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INVESTIGACION ORIGINAL
publicado: 10 de enero de 2018
doi: 10.3389 / fnbeh.2017.00258

Los aspectos metacognitivos de la función

ejecutiva están altamente asociados con el
funcionamiento social en las medidas
calificadas por los padres en niños con
trastorno del espectro autista
Tonje Torske 1*, Terje Nærland 2, 3, Merete G. Øie 4, 5, Nina Stenberg 6 y Ole A. Andreassen 3

1 División de Salud Mental y Adicciones, Vestre Viken Hospital Trust, Drammen, Noruega, 2 Departamento de Trastornos Raros y Discapacidades
de NevSom, Hospital Universitario de Oslo, Oslo, Noruega, 3 NORMENT, KG Jebsen Center for Psychosis Research, Universidad de Oslo y
Hospital Universitario de Oslo, Oslo, Noruega, 4 Departamento de Psicología, Universidad de Oslo, Oslo, Noruega,
5 Departamento de Investigación, Innlandet Hospital Trust, Lillehammer, Noruega, 6 División de Salud Mental y Adicciones, Hospital
Universitario de Oslo, Oslo, Noruega

El trastorno del espectro autista (TEA) se caracteriza por una disfunción social. Aunque se ha reconocido
que la disfunción ejecutiva es importante para comprender el TEA, los hallazgos son inconsistentes. Esto
podría deberse a diferentes definiciones de función ejecutiva (FE), qué parte de la FE que se ha estudiado,
tareas estructuradas versus no estructuradas, inclusión de diferentes moderadores (edad, CI, sexo) y
Editado por:
Lynne Ann Barker, diferentes categorías diagnósticas dentro del espectro. El principal hallazgo es que las personas con TEA
Universidad de Sheffield Hallam,
tienen más dificultades de EF que los controles normales y más dificultades en tareas abiertas que en
Reino Unido
tareas cognitivas estructuradas. Dado que algunas dificultades de FE pueden no ser observables en un
Revisado por:
Christos Frantzidis,
entorno de laboratorio, las medidas de los informantes pueden tener mayor validez ecológica que las
Universidad Aristóteles de Tesalónica, pruebas neuropsicológicas. La evidencia sugiere que las disfunciones ejecutivas están asociadas con
Grecia
impedimentos sociales, pero pocos estudios han investigado los detalles de esta relación y no está claro
Margot J. Taylor,
Hospital para niños enfermos, Canadá qué tipos de déficit de FE son relevantes para los problemas sociales de las personas con TEA. Aquí

* Correspondencia: investigamos qué dominios de EF estaban asociados con varios dominios de función social en medidas
Tonje Torske calificadas por los padres. Se incluyó a un total de 86 niños y adolescentes con diagnóstico de TEA y se les
tonje.torske@vestreviken.no
evaluó la capacidad cognitiva general. Los padres completaron el Inventario de Calificación del

Recibió: 15 de marzo de 2017 Comportamiento de la Función Ejecutiva (BRIEF) y la Escala de Respuesta Social (SRS). El análisis de
Aceptado: 19 de diciembre de 2017 regresión múltiple reveló asociaciones significativas entre las puntuaciones de la SRS y la edad, el sexo, el
Publicado: 10 de enero de 2018
coeficiente intelectual total y los índices BRIEF. El Índice de Metacognición del BRIEF contribuyó
Citación:
significativamente a la predicción de la puntuación total de la SRS y las subescalas Comunicación social,
Torske T, Nærland T, Øie MG,
Stenberg N y Andreassen OA Motivación social y Manierismos autistas. Los hallazgos sugieren que los aspectos metacognitivos de la FE
(2018) Aspectos metacognitivos de
son de particular importancia para las habilidades sociales en niños y adolescentes con TEA.
La función ejecutiva está altamente
asociada con el funcionamiento social en Investigaciones anteriores han demostrado que los niños con un desarrollo típico (TD) tienen una relación
Medidas calificadas por los padres en los niños diferente entre la FE y la función social que los niños con TEA. Descubrieron que en los niños con TD el
con trastorno del espectro autista.
dominio EF relacionado con la regulación del comportamiento era más
Parte delantera. Behav. Neurosci. 11:
258. doi: 10.3389 / fnbeh.2017.00258

