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DOCUMENTOS,

TESTIMONIOS Y
PRUEBAS

Módulo 3 – Unidad 3

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UNIDAD 3. DOCUMENTOS, TESTIMONIOS Y PRUEBAS .................................................................... 3

3.1. TESTIMONIOS ................................................................................................................................... 3


3.1.1. DEBER DE DECLARAR............................................................................................................... 4
3.1.2. FACULTAD DE ABSTENCIÓN ..................................................................................................... 6
3.1.3. TESTIGOS HÁBILES ................................................................................................................... 6
3.1.4. DEBER DE ABSTENCIÓN............................................................................................................ 8
3.1.5. CONDUCCIÓN DEL TESTIGO .....................................................................................................10
3.1.6. CONTINUIDAD E INTEGRIDAD DEL TESTIMONIO ......................................................................11

3.2. PRUEBA PERICIAL ..........................................................................................................................12


3.2.1. PROCEDENCIA DEL PERITAJE ...................................................................................................13
3.2.2. PARTICIPACIÓN EN DILIGENCIAS .............................................................................................15
3.2.3. NOMBRAMIENTO DEL PERITAJE...............................................................................................16
3.2.4. CONTENIDO DEL INFORME PERICIAL .......................................................................................17
3.2.5. REGLAS DE DECLARACIÓN EN JUICIO ......................................................................................19

3.3. DOCUMENTOS E INFORMES .........................................................................................................20


3.3.1. DOCUMENTOS E INFORMES .....................................................................................................20
3.3.2. LECTURA O EXHIBICIÓN DE DOCUMENTOS, INFORMES Y OTROS MEDIOS .................................22
3.3.3. CASOS DE PROHIBICIÓN DE LECTURA DE REGISTROS Y DOCUMENTOS .....................................23

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Unidad 3. Documentos, testimonios y pruebas

3.1. Testimonios

Se puede decir en relación con los medios de prueba que, si bien es cierto el más común
está representado por el testimonio, siendo aquel por medio del cual una persona que tiene
conocimiento de un hecho debe declarar en un juicio oral, puntualmente, con el fin de
conformar o desacreditar u hecho de existir o no quien rinde el testimonio tiene que decir
si lo presenció, fue deducido por conocimiento de antecedentes del hecho y quedará en el
juzgador valorar su veracidad.

El testimonio, según Barrios (2005):

Es la experiencia que relata el testigo ante autoridad competente sobre el conocimiento


concreto que tenga, por percepción sensorial directa, de un objeto o hecho pasado que
tiene interés probatorio.
El testimonio solo puede ser rendido por una persona física que haya sido citado o que
comparezca espontáneamente al proceso con el fin de poner en conocimiento de la
autoridad lo que percibió de manera sensorial y directa; y es que, en efecto, la percepción
sensorial debe ser directa porque aun cuando podemos hablar de testigo indirecto esto
no es de la esencia del testimonio sino una narración desnaturalizada del hecho. (p. 6)
Tal como lo afirma Torres (2020):

Cuando se comenta sobre testimonio, se nos viene a la mente una declaración, una
historia que contar, un relato sobre un hecho que hayamos percibido con alguno de
nuestros sentidos, y en el derecho penal implica lo mismo, esa versión que tiene la
persona sobre lo ocurrido, o el aporte que pueda ofrecer sobre lo acontecido en
determinado momento, de alguna manera específica o el lugar donde se lleva a cabo el
acontecimiento que trae consigo la apertura de una investigación en materia penal. (p. 8)
De allí que el testimonio, a lo largo del tiempo en los procesos penales, se ha convertido en
la prueba de mayor importancia y la que ha sido recurrente al momento de establecer un
medio probatorio.

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De acuerdo con Barrios (2016), existen algunas características que se atribuyen al
testimonio, las cuales vale la pena mencionar:

Es personal: el testimonio debe rendirse de manera directa por parte de la persona que
conoce, sabe o le consta sobre el hecho o circunstancia que declara.
Es intransferible: no es posible que la persona que es llamada a rendir testimonio otorgue
poder para que otra persona rinda el testimonio por representación o por poder. Es una
actividad procesal que incumbe solo a las personas naturales, porque las personas
jurídicas no pueden ser testigos por imposibilidad natural.
Se hace dentro del proceso o de manera preconstituida: la prueba testimonial debe
introducirse dentro del proceso para que pueda ser valorada y para que pueda producir
certeza sobre los hechos materia de la investigación o enjuiciamiento.
Contiene un relato de hechos del pasado: a diferencia del perito que con base al
conocimiento de si ciencia o arte puede referirse al futuro, la declaración de testigo solo
puede contener o hacer referencia a hechos del pasado sobre los que el interlocutor sabe,
conoce o le consta. (p. 33)
Cada una de estas deberán cumplirse de forma absoluta de acuerdo con lo establecido en
la ley penal vigente en la República de Panamá.

3.1.1. Deber de declarar

El Código Procesal Penal de la República de Panamá establece que el deber de declarar se


refiere al deber que tiene toda persona de asistir al llamado judicial a fin de rendir su
testimonio de acuerdo con la verdad que conoce y sobre la cual se le pregunte durante el
juicio excepto las establecidas por ley (Art. 387, Ley N° 63, 2008).

