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Liceo Santa Fe

E-937
Orientación Psicológica

Desobediencia Infantil

La desobediencia infantil es un comportamiento que ocasiona importantes problemas en la convivencia


familiar. Las formas más eficaces para corregir a un niño desobediente son las que están orientadas
a estimular la motivación del niño, con el refuerzo de sus aspectos positivos y el castigo o ignorancia de
los negativos como las pataletas. Esto no aplica para aquellas ocasiones en donde el mal comportamiento
es grave como el lastimar a otro, o así mismo.

Para modificar la conducta desobediente de los hijos, se recomienda mostrar una actitud colaborativa,
esto quiere decir: dejar que el niño se exprese y escuchar sus preocupaciones, pero también explicarle con
calma los problemas que provoca con su actitud. Lo idóneo sería alcanzar entre ambas partes una solución.
Es decir, pactar con el niño. Ante este desafío es primordial no perder nervios, aunque sea difícil. Hay que
intentar controlar el enfado al máximo.

Una buena técnica es colocarse a la altura del niño, para que haya un contacto visual directo. Este es uno
de los consejos importantes para aprender a hablar con el niño. Desde esa posición hay que decirle, en
tono firme, que no es aceptable su comportamiento.

Mantener un horario y un ritmo de vida estable es esencial para corregir a un niño desobediente. Si el niño
se acuesta tarde y come a cualquier hora, en definitiva, lleva una vida caótica y será incapaz de guiarse por
normas o límites cuando existan, por lo tanto Las rutinas ayudan al pequeño a obedecer; un horario
definido para cada actividad, las horas necesarias de descanso y el orden y equilibrio alrededor todo esto
da estabilidad y permite al niño prepararse para lo que viene.

Es también necesario poner normas y límites a la desobediencia. Las normas y los límites son
fundamentales para establecer las barreras entre lo que se debe y no se debe hacer. Tienen que ser  claras
y razonables. También deben estar adaptadas a la edad de cada niño. No se debe exigir nunca más de lo
que el pequeño pueda conseguir y es aconsejable explicarle siempre el porqué de cada norma y en qué le
beneficia. Por ello es importante aprender a dar órdenes. "Ve a tu cuarto, deja la cartera, lávate las manos
y siéntate a comer". Un niño de corta edad es muy probable que no sea capaz de cumplir las cuatro
órdenes anteriores a la vez. Los padres deben saber adaptar sus peticiones al ritmo del pequeño y
asegurarse de que las cumple antes de dar la siguiente.

¡Y no nos olvidemos de lo bueno! Hay que resaltar los buenos comportamientos Esto es fundamental
para que el pequeño repita las actitudes deseables. No significa que haya que regalarle algo cada vez que
se porte bien, sino recompensarle con palabras de agradecimiento, satisfacción y un buen abrazo,
comuníquele lo feliz que esta cuando realiza aquella acción.

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