Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
25.08.20
El art. 1 LCT si bien menciona algunas fuentes, no se titula propiamente como “fuentes del
derecho de trabajo“, porque si dijera eso, le falta incluir la CN.
En realidad lo que dice el mencionado artículo es que el contrato y la relación de trabajo se
rigen por las siguientes normas. Acá menciona claramente que las normas mencionadas son
las que rigen el contrato, pero no el derecho laboral en sí.
En los manuales de derecho del trabajo vamos a encontrar una distinción entre fuentes
nominadas (las del art. 1 LCT) y fuentes innominadas (las explicadas por la doctrina), así las
debemos distinguir.
desarrollar una actividad que resulta alcanzada por ese ámbito material y personal
de aplicación.
4. Usos y costumbres En el derecho laboral se alude a los usos y costumbres
empresarios, son aquellos que adquieren fuerza vinculante, las mores en el viejo
derecho romano, es decir los usos y costumbres que no solo son actos que se
repiten sino el común de quienes los repiten los entienden necesarios. En el interno
de la empresa, detectar esos usos y costumbres como fuente normativa, hay que
discernir si por ejemplo la habitualidad es que la comunicación de la enfermedad
sea por vía telefónica o por mail. En la medida en que se dilusida que eso es un uso
y costumbre admitido como válido por esa comunidad de trabajadores y empresa,
entonces constituye fuente normativa y la violación de algunos de esos usos y
costumbres puede acarrear la invalidez de lo que sea parte de ese uso y costumbre.
5. Reglamentos de empresa. Son aquellas disposiciones donde el propio empleador
ciñe sus facultades de dirección y establece una suerte de protocolo de actuación,
protocolo de aplicación de sanciones o protocolo de buenas prácticas para el caso
de los empleados. Es el empleador el que establece las conductas válidas e inválidas,
y de algún modo tipifica estas conductas. No es que no va a poder aplicar sanciones,
por ejemplo, para supuestos no previstos, pero para el caso de los sí previstos va a
tener que acotarse o resulta obligado por lo que ese empleador se impuso como
reglamento. Restringe la libre voluntad del empleador.
6. Doctrina. Si bien no es fuente normativa formal, vamos a ver cuando abordamos el
tratamiento de algún tema jurídico siempre acudimos a la opinión de los autores
igualmente, entonces de algún modo nuestro paradigma, nuestra forma de
visualizar el derecho también está condicionada por los autores que leemos.
Entonces, si bien no es fuente formal condiciona la visión del operador jurídico y en
ese sentido también constituye una fuente de derecho.
7. Jurisprudencia. Si bien en el sistema continental las sentencias dictadas en casos
precedentes no resultan vinculantes para el juez en los casos que siguen, lo cierto es
que igual es esperable que un juez que admite determinado criterio lo mantenga, y
solo se aparte muy fundadamente si hay una revisión, etc. Uno tiene que tener una
predictibilidad de lo que va a fallar el juez, y eso hoy por hoy es bastante público
3
Estas son las fuentes mencionadas que no agotan todas las fuentes normativas que operan
o inciden en la regulación del contrato de trabajo, porque no menciona algunas que son de
aplicación evidente como es la norma constitucional.
El art. 14 bis es fuente normativa operativa para nosotros, al punto es tal que a partir de la
reforma constitucional del 94 no solo es el texto constitucional sino toda la serie de tratados
de DDHH del art. 75, inc. 22 que tienen jerarquía equiparable a la CN y después los Tratados
Supralegales (por ejemplo los convenios ratificados de la OIT, es decir tienen jerarquía
infraconstitucional pero superior a la ley) que nos obliga a los operadores jurídicos ante el
caso concreto, ante el cuestionamiento de una norma, a hacer todo tipo de controles:
- Control de constitucionalidad. Para ver si la norma se ajusta a la previsión
constitucional protectorio.
- Control de convencionalidad. Esto que se incorporó al texto constitucional a
partir del 94 empieza a tener proyección en la jurisprudencia recién unos cuantos
años después (año 2004). Se incorpora este bloque de legalidad que también
resulta norma operativa y de aplicación para el derecho del trabajo.
