o osaba
e x p l i c a r s e c o n c l a r i d a d , por estar m u y r e c i e n t e el e x e m -
p l o d e S ó c r a t e s , y t e m i a beber l a c i c u t a .
(3<;) La? cosas. Dios es causa d e t o d a s l a s c o s a s en
quanto tienen- ser T y se c o l o c a n e n l a clase d e los entes.
Y así concurre' como á primera causa á lo. físico del p e -
c a d o , aunque no al defecto, de r e c t i t u d propia d e la v o -
l u n t a d libre , q u e es en l o q u e c o n s i s t e su m a l i c i a ;
(36) jQue te es propia. Las razones de Platón son
muy eficaces en o r d e n á l a esencia propia d e los seres
espirituales que p o r su naturaleza simplicísima son in-
m u t a b l e s . P e r o nó- se- infiere que estos espíritus, perma-
n e c i e n d o en su esencia, los mismos sin ninguna altera-
ción de mejora ó empeoramiento , no puedan unirse á
otra naturaleza ó asumir una forma v i s i b l e , que mani-
fieste á los hombixs la sabiduría , justicia, poder ó
b o n d a d de su Criador para con ellos , c o m o se verificó
en l a e n c a r n a c i ó n del hijo d e D i o s , y en las aparicio-
nes d e los e s p í r i t u s a n g é l i c o s q u e c o n s t a n d e l a sagrada
Escritura.
(243)
(37) Proteo. Dios m a r i n o , hijo del Occeano y de
Thetis según algunos mitologistas, y según otros de
Neptuno y de F e n i c i a , que tenia el cargo d e guardar
y apacentar los rebaños marinos d e l dios d e las aguas.
Recibió en su nacimiento la ciencia de l o por venir,
c o n el poder de mudar su c u e r p o baxo todas.las formas
que quisiese , y c o m o acudiesen de todas partes á c o n -
s u l t a r l e se hacia invisible , y si alguna vez le descu-
brían , echaba mano á mil trasformaciones para elu-
dir la importuna pesadez d-3 los curiosos. Quanto mas
l i g e r o , sutil y v e r s á t i l era para deslumhrar ó aturdir,
otro tanto se debían redoblar los esfuerzos y firmeza
para detenerle ; pues entonces rendido de la fatiga re-
cobraba su primer figura, y satisfacía el deseo de los
que le consultaban. S e han d a d o varias e x p l i c a c i o n e s d e
esta fábula d e P r o t e o , d e las quales ninguna satisface.
(38) Thetis. Hija de Nereo y de Doris y nieta de
Thetis muger del Occeano. Como fuese la ninfa mas
h e r m o s a de su t i e m p o , J ú p i t e r quiso t o m a r l a por muger;
p e r o no se a t r e v i ó , á c a u s a d e haber p r e d i c h o P r o m e t h e o
que seria madre de un hijo que algún dia vendría á
ser m a s ilustre que su p a d r e , y en c o n s e q u e n c i a se casó
c o n P e l e o . J a m a s hubo b o d a s tan brillantes y m a g n i f i c a s ;
pues todo el O l i m p o , las d i v i n i d a d e s infernales , aquati-
cas y terrestres todas concurrieron , e x c e p t o la discor-
d i a q u e no fué c o n v i d a d a . Esta diosa sé vengó echando
sobre la, m e s a una m a n z a n a de oro con esta inscripción:
¿4 la mas hermosa. Juno , P a l a s y V e n u s la disputaron
y se refirieron al j u i c i o d e P a r i s , q u e la entregó á Ve-
nus. T h e t i s t u v o m u c h o s hijos d e P e l e o , los quales con
la prueba de ponerles b a x o de un brasero por la noche
p a r a consumir l o que t e n i a n d e m o r t a l , perecieron todos,
salvo A c h i l e s , porque sé l e h a b i a frotado con la a m b r o -
sia. Quando este héroe se v i o en la precisión de ir al
sitio de T r o y a pidió T h e t i s á Vulcano que le hiciese
armas y un e s c u d o , y se los r e g a l ó á su hijo y le libertó
n o pocas v e c e s de la m u e r t e , transformándose de varios
modos.
Q2
(244)
to á A r g o s su c a p i t a l , de q u i e n d i c e L u c i a n o en su d i á l o -
go intitulado Cbaron : «que las ciudades tienen su des-
atino como también los hombres , y l o q u e e.s aún mas
«extraño los rios mismos , c o m o el Inaco , del que ni
« s i q u i e r a se descubren los v e s t i g i o s en Argos, » Se dice
q u e p e r t e n e c e esta s e n t e n c i a ,á la ptycostutia , ó peso de
las a l m a s de E s c h y l o .
(40) Con exactitud. L a mentira en sentida riguroso y
s e g ú n la entienden los t e ó l o g o s es una manifestación ex-
terior por palabras ó por acciones , contra lo que in-
t e r i o r m e n t e sentimos en nuestra a l m a . L a ignorancia to-
cante á la naturaleza de las cosas en el ánimo d>;l q u e
la p-adece , no es m e n t i r a sino e r r o r , y expresada esta
ignorancia por palabras , t a m p o c o se encuentra en ellas
el fantasma de la mentira , sino d e l error. Y de con-
siguiente el que las o y e sufre un e n g a ñ o , c o m o el qua
las profiere p a d e c e un error , uno y o t r o contra su vo-
l u n t a d , e x p e r i m e n t a n d o en esto los e f e c t o s de la l i m i t a -
c i ó n de nuestro entendimiento» M a s e l qua en rigor m i e n -
te lo hace v o l u n t a r i a m e n t e , y en esto consiste el d e f e c t o
d e esta a c c i ó n , q u e de este modo siempre es p r o h i b i d a ,
sin q u e . h a y a u t i l i d a d a l g u n a q u e p u e d a c o h o n e s t a r l a .
(41) En nuestra república. En todo buen gobierno
deben cuidar los m a g i s t r a d o s de impedir baxo rigurosas
p e n a s , que se discurra ó h a b l e con l i b e r t a d - é i n d e c e n c i a
ni de D i o s , ni de las cosas de la r e l i g i ó n , que vienen
á ser d e s p r e c i a d a s , siendo poco respetadas. Y de anuí
l a s m a l a s resultas q u e eu todas e d a d e s , naciones y go-
biernos se han v i s t o en los estados ; porque menoscabado
en el c o n c e p t o da la multitud el respeto á l o q^e real-
mente es mas t f á c i l m e n t e se a t r e v e á l o que es menos.
( 245')
COLOQUIO TERCERO.
<23
(2 6) 4
se le honró como d i o s en Orcomena; donde tenia su,
oráculo m u y celebrado.
.4) Para otros fines. Todo este aparato formidable
de los infiernos fué inventado por los antiguos poetas,
q u e tueron a l mismo tiempo legisladores , para conte-
ner a l pueblo en l a o b e d i e n c i a , sobre el q u á l no h u b i e r a
o b i a d o c o n tanta fuerza q u a l q u i e r otro m o t i v o . V é a n s e l a s
di ertaciones sobre la unión de la religión , de l a m o -
ral y d e la p o l í t i c a sacadas de una obra de M. War-
b u r t o n , t o m . 1. disertación 3. 4. g . , donde está perfecta-
mente bien d e s c u b i e r t o e l plan de la p o l í t i c a de los an-
tiguos. Por lo demás , en nada interesa al fondo del
asunto , lo q u e la i m a g i n a c i ó n d e los p o e t a s añadió de
suyo. La política se ha servido astutamente de esta
creencia c o m ú n 5 pero ella no es la primer causa. Esta
c r e e n c i a , e s p a r c i d a entre t o d a s las n a c i o n e s , viene ne-
c e s a r i a m e n t e de arriba. G'ou.
(¡;) El sabio. E s t e principio fundamental de la filo-
sofía estoica es v e r d a d e r o h a s t a c i e r t o punto ; pero to-
m a d o con rigor , c o m o h a c i a n los e s t o i c o s , es falso , e n e -
m i g o de la s o c i e d a d , propio para inspirar o r g u l l o , c o n -
t r a r i o á la razón , á la experiencia y á las m á x i m a s de
l a v e r d a d e r a religión , sobre l a qual d e b e dirigirse toda
m o r a l filosófica. Grou.
;ó) Bíetilir. A u n q u e en l a n o t a 40 d e l s e g u n d o c o l o -
quio se dixo algo sobre la naturaleza de la mentira,
c o n v e n d r á dilatar aqui un p o c o m a s s u - e x p l i c a c i ó n para
que mejor se entienda. La mentirá formal consiste en
h a b l a r de m o d o que las palabras, signifiquen otra cosa
diferente de lo que pensamos. Como pues las palabras
s e a n signos d e nuestros p e n s a m i e n t o s , y por una e s p e c i e
de convención entre los hombres se hayan establecido
ciertas y determinadas palabras para ciertos y determi-
n a d o s p e n s a m i e n t o s ; fácil es d e inferir q u e en toda es-
p e c i e da m e n t i r a , ora sea jocosa s ora oficiosa, ora per-
niciosa , h a y una e s p e c i e d e v i o l a c i ó n del p a c t o dicho ó
convenio , en v i r t u d d e l q u a l tiene derecho qualquiera
de exigir la verdad del que le debe responder , y de
q u e d a r s e si n o l e h a b i a c o m o piensa. P o r q u e la sociedad
so pueda subsistir sin el c o m e r c i o d e l l e n g u a g e , y éste
p i d e n e c e s a r i a m e n t e la c o n f o r m i d a d de las palabras con
el pensamiento en el' q u e h a b l a , y en el que oye la
c r e e n c i a , q u e no se funda en o t r a cosa q u e en la fide-
l i d a d del otro. D e donde se s i g u e q u e aún en las m e n t i -
r a s oficiosas . ó q u e se dicen por el bien particular de
alguno , siempre h a y una v i o l a c i ó n de aquella fidelidad
que interesa mas á la fé pública de la sociedad , que
el bien de un particular. Y así aún q u a n d o no h a y a g r a n
c u l p a en las m e n t i r a s oficiosas y j o c o s a s , con todo no
están sin ella, como dice San Agustín. Ahora', quando
al bien público ó particular no se sigue ningún per-
j u i c i o , antes al c o n t r a i i o están interesados en que se
o c u l t e la v e r d a d , podrá h a c e r s e esto v a l i é n d o s e de a q u e -
l l o s términos que ó solos , ó j u n t o s entre si , suelen com-
prehender muchos sentidos, ya sea en el uso público,
ya en el estilo de algún arte , ó y a por alguna figura
«común y fácil d e e'ntender 5 p o r q u e basta que nuestro
pensamiento corresponda á una d e estas significaciones,
á fin q u e se s a l v e la fidelidad' del convenio s o c i a l , y
•que no se m i e n t a , aunque se c r e a q u e el que escucha
t o m a r á las palabras en otro' sentido ; puesto q u e se ve-
rifica la c o n f o r m i d a d de las palabras con el pensamien-
to. Por tanto , ni aún á i o s m a g i s t r a d o s con pretexto
del bien p ú b l i c o les es l í c i t o m e n t i r ; p o r q u e este mal
exemplo acarreada acaso mas daños á la s o c i e d a d qua
la privación de a q u e l bien ; sobre no estar autorizados
con derecho ninguno p a r a e s t o , c o n t r a lo que pretende
G r ó c i o con p o c a razón , e n el l i b . 3 . c a p . 1 . del D e r e c h o
d e la guerra y de la p a z .