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Torske y col.
importante para la función social. Los resultados del estudio actual pueden tener implicaciones para comprender
los componentes cognitivos de los problemas sociales que definen el TEA y pueden ser relevantes en el desarrollo
de intervenciones clínicas de EF más específicas relacionadas con las disfunciones centrales del TEA.
Palabras clave: función ejecutiva, función social, trastorno del espectro autista (TEA), inventario de calificación del comportamiento de la función
ejecutiva, escala de capacidad de respuesta social
INTRODUCCIÓN
El trastorno del espectro autista (TEA) se caracteriza por déficits
persistentes en la comunicación social y la interacción social en múltiples
contextos, y patrones de comportamiento, intereses o actividades
restringidos y repetitivos (Asociación Estadounidense de Psiquiatría, 2013).
Los déficits de la función ejecutiva (FE) son comunes en niños con TEA (
Pennington y Ozonoff, 1996; Hill, 2004; Geurts et al., 2014a), pero no forma
parte de los criterios de diagnóstico. Además, la FE se correlaciona
fuertemente con el comportamiento adaptativo (Gilotty y col., 2002) e
influye en la calidad de vida (CdV) en niños con TEA (de Vries y Geurts, 2015
). La EF se define a menudo como el proceso de autocontrol y
autorregulación físicos, cognitivos y emocionales que son necesarios para
mantener una conducta eficaz dirigida a objetivos (Pennington y Ozonoff,
1996; Corbett y col., 2009; Diamante, 2013). EF comprende varios
componentes que incluyen inhibición, memoria de trabajo, flexibilidad,
control emocional, iniciación, planificación, organización y autocontrol (
Miyake y col., 2000; Hill, 2004). Aunque se ha reconocido que la disfunción
ejecutiva es importante para comprender el TEA, los hallazgos son
inconsistentes (Van Eylen y col., 2015). Una explicación podría ser que EF es
un término general que comprende varios componentes y los
investigadores se han centrado en diferentes subdominios. Se han escrito
metanálisis y revisiones sobre dominios como la inhibición y el control de
interferencias (Geurts y col., 2014b), flexibilidad cognitiva (Leung y
Zakzanis, 2014) y memoria de trabajo en ASD (Barendse y col., 2013; Wang
et al., 2017). Todos concluyen que los pacientes con TEA tienen déficits de
FE dentro de las áreas investigadas, pero no todos encontraron diferencias
entre TEA y controles normales en las pruebas neuropsicológicas. Además,
las dificultades más consistentes y sorprendentes se observan en tareas
que tienen una estructura abierta, carecen de instrucciones explícitas e
involucran reglas arbitrarias (White, 2013; Van Eylen y col., 2015). Por lo
tanto, se sugiere que parte de la inconsistencia se debe a diferentes tipos
de medidas (medidas de los padres frente a pruebas neuropsicológicas).
Las personas con TEA a menudo muestran déficits pronunciados de EF en
la vida diaria, mientras se desempeñan adecuadamente en tareas
neuropsicológicas altamente estructuradas (Kenworthy y col., 2008). La
presencia de comorbilidades como el trastorno por déficit de atención con
hiperactividad (TDAH) también aumenta el riesgo de dificultades de FE (
Craig et al., 2016). La mayoría de las investigaciones se han centrado en
datos de evaluaciones neuropsicológicas de FE y / o en cómo el deterioro
de FE se relaciona con un diagnóstico de TEA (Hill, 2004; Leung et al., 2015).
Dado que algunas dificultades de FE pueden no ser observables en un
entorno de laboratorio, las medidas de los informantes pueden tener
mayor validez ecológica que las pruebas neuropsicológicas (Kenworthy y
col., 2008). Por esta razón, se han desarrollado cuestionarios para
investigar los déficits de FE en entornos de la vida cotidiana.
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Función ejecutiva y social en TEA
(Gioia et al., 2000). Una escala de uso frecuente es el Inventario de
Calificación de Comportamiento de la Función Ejecutiva (BRIEF) (Gioia et
al., 2000). El BRIEF se divide en un Índice de Regulación del
Comportamiento (BRI) y un Índice de Metacognición (MI), que juntos
forman un Compuesto Ejecutivo Global (GEC). El BRI comprende la
capacidad del niño para modular tanto el comportamiento como el control
emocional, y la capacidad de moverse con flexibilidad de una actividad a
otra. El IM está relacionado con la capacidad del niño para la resolución
activa de problemas y para iniciar, organizar y monitorear sus propias
acciones (Gioia et al., 2000). En estudios anteriores, las deficiencias en los
aspectos metacognitivos de la FE (IM) han demostrado ser de particular
importancia para el funcionamiento adaptativo en niños con TEA de alto
funcionamiento (Gilotty y col., 2002).
Si bien tanto los déficits sociales como los de EF en los TEA se han
estudiado extensamente por separado, ha habido una investigación
limitada sobre larelación entre EF y función social. Algunos hallazgos
sustentan la relación entre EF y conceptos sociales clave en TEA como
atención conjunta y Teoria de la mente (Tomás). DawsonDawson y col.,
2002) argumenta que el desempeño en tareas de EF prefrontal
ventromedial está fuertemente correlacionado con la capacidad de
atención conjunta en niños pequeños. La atención conjunta es un requisito
previo importante para el funcionamiento social y, a menudo, se ve
afectada en los TEA (Dawson y col., 2002). Pellicano descubrió que las
diferencias individuales en la FE en la vida temprana predijeron cambios en
las habilidades de ToM de los niños (Pellicano, 2010). Esta línea de
investigación se ha basado en gran medida en medidas de laboratorio y
resultados de pruebas neuropsicológicas. Leung y col. exploró el papel de
la FE en el deterioro social en el TEA utilizando medidas basadas en
informantes (Leung et al., 2015). Informaron que tanto el BRI como el MI
del BRIEF predijeron el funcionamiento social en niños con TEA, mientras
que solo el BRI predijo el funcionamiento social en la población general. A
diferencia de,Kenworthy y col. (2009)encontraron que la EF, como la
regulación del comportamiento de BREVE y la fluidez semántica y la
atención auditiva dividida, se correlacionaban con los síntomas autistas. En
una evaluación neuropsicológica objetiva de la FE en niños con TEA,Landa
y Goldberg (2005) no encontraron relación entre la FE y las habilidades
sociales.
Debido a la heterogeneidad de los TEA (Lai et al., 2014), también se
puede obtener más información al estudiar la gama de dificultades
sociales más allá de las categorías de diagnóstico. La escala de capacidad
de respuesta social (SRS) (Constantino y Gruber, 2005), es un cuestionario
diseñado para identificar la presencia y gravedad de las deficiencias
sociales asociadas con el TEA. El SRS consta de cinco subescalas que se
desarrollaron para diferenciar entre las subcategorías de impedimentos
sociales para niños con TEA (Constantino y Gruber, 2005). Esta escala
continua permite la cuantificación de rasgos y se centra en funciones más
relacionadas con las actividades de la vida cotidiana que las herramientas
de diagnóstico podrían
2 Enero de 2018 | Volumen 11 | ARTICULO 258.
Torske y col.
no capturarAchenbach, 2011; Nelson et al., 2016). La mayoría de los
hallazgos apoyan un modelo de un factor de SRS (Constantino et al., 2004;
Bolte y col., 2008), mientras que otros han encontrado evidencia para
varias dimensiones (Nelson et al., 2016). Aunque la mayoría de las
investigaciones con el SRS se han centrado solo en la puntuación total, el
conocimiento sobre cómo las diferentes subescalas se relacionan con la FE
proporcionará un conocimiento nuevo y más diferenciado sobre las
deficiencias sociales en los TEA y puede tener importantes implicaciones
para las intervenciones.
Además, no está claro qué tipos de déficit de FE son más
relevantes para los problemas sociales de los niños y
adolescentes con TEA. Se sabe que el cociente intelectual (CI), la
edad y el sexo son factores que pueden influir en la FE en niños
con TEA, apoyados por hallazgos de déficit de FE crecientes con la
edad (Rosenthal et al., 2013), déficit de FE dependiente del sexo (
Bolte y col., 2011; Lemon et al., 2011; Lehnhardt et al., 2016) y una
relación entre EF e inteligencia (Diamond, 2013; Blijd-Hoogewys
et al., 2014; Rommelse et al., 2015). Por lo tanto, es necesario
aclarar el grado en que el CI, el sexo y la edad influyen en la
relación entre la FE y los problemas sociales.
Existe un mayor interés en las posibles diferencias de sexo en los TEA, ya que
puede haber importantes diferencias biológicas y de comportamiento entre las
niñas y los niños con TEA (Halladay et al., 2015; Lai et al., 2015). Sin embargo,
existen hallazgos inconsistentes con respecto a las diferencias en la composición
de las dificultades de EF en niñas y niños con TEA. Algunos han descubierto que
las niñas tienen más dificultades de EF con la inhibición (Lemon et al., 2011),
mientras que otros informaron que las niñas superan a los niños en las tareas
de EF relacionadas con la velocidad de procesamiento y la fluidez verbal (Bolte y
col., 2011; Lehnhardt et al., 2016). White y col. (2017), mostró que las niñas con
TEA tienen más problemas relacionados con la FE diaria que los niños. Hasta
donde sabemos, no existen estudios de posibles diferencias sexuales en la
relación entre los déficits diarios de EF y la función social relacionada con los
síntomas del TEA. Sin embargo,Bolte y col. (2011)encontraron una correlación
entre las dificultades de FE en las tareas basadas en el desempeño y los
comportamientos estereotipados en los niños.
Una revisión mostró que la FE continúa desarrollándose a lo largo de la
infancia en los niños desarrollados típicamente, alcanza niveles similares a
los de un adulto en la mitad de la adolescencia y que los diferentes
componentes de la FE varían en sus trayectorias de desarrollo (Best y
Miller, 2010). Van den Bergh y col. (2014)descubrió que los problemas de
inhibición en la vida cotidiana eran más pronunciados en los niños
pequeños con TEA y que la planificación era más evidente para el grupo de
mayor edad. Contrariamente a sus expectativas, no encontraron una
relación entre la gravedad del TEA y la FE (Van den Bergh y otros, 2014). En
un estudio longitudinal deAndersen y col. (2015a)La maduración de la
inhibición y la flexibilidad cognitiva desde la niñez hasta la adolescencia se
encontró en los TEA, a pesar de que el grupo de TEA estaba más afectado
en la FE que los niños con desarrollo típico (TD). Llegaron a la conclusión
de que puede haber un retraso en el desarrollo de FE en el TEA y
sugirieron una posible detención del desarrollo de la memoria de trabajo (
Andersen et al., 2015b). Rosenthal y col. (2013)por otro lado, mostró que
había divergencias cada vez mayores con la edad entre los niños con TEA y
CT en las tareas de EF en la vida cotidiana, especialmente en las
habilidades ejecutivas metacognitivas. También informaron problemas
significativos y bastante estables con la flexibilidad en el TEA (Rosenthal et
al., 2013).
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Función ejecutiva y social en TEA
El objetivo del presente estudio fue explorar la relación entre el
funcionamiento social medido con el SRS (puntuación total y las
subescalas de Conciencia Social, Cognición Social, Comunicación
Social, Motivación Social y Manierismos Autistas) y la FE diaria medida
con el BRIEF (los índices BRI e IM) en una muestra clínica de niños con
TEA. También investigamos las posibles diferencias de sexo
comparando niñas y niños, y las posibles diferencias de edad
dividiendo la muestra a los 12 años. Presumimos que existe una
asociación positiva significativa entre los informes de los padres sobre
las puntuaciones de SRS y las puntuaciones BRIEF en niños con TEA,
controlando por edad, coeficiente intelectual y sexo. Además,
planteamos la hipótesis de que tanto el BRI como el MI del BRIEF son
predictores significativos de la puntuación total del SRS.
MÉTODOS
Participantes
El estudio fue parte de la red nacional BUPgen, que recluta pacientes
de los servicios de salud noruegos que se especializan en la
evaluación de TEA y otros trastornos del desarrollo neurológico. La
muestra actual incluyó a 86 niños con TEA, reclutados entre 2013 y
2016 y evaluados entre los 6 y los 18 años. Trece de los niños (15,1%)
tenían autismo infantil, uno tenía autismo atípico (1,2%), 41 (47,7%)
tenían síndrome de Asperger y 31 (36%) tenían un trastorno
generalizado del desarrollo no especificado (PDD-NOS) (tabla 1).
La relación hombre: mujer fue de 2,7: 1. En total, 42 niños fueron
diagnosticados con al menos un trastorno comórbido. El trastorno
por déficit de atención / hiperactividad (TDAH) fue el diagnóstico
comórbido más común, y 28 participantes (32,6%) tenían un
diagnóstico de TDAH en combinación con su diagnóstico de TEA.
Además, dividimos nuestra muestra en; niñas y niños, y dos grupos
de edad por encima y por debajo de los 12 años (6 a 12 años y 13 a 18
años). Nuestra muestra incluyó 23 niñas y 63 niños. No hubo
diferencias significativas entre niñas y niños en cuanto a edad,
coeficiente intelectual o proporción de TDAH comórbido. Más niños
tuvieron un diagnóstico de autismo infantil, pero no hubo diferencias
significativas entre los sexos en la distribución del síndrome de
Asperger o los diagnósticos de PDD-NOS. Había 36 niños en el grupo
de edad más joven y 50 adolescentes en el grupo de mayor edad.
tabla 1). Todos los participantes tenían un coeficiente intelectual
dentro del rango normal basado en una prueba de Wechsler
estandarizada (coeficiente intelectual total≥ 70) y hablaba noruego
con fluidez. El coeficiente intelectual total de los participantes cayó
dentro de 2 desviaciones estándar de la puntuación normal promedio
cuando se incluyen los intervalos de confianza. Los criterios de
exclusión fueron pérdidas sensoriales significativas (visión y / o
audición).
Evaluación clínica
Los niños fueron evaluados por un equipo de médicos experimentados
(psicólogos clínicos y / o psiquiatras infantiles). Las conclusiones diagnósticas
fueron los diagnósticos clínicos de mejor estimación derivados de las pruebas,
los resultados de las entrevistas y las observaciones. Todos los diagnósticos se
basaron en la 10a Revisión de la Clasificación Estadística Internacional de
Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados (CIE-10) (Organización
Mundial de la Salud, 1992) criterios, y los síntomas autistas
3 Enero de 2018 | Volumen 11 | ARTICULO 258.
Torske y col. Función ejecutiva y social en TEA

