Está en la página 1de 2

Nombre: Eliana Fuentes García ID: 000404126

CAPITULO PRIMERO
LO IRREPARABLE

Creo que es algo difícil escribir sobre este primer capítulo, no por la dificultad de análisis
o por lo extenso del mismo sino por los efectos que ocasiono en mi al leer cada línea y
cada párrafo, ya que es imposible no recordar el fallecimiento de la persona más
importante en mi vida “mi mamá”.

La historia que se relata es bastante fuerte y diría que representa la historia de muchas
personas al tener que vivir con el suicidio o la muerte de un ser querido, pienso que es
uno de los momentos más difíciles por lo que el ser humano puede pasar y más cuando
se trata como en este caso de aceptar que un hijo ya no lo volverás a ver y que su presencia
y su olor se ira desvaneciendo poco a poco. Todo comienza a parecer irreal, pero al final
es una realidad que uno debe asumir con la mayor valentía posible y con la esperanza de
que algún día estarás nuevamente al lado de aquella persona que un día despediste con
tanto dolor.

Algo que me llamo bastante la atención de la lectura es que se menciona una verdad que
actualmente se evidencia en miles de personas como lo es hablar de la muerte por suicidio.
El suicidio es considerado como “el acto voluntario de quitarse la vida de forma violenta”,
sin embargo, el simple hecho de hacer alusión a la palabra “suicidio” manifiesta un
alejamiento de las personas o hasta un mismo rechazo de aceptar la sola palabra. Lo
anterior, lo demuestro en una parte del texto que dice “…Y es que la sola palabra suicidio
asusta a muchos interlocutores. En varios de los correos que recibo se habla de «lo que ha
sucedido», o simplemente se soslaya el hecho mismo con expresiones como «te acompaño en
estos momentos», o «te pienso todo el tiempo» …”

Basándome en los anterior, esta historia marca un antes y un después y muestra como la
vida puede dar un giro de 180 grados en un momento inesperado. La muerte puede
presentarse en el momento donde piensas que todo está bien, pero algo que puedo
rescatar, es que estos sucesos van guiando de forma natural y si conflictos la toma de
decisiones en horizontes vitales compartidos en familia, es decir, la desaparición de un
miembro de la familia posibilita este descubrimiento.

Por último, diría que estoy de acuerdo con lo que se menciona y es que el duelo nos vuelve
momentáneamente libres, donde tenemos nuestro propio espacio, silencio, voluntad y
nuestros propios gestos. El duele nos permite quizás estar en un momento de soledad,
pero de esa soledad donde solo existen nuestras emociones y nuestra existencia que nos
ayudara poco a poco a reconstruirnos más fuertes.

Finalmente, este capítulo me hizo recordar a mi mamá, una mujer fuerte, valiente y
guerrera que tuvo que vivir situaciones bastantes difíciles y dolorosas, pero que al final
una enfermedad se la llevó al cielo con Nuestro Padre Dios, sin embargo, es un dolor que
queda marcado para toda la vida, pero que termina guiándote a ser una mejor persona y a
continuar de una forma más real y más viva basada en los mejores recuerdos y el amor
más grande que pueda sentir.

También podría gustarte