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Sistema de alianzas

Véanse también: Triple Entente,  Triple Alianza (1882)  y  Relaciones internacionales de las
Grandes Potencias (1814-1919).

Sistema de alianzas en Europa antes de la guerra:


     Triple Entente
     Triple Alianza
     Países neutrales

Durante todo el siglo XIX, las principales potencias europeas hicieron un gran esfuerzo por
mantener el equilibrio de poder en toda Europa, dando como resultado una compleja red de
alianzas políticas y militares en todo el continente para comienzos del siglo XX. 43 Aunque sus
orígenes pueden remontarse a 1815, con la formación de la Santa Alianza entre Prusia,
Austria y Rusia, fue en octubre de 1873, con la negociación de la Liga de los Tres
Emperadores, cuando se empezó a fraguar el sistema de alianzas puesto en marcha durante
la Gran Guerra. Ideado por el canciller alemán, Otto von Bismarck, la Liga de los Tres
Emperadores prometía ser una alianza entre las monarquías de Austria-Hungría, Rusia y
Alemania, aunque finalmente fracasó por la falta de acuerdo entre Austria-Hungría y Rusia
sobre la política a seguir en los Balcanes. Esto condujo a la formación de la Doble
Alianza entre Austria-Hungría y Alemania en 1879, vista como una forma de contener la
influencia rusa en los Balcanes, donde el Imperio otomano continuaba debilitándose. 44 En
1882, Italia se unió a la alianza, por lo que se convirtió en la Triple Alianza.45
A lo largo de su gobierno, Bismarck había trabajado por mantener a Rusia del lado alemán, en
un esfuerzo por evitar una guerra en dos frentes contra Francia y Rusia. A pesar de ello,
cuando Guillermo II llegó al trono y se convirtió en káiser, sus diferencias con Bismarck
obligaron a este último a retirarse y su sistema de alianzas fue progresivamente
desmantelado, incluido el Tratado de reaseguro con Rusia, que el emperador se negó a
renovar en 1890. Así pues, solo dos años más tarde se creaba la Alianza franco-rusa para
contrarrestar a la Triple Alianza. Francia deseaba la revancha tras la derrota sufrida frente a
Prusia en la guerra franco-prusiana de 1870-1871. Mientras París estaba asediada, los
príncipes alemanes habían proclamado el Imperio (el llamado Segundo Reich) en el palacio
de Versalles, lo que significó una ofensa para los franceses. La III República
perdió Alsacia y Lorena, que pasaron a ser parte del nuevo Reich germano. Su recuperación
era ansiada por el presidente francés, Raymond Poincaré, lorenés.46 En general, las
generaciones francesas de finales del siglo XIX y, sobre todo, los estamentos militares,
crecieron con la idea nacionalista de vengar la afrenta recuperando esos territorios. Como
ejemplo de los aires que se respiraban en Francia en 1914, solo un 1,5 % de los reclutas del
Ejército francés se resistieron a la movilización,47 en comparación con el 30 % de 1870.
Aunque reacio a establecer alianzas con sus potenciales aliados —rasgo habitual de la
política exterior del Imperio británico, que él mismo denominaba como «espléndido
aislamiento», Reino Unido temía cada vez más la expansión militar y naval alemana, por lo
que en 1904 firmó una serie de acuerdos con Francia, conocidos como la Entente Cordiale y
tres años después firmó la Entente anglo-rusa (1907). Si bien estos acuerdos no
representaban una alianza formal entre el Imperio británico, Francia y Rusia, y en la práctica
eran sobre todo un arreglo respecto a cuestiones coloniales, dieron pie a la posibilidad de que
Gran Bretaña pudiera entrar de parte de Francia o Rusia en futuros conflictos, por lo que este
sistema de acuerdos bilaterales pasó a conocerse como la Triple Entente.44

La Paz armada
Véase también: Paz armada

La construcción del acorazado británico HMS Dreadnought en 1906 reavivó la carrera


