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Materia:
HUMANOS Y SUS
GARANTíAS.
TAREA 7. DERECHOS DE
SEGURIDAD PUBLICA.
La palabra seguridad proviene de la palabra latina, la cual deriva del adjetivo (de secura)
que significa estar seguros de algo y libres de cuidados. El Estado, como máximo exponente
del poder público y primer regulador de las relaciones en sociedad, no solo establece (o debe
establecer) las disposiciones legales a seguir, sino que en un sentido más amplio tiene la
obligación de crear un ámbito general de "seguridad jurídica" al ejercer el poder político,
jurídico y legislativo.
La seguridad jurídica es, en el fondo, la garantía dada al individuo por el Estado de que su
persona, sus bienes y sus derechos no serán violentados o que, si esto último llegara a
producirse, le serán asegurados por la sociedad, la protección y reparación de aquellos. En
resumen, la seguridad jurídica es la «certeza del derecho» que tiene el individuo de modo
que su situación jurídica no será modificada más que por procedimientos regulares y
conductos legales establecidos, previa y debidamente publicados.
Artículo 13. Nadie puede ser juzgado por leyes privativas ni por tribunales especiales.
Ninguna persona o corporación puede tener fuero, ni gozar más emolumentos que los que
sean compensación de servicios públicos y estén fijados por la ley. Subsiste el fuero de
guerra para los delitos y faltas contra la disciplina militar; pero los tribunales militares en
ningún caso y por ningún motivo podrán extender su jurisdicción sobre personas que no
pertenezcan al Ejército. Cuando en un delito o falta del orden militar estuviese complicado
un paisano, conocerá del caso la autoridad civil que corresponda.
Artículo 13.
El contenido de este artículo es:
2) Prohibición de fueros.
En cuanto a las leyes, este artículo prohibe las llamadas leyes privativas, que obligan a una
persona y pierden su vigencia una vez que son aplicadas. Es decir, sostiene que las leyes
deben ser generales y abstractas, o sea, que deben regir a todas las personas que se sitúen en
el supuesto previsto por la ley y aplicarse a todos los casos previstos por el supuesto legal.
Por el contrario, las leyes privativas son particulares y concretas. Un ejemplo sería una ley
que prohibiera a determinada persona realizar determinada actividad, o que la obligara a
realizarla.
Las leyes privativas son distintas de las leyes especiales, que obligan a una determinada
categoría de personas, por ejemplo a los comerciantes, a los patrones, a los trabajadores. En
estos casos, son generales porque se aplican de modo abstracto a todas las personas que
pertenezcan a cada una de estos colectivos y no sólo a una o a unas cuantas personas dentro
de la misma categoría.
En este artículo se prohíben además los tribunales especiales —también llamados tribunales
por comisión. El propósito es garantizar a las personas un juicio justo en un tribunal
imparcial e independiente que haya sido constituido sin que se supiera de ante-mano a
quién se va a juzgar. En cambio, los tribunales especiales son aquéllos que se constituyen
con posterioridad a la comisión del acto o delito por el que se pretende juzgar a una persona
o a un grupo de personas, de tal manera que no se garantiza la imparcialidad e
independencia del tribunal.
Por último, el artículo prohíbe los fueros, es decir aquellas jurisdicciones especiales a las
que se somete a determinadas categorías de personas. Implica que todas las personas deben
ser enjuiciadas por los tribunales ordinarios o comunes, sin hacer distinciones que
supongan una situación privilegiada o perjudicial para determina categoría de personas.
Por ejemplo, antes existía el fuero eclesiástico, por el cual si un miembro de la Iglesia
cometía un delito, no se le podía acusar ni juzgar ante los tribunales civiles, sino que eran
los tribunales eclesiásticos los que debían juzgarlo.
El único fuero que se preservó es el fuero de guerra o militar, por la necesidad de preservar
la disciplina del ejército, considerando la trascendencia que éste tiene para la protección de
la seguridad nacional. Sin embargo, se establece como un régimen de excepción, de tal
manera que si en un delito cometido por militares también están implicados civiles, el
tribunal competente es el civil. Así se evita que una persona que no está obligada a la
disciplina militar sea juzgada por un tribunal militar.
Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino
mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan
las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con
anterioridad al hecho.
En los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por simple analogía, y aún por
mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al
delito de que se trata.
En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra o a la
interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta se fundará en los principios generales del
derecho.
Artículo 14.
