Vamos a hablar acerca de nuestras emociones y como ellas afectan nuestra voluntad
de acción, e incluso nuestra cognición.
Cuando pensamos en nosotros como seres humanos, podemos identificar algunos aspectos que nos caracterizan. En principio hay algo que nosotros podemos hacer, a diferencia de todo el resto de los seres vivos, que es utilizar un lenguaje, primero para atribuirle sentido a las cosas que nos van sucediendo, y luego para poder expresar cuál es el sentido que nosotros le atribuimos a nuestra experiencia y así poder compartirla con el resto de las personas. Es así entonces que hay un lenguaje que nos caracteriza como seres humanos, que es complejo, que es abstracto, que nos permite pensar lo que nos está sucediendo en la actualidad, que nos permite rememorar hechos que nos sucedieron el pasado y que nos permite proyectar un futuro. Algo que los animales no pueden hacer porque su lenguaje está únicamente enfocado en el presente. Otra cosa que nos caracteriza como seres humanos es que tenemos un cuerpo y ese cuerpo se manifiesta a través de diferentes acciones. Por último algo que nos distingue del resto de los animales, es que somos poseedores permanentes de emoción, y las emociones entendidas de la inteligencia emocional son básicamente información, información importante sobre pensamientos, actitudes y acciones. El ser humano vive en la emocionalidad, para el ser humano, las emociones son un estado basal, son la base del lenguaje que usamos, son la base de cómo responde nuestro cuerpo. Sin embargo, no podríamos identificar en forma permanente, por dónde comienza este circuito, frente a cualquier experiencia que tengamos que atravesar en la vida, puede ser que lo primero que se nos dispare, sea un pensamiento que va a repercutir en nuestro cuerpo y esté en nuestra emoción. Por ejemplo, nos invitan a dar una conferencia y pensamos que no podremos hacerlo apropiadamente, puede suceder que el día de la conferencia, ese pensamiento se manifiesta a través del cuerpo y amanezcamos sin voz. Lo que nos puede poner en una emocionalidad de enojo, contra nosotros mismos y contra la vida. O frente a una situación particular, puede ser que nuestro cuerpo reacciona en forma primaria generando una reacción particular y esto genera un impacto emocional específico, por ejemplo frente a una situación de estrés que puede ser la conferencia del caso anterior, nuestro cuerpo puede reaccionar a través del sudor, y eso nos haga pensar que no podemos controlarnos, y en consecuencia nos sintamos desbordados. O quizás una emoción acude a nosotros, genera un tipo de pensamiento y luego una reacción corporal específica. Por ejemplo frente a un ruido extraño podemos sentir mucho miedo, eso puede llevarnos a pensar que si algo nos amenaza, no podremos defendernos por el miedo que sentimos, y a su vez, el cuerpo reaccione paralizándose o haciéndonos respirar muy fuerte poniéndonos aún más en peligro. Es decir, estas tres dimensiones emoción cuerpo y lenguaje, son las tres dimensiones que nos caracterizan a los seres humanos y nos distinguen del resto de los seres vivos. ¿Por qué decimos que las emociones son un estado basal en el ser humano? Primero porque no hay posibilidad de no sentir emoción, puede ser que no las tengamos identificadas y no seamos conscientes de la emoción que estamos sintiendo, pero las emociones siempre están presentes en nosotros. Todos tenemos un determinado repertorio emocional que hemos ido aprendiendo a lo largo de la vida. Ahora que hemos hecho una introducción a las emociones, es importante que empecemos poco a poco a reconocer las emociones que vamos sintiendo.