El testigo llamado a declarar debe tener presente que no puede ocultar hechos,
circunstancias o elementos que se encuentren relacionados o se necesiten para la
investigación. Pero debe tenerse en cuenta que el testigo no tiene obligación de hablar o
declarar un hecho y esto puede acarrear algún tipo de responsabilidad penal.

De acuerdo con Torres (2020):

Realizar determinada actividad de investigación o estar en el lugar donde se dio algún


hecho que se encuentre bajo investigación conlleva la obligación de brindar información
sobre lo acontecido y, al hacerlo, se debe hacer bajo una ausencia de discrecionalidad en

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ese acto al emitir un concepto ante la autoridad tal como está estipulado en el artículo
387 del Código Procesal Penal de Panamá. (p. 9)

Imagen 1. La declaración del testigo.


Fuente: Sanchueza, R. (2014). Tercera jornada de juicio Río Alto. Chile. Recuperado de:
https://www.soychile.cl/Concepcion/Sociedad/2012/06/27/101196/Tercera-jornada-juicio-Alto-Rio-Se-
espera-declaracion-de-primeros-testigos-y-acusados.aspx

Es importante aclarar que, aun cuando está establecido en la ley, de existir alguna
posibilidad de que la declaración del testigo pueda ocasionar alguna responsabilidad penal,
este no tendrá obligación de declarar, lo cual se convierte en una garantía básica según lo
establece la Constitución Política de la República de Panamá en su artículo 25, la cual
manifiesta que: “Nadie está obligado a declarar en asunto criminal, correccional o de
policía, contra sí mismo, su cónyuge o sus parientes dentro del cuarto grado de
consanguineidad o segundo de afinidad” (Constitución Política de la República de Panamá,
p. 18).

De allí que, al ser esto una garantía básica de toda persona, quien sea citado a rendir
testimonio en un determinado caso o juicio, podrá abstenerse de configurarse dicho
supuesto.

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3.1.2. Facultad de abstención

La legislación panameña reconoce el derecho a no declarar a ciertas personas en la línea de


parentesco o afinidad, así como a ciertos profesionales. En ese sentido, el artículo 388 del
Código Procesal Penal de la República de Panamá señala que se puede abstener de testificar
contra el imputado, aquellas personas que de una u otra manera guarden relación con él,
además de su conyugue o alguno de los parientes colaterales hasta el cuarto grado de
consanguinidad o segundo de afinidad, si es ascendientes o descendientes ya sea de igual
manera hermanos, su tutor o pupilo (Ley N° 63, p. 83).

En el mismo artículo se expresa que las personas que se ubiquen en esta situación deben
ser advertidas de su facultad de abstenerse antes de prestar el testimonio, inclusive en el
mismo momento de la declaración, de igual manera en preguntas particulares y durante
cualquier momento a lo largo de la declaración (Art. 388, Ley N° 63, p. 83).

Tal como lo señala Barrios (2016):

Una particularidad que es necesario establecer aquí es lo establecido en el artículo 388,


sobre la facultad de abstenerse a declarar en el acto de audiencia contra el acusado, opera
como un derecho que le asiste a la persona que se encuentre en el supuesto normativo
de parentesco o afinidad para no sentarse a declarar en el acto de audiencia; o bien,
aceptando declarar en el acto de audiencia, el derecho de abstención opera entonces
para no contestar preguntar en particular atendiendo a valores precisamente, de
parentesco y afinidad. (p. 25)
Esto se corresponde con lo establecido en la Constitución Política de la República de
Panamá (2004), donde se consigna el derecho de abstenerse que tiene toda persona en un
determinado momento.

3.1.3. Testigos hábiles

Según Barrios (2005), este es “el testigo que cumple con los requerimientos de la ley para
declarar en juicio y que está en pleno goce de sus capacidades físicas y mentales, este el
testigo que tiene capacidad legal para declarar” (p. 15).

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Tal como lo establece el artículo 389 del Código Procesal Penal,

En el procedimiento penal no existirán testigos inhábiles. Sin perjuicio de ello, los


intervinientes podrán formular al testigo preguntas tendientes a demostrar su
credibilidad o falta de ella, la existencia de vínculos con algunos de los intervinientes que
afectaran o pudieran afectar su imparcialidad, o alguna otra circunstancia que afecte su
credibilidad. (Ley N° 63, 2008, p. 83)
Barrios (2005) también destaca, en relación con el testigo hábil, que:

Si algo podemos agregar sobre la presunción de persona hábil para testificar es que la
excepción de inhabilidad no es un criterio subjetivo de juzgador, fiscal, abogado o persona
alguna, sino una condición que la ley establece por declaración; y es que solo están
exentos del deber de rendir testimonio en proceso legal alguno, las personas a las que la
ley expresamente ubica en la excepción.
No obstante, la presunción de persona hábil para testificar, como regla procesal, no es un
defecto del ordenamiento jurídico, porque la regla no solo tiene la excepción, excepción
que solo puede ser establecida por la misma ley, sino que establece también la
atenuación a la regla, atenuación que se determina por la sospecha que pueda derivar
del testigo. (p. 16)
En este orden de ideas, conviene ampliar lo referente a los testigos inhábiles, tomando en
consideración que la legislación los considera no aptos para declarar dentro de un proceso
penal. De allí que, para Barrios (2005), estos son aquellos:

Testigos que no pueden prestar testimonio por incapacidad natural: los que padezcan
enajenación mental, los ciegos y sordos, en los casos cuyo conocimiento depende de la
vista o el oído. Los menores de siete años y los que por cualquier otro motivo estén fuera
de razón al tiempo de declarar, o por razones determinadas tales como los que al
momento de declarar sufren de alteración mental o perturbaciones psicológicas graves o
se hallen en estado de embriaguez, sugestión hipnótica o bajo el efecto del alcohol,
drogas tóxicas, sustancias alucinógenas u otros elementos que perturben la conciencia.
También se da la inhabilidad para rendir testimonio por razones de familiaridad,
enemistad o profesión u oficio. (p. 16)
La normativa legal en Panamá determina cómo interrogar a un testigo. La misma comienza,
según Torres (2020), indicando que:

La credibilidad es importante, por lo que se debe demostrar que el testigo genera


confianza o, por el contrario, la falta de veracidad en su argumento. Esto se logra al
efectuar preguntas iniciales sobre la experiencia profesional del testigo para que el
tribunal o el funcionario conozca a la persona que realiza la declaración. (p. 13)

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En este sentido, tal como lo resalta Torres (2020), es necesario formular en el proceso penal:

[…] preguntas encaminadas a saber su entorno y trayectoria, según el rol que


desempeñemos y nuestra teoría del caso. También resulta importante extraer, en lo
posible, la existencia de vínculos con los intervinientes del proceso, lo cual nos podría
ayudar a aumentar o disminuir credibilidad, según se necesita en la investigación que nos
ocupe, todo esto en virtud de generar la convicción en el juzgador sobre la veracidad de
nuestro argumento. (p. 13)

De allí la importancia del testigo hábil y el proceso que se sigue con él, ya que, tal como lo
manifiesta Torres (2020): “este testigo, al realizar su descargo, deja claro las razones de
modo, tiempo o lugar sobre el cual girará su declaración, y él lo dejará evidenciado si lo
guiamos adecuadamente con las preguntas que formulemos como litigantes” (p. 14).

3.1.4. Deber de abstención

Se puede decir que, dentro del deber de abstención existen diferentes personas que tienen
un beneficio a declarar y según lo establecido en el Código Procesal Penal, podemos decir
que, esas personas tienen similitud con los beneficiados con el derecho de abstención,
como lo mencionamos por su profesión u oficio frente al imputado.

Expresamente, el artículo 390 del Código Procesal Penal establece que:

Deberán abstenerse de declarar:


1. El abogado o apoderado sobre las confidencias que haya recibido de sus clientes y los
consejos que haya dado a estos en lo relativo al proceso que maneja.
2. El confesor acerca de las revelaciones hechas por el penitente.
3. El médico o el sicólogo en cuanto a las confidencias que le hayan hecho sus pacientes
relativas a la consulta profesional.
Sin embargo, estas personas, salvo el confesor, no podrán negar el testimonio cuando
sean liberadas por el interesado del deber de guardar secreto.
En este último caso, de ser citadas, deben comparecer y explicar las razones de su
abstención. Si el Juez estima que el testigo invoca erróneamente la facultad de abstenerse
o la reserva del secreto, ordenará su declaración mediante resolución fundada. (Ley N°
63, 2008, p. 83)

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En relación con esto, Torres (2020) destaca que quedan claras, según lo establecido en la
Ley Penal que “el abogado, el confesor y el médico no pueden declarar en contra de clientes
o personas que le han confiado hechos por motivo de la profesión o cargo” (p. 16), no
obstante, el mencionado autor manifiesta que, de la misma manera “existe la
excepcionalidad solo para el confesor, si los demás son liberados por el interesado en virtud
de que la declaración apoye su versión, algo usual en abogados y médicos” (Torres, 2020,
p. 16).

En relación con esto, Torres (2020) destaca también que queda claro, según lo establecido
en la Ley Penal, que “el abogado, el confesor y el médico no pueden declarar en contra de
clientes o personas que le han confiado hechos por motivo de la profesión o cargo” (p. 16),
no obstante, el mencionado autor también manifiesta que, de la misma manera “existe la
excepcionalidad solo para el confesor, si los demás son liberados por el interesado en virtud
de que la declaración apoye su versión, lo que representa algo usual en abogados y
médicos” (Torres, 2020, p. 16).

Por otra parte, en el artículo 391 del Código Procesal Penal se hacen mención del testimonio
que realizan los menores de edad y las personas que son de una u otra forma vulnerables
al proceso que se lleva a cabo, en este sentido se tiene que:

Cuando deba recibirse testimonio de menores de edad o de otras personas que se


encuentren en circunstancias especiales de vulnerabilidad, el Fiscal o el Tribunal, según
el caso, podrá disponer su recepción en privado y con el auxilio de familiares o peritos
especializados.
En estos casos se procurará obtener grabación o videofilmación íntegra del testimonio
para su exhibición en el debate.
Cuando proceda, se dispondrá lo necesario para que la recepción de estos testimonios se
realice en una sala debidamente acondicionada, que permita el control de la diligencia
por la persona imputada y su defensor.
En caso de personas que no puedan expresarse fácilmente en español o que adolezcan
de algún impedimento manifiesto, se pueden disponer las medidas necesarias para que
el interrogado sea asistido por un intérprete o traductor o se exprese por escrito o de la
forma que facilite la realización de la diligencia. (Ley N° 63, 208, pp. 83-84)

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Al respecto, Torres (2020) señala que, de presentarse alguno de estos casos, se podrá contar
con la intervención en calidad de apoyo de algún familiar o personal especializado que
brinden el respaldo correspondiente a la persona que actuará en calidad de testigo, esto
con el fin de “evitar la revictimización, de tal forma se comprende la situación de
vulnerabilidad en que se encuentran” (p. 17).

