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Voluntad del Autor del acto para realizarlo, Objeto Posible (Físicamente y Jurídicamente), y en
ciertos casos cuando se trata de actos solemnes (Matrimonio, Testamento, reconocimiento), la
solemnidad que la ley establece para emitir la declaración de la voluntad.
Negocios Jurídicos unilaterales y bilaterales o plurilaterales. Se clasifican los negocios jurídicos por
su estructura, en unilaterales y bilaterales o plurilaterales, según sea necesaria para su existencia
la voluntad de una parte o de dos o más. Es unilateral la aceptación o reputación de herencia, la
renuncia de un derecho; bilaterales los contratos y demás negocios jurídicos en que hay
concurrencia de declaraciones de la voluntad.
Especial configuración tienen los que la doctrina moderna llama actos complejos o colectivos
(como el acuerdo para constituir una fundación, la asociación o sociedad etc), los cuales se
diferencian de los contratos propiamente dichos en los que las partes no están una frente a otra ni
tienen intereses opuestos, pues sus intereses son convergentes a un mismo fin. En estos negocios
hay una sola parte, aunque la representen varias personas de manera conjunta.
Negocios causales y formales o abstractos. Negocios causales son aquellos en que la causa (o
convenio causal) forma parte integrante del negocio, quedando subordinada a ella la validez de
este. Son abstractos aquellos en que la causa no está incorporados al negocio, sino separada de él,
de tal modo que hay que buscarla fuera del negocio, en otra relación entre las partes y los efectos
del negocio se producen, en principio, con independencia de ella. Se les llama también formales,
porque en ellos ha de estar manifestada la voluntad bajo la forma determinada para que sea
idónea a producir el efecto jurídico (por ejemplo títulos de crédito y letras de cambio).
Negocios jurídicos inter vivos y mortis causa. Son negocios inter vivos los destinados a regular las
relaciones jurídicas, en vida, de una personalidad existente, aunque de ellos puedan nacer
derechos cuyo ejercicio sea diferido al tiempo de la muerte del disponente (por ejemplo el seguro
sobre la vida); y negocios mortis causa, los destinados a regular las relaciones jurídicas de esa
persona para el caso de su futura desaparición (ejemplo el testamento).
Derechos jurídicos familiares y patrimoniales. Por razón del fin que atienden, los negocios se
dividen en familiares (como el matrimonio y la adopción) y patrimoniales, subdividiéndose estos
últimos en eficacia real 8 que son los que crean derechos reales), negocios de eficacia personal
(llamados negocios obligacionales) y negocios sucesorios.
Negocios solemnes y no solemnes. Son negocios solemnes aquellos respecto a los cuales el
ordenamiento jurídico exige que la manifestación de la voluntad se haga con formas determinadas
y prescritas, sin cuya observancia no se produce el efecto querido. No solemnes, los que se hallan
en el caso contrario.
Negocios verdaderos y simulados. Por relación entre la apariencia y la realidad del negocio
jurídico, este puede ser verdadero o simulado.
Negocios directos e indirectos. Constituye el negocio indirecto una amplia categoría jurídica,
integrada por todos aquellos negocios que para alcanzar un efecto jurídico se valen de una vía
oblicua.
Son negocios mortis causa aquellos que tienen por objeto regular las relaciones jurídicas de una
persona después de su fallecimiento (el testamento). Son unilaterales y revocables mientras no se
produzca el fallecimiento.
Por contraposición son negocios inter vivos los que regulan las relaciones jurídicas de una persona
(o normalmente, dos o varias), durante su vida (todos los contratos).
Los negocios típicos son aquellos que, al tiempo que gozan de un reconocimiento legal expreso, se
incluyen en un régimen normativo específico (adopción, contrato de compraventa).
Los negocios atípicos son los que, siendo lícitos y admisibles con carácter general, como derivación
de la autonomía privada, carecen de una regulación institucional, por no haber sido contemplados
expresamente por el legislador (uniones de hecho, contrato de garaje).
Los abstractos producirían efectos por la mera voluntad de las partes y sin necesidad de tener en
cuenta el elemento causal. No parecen admisibles en nuestro sistema jurídico, por mucho que el
BGB sí los permita y regule.
