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Morfofisiología componente

bioquímica practica
Nombres: Angello Moran Malucin -
Docente: Dr. Rafael Useche Mora
Ciclo: 2 Paralelo: D Grupo: 2
VIDEOS ENZIMOLOGÍA CLÍNICA
Causas y consecuencias de las transaminasas altas
Las transaminasas constituyen una de las enzimas esenciales que nuestro organismo requiere
para poder cumplir con sus funciones básicas, para ello se encarga de favorecer la producción
de aminoácidos fundamentales en la síntesis de proteínas que tienen en lugar del hígado. Al
igual, en el caso de las otras enzimas o sustancias, en nuestro cuerpo es importante mantener
unos valores adecuados de transaminasas para evitar que nuestra salud se vea perjudicada.
Aunque una gran parte de las personas acostumbra a reflejar unos niveles bastante altos sin
saber realmente el por qué. A continuación, se presenta las posibles causas que han podido
generar incremento en los valores de transaminasas. ¿Cuáles son los valores normales de
transaminasas? Antes de hablar sobre cuáles son las causas de transaminasas altas, debemos
conocer cuáles son los valores normales que debemos mantener para considerarnos
saludables. Y estos son entre seis y 40 mililitros en el caso de los hombres, y entre seis y 34
mililitros en el caso de las mujeres.
Sin embargo, existen algunos síntomas bastante comunes, tales como ictericia, orina de color
oscuro y heces claras, náuseas y vómitos, fatiga, dolor abdominal, dolor en las articulaciones y
sudoración excesiva, enfermedades asociadas a las transaminasas altas. Un incremento en los
niveles de transaminasas suele asociarse con daños hepáticos y suele relacionarse con hepatitis
viral, lesiones en el hígado por deficiencia de flujo sanguíneo o lesiones causadas por consumo
de drogas o toxinas. Algunas de las enfermedades más comunes que se asocian a las
transaminasas altas son hepatitis viral, hígado graso, cirrosis hepática, quistes y tumores
hepáticos.
¿Qué nos produce un nivel de transaminasas elevado? Generalmente, las transaminasas altas
suelen asociarse con daños hepáticos derivados de hábitos poco saludables, como es el caso del
sedentarismo y la mala alimentación. En fin, algunos de los factores más comunes que suelen
desencadenar un nivel elevado de transaminasas son sobrepeso. Hígado graso. Hepatitis tóxica
o autoinmune. Hepatitis A y B. Cirrosis hepática y hemocromatosis caracterizada por una
inflamación producto de la acumulación de hierro en el hígado, enfermedad de Wilson, anemia,
infarto al miocardio, daños musculares, infecciones psicóticas, tumores o quistes en el hígado,
síntomas de transaminasas altas. En primer lugar, debemos conocer los valores normales de
transaminasas para poder darnos cuenta de así están o no en el nivel adecuado. En el caso de
los hombres está encima, debe estar entre seis y 40 mililitros, mientras que en el de las mujeres
debe estar entre seis y 34 mililitros. Por lo general, cuando se tienen niveles altos de
transaminasas, los síntomas que se desarrollan dependen de una enfermedad subyacente, y es
por ello por lo que algunos pacientes pueden mostrarse completamente sanos, mientras que
otros parecen estar más graves.
Sin embargo, existen algunos síntomas bastante comunes, tales como ictericia, orina de color
oscuro y heces claras, náuseas y vómitos, fatiga, dolor abdominal, dolor en las articulaciones y
sudoración excesiva, enfermedades asociadas a las transaminasas altas. Un incremento en los
niveles de transaminasas suele asociarse con daños hepáticos y suele relacionarse con hepatitis
viral, lesiones en el hígado por deficiencia de flujo sanguíneo o lesiones causadas por consumo
de drogas o toxinas. Algunas de las enfermedades más comunes que se asocian a las
transaminasas altas son hepatitis viral, hígado graso, cirrosis hepática, quistes y tumores
hepáticos. ¿Cómo bajar las transaminasas a través de la dieta? Bien, para bajar las
transaminasas altas, se recomienda incorporar los siguientes cambios en la dieta Evitar los
alimentos muy procesados y con un alto contenido de sal, azúcares y grasas, disminuir el
consumo de alcohol y beber abundante agua. Incrementar la ingesta de frutas evitando
aquellas altas en ácidos orgánicos como el melón y las fresas. Incorporar plantas medicinales
como el diente de león y el cardo mariano, si es posible, en infusiones de tés, consumir
alimentos beneficiosos como las alcachofas, las zanahorias, las remolachas, las espinacas.