3.1.5. Conducción del testigo

Tal como está establecido en el artículo 392 del Código Procesal Penal de la República de
Panamá, “el testigo que, citado en debida forma, no se presente a la primera convocatoria
sin justo motivo será conducido al despacho requirente por medio del organismo policial”
(Ley N° 63, 2008, p. 84).

Seguidamente, el mismo artículo señala que “la afectación a la libertad física, producto de
la conducción, no podrá prologase más allá del agotamiento de la diligencia o actuación que
la motiva” (Art. 392, Ley N° 63, 2008).

En relación con lo señalado anteriormente, Barrios (2016) opina que:

Atendiendo al derecho fundamental de la libertad que queda comprometido con la orden


de conducción, a que se refiere el artículo presenta un vicio de inconstitucionalidad y es
que al tratarse de una privación técnica de la libertad que implica la conducción y que la
misma norma reconoce que se produce, no puede ser objeto de un mandato sin acto
jurisdiccional argumentado, como, por ejemplo, la declaración de desacato del testigo
para entonces poder justiciar una orden de conducción. (p. 29)
Al respecto, Torres (2020) manifiesta que “si bien es cierto, se puede recurrir a la
conducción de un testigo con el organismo policial, cuando este haga caso omiso a una
citación realizada en debida forma, también es importante controlar los tiempos de esa
conducción” (p. 18). Esto debido a que, de alguna forma, se efectúa una privación de
libertad aun cuando se está ejecutando una diligencia específica, la vulneración de las
garantías legítimas de cada persona no deberán prolongarse por demasiado tiempo.

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De igual manera, el Código Procesal Penal establece en su artículo 393 lo concerniente la
ubicación de un testigo fuera del territorio nacional, en tal sentido señala que:

Si el testigo se halla en el extranjero se procederá conforme a las reglas de la cooperación


judicial. Sin embargo, se podrá requerir la autorización del Estado en el cual se encuentre
para que sea interrogado por el agente consular, por un Juez o por un Fiscal, según sea la
fase del procedimiento y la naturaleza del acto de que se trate, siempre que se garantice
el derecho de defensa. Lo anterior es sin perjuicio de que se puedan tomar por vía de los
medios tecnológicos. (Ley N° 63, 2008, p. 84)

Actualmente, se utilizan mecanismos tecnológicos y digitales que facilitan, de una manera


u otra, con la colaboración de organismos internacionales, la solicitud de la prueba
testimonial, lo cual representa un acceso a la información inmediata como parte de los
avances del mundo globalizado.

3.1.6. Continuidad e integridad del testimonio

Al momento de plantearse el juicio, deberá elaborarse una teoría del caso con el fin de
fundar todas las pruebas testimoniales y la comprobación fáctica de los hechos del proceso.
Sobre esto, es importante destacar que, la comprobación de los hechos recae
principalmente en la prueba, siendo el conducto para probar la prueba testimonial, la cual
es el método idóneo para llegar acreditar la integridad del testimonio. Otro punto por
conocer es que la declaración testimonial deberá ser lo más objetiva posible para que se
considere válida y aceptada por parte del juez.

Sobre la continuidad e integridad del testimonio, el artículo 403 del Código Procesal Penal
establece que:

El testigo no será interrumpido en sus respuestas y se recogerán como él las diga, y deberá
responder por sí mismo de palabra sin utilizar ningún borrador. Sin embargo, el Juez
podrá, de oficio o a solicitud de parte, cuando advierta que el testigo se aparta de lo
preguntado, requerirlo para que su respuesta se concrete a la pregunta o repregunta
formulada. (Ley N° 63, 2008, p. 86)

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En este contexto, Torres (2020) señala que “el testigo no puede ser interrumpido una vez
esté rindiendo su declaración, por lo que debe responder por sí mismo con base en lo que
recuerde de los hechos que se le pregunten, sin omitir ninguna información relevante” (p.
20).

El testimonio es un proceso que no debe tomarse a la ligera, por cuanto constituye el


mecanismo para para aclarar las bases que dieron origen a la investigación, de tal manera
que la integridad juega un papel determinante en el desarrollo del proceso, donde se debe
tener siempre claro, que no se debe aportar información que no se conozca con entera
certeza, ya que esto perjudicaría considerablemente la prueba señalada.

3.2. Prueba pericial

Podemos decir que, siempre se ha conocido el medio de prueba pericial, pero en la


actualidad, con las nuevas tendencias, esta prueba es mayormente empleada por el uso y
el campo que se ha desarrollado, lo cual lleva a fortalecer el uso de la evidencia, ya que este
es un medio contundente y puede llegar a ser preciso y eficaz, además de guiar y llevar a
los jueces a una decisión.

Tal como lo describe Martorelli (2017), los medios de prueba se definen “como las
herramientas legales para la comprobación de la verdad de aquellos hechos controvertidos,
del cual se pretende hacer valer un derecho dentro de un proceso. Dentro de dichos medios
se encuentra la prueba pericial” (p. 130).

