Está en la página 1de 22

COMO VENCER LA TENTACIÓN con

el poder de Dios

“Porque nada hay imposible para Dios”


Lucas 1:37
Dedicatoria
Dedicado primeramente a Dios quien es el ser que me bendice
conforme a su voluntad.

En segundo lugar, a mi familia, quienes han sido el regalo que el cielo


me ha dado.

Y en tercer lugar a cada lector, que busca en Dios la fortaleza para


vencer toda tentación.
Introducción
El pecado es como una lepra contagiosa que azota al mundo. Por
doquier, vemos personas con problemas, enfermedades, aflicciones,
tristezas, angustias, llantos, dolor y muerte. Esta es la gran realidad.
Cada uno de nosotros nos estaremos enfrentando a estas situaciones
difíciles, y solamente podremos ser capaces de superarlos con la
ayuda de nuestro padre celestial.

Enfrentar los problemas no es nada fácil; vencerlos aun peor, por lo


tanto, se requiere la ayuda de aquel que es capaz de vencerlo todo;
porque para Dios nada es imposible. Nosotros debemos colocar todas
nuestras cargas ante Dios para poderlas superar.

Quizás sientas en tu vida que necesitas algo, esto es bueno ya que así
te estás dando cuenta que es necesario que busques ayuda; aunque
no lo creas; tienes que hacerlo. Tal vez, muchas veces lo has
intentado y te das cuenta de que no lo has logrado, pero no te
preocupes; Dios es la solución a toda cruel tentación.

Las tentaciones las encontraras en todas partes: En la casa,


vecindario, calles, trabajo, autobús, taxi, gimnasio, discotecas, estadio
de futbol y en todos los lugares por donde transites; porque mientras
exista el tentador, allí estará la tentación. Para los hombres y mujeres
es difícil vencerla; pero lo que es imposible para los hombres, es
posible para Dios.
CONTENIDO

Dedicatoria………………………………………………………………

Introducción……………………………………………………………...

Capítulos.

Capítulo # 1. ¿Quién es el tentador?…………………………………

Capítulo # 2. La tentación está en todas partes…………………….

Capítulo # 3. Cómo opera la tentación……………………………….

Capítulo # 4. Los dos tipos de Tentación…………………………….

Capítulo # 5. Tentado no sedas……………………………………….

Capítulo # 6. La tentación y la debilidad humana.…………………..

Capítulo # 7. El origen del pecado…………………………………....

Capítulo # 8. Vence donde has caído………………………………..

Capítulo # 9. Sí, se puede vencer la tentación………………………

Capítulo # 10. El pecador y el poder Divino………………………….

Capítulo 11. Es necesario nacer de nuevo…………………………..

Capítulo 12. Orad para que no caigas en tentación………………...


¿Quién es el tentador?

A veces pensamos que Dios tiene que ver en algo cuando nosotros
somos tentados, y quizás muchos lo puedan afirmar, pero, en realidad
no es así. La Biblia dice: “Cuando alguno es tentado, no diga que es
tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el
mal, ni él tienta a nadie” (Santiago 1:13)

Santiago aclara que Dios no induce a nadie a hacer lo malo. Pero, no


puede evitar que seamos tentados por el mal. 1Corintios 10:13 dice:
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel
es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir,
sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que
podáis soportar.”

Que nadie piense que Dios le impone una necesidad inevitable de


pecar. Esta clase de acusación fue la que nuestros primeros padres
levantaron contra Dios después de su pecado (Gen. 3:12-13) Adán
acusó a Dios de crear a Eva como su esposa, y ésta a su vez, acusó
al Señor de colocar la serpiente en el huerto del Edén. Ambos
acusaron a Dios de forma indirecta. No acuse a su Hacedor de crear
las insinuaciones al pecado con las cuales se enfrenta diariamente.

Por otra parte, Es muy fácil condenar a otros y excusarnos por los
malos pensamientos y por la conducta equivocadas que cometemos.
Algunas excusas pueden ser: (1) es la culpa de la otra persona; (2) no
lo pude resistir; (3) todos lo hacen; (4) fue solo un error; (5) nadie es
perfecto; (6) el diablo me obligó a hacerlo; (7) fui presionado; (8) no
sabía que era malo; (9) Dios me estaba tentando. Una persona que
presenta excusas procura pasar su culpa a algo o a alguien.