Debemos saber que la mayor parte del tiempo, el incremento descontrolado de transaminasas
se debe a enfermedades subyacentes o daños hepáticos, por lo que es importante acudir al
médico para recibir el tratamiento adecuado. Sin embargo, si no existe ninguna condición de
base, existe la posibilidad de bajar las transaminasas altas mediante la alimentación.
Determinación de TGO, TGP y bilirrubina
Las Transaminasas transaminasa glutámico oxalacética (TGO) y transaminasa glutámico-pirúvica
(TGP) son enzimas que se encuentran en células de distintas partes del cuerpo en particular en
el hígado, Cumplen un rol diagnóstico y de monitoreo de enfermedades con daño hepático y
musculares. En un examen para determinar la bilirrubina, se mide el nivel de bilirrubina en la
sangre. La bilirrubina es un pigmento amarillento que se encuentra en la bilis, un líquido
producido por el hígado. La bilirrubina también se puede medir con un examen de orina.
El examen de bilirrubina en sangre se usa para examinar la salud del hígado. También se usa
comúnmente para diagnosticar ictericia en recién nacidos. Muchos bebés saludables tienen
ictericia porque el hígado no ha madurado para eliminar suficiente bilirrubina. Por otro lado, La
TGO y la TGP son enzimas que normalmente se miden con el objetivo de evaluar la salud del
hígado, también conocidas como transaminasas.
La AST es una enzima presente en el hígado y que normalmente se encuentra elevada cuando la
lesión que presenta el hígado es crónica, ya que se localiza en la célula del hígado a un nivel
más interno. Sin embargo, esta enzima también puede estar presente en el corazón, pudiendo
ser utilizada como marcador cardíaco, pudiendo indicar infarto o isquemia.
Como marcador hepático, la AST normalmente se mide en conjunto con la ALT, ya que puede
estar elevada en otras situaciones. Los valores normales de la enzima son entre 5 y 40 U/L de
sangre, pudiendo variar de acuerdo con el laboratorio.
A pesar de que el examen TGO no es muy específico, el médico puede solicitar este examen en
conjunto con otros que indican la salud del hígado como la dosis de gamma-glutamil-
transferasa (GGT), la fosfatasa alcalina (ALK) y, principalmente la ALT/TGP. La AST elevada
puede indicar: Pancreatitis, hepatitis, cirrosis, insuficiencias cardiacas, etc.
La prueba de sangre de AST no requiere ninguna preparación especial. Sin embargo, por lo
general una prueba de AST se realiza con otros exámenes sanguíneos. Usualmente, se
recomienda ayunar (no comer ni beber nada) por hasta 12 horas antes de estos exámenes. Su
profesional de la salud le dirá si debe seguir alguna instrucción especial. Si los resultados no
están dentro de los límites normales, eso no significa necesariamente que se tenga un
problema médico que requiere tratamiento. Hay varios factores que pueden afectar los
resultados, como ciertos medicamentos y su edad, sexo y dieta.
La bilirrubina directa presente en la muestra reacciona con el ácido sulfanílico diazoado,
originando un complejo coloreado que puede determinarse espectrofotométricamente. La
cetrimida solubiliza la bilirrubina indirecta permitiendo su reacción junto con la fracción directa.
Los términos “directa” y “total” se refieren a las características de reacción en presencia o
ausencia de solubilizantes (aceleradores). La bilirrubina “directa” e “indirecta” equivale sólo de
forma aproximada a las fracciones conjugada y no conjugada.
La bilirrubina es un producto de deshecho proveniente del metabolismo de la hemoglobina. Los
hematíes viejos, defectuosos o dañados, son retirados por unas células fagocíticas
(macrófagos). Dentro de estas células la hemoglobina se metaboliza y el hemo se transforma en
bilirrubina, que es liberada a la sangre. Esta bilirrubina es muy poco soluble en agua y para su
transporte en sangre va unida a la albúmina.
Una vez que llega al hígado esta bilirrubina es captada y se une al ácido glucurónico, de forma
que la bilirrubina se hace más soluble. Después, se dirige hacia el intestino. Las bacterias
intestinales metabolizan esta bilirrubina y la transforman en una serie de pigmentos
(urobilinógenos) que son los que les dan a las heces el típico color amarillo marrón. Una parte
de estos urobilinógenos, dado que son más solubles en agua, se reabsorben hacia la sangre y
son eliminados por los riñones a la orina.
Perfil hepático interpretación

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