El contenido de este artículo es:
1) Irretroactividad de la ley.
2) Requisitos a la autoridad para ejercer actos de privación sobre los particulares. Garantía
de audiencia.
Así, en este artículo se deja ver que si el Estado rompe con esas limitantes determinadas o
no cumple con los requisitos ahí establecidos, los actos jurídicos que realice carecerán de
toda validez jurídica. En este sentido, las garantías de seguridad jurídica deben definirse
como el conjunto de condiciones, elementos o circunstancias previstas a que debe sujetarse
una autoridad para generar una afectación válida en la esfera del gobernado, la cual está
integrada por un conjunto de derechos.
Esta garantía de audiencia puede ser subdividida en cuatro subgarantías que se refieren a
los requisitos previos que deben cumplirse para que la autoridad pueda realizar un acto de
privación, es decir, afectar a los particulares en su vida, su libertad, sus posesiones o
derechos. Si la autoridad no cumple con las subgarantías que a continuación se enumeran,
ese acto carece de validez y puede ser recurrido por el particular por la vía del juicio de
amparo.
1) El acto de privación que la autoridad pretenda llevar a cabo debe ser precedido por un
juicio.
2) El juicio debe desarrollarse ante tribunales previamente establecidos, es decir, ante
tribunales que no se creen específicamente para conocer de ese acto en particular.
4) El juicio debe regirse conforme a leyes expedidas con anterioridad al hecho. Esta
subgarantía se refiere una vez más a la irretroactividad de la ley, es decir, que el juicio no
puede llevarse con base en leyes emitidas con posterioridad al acto.
Esta misma garantía aplica en los juicios del orden civil; en este ámbito se refiere a que el
juez está obligado a dictar su sentencia conforme a la letra de ley o su interpretación, y en
ausencia de ésta conforme a los principios generales del derecho, entendidos éstos como
aquellos principios que se desprenden del sistema jurídico mexicano.
SIERRA MADERO Dora María, PARA ENTENDER: LA CONSTITUCION POLITICA DE
LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, Ed. Nostra Ediciones, México año 2007, pp. 65-67.
Artículo 15. No se autoriza la celebración de tratados para la extradición de reos políticos,
ni para la de aquellos delincuentes del orden común que hayan tenido en el país donde
cometieron el delito, la condición de esclavos; ni de convenios o tratados en virtud de los
que se alteren los derechos humanos reconocidos por esta Constitución y en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte.
Artículo 15.
El contenido de este artículo es:
El supuesto que contempla este artículo se refiere a las personas que, encontrándose en
territorio mexicano, son requeridas por las autoridades de otros países donde cometieron el
delito que se les imputa, para ser juzgados. La Constitucion prohíbe la extradición de
personas que se ubican en estos supuestos, pues de no hacerlo así, las autoridades
mexicanas estarían participando en la violación de las garantías que nuestra
propia Constitucion establece para toda persona que se encuentre en territorio nacional.
Esto es así porque en nuestro país el derecho a la libre asociación y manifestación de ideas
es una garantía individual, por lo que la existencia de reos políticos implica una vulneración
a ésta. La misma situación encontramos en el caso de los delincuentes que tienen la calidad
de esclavos en el lugar donde cometieron el delito: nuestra prohíbe la esclavitud y por esa
razón, resultaría contradictorio que las autoridades extraditaran a una persona que se
encuentre en el supuesto de este artículo, pues con ello, estarían contribuyendo al retorno
de un estado de esclavitud.
Por último, este artículo prohíbe la celebración de tratados o convenios que vulneren los
derechos y garantías establecidas en la Constitucion. Esto es consecuencia de la supremacía
constitucional, es decir, que la Constitucion está por encima de los convenios y tratados
internacionales y, por ello, éstos no pueden ir en contra de ella.
Toda persona tiene derecho a la protección de sus datos personales, al acceso, rectificación y
cancelación de los mismos, así como a manifestar su oposición, en los términos que fije la
ley, la cual establecerá los supuestos de excepción a los principios que rijan el tratamiento
de datos, por razones de seguridad nacional, disposiciones de orden público, seguridad y
salud públicas o para proteger los derechos de terceros.
No podrá librarse orden de aprehensión sino por la autoridad judicial y sin que preceda
denuncia o querella de un hecho que la ley señale como delito, sancionado con pena
privativa de libertad y obren datos que establezcan que se ha cometido ese hecho y que
exista la probabilidad de que el indiciado lo cometió o participó en su comisión.
