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Helenístico
El arte helenístico es aquel que sufrió la influencia del arte griego o helénico. Surgió
entre finales del siglo IV a. C., tras la conquista de Alejandro Magno sobre Grecia,
y el siglo II a. C., cuando se impone Imperio romano. El arte helenístico fue un arte
fundamentalmente ecléctico, ya que en él se mezclaron tanto los elementos
estéticos del arte helénico como la cultura de los diferentes dominadores (asiática y
occidental).
Esto fue consecuencia de la vocación imperial de Alejandro Magno y sus
seguidores, así como de los romanos. Todos ellos fueron, además, admiradores de
la cultura helénica. En consecuencia, en este estilo se pueden observar a la vez
rasgos íntimos, solemnes, comunes, colosales y menudos.
Abarca desde el año 1420 hasta el año 1500 conto con muchos artistas, incluyendo
arquitectos, pintores y escultores que fueron los impulsores iniciales de la reforma
estilística. Estos artistas que empiezan a firmar sus obras abiertamente, se sienten
altamente inspirados por los pintores de finales del periodo gótico cuyas obras
venían mostrando el camino del nuevo pensamiento humanista. El inicio del
Renacimiento temprano es la ciudad de Florencia en la Península Itálica.
Los artistas del primer periodo del renacimiento conforman sus obras basados en la
tendencia humanista devota a la razón, e imprimen sus obras del clasicismo y la
perfección propia del arte griego y romano en la antigüedad. El nuevo culto a la fama
le propicia tener una clientela amplia que quiere ser inmortalizada en retratos o
esculturas o que quieren mostrar sus respetos por las figuras exitosas y
prominentes. Al mismo tiempo surten con bellos y valiosos objetos a la clase
pudiente con obras para decorar sus palacios o centros sociales las cuales
responden a su interés como clase opulenta deseosa de mostrar su riqueza y poder.
Las obras en este periodo son por tanto detallistas, proporcionadas, medidas y
apegadas a los dogmas del clasicismo griego y romano, pero poseen también el
orgullo de un hombre exitoso que quiere platear su realidad tal como es y en ese
sentido hay un despegue de la estética pura del idealismo griego y las obras se
tornan realistas y muy pormenorizadas, como si fueran a cobrar vida ante los ojos
del espectador. Los rasgos de los personajes son idénticos a los modelos, no
importaba si estos eran feos o bonitos. Hasta el temperamento de los mismos o la
emoción que estuviera siendo representada era indicado explícitamente para mejor
comunicación con el espectador. No estaban exentas sin embargo en las obras de
muchos de estos pintores, los signos velados o mensajes ocultos destinados a ser
comprendidos por un público culto. No eran personajes y escenas idealizadas y
perfectas, sino realistas y perfectas. Muchos artistas se destacan por su talento y
estilo propio lo que los sitúa como artistas prominentes y en demanda quienes se
convertirán a su vez en maestros o mentores; como el propio Verrocchio quien fue
maestro de Leonardo Da Vinci. Los artistas del Renacimiento defendían el valor
estético y cultural del arte de la antigüedad clásica. Este era muy superior a sus
antecesores medievales, razón por la cual rechazaron todo vínculo con su pasado
y adoptaron la armonía característica de las creaciones griegas y romanas.
El hombre fijó su interés hacia el conocimiento. Este era abordado a través del
estudio y la observación, mediante los cuales se obtuvo una idea más clara del
funcionamiento de nuestro planeta. En este punto de la historia, nacieron algunas
de las ciencias más relevantes de la actualidad, como la física, la biología o la
anatomía. Al dejar atrás el influjo del teocentrismo, la razón adquirió una importancia
nunca antes vista. Durante el Renacimiento, se defendió la idea de una explicación
lógica y científica para cualquier suceso o fenómeno. Desarrollando al mismo tiempo
el pensamiento racional que representa actualmente al ser humano.