;
(7) • De ciervo. E s t a s son las injurias q u e A c h i l e s d i c e
A A g a m e m n ó n al p r i n c i p i o d e l a I l i a d a . P u d i e r a n tradu-
cirse en español con mas nobleza , diciendo , destem-
plado , insolente , cobarde 5 pero s u a v i z á n d o l a s y qui-
tando l o q u e tienen d e gro.-ero , se disminuíria el hor-
ror que P l a t ó n q u i s o inspirar. No ignoro que aquellas
palabras no se acostumbran d e c i r e n t r e i a g e n t e noble y
bien c r i a d a d e nuestra n a c i ó n , e s p e c i a l m e n t e en sus q u e -
rellas. P e r o t a l e s eran las costumbres antiguas , que en
(248)
lugar de a t r a v e s a r s e d e parte á parte y á s a n g r e fria en
un d u e l o , d e s a h o g a b a n su cólera por m e d i o de una inun-
d a c i ó n de afrentas.
(8) Escamandro. R i o del A s i a menor en l a Troada,
famoso en la historia d e l sitio de Troya.
Esptrcbio. Rio de la M a c e d o n i a en la Phtiorida,
a l q u a l A p o l o d o r o dá e l sobrenombre d e B o r o . En Ho-
mero se lee quq Peleo ofreció al Esperchio el cabe-
llo de Achiles , si vojvia con felicidad á su patria,
c o n c l u i d o el s i t i o de T r o y a ,
(9) Centauro Cbiron, Hijo de S a t u r n o y de Phylira,
c u y o padre s o r p r e n d i d o e n sus amores por su m u g e r O p s ,
de repente se c o n v i r t i ó en c a b a l l o por no ser c o n o c i d o ;
y por esto el hijo q u e n a c i ó de esta adulterina unión,
fué un monstruo m e d i o hombre y medio caballo que sa
llamó Centauro. Sieado y a c r e c i d o se retiró á los montes
y a r b o l e d a s , donde se ocupó en adquirir conocimientos
/ d e las plantas y de las estrellas. F u é v e r o s í m i l m e n t e uno
de los antiguos personages célebres d'-¡ la G r e c i a , pues
que precedió á la c o n q u i s t a del vellocino de oro y á
la guerra de Troya. La fábula hizo de él un hombre
m o n s t r u o s o ; pero sea lo q u e fuese C h i i o n se distinguió,,
por su conocimiento y sus talentos en la medicina y
cirugía. Enseño estas c i e n c i a s á E s c u l a p i o , y t u v o tam-
bién por d i s c í p u l o s á Castor y P Q Í U X , Hércules , Jason,
y Achiles. Habiéndole hecho Hércules, una llaga incu-
table que le causaba dolares v i o l e n t a s , s u p l i c ó Chiron á
los dioses qas le p r i v a s e n da la inmortalidad y le qui-
aasen la vida. Júpiter oyó sus ruegos y le c o l o c ó en e l
Z o d i a c o , formando la c o s t e l a c i o n llamad:! Sagitario.
(10) Tbeteo y Finrioo, Theseo á quien la fábula
pone en e l número d e los s e m i d i o s e s , fué hijo deEgeo.
rey de Atenas, y subido al trono d e c l a r ó guerra á l a s
a m a z o n a s , h i z o prisionera á la r e y n a y s¿ casó con e l i a ,
pestruyó á Oreon , rey de T h e b a s , m a t ó á los bandidos
que d e v a s t a b a n e l A t t i c a , m a l t r a t ó al M i a o t a u r o , y en-
c o n t r ó la s a l i d a del laberinto , ayudado de A i i a d n a hija
de Minos rey da Creta. Piritnoo hijo liiou, sabida
1^ infinidad d e m a r a v i l l a s d e T h e s e o , io j o b ú un r e b a ñ o ,
(249) ,
para o b l i g a r l e con esto á q u e l e persiguiese. E n e l com-
b a t e que ellos t u v i e r o n , se tomaron t a n t a e s t i m a c i ó n uno
á otro , q u e juraron no abandonarse. P i r i t h o o socorrió a-
T h e s e o contra los centauros que querían robarle á Hip-
podamia su muger. Muerta ésta, se convinieron en-
trambos d e no casarse sino con hijas de J ú p i t e r , y para
verificar e s t a i d e a robó T h e s e o á H e l e n a hija de Júpiter
y de L e d a . P i r i t h o o que le habia a y u d a d o en e s t e r o b o ,
baxó á los infiernos á robar á Proserpina , donde fué
devorado por ¿1 Cancerbero. Theseo que también le
acompañó fué aherrojado por orden de Plutón, hasta
que H é r c u l e s baxó á libertarle. Créese que todas estas
fábulas tienen algún fundamento eu la historia, y
que vivieron por los años 1236 antes de Jesu-Christo.
(n). Chrytes. Sucedió en la isla de S m i n t h a á su •
abuelo m a t e r n o en el cargo de gran .sacerdote de A p o -
lo. Achiles en el saco de Lyrnesa , le arrebató á su
hija Cbriseís,, por otro nombre Astynomea , y el rey
A g a m e m n ó n se la a p r o p i ó para sí. C h r y s e s revestido da
los adornos pontificales , fué á pedir su hija , y suce-
dió lo q u e r e f i c e aquí Platón.,, de cuyas resultas A p o - '
lo afligió al e s é r c i t o de los griegos con una enferme-
dad contagiosa, Los griegos , por consejo del adivino
C h a l c a s , r e s t i t u y e r o n á C h r y s e i s , y la peste cesó.
(i«) La tragedia y la comedia.' Aristóteles dice ea
su poética, que así la comedia como la t i a g e d i a vie-'
nen á ser imitaciones , q u e . se. h a c e n por los mismos
medios d e número , .afrnonía y verso , y de la' misma
manera , á saber , p r a c t i c a n d o ú obrando ; pero q u e s e
diferencian .en quauto la t r a g e d i a , procura imitar los
hombres mejores , y la comedia los peores.
. (13) Recitante. Raptodoi se l l a m a b a n , y eran a q u e -
llos que recitaban de memoria l o s . versos heroicos da
H o m e r o , ó de q u a l q u i e r o t i o p o e t a , haciendo..oficio da
esto , corno puede v e r s e en el I o n de P l a t ó n .
(14) Una muger. babese que entre g r i e g o s y r o m a n o s ,
no hubo costumbre d e salir las m u g e r e s a! teatro. Grcu,
(i{0 SI relincho. L é a n s e las comedias d e A r i s t o p h a -
(2g0)
r í e s , y se v e r á q u e éstas y otras muchas- cosas pareci-
das á ellas entraban en la a n t i g u a c o m e d i a . Groa.
(ió) T número. « Hay mas d e una diferencia , d i c e
•jiQuintiliano l i b . 9. c. 4 . entre e l número ( r y t m o ) y l a
« m e d i d a ( m e t r o ) . » A s í un d á c t i l o , un a n a p e s t o , h a c e n
«I misino r y t m o ; mas no tienen l a misma medida. E l
rytmo es para l a prosa l o que l a m e d i d a para el verso.
Grou.
(17) Transiciones. La mudanza , fj.iT&í¿ohil, d i c e a ú n
Quintiiiano en el l u g a r citado, « e s e l tránsito de un g é -
« n e r o de r y t m o á o t r o . V á l g o m e d e la palabra transición
ó paso , que en l a música tiene tina significación aná-
Grou.
l o g a á la d e q u é a q u í se t r a t a .
(18) Perfumes sobre su cabeza y coroncdole de ¡ana.
ILo uno para manifestar q u e los .compositores de fábu-
las o b s c e n a s deben mirarse c o m o personas, infectadas d e
mal contagioso , cuyo aliento les hiede y - a p e s t a ; l o
otro, coft'10 por- burla de l a corona a p o l i n a r que cons-
tituía e l adorno y la distinción d e las cabezas poéti-
c a s . M a x i i n ó • ' T y - r i o en su disertación 7. d i c e que Platón
c o n o c i ó m u y bien todo e l m é r i t o p o é t i c o de H o m e r o ; pero
que l e excluyó d e su r e p ú b l i c a por contemplarle inútil,
y aún pudiera haber añadido por tenerle por perju-
dicial á-ia buena educación d e sus c i u d a d a n o s . Dion
ü h r i s ó s t o m o en la o r a c i ó n 153 , y T h e o d o r e t o en los d i s -
c u r s o s * . y 10. d e su Therapéut'tca , citando este lugar
d e P l a t ó n a ñ a d e n s i e m p r e . , - « c o m o la* mugeres a h u y e n t a n
«las golondrinas « Símbolo d é l o s habladores importunos,
con quienes Pitagoras aconseja que se t e n g a poco tra-
to , siendo e l o c t a v o d a sus p r e c e p t o s simbólicos. «No
sjsufrir las golondrinas en su c a s a . «
j- {19) Laxas. XttKAfat de Xa/-*? , laxar , aflojar. Esto
c o r r e s p o n d e al b e m o l . Grou.
{io) 'Manyas. H i j o de H y a g n i s de c o n o c i d a habili-
d a d en t o c a r l a flauta , y dicen c¡ue fué el p r i m e r o que
p a s o en música los h y m n o s d e los dioses. Quiso dispu-
tar á A p o l o el premio d e l a armonía , c o n c e r t a n d o que
jsl v e n c i d o quedaría á discreción del vencedor. Costóie
bien c a r o Su a r r o j o , porque A p o l o á quien se adjudi-
c ó el p r e m i o , m a n d ó q u e a m a r r a d o á un roble le d e s o l l a -
sen v i v o .
