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Políticas públicas que contribuyan

a la equidad de género: reconocer el


problema para decidir cómo abordarlo

María José Rodríguez*

Una nota de opinión reciente referida a la pro- (Stiegler, 2003) y en la medida que se definan
blemática acuciante de la minoridad vulnerable, como universales deberán pensarse como estra-
sumaba a otras esta reflexión: “Los objetivos de tegias que reconozcan la diversidad de puntos
las políticas públicas no siempre se plasman, de partida de varones y mujeres, que equipa-
menos cuando se refieren a problemas muy ren condiciones y garanticen la igualdad en el
complejos.”1 Una de las complejidades radica, sin acceso y distribución de los recursos.
duda, en la relativa fragilidad del actor afectado
para instituirse como sujeto en condiciones de
demandar a las políticas. Ahora bien, más allá El contexto en el que se busca
de las similitudes y diferencias con la población promover la igualdad de género
alcanzada por las inequidades a las que alude el
presente artículo, la cita es oportuna porque in- La Argentina cuenta con un marco normativo
troduce la cuestión en la que pretende centrarse: de compromisos con la eliminación de todas las
las políticas públicas pueden contribuir a trans- formas de discriminación contra las mujeres
formar situaciones de inequidad cuando buscan asumido desde la Constitución Nacional. En lo
regirse por imperativos de justicia, pero, ¿cómo específico del ámbito laboral, aún con asuntos
pueden ser eficaces frente a problemas sociales pendientes, la legislación propone un adecuado
de naturaleza tan compleja? ¿Qué estrategias, balance entre una orientación protectora y otra
acordes a esa complejidad, pueden contribuir a promotora del trabajo de las mujeres.
trabajar sobre las causas del problema para dis- La preocupación gubernamental por consoli-
minuirlo o eliminarlo? dar políticas de estado que ubican al empleo en
En la Argentina, aún cuando algunos ras- el centro del desarrollo social y el crecimiento
gos del escenario se han modificado, un orden económico y la aspiración de lograr más y mejor
de género que jerarquiza y relega continúa trabajo para todos, trabajo decente tal como pro-
incidiendo en perjuicio de las mujeres y sus pone la Organización Internacional del Trabajo,
oportunidades de trabajo. constituyen un marco propicio para trabajar en
Desde este artículo, se comparte una serie contra de cualquier segregación y discrimina-
de reflexiones acerca de la orientación de las ción. Al definirlo como trabajo productivo en 71
políticas laborales y de empleo, partiendo de condiciones de libertad, equidad, seguridad
la siguiente propuesta: “habría que despedirse y dignidad, el concepto de trabajo decente re-
de la idea de que (estas) políticas son neutras” presenta una directriz explícita para que las

* Especialista en género, trabajo y políticas públicas. Asesora de Gabinete de la Secretaría de Empleo del Ministerio de
Trabajo, Empleo y Seguridad Social. La autora agradece los intercambios y la lectura de Silvana Fernández, Claudia
Berra, Jutta Marx y Hernán de San Fernando.
1
Mario Wainfeld “No liberar hasta que aclare” El País - Opinión - Página 12 - 3/12/2008.

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políticas públicas orientadas a cubrir los défi- mujeres, lo que es relevante porque -como se
cits de trabajo decente y al cumplimiento de los decía al inicio- algunos asuntos públicos que
derechos del trabajo, se formulen atendiendo a afectan a “mayorías” suelen posponerse por
los problemas de inequidad que se identifiquen falta de voz y representatividad del sujeto en
en sus distintos ámbitos de actuación. En este cuestión. Desde estos espacios se puede brin-
sentido, el concepto asume la ausencia de neu- dar además, apoyo técnico y conceptual para
tralidad de las políticas y su potencial capacidad revisar una cultura organizacional que aún
de incidir en la reproducción o en la superación cuando está al tanto de los mandatos, no se
de las inequidades existentes, pero además interroga sobre la relación entre éstos y su
operativiza esta indicación fijando un horizon- tarea o, si lo hace, no logra integrarlo adecua-
te a alcanzar para el año 2015, definido como: damente a su misión.
“... una mayor equidad de género mediante una En otro plano, pero también como rasgo
mejor participación económica de la mujer, una del contexto actual, las perspectivas de avan-
reducción de la brecha salarial entre varones y zar desde el poder legislativo sobre distintos
mujeres, manteniendo los niveles de igualdad de ejes de una agenda de género para el ámbito
género alcanzados hasta el año 2000 en el ám- del trabajo, que se evidencia en la existencia
bito educativo. Como así también, aumentar la y tratamiento de proyectos específicos sobre la
participación de la mujer en niveles de decisión temática o generales (pero con impactos en las
(en instituciones públicas y privadas)”2. condiciones de vida de las mujeres y las relacio-
En nuestro país, la existencia de determi- nes de género), permiten avizorar un ambiente
nación y compromisos políticos a partir de la favorable para avanzar. El desafío pendiente es
adhesión a los mandatos mencionados y del el de recorrer la distancia entre las normas y
aval para integrar perspectiva y objetivos de su aplicación para asegurar el ejercicio de los
equidad de género en las políticas laborales y derechos consagrados. En este desafío el rol
de empleo3, se convirtieron en pilares sustanti- de las políticas públicas y de sus efectores es
vos que ofrecen actualmente un contexto para importante para informar, formar, promover,
poner en marcha y legitimar procesos orienta- vigilar y eventualmente sancionar el incumpli-
dos a trabajar en favor de la equidad de género miento de las disposiciones vigentes en favor de
desde las políticas públicas. la equidad de género y la no discriminación.
Se suman como ventajas destacables la dis- Por último e incluyendo en la caracteriza-
ponibilidad de información para identificar ción del contexto a las políticas y su orientación
las desigualdades de género; la existencia de de promoción de la igualdad, puede evaluarse
un entramado institucional con capacidad de que la incorporación de perspectiva de género
gestión y convocatoria al diálogo en el nivel te- ha estado y está presente desde el discurso y la
rritorial y sectorial, la vocación por recuperar o enunciación. Su inclusión en la planificación, en
consolidar políticas de estado y por enriquecer la previsión de recursos y en la implementación
la institucionalidad que las respalde. El apoyo ha sido escasa. Esta restricción no parece respon-
al funcionamiento de espacios de coordinación der tanto, entonces, a la ausencia de “mandatos”
y diálogo especializados en las temáticas de y herramientas más o menos afinadas para tra-
género y mujeres trabajadoras, constituye un bajar con la cuestión, sino a la reproducción
reaseguro y estímulo importantes. Estos espa- (implícita o manifiesta) de sesgos de género en
cios impulsan la inclusión en la agenda de las la cultura de las instituciones. Es frecuente en-
72 necesidades, demandas y propuestas de las contrar hasta el momento políticas y programas