Se habla de un negocio gratuito (o lucrativo) cuando uno de los sujetos se enriquece o obtiene un
beneficio a consecuencia del negocio, sin asumir carga o contraprestación alguna (la donación).
Para el Código Civil son también gratuitos los contratos de mandato, préstamo y depósito.
Los negocios unilaterales surten (o pueden surtir) efectos en virtud de la declaración de voluntad
de una sola persona (o, en su caso, de varias, si actúan ocupando la misma posición jurídica). Así
ocurre en el testamento o en el acto de apoderamiento.
Los negocios se consideran bilaterales cuando para ser eficaces requieren la emisión de las
declaraciones de voluntad de dos (o más) personas que ocupan posiciones jurídicas distintas,
como ocurre en los contratos.
En caso de que varias personas hayan de manifestar su voluntad, ocupen posiciones similares o
persigan un mismo objetivo, se habla de negocio plurilateral, multilateral o de acto colectivo.
Conviene advertir, para evitar equívocos, que en relación con los contratos la contraposición entre
unilaterales y bilaterales se utiliza en sentido diverso al anterior. En efecto, la razón distintiva
entre contratos bilaterales y unilaterales se fundamenta en el nacimiento de obligaciones a cargo
de una o de ambas partes:
Se califican como bilaterales (o sinalagmáticos) aquellos contratos que generan obligaciones para
ambas partes, de forma recíproca y correspondiente (el comprador debe pagar el precio mientras
que el vendedor queda obligado a entregar el bien objeto de la venta).
Serían contratos unilaterales los que generan obligaciones para una sola de las partes
contratantes. Por ejemplo, cuando presto a un amigo 100€ es evidente que solo él queda obligado
por mor del contrato de préstamo.
El contrato de promesa es considerado un acuerdo de voluntades por medio del cual, una parte o
ambas, según sea el caso (unilateral o bilateral), se obliga a celebrar un contrato futuro para
realizar un acto futuro, cierto, posible y lícito, en razón de un evento futuro denominado
“condición”.
Capacidad: Los sujetos que intervienen deben tener capacidad legal plena para obligarse en los
términos del contrato;
Voluntad: Debe ser libre y consiente, que no intervenga vicio alguno como el error, dolo o la mala
fe;
Licitud: Tanto el objeto, como el motivo y el fin del contrato, deben ser lícitos;
En el contrato de arrendamiento una persona cede a otra el uso de un bien de manera temporal a
cambio de una renta. Como se advierte es un contrato oneroso, ya que ambas partes tienen
obligaciones y beneficios recíprocos.
El contrato de permuta es aquel contrato civil, celebrado entre dos partes, por el que una de las
partes se obliga a transmitir a otra la propiedad de una cosa (mueble o inmueble), con el fin de
que ésta, a su vez, se obligue a transmitirle la propiedad de otra cosa.
Objeto. son el objeto jurídico y el material. El objeto jurídico, se divide en directo e indirecto. El
primero es la creación de obligaciones; y el segundo es la función de dar. El objeto material es la
cosa o titularidad de los derechos que se van a transmitir.
Asimismo, son incapaces: Los magistrados, los jueces, el Ministerio Publico, los defensores
oficiales, los abogados, los procuradores y los peritos no pueden comprar los bienes que son
objeto de los juicios en que intervengan excepto cuando las personas mencionadas en el artículo
trascrito arriba sean coherederos o copropietarios
Los mandatarios;
Contrato por medio del cual una persona llamada mutuante se obliga a entregar, en un primer
momento, un bien fungible pudiendo ser dinero, en favor de otra persona llamada mutuatario,
que después de recibir dicho bien se obliga a entregar al mutuante otro bien fungible equivalente
al recibido existiendo una doble transmisión de la propiedad como consecuencia de la celebración
del contrato.
Flexible: según como se pacte, las obligaciones se pueden estipular de momento a momento, o en
un solo instante.
Reglas claras: de estipularse un interés, los beneficios económicos se conocen desde un inicio