(ai) Por el can. Juramento muy común en Sócra-
tes. U n o s quieren q u e e s t e fuese un juramento egipcio,
y que entendía por e s t o al dios Anubis. Otros preten-
den q u e no e n t e n d í a sino un perro ordinario , y esto
era por mofarse del j u r a m e n t o por J ú p i t e r y otros tan
comunes entre los griegos. Grou.
(2.a) Damon. Célebre músico, y maestro de Sócra-
tes en e s t e a r t e Grou.
(13) Enoplo. E l e n o p l o , era según unos , lo mismo
que crético , q u e es un pie c o m p u e s t o d e una b r e v e e n t r e "
dos l a r g a s : según otros , era un- número ó r y t m o com-
p u e s t o d e dos d á c t i l o s y un e s p o n d e o . Grou.
(24) T de lo otro. Todo este pasage está obscuro y
e m b r o l l a d o , p o r q u e S ó c r a t e s h a b l a solo á m e d i a s pala-
bras , c o m o hombre que afecta no saber la materia de
que se trata. S e descubre s o l a m e n t e que hablaban aquí
de ciertas convinaciones de largas y de breves para
forniar los pies , los rytmos y las cadencias. Grou.
(ag) Bondad de costumbres. C o m o q u a n d o d e c i m o s en
castellano, es un buen hombre ; se e n t i e n d e de alguno,
que es de muy buena Índole, pero de pocos al-
cances.
(26) Música. T é n g a s e presente que d e b e t o m a r s e aquí
e l nombre d e m ú s i c a en el significado q u e le dio Platón
en el c o l o q u i o ' s e g u n d o ; esto es , por el c o n j u n t o . d e las
ciencias y artes que forman y civilizan el ánimo. De
m o d o q u e e s t e filósofo quería que en su r e p ú b l i c a t o d o s l o s
objetos que se presentasen á la j u v e n t u d guardasen el d e -
coro , consonancia y proporciones , q u e les corresponden,
por su n a t u r a l e z a ; á fin. de q u e a c o s t u m b r á n d o s e ei a l m a
á la d e c e n c i a en quanto veía, conociese la deformi-
dad y desconcierto en las a c c i o n e s , y se esforzase á
ponerlas e n . p e r f e c t a a r m o n í a , confrontándolas c o n l a r e c t a
xazon.
(27) Músicos. Músico no.es otra cosa en el lenguaje
de P l a t ó n que el verdadero filósofo , que c o n o c e y ama
(252)
3o h e r m o s o y l o honesto d o n d e quiera q u e se encuentre.
Grou..
(28) Luxo corintio. H a y algún equívoco en la pala-
bra g r i e g a «op» j que significa t a m b i é n una moza. Como
si dixesemos que se debe reprobar la correspondencia
á los a i h a g o s d e las m o z a s c o r i n t i a s en quien quiera c o n -
s e r v a r ,su salud-,
{29) EtcuJaph. Se tuvo por h i j o . d e A p o l o y de la
ninfa Coronis. Cuenta Ovidio que informado este dios
de., .que. a m a b a e l l a al joven Ipbit, se irritó en tanto
grado, q u e sin consideración á su e m b a r a z o l a pasó d e
una flecha y 3a m a t ó . M i e n t r a s - s e disponte- la p y r a para
q u e m a r su c a d á v e r , sacó p r o n t a m e n t e d e su seno al p e -
queño E s c u l a p i o - , y le d i o á criar á C h i r o n el C e n t a u r o ,
que 3e ensenó todos ios. secretos de la medicina. Hizo
tantos progresos-, que en lo sucesivo fué honrado co-
mo ei dios d e l arte de curar. I r r i t a d o Júpiter contra
él, p o r q u e c o n sus m e d i c a m e n t o s dio la v i d a al desgra-
ciado Hipólito h e r i d o d e enfermedad m o r t a l , l e m a t ó d e
•un r a y o . A p o l o l l o r ó a m a r g a m e n t e la" m u e r t e de su h i j o ,
y Júpirer p o r consolarle l e colocó en el cielo, donde
forma l a icosstelacion de la serpentaria. F u é p r i n c i p a l » ,
m e n t e h o n r a d o en E p i d a u r o c i u d a d del P e l o p o n e s o , y se
l e e r i g i ó -allí u n t e m p l o magnífico , á donde se dirigie-
ron los d i p u t a d o s de Roma en una peste que destruía
sti c i u d a d ' , para p e d i r la estatua de este D i o s y lle-
v a r l a á S o r n a , N o p u d i é n d o l o conseguir , estaban á p u n t o
de, partiíse, quando vieron entrarse en la nave una
disforme s e r p i e n t e q u e l a . t o m a r o n
:
por Esculapio y la
llevaron .consigo. Llegados al- Tiber \ - l a serpiente se
•salió d e l - n a v i o , y -se fué á la isla q u e forman sus dos
trazos , y s e l l a m ó después s a g r a d a , porque se edificó
;2ilí un t e m p l o en ¡honor de e s t e dios representado baxo
la figura d e una s e r p i e n t e y le ofrecían h u e v o s , - - y sacri-
ficaban poilos y gallos.
(30:) Herodko. Fué maestro del grande Hipócrates,
como atestigua Sorano en su v i d a , y v i v i ó autes de la
g u e r r a d e l P e l o p o n e s o , q u e e m p e z ó e l ' a ñ o 431 antes de
Jesu-Christo.
''(253).
(31) Phocylides. Poeta griego y filósofo de Mileto,
que v i v í a por los años 540 antes de J e s u - C h r i s t o . Corre
en su nombre una poesía que no es s u y a , sino de al-
gún autor del tiempo de Adriano , ó de Trajano, en
el qual sé forjaron los versos sibylinos , de los quales
se hallaban algunos en Phocylides. E l poema pequeño
que se le aplica , se e n c u e n t r a en muchas colecciones,
y entre otras con T h e o g n i d e s en H e i d e l b e r g año 1^97.
No se h a l l a en todo este poema intitulado los Consejos
de Phocylides, el precepto que insinúa aquí Platón;
de donde podemos inferir que l a obra de Phocylides,
d e la q u e sin d u d a l e tomaría nuestro filósofo , se per-
dió por. la calamidad* de los tiempos, y que sobre los
dichos que nos conservaron los antiguos de este sabio
poeca , se fabricó después el p o e m a q u e se l e a t r i b u y e .
(3a) Vinos compuestos. Cyceona. Bebida compuesta
de una confusa mezcla de licores , en la qual entra-
ban la m i e l n u e v a , e! queso y la harina , según Ateneo
lib. 11. , y de aquí el proverbio griego es un cyceof,
para denotar un confuso cahos de cosas ó de negocios»
y también á un sugeto que t o d o l o perturba y confunde.
(33) Midas. Fué hijo de G o r d i o , r e y de Phrigia,
y se c u e n t a q u e r e c i b i ó á B a c o e n sus e s t a d o s c o n g r a n
magnificencia. R e c o n o c i d o el dios á e s t e buen oficio le
prometió concederle todo q u a n t o le pidiese. M i d a s pidió
la g r a c i a d e q u e se c o n v i r t i e r a en oro todo lo que to-
case , y á poco se arrepintió de semejante solicitud;
porque quanto tocaba se c o n v e r t í a en o r o , aún hasta
Jos alimentos. Suplicó de nuevo á Baco que le qui-
tase este don tan funesto , y por orden suya fué á
lavarse en el Pactólo , desde cuya época llevaron sus
corrientes fragmentos de oro. A l g ú n t i e m p o después dio
otra señal de su p o c o g u s t o , quando le eligieron por
j u e z entre Marsyas y Apolo; p u e s prefirió los cantos
rústicos del dios de Jos pastores , á los s u a v e s y llenos
d e m e l o d í a de A p o l o . I r r i t a d o e s t e dios del verso y de
la m ú s i c a , hizo que le saliesen orejas de asno. Midas
corrido y desesperado., á n a d i e confió su a v e n t u r a mas-
que á, su barbero c o n p r o h i b i c i ó n d e d i v u l g a r l a . E s t e no-
( «54)
pudiéndose contener h i z o un agujero en tierra , y baxan-
dose g r i t ó : Midas tiene srejas de asno ; tras lo q u a l re-
l l e n ó el agujero. Salieron en lo sucesivo de e s t e paraje
gran multitud de cañas , que secadas y a g i t a d a s por el
viento repitieron y publicaron ei secreto á todo el
mundo.
(34) Del cuerpo. S i el cuerpo de o t r o pudiese curar
e l m i ó , podría el m i ó curarse á sí m i s m o , y con m a s ra-
2on podria p r e c a v e r las enfermedades , y de consiguiente
j a m á s estaría enfermo. Grou. . 1
• o v a l , t i e n e en t o d a s sus partes i g u a l l a s u p e r f i c i e , en l a
q u a l ni h a y p r i n c i p i o , ni m e d i o , ni fin. Y aún e n t e n d i é n -
d o s e este m e d i o r e s p e c t o d e l a tierra h a b i t a b l e , t a m p o c o
t i e n e e s t o fácil s a l i d a ; pues aunque en el O c c i d e n t e tenga-
m o s un término c i e r t o , no puede fixarse ninguno por ios
lados del O r i e n t e , Mediodía y Septentrión. Recurrieron
p u e s á la f á b u l a , fingiendo que J ú p i t e r para a v e r i g u a r don-
d e estaba el m e d i o d e la tierra , d e s p a c h ó á un t i e m p o dos
á g u i l a s , una a c i a el O r i e n t e , y otra acia el Occidente,
l a s quales v o l a n d o sin cesar se juntaron en D e l p h o s , en
cuyo templo se c o n s e r v a b a n dos águilas d e oro en m e -
moria de e s t e a c o n t e c i m i e n t o . P a r e c i d a es á esta opinión
de los g r i e g o s la de los judios y christianos antiguos,
que c r e y e r o n lo m i s m o d e J e r u s a l é n , y del m o n t e Cal-
v a r i o : siendo ésta mas a r r e g l a d a y conforme á las r a z o -
sies g e o m é t r i c a s que se t o m a n por los grados , de los q u a -
l e s se numeran cerca de 6 o d e J e r u s a l é n hasta la Espa-
fia u l t e r i o r l i m i t e d e l O c c i d e n t e , y otros tantos hasta el
rio G a n g e s termino de l a I n d i a citerior , c o n o c i d a desde
la expedición de Alexandro: quando la Phocida está
s e p a r a d a d e la P a l e s t i n a 20 grados a c i a el P o n i e n t e . Con-
firman esta opinión , de los judíos K i n i c h i con aquello
de Ezequiel cap. 38. v. i a « h a b i t a n t e s in u m b i l i c o térra;:
«y de los christianos S a n G e r ó n i m o por a q u e l l o d e l S a l -
runo 7 4 . v. 12. O p e r a t u s est s a l u t e m in m e d i o terrae : y
« c o m e n t a n d o l o d e l c a p . 5. d e E z e q u i e l v . g. ista est Je-
« r u s a l e m : in m e d i o g e n t i u n p o s u i e a m et in c i r c u i t o éjus
« t e n a s , d i c e : » en e s t e lugar atestigua el Profeta que
J e r u s a l é n está s i t u a d a e n m e d i o del mundo, demostran-
d o que e l l a es e l ombligo de la tierra : por quanto de
parte del O r i e n t e la c i ñ e e l A s i a , por el O c c i d e n t e la E u -
ropa , la L i b i a y Á f r i c a por el Mediodía, y por el S e p -
tentrión la S c y t i a , A r m e n i a y Persia y todas las n a c i o -
nes del Ponto. D e c o n s i g u i e n t e en m e d i o d e las g e n t e s ,
á fin que c o m o e r a c o n o c i d o D i o s en la J u d é a , y gran-
de su n o m b t e en Israel, t o d a s las n a c i o n e s al rededor
siguiesen sus exemplos. Y en favor de esta pía inter-
pretación no d e b e despreciarse la a n t i g u a o p i n i ó n de la
I g l e s i a , de q u e J e r u s a l é n está en m e d i e d e l inundo y de
R 2
(260)
que en este mismo punto nació, murió y resucitó el
Redentor del género h u m a n o , á fin que se hiciese noto-
ria á todo el mundo tanta salvación , y pudiesen por
igual anunciarse á t o d o s los beneficios divinos.