- Que por las condiciones en las que se prestan (por ejemplo servicio doméstico o
trabajo rural) resultan de algún modo incompatibles, entonces ahí el régimen
especial desplaza al general.
En otros supuestos, cabe hacer una correlación entre ambos regímenes, a veces porque el
propio régimen especial remite en forma expresa a las disposiciones de la LCT, hay una
norma expresa del estatuto que dice “lo que aquí no se regula, se regirá por la LCT“. Esta
aplicación supletoria o subsidiaria de la LCT está expresamente contemplada; y a veces
aunque no esté contemplada, se infiere por esta relación del régimen general de ley
especial. Entonces, la aplicación de las disposiciones en el caso de ley y estatuto especial,
hay que hacer un cotejo que se denomina análisis de compatibilidad: cuando uno está ante
un estatuto especial lo que hay que ver respecto del régimen general es qué disposiciones
van a resultar aplicables en función de este régimen de compatibilidad.
RÉGIMEN DE COMPATIBILIDAD
Este régimen que expresa de un modo distinto la protección ante el despido arbitrario es
incompatible con el instituto del preaviso, o la integración del mes de despido, por ejemplo.
Otros casos:
- Trabajadores en altamar, el trabajador que está embarcado no tiene posibilidad
de tener el mismo régimen de jornada que el que tiene el trabajador de tierra,
quien se retira del establecimiento y se desconecta de su trabajo. En el buque si
bien tienen horarios de actividad y horarios de descanso, hay como una especie
de guardia pasiva porque esa persona no está haciendo su vida personal
libremente sino que está ahí a la espera de su próximo turno.
Las vacaciones y muchas instituciones más se calculan de una forma distinta en
estos regímenes.
- Tripulantes de cabina.
- Pilotos de líneas aéreas.
Hay que diferenciar a las actividades regidas por estatutos especiales donde uno maneja
este concepto de la compatibilidad y el carácter supletorio de la LCT.
Del mismo modo en que el estatuto especial se integra con lo no previsto por el estatuto
con el régimen de la LCT, a su vez el régimen de la LCT en algunos aspectos que hacen a la
capacidad, a la teoría general del derecho, se aplica en forma supletoria el CCyCN.
carácter social / la función social de la propiedad; es decir había toda una serie de revisiones
de los conceptos a la luz de este constitucionalismo social y de todos modos, si bien se
deroga la CN del 49 y se restaura la de 1860 se incorpora el art. 14 bis que establece en sus
tres párrafos las garantías de protección:
- Ordena al legislador la protección del derecho de trabajo, en su primer párrafo
referido al derecho individual del trabajo.
- En el segundo párrafo está referido al derecho colectivo del trabajo.
- El tercero está referido al derecho de la seguridad social.
Artículo 14 bis CN.- El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes, las
que asegurarán al trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor, jornada limitada;
descanso y vacaciones pagados; retribución justa; salario mínimo vital móvil; igual
remuneración por igual tarea; participación en las ganancias de las empresas, con control de
la producción y colaboración en la dirección; protección contra el despido arbitrario;
estabilidad del empleado público; organización sindical libre y democrática, reconocida por
la simple inscripción en un registro especial.
Queda garantizado a los gremios: concertar convenios colectivos de trabajo; recurrir a la
conciliación y al arbitraje; el derecho de huelga. Los representantes gremiales gozarán de las
garantías necesarias para el cumplimiento de su gestión sindical y las relacionadas con la
estabilidad de su empleo.
El Estado otorgará los beneficios de la seguridad social, que tendrá carácter de integral e
irrenunciable. En especial, la ley establecerá: el seguro social obligatorio, que estará a cargo
de entidades nacionales o provinciales con autonomía financiera y económica,
administradas por los interesados con participación del Estado, sin que pueda existir
superposición de aportes; jubilaciones y pensiones móviles; la protección integral de la
familia; la defensa del bien de familia; la compensación económica familiar y el acceso a una
vivienda digna.
Estas disposiciones que consagran lo que son las condiciones laborales básicas, se entiende
como un derecho humano o una garantía constitucional básica.
7
Esto aunado a los tratados internacionales que refieren a los derechos humanos y las
normas supralegales, integran lo que se denomina el bloque de legalidad federal, que
obliga al doble control constitucional y convencional.