En palabras de Torres (2020), hablar de la prueba pericial es hacer referencia “A una prueba
preparada por un especialista, un idóneo, alguien que tiene amplia experiencia en lo que se
ha confeccionado” (p. 21). En este sentido, el autor señala que:

Como litigantes se debe tener mayor preparación sobre la causa a debatir que nos
permita tener una capacidad de respuesta y formulación de preguntas rápidas ante los

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argumentos que vierta el perito para proteger ese testimonio, si es de nuestra
conveniencia, o para evitar que cause daño a nuestra estrategia o teoría del caso. (Torres,
2020, p. 21)

En este sentido, conviene citar nuevamente a Martorelli (2017), quien establece que la
prueba pericial está enmarcada:

[…] dentro de lo que se denomina la prueba científica, la que goza de un alto poder de
fiabilidad. La valoración que el juez efectúa del informe de peritos se realiza conforme a
las reglas de la sana crítica, y sin que por ella esta prueba deba prevalecer sobre el resto
de las pruebas allegadas al proceso, valorándose la misma en su conjunto. (p. 131)

Veamos a continuación que lo que establece la normativa legal panameña en relación con
la prueba pericial.

3.2.1. Procedencia del peritaje

Para llegar a practicar un peritaje, es importante conocer en qué momento se tiene que
realizar por ser requerido, para lo cual, es necesario tener como lo indica el Código Procesal
Penal el conocimiento puntual de alguna ciencia o arte que permita valorar el elemento de
prueba en la fase de juicio, esta práctica debe realizarse por expertos en el tema y que sean
profesionales objetivos, imparciales y, sobre todo, independientes a cualquier punto de
vista (Art. 406, Ley N° 63, 2008).

En relación con la procedencia de los peritajes, el Código Procesal Penal en su artículo 406
establece que:

Puede practicarse un peritaje cuando sea necesario poseer conocimientos especiales en


alguna ciencia, arte o técnica para descubrir o valorar un elemento de prueba. La prueba
pericial debe ser practicada por expertos imparciales, objetivos e independientes.
Solo podrá fungir como perito la persona natural que acredite mediante el respectivo
certificado o diploma su idoneidad para la materia sometida a su experticia o dictamen.
Se exceptúan los casos prácticos para los cuales no se requiere diploma o certificado de
idoneidad, en cuyo caso deberá acreditarse la experiencia. (Ley N° 63, 2008, p. 86)

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En este sentido, y de acuerdo con lo establecido en la ley, quien puede practicar y ejercer
como perito es la persona natural, y puede acreditar por medio de diploma o certificación
la idoneidad en la materia que se necesite su servicio. Los casos exceptos en el cual no existe
algún tipo de certificación, se debe acreditar por medio de la experiencia.

Según lo analiza Echandía (2002), la prueba puede entenderse,

Desde el punto de vista de su aportación al proceso, como actividad del juez o las partes
o como los diversos medios utilizados para obtener el convencimiento del juzgador sobre
la existencia o inexistencia y las características de los hechos sobre los cuales debe
proferir su decisión, las pruebas son actos jurídicos procesales, porque en ellas interviene
la voluntad humana. Si se considera la prueba desde el punto de vista del resultado que
con ella se persigue, es decir, del convencimiento del juez sobre los hechos del caso, lo
que implica una actividad síquica de este, aparece igualmente claro su carácter de acto
jurídico procesal. (p. 19)
Es importante destacar, que la prueba pericial, como medio probatorio, además del poder
que puede llegar a tener en un momento determinado sobre la convicción de un hecho, ha
sido ampliamente utilizada en el sistema penal acusatorio panameño, lo que devela su gran
importancia en el proceso penal.

De acuerdo con lo expresado por Torres (2020):

Para ser perito resulta necesario acreditar, en primera instancia, la experiencia de este,
ya sea mediante un diploma o certificación que dé fe de su dictamen o bien, de no existir
una carrera o profesión formal para realizar tal pericia, se necesitará sustentar la
trayectoria y experiencia, lo anterior en aras de otorgarle al tribunal y las partes la
credibilidad requerida a esa persona que valora y establece un dictamen que podría ser
de gran influencia en la decisión de los administradores de justicia. (p. 22)
Es importante señalar que no se puede confundir el proceso de peritaje con el testimonio
generado por experto en la investigación del caso, ya que se deben esclarecer las causas
que originaron el hecho y las pruebas correspondientes deberán validar la teoría del caso
presentada ante el juez.

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3.2.2. Participación en diligencias

Al hablar de las diligencias, estas se deben realizar en medio de la etapa de investigación y


se requiere la presencia de expertos, siendo el Ministerio Público el encargado de llevar los
peritos correspondientes; adicionalmente, es importante rescatar que las partes pueden
asistir con sus peritos, si ellos lo consideran necesario, para lo cual se deberá notificar al
fiscal su debida asistencia.