(u) Descubrir, E s e v i d e n t e q u e S ó c r a t e s , ó por me-
jor d e c i r P l a t ó n , h a b l a aquí de q u a t r o cosas d e las q u a -
les una e n c i e r r e . l a s otras t r e s ' , c o m o l a j u s t i c i a encierra
la p r u d e n c i a , la fortaleza y la t e m p l a n z a , sin l o qual
l o , q u e aquí d i c e n o haría ningún s e n t i d o razonable. Aun-
q u e es c i e r t o q u e estos son unos principios ó a x i o m a s pa-
recidos á las v e r d a d e s de P e r o g r u l l o 5 con t o d o en u n
g e n i o m a t e m á t i c o c o m o el d e P l a t ó n , que las a p l i c a p a r a
demostrar sus i n v e s t i g a c i o n e s p u e d e n m u y bien d i s i m u l a r -
se. E n e f e c t o habia supuesto P l a t ó n que para e s t a b l e c e r s e
una buena r e p ú b l i c a d e b í a encontrarse en e l l a el buen con-»
sejo y vigilancia por el bien g e n e r a l del estado entero
en los q u e la g o b i e r n a n : la p e r f e c t a c o n c o r d i a entre los
magistrados y los ciudadanos : la idea legítima é inal-
t e r a b l e de l o q u e es d e t e m e r y de lo que no l o e s : y
por- ú l t i m o aquella virtud por la qual cada uno de l o s
ciudadanos se limitaba á desempeñar su ocupación sin
m e t e r s e en la d e otro : de consiguiente averiguado que
a q u e l l a s tres primeras p r o p i e d a d e s p e r t e n e c í a n á las vir-
t u d e s d e la prudencia , t e m p l a n z a y f o r t a l e z a ; se infe-
r i a c l a r a m e n t e que la q u a r t a q u e e s t a b a por a v e r i g u a r y
q u e r e a l m e n t e las i n c l u í a á t o d a s , n o p o d i a ser otra c o s a
q u e la j u s t i c i a ,
(12) Hermosos. "Zahina <f& Difíciles son las
cosas que son hermosas. E n varios pasages d e sus d i á l o -
g o s se v a l e Platón de este proverbio , cuyo origen se
atribuye á que P e r i á n d r o C o r i n t i o , h a b i e n d o gobernado
á los principios afable y moderadamente, vueltas sus
costumbres , empezó á obrar cómo tirano. Sabido esto
por Pittaco de M i t y l e n e y desconfiando de su c o n s t a n -
c i a , renunció el mando y se e x p a t r i ó . Preguntándole
después algunos , p o r qué causa se habia retirado , r e s -
p o n d i ó : q u e era cosa m u y a r d u a el ser bueno , puesto
q u e se habia m u d a d o Periándro. Lo qual divulgándose
llegó á'noticia'de Solón, y añadió esta su apotegma»'
(¡26i)
difíciles son las cosas hermosas , á q u e e q u i v a l e n los cas-
tellanos : « T o d o ]o b u e n » c u e s t a . A buen b o c a d o , b u e n
« g r i t o . T o d o l o bueno se hace desear. Mucho vale lo
5>que mucho cuesta. L a s cosas grandes son difíciles de
«conseguir,» y a l g u n o s otros usados en nuestra lengua.
(13) Descubierto. S e v e r á c l a r a m e n t e en l o s u c e s i v o y
sobre t o d o en un p a s a g e d e l c o l o q u i o s e x t o , por q u é r a z ó n
n o q u i e r e S ó c r a t e s e m p e ñ a r s e en este l a r g o r o d e o que l e
conduciría á un conocimiento mas exacto y mas com-
p l e t o de aquello que busca. H a c e el personage de un
h o m b r e q u e no q u i e r e d e s d e l u e g o descubrir t o d o lo que
piensa , y q u e pasa m u y por e n c i m a en c i e r t o s puntos q u e
prevee han de alborotar á aquellos con quien habla,
e s p e r a n d o q u e sus ánimos se h a l l e n mejor dispuestos p a r a
e s c u c h a r l e ; ó q u e se l e o b l i g u e á explicarse á pesar de
l a repugnancia q u e a p a r e n t a tener d e h a c e r l o . E s t e es u n
a d m i r a b l e artificio d e q u e se v a l e para dispertar y sos-
tener l a a t e n c i ó n . E l l e c t o r j u z g a r á en e m p e z a n d o el c o -
l o q u i o q u i n t o de la d e s t r e z a c o n q u e S ó c r a t e s ha sabido
emplearle. Grou.
(14) Enamorada. No m e parece que tiene razón e l
P. Grou q u a n d o asegura c o n la e d i c c i o n d e E n r i q u e Es-
t e b a n , q u e d e b e leerse ¿(%VTO( , e s t o e s , c o m o si aquella
cosa tuviese vista ; y n o liavror, ( s e g ú n se l e e en el
C o d . n u m . 38. d e la R e a l B i b l i o t e c a c i t a d o a n t e s , ) que
no puede h a c e r buen s e n t i d o . P o r q u e en m i opinión se
expresaría m u y bien el pensamiento de Platón , con la
frase , aawip IfovTOí , á manera de persona enamorad^
de la q u a l todo el m u n d o sabe q u e en v i é n d o s e á pre-
sencia d e l a cosa a m a d a le queda t a n poco arbitrio p a r a
disimular su afecto , que p a r e c e , se le salen a l rostro
todos los m o v i m i e n t o s de su a l m a . Y en e s t e c a s o q u e r r i a
decir P l a t ó n q u e l o q u e n o t o r i a m e n t e se o b s e r v a en l o s
amanees por la v e h e m e n c i a de esta p a s i ó n , se verifica
t a m b i é n en todos los d e m á s apetitos en quanto residen
en nuestra alma. N o oponiéndose tampoco la partícula
<Sa-«sp , como , al modo que , la qual p u e d e referirse al
Taita y al ^v^yiv esto e s ,5 á la cosa deseada y al
alma.
(262)
(ig) ¿Vo apetecí?. No debe entenderse por esto uñar
negacionde voluntad, de deseo, de apetito j sino la ac-
ción por la qual el alma no quiere, no desea, no ape-
tece.
(16) A la ira. Yo traduzco así el Svyíés, en la-
tín animas 5 por ser propiamente el apetito irascible.
Grou.
(17) Et ana. La virtud siendo perfecta es una y con-
siste en la determinación de seguir siempre el dictamen
de la recta razón. Por esto los filósofos dixeron que las
virtudes están enlazadas unas con otras, de modo que
Cicerón lib. a. de las questiones tusculanas, dice, «que
«en confesando tú que no tienes una virtud , es preci-
MSO que no tengas ninguna.» Coincide con esto lo de
San Gregorio lib. aa. de los Mora. c. 1. «Una virtud , sin
asías otras , ó enteramente es ninguna , ó es imperfecta.»
I Í O mismo wiene á decir San Ambrosio sobre el cap. 6. de
San Lucas, y San Agustín lib. 6. de Trinit. cap. 4. Las
formas del vicio al contrario son varias é innumerables,
según son diversos é inconexos los bj.enes aparentes que
se llevan la atención del hombre, que se aparta de la recta
razón.
(a6 ) 3
ERRATAS.
BE PLATÓN,
O
COLOQUIOS
SOBRE L A JUSTICIA.
TRADUCIDOS EN CASTELLANO,
P O R
JE), J» T. Y O»
TOMO SEGUNDO;
M A D R I D :
AÑO DE 1805.
Lo que los músicos llaman en el canto armonía,
esto es en la ciudad la concordia , á saber , un
estrechísimo é importantísimo vínculo para la
conservación de qualquier república , que d¡
ningún modo puede haber sin la justicia.
San Agust. lib. a. pap. 2 1 . de la Ciudad de
Dios.
(3)
LA REPÚBLICA DE PLATÓN,
o
C O L O Q U I O S
SOBRE LA JUSTICIA,
COLOQUIO QUINTO,
A 3
(6)
por de los mas penosos. Explicadnos pues con
gusto cómo deberemos portarnos en este n e g o -
cio. Soc. Esto es lo que no me es fácil de expli-
car , ni¡ buen Glaucon , y lo que encontrará aun
menos creencia en los ánimos , que quanto ha
p'-ecedido. N o se creeria jamás que la cosa fue-
se posible ; y aún quando se viese la execucioii
no se podrían persuadir que esto fuese lo mejor.
Por lo que temo decir libremente mi p e n -
samiento , no s e a , mi amado a m i g o , que se
tenga por un vano deseo. Glauc. N o temáis
nada -: vos habláis con gentes que ni son incon-
sideradas , ni incrédulas, ni os tienen m a l a ' v o -
luntad. Soc. Á dicha , varón ilustre , me habláis
de e-.ce modo ccn el designio de animarme?