TABLA 1 | Característica infantil.

Total (norte = 86) Chicas (norte = 23) Niños (norte = 63) pag-valor 6-12 años (norte = 36) 13-18 años (norte = 50) pag-valor

Chicas Chicos 23/63 23 63 25/11 12/38 0.622a

Autismo infantil (F84.0) 13 (15,1%) 1 (4,3%) 12 (19,0%) n/A 7 (19,4%) 6 (12,0%) 0.462a
Autismo atípico (F84.1) 1 (1,2%) 1 (4,3%) 0 n/A 1 (2,8%) 0 n/A

Síndrome de Asperger 41 (47,7%) 12 (52,2%) 29 (47,7%) 0.142a 17 (47,2%) 24 (48,0%) 0.462a

(F84.5) PDD-NOSb (F84.9) 31 (36,0%) 9 (39,1%) 22 (34,9%) 0.142a 11 (30,6%) 20 (40,0%) 0.462a
TDAH comórbidoc 28 (32,6%) 6 (26,1%) 22 (34,9%) 0.604a 11 (30,6%) 17 (34,0%) 0.818a

Significar (Dakota del Sur) Distancia Significar (Dakota del Sur) Significar (Dakota del Sur) Significar (Dakota del Sur) Significar (Dakota del Sur)

La edad 13,0 (2,7) 6–18 13,4 (2,4) 12,9 (2,9) 0.417 10,5 (1,7) 14,9 (1,7) <0,001 *
IQd total 93,4 (14,5) 71-133 89,8 (10,8) 94,7 (15,5) 0,164 93,7 (12,0) 93,1 (16,2) 0,867
Coeficiente intelectual verbal 91,2 (17,9) 58-134 87,4 (15,7) 92,7 (18,6) 0,231 89,9 (15,0) 92,2 (19,9) 0.555
Rendimiento IQ 105,3 (16,3) 59-142 100,5 (11,2) 107,1 (17,5) 0.097 107,2 (15,0) 104,0 (17,1) 0.364

*p <0,01.
n / a, no aplica.
aChi-cuadrado.

BPDD-NOS, trastorno generalizado del desarrollo no especificado.

CTDAH Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.
D CI, cociente de inteligencia.