La autoridad que ejecute una orden judicial de aprehensión, deberá poner al inculpado a
disposición del juez, sin dilación alguna y bajo su más estricta responsabilidad. La
contravención a lo anterior será sancionada por la ley penal.
Sólo en casos urgentes, cuando se trate de delito grave así calificado por la ley y ante el
riesgo fundado de que el indiciado pueda sustraerse a la acción de la justicia, siempre y
cuando no se pueda ocurrir ante la autoridad judicial por razón de la hora, lugar o
circunstancia, el Ministerio Público podrá, bajo su responsabilidad, ordenar su detención,
fundando y expresando los indicios que motiven su proceder.
En casos de urgencia o flagrancia, el juez que reciba la consignación del detenido deberá
inmediatamente ratificar la detención o decretar la libertad con las reservas de ley.
Por delincuencia organizada se entiende una organización de hecho de tres o más personas,
para cometer delitos en forma permanente o reiterada, en los términos de la ley de la
materia.
Ningún indiciado podrá ser retenido por el Ministerio Público por más de cuarenta y ocho
horas, plazo en que deberá ordenarse su libertad o ponérsele a disposición de la autoridad
judicial; este plazo podrá duplicarse en aquellos casos que la ley prevea como delincuencia
organizada. Todo abuso a lo anteriormente dispuesto será sancionado por la ley penal.
En toda orden de cateo, que sólo la autoridad judicial podrá expedir, a solicitud del
Ministerio Público, se expresará el lugar que ha de inspeccionarse, la persona o personas
que hayan de aprehenderse y los objetos que se buscan, a lo que únicamente debe limitarse
la diligencia, levantándose al concluirla, un acta circunstanciada, en presencia de dos
testigos propuestos por el ocupante del lugar cateado o en su ausencia o negativa, por la
autoridad que practique la diligencia.
Las comunicaciones privadas son inviolables. La ley sancionará penalmente cualquier acto
que atente contra la libertad y privacía de las mismas, excepto cuando sean aportadas de
forma voluntaria por alguno de los particulares que participen en ellas. El juez valorará el
alcance de éstas, siempre y cuando contengan información relacionada con la comisión de
un delito. En ningún caso se admitirán comunicaciones que violen el deber de
confidencialidad que establezca la ley.
Los Poderes Judiciales contarán con jueces de control que resolverán, en forma inmediata, y
por cualquier medio, las solicitudes de medidas cautelares, providencias precautorias y
técnicas de investigación de la autoridad, que requieran control judicial, garantizando los
derechos de los indiciados y de las víctimas u ofendidos. Deberá existir un registro
fehaciente de todas las comunicaciones entre jueces y Ministerio Público y demás
autoridades competentes.
Las intervenciones autorizadas se ajustarán a los requisitos y límites previstos en las leyes.
Los resultados de las intervenciones que no cumplan con éstos, carecerán de todo valor
probatorio.
La correspondencia que bajo cubierta circule por las estafetas estará libre de todo registro, y
su violación será penada por la ley.
En tiempo de paz ningún miembro del Ejército podrá alojarse en casa particular contra la
voluntad del dueño, ni imponer prestación alguna. En tiempo de guerra los militares
podrán exigir alojamiento, bagajes, alimentos y otras prestaciones, en los términos que
establezca la ley marcial correspondiente.
1) Requisitos que deben cumplir las autoridades para ejecutar actos de molestia sobre las
personas, sus papeles y posesiones.
8) Protección de la correspondencia.
9) Casos en los que miembros del ejército pueden solicitar alojamiento y otras prestaciones
a particulares.
En otras palabras, la autoridad siempre debe actuar por escrito y sujetándose a lo que la ley
le permite hacer, es decir, el presidente de la República no puede imponer multas de
tránsito por el simple hecho de que la ley no lo faculta para ello, y por último, la autoridad
debe fundar y motivar sus actos.
2) Motivación: establecer los argumentos que llevaron a la autoridad a emitir esa orden, es
decir, las consideraciones que expliquen a la persona a la cual se le va a molestar, el porqué
se le deben aplicar determinados preceptos legales.
4) Visitas domiciliarias. Las visitas domiciliarias son realizadas por las autoridades
administrativas a efecto de vigilar el cumplimiento, por parte de los particulares, de los
reglamentos sanitarios y de policía.