Sobre la participación en diligencias, el Código Procesal Penal señala, en su artículo 407, lo


siguiente:

Participación en diligencias. Si la naturaleza de alguna diligencia a realizarse durante la


etapa de investigación requiere la asistencia de expertos, el Ministerio Público llevará los
peritos correspondientes. Las partes intervinientes también podrán asistir con sus peritos
si lo consideran pertinente, siempre que hayan sido anunciados ante el Fiscal. En
cualquier otro momento, serán nombrados por el Juez o Tribunal, a propuesta de parte.
El perito deberá guardar reserva de cuanto conozca con motivo de su actuación. (Ley N°
63, 2008, p. 86)
Ahora bien, en cualquier punto del proceso, el encargado de formalizar el proceso de
diligencias será el juez o tribunal de la causa. En este sentido, Barría (2019) señala que:

El proceso penal acusatorio, como es sabido se desarrolla a través de diferentes etapas,


y es en la fase de investigación cuando se realizan la mayor cantidad de diligencias
periciales, mismas que serán evacuadas en su momento ante el Tribunal de Juicio, el
Código Procesal Penal, regula la práctica de estas pruebas en fase de investigación. (p. 42)
Al respecto, Peralta (2019) define los actos de investigación como:

Aquellas diligencias que realiza el fiscal con la colaboración de los auxiliares de la


investigación (cuerpo policial y forense), a efectos de determinar básicamente si existen
elementos suficientes o fundamentos para formular la correspondiente acusación, pues
de lo contrario, el fiscal deberá optar por una salida distinta, tales como el archivo
provisional, la desestimación o el sobreseimiento. Ello sin dejar de lado que contará con
otra serie de procedimientos alternos para la solución del conflicto penal. (p. 6)

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Por otra parte, vale la pena destacar lo señalado por Castillo (2019) en relación con las
competencias que puede llegar a tener el Juez de Garantías a través del amparo de
Garantías Constitucionales, el cual establece que:

La principal función del Juez de Garantías es controlar y fiscalizar los actos de


investigación evitando diligencias que afecten o restrinjan derechos fundamentales del
imputado o de la víctima […]
[…] El juez en esta etapa (fase de investigación) solo le correspondía verificar si se
cumplieron con los presupuestos, entre ellos: si la medida estaba justificada en razón de
la investigación que se adelantaba, si se expidió una decisión motivada y si se respetaron
los plazos para acudir al Control jurisdiccional. (p. 20)
En la etapa de investigación, tanto la investigación preliminar, que se realiza sin un término
estrictamente definido, como la investigación formal, en la cual se ejecutan una serie de
actos que permiten establecer la supuesta comisión de un hecho punible, se debe convocar
por parte del Ministerio Público a un perito, pudiendo las partes también llevar un perito,
haciendo la solicitud previamente ante el fiscal (Torres, 2020, p. 23). Este perito será el
encargado de realizar la fundamentación de la investigación correspondiente.

3.2.3. Nombramiento del peritaje

Sobre el peritaje, el Código Procesal Penal establece en su artículo 408 que: “la parte que
aduzca la prueba pericial, manifestará la materia o los aspectos sobre los que ha de versar
el dictamen de los peritos y expresará a quien o quienes designan para desempeñar el
cargo” (Ley N° 63, 2008, p. 86).

De igual manera, se señala, en la segunda parte del mencionado artículo, lo siguiente:


“Dentro del plazo establecido para la práctica de peritaje, cualquiera de las partes podrá
proponer otro por su cuenta en reemplazo del designado o para dictamine junto con él”
(Art. 408, Ley N° 63, 2008).

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Sobre este aspecto, Torres (2020) analiza:

Al realizar las solicitudes o intervenciones, se debe dejar plasmado la pertinencia de esa


prueba pericial y a quién se nombra como perito. La presencia del perito se dará mediante
una diligencia o a través de la presentación de un informe técnico. Las partes pueden
solicitar al Fiscal que el perito sea gestionado a través del Instituto de Medicina Legal y
Ciencias Forenses o se puede aportar de manera privada como elemento de convicción o
prueba. (p. 24)
Es importante resaltar que se debe notificar a todas las partes de la práctica que se llevará
a cabo, salvo en aquellos casos donde su realización sea requerida con carácter de urgencia,
tal como lo determina el artículo 409 del Código Procesal Penal.

3.2.4. Contenido del informe pericial

Los peritos deben acudir frente al juzgado y su dictamen deberá tener una base
debidamente fundamentada; además, debe contener de forma clara y precisa los siguientes
puntos, de acuerdo con el Código Procesal Penal:

- Detalles de los elementos recibidos.


- Identificar el objeto de problema para su estudio.
- Observaciones de los peritos de las partes.
- Fundamentar el estudio realizado de las operaciones practicadas, su criterio
científico si fuera el caso, además de las técnicas utilizadas o empleadas, los medios
y su correspondiente resultado.
- Por cada problema estudiado sus respectivas conclusiones (Art. 411, Ley
N° 63, 2008).
Cuando existan diferentes opiniones, los peritos deben practicar el examen juntos, pero su
informe o dictamen debe darse por separado. El informe se presenta por escrito y con fecha,
sin perjuicio de que las presentes en el proceso requieren la presentación de manera oral y
los peritos pueden examinar y existen preguntas por parte de los testigos (Art. 411, Ley N°
63, 2008).

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De igual manera, en el artículo 411 del Código Procesal Penal se establece que, de forma
excepcional:

Las pericias consistentes en análisis de alcoholemia, de ADN y de sustancias


estupefacientes o psicotrópicas podrán ser incorporadas al juicio oral mediante la sola
presentación del informe respectivo. Sin embargo, si alguna de las partes lo solicitara
fundadamente, la comparecencia del perito no podrá ser sustituida por la presentación
del informe. (Ley N° 63, 2008, p. 87)
A continuación, se muestra en la imagen 2, un formato que servirá de ejemplo de un
informe pericial.