Dios prueba a las personas pero no las tienta para conducirlas al


pecado. Permite que Satanás las tiente a fin de refinar su fe y
ayudarlas a que crezcan en su dependencia de Cristo. Podemos
soportar la tentación del pecado si le pedimos a Dios fortaleza y
decidimos actuar en obediencia a su Palabra. El libro de Santiago 1:12
dice: “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque
cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios
ha prometido a los que le aman.”

El cristiano probado será un cristiano coronado. La corona de la vida


se promete a todos los que tienen el amor de Dios reinando en sus
corazones. Toda alma que ama verdaderamente a Dios tendrá sus
pruebas en este mundo; y plenamente recompensadas en el mundo
venidero, donde la dicha de la felicidad y el amor es perfeccionado.

Mientras vivimos aun en este mundo las tentaciones aparecerán,


porque el tentador no las presentará. La Biblia nos dice, quien es el
tentador en el libro de Mateo capítulo 4 versículos del 1 al 10. Mateo,
en este pasaje, introduce por primera vez a uno de los personajes más
destacados y más activos en su Evangelio, y lo hace con tres nombres
o términos descriptivos: el diablo (v. 1), el tentador (v. 3) y Satanás (v.
10). Estos tres términos se usan indistintamente en referencia a la
misma persona.

A través de la Biblia Satanás se presenta como el Tentador (1Tes. 3:5)


Y con otros nombres que se le suelen dar a él en Antiguo y Nuevo
Testamento. Beelzebub (Marcos 12:24), el malo (Marcos 13:19), el
enemigo (Marcos 13:39), homicida y padre de mentira (Juan 8:44),
Belial (2Cor. 6:15), vuestro adversario (1Ped. 5:8), pecador (1Juan
3:8), Abadón y Apolión (destructor o exterminador; Apoc. 9:11), el
dragón (Apoc. 12:3), y la serpiente antigua que engaña (Apoc. 12:9)

Diablo (calumniador, acusador).(Luc. 4:2, 13). Dios de este siglo. Una


referencia a su gobierno sobre las estructuras humanas negadoras de
Dios (2Cor. 4:4). El maligno. Es el que, siendo malo, vive
intensamente para hacer mal a los seres humanos (Jn 17:15; 1Jn
5:18). Lucifer (brillante, de mucha luz). Así se le llama en Isaías14:12.

Querubín protector. Una alusión a su lugar privilegiado en la creación,


cosa que, de por sí, llama a respeto (Ezequiel 28:14,16). Príncipe de
este mundo. En el sentido del cosmos compuesto por los ángeles y
hombres que se oponen a Dios (Juan 12:31; Juan 16:11). Príncipe de
la potestad del aire. Título que pone énfasis en su dominio sobre los
seres angelicales malignos (Efesios 2:2).

La Biblia no procura explicar el origen del diablo, pero da por sentado


su existencia. El diablo es un ángel caído que se rebeló contra Dios.
(Apoc. 12:7-9) Se presenta siempre obrando contra Dios y todos los
que se someten a él. Los nombres citados arriba dan una idea clara de
su naturaleza malvada, pero, Satanás nunca se presenta en su
verdadera naturaleza. Es muy sutil y es capaz de engañar hasta a los
más fieles. Pablo dice que se disfraza como ángel de luz (2Cor. 11:14)

Satanás tentó a Eva en el jardín, también a Jesús en el desierto.


Satanás es un ángel caído, malo, astuto, engañador y poderoso.
Existe de veras, no es simbólico, y constantemente está luchando en
contra de los que obedecen y siguen a Dios. Las tentaciones de
Satanás son reales. Él quiere que hagamos las cosas a su manera o
la nuestra, pero no como Dios quiere.