fueron evaluados utilizando el Programa de observación de con un diagnóstico clínico de trastorno autista, trastorno de Asperger o
diagnóstico de autismo (ADOS) (Lord y otros, 2000) y / o entrevista de casos más graves de trastorno generalizado del desarrollo no especificado
diagnóstico de autismo revisada (ADI-R) (Rutter y col., 2003b) y / o el de otra manera (PDD-NOS). Puntajes T de 60 a 75 representan déficits
Cuestionario de Comunicación Social (SCQ) (Rutter y col., 2003a). leves a moderados en el comportamiento social recíproco que es
Además, la evaluación incluyó un historial médico y de desarrollo clínicamente significativo, lo que resulta en una interferencia leve a
completo, un examen físico y una evaluación del coeficiente moderada en las interacciones sociales cotidianas.
intelectual. El estudio actual incluyó a niños con TEA y TDAH
comórbido. Los resultados de estudios recientes indican que los Función ejecutiva (EF)
trastornos neuropsiquiátricos se superponen con respecto tanto a los Para evaluar EF, los padres completaron la versión para padres del
síntomas como a las causas (Moreno-De-Luca et al., 2013), y tanto los BRIEF (Gioia et al., 2000). El BRIEF para niños y adolescentes de 5 a 18
médicos como los investigadores han reconocido durante algún años incluye formularios para padres y maestros de 86 ítems que
tiempo que el TEA y el TDAH a menudo coexisten (Yerys et al., 2009). permiten a los profesionales evaluar los EF cotidianos en el hogar y en
En el DSM-5, otros diagnósticos conductuales pueden acompañar a la escuela (Gioia et al., 2000). El BRIEF contiene ocho escalas clínicas
un diagnóstico de TEA, por ejemplo, TDAH (Asociación que se agrupan en un Índice de Regulación Conductual (BRI): Inhibir,
Estadounidense de Psiquiatría, 2013). Cambio y Control Emocional, y un Índice de Metacognición (MI):
Iniciar, Memoria de Trabajo, Planificar / Organizar, Organización de
Medidas Materiales y Monitorear.Puntajes Tde ≥65 se consideran áreas
Función social clínicamente significativas. El Global Executive Composite (GEC) es un
La versión para padres del SRS (desarrollado para el grupo de edad puntaje resumido que incorpora las ocho escalas clínicas. El GEC tiene
de 4 a 18 años) (Constantino y Gruber, 2005) se utilizó para identificar una alta fiabilidad tanto en muestras estandarizadas como clínicas
las dificultades de comunicación social. El SRS se utiliza en la (alfa de Cronbach = 0,80-0,98). El estudio actual utilizó la versión
detección y / o como ayuda para un diagnóstico clínico de TEA y se noruega del formulario de calificación de los padres, que tiene una
compone de 65 preguntas, calificadas en una escala Likert de 4 alta consistencia interna (alfa de Cronbach = 0,76-0,92) (Fallmyr y
puntos. Además de una puntuación total, la SRS consta de cinco Egeland, 2011). Se informan niveles similares para la versión en inglés
subescalas: Conciencia social, Cognición social, Comunicación social, (alfa de Cronbach = 0.80-0.98) (Gioia et al., 2000).
Motivación social y Manierismos autistas. El SRS se ha traducido al
noruego (Ørbeck, 2009). La consistencia interna es alta, tanto en
muestras basadas en la población como en muestras clínicas (alfa de Cociente de inteligencia (CI)
Cronbach = 0,93-0,97) (Constantino y Gruber, 2005). La confiabilidad y El coeficiente intelectual se evaluó mediante pruebas de inteligencia Wechsler

validez del SRS han demostrado ser satisfactorias tanto en muestras apropiadas para la edad (Wechsler, 2002, 2003, 2008).

clínicas como poblacionales en Europa y EE. UU. (Bolte y col., 2008;

Wigham y col., 2012), y se correlacionan bien con las puntuaciones de Análisis estadístico
la entrevista de diagnóstico de autismo revisada (ADI-R) (Constantino Los análisis de datos se realizaron utilizando el paquete estadístico
et al., 2003). Puntajes T de ≥76 están fuertemente asociados IBM SPSS Statistics para Windows, versión 23.0 (SPSS, Inc.,

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Torske y col.
Chicago, Illinois). Se realizaron análisis descriptivos y correlaciones
bivariadas. Independiente de Pearsont-La prueba se utilizó para
comparar medias entre niñas y niños, y los dos grupos de edad. Se
utilizó Chi-cuadrado para las tablas cruzadas para investigar las
diferencias en la distribución de los diagnósticos de autismo y el
TDAH comórbido. Las diferencias entre los coeficientes de correlación
de los subgrupos se calcularon utilizando http://vassarstats.net/rdiff.
html (de dos colas). Debido a los pequeños tamaños de los subgrupos
y la ausencia de diferencias significativas entre los coeficientes de
correlación, los análisis de regresión se realizaron sobre la muestra
total y el sexo y la edad se incorporaron como variables
independientes. Se cumplieron los supuestos de linealidad,
multicolinealidad, independencia de errores, homocedasticidad,
puntos inusuales y normalidad de residuos. Se realizaron análisis de
regresión múltiple separados para explicar la varianza en las
puntuaciones de SRS (total y subescalas) de edad, sexo, CI total y
BREVE (subescalas BRI y MI). La corrección de Bonferroni se utilizó
para corregir el nivel de significancia para comparaciones múltiples
en todos los análisis de este documento, y elp < 0.01 nivel (p < 0.05 / 5
= p < 0,01) se utiliza en todos los análisis de regresión. losp < El nivel
0.003 se utiliza para los análisis de correlación (p < 0.05 / 18 = p <
0,003). Para todos los demás análisis (t- pruebas, Chi-cuadrado y
diferencia entre coeficientes de correlación) utilizamos p < 0,01.
Consideraciones éticas
El estudio fue aprobado por el Comité de Ética Regional y la
Inspección de Datos de Noruega (REK # 2012/1967), y se llevó a cabo
de acuerdo con la Declaración de Helsinki de la Asamblea de la
Asociación Médica Mundial. El estudio se basa en pruebas que se
incluyen en la evaluación clínica regular. Se ofreció información al
paciente, la familia y la red profesional que los rodeaba sobre los
resultados de las pruebas, el proceso de diagnóstico y las
intervenciones recomendadas. Se obtuvo el consentimiento
informado por escrito de todos los participantes individuales incluidos
en el estudio.
RESULTADOS
Puntajes SRS y BREVE
La puntuación total media de SRS estuvo en el rango severo (Puntuación T =
78,5). La puntuación media más alta fue en la subescala de Manierismos sociales
(Puntuación T = 80,3). La puntuación media más baja fue en la subescala de
conciencia social (Puntuación T = 65,3). Las medias y las desviaciones estándar
para la puntuación total de SRS y las subescalas de tratamiento se muestran en
Tabla 2.
Los resultados del BRIEF estuvieron en el rango clínicamente
significativo en los índices BRI (Puntuación T = 68,5) y GEC (Tscore = 67,1).
La puntuación media de MI del BRIEF fueTscore = 64,4. La puntuación
media más alta se encontró en la subescala Shift (Puntuación T = 72,2), y la
puntuación media más baja se encontró en la subescala Organización de
materiales (Puntuación T = 54,7). Todas las demás subescalas tenían
Puntuación T promedios entre 62 y 67 (Tabla 2).
No hubo diferencias significativas entre niñas y niños en las
puntuaciones BRIEF y SRS. Sin embargo, hubo una fuerte tendencia a que
las niñas tuvieran puntuaciones más altas (más problemas) en el total de
SRS (pag = 0,013) y cognición social (pag = 0.013), y una tendencia a
puntajes más altos en las subescalas de Comunicación Social (pag = 0.032)
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Función ejecutiva y social en TEA
y planificar / organizar (pag = 0,035). No hubo diferencias significativas
entre los dos grupos de edad en las puntuaciones BRIEF y SRS. Sin
embargo, hubo una tendencia a que el grupo más joven tuviera
puntuaciones más altas (más problemas) en la subescala de Conciencia
Social de la SRS (pag = 0,036).
La relación entre el SRS y el BREVE
Hubo un (p < 0,001-0,005) relación entre todas las subescalas de
los índices SRS y BRIEF, excepto la subescala Motivación social del
SRS y el índice BRIEF BRI. La proporción de varianza compartida (r
2) varió entre el 6 y el 37%. La correlación positiva más fuerte se
encontró entre la puntuación total de la SRS y las puntuaciones
del índice BRIEF GEC (r = 0,62,p < 0,001) y MI (r = 0,60, p < 0,001).
También hubo una correlación positiva moderada entre la
puntuación total de SRS y BRI (r = 0,48, p < 0,001). Para conocer
los coeficientes de correlación de Pearson, consulteCuadro 3A.
Las niñas generalmente tenían una relación más fuerte entre el total de
SRS y las puntuaciones del índice BRIEF que los niños (ver Cuadro 3B). Sin
embargo, las diferencias entre los coeficientes de correlación para niñas y
niños no fueron significativas, calculadas usando http: // vassarstats.net/
rdiff.html (to-tailed) (pag = 0,197-0,390). Para las niñas, hubo una relación
fuerte y significativa entre el total de SRS y todos los índices BRIEF. La
proporción de varianza compartida (r2) para las correlaciones para las
niñas fue del 41 al 58%. Para los niños hubo una relación de moderada a
fuerte entre el total de SRS y las puntuaciones del índice BRIEF, y todas las
correlaciones fueron significativas. La proporción de varianza compartida (
r2) para las correlaciones para los niños fue del 24 al 34%.
Para el grupo de edad más joven (6-12 años) hubo una fuerte
relación entre el total de SRS y las puntuaciones del índice BRIEF,
y todas las relaciones fueron significativas. Para el grupo de
mayor edad (13-18 años), la relación entre BRI y SRS total no fue
significativa. Sin embargo, el MI y el GEC mostraron relaciones
significativas con el total de SRS. La proporción de varianza
compartida (r2) para las correlaciones fue 45-61% para el grupo
más joven y 12-23% para el grupo más viejo (ver Cuadro 3B). Las
diferencias entre los coeficientes de correlación entre el grupo
más joven y el más viejo no fueron significativas, pero mostraron
fuertes tendencias en la relación entre SRS total y GEC (pag =
0.021), entre SRS total y MI (pag = 0.024) y SRS total y BRI (pag =
0,044).
Se realizó un análisis de regresión múltiple para identificar las
relaciones entre la puntuación total de la SRS y la edad, sexo, CI total,
BRIEF BRI y BREVE MI. Este modelo explicó de manera
estadísticamente significativa el total de SRS;F(5, 80) = 12,57, p < 0,001,
R2 = 0,440. Solo BRIEF MI tuvo una contribución independiente
significativa a la predicción,pag = 0,001. Este resultado se mantuvo
cuando los niños con TDAH comórbido fueron eliminados del análisis.
Para los niños con TEA sin TDAH (norte = 58), el modelo de regresión
con edad, sexo, CI total, BRIEF BRI y BREVE MI explicó
significativamente el total de SRS; F(5, 52) = 10,31, p < 0,001,R2 = 0,498.
Solo BRIEF MI tuvo una contribución independiente significativa a la
predicción,pag = 0,003. También se realizaron análisis de regresión
con cada subescala de SRS como variables dependientes
5 Enero de 2018 | Volumen 11 | ARTICULO 258.
Torske y col. Función ejecutiva y social en TEA