Glauc. Así es. Soc. Pues vuestras palabras pro-;
duceA en mí un efecto todo contrario: porque
si estuviera yo bien persuadido de la verdad de
lo que h a b l o , vuestra exórtacion seria m u y
oportuna ; por quanto se puede hablar con s e -
guridad y confianza delante de amigos discretos,
quando se sabe que se les dirá la verdad sobre
asuntos importantísimos , en los quales se toman
ellos un grande interés. Pero quando se habla,
como yo iiago , dudando y como á t i e n t a s , es
cosa muy peligrosa , y en que se debe temer,
no el dar que reir (porque este temor seria p u e -
ril ) si no el de apartarse de la verdad , y s u -
mergir consigo á sus amigos en el error , sobre
cosas en que media el mayor interés en no e n -
gañarse. Por tanto pido encarecidamente á Adras-
(?)
tea ( 3 ) , amigo de Glaucon, qué ño sé ofenda de
3o que voy á decir : porque tengo por menor de-
lito matar á uno-involuntariamente que engañarle
acerca de lo hermoso', de lo bueno , de lo justo
y de lo honesto , y aúri exponerse á este riesgo
:
las obligaciones*
Soc. Reynará por consiguiente entre nuestros
ciudadanas una unión desconocida á los de los
otros estados, y como decíamos poco hace, quan-
do suceda bien ó mal á alguno de ellos y, ta-»
dos clamarán á una voz : aquel , que es cosa
mía es feliz: el otro que es cosa mia es desgracia-
do. Glauc. Decís mucha verdad. Soc. N o hemos
añadido,-que en conseqiiencia de esta persuasión y
de este modo de hablar, habría entre ellos un co-
mercio recíproco de placeres y de penas? Glauc. Y
hemos tenido razón. Soc. Nuestros ciudadanos
pues participarán todos en común de los i n t e -
reses de cada particular , que mirarán ellos c o -
mo los suyos propios ; y en virtud de esta unión
se regocijarán y se afligirán todos de unas m i s -
mas cosas. Glauc. Es muy cierto. Soc. A qué pue^
den atribuirse tan admirables efectos , sino á la
constitución de nuestro gobierno y particular-
mente á la comunidad* de las mugeres y de los
hijos entre nuestros guerreros ? Glauc. A n i n g u -
na otra causa pueden atribuirse con mas motivo.
Soc. Mas nosotros nos hemos convenido en que
esta unión de intereses era el bien mas grande de
la sociedad y hemos comparado en este punto
una república bien gobernada al cuerpo , cuyos
miembros todos se resienten en común del placer
y del dolor de un solo miembro. Glauc. Y con
mucha razón nos hemos convenido. Soc. Luego
la comunidad de mugeres y de hijos entre nues-
tros guerreros es causa del bien mas grande
para nuestra república. Glauc. Es legítima la
conclusión. Soc. Añadid que este punto concuerda
bien con lo que habernos establecido mas arriba:
porque hemos dicho que nuestros guerreros no
debían tener cosa propia , ni casas, ni cierras, ni
.(33)
posesiones , sino recibir de los otros su alimento,
como, justa recompensa de sus servicios y hacer
vida común , si querían llegar á ser verdaderos
custodios. Glauc. Muy bien.
Soc. Mas por suerte , se puede dudar que
lo que nosotros hemos ya dispuesto y lo que
acabamos de disponer en orden á ellos, no sea
jnuy á propósito para que con especialidad sal-
gan unos verdaderos custodios, y que no hagan
por dividir la república, como sucedería si todos
no dixesen de las mismas cosas que son suyas,
sino que éste lo dixese de una c o s a , aquel de
otra (20): si el uno tirase para su casa todo lo
que pudiese adquirir , sin dar parte á nadie $ si
el otro hiciese lo mismo por su lado , de modo
que cada uno de ellos tuviese aparte sus mugeres
y sus h i j o s , que serian de consiguiente para ellos
una fuente de gustos y de penas que nadie senti-
ría cóndilos i En vez que teniendo todos por má-
xima que el interés de otro no es distinto del su-
yo , se dirigirán todos al mismo objeto con todo
su poder, y experimentarán una alegría y un
dolor comunes ? Glauc. Esto es muy regular*
Soc. Qué entrada encontrarían ademas los pleitos
y querellas recprocas de unos contra otros en
una sociedad, donde por decirlo así, nadie t e n -
dría nada suyo salvo su cuerpo , y donde todo
lo demás seria común ? Ellos ignorarían pues has-
ta el nombre de alborotos y disensiones., que por
lo común nacen entre los hombres , con motivo
de sus bienes , de sus parientes , ó de- sus hijos.
TOMO II, C
.(34)
Glauc. Es como preciso que se vieran ubres de t o -
dos estos males. Sod Ni tampoco se conocerán allí
las-acciones intentadas por daños ó violencias:
porque nosotros les diremos que es justo y hones-
t o que los de una misma edad se defiendan los
tinos á los otros, y les pondremos como una
ob'Jigacion de cuidar mutuamente de sus cuerpos.
-Glauc. Muy bien. Soc. Esta ley tendrá en efecto
•esto de bueno, que si alguno en un primer m o -
vimiento de cólera maltratase á o t r o , esta dife^.
•reiicia no pasará á mayores alborotos. Glauc. N o
tiene duda. Soc. Porque nosotros daremos á los
ciudadanos viejos toda la autoridad sobre los
jóvenes, con-el derecho de castigarles. Glauc. Es-
to es claro. Soc, N o es menos e v i d e n t e , yo así
í o pienso, que los jóvenes ciudadanos, según es
•decoroso, n o osarán poner la mano sobre los
viejos , ni hacerles especie alguna de violencia,
sin orden expresa de los magistrados, ni tratar-
les siquiera con desprecio en ninguna circuns-
tancia: porque dos barreras poderosas, el respe-
to y el temor les contendrán; el respeto, m o s -
trándoles un padre en aquel á quien quieren
maltratar; el temor, haciéndoles recelar que otros
tomen la defensa del ofendido , unos en calidad
tle hijos , otros en calidad de hermanos , y esto-
tros en la de padres. Glauc. Es imposible que la
cosa suceda de otro modo. Soc. Luego nuestros
ciudadanos en virtud de estas leyes disfrutarán
entre sí de una paz inalterable. Glauc. Suma-
mente grande.- Soc. Pues si la concordia reyna
(3S)
entre ellos , no hay que temer que Otra repúbli-
ca les ataque ó consiga dividirlos, Glauc. C i e r -
tamente que no. Soc. Me cuesta trabajo el resol-
verme á entrar en el por menor de los males de
que se verán exentos , por no .merecer la pena.
Los pobres no harán allí bajamente la corte á
los ricos , ni se experimentarán allí tampoco los
embarazos y cuidados que llevarías.sí la,educa-
ción de;los.hijos„, ni el .alan de acumular bienes
,por la necesidad de .mantener un gran número
de esclavos , quando. para .acudir. á éstos gastos
se ven precisados ,eri oca-sÍQ nes:á;:feu,scar ,¿ jntecés
¡
E 3
,(*>•)•
de los naturales filósofos: nosotros la buscare-
mos que esté dotada de una excelente memoria.
Glauc. Haremoslo así en un todo.
Soc. Pero un carácter grosero que ni tiene
gracias, ni cultura , no se inclina naturalmente
al desorden ? Glauc. Precisamente. Soc, L a v e r -
dad es amiga.del orden ó del desorden? Glauc. Del
orden. Soc. Busquemos pues en el filósofo sobre
las otras qualidades u n espíritu lleno de gracias,
amigo del orden, y que su inclinación natural le
lleve á la contemplación de la esencia de las c o -
sas. Glauc. Sí por cierto. Soc, Pues qué! no te pare-
ce que todas las qualidades que acabamos de r e -
correr , son absolutamente necesarias, y como que
se dan la mano unas á otras en una alma que debe
elevarse al mas perfecto conocimiento del ser?
Glauc. Es así al pie de la letra. Soc, Puédese pues
reprehender por alguna parte una profesión, de
la qual nadie puede instruirse como es debido
sino está dotado de memoria, de penetración,
de grandeza de a l m a , de afabilidad; si no es
amigo y por decirlo así, aliado de la verdad, de
la justicia, de la fortaleza y de la templanza?
Glauc. Ni aún Momomismo (2) encontraría nada
que reprehender. Soc, Á tales ingenios pues p e r -
feccionados con la educación y con la experien-
cia , y no á otros confiareis vos el gobierno de
nuestra república.
Adimanto, tomando aquí la palabra, me diro:
Sócrates, nadie os puede disputar la verdad de
lo que acabáis de decir. Pero ved lo que sucede
(?0
de ordinario á los qne con vos conversan. Eííos
se imaginan, que por no estar versados en el arte
de preguntar y responder , en cada una de las
preguntas cuyas conseqüencias no preveen, se
hallan separados poco á poco de la razón; mas
recopilados estos pequeños extravíos, ál cabo de
la conversación vienen á caer en un error g r a v í -
simo y en contradicción consigo mismos. Y á la
manera que los que no saben jugar á las t a -
blas ( 3 ) , se hallan tan apurados y encerrados por
los jugadores diestros que á la postre no tienen
pieza que mudar ; ellos creen del mismo modo
verse al fin concluidos eri ¿sta otra especie de
tablas , por vuestra habilidad en manejar no las
piezas sino el discursó, qué les engaña y les redu-
ce á no saber qué decirse: aunque en realidad
la cosa no sea cómo vos querríais habérsela creer.
Yo habló eri cohséquencía' de ló que acabo de
•oir: porque se os podria objetar que á la verdad
!
(8ó)
cultivado con las ciencias que le son propias, es
necesario que llegue de grado en grado hasta la
mas sublime v i r t u d ; si al contrario , está s e m -
brado y crece.en un'suelo extraño f n o hay vició
del qual no arroje bástagos algún dia , á menos
que cuide especialmente de su conservación a l -
guno de los dioses. Pensáis Vos, como la m a -
yor parte se lo i m a g i n a n , que los que corrom-
pen la juventud sean estas gentes despreciables
á quienes se dá el nombre de sofistas ? El m a -
yor mal no viene de ellos. Los que le arribu-
yen á los sofistas, son ellos mismos sofistas m u -
cho mas peligrosos, que con sus máximas sa-
ben formar y volver á su antojo el espíritu de
los hombres y de las mugeres , de los jóvenes y
de los viejos. Adim. Quando hacen esto ? Soc. E n
las asambleas públicas, ert los tribunales , en los
teatros, en los exércitos, ó en qualquier otro lu-
gar donde se congrega la multitud, quando vitu-
peran allí ó aplauden ciertas palabras ó ciertos
hechos, tomando con extremo uno ú otro partido,
con grande estrépito, grandes gritos y grandes
palmadas ; de cuyas resultas los ecos de las b o -
bedas y del lugar dónde se hallan, causan dobla-
do estruendo que los mismos declamadores. E n
medio de todo este t u m u l t o , según es dicho c o -
m ú n , cómo queréis vos que se contenga el á n i -
m o de un hombre joven ? Por buena' que sea la
educación que haya recibido en particular, cómo
podra resistirse sin hacer naufragio y dexarse lle-
var de la corriente de estas olas de alabanzas v
(Si)
desprecios ? N o conformará sus juicios con los de
l a m u l t i t u d , en orden á lo que ella encontrase
que es honestó ó t o r p e ! N o se dedicará á las
mismas cosas ? N o se estudiará á sí mismo por
asemejarse á los Otros? Adim. Mi amado Sócra-
tes , no es posible qué haga otra cosa.
