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CRECIENDO A TRAVÉS DE LA TENTACIÓN

“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo
que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1Co 10.13).

Cada tentación es una ______________________ para hacer el bien. Debes comprender que puede ser
tanto una ocasión para hacer lo correcto como para hacer lo incorrecto. La tentación solamente proporciona
una elección. Aunque es el arma principal de Satanás para destruirte, Dios quiere usarla para tu
______________________. Cada vez que escoges hacer lo bueno en lugar de pecar, estás madurando en el
carácter de Cristo.

¿Cuáles son las cualidades del carácter de Cristo? Se describen en Gálatas 5.22-23, “ Mas el fruto del Espíritu
es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay
ley”.

¿Cómo produce el Espíritu Santo estos nueve frutos en tu vida? ¿Los crea al instante? No. La fruta siempre
madura y llega a su punto lentamente. Dios desarrolla el fruto del Espíritu en tu vida, permitiéndote
experimentar circunstancias en las que seas __________________ para producir exactamente la cualidad
contraria. El desarrollo del carácter siempre involucra una elección, y la tentación proporciona esa
oportunidad.

Por ejemplo, Dios nos enseña a amar permitiendo personas desagradables a nuestro alrededor. Dios nos
enseña el verdadero gozo en medio de la tristeza cuando nos volvemos a Él. Dios desarrolla la paz verdadera
dentro de nosotros permitiendo tiempos de caos y confusión. De igual modo, la paciencia se desarrolla en las
circunstancias que nos obligan a esperar, cuando estamos tentados a enfadarnos o a punto de explotar.

Dios utiliza la situación opuesta de cada fruto para que tengamos la posibilidad de ______________.
No puedes decir que eres bueno si nunca has sido tentado a ser malo. La integridad se construye derrotando
la tentación a ser deshonestos; la humildad crece cuando nos negamos a ser orgullosos; y desarrollas la
paciencia cada vez que rechazas la tentación de rendirte. ¡Cada vez que derrotas una tentación te pareces más
a Jesús!

CÓMO OPERA LA TENTACIÓN


De la Biblia aprendemos que la tentación sigue un proceso de cuatro pasos, los mismos que Satanás usó tanto
con Adán y Eva como con Jesús.

1. En el primer paso, Satanás identifica un ______________ dentro de ti. Puede ser un deseo
______________________ (por ejemplo la venganza), o puede ser uno ___________________ y normal,
como el deseo de ser amado y valorado o de sentir placer. La tentación empieza cuando Satanás te sugiere
(con un pensamiento) que cedas a un deseo malo o que se cumpla un deseo legítimo de manera equivocada o
en el momento errado. Ten siempre cuidado con los atajos. Satanás susurra: “¡Te lo mereces! ¡Debes tenerlo
ahora! Te sentirás mejor”.

Pensamos que la tentación está alrededor de nosotros, pero Dios dice que empieza _________________ de
nosotros. Si no tuvieras ningún deseo interno, no podría atraerte. La tentación siempre empieza en tu mente,
no en las circunstancias.

“Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los
homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la
insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre” (Marcos 7.21-23).

2. El segundo paso es la _____________. Satanás trata de conseguir que dudes de lo que Dios ha dicho sobre
el pecado: ¿Realmente es malo? ¿Es verdad que Dios dijo que no lo hagas? ¿No será que Dios dio esta
prohibición para otra persona? ¿Acaso Dios no quiere que yo sea feliz?

“Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;”
(Hebreos 3.12).
3. El tercer paso es el _________________. Satanás es incapaz de decir la verdad. Satanás ofrece su mentira
para reemplazar lo que Dios ya ha dicho en Su Palabra. Dirá cosas como: “No morirás. Nadie lo sabrá.
Todos lo hacen. Es un pecado pequeño”. Pero al final todo sale a la luz.
“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el
principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque
es mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44).

4. El cuarto paso es la _______________________. Al final te comportarás de acuerdo con lo que estuviste


maquinando en tu mente. Lo que comenzó como una idea al fin sale a luz en la conducta. Crees las mentiras
y caes en la trampa de la que te advierte Santiago.

“sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia,
después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Amados hermanos
míos, no erréis” (Santiago 1.14-16).