FORMATO DE INFORME PERICIAL


LOS PERITOS DEBERÁN PRESENTAR SU INFORME DE CONFORMIDAD CON LO ESTABLECIDO EN
EL CÓDIGO PROCESAL PENAL DE PANAMÁ Y DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA EN GENERAL,
CONSIDERANDO LAS NORMAS LEGALES ESPECÍFICAS.
INFORME PERICIAL
DATOS GENERALES DEL JUICIO O PROCESO DE INVESTIGACIÓN PRELIMINAR
N° DE PROCESO:
PROVINCIA:
FECHA:
IDENTIFICACIÓN DE LA PERICIA:
DESTINO DEL INFORME:
ANTECEDENTES:

CONSIDERACIONES TÉCNICAS Y METODOLÓGICA QUE SERÁN APLICADAS:

FUNDAMENTOS DEL ESTUDIO REALIZADO:

CRITERIOS CIENTÍFICOS APLICADOS:

CONCLUSIONES DEL CASO:

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DOCUMENTOS DE RESPALDO:

OBSERVACIONES:

PERITO: CÓDIGO: FECHA:

Imagen 2. Formato de Informe Pericial


Fuente: elaboración propia a partir del Código Procesal Penal, (2008)

3.2.5. Reglas de declaración en juicio

El Código Procesal Penal establece algunas reglas y declaraciones acerca del perito en juicio,
señalando en su artículo 414 lo siguiente:

Reglas de la declaración del perito en juicio. Después de juramentar e interrogar al perito


sobre su identidad personal y las circunstancias generales, quien preside le indicará que
exponga brevemente el contenido y las conclusiones de su pericia. A continuación, podrá
ser interrogado y contrainterrogado por las partes. (Ley N° 63, 2008, p. 88)
Esto quiere decir, que una vez que el perito es juramentado, deberá exponer sus
apreciaciones y conclusiones sobre la investigación realizada. En este proceso, podrá ser
también contrainterrogado por las partes que así lo requieran.

Tal como se establece en el artículo 415 del Código Procesal Penal, en relación con la
ampliación del peritaje, “si alguna de las partes estimara que el dictamen pericial es
insuficiente o contradictorio, podrá solicitar al Juez la ampliación por los mismos peritos,
precisando los interrogantes aún pendientes de explicación, o que designe nuevos peritos”
(Ley N° 63, 2008, p. 88).

Sobre el interrogatorio y contrainterrogatorio, Torres (2020) señala lo siguiente:

Para realizar tanto el interrogatorio como el contrainterrogatorio, debemos estar


preparados, no estamos ante un testigo común, nos enfrentamos a alguien que domina

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su materia y tiene vasta experiencia. Esta situación lleva al abogado, dependiendo del rol
que desempeñe, a preparase muy bien para tal gestión y de no estar preparado, es mejor
que decida no interrogar o no contrainterrogar, según sea el caso, pues podría colocar en
riesgo su teoría y causar un gran daño a su credibilidad ante el administrador de justicia.
(p. 28)
Tal como lo manifiesta Fábrega (2000), el proceso, normalmente, tiene varias fases
principales “entre las cuales destacan la fijación del objeto del proceso; la prueba; los
alegatos; la decisión; las impugnaciones y la decisión en firme” (p. 210). Es justamente bajo
este esquema que la prueba puede ser reconocida como proceso, adquiriendo una gran
importancia.

3.3. Documentos e informes

Devis Echandía (2002) señala que los documentos e informes públicos y privados
“contienen declaraciones de quienes los suscriben, constituyendo confesiones
extrajudiciales de los hechos” (p. 680).

Al respecto, Torres (2020) añade que: “la documentación en general mantiene un


parámetro prestablecido al considerarse su incorporación en el escenario de juicio; por lo
tanto, la obtención de estos elementos debe ser expedita, sin más limitaciones que las
establecidas por la ley” (p. 30).

3.3.1. Documentos e informes

En la etapa que le sigue al proceso de investigación, todos los intervinientes pueden requerir
informes a cualquiera entidad pública o privada y, de ser necesario, a otras personas ya sea
sobre datos que se alojen en su registro, por lo que se debe indicar en la solicitud de manera
clara lo que se requiere, el lugar y su plazo para establecer la entrega.

Según Torres (2020), “una vez que se considere que la libertad probatoria será
predominante en este sistema, las partes mantendrán plena libertad en la producción de

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sus elementos probatorios, entre los cuales destacan los documentos e informes” (p. 30).
De allí que, el artículo 418 del Código Procesal Penal señala que:

Informes. En la etapa de investigación, los intervinientes podrán requerir informes a


cualquier persona o entidad pública o privada sobre los datos obrantes en los registros
que posea. La solicitud indicará el procedimiento en el cual se requiere, el lugar y el plazo
de entrega.
Cuando el responsable de extender el informe respectivo no lo hace en la forma indicada,
el solicitante podrá pedir al Juez de Garantías la correspondiente orden de entrega. En
este supuesto, de persistir la negativa, el Juez sancionará a la persona o entidad requerida
con multa de quinientos balboas (B/.500.00) a mil balboas (B/.1,000.00), subsistiendo el
deber de entregar el informe dentro del término de veinticuatro horas. En caso contrario,
serán compulsadas las copias respectivas para el proceso penal correspondiente. (Ley N°
63, 2008, p. 88)
Esto demuestra la oportunidad que tienen los intervinientes en solicitar informes a los entes
correspondientes sobre los respectivos elementos de prueba que se ameriten.