2
Naciones Unidas, Objetivos del Milenio Nº 4.
3
Acta Acuerdo 57/2008- Creación de la Comisión Tripartita por la Igualdad de Oportunidades y de Trato, convocada y
coordinada por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (Resolución MTEySS 656/2002) dispone en su Art.
2º que se incorpore “la perspectiva de género como enfoque orientador del diseño y gestión de la totalidad de las acciones
de empleo, orientación y formación profesional, así como de las intervenciones que se realicen para promover la mejora
en las condiciones de trabajo, acceso y permanencia en el empleo de la población trabajadora”. Y la Resolución 1095/2007
que crea la Coordinación Equidad de Género e Igualdad de Oportunidades en el ámbito de este Ministerio.
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universales diseñados sin objetivos, resultados inequidad las perjudican en varios de los indica-
y actividades precisas orientadas a la equidad, dores laborales: desempleo, subempleo horario,
junto a proyectos acotados de género o para muje- trabajo no registrado, nivel de ocupación. La
res. El valor de este último tipo de iniciativas es existencia de un mapa del empleo con ac-
producir aprendizaje en materia de estrategias tividades mayoritariamente feminizadas o
y validar su impacto en la población y en los ac- mayoritariamente masculinizadas persiste.
tores. Los antecedentes nacionales demuestran Prueba de ello es que la participación de las mu-
que algunos aprendizajes fueron parcialmente jeres sigue concentrándose en las actividades de
incorporados en las políticas, pero poco a poco, servicios, sector que se ha feminizado aún más
al haber sido integrados como recursos distri- desde el año 2003. El empleo industrial creció,
buidos uniformemente al universo destinatario, pero ellas tienen presencia significativa en sólo
fueron desdibujándose en su intención inicial de algunas pocas ramas de actividad y en general,
equilibrar o compensar inequidades de género o en categorías de baja o mediana calificación
barreras específicas de las mujeres en relación (Novick et al., 2007). El trabajo doméstico “es
al trabajo. Detrás de esta decisión primaría un femenino” y casi en su totalidad, precario.
enfoque que prioriza la redistribución de benefi- Las desigualdades en el acceso al empleo y
cios por sobre el reconocimiento de las distintas a empleos registrados y de calidad, traen con-
situaciones de “injusticia” social, cultural o eco- secuencias que perjudicarán la situación de la
nómica que la política pretende reparar. mayoría de las mujeres luego de la vida acti-
va: las brechas de género y en particular de
ingresos se reproducirán cuando accedan a los
Inequidades de género, beneficios previsionales.
la expresión del problema En la intersección entre el mundo del tra-
bajo y el de la familia se generan inequidades
La mayoría de las mujeres en Argentina debe de género, fundadas en la división del trabajo
enfrentar todavía inequidades en el plano de entre varones y mujeres, que explican en mu-
los ingresos, las oportunidades de acceso a chos casos la situación que se describiera en los
empleos de calidad y el desarrollo de itinera- párrafos anteriores. Entre ellas tal vez la más
rios laborales satisfactorios, aún en un período compleja y menos abordada desde las políticas
sostenido de recuperación de la economía y de (excepto por omisión, lo que también consti-
disminución del desempleo. tuye una política), es la persistencia de una
Con indicadores económicos y de empleo responsabilidad mayoritaria de las mujeres en
favorables desde hace aproximadamente un la organización y gestión de las tareas de cui-
quinquenio (crecimiento del PBI, del empleo in- dado de la familia, con consecuencias luego en
dustrial y de los servicios), la participación de las el armado de su vida personal y -en el caso que
mujeres en la población económicamente activa nos ocupa-, en el armado de su vida laboral,
(aunque se mantiene constante) sigue estando por la segregación (explícita o implícita desde
por debajo de la de los varones. Las mujeres la demanda de trabajo) o la auto exclusión de
tienen buenas o mejores credenciales educati- oportunidades de empleo, formación y carrera.
vas (que los varones) para acceder a puestos de Estrechamente ligado con lo anterior se desta-
supervisión, jefatura, gerenciales y de dirección ca que es enorme el caudal de trabajo femenino
que les deparen mejores ingresos, pero siguen que se realiza sin remuneración alguna y sin ser
siendo minoría en estas categorías. Las brechas contabilizado como aporte en la generación del
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en los ingresos percibidos se registran en su per- producto bruto interno del país. Integran este
juicio sin importar el tamaño de la empresa, la conjunto de actividades desjerarquizadas en el
modalidad de gestión y organización del trabajo, espacio público y muchas veces no vistas como
la presencia relevante de empleo femenino en el trabajo por las propias mujeres, el trabajo domés-
sector o la disponibilidad por parte de las muje- tico en el hogar (contribución a la reproducción de
res de competencias requeridas para el puesto la fuerza de trabajo), el trabajo de “ayuda fami-
al que aspiran o que ocupan. Las brechas de liar” en establecimientos de producción y servicios