•Soc. Con todo aún no hemos hablado de la
mas violenta prueba á que se expone la virtud.
Adim. Quál es? Soc. Quando los maestros y so-
fistas de quienes hablo , no pudiendo adelantar
nada con sus discursos añaden el mal trato á las
palabras. Pues no sabéis vos que ellos castigan
con la pérdida de bienes , del honor y aún hasta
de la vida misma , á los que rehusan darse á sus
razones? Adim. Muy bien lio sé. Soc. Qué otro
sofista p u e s , qué instrucción particular podría
resistirse contra la fuerza de semejante seducción?
Adim. Pienso que ninguna. Soc. Sin duda que no,
y aún el intentarlo solo seria grande locura : por-
que ni la hay > ni la hubo , ni habrá jamás alma
verdaderamente virtuosa, mientras que su edu-
cación sea contrarestada por semejantes m a e s -
tros. Esto debe entenderse amigó , hablando en
lo humano (5) , y dexando aparte , según el pro-
verbio , toda protección inmediata de Dios. Pues
si en una república gobernada por estas máxi-
mas , se encuentra alguno que se escape del n a u -
fragio c o m ú n , se puede asegurar sin temor de
engasarse , que el tal debe su salvación al auxi-.
lio divino. Adim. Ni á mí me parece otra cosa,
Soc. Vos podréis ser también de mi parecer
TOMO II. 5
(82)
en orden á lo que sigue. Adim. D é qué se t r a -
ta? Soc. De que estos doctores mercenarios , que
el vulgo llama sofistas, y los reputa por é m u -
los en el mismo oficio, no hacen en realidad
otra cosa,, que repetir á la juventud en sus es-
cuelas las máximas que el pueblo sigue en
sus asambleas , y á esto es l o q u e llaman ellos
:
F 2
(8 )4 m
* 3
(86)
decía con r a z ó n , que aún las buenas qualidades
del carácter filosófico , pervertidas por una mala
educación, contribuyen en cierto modo á d i s -
traerle del estudio de la filosofía, otro tanto que
las riquezas y todos los demás bienes llamados
de fortuna? Adim, Sí, Conozco que vos tenéis
mucha razón, -
Soc. Tal es y tan grande, mi amado amigo,
el modo conque se corrompen y pervierten estos
bellos naturales, destinados á la mas excelente de
todas las profesiones ; naturales por otra parte
tan raros, como nosotros hemos dicho, Estos hom-
bres así pervertidos, son los que causan los mas
grandes males á la sociedad y á los particulares;
y al contrario les son autores de los mayores bie-
nes , quando se inclinan á la buena parte. U n
natural mediano no puede acarrear mudanza de
consideración en la fortuna de los estados, ni en
la de los particulares. Adim, N o hay cosa mas
cierta, Soc. Estos mismos hombres , d e P s
de
L i e s
\
res por un pasatiempo , que por una ocupación.
Llegada la vejez , á excepción de algunos pocos,
su fervor en esta ciencia se apaga mucho mas
que el sol de Heraclito (12) , ' e n términos que
no se vuelve á encender. Adim. Y cómo debe
hacerse ? Sar. Todo lo contrario. Es menester
que los niños y los jóvenes se apliquen al estu-
dio y á la filosofia.de un modo proporcionado á
su e d a d : que en esta sazón en que el cuerpo
crece y se fortifica , se tome un cuidado p a r t i -
cular , á fin que algún dia pueda ayudar mejor
a l espíritu en sus trabajos filosóficos. Con el
tiempo , y á medida que el espíritu se perfeccio-
n a , debe aumentarse el género de exercicios que
le es propio. Pero quando sus fuerzas gastadas,
no les permitirán ir á la guerra', ni ocuparse en
los negocios del estado , entonces se les dexará
horros para que se entreguen por entero á la fi-
losofía , sin hacer ninguna otra cosa , salvo de
paso. Hablo de aquellos que han de llevar aquí
baxo una vida feliz , y conseguir después de su
muerte u n hado que corresponda á la felicidad
que disfrutaron sobre la tierra. Adim. E n v e r -
dad , Sócrates., que no puede hablarse sobre el
asunto con ¿ñas espíritu de lo que vos lo hacéis.
Creo 110 obstante, que muchos de los que os e s -
cuchan , empezando por Thrasimaco, se os opon-
d r á n aún con mas fuerza , y no se darán á vues-
tras razones. Soc. N o queráis ponerme mal con
Thrasimaco. Hace poco que nos hicimos amigos,
sin ,que antes hubiésemos sido enemigos. Pero
,(<fe)
entended, que no omitiré diligencia alguna para
convencerle á él y á los otros. A lo menos , lo -
que yo diré les servirá para aquella otra vida(i 3 ) ,
quando volviendo á empezar una nueva carrera,
oigan discurrir sobre estas materias. Adim. Pues
hablasteis para tiempo bien corto. Soc. Mas bien
decid que esto no es n a d a , si se compara con Ja
duración total de los siglos. Sobre t o d o , no es
de maravillar que semejantes discursos no e n -
cuentren acogida en muchos ánimos: porque aún
no se ha visto executar lo que nosotros deci-
mos ; antes por lo común no se oyen sobre esta
materia , sino discursos ( 1 4 ) estudiados, en los
quales se atiende principalmente á que los m i e m -
bros de cada frase se correspondan con justa p r o -
porción , y no discursos naturales y sin arte,
quales son los nuestros. Pero lo que nunca se ha
visto e s , que ni muchos , ni un solo hombre tan
exactamente formado sobre el modelo de la v i r -
tud , quanto lo permite la flaqueza humana , sea
dueño absoluto de palabra y de hecho en un e s -
tado tan perfecto como es él. Qué pensáis vos.?
Adim. Yo creo que no. Soc. N i tampoco presta-
ron oidos, amigo mió , á conversaciones de hom-
bres verdaderamente libres y virtuosos, en d o n -
de se busca la verdad con ardor por todas la«
vias posibles , con solo el fin de conocerla: en
donde se echa léxos todo lo que sabe á vanos
adoraos y falsas sutilezas: en donde nunca se
habla por espíritu de disputa, ni por mostrar su
eloqüencia , como se usa en los tribunales y e n
(94)
Jas concurrencias particulares. Adim. También
esto es verdad.
Soc. Por todas estas razones que tenia p r e -
sentes j me detuve al pronto y temí explicarme
libremente: Cort todo precisado de la verdad dixe,
que no se debia esperar sobre la tierra sociedad,
gobierno, ni aún hombre perfecto, á menos que
á este pequeño numeró de filósofos á quienes n o
se acusa de malos ^ pero sí de inútiles , obligare
una feliz necesidad quieran ó no quieran , á
f
G 4
(io4)
chas gentes, cuyo origen proviene de íá pereza
de su ánimo. Soc. Pero también es cierto, que
si en alguna ocasión deben guardarse de este v i -
cio , es en especial quando se trata de proveer á
la conservación de la sociedad civil y de las
leyes. Adim. N o tiene duda.
Soc. Es pues necesario, amigo m i ó , que
aquel á quien nosotros instruimos haga este gran
circuito de que se t r a t a , y que se exercite en
el espíritu por lo menos otro tanto que en el
c u e r p o ; ó sino jamás llegará , como pretende-
m o s , al mas alto grado de esta ciencia subli-
m e , en la qual á él mas que á otro le correspon-
de estar instruido. Adim. Pues qué no es éste el
superior , ó hay algún otro conocimiento mas
sublime que el de la justicia, y de las otras vir-
tudes de que hemos hablado ? Soc. Sin duda le
h a y : y yo añado que aún respecto de estas v i r t u -
des el ligero bosquejo que nosotros hemos traza-
do no le basta, y que no debe descuidarse en
formar el quadro mas acabado. No seria cosa
ridicula poner todo cuidado para adquirir el
mas puro y mas exacto conocimiento de mil
otras cosas da poca importancia, y no aplicar las
mayores diligencias para conocer las mas impor-
tantes ? Adim. Esta reflexión es muy juiciosa.
Pero creéis que se os dezará pasar adelante, sin
preguntaros primero, quál es aquella ciencia s u -
perior á todas las o t r a s , y quál es su objeto?
Soc. Yo no lo creo: preguntádmelo pues. Aunque
habéis . oido. hablar de ello muchísimas veces:
pero ó no reflexionáis, ó lo que me parece mas
verosímil, no buscáis sino como embrollarme
con nuevas qüestiones. Freqüentemente me h a -
béis oido hablar que la idea ( i 8) del bien era el
objeto mas sublime de los conocimientos, y que
la justicia y las otras virtudes tomaban de esta
idea su bondad y su utilidad. Vos sabéis muy
bien, que esto es poco mas ó menos lo que yo voy
á decir: y sobre esto a ñ a d o , que nosotros no la
conocemos sino imperfectamente, y que si no la
conocemos de nada nos servirá saber todo lo
demás ; á la manera que la posesión de q u a l -
quíer otra cosa nos es i n ú t i l , sin la posesión del
bien. Creéis vos en efecto que sea ventajoso p o -
seer qualquier cosa que ésta s e a , si no es buena, -
ó conocerlo t o d o , salvo lo que es honesto y b u e -
no ? Adim. E n verdad , que no lo creo.
