Está en la página 1de 2

María José Campos Jaén 45390357H

2º curso del doble grado GASTRO+ADE

La muerte es uno de los temas más censurados a lo largo de la historia, nuestra


inevitable compañera de vida. Pues, nunca vamos a poder escapar de la muerte,
llegará en algún momento. Lo que nos debe importar no es cuándo llegará ese
momento sino que si cuando llegue ese momento, vamos a estar orgullosos de lo
que hemos vivido y con quién la hemos compartido. Por lo tanto, no debemos temer
a la muerte sino respetarla y vivir nuestra vida orgullosos de nuestros actos.
El otro día tuve la oportunidad de asistir a un minicurso newman en el que hablaban
sobre este tema tan controversial. El profesor Felipe Samarán, en esta charla, nos
contó varios temas relacionados con ella y nos iba enseñando varias obras
arquitectónicas.
Hubo tres cosas que me resultaron muy interesantes sobre su reflexión:
La idea de “Vida resulta”. El profesor nos planteó que nuestra vida no está
realmente resulta hasta que esta se acaba. La sociedad lo suele asociar a tener
estabilidad económica y ser afortunado en el amor, “no tener problemas” a priori en
general. Sin embargo, la naturaleza del ser humano no se ajusta a ello. Pues nunca
se quedará conforme con lo que tiene, siempre querrá más. Forma parte de su
condición de vida. Por lo tanto, la vida resuelta que conocemos y creemos que nos
ayudará a conseguir la felicidad plena no existe. Además, muchas veces nos
olvidamos que esa necesidad de superarnos va muy ligada a nuestro crecimiento y
la búsqueda de sentido, pero no debemos enfocarnos a intentar superar nuestros
límites porque estos no van a dejar de crecer y cambiar.
La idea de “Mundo perfecto” no existe. Hoy en día, vivimos para y por buscar ese
mundo perfecto en el que vamos a ser completamente “felices”. Por ello, a veces
recibimos un golpe de realidad al darnos cuenta de que nuestros deseos no
coinciden con nuestras necesidades. En ese momento se deshace esa idea de
“mundo perfecto”. Porque realmente lo que necesitamos muchas veces no es lo que
deseamos. Aquello que consideramos que es lo que necesitamos puede no
hacernos bien. Y puede ser que nos venga bien conseguir otra cosa. Por ello, no
conseguimos todo lo que deseamos.
Y, por último, la pregunta ¿cuánto vivimos en la memoria? El ser humano tiene la
facultad de recordar y preservar momentos a lo largo de los años. Es nuestra forma
de estar conectados con las personas y con nuestro pasado. Por ello, se podría
decir que, a pesar de fallecer, seguimos vivos en las memorias de aquellos que más
queremos. Vivimos en sus memorias gracias a las huellas que dejamos en los
demás y las emociones que nos hacen ser únicos. El profesor recalca, también, que
el grafiti es una representación de ese anhelo de ser recordado. Pues, todo aquel
que lo hace quiere ser reconocido por sus obras. Sin embargo, es una manera de
ser recordado muy poco personal, ya que eres recordado por personas que ni te
conocen ni van a saber quién está detrás de ese grafiti.
La experiencia que más me ha marcado con respecto a la muerte fue el
fallecimiento de una de las personas que más he querido, mi abuelo. Él fue una de
las personas más bondadosas y sabias que he conocido, además de un ejemplo
total de superación. Pues él empezó no teniendo nada de dinero y gracias a su
esfuerzo y trabajo constante pudo salir adelante con su familia. Por esto mismo, fue
un papel muy importante en mi vida y en todos los que le rodeaban.
Su muerte fue repentina sin previo aviso. Un día, de repente, yendo a comprar el
pan y a buscar los periódicos como de costumbre, le dio un ataque al corazón y fue
socorrido por una ambulancia. En ese momento, yo estaba en el colegio y nos
avisaron a mi y a mi hermano de que había pasado algo. Fue terrible para una niña
a mi edad saber que ya no iba a volver a poder ver a su abuelo nunca más, no lo
asimilaba. Esa noche no pude dormir, ya no era la misma. Fue la primera vez que
experimentaba una tragedia así y ya no quería seguir sufriendo.
Lo que me llevó a tener que contrarrestar su pérdida rápidamente sin llegar a
creérmelo aún en esos momentos. Tuve que enfrentarme a muchas etapas de dolor
por su pérdida, de nostalgia y de remordimiento por no haberme podido despedir de
él. A día de hoy, todavía recuerdo su mirada, sus tratos hacia mí y las canciones
que le gustaba en la radio de camino a la playa.
Sin embargo, fue a raíz de su pérdida cuando fui consciente de la capacidad que
tiene la muerte para transformar a las personas. Desde ese momento, empecé a
valorar cada momento que tuvieran con mis seres queridos, a nunca perder los
papeles para hacerles saber lo mucho que les quiero y valorar mucho más las
relaciones más importantes de mi vida. Por lo tanto, comencé a dejar de un lado mis
necesidades personales y priorizar pasar tiempo y conexión de calidad. Así, se
podría decir, que su pérdida me convirtió en una mejor persona con una vida más
plena y mucho más significativa. Pues, uno de los mayores miedo que tengo con
respecto a la muerte es no poder despedirme bien de esas personas o no ser
capaz de decirles todo lo que quiero antes de que se vayan.

Además, esta experiencia me ha ayudado a desarrollar una mayor empatía hacia


los demás. Dándome cuenta de que todos pasamos por situaciones de sufrimiento
que nos suponen un reto y nos pueden cambiar la vida. Por lo tanto, ahora soy
capaz de apoyar a los demás en sus momentos más vulnerables.

En conclusión, gracias a la Charla de Newman sobre la muerte, he encontrado un


motivo para reflexionar sobre estos temas ofreciendo mis experiencias personales
relacionadas con la muerte. La muerte, a priori puede ser un tema oscuro y temido
por muchos, pero nos enseña la fugacidad y fragilidad de la vida humana. Ya que
sin previo aviso nos ataca cuando menos la necesitamos. No obstante, la muerte,
desde mi punto de vista, debemos localizarla para mejorar nuestra actitud y poder
sacar una reflexión de ella. Pues, al fin y al cabo, siempre será nuestra fiel
compañera.

También podría gustarte