CÓMO VENCER LA TENTACIÓN


1. Rehúsa ser _____________________. Muchos cristianos se asustan y se desmoralizan con pensamientos
tentadores, se sienten culpables y avergonzados por el solo hecho de ser tentados. No es un pecado ser
tentado. Jesús lo fue, sin embargo nunca pecó. La tentación sólo se convierte en pecado cuando cedes ante
ella.

“Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni
él tienta a nadie;” (Santiago 1.13).

2. Reconoce lo que te tienta y ______________________. Ciertas situaciones te hacen más vulnerable a la


tentación que otras. Pregúntate: “¿Cuándo me siento más tentado? ¿Dónde? ¿Quién está conmigo cuando
soy más tentado? ¿Cómo me siento por lo general cuando soy más tentado?” Puede ser cuando estás
cansado o solo o aburrido o deprimido o bajo estrés. Puede ser cuando te han lastimado o estás enfadado o
angustiado, o después de un éxito.

“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien
devorar;” (1 Pedro 5.8).

Debes identificar tu modelo particular de tentación y luego prepararte para evitar esas situaciones tanto como
sea posible. La planeación sabia reduce la tentación.

“El camino de los rectos se aparta del mal; Su vida guarda el que guarda su camino” (Proverbios 16.17).

3. Pídele __________________ a Dios. La Biblia garantiza que nuestro clamor por ayuda será oído porque
Jesús se solidariza con nuestras luchas.

“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado
en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4.15).

Si Dios está esperando para ayudarnos a derrotar la tentación, ¿por qué no nos volvemos a él más a menudo?
A decir verdad, ¡a veces no queremos que nos ayude! Preferimos ceder a la tentación aunque sabemos que es
malo. En otros momentos nos avergonzamos porque seguimos cediendo a la misma tentación. Pero Dios no
se irrita ni se aburre ni se impacienta cuando seguimos recurriendo a Él.

“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno
socorro” (Hebreos 4.16).

4. Las tentaciones nos mantienen ______________________ constantemente de Dios. Cuando tropieces,


en lugar de ceder o rendirte, mira a Dios, espera que Él te ayude, y recuerda la recompensa que te espera.

“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de
vida, que Dios ha prometido a los que le aman” (Santiago 1.12).
CRECIENDO A TRAVÉS DE LA TENTACIÓN
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo
que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1Co 10.13).

Cada tentación es una oportunidad para hacer el bien. Debes comprender que puede ser tanto una
ocasión para hacer lo correcto como para hacer lo incorrecto. La tentación solamente proporciona una
elección. Aunque es el arma principal de Satanás para destruirte, Dios quiere usarla para tu desarrollo.
Cada vez que escoges hacer lo bueno en lugar de pecar, estás madurando en el carácter de Cristo.

¿Cuáles son las cualidades del carácter de Cristo? Se describen en Gálatas 5.22-23, “ Mas el fruto del Espíritu
es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay
ley”.

¿Cómo produce el Espíritu Santo estos nueve frutos en tu vida? ¿Los crea al instante? No. La fruta siempre
madura y llega a su punto lentamente. Dios desarrolla el fruto del Espíritu en tu vida, permitiéndote
experimentar circunstancias en las que seas tentado para producir exactamente la cualidad contraria. El
desarrollo del carácter siempre involucra una elección, y la tentación proporciona esa oportunidad.

Por ejemplo, Dios nos enseña a amar permitiendo personas desagradables a nuestro alrededor. Dios nos
enseña el verdadero gozo en medio de la tristeza cuando nos volvemos a Él. Dios desarrolla la paz verdadera
dentro de nosotros permitiendo tiempos de caos y confusión. De igual modo, la paciencia se desarrolla en las
circunstancias que nos obligan a esperar, cuando estamos tentados a enfadarnos o a punto de explotar.

Dios utiliza la situación opuesta de cada fruto para que tengamos la posibilidad de elegir. No puedes
decir que eres bueno si nunca has sido tentado a ser malo. La integridad se construye derrotando la tentación
a ser deshonestos; la humildad crece cuando nos negamos a ser orgullosos; y desarrollas la paciencia cada
vez que rechazas la tentación de rendirte. ¡Cada vez que derrotas una tentación te pareces más a Jesús!

CÓMO OPERA LA TENTACIÓN


De la Biblia aprendemos que la tentación sigue un proceso de cuatro pasos, los mismos que Satanás usó tanto
con Adán y Eva como con Jesús.