Por eso, El diablo a diario solo nos presenta tentaciones con el fin de
hacernos caer en el pecado. (1Juan 3:8) Tentación, en la mayor parte
de las veces en las Escrituras, esta palabra se usa en un sentido que
implica maldad, y quiere decir “inducir, solicitar o provocar al pecado.”
De ahí el nombre que aquí se da al maligno, “el tentador”.

En una ocasión el Apóstol Pablo habiendo enviado a Timoteo, a los


hermanos Tesalonicenses, Pablo estaba profundamente interesado en
saber si ellos estaban manteniendo su fe. Era posible que Satanás los
hubiera tentado de tal manera que la iglesia hubiera sido destruida, y
todo el trabajo que había realizado hubiera sido en vano.

El texto sagrado dice: “Por lo cual también yo, no pudiendo soportar


más, envié para informarme de vuestra fe, no sea que os hubiese
tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano.”
(1Tesalonicenses 3:5)

El principal propósito de la visita de Timoteo era confirmar y fortalecer


a los creyentes para que ninguno se apartara de la fe. El segundo
propósito de la misión de Timoteo era exhortar a los creyentes. Eso
incluiría un repaso de lo que se les había enseñado, una ampliación
de sus horizontes doctrinales y un fortalecimiento de su experiencia
cristiana diaria. Todo eso se resume en las palabras “respecto a
vuestra fe”.

Aunque ninguna tentación es tan grande que pueda ser irresistible (1


Cor. 10:13), los creyentes no siempre la resisten con éxito. El creer en
el poder de Dios para preservar a su pueblo no libró a Pablo de
preocuparse y orar por ellos.

El objetivo del maligno es destruir nuestra fe, ministerio, familia,


trabajo, conyugue y finalmente nuestra vida. Lucas 22:31,32 dice: “Dijo
también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para
zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte;
y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.” ¡Cuán importante es
orar por los demás para que puedan resistir las asechanzas del malo!

En otro episodio registrado en el Antiguo Testamento satanás también


pidió permiso a Dios para poner a prueba a Job y El Dios de los cielos
se lo concedió (Job. Cap. 1; 2) como resultado al patriarca le sobre
vinieron calamidades, sufrimientos, una enfermedad, y muerte de
todos sus hijos. Todo esto le ocurrió el mismo día. Por su parte, la fe
de este hombre se mantuvo intacta.

El libro de Job 1:21,22 relata: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y


desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de
Jehová bendito. En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios
despropósito [mal] alguno.”

En la primera prueba de Satanás, Job perdió sus posesiones y a su


familia, pero reaccionó correctamente hacia Dios al reconocer su
soberana autoridad sobre todo lo que Él le había dado. Satanás perdió
el primer asalto. Job pasó la prueba y demostró que la gente puede
amar a Dios por lo que Él es, no por lo que da.

La total sumisión a la voluntad divina, aun en medio de los peores


sufrimientos, ha hecho de Job el prototipo del hombre paciente
(Santiago 5:11) y un ejemplo digno a seguir. Las pruebas y las
tentaciones que nos pasen en nuestra vida pueden ser superadas con
la ayuda de nuestro Dios. ¡Si Job fue capaz, nosotros también
podemos! Pongamos toda nuestra voluntad y total sumisión a la
voluntad de Dios, para poder resistir en la hora de la prueba o de la
tentación.

En el Nuevo Testamento encontramos varios episodios donde


personas comunes y corrientes como nosotros no colocaron su
voluntad y total sumisión a Dios, como resultado Satanás los tentó y
los hizo caer, haciendo ellos la voluntad de él más no la de Dios.

El libro de Hechos 5:1-6 nos presenta uno de los acontecimientos


registrados. El texto bíblico dice: “Pero cierto hombre llamado
Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y sustrajo del
precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la
puso a los pies de los apóstoles.

Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que
mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?
Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu
poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los
hombres, sino a Dios.

Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor


sobre todos los que lo oyeron. Y levantándose los jóvenes, lo
envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron.” Y los versículos siguientes
nos dejan ver claramente que a la mujer de este hombre le ocurrió lo
mismo que él; por no hacer la voluntad de Dios. (Vers. 7-10)

El pecado de Ananías y Safira consistía en el engaño: hacer creer que


entregaban todo el dinero de la venta, cuando en realidad entregaban
solo una parte. El relato del pasaje anterior trae a la memoria el caso
de Acán (Jos. 7), que guardó para sí una parte de lo consagrado a
Dios.