armamentista entre las potencias

Tras la unificación alemana y la fundación del Imperio alemán en 1871, después de la victoria
teutona en la guerra franco-prusiana, el poder industrial y económico alemán creció
enormemente y con él la carrera de armamentos se puso en marcha. Desde mediados de la
década de 1890, el gobierno del emperador Guillermo II empezó a dedicar cuantiosos
recursos económicos para la construcción de la Marina Imperial alemana. Bajo el mando del
almirante Alfred von Tirpitz, la marina alemana pretendía rivalizar con la Royal Navy británica
por la supremacía naval en el mundo.48 Como resultado, las dos naciones empezaron a
competir y a dedicar esfuerzos cada vez mayores en la construcción de buques capitales. La
construcción en 1906 del HMS Dreadnought, un acorazado revolucionario para la época que
volvió obsoletos todos los diseños anteriores a él, amplió la ventaja del Imperio británico sobre
su rival alemán.48 La carrera armamentista entre Reino Unido y Alemania, aunque los
germanos consideraban a Francia su principal rival dentro de las fronteras europeas, acabó
extendiéndose al resto de Europa, y todas las grandes potencias dedicaron su industria a la
producción de equipos y armas necesarias para un futuro conflicto paneuropeo. 49
Así pues, desde mediados de la década de 1870 y hasta 1913 los gastos militares de
Alemania y Reino Unido se triplican, se doblan los franceses y suponen una gran carga en los
presupuestos gubernamentales de Rusia e Italia; 50 entre 1908 y 1913 la carrera
armamentística llegó a su apogeo y se estima que los gastos militares aumentaron en ese
lustro en un 50%.51 Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el gasto estatal era escaso en
comparación con el crecimiento experimentado en las décadas posteriores; por ejemplo, en
plena carrera de armamentos con Alemania, el gasto total del Estado británico apenas
suponía un 8 % de la renta nacional y en otros países industriales ajenos a este rearme era
mucho menor, como en el caso de Estados Unidos, cuyos gastos del gobierno federal apenas
supusieron el 2,5% de la renta nacional entre 1900 y 1916. 52
Conflictos y equilibrio de poderes
Véanse también: Crisis Balcánica,  Primera guerra balcánica  y  Segunda guerra balcánica.

Un soldado búlgaro junto a su compañero caído durante la primera guerra balcánica, en 1912.

Austria-Hungría precipitó la «crisis bosnia» con la anexión oficial de la provincia de Bosnia y


Herzegovina, un antiguo territorio otomano ocupado desde 1878 por Austria. Esto enfureció
al Reino de Serbia y a su protector, el Imperio ruso, que seguía una política basada en
el paneslavismo y compartía la religión ortodoxa con sus aliados eslavos. Las maniobras de la
diplomacia rusa en los acuerdos de paz provocaron que la región se desestabilizara, lo que
sumado a la fractura que ya existía en los Balcanes, hizo que la región fuese conocida como
el «polvorín de Europa».53 Entre 1912 y 1913, la Liga de los Balcanes y el Imperio
otomano libraron la primera guerra de los Balcanes, cuyo resultado, plasmado en el Tratado
de Londres de 1913, redujo aún más las fronteras del Imperio otomano, y aumentó las
ganancias territoriales de Bulgaria, Serbia, Montenegro y Grecia, al tiempo que se creaba un
nuevo Estado albanés independiente. La segunda guerra de los Balcanes, producto del
ataque búlgaro a Serbia y Grecia del 16 de junio de 1913, desestabilizó aún más la región 54 y
la contienda acabó con un reparto territorial principalmente favorable a los vencedores: Serbia
obtuvo el grueso de la Macedonia septentrional, Grecia de la meridional (incluyendo Salónica),
Rumanía la Dobruja meridional55 y el Imperio otomano Tracia oriental con Adrianópolis.55
Bulgaria, a pesar de considerar la guerra como una catástrofe, obtuvo una pequeña parte de
Macedonia, la Tracia occidental y territorios al sur de los montes Ródope. 56 Mientras, las
grandes potencias europeas soslayaron la situación y fueron capaces de contener los
conflictos balcánicos.
En vísperas de la deflagración que daría comienzo a la guerra, las Potencias Centrales tenían
una producción industrial y un gasto militar significativamente inferior al de la Entente. En
1914, las Potencias Centrales, incluyendo a Turquía, tenían una población de 138 millones de
personas, de las que unos 33 millones de hombres podían ser reclutados para el combate; por
su parte, la Entente y sus colonias agrupaban a 708 millones de habitantes y unos 179
millones de hombres válidos para la guerra. El gasto militar total de la Entente en 1913 era
aproximadamente el doble que el de las Potencias Centrales, aunque Alemania tenía un
arsenal de artillería mucho más moderno que el de todos sus adversarios, lo que le daría una
ventaja significativa en la futura e inesperada guerra de trincheras.57 El armamento ligero de la
infantería era de una calidad similar en todos los países y tan solo los británicos poseían rifles
superiores a la media. En el mar, la Entente, gracias al Imperio británico, era muy superior a
sus oponentes y un bloqueo naval sobre Alemania era más que posible. Sin embargo, el
aislamiento de Rusia respecto a sus mayores aliados y las ventajas de las Potencias
Centrales por su situación geográfica redujeron la superioridad de la Entente. 58

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