TABLA 2 | Puntajes T para la Escala de Respuesta Social (SRS) y el Inventario de Calificación del Comportamiento de la Función Ejecutiva (BRIEF).

Total (norte = 86) Chicas (norte = 23) Niños (norte = 63) pag-valuea 6-12 años 13-18 años pag-valor

Significar (Dakota del Sur) Significar (Dakota del Sur) Significar (Dakota del Sur) Significar (Dakota del Sur) Significar (Dakota del Sur)

ESCALA DE RESPONSABILIDAD SOCIAL (SRS)Total

de SRS 78,5 (15,0) 85,1 (16,4) 76,1 (13,8) 0,013 78,7 (14,6) 78,4 (15,4) 0,929
Conciencia social 65,3 (13,4) 68,9 (15,3) 64,0 (12,5) 0,135 68,9 (10,9) 62,8 (14,6) 0,036
Cognición social 74,3 (16,6) 81,6 (19,8) 71,6 (14,5) 0,013 73,1 (17,0) 75,1 (16,4) 0.591
Comunicación social 73,9 (13,8) 79,2 (14,9) 72,0 (13,0) 0,032 75,0 (13,5) 73,2 (14,1) 0.551
Motivación social 78,4 (13,0) 82,8 (10,3) 76,8 (13,6) 0,060 76,7 (12,5) 79,7 (13,3) 0,288
Manierismos sociales 80,3 (17,5) 86,0 (19,4) 78,2 (16,4) 0,068 79,4 (18,3) 80,9 (17,1) 0,714
INVENTARIO DE CALIFICACIÓN DE COMPORTAMIENTO DE LA FUNCIÓN EJECUTIVA (BREVE)

Compuesto ejecutivo global (GEC) Índice de regulación67,1 (11,3)

del comportamiento 67,9 (10,1)
(BRI) Índice de 66,8 (11,8) 0,707 66,7 (12,7) 67,4 (10,4) 0,792
metacognición (MI) 68,5 (13,5) 66,1 (13,1) 69,3 (13,7) 0.328 68,0 (14,2) 68,8 (13,1) 0,801
64,4 (10,3) 67,3 (9,0) 63,3 (10,6) 0.107 64,0 (11,6) 64,6 (9,4) 0,795
Inhibir 63,0 (14,5) 62,1 (15,2) 63,3 (14,4) 0,749 62,6 (13,9) 63,2 (15,1) 0,838
Cambio 72,2 (13,9) 67,6 (12,8) 73,8 (13,9) 0,060 71,4 (14,5) 72,7 (13,5) 0,668
Control emocional 64,7 (12,7) 62,9 (13,2) 65,4 (12,5) 0.433 64,3 (13,8) 65,0 (11,9) 0,823
Iniciado 62,8 (11,1) 63,8 (10,3) 62,4 (11,5) 0.598 60,7 (10,4) 64,2 (11,5) 0,150
Memoria de trabajo 67,2 (10,6) 68,6 (10,0) 66,7 (10,9) 0,460 67,2 (10,4) 67,2 (10,9) 0,982
Planificar / organizar 63,7 (11,0) 67,9 (10,4) 62,2 (11,0) 0,035 63,2 (12,6) 64,1 (9,9) 0,695
Monitor de organización de 54,7 (11,1) 58,5 (9,5) 53,4 (11,3) 0.057 54,3 (12,1) 55,0 (10,4) 0,778
materiales 62,3 (12,2) 63,1 (12,3) 62,1 (12,2) 0,736 62,6 (12,8) 62,2 (11,9) 0,867

*p <0,01.
aSe realizaron pruebas t independientes para comparaciones entre niñas y niños, y entre los grupos de edad de 6 a 12 años y de 13 a 18 años.
Los puntajes T de SRS elevados indican un alto grado de deterioro. Los puntajes T de 76 o más están fuertemente asociados con un diagnóstico clínico de TEA. Los puntajes T de 60 a 75 indican deficiencias en el
comportamiento social recíproco que son clínicamente significativas y dan como resultado una interferencia leve a moderada en las interacciones sociales cotidianas.
Las puntuaciones T BRIEF elevadas indican un mayor grado de deterioro, y se considera que las puntuaciones T de 65 o más representan áreas clínicamente significativas.

TABLA 3A | Asociaciones entre función social (SRS) y función ejecutiva (BRIEF) evaluadas con cuestionarios (norte = 86).