Otro pecado básico de Ananías y Safira era el de la hipocresía:


estaban viviendo una gran mentira. El pecado de esta pareja consistió
en haber querido dejar la impresión de que habían entregado a los
apóstoles todo el precio de la venta del campo, sin retener nada para
sí, y que hacían como había hecho Bernabé. (Hechos 4:36,37)

Por otra parte, El pecado de esta pareja de esposos también fue


mentir a Dios y a su pueblo al decir que dieron todo, pero en realidad
se reservaban parte para ellos, tratando de parecer más generosos de
lo que en verdad eran. En otras palabras, querían pasar por generosos
y a la vez quedarse con parte del dinero.

Satanás tiene el poder de distorsionar el pensamiento de los


cristianos, y también de aquellos que no lo son, lo cual confirma que
no podemos darle oportunidad alguna (Efes. 4:27) Precisamente esto,
fue lo que Pedro dijo: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón…?
Ananías le dio oportunidad a Satanás y sus pensamientos se
desviaron de los propósitos divinos.

Esto también ocurrió con Judas. El libro de Juan 13:2 dice: “Y cuando
cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas
Iscariote, hijo de Simón, que le entregase” El maligno lleno el corazón
de Judas de malas intenciones e hizo que negociara a su maestro por
dinero. Es decir; treinta monedas de plata (Mat. 26:14-16)

El diablo usó la avaricia e incredulidad de Judas para influir en lo que


Judas haría al traicionar a Cristo; pero Judas no perdió control de su
propia voluntad y actuó intencionalmente, y por tanto fue culpable por
sus acciones. (Juan 13:27)

En toda la Biblia se registran las historias de aquellos hombres y


mujeres que fueron tentados, algunos alcanzaron victorias, mientras
que otros obtuvieron derrotas, pero cada uno de ellos fue responsable
ante Dios por sus acciones; además padecieron las consecuencias de
sus decisiones positivas o negativas.

Cada hecho histórico en la palabra de Dios es un registro que nos


sirve como ejemplo para nosotros que hemos alcanzado el fin del
tiempo. Con el objetivo de no repetir la triste historia de muchos, pero,
si las victorias de otros. (1Cor. 10:11)
La tentación está en todas partes

Mientras exista el Tentador también existirá la tentación. El diablo


siempre nos atacara en los momentos de mayor debilidad, porque es
entonces cuando con mayor facilidad podríamos caer. Por eso es de
vital importancia que se conserven las fuerzas físicas y mentales en un
elevado nivel de vitalidad y eficiencia.

Todo lo que pueda debilitar esas fuerzas, debilita nuestra defensa


contra los engaños del tentador. El trabajar demasiado, dejar de hacer
ejercicio, comer mal, dormir poco, o hacer cualquier cosa que
disminuya la viveza intelectual o el control de las emociones, tiende a
abrir el camino para que el maligno penetre en el alma. El albergar
pensamientos de desánimo, derrota o resentimiento tiene el mismo
efecto para que el enemigo dañe nuestra vida.

Fue el diablo quien al principio trajo el pecado al mundo. Él fue quien


hizo padecer a Job, engañó a David y causó a Pedro una grave caída.
La Biblia le llama, “asesino, mentiroso, y león rugidor.” En su
enemistad contra nuestras almas, jamás duerme. Por mas de 6,000
años ha estado ocupado en arruinar hombres y mujeres, para
arrastrarlos al dolor, desgracia, miseria, sufrimiento y muerte.