Renacimiento Tardío o Alto
Es entre 1475 y 1525, Miguel Ángel, Rafael, Leonardo Da Vinci y Tiziano seguín
siendo los exponentes y realizaban obras comisionadas por mecenas o personas
importantes públicas como el grupo de los Medici que para entonces controlaban
las finanzas italianas. El arte del renacimiento se expande por toda Europa en este
periodo pero fundamentalmente se acoge muy bien en Francia, Inglaterra, Alemania
y la Península Ibérica. Responde este arte eficazmente a las necesidades de una
sociedad burguesa en busca de rodearse de confort, con obras que expresaran su
refinamiento y poder como buena clase social. Un interés grande por la naturaleza
y el mundo animal se ilustran en los bocetos de artistas como Albrecht Dürer (Alberto
Durero) (1471-1528), figura dominante del Renacimiento Alemán quien como
científico represento los elementos de las figuras en detalle. Sus pinturas, dibujos,
grabados y escritos teóricos sobre arte ejercieron una profunda influencia en los
artistas del siglo XVI de su propio país como Lucas Cranach el Viejo (1472-1553) y
también en los artistas de los Países Bajos. Héroes y leyendas son representadas
con viveza y realismo como si fueran a cobrar movimiento. En ellas la figura
humana; como en el caso del David de Miguel Ángel (hecho a tamaño natural),
expresan el detallado estudio de las formas del cuerpo, sus curvas, las venas, la
flexión natural de piernas y caderas. Miguel Ángel logra representar la acción, el
dramatismo del momento. Él fue además el autor de la decoración de la bóveda de
la capilla Sixtina y en esta excelsa creación refleja sus conocimientos del cuerpo
humano tal y como lo hiciera cuando esculpía. Fue Miguel Ángel Buonarroti el primer
pintor que logró representar este capítulo de la biblia sobre la creación con realismo
y detallado trabajo, enteramente a base de las poses, dramáticos gestos y
expresiones del rostro de las figuras, que transmiten el mensaje del caótico
desasosiego ante el juicio final.
En este periodo santos, vírgenes y apóstoles son dotados en las obras artísticas de
una dignidad y nobleza que se expresa en sus humanizadas figuras, que se
representan con los cánones clásicos de belleza pero lejos de estar totalmente
idealizados se representan naturales, cercanos y realistas.
Filósofos clásicos conversan dentro de la composición de Rafael en su obra “La
escuela de Filosofía” rodeados de personalidades de la época renacentista, en
donde la ilusión espacial que representa muestra una profundidad tridimensional
sorprendente. La suavidad de los rostros de sus vírgenes y retrato de
personalidades parecen hechos sin esfuerzo, cuando en realidad un dominio
increíble de la técnica y gran capacidad de trabajo nos regalan en sus suaves y
dulces figuras un verdadero y emotivo deleite visual donde la luz es la verdadera
protagonista. Leonardo estudio el comportamiento de los pigmentos y adhesivos
para pintar, termino pocas obras enteramente pero en las que se preservan se
observa la pulcritud del dibujo y el uso del color. Su utilización de la perspectiva
aérea y la creación del llamado Esfumado lo sitúan como uno de los grandes genios
de la pintura del renacimiento. Otro destacado artista de este periodo fue Tiziano
Vecellio en cuya obra logra representar a través del color, el control sobre las luces
y sombras, con su estilo arrebatado y dinámico mueve emocionalmente al
espectador de forma impactante. Su estilo rebuscado sentó las bases del
Manierismo.
Manierismo
Esta tendencia dispuso de una literatura teórica desarrolladísima que sin embargo
no encontró eco en la burguesía que no podía comprender su sofisticación
conceptual. El Manierismo coincide con el periodo de la crisis del cristianismo y las
luchas en Europa contra los invasores musulmanes.
Son sin duda la respuesta ante clásica que se viene desarrollando y que toma auge
a finales del siglo XVI. La paleta contrastante del Greco por ejemplo, enfatiza el
mensaje de la obra mediante una elocuencia particularmente dramática, es casi
como si estuviéramos viendo personajes reales en una puesta de escena teatral, en
su obra El entierro del Conde de Orgaz el patetismo ante la muerte queda
representado tan vívidamente que nos sobrecogemos ante su contemplación.