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(básicamente en empresas familiares); el trabajo la demanda selecciona para el amplio abanico


rural femenino (infantil o no infantil) invisibili- de las ocupaciones menos calificadas.
zado en el del conjunto del grupo familiar. Al ser Algunas disposiciones de la legislación labo-
consideradas habilidades y “quehaceres” de muje- ral actual refuerzan los estereotipos de género,
res y niñas “naturalmente” asociados a su sexo, se por ejemplo aquellas que continúan engloban-
sobreentiende que este trabajo puede ser realiza- do dentro del capítulo referido al “trabajo de
do por ellas, sin que medie retribución económica. mujeres” las licencias destinadas al cuidado
Pasando a otra expresión de la desigualdad, de los hijos sin avanzar en el reconocimien-
los bajos niveles de participación de mujeres to de las responsabilidades compartidas. Por
en puestos jerárquicos y de decisión que se co- otra parte, algunas interpretaciones erróneas
mentara anteriormente como brecha de género y antojadizas de esa misma legislación sue-
de la estructura ocupacional, se identifican len ser utilizadas desde el sector empleador
también en los espacios de decisión de las or- para fundamentar preferencias de varones
ganizaciones y representaciones gremiales del sobre mujeres en los procesos de selección y
mundo del trabajo. Esta subrepresentación desarrollo de carrera, como por ejemplo las
en relación al peso que tienen como colectivo referidas al ausentismo y al mayor costo labo-
dentro de las organizaciones (en los cargos de ral de las mujeres.
dirección, en las listas para cargos electivos, Para terminar, se ha comprobado que cada
como delegadas -aún siendo afiliadas y activis- aumento de la tasa de actividad de las mujeres
tas en las gremiales de trabajadores/as-, en las ha estado asociada a una crisis –la hiperinfla-
nominaciones como representantes ante ins- ción en el año 1989, el Tequila en el año 1995,
tancias de negociación colectiva), habla de las la recesión iniciada en el año 1998, la crisis con
visiones sexistas sobre los atributos valorados pico en el año 2001– y en general ha sido expli-
para ocupar posiciones de liderazgo en estos cada por su salida al mercado de trabajo para
espacios, de los mecanismos también sexistas compensar la caída de ingresos en sus hogares y
que subsisten en la distribución del poder en el aumento del desempleo de los varones. En el
las instituciones vinculadas al sistema de re- actual escenario de crisis externa, aún conside-
laciones laborales y de la auto exclusión de las rando los resguardos anunciados para conservar
mujeres como espejo de esta valoración (o des- el nivel de empleo, haciendo eje en el apoyo a los
valorización). También, de impedimentos reales sectores y actividades con capacidad de generar-
para participar al tener que conciliar distintas lo y mantenerlo como factor de estabilidad social
tareas. La subrepresentación femenina y la y económica, es necesario incluir un alerta en
falta de sensibilización y debate en torno a las relación a los impactos diferenciales que pueden
condiciones diferenciales del trabajo de varo- acarrear en la situación de empleo y desempleo
nes y mujeres en los sectores, a los obstáculos de varones y mujeres, haciendo un seguimiento
a remontar para mejorar la representación y cercano de esta evolución.
la voz de las mujeres en estos espacios, tienen
consecuencias en el contenido de la agenda que
llevan las organizaciones a los distintos ámbi- El orden de género, naturaleza
tos de acuerdo y negociación. de las inequidades y del problema
Las desigualdades señaladas se profundizan a abordar por las políticas
cuando los estereotipos de género se suman a los
74 de clase en perjuicio de las mujeres pobres por Al parecer las asimetrías vigentes en la estructu-
ingresos, de las que viven en zonas alejadas y ra ocupacional en perjuicio de las mujeres están
marginadas, tienen bajo nivel educativo, son je- fundadas en un orden de género que atraviesa y
fas de hogar con carga de familia, son indígenas, estructura las relaciones sociales. Ese orden de
jóvenes o migrantes. Los estereotipos de género género define atributos e itinerarios más o menos
condicionan el comportamiento de la demanda esperables para varones y mujeres y otorga valor
de trabajo tanto en relación a la oferta femenina a algunos atributos en desmedro de otros. Esta
como masculina. Los de clase se suman cuando atribución y distribución de poder y jerarquías da
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lugar a relaciones sociales de género en el mundo construir itinerarios personales heterogéneos,