Aprendamos, que no debemos considerar las tentaciones como una


cosa extraña. “El discípulo no es más que su maestro, ni el criado que
su amo”. Si Satanás se acercó a Cristo para tentarlo, se acercará
también a los cristianos. Recordemos todos los días, que si queremos
salvarnos, debemos no solamente crucificar la carne, y vencer al
mundo, sino también “resistir al diablo” (Santiago 4:7)

Resistir al maligno no es cuestión de un momento o de un lugar


específico; porque él está en todas partes, y sus tentaciones se
despliegan a lo largo y ancho del planeta tierra; por lo tanto, donde nos
encontremos seremos tentados por él o sus compinches demoniacos;
Con el fin de arrastrarnos al pecado para ser sus caudillos. (1Juan 3:8)
La tentación esta en la casa.
La familia es la primera institución que Dios estableció como la base
de la sociedad. Las tentaciones familiares se presentan con el objetivo
malévolo de desintegrarla o destruirla. El primer interés del diablo es
dañar las familias. (Juan 10:10) Y tiene muchas maneras de tentarlas.

*La primera tentación es la separación entre los conyugues. Si


cualquier pareja padece una tentación como esta, es mejor
preguntarle a Dios si éste es el mejor camino que se debe tomar, Por
otra parte, los conyugues deben tener en cuenta los años de
convivencia juntos y los hijos, también pesan en esta decisión.

1Corintios 7:10,11 dice: “Pero a los que están unidos en matrimonio,


mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y
si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el
marido no abandone a su mujer.”

*La segunda tentación es no tener relaciones sexuales con su pareja.


Muchas parejas en el mundo deciden no tener intimidad marital con su
conyugue, aunque puede ser respetable por los problemas internos de
la relación sentimental, es bueno que dialoguen y, no se prolongue por
demasiado tiempo, por bien del uno y también del otro.

1Corintios 7: 3-5 dice: “El marido cumpla con la mujer el deber


conyugal, y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene
potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el
marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis
el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento,
para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en
uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.”

*La tercera tentación es traer a vivir un tercero. El hombre y la mujer


cuando forman su propio hogar deben hacerlo de acuerdo a la
ordenanza divina registrada en el libro del Génesis 2:24. Deben vivir
solos y lejos de sus padres o de una tercera persona ajena a su hogar
sea hombre o mujer. Si no se tiene en cuenta este principio se pueden
complicar la vida. Y si son una pareja que están contemplando la idea
de la separación o divorcio; y por otra parte, no tienen intimidad sexual
y todo anda mal en la relación, el enemigo los tentara con una tercera
persona en su hogar.

1Corintios 10:12 dice: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no
caiga.” Porque el Diablo anda como León rugiente buscando a quien
devorar. (1Ped. 5:8)

Es sorprendente como el enemigo se vale de las buenas intenciones


de las personas y las convierte en una tentación para los demás. Por
ejemplo: Dar un alojamiento a alguien amigo(a) o familiar y, resulta ser
un violador o alguien que se llevó al marido y la mujer ajena. Estos son
los miles de casos que estamos viendo a diario, y hoy son noticias por
el periódico y la televisión porque el diablo anda suelto buscando a
quien devorar. Evite que satanás dañe su hogar si aún no lo ha
destruido.

La Tentación esta en el vecindario y en la calle.


La tentación esta en las calles con todo tipo de disfraz, desde la
seducción hasta los peligros nocturnos; además hay Invitación a la
drogadicción, al alcoholismo, bailes sensuales, los juegos de azar, la
música, la moda, el sexo desenfrenado (fornicación, prostitución),
pornografía, malas amistades, y las propagandas audiovisuales con
insinuación al pecado.

Por otra parte, los hombres y mujeres beben aprender a no codiciar


las cosas ajenas como Equipos, bienes, casas, Trabajos, hijos, ni
mujer ni hombre, ni nada que este dentro de las puertas de nuestros
vecinos. (Éx. 20:17)

En 1Corintios 7:1,2 Pablo, dice: “Paso ahora a los asuntos que me


planteasteis por escrito: «Es mejor no tener relaciones sexuales.»
Pero en vista de tanta inmoralidad, cada hombre debe tener su propia
esposa, y cada mujer su propio esposo. (Biblia al Día)
Es voluntad de Dios que tengamos nuestra propia pareja. Nosotros no
bebemos estar deseando la mujer ajena o el hombre ajeno; Aun si
alguien se nos insinúa debemos aprender a decir no a la tentación,
porque es la única manera que tenemos para que nuestras vidas,
familias, o ministerios no sean arruinados por el tentador. (Gen. 39:7-
12) No codiciemos las cosas ajenas para que Dios nos ayude a vencer
cuando llegue la tentación.