Soc. Fero tampoco ignoráis que muchos
piensan que el bien consiste en el deleyté, y
otros menos groseros, que consiste en la cien-
cia. Adim. Muy bien lo sé. Soc. Vos sabéis t a m -
bién , amigo m i ó , que los que son de este ú l t i -
m o sentir , se vén embarazados para explicar lo
que es esta ciencia, y que al fin .se hallan precisa-
dos á decir queesel conocimiento del bien.iiti7m.Si;
y esto es m u y gracioso. Soc. N o tiene duda que
es cosa muy graciosa de parte de ellos reprehen-
der nuestra ignorancia en orden al b i e n , y h a -
blarnos en seguida, como si le conociésemos. D i -
cen ellos que esto es el conocimiento del bien,
como si entendiésemos lo que ellos dicen, luego
(io6)
que hayan pronunciado la palabra bien. Adim. E s
mucha verdad. Soc. Mas los que definen la idea
del bien por la del deleite , están acaso envuel-
tos en menor error que los otros ? no se vén obli-
gados á confesar que hay deleytes malos? Adim. Sí',
m u y malos. Soc. Y por consiguiente á confesar
también que las mismas cosas son buenas y malas.
N o es así? Adim. Ciertamente. Soc. Luego es
cosa clara que esta materia está envuelta en m u -
chas y muy grandes dificultades. Adim. Conven-
g o en ello. Soc. Es acaso menos evidente que
respecto de lo justo y de lo honesto , muchas
gentes se contentan con simples apariencias d e s -
tituidas de realidad, en sus opiniones, en sus
acciones y en sus posesiones; pero que quando
se trata del bien, las apariencias á nadie satis-
facen, sino que se busca algo de real y sólido,
y se desprecian en esto las opiniones y preocu-
paciones de otro? Adim. Es m u y cierto. Soc. Este
bien pues , tras el qual se vá toda el alma , y en
cuya vista lo hace t o d o , que no le conoce sino
por conjeturas, siempre incierta é imposibilitada
de definir con exactitud lo que es , ó á lo menos
de seguir en la práctica u n juicio seguro é i r r e -
fragable , como le sucede en las otras cosas; por
lo qual queda privada de las ventajas que podría
sacar d e todo lo demás: este bien, digo, tan gran-
de y t a n precioso , convieae por ventura que la
mas sana parte del estado, aquella á quien debía-
mos confiarlo todo , no le conozca mejor que eí
común de los hombres ? Adim. Nada menos que
eso. Soc. "Pienso én efecto que-es poco para u n
magistrado la posesión de lo honesto y de lo
justo ,'• si ignora por qué parte es bueno ; aún
supuesto que se pueda conocer aquello , sin s a -
berse esto : porque me imagino que sin conocer
primero lo que es bueno , es imposible tener u n
conocimiento exacto de qualquier otra cosa.
Adim. Es muy fundada vuestra presunción.
Soc. Nuestra república pues estará bien goberna-
da , si tiene por cabeza un hombre que junta el
conocimiento del bien al de lo honesto y de lo
justo. Adim. Así debe ser.
Pero v o s , amado Sócrates, en qué consti-
tuís el bien ? en la ciencia , en el deleite , ó en
alguna otra cosa ? Soc. Por cierto que sois p r e -
cioso : hace tiempo he descubierto que no q u e -
réis contentaros con el parecer de otros. Adim. L o
que no me parece razonable , mi amado amigo,
es que u n hombre como v o s , que ha meditado
toda su vida sobre esta m a t e r i a , pueda decir
quál ha sido/ la opinión de los o t r o s , y no p u e -
da decir la suya. Soc. Está b i e n : pero os parece
justo que un hombre hable de lo que no sabe,
como si lo supiese? Adim. N o ; pero puede m u y
bien proponer como una conjetura lo.que le p a -
rece probable*, Soc. Pues qué! no percibís lo r i -
dículo de todos estos sistemas que no están fun-
dados sobre principios ciertos? Los mejores n o
están llenos de obscuridad? Sus inventores, q u e
acaso encontraron la verdad , mas no pudieron
dar r a z ó n , no se parecen á los. ciegos, que- sirt -
(io8 )'
saberlo , siguen el camino recto ? Adim. E n hada
se diferencian. Soc. Queréis pues oir de mí un
sistema informe , obscuro y mal digerido, mien-
tras que otros os ofrecen sistemas claros y m a g -
níficos ? Por D i o s , Sócrates, replicó Glaucon,
no os detengáis aquí como si hubieseis ya llega-
do al término : nosotros nos daremos por con-
tentos , si nos explicáis la naturaleza del bien,
como habéis explicado la de la justicia, de la
templanza y de las otras virtudes. Soc. Yo t a m -
poco pediría mas , amigo mió ; pero temo m u -
cho que esta empresa sea superior á mis fuer-
zas , y que resolviéndome á satisfaceros , lo des-
empeñe tan m a l , que os dé motivo para que os
riáis de mí. Mas sea lo que fuese , mis buenos
amigos , dexemos por ahora la averiguación del
bien qual es en sí mismo , porque nos alargaría
demasiado, y apenas podria yo explicaros su n a -
turaleza tal como la concibo , siguiendo la ruta
que nosotros hemos tomado. Yo quiero hablaros,
si es que gustáis de ello., de una producción del
bien que le es del todo semejante ; y sino lo
dexaré. Glauc. N o : habladnos del hijo , y en otra
oeasion nos contareis la. historia del padre : esta
es una deuda que nosotros reclamaremos á su
tiempo, Soc. -Quisiera y© podérosla satisfacer a l -
gún d i a , y que vosotros mismos os hallaseis en
disposición de recibirla , en lugar del simple fru-
to (19) de la deuda tal como os lo ofrezco al
presente. Recibid pues ahora este fruto, esta pro-
ducción del bien ; guardaos no obstante no sea
(109)
que os engañe sin quererlo , pagándoos en mo-*
neda falsa con daros vana razón del hijo. Glauc.'Nos
guardaremos quanto podarnos ; y así explicaos
con confianza.
Soc. N o lo haré antes de recordaros y h a -
ceros convenir en lo que hemos dicho al p r i n -
cipio de.esta conversación, y en muchas otras
ocasiones. Glauc. De qué se trata ? Soc. Q u e hay
muchas cosas hermosas, .muchas cosas buenas , y
que todos los dias lo decimos nosotros y lo asegu-
ramos así de cada cosa en particular. Glauc. Esto
es cierto. Soc. Ademas , que hay una. hermosura
y una bondad ideal, esto e s q u e nosotros c o m -
prehendemos todas estas bellezas y bondades par-;
ticulares baxo una idea simple y única As: her-
moso y de bueno,, y así de lo d e m á s , - y que
nosotros decimos de las cosas hermosas ó buenas,
que están sujetas á los sentidos del c u e r p o y
que no se vén con los ojos, del' a l m a : de las ideas
de lo hermoso y de lo. bueno al contrario, que
ellas son. el objeto del entendimiento y no de les
sentidos. Glauc. Estamos de acuerdo. Soc. P o r qué
sentido pues, percibimos nosotros los objetos, vL~
sibles ?.-.Glauc- Por la vista*.- Soc. Luego, ios soni-
dos por el oído, y. por los.otros sejatidok^todas
las otras: cosas sensibles: ¡na. es, así i Glauc- Sin
duda. Soc. Pero habéis advertido q u a n t a mas; gas-
t o hizo el autor de nuestros sentidos para e l ó r -
gano de la vista, que para los de los demás sen-
tidos? Glauc. N o por cierto. Soc. Consideradlo
pues.. Ei :oido y ¡a voz. necesitan de una, tercer.
(no)
cosa el uno para oir , la otra para ser oida, de
suerte que si esta cosa falta , el oido no oirá,
la voz no será oida ? Glauc. De ninguna. Soc. Yo
creo que la mayor parte de los otros sentidos,
por no decir todos, no tienen necesidad ninguna
de cosa semejante. Podríais vos nombrar uno
solo ? Glauc. Ciertamente que no. Soc. Mas en
orden á la vista , concebís vos que ella no p u e -
de percibir el objeto visible sin el socorro de
una tercer cosa? Glauc. Qué queréis decir con es-
to ? Soc. Quiero decir que aunque los ojos estén
bien dispuestos, y se les aplique á.su uso , y el
objeto esté colorado; con todo si no interviene
una tercer causa, destinada á producir este efec-
t o , entended que los ojos no verán n a d a , y los
colores serán invisibles. Glauc. Qué cosa es ésta?
Soc. L o que vos llamáis luz. Glauc. Tenéis mucha
razón. Soc. Luego el sentido de la vista tiene
una grande ventaja sobre los otros , y el lazo
que le une á los objetos visibles es de mucha mas
estimación , que el que une á los otros con sus
objetos; á no ser que se diga que la luz es una
cosa despreciable. Glauc. Está muy léxos de serlo.
Soc. D e todos los astros que hay en el cielo, quál
es aquefcuya luz dispone mejor los ojos para ver,
y los objetos para ser vistos? Glauc.En mi sentir,
como en el vuestro,' y en el de todo el mundo,
claro está que éste es el sol. Soc. Ved pues si la r e -
lación de la vista á este astro, es como voy á decir.
Glauc. Cómo ? Soc. Ni la vista , ni la parte d o n -
de e l k ^se fornia, que se liam^ el o j o , no es
(III.)
el sol. Glauc. E n efecto que no. Soc. Pero de t o -
dos los órganos de nuestros sentidos, el ojo es,
creo y o , , el que mas se asemeja á este astro,
Glauc. Sin disputa. Soc. L a facultad que tiene de
ver , no es cierto que la^recibe prestada del sol,
como d e r r a m a d a , digámoslo así sobre él?
a
así.
Soc. Sabed pues qu*e quando y o hablaba de
la producción del b i e n , tenía en vista al •sol.
El hijo tiene una perfecta analogía con su padre.
Porque lo que es éste en el lugar ideal respecto á
la inteligencia y á los seres inteligibles (20), es
aquel en el lugar visible en orden á la vista y á
los objetos que ella percibe. Glauc. Cómo es esto?
y ó os ruego que m é expliquéis con mas extensión
vuestro pensamiento. Soc.Sabéis v o s , que quando
se vuelven-los ojos acia objetos que n o están i l u -
minados por -el s o l , sino por los astros de la
;
COLOQUIO SÉPTIMO.
H4
(izo)
unos anden hablando , y los otros vayan calla-
dos. Glauc. Pintura por cierto singular, y p r i -
sioneros de especie muy extraña! Soc. Ellos se
nos parecen en un todo. Desde luego, creéis vos,
que ellos verán otra cosa de sí mismos y de los
que tienen á su l a d o , salvo las sombras, que
por la disposición de la luz van á pintarse fren-
te por frente de ellos en la parte opuesta de la
cueva? Glauc. Qué podrían ver mas , si desde su
nacimiento están precisados á tener inmóvil la
cabeza? Soc. Verían tampoco otra cosa que las
sombras de los objetos que pasan por detrás de
ellos? Glauc. Seguramente que no. Soc. Si se pu-
diesen hablar unos á otros , no se convendrían
mutuamente en dar á las sombras que ellos veian
los nombres de las cosas mismas ? Glauc. Sin dis-
puta. Soc. Y si en el hondo de su prisión hubiese
u n e c o , que repitiese las palabras de los p a s a -
geros , pensarían ellos acaso , que estos sonidos
los articulaban otros que las sombras que p a s a -
ban por delante de sus ojos? Glauc. E n verdad
que no. Soc. De consiguiente , ellos creerían que
« o habia otra, cosa real y verdadera , que las
sombras de toda esta especie de muebles. Glauc.Es
como preciso.