del trabajo. cambiantes. En consecuencia es erróneo y para
Según Bárbara Stiegler (2003) “las convic- nada conveniente hacer generalizaciones al es-
ciones relativas a la política de género surgen tilo de “los varones” o “las mujeres”, cerrando
recién a partir del reconocimiento de las rela- de este modo posibilidades y caminos alterna-
ciones de género” y “las transformaciones sólo tivos de desarrollo.
pueden dar resultado cuando (...) permitir la El concepto de género contiene una dimen-
diversidad en el desarrollo de las personas se sión subjetiva que alude a la visión y actitudes
convierte en un objetivo de la política”. Para de los sujetos y otra –objetiva– que se expresa
posicionarse frente al desafío de diseñar y ges- en las decisiones y acciones que adoptan, por
tionar políticas que contribuyan a la igualdad ejemplo, en relación al trabajo: la elección de
y la equidad de género, será importante reco- determinadas opciones profesionales; la moda-
nocer en la naturaleza del problema a abordar lidad de organizar y compatibilizar sus tareas
que los imaginarios que adjetivan a los suje- laborales y extra laborales, la búsqueda de me-
tos y pretenden “moldear” el ser varón o mujer canismos de ascenso o de carrera. Esta visión
se construyeron con el tiempo pero encierran y estas acciones estarían condicionadas por el
–como toda construcción social– posibilidades orden de género al que se hacía referencia más
de cambio. “Las opciones para desarrollar pro- arriba. Estos condicionamientos inciden no sólo
puestas políticas se dan únicamente cuando los en la visión y comportamiento de las personas
roles, las posiciones e identidades que hoy están que integran la oferta de trabajo, sino en las
vinculadas a lo genérico, no se consideran as- visiones y comportamientos de la demanda de
pectos dados, incuestionables por principio”. trabajo y de los distintos sistemas de relaciones
Será necesario advertir que tanto varones sociales en los que las personas y los actores in-
como mujeres participan de un modelo de di- tervienen: la familia, las instituciones sociales,
visión del trabajo estructurado por sexo. “En comunitarias, las regulaciones que actúan en
particular los hombres suelen no ser conscientes estos campos.
de que su realidad vital está acuñada con es- Es sobre la complejidad de este orden de gé-
pecificidad de género. Para ellos, generalmente nero que debe proponerse actuar la política. En
son sólo las mujeres quienes de algún modo se ese marco, la información disponible sobre las
ven afectadas por su sexo”. Los varones están inequidades existentes constituye el punto de
afectados y las mujeres en general se han partida para acotar los ámbitos de intervención,
visto perjudicadas por un sistema “sexo/gé- los resultados a lograr y las estrategias, desde el
nero” que impacta con marcas de inequidad momento mismo del diseño de las políticas.
como las que se han descripto para el caso
de Argentina, en el ámbito del trabajo y las
relaciones laborales. La orientación de las políticas
Este enfoque no niega las diferencias entre y las estrategias
varones y mujeres, pero entiende que fueron
construidas histórica y socialmente y no están Casi la mitad de la población con deseos y
“en la esencia de cada sexo”. Entiende además, necesidad de trabajar y desarrollarse profe-
que la experiencia de las personas y las rela- sionalmente en la Argentina son mujeres. Las
ciones que establecen entre ellas se inscriben políticas públicas laborales y de empleo que se
en contextos específicos, que sumados a otros orientan al universo de los trabajadores –varo-
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ejes de diferencia, como la edad o la posición nes y mujeres– en la medida que se rijan por
social de los sujetos, determinan a su vez otras objetivos e imperativos de justicia, deberán
diferencias al interior del colectivo de cada sexo contribuir a la equidad de género y esta con-
y semejanzas entre ellos. La noción de género tribución constituiría un atributo de calidad de
encierra la noción de diversidad al considerar las políticas.
que varones y mujeres aún cuando estén condi- El ámbito del trabajo produce y reproduce
cionados por fuertes mandatos sociales, pueden inequidades en perjuicio de las mujeres que

