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VENTAJAS

- Acceso a contenido adaptado y útil. Los niños pueden aprender mucho a través de aplicaciones y
contenido disponible tanto en aplicaciones específicas como en Internet de forma sencilla y
directa.

- Para los padres, poder seleccionar un contenido adecuado es una gran ventaja frente a otras
fuentes de entretenimiento como la televisión, en la que no podemos controlar su parrilla. Hay
aplicaciones de series, de documentales, de películas, en las que podemos hacer una lista cerrada
de reproducción y controlar al 100% lo que ve el niño sin preocuparnos de que vea algo poco
adecuado.

- Entretenimiento no aislado. Que un niño use una aplicación o un dispositivo para entretenerse
no significa que tenga que estar solo. Puede jugar con su familia, con sus amigos e incluso, con
personas de todo el mundo, siempre con control en este último caso. Puede socializar y encontrar
intereses comunes a través de estos juegos.

- Mejora de la atención, lectoescritura, memoria, cálculo mental… Muchas aplicaciones están


creadas con el fin de estimular la educación de los niños y algunas parcelas concretas de su
aprendizaje mediante juegos y cuentos.
Niños y tecnología: Consejos para los padres para evitar un uso indebido

Hace unos días reflexionamos sobre las ventajas e inconvenientes que tiene la tecnología en los
niños y cómo padres y comunidad educativa están todavía debatiendo qué postura adoptar al
respecto.

Lo que sí podemos afirmar es que existe una serie de consejos o recomendaciones para que, si
hemos decidido que nuestros hijos hagan uso de estos dispositivos, lo hagan de forma
beneficiosa para su desarrollo.

- Lo primero de todo es que seamos conscientes de que los padres son un modelo para sus hijos.
Por lo tanto, si los pequeños de la casa ven que sus padres no se despegan de sus dispositivos,
juegan a la consola durante horas, no salen a la calle, siempre tienen el portátil en marcha… Lo
más normal es que los niños imiten ese comportamiento. En cambio, si ven que los progenitores
hacen un uso normal y además, tienen un tiempo de ocio de calidad al aire libre alternativo a la
pantalla, será más sencillo que copien ese modelo.

- Los niños nunca deben estar solos mientras usen un dispositivo. Siempre debe haber un adulto
que organice y supervise el uso, que fije un momento de comienzo y otro de final, sin discusión.

- Los dispositivos no sustituyen ni a los amigos ni a la educación. Por lo tanto, este


entretenimiento nunca es una alternativa, sino una opción más. El niño debe conocer más tipos de
juego y estar al aire libre, la pantalla nunca debe ser la primera opción.

- Se debe motivar a los niños a disfrutar del tiempo al aire libre y a hacer deporte. Si el entorno
de los menores más habitual no suele hacer este tipo de cosas, podemos apuntar al niño a clases o
buscar un grupo de asociaciones vecinales o algo semejante que organice actividades en parques y
plazas.

- El contenido y las aplicaciones que el niño use deben ser supervisadas y controladas. A ser
posible, deben ser educativas y estimulantes en un 90% y susceptibles de ser usadas en grupo,
para que el niño juegue con sus padres, hermanos o amigos.

- Se debe reforzar el comportamiento positivo y libre con respecto al dispositivo y no debe ser un
modo de callar o entretener rápido y fácil. El niño debe ser capaz de estar tranquilo, comer,
disfrutar de la compañía ajena y entretenerse sin usar una pantalla.

Ante cualquier duda con respecto al uso de la tecnología, los padres deben hablar tanto con el
pediatra como con el maestro u orientador del niño para saber cómo actuar al respecto.
Martín y Paula no lo podían creer: una tarde, mientras jugaban con su hijo Emiliano, se
encontraron que su niño, de 7 años, dominaba el manejo de un dispositivo móvil de la manera en
que el propio padre no lo había conseguido. El niño escribía, jugaba y hasta le explicaba a su papá
cómo era que hacía para ir de un lado a otro sin dudar: su hijo era  su maestro de tecnología de
cabecera. 

Muchos creen que los niños modernos vienen con un “chip”  incorporado que los hace ser duchos
en materias tecnológicas desde muy pequeños. Y aunque este tema puede enorgullecer a muchos
padres,  ya que incluso la tecnología puede ser un gran estímulo para su aprendizaje, por causa de
su abuso muchos niños están perdiendo habilidades sociales por causa de que sus días no pasan,
como antes, jugando con otros niños, sino sentados frente a un aparato tecnológico.

Te resumimos los pros y los contras de incluir a la tecnología en el diario vivir de tus niños:

Tecnología, aliada del aprendizaje

En el colegio, en su casa y en otros diferentes que frecuenta, un niño puede encontrar a un adulto
“pegado” a un teléfono móvil o computador de alta tecnología. Cuando le  prestan un aparato
tecnológico,  un cúmulo de estímulos llega a su cerebro. 
Los teléfonos inteligentes, tabletas, computadores y otros adminículos tecnológicos pueden darle
a los niños ventajas como:

 Desarrollo de habilidades para niños con problemas de aprendizaje.