Escala de capacidad de respuesta social (SRS)

SRS Social Social Social Social Autista

total conciencia cognición comunicación motivación manierismos

BREVE Índice de regulación del comportamiento Pearson r 0,48 * 0,33 * 0,46 * 0,47 * 0,24 0,47 *

pag-valor <0,001 0,002 <0,001 <0,001 0,025 <0,001

BREVE índice de metacognición Pearson r 0,60 * 0,36 * 0,54 * 0,55 * 0,46 * 0,57 *

pag-valor <0,001 0,001 <0,001 <0,001 <0,001 <0,001

BRIEF Global ejecutivo compuesto Pearson r 0,61 * 0,39 * 0,56 * 0,57 * 0,41 * 0,58 *

pag-valor <0,001 <0,001 <0,001 <0,001 <0,001 <0,001

*La significancia después de la corrección para pruebas múltiples se establece en p <0,003 (2 colas). BREVE,
Inventario de Calificación del Comportamiento de la Función Ejecutiva.

en la muestra total (norte = 86), y todos los modelos de regresión DISCUSIÓN

fueron significativos (p < 0,001). Para las subescalas Comunicación
social, Motivación social y Manierismos sociales, solo MI del BRIEF
La importancia del índice de metacognición
El principal hallazgo del presente estudio fue que el componente
tuvo una contribución independiente significativa
metacognitivo de FE (MI), fue el factor más importante para explicar
las predicciones. Para la subescala Conciencia social, solo la edad tuvo
la función social en niños con TEA. Presumimos que tanto el BRI como
una contribución independiente significativa a la predicción (pag = el MI del BRIEF predecirían las puntuaciones de SRS en niños con TEA.
0,001). Ninguna de las variables independientes hizo una contribución Sin embargo, a pesar de las altas puntuaciones de BRI, el MI explicó
independiente en la subescala Cognición social, pero tanto el sexo más disfunciones sociales medidas con SRS en niños con TEA. Este es
como el IM mostraron fuertes tendencias (pag = 0,012 y 0,016). Los un hallazgo interesante, ya que otros estudios han demostrado que la
detalles se describen enCuadro 4. regulación del comportamiento

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Torske y col. Función ejecutiva y social en TEA

TABLA 3B | Asociaciones entre función social (SRS) y función ejecutiva (BRIEF)

evaluadas con cuestionarios para los subgrupos de niñas y niños, y los grupos de

0,27/0,97
- 0,17/0,50
95%
edad de 6 a 12 años y de 13 a 18 años.

- 14,86/55,64 26,83 0,065 −1,69/55,36

Total de SRS Total de SRS

Total de SRS

<0,0001 *
- 1,42/13,39 7,50 0,015 1,51/13.49

0.440
0,001 *
Niños 6-12 años 13-18 años

Sig.

0,067
Chicas

- 0,53 0,358 −1,68/0,61-0,80 0,089 −1,73/0,13

norte =23 norte = 63 norte = 36 norte = 50

0,24
0,62
BREVE Comportamiento Pearson r 0,64 * 0,49 * 0,67 * 0,34

B
índice de regulación pag-valor 0,001 <0,001 <0,001 0,015
BREVE Metacognición Pearson r 0,72 * 0,54 * 0,77 * 0,47 *

0,25/1.12
- 0,04/0,61
95%
índice pag-valor <0,001 <0,001 <0,001 0,001

Manierismo social
BREVE Global Pearson r 0,76 * 0,58 * 0,78 * 0,48 *

B, coeficientes Beta no estandarizados; Sig., Nivel significativo; 95%, intervalo de confianza para B para cada factor ingresado en los modelos de regresión con la medida de la Escala de Respuesta Social como resultado.
compuesto ejecutivo

<0,0001 *
pag-valor <0,001 <0,001 <0,001 <0,001

0.372
0,002 *
Sig.

0,080
*La significancia después de la corrección para pruebas múltiples se establece en p <0,003 (2 colas).

5,99 0,112
5.55/60,29 49,31 0,001 20,64/77,97 20,39 0,253 0,66/12.17
SRS, escala de capacidad de respuesta social.

- 0,03 0,756 −0,24/0,18-0,04 0,677-0,21/0,14-0,12 0,192 −0,30/0,06-0,05 0,680 −0,27/0,18-0,04 0,630 −0,22/0,10
BREVE, Inventario de Calificación del Comportamiento de la Función Ejecutiva.

0,29
0,68
B
está estrechamente vinculado a la función social (Kenworthy et al., 2009), y

0,18/0,88
- 0,29/0,24
2,94 0,334 −3,08/8,97 0,31
que la competencia en metacognición es de mayor importancia para el

95%
Motivación social
desempeño escolar (Carretti et al., 2014). MI se compone de subdominios
como inicio, memoria de trabajo, organización y seguimiento. Las

<0,0001 *
0,511 −0,62/1,24

0,247
dificultades en estas áreas son probablemente más fáciles de pasar por

0,004 *
Sig.

0,842
alto por los padres, maestros y médicos en la vida cotidiana que las
dificultades con subdominios dentro de la regulación del comportamiento

0,53
- 0.03
como; inhibición, flexibilidad y control emocional. Por lo tanto, es
importante resaltar que la IM es de importancia para la función social. Los B
hallazgos actuales proporcionan nuevos conocimientos sobre la relación

0,01/0,51
0,14/0,81
95%

entre la FE y los diversos dominios de la competencia social en niños con

Comunicación social

TEA, utilizando medidas calificadas por los padres.

Hay pocos estudios sobre la relación entre la FE en entornos de la vida

<0,0001 *
0.391
cotidiana y la función social en niños con TEA. Los resultados actuales

0,006 *
Sig.

están en consonancia conLeung y col. (2015), quien demostró que el IM del 0,041
- 0,51 0,354 −1,60/0,58-0,94 0,038-1,83/−0,05

BRIEF juega un papel para la función social en niños con TEA. Sin embargo,
- 16,72/50,28 32,92 0,019
2,04/16,11 6,42 0,029

0,26
0,48
en contraste con el hallazgo deLeung y col. (2015), nuestro estudio no
B

encontró una contribución estadísticamente significativa del BRI a la

función social. No hay una razón obvia para estos hallazgos diferentes, y
0,03/0,64
0,10/0,92
95%

los participantes de los dos estudios comparten muchas de las mismas

Cognición social

características. Sin embargo, algunas diferencias en el proceso de

<0,0001 *

contratación o en el tamaño de la muestra pueden explicar los diferentes

0.367

resultados, y se necesitan más estudios para aclarar esta cuestión. Nuestro

Sig.

0,032
0,016
9.08 0.012

estudio contó con un mayor número de participantes y tuvo un nivel

9.40/67,35 16,78 0,322

significativo más conservador en comparación con el estudio de Leungs, y

0,33
0,51

una proporción de nuestros participantes también tenía TDAH comórbido,

B

y esto puede explicar los diferentes resultados. Sin embargo, los

TABLA 4 | Resumen de modelos de regresión (norte = 86).

resultados de ambos estudios enfatizan la importancia de las relaciones

- 0,94/11.24
- 2,54/−0,65

0,01/0,72
- 0,11/0,42
0,07 0,432 −0,11/0,25 0,16
95%

entre el IM y la función social en niños y adolescentes con TEA.Kenworthy y

Conciencia social

col. (2009), por otro lado, encontró que FE como BRI predijo solo los
<0,0001 *

síntomas de comunicación y no la interacción social recíproca en niños con

0,277
Sig.