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se han comentado en este artículo, y en esta formación para el trabajo. Al promoverse ac-
dirección se cuestionan implícitos sobre la tualmente procesos de mejora de la calidad de
neutralidad de las políticas basados en una su- los servicios públicos que hacen de nexo entre
puesta homogeneidad de la población a la que los actores y las personas con problemas de em-
van orientadas. La ausencia de una mirada pleo o con aspiraciones de progreso, trabajar
deliberada sobre las relaciones de poder y las con el entorno y con las personas reconociendo
segregaciones o discriminaciones que se produ- y valorando la diversidad, debiera constituirse
cen en este ámbito “no impugna la desigualdad” en un componente de la calidad. En las políticas
y en consecuencia “reduce el impacto social, orientadas al sistema de relaciones laborales
político y económico” de las políticas. (Moser, el punto de inflexión, demostrado a partir del
1995). Es en esta dirección que se propone que año 2003, para recuperar instituciones como
no existirían formas y áreas de la política neu- la negociación colectiva, el diálogo sectorial y
trales con relación al género. federal para promover el empleo de calidad,
Al desarrollar el enfoque y las herramientas constituyen del mismo modo vías propicias
metodológicas de la planificación estratégica para la reflexión y el debate sobre aspectos
de género, Caroline Moser (1995) sostiene que centrales de los itinerarios laborales de las per-
“la planificación que excluye a las mujeres no sonas y de sus condiciones de trabajo. En ese
contribuye con su desarrollo, no fortalece la de- marco identificar barreras y discriminaciones
mocracia”. Pero, ¿qué significa incluir objetivos aún vigentes en perjuicio de las mujeres o de
de equidad de género en las políticas? otros grupos (precisando sectores e identifican-
Al acercar la mirada sobre políticas especí- do aspectos específicos a trabajar) representa
ficas, se identifican oportunidades estratégicas un espacio de oportunidad para promover el
para el trabajo “con género”. Las políticas que se debate y encontrar alternativas de solución so-
orienten a modificarlo para promover relaciones lidariamente compartidas entre empleadores,
más equitativas e igualitarias, se deberán pro- organizaciones de trabajadores y Estado.
poner acciones y resultados vinculados entonces Constituye necesariamente un proceso
a estos distintos públicos: las personas –mujeres que, a partir de una decisión política, transita
y varones trabajadores– y las instituciones y los por un camino crítico de revisión, produce la
actores de la producción, el trabajo, todos los apropiación de una perspectiva que orientará
eslabones que intervienen en la cadena de deci- las reflexiones sobre las inequidades existentes
sión y gestión de las políticas. en el ámbito de actuación de las políticas, que
Para atender a las dimensiones subjetivas y identificará sus efectos sobre el desarrollo de la
objetivas de esa construcción social, las interven- vida laboral de varones y mujeres. Esto signifi-
ciones deberán proponer por una parte resultados ca proponerse objetivos, estrategias y medidas
orientados a equilibrar la participación de ambos para revertir situaciones de desigualdad fun-
colectivos en la distribución de los beneficios; pero dadas en el género y otros atributos de las
además o complementariamente, a transformar personas y evaluar los resultados y los procesos
los prejuicios y privilegios que están detrás de las de cambio producidos en los distintos sujetos
brechas de género en el trabajo. Es decir a traba- destinatarios de las políticas: las personas y los
jar sobre los comportamientos, aspectos de orden actores (Marx y Rodríguez, 2008).
más simbólico o cultural que desde la oferta y la Se trata de un proceso que supone decisiones
demanda, que inciden en la persistencia de una de naturaleza política y técnica y de intervencio-
76 división sexual y jerarquizada del trabajo. A esta nes que aquí se presentarán por una parte, como
dimensión más subjetiva corresponden resulta- opciones referidas a las políticas y, por otra, a las
dos de proceso y de cambio. instituciones que abordan su diseño e implemen-
Por ejemplo, las políticas de mercado de tación. Se separan para ordenar las reflexiones,
trabajo abren la oportunidad de remover prác- pero en la realidad operan como pilares e insu-
ticas y prejuicios tanto de la población como de mos complementarios de una estrategia.
las demandas vinculadas a través de procesos Incluir perspectiva y objetivos de equidad de
de orientación, intermediación, colocación y género en las políticas es un proceso que requiere
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de tiempo y compromiso para ponerse en marcha trabajadoras; de salud y seguridad social; de


y arraigarse en la cultura política e institucional. promoción de la participación en espacios de
Aun cuando la secuencia no sea lineal y, según representación y negociación.
el contexto, los pasos iniciales no sean los mis- Para mejorar las oportunidades de acceso de
mos, y se presenten generalmente entrelazados las mujeres a empleos de calidad, será conve-
o superpuestos, nunca en estado “puro”, incluir niente focalizar en aquellos sectores económicos
equidad de género en las políticas requiere de con peso en la generación del empleo global, en
distintos sucesos y condiciones: un contexto so- sectores altamente feminizados o tendientes
cial y normativo favorable; una determinación a feminizarse con una mirada dinámica sobre
de alto nivel expresada como aval y compromiso el movimiento de la estructura ocupacional,
explícito con esos objetivos; la decisión –también previendo al interior de los sectores medidas
política– de valorar y aprovechar las prácticas, orientadas a la oferta y a la demanda de traba-
experiencias y aliados existentes; la definición de jo, que partan de la identificación de asimetrías
procesos que se legitimen y expresen en normas y promuevan la equidad. En relación a las po-
para dar sostenibilidad y visibilidad a los com- líticas de formación y orientación profesional,
promisos; la decisión y el apoyo a acciones de para contribuir a abrir la gama de oportuni-
fortalecimiento y aprendizaje institucional para dades de mujeres (y varones) sin reproducir
encarar el diseño, la gestión y el seguimiento de estereotipos y segmentación por sexo, de gé-
las políticas. nero, es fundamental reconocer desempeños y
En segundo lugar, y ya en lo que refiere a perfiles que “atraviesen” distintos sectores de
la caracterización de las políticas, es impor- actividad y orientar la construcción de itinera-
tante pasar de las enunciaciones generales a rios abiertos de desarrollo profesional.
lo específico y concreto: identificar las políticas Es necesario contar con políticas e inter-
laborales estratégicas para el logro de la igual- venciones hacia el mercado de trabajo que
dad de género, más que plantear un repertorio modifiquen condiciones de trabajo tanto en el
fragmentado de políticas “de género” adicio- sector formal como en el informal y en ambos
nado a la corriente principal de las políticas. rectificar desequilibrios y prácticas discrimina-
Reconocer, por otra parte las articulaciones con torias por razones de género (CIMT/OEA).
otras políticas de estado que pueden remover La focalización de la mirada sobre las causas
barreras a la equidad de género (educativas, de los problemas de inequidad en el mundo del
sociales, culturales, de producción, de infraes- trabajo debería llevar a la articulación con efec-
tructura). La XV Conferencia Interamericana tores de otros ámbitos de las políticas públicas.
de Ministros de Trabajo (CIMT) recomienda en Las condiciones de salud, educación, vivienda,
este sentido que se requieren políticas específi- participación condicionan las posibilidades de
cas para asegurar el respeto y protección de los las personas en relación al trabajo. El merca-
derechos de las mujeres trabajadoras; eliminar do de trabajo a su vez discrimina o incluye en
las restricciones estructurales a la capacidad de función de esos atributos. Es central situarse
las mujeres para ampliar sus oportunidades de más allá del mercado de trabajo para intervenir
empleo así como valorar su contribución al tra- en torno al trabajo. En el caso de las mujeres,
bajo total; aumentar su protección social y las su posición en relación con lo doméstico (pri-
oportunidades de acceso al empleo de calidad; vado) incide en las oportunidades y trayectos
mejorar su capacidad de voz y representación. que se trazan en el mundo público. Las polí-
Estos requerimientos “de equidad” pueden ser ticas de estado aún no se hacen cargo de la
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abordados desde políticas de orientación, for- relevancia de estos aspectos y el argumento de
mación para el trabajo, formación sindical y que están fuera del ámbito de gobernabilidad
empresarial, inspección del trabajo, regulación o competencia sectorial, no impugna esta des-
de condiciones de trabajo, incluídas aquellas igualdad en el punto de partida y deja al sujeto
vinculadas a la remuneración de la fuerza de solo en la resolución de estas problemáticas.
trabajo; políticas de atención a las responsa- Incluir objetivos de equidad de género, impli-
bilidades familiares de los trabajadores y las ca ampliar los marcos conceptuales desde los