 Los puede ayudar en el proceso de aprender a hablar y comunicarse correctamente con


los demás.

 Jugando, puede desarrollar autoconfianza al superar nuevos retos.

 Pueden incluso realizar  la actividad física que necesitan  gracias a los videojuegos con


temáticas deportivas.

 Puede también encontrar y disfrutar material educativo diseñado especialmente para


ellos (documentales, películas, instructivos, etc.).

"(La tecnología) puede ser una herramienta útil e interesante si se utiliza en el lugar adecuado
para ayudarnos a aprender, y no todo el tiempo ni como reemplazo de otras cosas" aseguró elen
Moylett, presidenta de Early Education, para la revista BBC del Reino Unido.
“La tecnología no muerde ni nos hace daño. Su impacto en los niños depende del uso que los
padres orienten. Educar es ayudar a los niños a crear conexiones valiosas en su cerebro”. Con
estas palabras inicia su explicación Álvaro Bilbao, neuropsicólogo egresado del Hospital Johns
Hopkins (EE. UU.), psicoterapeuta, doctor en psicología de la salud de la Universidad de Deusto, y
creador del portal www.elcerebrodelniño.com.com, en el que se habla de la incidencia de la
tecnología en el cerebro de los pequeños.

Lo primero que deben saber los padres es que “el cerebro no cambia, sino que añade estructuras
nuevas. La maduración completa del órgano se da hacia los 23 años, momento en que tiene su
máximo volumen y mayor número de conexiones neuronales. Ahora bien, lo que más influye en la
capacidad intelectual del niño son la genética, el nivel intelectual de los infantes con los que se
relaciona y sus padres. Tienen más efecto en su desarrollo cerebral cosas sencillas que programas
de estimulación muy complejos”.

Sin embargo, son múltiples los estímulos electrónicos y los padres desconocen aún cuál debe ser el
manejo y el impacto en el desarrollo cerebral del infante. Desde la perspectiva de la neurociencia,
aún no se conoce en su totalidad el impacto que las nuevas tecnologías genera, pero estudios
recientes demuestran que un mayor tiempo de exposición a dispositivos (teléfonos inteligentes,
tabletas, consolas de juego y televisión) arroja mayores índices de obesidad, miopía, déficit de
atención y depresión infantil. Además, es probable que se dé una afectación en la maduración de
distintas estructuras y funciones del cerebro en desarrollo. (Puedes leer: ¿Cómo cambia el cerebro
internet?)

Sacarle provecho

Sin embargo, hay que mirar todo lo bueno que puede aportar, pues la tecnología es una
herramienta maravillosa que nos facilita la vida, nos ayuda a disfrutarla, a tener actividades
intensas y estimulantes. A los padres les ahorra trabajo ya que pueden explicar todo a sus hijos, de
manera más asertiva y acceder a más información. (Recomendado: Consejos de seguridad para el
uso adecuado de Internet en familia)

En lo positivo, es una fuente de alta estimulación en fase de adquisición y mantenimiento de


habilidades en los niños, siempre y cuando cuenten con la estricta supervisión de adultos,
específicamente en torno a los contenidos, los objetivos y los tiempos de uso.

Ahora bien, el rápido acceso a la información les permite a los niños nuevas formas de
organización de los datos, diferente a lo que primaba antes: la memoria ya no se concibe solo en
procesos de repetición y acumulación, sino en nuevas formas de procesamiento de datos.

El lado negativo podría relacionarse con la dependencia y la tendencia a una baja exigencia para
pretender memorizar, sin esforzarse por codificar datos, almacenarlos y recuperarlos. Así, se
entrena a los niños en un acceso a veces mediocre a la información, dependiendo de una fuente
externa, sin estimular sus propias capacidades cerebrales.

Con respecto a los niveles de concentración sucede lo mismo; puede ser positivo si se relaciona
cómo la adaptación a estas nuevas tecnologías favorece la integración rápida de estímulos, la
habilidad de los niños para seleccionar datos y para alternar su esfuerzo entre distintos tipos de
datos, así como la rapidez y el uso que les dan a los mismos, filtrándolos y organizándolos. Pero, si
el tiempo es excesivo, los estudios hablan de cómo pueden llegar a generar fallas atencionales
cuando se implementan los recursos cognitivos ante otras tareas que exigen atención y que ya no
están dadas solo por plataformas virtuales.

¿Niños más rápidos?

"Si bien hoy existen múltiples estímulos a los cuales es pertinente dar respuesta, no es posible
llegar a la conclusión de que los niños actuales son más rápidos. En cada momento de la historia se
han dado contingencias distintas frente a las que es necesario responder de manera precisa. Por
ello, asumir que por la influencia de la tecnología los niños contemporáneos 'son más rápidos' que
los de otros tiempos, carecería de fundamento empírico”, dice Marly Carolina Uribarren,
neuropsicóloga del Instituto Roosevelt. (Para tener en cuenta: Internet, para jugar y aprender)

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