El art. 2 LCT excluye algunas actividades laborales del campo de aplicación, con lo cual hay
que diferenciar aquellas actividades que están alcanzadas por estatuto de aquellas
actividades que resultan excluidas de la LCT.
En las que resultan excluidas, la LCT le da el margen, entonces no hay que hacer este análisis
de compatibilidad, solo va a ser respecto a aquellas que resulten regidas por estatutos
especiales.
Nosotros hasta acá vimos el principio protectorio, y como expresión del mismo hablamos de
la irrenunciabilidad.
Vamos a especificar que como el derecho laboral establece contenido imperativo a los
contratantes, se impone esta legislación o estos beneficios y de algún modo muchas veces
los empresarios al tratar de esquivar la aplicación de esa norma incurren en simulaciones o
fraudes laborales, que son el ocultamiento de contratos de trabajos bajo la apariencia de
otro contrato, o en forma total o parcial.
A su vez, eso nos pone de frente en cuanto al instituto de la irrenunciabilidad porque en
muchas de estas instrumentaciones o apariencias interviene el trabajador interviene
prestando su propia voluntad, porque es el que suscribe un contrato diciendo que es socio o
es locador, y se plantea en esos casos la posibilidad de invalidar esos actos de expresión de
voluntad, cuando se evidencia que los hechos califican en un contrato de trabajo, se priva a
esas expresiones de voluntad de eficacia jurídica, por vía de la irrenunciabilidad de
derechos.
Así como en materia civil se invoca la doctrina de los actos propios o la autonomía de la
voluntad, todos esos institutos, conceptualizaciones, en materia de derecho laboral no
tienen cabida cuando se está hablando de la voluntad del trabajador.
En esos casos la voluntad del trabajador tiene que ser apreciada bajo esta otra óptica,
paradigma, que es el de la irrenunciabilidad de los derechos; por más que haya consentido
8
Concepto de empresa.
No hay que confundir la empresa con una sociedad o persona jurídica.
9
Este concepto que se escribió en 1974 sigue vigente al día de la fecha y es perfectamente
aplicable a todo.
Es cierto que la ley piensa en una empresa más bien de este tipo (es decir, en la típica
empresa, que en la mencionada época era una fábrica).
La empresa tiene medios materiales e inmateriales.
La dependencia.
Es un tema que trae por lo general discusiones varias.
Es difícil de ver, tal como el concepto de empresa.
La LCT no tiene una definición de dependencia, y en los libros en general no se puede definir
muy fácilmente; es por eso que se la describe, no se la define.
Lo que hacemos es ver cómo se puede observar la dependencia en la realidad, ya que es un
concepto etéreo, una cuestión filosófica a veces, ¿cómo hacemos para verlo en la relación?
La idea de la dependencia es tratar de observarla con los rasgos que se ven en la realidad.
De hecho se ha dicho que la dependencia se puede observar como si fuera en un “haz de
luz“, como si fuera un “haz de indicios“.
- Normas supletorias
Esto significa que en realidad la LCT (y todas las normas laborales) está pensada para decir
algo cuando las partes nada dicen.
Si por ejemplo las partes entran en un contrato y no dicen si va a haber vacaciones, ahí
entra la ley laboral como ley supletoria, y viene a integrar el contrato y decir que si nada
dijeron las partes, las vacaciones serán de 14, 21 días, 28, de acuerdo a la antigüedad.
El orden público laboral impide a las partes negociar y disponer lo que dicen las normas
imperativas, que son:
- LCT
- Convenios Colectivos de Trabajo
Las partes si quieren pueden superar, pueden hacer el contrato de trabajo por arriba, pero
nunca van a poder pasar del orden público.
No hay que mezclar esto con la renuncia.
13
La renuncia.
Es la imposibilidad jurídica de abandonar un derecho ya ganado, pero eso no significa que
por ejemplo el contrato sea de orden público, no lo es.
De hecho el contrato es lo que está en contra o a favor del orden público.
No hay que mezclar, pero sin embargo la redacción actual del art. 12 LCT impide toda
renuncia; la renuncia de los derechos de la norma de orden público y también la renuncia de
los derechos ganados en el propio contrato. No se puede renunciar a nada.