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cuales se interpreta, por ejemplo, la situación tivo de los sectores en el acceso a los beneficios
de las personas en relación con la empleabili- del programa o la política; también para eva-
dad. Leer articuladamente las problemáticas luar procesos más cualitativos de cambio en los
del trabajo remunerado y no remunerado en el distintos actores.
caso de las mujeres, podría orientar estrategias Es necesario también transversalizar para
más eficaces de acompañamiento para mejo- identificar, “rastrear” en el abanico de políticas
rar la empleabilidad. Valorizar los saberes de vigentes, aquellas que resultan más estraté-
aquellas mujeres que los fueron adquiriendo al gicas para el abordaje de los problemas más
resolver problemas del ámbito doméstico como urgentes y aquellas que brindan oportunidades
competencias a jerarquizar para el desempeño para actuar y pasar de lo general y abstracto a
en el mundo público, enriquecería su repertorio lo concreto. En este caso se hace referencia a
de habilidades y conocimientos disponibles. aquellas con disponibilidad de recursos; de
Siempre en relación a las políticas, hacer que equipos con compromiso, capacidad o trayecto-
contribuyan a la equidad de género, implica ac- ria; allí donde se releven demandas puntuales
tuar en una doble lógica de trasnversalización de actores –grupos, territorios– afectados.
y focalización. “... Las cuestiones atinentes a las Transversalizar es interrogar y leer en las
mujeres podían aparecer como un pequeño lazo demandas aparentemente “neutras” de los sec-
que adornaba la trenza una vez que ésta ya es- tores huellas de inequidad que impiden alcanzar
taba lista” (Stiegler, 2003). Al comprender que los resultados esperados o alcanzarlos pero par-
ninguna política es neutral en relación con las cialmente, a medias, porque los obstáculos de
necesidades y los impactos diferenciales de gé- algún sector de la población han impactado en
nero que produce, transversalizar o integrar la el resultado final. En este sentido las políticas
dimensión de equidad en las políticas significa: que promuevan la igualdad y la equidad deben
incorporar desde el inicio una perspectiva que reparar en el reconocimiento de la diversidad
evidencie en el diagnóstico las discriminacio- y de los aspectos tangibles e intangibles que
nes o desigualdades fundadas en el género en fundan las desigualdades (Fraser, 2000). El
los distintos ámbitos de actuación. Que para acceso a los recursos que distribuye la política
cada ámbito (promoción del empleo, formación, –una mejora en el ingreso, la entrada a la for-
regularización del empleo) se fijen e incluyan mación, a recursos económicos para poner en
objetivos congruentes con las asimetrías de marcha alternativas de empleo–, puede no ser
género que se identificaron en el diagnóstico. alcanzado o mucho menos sostenido en el tiem-
Luego, que como parte de su planificación, se po si en paralelo esta distribución de beneficios
analicen y decidan las estrategias más adecua- no se complementa con medidas tendientes a
das para intervenir sobre los problemas4. transformar los aspectos (no materiales, rela-
Es necesario focalizar para incluir acciones cionales, diferencias de poder) que constituyen
específicas que reparen barreras y equiparen las causas “arbitrarias e injustas”de la discri-
puntos de partida desventajosos; para verificar minación (CIMT/OEA). Las políticas públicas
resultados y transformaciones en la práctica deben equiparar condiciones, para que las per-
de varones y mujeres, actores y equipos ins- sonas aprovechen las oportunidades que pone
titucionales; para dimensionar las acciones a disposición la política.
observables desarrolladas por los sujetos (ac- Esto también implica como opción estraté-
tividades de búsqueda de empleo, trayectos de gica, modalidades de gestión que valoricen e
78 formación, cantidad y tipo de empleos obteni- integren la visión de los sujetos sobre los pro-
dos) y para evaluar el cumplimiento de metas blemas y las alternativas de solución. Nos
propuestas tendientes a equilibrar el peso rela- referimos a la visión de las personas (en tanto