TEA. Sin embargo, utilizaron una puntuación compuesta basada en las

0,234
0.044
- 1,59 0,001 *
5,15 0,096
38,37 0,010

puntuaciones ADI y ADOS para medir la función social, y no la SRS (

Kenworthy et al., 2009). Landa y Goldberg (2005) no encontraron relación
0,37
B

entre las evaluaciones neuropsicológicas de FE y la función social en niños

*p <0,01 (2 colas).

con TEA. La diferencia con nuestros hallazgos puede ser el resultado de

Modelo R2

sesgos en los enfoques calificados por los padres (p. Ej., Una inclinación
BREVE-BRI
BREVE-MI
Constante
Factores

Modelo
IQ total

pag-valor
Sexo
La edad

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Torske y col.
puntuar "favorable" o "desfavorable" a los ítems, independientemente del
contenido específico), pero también es razonable suponer que un diseño
controlado por los padres puede descubrir algunos aspectos relevantes de la
función cotidiana que no son accesibles al entorno controlado de las
evaluaciones estandarizadas.
No encontramos diferencias significativas entre niñas y niños en nuestra
muestra. Sin embargo, las niñas tenían una tendencia a obtener puntuaciones
más altas, especialmente en SRS total y en cognición social, lo que podría
implicar que las niñas tienen más problemas sociales que los niños en nuestra
muestra. Contrariamente aWhite y col. (2017), las niñas de nuestra muestra no
obtuvieron puntuaciones significativamente más altas en el BRIEF que los niños.
Otros han descubierto que las mujeres con TEA tienen más deficiencias de FE en
comparación con los hombres (Lemon et al., 2011), tiempoLehnhardt y col.
(2016)y Bolte y col. (2011)encontraron evidencia de un mayor funcionamiento de
la FE en mujeres con TEA que en hombres. El sexo no tuvo un impacto
independiente en nuestros modelos de regresión, pero mostró fuertes
tendencias hacia la significancia en la puntuación total de la SRS y la subescala
de Cognición social, donde las niñas tenían más problemas que los niños en
nuestra muestra. Ninguno de los estudios mencionados anteriormente ha
investigado la relación entre la FE y la función social en los entornos de la vida
cotidiana, pero subraya la importancia de ser consciente de las posibles
diferencias sexuales en los TEA.
Si bien no encontramos diferencias significativas entre los dos grupos
de edad, niños (6-12 años) y adolescentes (13-18 años), hubo algunas
tendencias interesantes. Los puntajes BRIEF en nuestra muestra fueron
bastante similares en los dos grupos de edad, lo que contrasta con
Rosenthal y col. (2013)quienes encontraron mayores problemas de FE,
especialmente en la metacognición para niños mayores con TEA. Nuestro
resultado, que la relación entre las dificultades de FE y la disfunción social
fue más fuerte en el grupo más joven, podría deberse a que los niños
pequeños tienen dificultades más generalizadas tanto en la función social
como en la FE que los niños mayores. Sin embargo, encontramos que en el
grupo de mayor edad había una relación significativa entre la función
social y la metacognición, pero no para la función social y la regulación del
comportamiento. Esto podría implicar que la FE metacognitiva es
importante para la función social en la vejez y que la regulación del
comportamiento no tiene el mismo impacto en la función social. En
nuestros análisis de regresión, mostramos que la edad predijo
significativamente la capacidad de percibir señales sociales (conciencia
social), donde el grupo más joven tenía más problemas que el grupo de
mayor edad.
La inteligencia (nivel de CI) no tuvo ningún impacto significativo en
la relación entre la FE y la función social en nuestro análisis. La
relación entre las mediciones de EF, y especialmente el coeficiente
intelectual fluido, ha sido objeto de una larga discusión. Varios
estudios han encontrado que gran parte de la variación en el
rendimiento de EF puede explicarse por el nivel de CI (Joseph y Tager-
Flusberg, 2004; Friedman y col., 2006; Diamante, 2013). Sin embargo,
hay indicios de que la relación entre la FE y el CI es diferente entre los
individuos con TEA, en comparación con los grupos de pacientes
típicamente desarrollados (TD) y otros.Merchan-Naranjo y col. (2016)
encontraron que la FE se vio afectada, pero no se correlacionó con el
CI en niños y adolescentes con TEA sin discapacidad intelectual.
Rommelse y col. (2015)incluso encontraron que los participantes con
inteligencia por encima del promedio se desempeñaron
relativamente peor en algunas tareas de EF en comparación con los
controles emparejados de CI. Una posible explicación para el
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Función ejecutiva y social en TEA
La diferente relación entre EF y CI en individuos con TEA podría ser el papel
de la velocidad del procesamiento de la información. Esta capacidad puede
estar intacta en el TEA y no correlacionarse con el coeficiente intelectual.
Sin embargo, la velocidad del procesamiento de la información
normalmente está estrechamente relacionada con el factor general (factor
g) de inteligencia (Scheuffgen y col., 2000; Wallace y col., 2009). El factor g
fue establecido por Spearman, quien descubrió que la mayoría de las
pruebas cognitivas están correlacionadas positivamente entre sí,
independientemente del dominio cognitivo que mida la prueba individual (
Colom et al., 2006). Una reseña deSheppard y Vernon (2008) concluyó que
las medidas de velocidad mental y procesamiento de información están
significativamente correlacionadas con medidas de inteligencia en
muestras no clínicas. Esto resalta la importancia de incorporar el CI como
covariante en la relación entre la FE y la función social.
Investigaciones anteriores han demostrado que los niños con TD
tienen una relación diferente entre la FE y la función social que los niños
con TEA. En los niños con TD, el BRI tiene un impacto en su función social (
Leung et al., 2015). Además, existe evidencia que sugiere que existen
interacciones mutuas entre la FE y la función social tanto para los grupos
TD como para los TEA (Moriguchi, 2014; Leung et al., 2015). A partir de
estudios de niños con TD, sabemos que la interacción social puede facilitar
el desarrollo de FE. Especialmente el andamiaje materno, el modelado y la
imitación han demostrado ser predictores del desarrollo de FE (Moriguchi,
2014). También es probable que EF facilite el desarrollo de habilidades
cognitivas que son importantes para la interacción social (van Lier y
Deater-Deckard, 2016). Se cree que los subcomponentes de la EF, como la
inhibición, la flexibilidad y la monitorización, influyen en la capacidad de
participar en interacciones sociales positivas (van Lier y Deater-Deckard,
2016). Blanco (2013) ofrece una interpretación diferente de las dificultades
que experimentan las personas con TEA en tareas de EF especialmente no
estructuradas. Ella sostiene que los malos resultados en estas tareas se
deben a las dificultades para formar una comprensión implícita de las
expectativas del experimentador para la tarea. En este punto de vista, la
información implícita está menos disponible para las personas con TEA
debido a sus dificultades de mentalización, y esto conduce a un
rendimiento deficiente, más que a dificultades con la FE.per se.
Implicación potencial para el desarrollo de
intervenciones clínicas
Nuestro hallazgo de que los subdominios de la función social tienen una relación
diferente con la FE puede ser relevante para estratificar el tratamiento de los
niños con TEA. Las intervenciones que se enfocan en las habilidades
metacognitivas han demostrado, en estudios anteriores, que mejoran las
habilidades sociales en niños y adolescentes con TEA (Kenworthy y col., 2014;
Leung et al., 2015). Sin embargo, como la capacidad social es un concepto
amplio que comprende diferentes habilidades y factores motivacionales, se
necesitan más estudios para identificar qué parte de la función social puede
beneficiarse de las intervenciones metacognitivas. Nuestro estudio indica que la