La Tentación esta en el trabajo.


En los lugares de trabajo se crean amistades que muchas veces se
convierten en tentaciones cuando son muy compenetradas entre un
hombre y una mujer. Por Ejemplo. Cuando se tiene una persona
confidente del sexo opuesto el cual está enterado de todos los
problemas maritales de nosotros, suele ocurrir que alguno de los dos
se sienta atraído por el otro.

Por otro lado, cuando se aceptan salidas, detalles, piropos o


invitaciones románticas de un compañero(a) de trabajo suele pasar
que las partes involucradas puedan ser infiel a su pareja sentimental.
Por eso, para evitar este tipo de episodios tan desafortunados sera
mejor no jugar con la tentación.

La tentación nunca dejara de existir en casa, vecindario, calle, trabajo


colegio, universidad, hospital, Iglesia, discoteca, gimnasio, playa o en
cualquier otro lugar en el que nos relacionemos, solo debemos pedir
ayuda a Dios para que nos proteja de caer en cualquier tentación.
2Pedro 2:9 dice: “sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y
reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio”

Al igual que Dios rescató a Lot de Sodoma, puede rescatarnos de las


tentaciones de un mundo malvado. Lot no estaba libre de pecado,
pero puso su confianza en Dios y fue protegido cuando se destruyó
Sodoma. El libro de Job 5:19 dice: “En seis tribulaciones te librará, Y
en la séptima no te tocará el mal.” Dios te ayude a ser un vencedor en
cualquier lugar donde te toque afrontar con la tentación.
Cómo opera la tentación

La palabra de Dios nos enseña que la tentación sigue un patrón de


cinco pasos, antes de convertirse en un pecado. Satanás nos invita a
través de la tentación a que lo sigamos a él, para incurrir en el pecado.
Esto es para que hagamos su voluntad como él lo quiere y no como
Dios manda. Los pasos son los siguientes:

Paso # 1. Ataque a la mente

La tentación siempre empieza en la mente, no en las circunstancias.


La mente es el lugar donde se fabrican los pensamientos buenos o
malos que con el tiempo se llevaran a cabo. Por eso el Libro de
proverbios 4:23 dice: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
Porque de él mana la vida.”

Jesús dijo: “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los
homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos
testimonios, las blasfemias.” (Mat. 15:19)

La palabra corazón en estos pasajes hace referencia a la Mente. El


fruto que damos en nuestras vidas son el resultado de lo que hay en
nuestra mente. Nosotros somos lo que pensamos y hablamos de las
cosas que hay en nuestro corazón.

Lucas 6:45 dice: “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón
saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo
malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.”

Paso # 2 Ataque a los ojos

Satanás identifica algo que tú deseas, y se da en la tarea de hacerte


un seguimiento hasta descubrir lo que te gusta ver tanto; porque él
sabe que los ojos son la lámpara de todo el cuerpo. Por eso debemos
prestar atención qué estamos viendo con nuestros ojos (Ex. 20:17)
Jesús mismo dijo: “La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo
es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno,
todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es
tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?” (Mat. 6:22,23)

El diablo usó la táctica del seguimiento y la observación con Eva.


Génesis 3:6 dice: “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y
que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la
sabiduría…” El relato bíblico nos permite entender que a los seres
humanos todo le entra por los ojos.

Mateo 5:29 también, dice: “Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión


de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de
tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.”

Paso # 3. Ataque a la verdad

Satanás siempre esta en contra de lo que Dios dice en su palabra y lo


que busca es que los seres humanos duden de lo que Dios dice, para
que no crean a la verdad sino a la mentira que él habla. (Jn 8:44) Es
decir, no le crean a Dios.