4
“El gender mainstreaming consiste en la reorganización, mejora, desarrollo y evaluación de procesos de decisión en todas
las áreas políticas y de trabajo de una organización. El objetivo: ... incorporar el análisis de las relaciones existentes (y
su orientación) entre los sexos en... los procesos de decisión, y hacer que todos los procesos de decisión sean útiles a la
igualdad de oportunidades, (reducción de brechas de inequidad, asimetrías en el acceso a los recursos de las políticas
entre varones y mujeres” (Stiegler, 2003).
Políticas públicas que contribuyan a la equidad de género: reconocer el problema para decidir cómo abordarlo

trabajadoras y trabajadores con problemas de autoridades, empresarios, etc.)”. Con un enfo-


empleo, ingresos o con expectativas de mejorar que similar habría que plantearse las políticas
su desarrollo) como a la de los interlocutores de combate a la discriminación de género y pro-
que desde la demanda (empleadores) o desde ponerse resultados o cambios vinculados a las
las organizaciones del entorno, median en estas relaciones (distribución y asignación de roles y
relaciones sociales, facilitando o entorpeciendo tareas) de las mujeres con su entorno familiar,
mejoras en las condiciones de trabajo y en la con los actores del trabajo, las organizaciones
empleabilidad. Reconocer las expectativas de de referencia. Todos serán considerados pobla-
todos los actores, sus demandas, mitos, sesgos ción a atender desde el programa o medida. Los
de género permitirá anticiparse a los obstácu- resultados en la planificación comprenderán a
los y potencialidades sobre los que trabajará la todos. Se evaluará además, la orientación de los
intervención y diseñar -en consecuencia- herra- cambios producidos en las interacciones entre
mientas adecuadas, ajustarlas y revisarlas con ellos, entre los cuales la disminución de brechas
el tiempo. Por ejemplo, en relación a las polí- de inequidad y segregación ocupacional puede
ticas de formación, promover la inclusión (o el ser una medida.
pasaje) de las mujeres por ámbitos concretos de Si se proponen procesos y resultados en el
trabajo, “les permitirá experimentar sesgos de corto, mediano y largo plazo, la planificación
género, formas de resolver problemas, adquirir debe incluir desde el diseño parámetros, instru-
nuevos hábitos en situaciones reales de trabajo, mentos, recursos, tiempo para el monitoreo y la
adquirir seguridad y consolidar decisiones res- evaluación. El propósito es aportar a construir
pecto a la ocupación para la cual se formaron; nuevas relaciones de género, más paritarias y
y a los empleadores reconocer los desempeños menos jerarquizadas. Evaluar para “registrar”
eficientes de las mujeres que remuevan visiones cambios y no sólo resultados, evaluar también
respecto a atributos asociados a ellas y desvalo- como instancia de reflexión, negociación, apren-
rizados y con esto aumentar sus chances de ser dizaje. En este sentido, es importante integrar
convocadas para un empleo temporal o perma- la “interpretación” del cambio no sólo para la o
nente” (Fernández, 2004). el evaluador, sino también para los actores y la
En relación a los objetivos, aún cuando las población destinataria.
políticas, medidas, programas no son para mu- Si bien, como lo verifican estudios recientes
jeres, ellas integran la población objetivo y en sobre Argentina, los procesos de segregación
consecuencia, los objetivos generales podrán de género se han generalizado y abarcan a los
ser formulados en dirección a eliminar dis- distintos sectores y ramas de actividad -con re-
tintas formas de discriminación o segregación lativa independencia de diferentes factores como
identificadas en el diagnóstico. Además podrán el peso del empleo femenino; el tamaño, locali-
plantearse como objetivos específicos, algunos zación y modalidad de organización del trabajo
orientados a por ejemplo, “visibilizar, modificar en las empresas- el abordaje desde las políticas
o potenciar necesidades básicas o estratégicas debe ser “situado”. Reconocer las particulari-
de las mujeres” (Fernández, 1998). dades, tradiciones, matices y la dinámica que
Como hemos señalado, un rasgo estratégico asume la segregación y discriminación de géne-
en la orientación de las políticas que promuevan ro en sectores, empresas y contextos específicos,
la igualdad es considerar que el público destina- para contribuir a la eficacia de las medidas.
tario no son sólo las personas (varones, mujeres En cuanto a las intervenciones enfocadas al
trabajadores/as, en este caso) sino sus interac- andamiaje institucional que pusiera en marcha
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ciones, sus relaciones. En un artículo referido y sostuviera el compromiso con las políticas de
a las políticas de alivio a la pobreza, Dagmar igualdad, es importante señalar que para ha-
Raczynski (2002) señala que para “modificar cerle frente al orden de género se necesita de
estas relaciones (sociales) se requiere trabajar y instituciones fortalecidas para promover los
modificar actitudes, disposiciones (...) de los sec- cambios. El fortalecimiento institucional es otro
tores pobres y, más importante, de los sectores pilar de la estrategia y es condición para pasar
no pobres (funcionarios, profesionales y técnicos, del compromiso formal al real, para aplicar los