1. En el primer paso, Satanás identifica un deseo dentro de ti. Puede ser un deseo pecaminoso (por
ejemplo la venganza), o puede ser uno legítimo y normal, como el deseo de ser amado y valorado o de sentir
placer. La tentación empieza cuando Satanás te sugiere (con un pensamiento) que cedas a un deseo malo o
que se cumpla un deseo legítimo de manera equivocada o en el momento errado. Ten siempre cuidado con
los atajos. Satanás susurra: “¡Te lo mereces! ¡Debes tenerlo ahora! Te sentirás mejor”.

Pensamos que la tentación está alrededor de nosotros, pero Dios dice que empieza dentro de nosotros. Si
no tuvieras ningún deseo interno, no podría atraerte. La tentación siempre empieza en tu mente, no en las
circunstancias.

“Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los
homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la
insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre” (Marcos 7.21-23).

2. El segundo paso es la duda. Satanás trata de conseguir que dudes de lo que Dios ha dicho sobre el pecado:
¿Realmente es malo? ¿Es verdad que Dios dijo que no lo hagas? ¿No será que Dios dio esta prohibición
para otra persona? ¿Acaso Dios no quiere que yo sea feliz?

“Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;”
(Hebreos 3.12).
3. El tercer paso es el engaño. Satanás es incapaz de decir la verdad. Satanás ofrece su mentira para
reemplazar lo que Dios ya ha dicho en Su Palabra. Dirá cosas como: “No morirás. Nadie lo sabrá. Todos lo
hacen. Es un pecado pequeño”. Pero al final todo sale a la luz.
“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el
principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque
es mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44).

4. El cuarto paso es la desobediencia. Al final te comportarás de acuerdo con lo que estuviste maquinando
en tu mente. Lo que comenzó como una idea al fin sale a luz en la conducta. Crees las mentiras y caes en la
trampa de la que te advierte Santiago.

“sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia,
después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Amados hermanos
míos, no erréis” (Santiago 1.14-16).

CÓMO VENCER LA TENTACIÓN


1. Rehúsa ser intimidado. Muchos cristianos se asustan y se desmoralizan con pensamientos tentadores, se
sienten culpables y avergonzados por el solo hecho de ser tentados. No es un pecado ser tentado. Jesús lo
fue, sin embargo nunca pecó. La tentación sólo se convierte en pecado cuando cedes ante ella.

“Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni
él tienta a nadie;” (Santiago 1.13).

2. Reconoce lo que te tienta y prepárate. Ciertas situaciones te hacen más vulnerable a la tentación que
otras. Pregúntate: “¿Cuándo me siento más tentado? ¿Dónde? ¿Quién está conmigo cuando soy más
tentado? ¿Cómo me siento por lo general cuando soy más tentado?” Puede ser cuando estás cansado o solo
o aburrido o deprimido o bajo estrés. Puede ser cuando te han lastimado o estás enfadado o angustiado, o
después de un éxito.

“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien
devorar;” (1 Pedro 5.8).

Debes identificar tu modelo particular de tentación y luego prepararte para evitar esas situaciones tanto como
sea posible. La planeación sabia reduce la tentación.

“El camino de los rectos se aparta del mal; Su vida guarda el que guarda su camino” (Proverbios 16.17).

3. Pídele ayuda a Dios. La Biblia garantiza que nuestro clamor por ayuda será oído porque Jesús se
solidariza con nuestras luchas.

“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado
en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4.15).

Si Dios está esperando para ayudarnos a derrotar la tentación, ¿por qué no nos volvemos a él más a menudo?
A decir verdad, ¡a veces no queremos que nos ayude! Preferimos ceder a la tentación aunque sabemos que es
malo. En otros momentos nos avergonzamos porque seguimos cediendo a la misma tentación. Pero Dios no
se irrita ni se aburre ni se impacienta cuando seguimos recurriendo a Él.

“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno
socorro” (Hebreos 4.16).

4. Las tentaciones nos mantienen dependiendo constantemente de Dios. Cuando tropieces, en lugar de
ceder o rendirte, mira a Dios, espera que Él te ayude, y recuerda la recompensa que te espera.

“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de
vida, que Dios ha prometido a los que le aman” (Santiago 1.12).

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