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el poder de Dios
Quizás sientas en tu vida que necesitas algo, esto es bueno ya que así
te estás dando cuenta que es necesario que busques ayuda; aunque
no lo creas; tienes que hacerlo. Tal vez, muchas veces lo has
intentado y te das cuenta de que no lo has logrado, pero no te
preocupes; Dios es la solución a toda cruel tentación.
Dedicatoria………………………………………………………………
Introducción……………………………………………………………...
Capítulos.
A veces pensamos que Dios tiene que ver en algo cuando nosotros
somos tentados, y quizás muchos lo puedan afirmar, pero, en realidad
no es así. La Biblia dice: “Cuando alguno es tentado, no diga que es
tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el
mal, ni él tienta a nadie” (Santiago 1:13)
Por otra parte, Es muy fácil condenar a otros y excusarnos por los
malos pensamientos y por la conducta equivocadas que cometemos.
Algunas excusas pueden ser: (1) es la culpa de la otra persona; (2) no
lo pude resistir; (3) todos lo hacen; (4) fue solo un error; (5) nadie es
perfecto; (6) el diablo me obligó a hacerlo; (7) fui presionado; (8) no
sabía que era malo; (9) Dios me estaba tentando. Una persona que
presenta excusas procura pasar su culpa a algo o a alguien.
Por eso, El diablo a diario solo nos presenta tentaciones con el fin de
hacernos caer en el pecado. (1Juan 3:8) Tentación, en la mayor parte
de las veces en las Escrituras, esta palabra se usa en un sentido que
implica maldad, y quiere decir “inducir, solicitar o provocar al pecado.”
De ahí el nombre que aquí se da al maligno, “el tentador”.
Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que
mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?
Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu
poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los
hombres, sino a Dios.
Esto también ocurrió con Judas. El libro de Juan 13:2 dice: “Y cuando
cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas
Iscariote, hijo de Simón, que le entregase” El maligno lleno el corazón
de Judas de malas intenciones e hizo que negociara a su maestro por
dinero. Es decir; treinta monedas de plata (Mat. 26:14-16)
1Corintios 10:12 dice: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no
caiga.” Porque el Diablo anda como León rugiente buscando a quien
devorar. (1Ped. 5:8)
Jesús dijo: “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los
homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos
testimonios, las blasfemias.” (Mat. 15:19)
Lucas 6:45 dice: “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón
saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo
malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.”
Después volvió a decir Satanás: “No morirás” (Vers. 4), pero Dios le
había dicho por segunda vez: “El día que comas del árbol del bien y
del mal morirás” (Gen. 2:17). El maligno ataco la palabra de Dios para
poner la duda en la mujer y así, conducirla al pecado; y lo logró.
Paso # 4. El engaño
2Corintios 11:3 también dice: “Pero temo que como la serpiente con su
astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera
extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.” Por otra parte, La mujer
dijo a Dios: “La serpiente me engañó, y comí.” (Gen. 3:13)
Paso # 5. La desobediencia
Génesis 3:6 también dice: “Y vio la mujer que el árbol era bueno para
comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar
la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el
cual comió así como ella.” Luego, el hombre pecó por medio de Ella.
En estos pasajes se nos deja ver que las tentaciones del hombre son
provenientes de sus deseos que lo han seguido durante todo el
transcurso de su vida, Tales como el deseo de ser rico o conseguir
dinero a toda cuesta, más los deseos de sus apetitos carnales.
Gálatas 6:7,8 dice: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues
todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que
siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que
siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.”
Por otra parte, están las tentaciones Externas. Son las tentaciones
provenientemente del diablo, pero, éste se vale de diferentes formas
para presentarlas. Por lo que debemos tener mucho cuidado para
distinguirlas y no caer en ellas. Veámoslas:
*Tentaciones que provienen de personas que se oponen a Dios y a su
palabra. Tenemos que decir, Jesús y sus discípulos muchas veces se
enfrentaron cara a cara con este tipo de tentación. Y si a ellos les pasó
a nosotros también.
Mateo 16:1 dice: “Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y
le pidieron que les mostrase señal del cielo.”
Mateo 22:17,18 sigue diciendo: “Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito
dar tributo a César, o no? Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos,
les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas?”
Lucas 8:14 dice: “La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen,
pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los
placeres de la vida, y no llevan fruto.”
Marcos 4:18,19 también dice: “Estos son los que fueron sembrados
entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y
el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y
ahogan la palabra, y se hace infructuosa.” El relato de la parábola del
sembrador nos permite extraer una lección para todos. Los afanes de
este mundo, riquezas y placeres mundanales pueden hacer que
dejemos de servirle a Dios. (Ver Mat. 19:16-22; Luc. 18:18-24)
El mundo es una forma de tentación que el diablo ofrece (Mateo 4:8,9)
para desviar a los cristianos de la senda de la obediencia.
1Juan 2:15-17 dice: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el
mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los
deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre,
sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la
voluntad de Dios permanece para siempre.”
Y 2Pedro 2:9 también dice: “El Señor sabe librar de tentación a los
piadosos…” Nuestra victoria es garantizada solo con la ayuda de Dios.