Soc. Considerad ahora , lo que natural-
mente deb¡a sucederles, quando quedasen libres
de sus prisiones , y se les curase de su ignoran-
cia. Desátese uno de estos cautivos, y obligúesele
á levantarse de repente, á volver la cabeza y á
caminar, y á mirar íkamente. la luz de la h p g u e -
( l 2 i ) m
COLOQUIO OCTAVO.
N i
(i 6)
9
COLOQUIO NONO.
COLOQUIO DÉCIMO.
/
NOTAS
Á LA REPÚBLICA D E PLATÓN.
COLOQUIO QUINTO.
14
(3^8)
COLOQUIO SEXTO.
COLOQUIO SÉPTIMO.
XOMO ÍI. • JT
. (338)
No se c o n o c e bien ni l a n a t u r a l e z a d e l a s p r u e b a s , ni e l
verdadero modo de impugnarlas. S e imaginan que es p r e -
c i s o responder d i r e c t a m e n t e á t o d a s l a s objeciones q u e e l
e n t e n d i m i e n t o p u e d e formarse sobre q u a l q u i e r v e r d a d , y
que una tesis e s falsa en e l hecho d e estar sujeta á
d i f i c u l t a d e s i n s o l u b l e s , q u e ú n i c a m e n t e prueban que n u e s -
t r o e s p í r i t u rara v e z m i r a u n objeto por todos los. a s p e c -
tos posibles, y que conocemos una p a r t e d e las cosas,
m i e n t r a s que i g n o r a m o s l a otra. D e aquí provienen , l a
o b s c u r i d a d d e las ideas , l a p r e c i p i t a c i ó n e n l o s j u i c i o s ,
l a falsedad en l o s r a c i o c i n i o s j y e n c o n s e q u e n c i a el f u -
ror d e d i s p u t a r , y no p o c a s v e c e s después d e haber d i s -
p u t a d o l a r g o t i e m p o e n pro y e n c o n t r a , e l p e l i g r o d «
c o n c l u i r por n a c r e e r n a d a d e l o q u e poco antes creían.
Grou.
(16) Bienaventurados, V é a s e la. nota primera de esta
coloquio séptimo.
(17) Mayores. E s de admirar que el texto de Platón
rnas c l a r o e n esta parte q u e en ninguna otra no h a y a sido
e n t e n d i d o por a l g u n o s t r a d u c t o r e s : SVo< ¡JAI AY <a?iv{iv':ífu
/JXCÍ-TÍÍJÍ \v T» itoKii '¡¡¿'iras iKisífs-^aufi tis 7eyV kypoúf,
Ficino traduce: «todos l o s que e n l a c i u d a d hubiesen
« c u m p l i d o diez años, l o s harán salir á los campos.ñ
S i e n d o así q u e n o s e t r a t a d e l o s q u e hanvivido diez
a ñ o s e n l a c i u d a d ; sino d e a q u e l l o s cuya, e d a d e s m a y o r
d e los diez años. Serres ó Serrano traduce : " t o d o s l o s
« q u e en l a c i u d a d fuesen m a y o r e s , d e e d a d , l o s d i e z m a -
r á n &c.» Pilonier t r a d u c e : » y o . seria d e parecer q u e
« l o s magistrados, no. t u v i e s e n e l e m p l e o en l a c a p i t a l sino
»sdiez años ; y desp.ues q u e se l e s desterrase á las p r o -
vincias.» N o es, asta l a primera o c a s i ó n q u e se, h a pre-
sentado de reconvenir á esto- t r a d u c t o r e s por medio da
n o t a s criticas semejantes á ésta ; pero creo que los l e c -
t o r e s m e perdonarán fácilmente e.ta omiskjn á. c a u s a ale
n o seguírseles m u c h o perjuicio. Grou.
(339)
COLOQUIO OCTAVO.
r j i d a , ó q u a n d o menos p o c o ú t i l á l a r e p ú b l i c a , q u e p o r
d i s t i n t o s m e d i o s y maneras e x q u i s i t a s t i e n e h a b i l i d a d para
c h u p á r s e l a s ; i m i t a n d o en esto l a c o n d u c t a de los z á n g a -
n o s q u e ociosos y h o l g a z a n e s en l a c o l m e n a , se c o m e n l a
miel que con tanto'trabajo y afán labraron l a s solícita!
abejas.
(i?).- Creso. El quinto y último rey.de L i d i a , suce-
sor de A l - y a t e s , el año 557 antes de J e s u - C h r i s t o 5«
c o r t e era el abrigo de los filóso-os y gentes de letras.
U n o d e e l l o s fué S o l ó n , á quien Creso creyó asombrac
manifestándole su palacio , los m u e b l e s , l a s halajas y
Jos tesoros Solón m o r t i f i c ó ei amor p r o p i o de este rey,
que s e tenia par el m a s f e l i z d e l m u n d o , t o n d e c i r l e : á
naaig llamemos feliz, antes de su muerte. C r e s o no t a r d ó
jiiLieho t i e m p o en e x p e r i m e n t a r l o s l é v e s e * d e l a fortuna^
(340
perdiendo todas sus r i q u e z a s y prosperidad : perqué ha-
b i e n d o salido contra G y r o c o n un e x é r c i t o d e mas de 4 0 0 3
Isombres , fué v e n c i d o y o b l i g a d o á retirarse á la capital-^
que poco después fué t o m a d a , q u e d a n d o prisionero de
Gyro. Á esta retirada a l u d i r á t a l v e a P l a t ó n en lo qua
d i c e , que según e l o r á c u l o , se retira y h u y e acia el p e -
dregoso Hermo , sin a v e r g o n z a r s e de q u e l e tengan por
cobarde. " .
(13) Eurípides. Poeta trágico, nacido en Salamina
a ñ o 480 antes d e J e s u - C h r i s t o . F u s d i s c í p u l o d e Pródico
e n la e l o q u e n c i a , d a ^ S ó c r a t e s en la^ m o r a l , y de Aria-?
x a g o r a s en la física. L a s ^persecuciones q u e se a c a r r e ó e s t é
ú l t i m o c o n sus desv tríos" filosóficos f u e r o n causa q u e se
d i s g u s t a s e de la filosofía y s e e n t r e g a s e á -la p o e s í a ; d r a -
í n á t i c a , para la q u a l l e h a b i a dado naturaleza singular
t a l e n t o . S e encerraba en una c u e v a para c o m p o n e r sus t r a -
g e d i a s , q u e fueron l a a d m i r a c i ó n d e t o d a G r e c i a y d e los
p a í s e s e x t r a n g e r o s . F l o r e c í a al t i e m p o m i s m o q u e S o p h o *
c í e s , y la e m u l a c i ó n q u e se l e v a n t ó entre .ellos , d e g e n e r ó
en enemistad. Aristóphanes le sacrificó á lá risa p ú b l i c a ,
en términos que n o p u d i é n d o l o s u f r i r , d e x ó á. A t e n a s , jf
se retiró á la c o r t e d e A r c h e l a o . , r e y d e M a c e d o n i a , q u s
según dice Solino , le hizo su primer ministro. Terminó
su g l o r i o s a carrera á c i j el a ñ o 407 antes d e Jesu-Chri'stOi
d e s p e d a z a d o por los perros d e d i c h o : . p r í n c i p e , q u e á lo.
que se cree le encontraron c a s u a l m e n t e paseando e n urj
bosque. D e l a s 80 t r a g e d i a s que compuso^, solo llegaron
i'.nosotros ig. L á . s e n t e n c i a que aquí cita P l a t ó n . s e halla)
« i r l o s f r a g m e n t o s de l a Á n t i g o n a v . 10.. . .
- (14) Aquel dicho. Ká-OTVov yt Qiúyav íif ló W/> wt-
fittiffaf. « H u y e n d o d e l h u m o , c a í ' e n l a s . brasas.» Pro-
v e r b i o g r i e g o que e q u i v a l e al d e los l a t i n o s , wincidit in
«Scylam, cupiens vitare C a r y b d i m , « y á nuestros c a s -
tellanos , íihuyendo d e l toro , c a y ó e n el arroyo 5 huía
» d e l t r u e n o , y d i ó m e «1 corrisco ^¡í-córi o t r o s semejantes,
COLOQUIO NONO. ;
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ñ n g e n que E s c y l a hija.de F o r c o . f u é convertida en esta
peña , y la pintan r o d e a d a de perros q u e ladran y lobos
q u e ahullan.
Cerhevo es un perro con tres cabezas , á quien los
poetas dan crines d e serpiente, del qual dice la fábula
q u e guardaba los infiernos.
• (9) Eriphyle. Muger del a d i v i n o A m p h i a r a o y her-
mana de A d r a s t o r e y de los Argivos , que recibió de,
P o l y n i c e s un collar de oro .. para q u e le descubriese d o n - ,
d e se habia o c u l t a d o su m a r i d o per temor de ir á l a g u e r -
r a d e T h e b a s , d e l a qual sabia no h a b i a de v o l v e r . Am-
p h i a r a o i n d i g n a d o de la perfidia de su muger , partió á
l a guerra contra su v o l u n t a d , e n c a r g a n d o á su hijo Alc-
Eneon , que m a t a s e á su madre- l u e g o que t u v i e s e noticia
d e su m u e r t e , l o que e x e e u t ó el hijo por vengar á su
p a d r e de a q u e l l a t r a y c i o n .
('.o) Músico. E s d e c i r , un h o m b r e en q u i e n e l espí-
ritu y el corazón están perfectamente bien arreglados.
P l a t ó n se v a l e m u c h a s v e c e s d e los términos música y mú-
sico en este s e n t i d o , q u e se h a e x p l i c a d o y a en las no-
tas 16 y %i del coloquio tercero.
(11) Por el Can. E s p e c i e de j u r a m e n t o , c o m o en d e s -
precio de Anubis D i o s d e E g y p t o , á quien representa-
b a n con c a b e z a d e perro , d e l qual se h a b l ó en l a nota a i
d e l coloquio tercero.
COLOQUIO DÉCIMO.