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Universidad Uniagustiniana.

Moral Sexual y Matrimonial


Padre German Rodríguez
Seminarista: Jhon Alexander Acuna Valencia.

Por esto la Iglesia se opone firmemente a un sistema de información sexual separado de


los principios morales y tan frecuentemente difundido, el cual no sería más que una
introducción a la experiencia del placer y un estimulo que lleva a perder la serenidad,
abriendo el camino al vicio desde los años de la inocencia1.

Con claridad el texto que es presentado para la lectura y su apreciación, indica en sus primeras
líneas uno de los fundamentos propios en de la sexualidad y sus diferentes orientaciones, con
lo que respecta a la satisfacción inmediata propio de los apetencias y caprichos, vistos desde
el punto de pasión mal enfocada, es propio y será propio del hombre y de su perfil humano
la vida sexual vista y vivida no desde el instinto si no desde la madurez.

Es posible comprender que la pulsión sexual identifica al hombre y su naturaleza humana,


pero más que identificarle, le exige un comportamiento propio a su condición humana,
cuando el hombre accede a las pasiones, por causa del libido, se cometerá en el que cayeron
como pensadores con Reich y otros, al pensar que la liberación de estas pasiones con el
tiempo solo generara una sexualidad armónica y sin conflictos y he ahí el problema, la moral
no puede actuar desde la represión, sino desde la libertad. Al actuar desde la represión, el
capricho, y la fuerza descontrolada, le equivaldrá a tener el comportamiento de un animal,
que es movido por pasiones y demás, por ende, es necesaria la educación, con el fin de que
este hombre o mujer domine lo que con el tiempo y en vida matrimonial podrá vivir y
disfrutar.

La exigencia en el control de la libido radica en la madurez de sus comportamientos y claro


en la educación personal, que es expresada con el vinculo del encuentro, encuentro que solo
puede ser expresado con el empeño educativo y el sacrificio de la vida digna en lo que
corresponde a la moral y a la ética. Por los vínculos estrechos que hay entre la dimensión
sexual de l apersona y sus valores éticos, esta educación debe llevar a los hijos a conocer

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Exhortación Apostólica Familiaris Consortio. No.37
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y estimar las normas morales como garantía necesaria y preciosa para un crecimiento
personal y responsable en la sexualidad humana2.

Los jóvenes de hoy, en el mundo viralizado por las costumbres erróneas generan y ocasionan
una perversidad en los actos propios, considerados primera necesidad, el consumismo ha
generados una destrucción de los valores morales generando en los primeros pensamientos
palabras mas de consumismos que de respeto, por eso el sexo como acto de placer sea
incluido en la pornografía, eliminando el control, del ser y proliferando las actitudes hostiles
tanto de hombres como mujeres.

El encuentro sexual exige en el hombre una madurez propia de la responsabilidad que


adquiere, con claridad propia se debe concluir que la vida sexual es y debe ser propia de la
fiesta pura del amor fiesta que se alimenta de cariño del juego sano y de la alegría plena y
transparente de la pareja hombre y mujer, que comparten sus vidas y que hacen de sus cuerpos
un lugar de encuentro trinitario, expresado en la comunión del amor prístino y transparente.

Para que el hombre de hoy, pueda acceder a la realidad más que a la utopía en la educación
sexual, debe contar con la realización de fundamental en el acompañamiento de los padres,
la Iglesia es clara al reafirmar que la primer escuela es la familia, reconfirmando que la
madurez en este pilar habita en el significado de la castidad o en el significado esponsal,
comprendiendo que esta evolución en la familia radica en el valor del amor al cuerpo y así
mismo.

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Exhortación Apostólica Familiaris Consortio. No.37
Universidad Uniagustiniana.
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Padre German Rodríguez
Seminarista: Jhon Alexander Acuna Valencia.

Bibliografía
II, S. J. (2015). Exhortación Apostólica Familiaris Consortio. Roma, Ciudad del Vaticano: San Pablo.

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