capacidad de percibir las señales sociales y la motivación social tiene,
posiblemente, una relación más débil con la FE que los otros aspectos del
funcionamiento social. Esto podría implicar que los niños con problemas
relacionados con la comunicación social, los gestos sociales y la cognición social
podrían beneficiarse más de los programas de intervención diseñados para
mejorar la FE en general y metacognitiva.
8 Enero de 2018 | Volumen 11 | ARTICULO 258.
Torske y col.
función, en particular. Las personas que principalmente tienen problemas
con la capacidad de captar las señales sociales y la motivación social
pueden tener menos probabilidades de beneficiarse de dichos programas
de intervención. En conjunto, es posible plantear la hipótesis de que los
niños con dificultades para comprender las señales sociales (conciencia
social) podrían beneficiarse más de los programas clásicos de capacitación
en habilidades sociales (Chang et al., 2014; Otero et al., 2015). Para los
niños con problemas relacionados con la motivación social, puede ser
importante aprovechar las áreas de interés del niño para mejorar su
motivación (Dunst y col., 2011). En todos los casos, debemos evaluar el
perfil cognitivo y social de cada niño y luego adaptar las intervenciones
para que se adapten al niño. Se necesitan más estudios para examinar las
implicaciones clínicas de estos hallazgos. De manera más general, el
hallazgo de que existe una relación importante entre la FE y la función
social respalda la hipótesis de que una intervención que tiene un impacto
en las habilidades cognitivas y la FE también puede influir en las
habilidades sociales de los niños y adolescentes con ASD (McGovern y
Sigman, 2005; Wang et al., 2017).
Fortalezas y limitaciones del estudio
Las fortalezas del estudio incluyen un tamaño de muestra razonable de
niños y adolescentes con TEA clínicamente bien definidos, con una
muestra moderada de mujeres. Tanto el SRS como el BRIEF son
calificaciones de los padres y esto podría sesgar los hallazgos. Sin
embargo, consideramos que los padres observan a sus hijos cuando
realizan una serie de actividades cotidianas y que sus observaciones
aportan información valiosa. Particularmente, dado que se sabe que las
dificultades pueden no ser observables en un entorno de laboratorio o en
un entorno clínico estructurado, las medidas de los informantes pueden
tener una mayor validez ecológica (Kenworthy y col., 2008). Al mismo
tiempo, es probable que las calificaciones de los padres se vean afectadas
por otros factores como el coeficiente intelectual, problemas emocionales /
conductuales y comorbilidades en los niños (Aldridge y col., 2012;
Cholemkery et al., 2014; Havdahl et al., 2016). Sin embargo, las
herramientas de diagnóstico como ADOS y ADI-R también están
influenciadas por este tipo de factores de confusión (Havdahl et al., 2016).
Algunos de los niños de nuestro estudio estaban medicados y varios tenían
un trastorno comórbido. Se sabe por la literatura que la comorbilidad es
común en los TEA y que hasta el 70% tiene un trastorno comórbido (
Simonoff y col., 2008; Lai y col., 2014; Gjevik et al., 2015). El hallazgo
principal de que los aspectos metacognitivos de la FE están
significativamente relacionados con la función social fue significativo
también después de eliminar del análisis a los niños con TDAH comórbido.
Se puede argumentar que es importante estudiar a los individuos con TEA
y TDAH comórbido porque esta es una comorbilidad común. Un
metaanálisis reciente de FE y niños y adolescentes con TEA de alto
funcionamiento fue el primero en tener en cuenta el efecto de confusión
de la comorbilidad del TDAH. Confirmaron la presencia de disfunción
ejecutiva en este grupo y encontraron que estos déficits no se explicaban
únicamente por el efecto del TDAH comórbido o las capacidades cognitivas
generales (Lai et al., 2016). Además, los déficits del lenguaje son factores
importantes que afectan la comunicación / función social de manera
negativa en el TEA. No realizamos una evaluación integral de las diferentes
funciones del lenguaje en nuestros participantes, pero algunos estudios
han encontrado que la EF no está relacionada con la capacidad del
lenguaje verbal, en edad escolar.
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Función ejecutiva y social en TEA
niños con TEAJoseph y otros, 2005). Dado que nuestros participantes
eran niños en edad escolar dentro del rango de CI normal, asumimos
que nuestro hallazgo es válido, incluso sin una evaluación integral del
lenguaje. La muestra actual incluía un amplio rango de edad y, por lo
tanto, lo controlamos en los análisis de regresión. A pesar de esto, el
rango de edad podría ser una limitación metodológica debido a la
correlación con la conciencia social, y los estudios futuros podrían
beneficiarse de un enfoque en grupos de edad más restringidos.
Nuestro estudio no aclaró en qué dirección EF y la función social se
afectan entre sí, pero sugiere que existe una fuerte relación entre los
dos. Los hallazgos actuales deben replicarse en muestras
independientes y combinarse con mediciones objetivas, como
exámenes neuropsicológicos o neurofisiológicos. Esto no estaba
disponible en la muestra actual. Por lo tanto, la investigación futura
debe combinar medidas de laboratorio y basadas en informantes
para una investigación más profunda del vínculo entre la FE y la
función social, ya que las dos medidas son complementarias entre sí (
Leung et al., 2015). Para comprender completamente la relación entre
la FE y el funcionamiento social, es necesario que los estudios con
diseños longitudinales proporcionen detalles más específicos sobre el
cambio funcional en el desarrollo en diferentes edades (Taylor et al.,
2015). Además, la mayoría de las investigaciones dentro del campo de
los TEA se llevan a cabo en muestras masculinas, pero alguna
evidencia sugiere que las mujeres exhiben mayores deterioros
cognitivos que sus contrapartes masculinas (Lemon et al., 2011; White
et al., 2017). En nuestro análisis, encontramos una tendencia de las
niñas a tener puntuaciones de SRS más altas y una relación más
fuerte entre la función social y la FE que los niños. Para futuras
investigaciones, es importante investigar si la relación entre la FE y la
función social puede ser modulada por el sexo.
CONCLUSIÓN
Divulgamos una relación entre los informes de los padres de FE y la
función social en un entorno cotidiano en niños con TEA. Encontramos que
el dominio metacognitivo de EF tiene una asociación significativa con
muchos aspectos de la función social. Estos resultados pueden tener
implicaciones para comprender los componentes cognitivos de los déficits
sociales que definen los TEA. Se necesitan más estudios para aclarar si los
niños con TEA mejorarán su función social a través de programas de
intervención diseñados para mejorar la FE en general y la función
metacognitiva, en particular.
CONTRIBUCIONES DE AUTOR
Concibió y diseñó el estudio: TT, TN, MØ y OA. Realizó el
estudio: TT, TN y NS. Analizados los datos: TT y TN.
Interpretó los datos, redactó el artículo y aprobó la
versión que se publicará: TT, TN, MØ, NS y OA.
EXPRESIONES DE GRATITUD
Agradecemos a los socios de BUPgen y a todos los participantes.
El estudio forma parte del grupo de estudio BUPgen y
9 Enero de 2018 | Volumen 11 | ARTICULO 258.
Torske y col.
la red de investigación NeuroDevelop. El proyecto fue apoyado por el
Consejo Nacional de Investigación de Noruega (subvención # 213694) y los
fondos de la Autoridad Sanitaria Regional del Sudeste de Noruega.
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Fronteras en la neurociencia del comportamiento | www.frontiersin.org
Función ejecutiva y social en TEA
Declaracion de conflicto de interes: Los autores declaran que la investigación se llevó
a cabo en ausencia de relaciones comerciales o financieras que pudieran interpretarse
como un posible conflicto de intereses.
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12 Enero de 2018 | Volumen 11 | ARTICULO 258.