Revista de Trabajo • Año 4 • Número 6 • Agosto - Diciembre 2008


María José Rodríguez

mandatos incluidos en las normas y darle sos- cuando se involucran los y las responsables
tenibilidad. También para estar cerca de las técnico-políticos del diseño y la implementa-
demandas y necesidades más urgentes que per- ción de las políticas. Las áreas especializadas
mitan priorizar, revisar y adecuar los objetivos en género procurarán acercar herramientas
de las políticas. conceptuales, experiencia, propuestas que se-
Los problemas afectan a la población, pero rán ajustadas en el trabajo conjunto con los
están relacionados con una cierta mirada de equipos “de línea” de las instituciones.
género que atraviesa a las instituciones que Las áreas de género o las personas con tra-
trabajan con ella, lo que lleva a decir que las yectoria en los estudios de género y de enfoques
instituciones como las personas, están “ge- y metodologías como la planificación y el análi-
nerizadas”. Difícilmente los gestores de las sis de género, –por su parte– deben “ser capaces
políticas estén en condiciones de “ampliar las de leer las reglas de juego y de poder imperan-
miradas sobre la realidad, mostrar posibilida- tes en las instituciones para introducir cambios
des objetivas y creíbles de caminos distintos” en la visión sobre las relaciones sociales en las
a las personas o a las organizaciones, secto- que están insertos –las relaciones sociales de
res, empresas, si ellos no se desprenden de género–” (Stiegler, 2005). Este proceso, por el
una mirada sesgada o parcial sobre las po- carácter socialmente construido del género re-
sibilidades de las personas en su diversidad, quiere de acompañamiento y valorización de
si no se apropian de una conciencia que los los saberes que brindan oportunidad al género
haga sensibles a esta diversidad y a su poten- en la institución. Se trata de un cambio y de un
cial, independientemente de su sexo, edad, enriquecimiento de la mirada que, como inci-
posición social. Las instituciones pueden de no sólo en la apreciación de las relaciones y
aprender a trabajar desde una visión más en- situaciones de otros, sino en la subjetividad y
riquecida y disponer de “competencias” que las prácticas de mismos/as “gestores y deciso-
les permitan planificar y gestionar las políti- res”, puede ofrecer resistencias. Seguramente
cas y los proyectos en dirección a promover la se dará por avances sucesivos la necesidad de
igualdad de género. apropiarse de este cambio de enfoque para com-
En las instituciones, incorporar perspectiva prender el impacto positivo que genera en la
de género en el diseño y gestión de las políticas calidad de la gestión que se emprende.
suele ser percibida como una tarea adicional a las El compromiso con la búsqueda de la equi-
múltiples exigencias que enfrentan los equipos dad constituye una opción política, fuertemente
técnicos en el marco de sus labores cotidianas. En enraizada al compromiso con la búsqueda de
general se registra un parcial desconocimiento justicia. Para que el Estado asuma el desa-
acerca del significado de esta perspectiva, tanto fío de recuperar y promover en la sociedad el
en términos conceptuales como en función de su valor del trabajo como eje estructurante de la
instrumentación en la práctica5. ciudadanía, convocando en este desafío a los
Consolidar un marco favorable para abordar sectores, las políticas públicas deberán facili-
un campo de trabajo complejo requiere de un tar desde su orientación, el avance hacia ese
proceso de fortalecimiento institucional. imperativo. En otro escenario el mercado de
Las recomendaciones de la XV Conferencia trabajo participó activamente en un proceso de
Interamericana de Ministros de Trabajo inclu- restricción y achicamiento de la ciudadanía. En
yen al fortalecimiento institucional como una el actual contexto garantizar el acceso a ese re-
80 estrategia central para que las políticas labo- curso en condiciones de equidad, reparando en
rales y de empleo estén en condiciones de ser las diferencias y obstáculos aún presentes para
transversalizadas y orientadas a la búsqueda algunos sectores de la población, representa un
de la equidad de género. Aún cuando se re- criterio rector de las políticas y en particular
quiera del apoyo de puntos focales de género, de las políticas que regulan el ámbito del tra-
la tarea desde estos espacios tiene impacto bajo. Abordar la transformación de las causas

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Proyecto Políticas de Empleo para la Equidad de Género, Raza y Etnia - MTEySS-OIT - Informe de Gestión, 2008.
Políticas públicas que contribuyan a la equidad de género: reconocer el problema para decidir cómo abordarlo

que desde la oferta y la demanda de trabajo re- para la Formación Técnica de Mujeres de Bajos Ingresos
(2001). “El Proyecto Ocupacional. Aportes conceptuales
producen inequidades fundadas en el género, y metodológicos para el desarrollo del proyecto ocupa-
además de una toma de posición plantea desa- cional como estrategia de articulación de la orientación
fíos de nivel técnico a las instituciones y a las laboral y la formación profesional”, Argentina.
Moser, Caroline (1995). “Planificación de género y desarro-
políticas. Convoca a revisar críticamente lo que llo: teoría, práctica y capacitación”. Red entre Mujeres
se hace y a construir a partir de allí, un enfo- Flora Tristán, Lima, Perú: http://www.google.com.ar/se
que y una modalidad de intervención basados arch?hl=es&q=Moser%2C+Caroline&btnG=Buscar+con
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