Ejemplo: Gen. 3:1 Satanás (Serpiente) dijo, a la mujer: “¿Conque Dios


os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” pero Dios había
dicho: “De todo árbol del huerto podrás comer” (Gén. 2:16)

Después volvió a decir Satanás: “No morirás” (Vers. 4), pero Dios le
había dicho por segunda vez: “El día que comas del árbol del bien y
del mal morirás” (Gen. 2:17). El maligno ataco la palabra de Dios para
poner la duda en la mujer y así, conducirla al pecado; y lo logró.

Paso # 4. El engaño

El engaño es un arma que el enemigo usa para hacer creer a las


personas que las promesas de Dios no se cumplirán o están
demorando mucho en cumplirse y que su palabra a perdido valor.
Esto no es cierto, Isaías 40:8 dice: “Sécase la hierba, marchítase la
flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.”
La única manera para no caer en el error del engaño es creyéndole a
la verdad. (Juan 17:17) El diablo obra como alguien que habla con la
verdad pero en realidad lo único que hace es confundir nuestros
sentidos porque actúa como un ángel de luz. (2Cor. 11:14)

2Corintios 11:3 también dice: “Pero temo que como la serpiente con su
astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera
extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.” Por otra parte, La mujer
dijo a Dios: “La serpiente me engañó, y comí.” (Gen. 3:13)

Paso # 5. La desobediencia

La desobediencia es el paso final que el diablo busca en todas las


personas para llevarlos al pecado. La desobediencia la podemos
definir como hacer la voluntad del enemigo y lo que yo quiero, sin
importarme cuál es la voluntad de Dios. La desobediencia es también
rebelión o apostasía. El primer pecado de Adán y Eva fue la
desobediencia. (Gen. 3:1-6)

1Timoteo 2:14 dice: “y Adán no fue engañado, sino que la mujer,


siendo engañada, incurrió en transgresión.” Primero pecó la Mujer.

Génesis 3:6 también dice: “Y vio la mujer que el árbol era bueno para
comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar
la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el
cual comió así como ella.” Luego, el hombre pecó por medio de Ella.

Romanos 5:12 dice de Ambos lo siguiente: “Por tanto, como el pecado


entró en el mundo por un hombre (varón y hembra), y por el pecado la
muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos
pecaron.” Hoy todos somos constituidos pecadores. (Cap. 3:23)

Como pecadores que somos todos nosotros estamos sujetos a la


tentación. La tentación no es Pecado. Tentación es solamente el
deseo o la invitación para pecar, únicamente cuando la tentación es
consumada lleva al pecado, mientras No. Nuestra súplica a Dios debe
ser: Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno,
Ayúdanos a resistirlo, y vencer toda cruel tentación.
Los dos tipos de tentación

Existen solamente dos tipos de tentación, interna y externa. La


tentación interna proviene de nuestros propios deseos pecaminosos
por los cuales somos atraídos y seducidos. Los deseos carnales son
una vía por medio del cual las personas son tentadas.

Santiago 1:13-15 dice: “Cuando alguno es tentado, no diga que es


tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el
mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su
propia concupiscencia (pasión) es atraído y seducido. Entonces la
concupiscencia (pasión), después que ha concebido, da a luz el
pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.”

1Timoteo 6:9,10 también dice: “Porque los que quieren enriquecerse


caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que
hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos
los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se
extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.”

En estos pasajes se nos deja ver que las tentaciones del hombre son
provenientes de sus deseos que lo han seguido durante todo el
transcurso de su vida, Tales como el deseo de ser rico o conseguir
dinero a toda cuesta, más los deseos de sus apetitos carnales.

Gálatas 6:7,8 dice: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues
todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que
siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que
siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.”

Son millones de personas que siembran para la carne. Gálatas 5:19-


21 dice: “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio,
fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades,
pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias,
homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca
de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que
practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.”

Es la voluntad de Dios que todos los creyentes no se dejen guiar por


los impulsos pecaminosos de la carne, sino por los deseos del Espíritu
los cuales son contrarios a los de la carne y viceversa.

El libro de Gálatas 5:17 dice: “Porque el deseo de la carne es contra el


Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre
sí, para que no hagáis lo que quisiereis.”

