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EL LIBRO DEL PACTO Y LAS LEYES DE ANTIGUO CERCANO ORIENTE

Mario Pirez

Una de las reacciones más comunes al leer literatura del Antiguo Cercano Oriente, es compararlas

con los textos bíblicos. Primeramente, para encontrar diferencias que afirmen la preeminencia de

los escritos veterotestamentarios. En la mayoría de los casos, se intenta demostrar que los autores

bíblicos no han copiado a otros autores de las culturas paganas. Una mejor actitud, sería reflexionar

sobre las particularidades de dichas literaturas y en lo posible explicar sus divergencias y

convergencias. Por tal razón, este tratado intenta en parte, reflexionar sobre algunas diferencias y

similitudes entre el libro del pacto y las leyes de los pueblos del Antiguo Cercano Oriente.

Aspectos relacionados al entorno

Es una realidad que el desarrollo del derecho hebreo, se provee en el marco de las culturas del

Antiguo Cercano Oriente; es decir, la cultura mesopotámica, hitita, sumeria, egipcia, asiria y

cananea. Según el relato bíblico, Abraham salió de Ur y llegó a la tierra de Canaán. Justamente

cuando el Rey Hammurabi había establecido un código de leyes. De manera, que se infiere su

influencia sobre el pensamiento patriarcal. Por otro lado, se cree que el derecho hebreo aboca sus

orígenes a las leyes cananeas (Kidd, José E. Ramírez, 2005). Sea cual fuese el caso, hay algo de lo

que, si estamos seguros, y es que los pueblos de la media Luna Fértil compartían las mismas

actividades económicas y alcanzaban un desarrollo cultural similar.

En primer lugar, las leyes de diferentes fuentes orientales lidian temas comunes como el robo de

animales, daños causados por el ganado, el adulterio, riñas locales y la agresión a los padres

(Cordero, 1977). Por ejemplo, el derecho hebreo y el código mesopotámico de Hammurabi


convergen en la temática antes mencionada. Sin embargo, como ha de esperarse, existen

diferencias en el tipo de sentencia, que en el caso de la ley mesopotámica se inclina más al área

económica-mercantilista.

En segundo lugar, la principal forma de las leyes en todo el Antiguo Cercano Oriente era la

casuística. Esta consiste en el uso de cláusulas condicionales de “si… entonces”, basadas en la

idea de causa y efecto. La primera llamada prótasis y la segunda apódosis (Hatton, 1999). En los

códigos legales israelitas, las leyes sobre casos asumían la igualdad de todos los ciudadanos y por

ende el castigo de un crimen no se limitaba o magnificaba según la clase social o la condición

económica (Jhon H. Walton, 2004). Por el contrario, en la ley mesopotámica se prescribían

diferentes grados de castigo (desde multas hasta pena capital) dependiendo si se trataba de

esclavos, ciudadanos o nobles. La legislación de casos puede ser rastreada hasta su origen en las

leyes apodícticas del Decálogo hebreo.

Aspectos relacionados al tratamiento de temas sociales

Asimismo, se encuentran diferencias en el trato a temas de interés social.

En las declaraciones de los prólogos del código de Ur-Nammu y del código de Hammurabi, queda

explícito que los reyes consideraban como parte de su papel de “soberanos sabios” el proteger los

derechos de las clases vulnerables (Jhon H. Walton, 2004). Los pobres, viudas y huérfanos debían

tener un trato especial. Similarmente, estatutos individuales en varias leyes asirias, protegían los

derechos de las viudas a casarse de nuevo y a recibir ayuda cuando su esposo prisionero es dado

por muerto.
La literatura de los pueblos del antiguo Oriente en ocasiones, toma en cuenta a los extranjeros en

referencias aisladas incluidas entre sus plegarias y refranes. Entre sus versos piden un trato

humanitario para el extranjero, pero como un favor, no como un derecho que tiene el extranjero.

Las leyes de las culturas circundantes al Israel antiguo, no dicen nada acerca del status legal de los

extranjeros (Kidd, José E. Ramírez, 2005). Al contrario, en Israel, los textos que tratan sobre los

extranjeros, en su mayoría son leyes. En toda la Toráh, se encuentran más de 200 referencias

(Groves-Wheeler, 1991-2012). Por lo tanto, el status que posee el extranjero en los escritos

veterotestamentarios, es una característica única y distintiva del resto de las culturas del Antiguo

Cercano Oriente.

Otro aspecto distintivo, es la esclavitud. En Mesopotamia, un esclavo (generalmente producto de

un conflicto bélico) podía ser liberado por su amo o podía comprar su libertad. Las leyes de

Hammurabi establecían un límite de tiempo de tres años para una deuda por esclavitud. En cambio,

en Israel la servidumbre solo duraba seis años, las leyes israelitas tienden a ser más humanas. Por

ejemplo, ningún esclavo debe permanecer en servidumbre ilimitada, sin la autorización del esclavo

mismo. También si eran fugitivos no era imperativo devolverles a sus amos. Cuando un amo

golpeaba a un esclavo hasta matarlo, se imponía una pena no especificada. Sin embargo, no había

pena si el esclavo se recupera del castigo. Se asumía que el dueño tenía derecho a disciplinar a sus

esclavos, ya que ellos eran de su propiedad (Éxodo 21.20-21).

Por otro lado, en el Antiguo Cercano Oriente se hacía mucho énfasis en la responsabilidad

personal. El principio legal que regía, se le llamó ley de talión “ojo por ojo”, el cual se basaba en

la idea de reciprocidad y retribución apropiada. En la mayor parte de los casos se aplicaba en los

intentos premeditados de daño. A fin, de proteger a la persona y su capacidad para el trabajo, se


escribieron detallados códigos para tratar sobre todo daño concebible producido por mano humana

o por la propiedad de alguien. Un ejemplo emblemático es el del buey corneador. Este aparece en

las leyes de Esnuna y el código de Hammurabi (Jhon H. Walton, 2004), donde la pena por permitir

que un corneador reconocido fuera dejado suelto, era una multa. Sin embargo, el ejemplo bíblico

es más severo y exige la muerte tanto del animal como del amo.

En definitiva, existen vastas convergencias y divergencias entre el libro del pacto y los códigos

penales circundantes al Israel antiguo. Las diferencias consagran los escritos mosaicos como

inspirados y divinos, y las semejanzas les hacen cercanas, humanas y encarnadas.

BIBLIOGRAFÍA

Cordero, M. G. (1977). Biblia y Legado del Antiguo Oriente. Madrid: Editorial Católica.

Groves-Wheeler. (1991-2012). Westminster Hebrew Morphology. Philadelphia: Westminster

Theological Seminary.

Hatton, N. D. (1999). A handbook on Exodus. New York: United Bible Societies.

Jhon H. Walton, V. H. (2004). Comentario del Contexto Cultural de la Biblia. Texas: Mundo

Hispano.

Kidd, José E. Ramírez. (2005). Las Leyes del Antiguo Testamento. En E. S. Cetina (Ed.),

Descubre la Biblia I: La Biblia es literatura. Miami, Florida: Sociedades Bíblicas

Unidas.

Ramírez-Kidd, J. E. (2009). Para comprender el Antiguo Testamento. San José, Costa Rica:

Editorial Sebila.

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