Para De Albora, citado por Houed (2007), “el documento es la concreción material de un
pensamiento que abarca, signos, contraseñas, escritos anónimos, informes distintivos,
emblemas, condecoraciones, etc.” (p. 49). De esta manera, el autor también señala sobre
el documento que: “La prueba documental se puede obtener por el ofrecimiento de alguna
de las partes, […] Estos podrán ser revisados por las partes y sus defensores y podrán ser
sometidos a exámenes, cotejos, pericias y traducciones de ser el caso” (Houed, 2007, p. 50).

Según lo expresa Houed (2007):

Uno de los problemas que presentan los documentos a la hora de ser examinados como
prueba, es su autenticidad, pues a diferencia de la prueba testimonial, esta no es
indubitable en cuanto a su autor, de manera que hay que determinar si a quien se le
atribuye la creación o suscripción es en realidad su creador o suscriptor, y en cuanto a la
autenticidad del documento es necesario establecer:
a) Si lo que expresa es lo que su suscriptor quiso que expresara.
b) En caso afirmativo, y tratándose de una expresión de conocimiento, si lo que
señala es verdadero. (p. 50)
En lo que respecta a los informes, Houed (2007) los define como “una respuesta escrita,
emanada de una persona jurídica frente al requerimiento judicial, sobre datos preexistentes

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a tal pedido” (p. 51). Estos deberán ser previamente registrados para evitar así percepciones
sensoriales de quien lo suscribe.

3.3.2. Lectura o exhibición de documentos, informes y otros medios

El artículo 419 del Código Procesal Penal de la República de Panamá establece que los
documentos o informes deben ser leídos y exhibidos durante el juicio el debate indicando
su origen. Todo lo que constituye evidencia puede ser exhibido y examinado por las partes
(Ley N° 63, 2008, p. 88).

Adicionalmente, el artículo menciona lo siguiente: “Las grabaciones, los elementos de


prueba audiovisuales, computacionales o cualquier otro de carácter electrónico apto para
producir fe se reproducirán en la audiencia por cualquier medio idóneo para su percepción
por los asistentes” (Art. 419, Ley N° 63, 2008).

Finalmente, se destaca, en el mismo artículo, que:

El tribunal puede autorizar, con acuerdo de las partes, la lectura o reproducción parcial o
resumida de los medios de prueba mencionados, cuando ello pareciera conveniente y se
asegurara el conocimiento de su contenido. Todos estos medios podrán ser exhibidos al
acusado, a los peritos o testigos durante sus declaraciones, para que los reconozcan o se
refieran a su conocimiento de ellos. (Art. 419, Ley N° 63, 2008)
En este contexto, y tomando en consideración el Derecho comparado, Artavia y Picado
(2019) señalan que:

Se regula el instituto probatorio de la exhibición de documentos que posea la contraria.


Si una parte posee un documento de influencia decisiva puede ordenarse su exhibición.
En relación con la exhibición de informes ante la ausencia de una regla expresa de
valoración, será libre de valoración, bajo las reglas de la ciencia y conocimiento humano,
ponderando todas las circunstancias de donde emana el informe tales como naturaleza
del documento, uso, fuentes, resultados, amalgama con otras pruebas, las motivaciones,
el prestigio posible vinculaciones con las partes las circunstancias que se ha practicado
sin cohesión interna su concordancia con las otras pruebas, seriedad. (p. 43)

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Es importante destacar que, de cada documento e informe que se presente como elemento
probatorio, se deberá explicar su origen, además de permitirse los involucrados en el
proceso puedan examinarlos.

3.3.3. Casos de prohibición de lectura de registros y documentos

Torres (2020) explica que “tal y como existe la posibilidad de presentar los medios de
prueba a los declarantes durante el juicio, existen determinadas limitaciones que han sido
reguladas por el procedimiento penal para que no se puedan mostrar” (p. 32). En este orden
de ideas, se reseña el artículo 420 del Código Procesal Penal, el cual establece lo siguiente:

Prohibición de lectura de registros y documentos. Salvo en los casos previstos en los


artículos 379 y 401, no se podrán incorporar o invocar como medios de prueba ni leerse
durante el juicio oral los registros y demás documentos que dieran cuenta de diligencias
o actuaciones realizadas por la policía o el Ministerio Público.
Ni aun en los casos señalados se podrán incorporar como medios de prueba o leerse actas
o documentos que dieran cuenta de actuaciones o diligencias declaradas nulas, o en cuya
obtención se hubieran vulnerado garantías fundamentales. (Ley N° 63, 2008)
Este artículo, hace mención de dos situaciones particulares, la primera es que no se puede
incorporar o invocar como medios de prueba ni leerse en un juicio los registros relacionados
con diligencias realizadas por el cuerpo de policía y el Ministerio Público. La segunda, por
su parte, se refiere a que tampoco podrán leerse documentos que hayan sido declarados
como nulos.

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