Por lo tanto, el consejo de Pablo a los cristianos es: “…Desechemos,


pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y
borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino
vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la
carne.” (Romanos 13:12-14)

Y el mismo Apóstol en otra parte, dice: “En cuanto a la pasada manera


de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los
deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y
vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad
de la verdad.” (Efesio 4:22-24)

“Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas


en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y
toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando
cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2Corintios 10:4,5)

En estos pasajes bíblicos los protagonistas principales somos


nosotros; no Dios. Nosotros somos los invitados a renovarnos nuestra
mente y poner nuestros pensamientos a la obediencia a Cristo y
vestirnos del nuevo hombre, creado según Dios.

Por otra parte, están las tentaciones Externas. Son las tentaciones
provenientemente del diablo, pero, éste se vale de diferentes formas
para presentarlas. Por lo que debemos tener mucho cuidado para
distinguirlas y no caer en ellas. Veámoslas:
*Tentaciones que provienen de personas que se oponen a Dios y a su
palabra. Tenemos que decir, Jesús y sus discípulos muchas veces se
enfrentaron cara a cara con este tipo de tentación. Y si a ellos les pasó
a nosotros también.

Mateo 16:1 dice: “Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y
le pidieron que les mostrase señal del cielo.”

Mateo 19:3 también dice: “Entonces vinieron a él los fariseos,


tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por
cualquier causa?”

Mateo 22:17,18 sigue diciendo: “Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito
dar tributo a César, o no? Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos,
les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas?”

Como vemos en estos pasajes, una manera en la que el diablo tienta a


gentes que sirven y obedecen a Dios es por medio de otras personas,
con el fin de que no hagan la voluntad de Dios expresada en su santa
palabra. (Biblia) pero, este tipo de tentación puede ser refutada con un
categórico: escrito está. (Mat. 4:4, 7,10)

*Tentaciones que provienen del mundo. El mundo ofrece riquezas,


placeres por doquier, y preocupaciones de todo tipo. Personas de
todas las nacionalidades pasan por esta tentación y hasta los
cristianos padecen también este tipo de tentación.

Lucas 8:14 dice: “La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen,
pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los
placeres de la vida, y no llevan fruto.”

Marcos 4:18,19 también dice: “Estos son los que fueron sembrados
entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y
el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y
ahogan la palabra, y se hace infructuosa.” El relato de la parábola del
sembrador nos permite extraer una lección para todos. Los afanes de
este mundo, riquezas y placeres mundanales pueden hacer que
dejemos de servirle a Dios. (Ver Mat. 19:16-22; Luc. 18:18-24)
El mundo es una forma de tentación que el diablo ofrece (Mateo 4:8,9)
para desviar a los cristianos de la senda de la obediencia.

1Juan 2:15-17 dice: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el
mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los
deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre,
sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la
voluntad de Dios permanece para siempre.”

El libro de Santiago 4:4 también dice: “¡Oh almas adúlteras! ¿No


sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?
Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye
enemigo de Dios.”

La mundanalidad empieza en el corazón y se caracteriza por estas


tres actitudes: (1) deseos de la carne, afán por la satisfacción de
deseos físicos, (2) deseos de los ojos, anhelo y acumulación de cosas,
y (3) vanagloria de la vida, obsesión con el nivel social o la importancia
de uno.

Cuando la serpiente tentó a Eva (Gen. 3:6), la tentó en estos tres


aspectos. También cuando el diablo tentó a Jesús en el desierto, esas
fueron sus tres esferas de ataque (véase Mat. 4:1-11) y actualmente
son las mismas armas que usa también contra nosotros para
tentarnos.

La tentación es una herramienta satánica para invitarnos al pecado, y


mientras tengamos vida las padeceremos; Ya sea la tentación interna
o externa. La única manera para no caer en tentación será buscar la
fuente divina porque si no lo hacemos. Jesús dijo: “Separados de mi
nada podéis hacer” (Juan 15:5) pero si buscamos su ayuda; El libro de
Hebreos 2:18 dice: “Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado,
es poderoso para socorrer a los que son tentados.”

Y 2Pedro 2:9 también dice: “El Señor sabe librar de tentación a los
piadosos…” Nuestra victoria es garantizada solo con la ayuda de Dios.

También podría gustarte